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Monitor: adaptarse a su desapariciÓn

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Por Juan José Solis Delgado

 

 

En la modernidad, los medios de masas son parte sustancial del orden y composición social. La sociedad por tanto, se ha adaptado a su presencia imprescindible; prácticamente todo lo que hoy conocemos del mundo, lo conocemos por los medios de masas y todo lo que hacemos está en función de lo que nos muestran.

Por esta razón, la vida cotidiana está compuesta de distancias a veces cercanas y otras lejanas sobre lo que sucede en el espectro mediático. La afinidad a cierto programa, conductor o medio, se hace parte del día a día. Los grupos sociales van encontrando acomodo de acuerdo a los intereses o factores de atracción que uno y otro medio presentan. El carisma del locutor, la objetividad en las opiniones, el dinamismo en su estilo, el nivel de sus invitados y colaboradores, la precisión de su información, la escritura pulcra, etcétera; son componentes que determinan el grado de aceptación en el público.

Pero, ¿qué pasa cuando esa afinidad a un medio de masas se fractura? Es el caso de la desaparición del informativo Monitor, un programa radiofónico que se transmitía todos los días en cuatro espacios: por la mañana, a mediodía, por la tarde-noche y en la madrugada, primero durante más de 30 años por las emisoras Radio Red AM y FM y después en su etapa final por las frecuencias 1320 y 1560 kilohertz. Como se sabe, este informativo radiofónico estaba liderado por José Gutiérrez Vivó quien a principios de la década de los años setenta, inició este proyecto que más tarde se convirtió en el noticiario radiofónico más escuchado del país.

La relevancia de este programa, se sustentaba en el grado de libertad que ejercía en su quehacer periodístico, Monitor era como su eslogan: marcaba el paso en la radio. Es un hecho que la pericia y talento de José Gutiérrez Vivó llevó a este informativo a los primeros niveles de audiencia, por los servicios centrales y periféricos que ofrecía en cada una de sus emisiones. Los logros más visibles, son entre otros, la creación de la red vial, constituida por una flotilla de reporteros especializados en informar aspectos del tránsito vehicular, su misión era destacar por aire y por tierra los conflictos y la soluciones para salir de los atolladeros viales. También la creación de las mesas de análisis, donde el equipo de Gutiérrez Vivó literalmente sacó a los académicos de sus cubículos de trabajo de sus instituciones universitarias, para llevarlos a los micrófonos de Monitor a expresar sus conocimientos y contribuir así, en la creación de una opinión pública más informada y consistente con la realidad social.

Como todo en la vida existen claros-oscuros que determinan el grado de aceptación o afinidad a cierto personaje, José Gutiérrez Vivó no fue la excepción; su estilo de periodismo fue cuestionado por diversas voces, sobre todo por aquellos a quienes les enfadaban los golpes constantes en la mesa de trabajo; en ese sentido, Monitor resultó incómodo para los funcionarios gubernamentales de todos los niveles a quienes Gutiérrez Vivó desenmascaraba o metía en aprietos constantes. Probablemente su lejanía con el círculo de la clase política le daba al periodista el margen de libertad para desarrollar su actividad de manera objetiva y por ende exigirla entre sus reporteros y analistas. Sin embargo, un día como le sucedió en su momento al imperio romano, el noticiario Monitor desapareció.

La razón de su consunción fue notablemente de índole política, a pesar de que en los hechos, fue un conflicto mercantil entre las empresas Radio Centro e Infored. Sin entrar en detalles porque nos llevaría varios párrafos la narración histórica, el conflicto se suscitó cuando una de las partes no cumplió con algunas cláusulas del contrato, y por tanto, se llevó el litigio a una corte internacional como previamente se había pactado. Ante la fuerza de ambos titanes de la comunicación, el conflicto en entre estas empresas se politizó y el expresidente Vicente Fox con el ánimo de ser neutral, declaró enfáticamente que no intervendría por tratarse de un problema entre particulares, a pesar de estar en juego concesiones otorgadas por el Estado. Al final, GRC sacó del aire la emisión del noticiario y Monitor comenzó una nueva etapa transmitiéndose en frecuencias propias de Infored.

Por supuesto, este litigio, le trajo al noticiario Monitor y a José Gutiérrez Vivó consecuencias letales para su existencia en el espectro radiofónico. La publicidad gubernamental y particular se retiró paulatinamente hasta dejar prácticamente en la agonía a la empresa informativa. En menos de lo que esperaba Monitor feneció y José Gutiérrez Vivó quedó aniquilado perdiendo la frecuencia 1560 de amplitud modulada y el periódico Diario Monitor de reciente adquisición.

Pero, ¿y la audiencia de Monitor?, ¿dónde se alojaron los radioescuchas del noticiario? Precisamente, es mi interés expresar algunas nociones al respecto. Los propios medios de masas, crean para sí mismos mecanismos de defensa, resistencia (y permítanme el término) y de autoreproducción. Es obvio que los radioescuchas buscaron una opción radiofónica donde albergarse, porque a pesar de que la intención fuera no escuchar ningún otro informativo argumentado que no tendría las mismas características de Monitor, tarde o temprano la necesidad de estar informado conduciría a los radioescucha a prohijarse en otra propuesta informativa. De ahí que se presenta el fenómeno de adaptación a la circunstancias, en este caso mediáticas, y la afinidad a un comunicador o medio se reestructura para de nueva cuenta seguir operando.

Como sucedió en 1976 con el asalto al Excélsior de Julio Scherer García, los medios de masas, y en particular la prensa mexicana, se vieron en la obligación de reestructurase desde sus cimientos; de ahí que surgieron medios como la revista Proceso, los periódicos Unomásuno, posteriormente La Jornada, Reforma y otros más, que fueron receptores de esos lectores que habían quedado en la orfandad con dicho atentado a una empresa periodística. Lo mismo se está presentado en la actualidad, los comunicadores radiofónicos se han visto obligados en reestructurar sus propuestas informativas con el ánimo de captar al numeroso público de Monitor. Al final gana el consumidor de medios que se beneficia, paradójicamente, con la desaparición de lo que en su momento fue el informativo número uno de la radio mexicana.

 


Juan José Solis Delgado
Licenciado en Comunicación Social por la UAM. Diplomado en creación literaria por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Especialidad en Desarrollo de Habilidades Docentes por la Universidad Tecnológica de México y cursó la maestría en Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Por más de 12 años ha trabajado como productor de radio. Ha sido docente en diversas instituciones de educación superior, actualmente imparte cursos en la Universidad Iberoamericana y en la Escuela de periodismo Carlos Septién García.

 


 

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