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EL APRENDIZAJE COLABORATIVO EN MATERIAS DE DESARROLLO DE HABILIDADES INDIVIDUALES

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Por: Aurora González
Número 66

Abstract
The Monterrey Institute of Technology, based in its Mission 2015, has been implementing collaborative learning as a didactic technique to develop abilities and attitudes in its students to reinforce their learning and to allow them to be more competitive. Here is presented the use of this technique in a course whose objective is to develop individual communication skills such as writing and speech communication.

Keywords: collaborative learning, abilities, communication skills.
Resumen

El Tecnológico de Monterrey, basado en su Misión 2015 ha estado implementando la teécnica didácta de aprendizaje colaborativo para desarrollar habilidades y actitudes en sus estudiantes con el fin de reforzar sus aprendizaje y hacerlos más competitivos. Aquí se presenta el uso de esta técnica en un curso suyo objetivo es desarrollar habilidades individuales de comunicación tales como la redacción y la comunicación oral.

Palabras clave: aprendizaje colaborativo, habilidades, destrezas comunicativas.

El Modelo Educativo del Tecnológico de Monterrey (MET) se ha desarrollado para cumplir los objetivos de su Misión, la cual se redefine cada 10 años para ir acorde con las necesidades del país.

En la Misión hacia el 2005 se estableció que el Tecnológico, además de preparar académicamente a sus alumnos para hacerlos competitivos en su área de conocimiento, también promovería ciertos valores, actitudes y habilidades. En la Misión 2015 se retoman algunos de éstos, tales como el respeto, la responsabilidad, la cultura de trabajo, el trabajo colaborativo, espíritu de superación, pensamiento crítico, así como la habilidad de la buena comunicación oral y escrita, por citar algunos.

En este caso abordaré específicamente el trabajo colaborativo como técnica didáctica para desarrollar la buena comunicación oral y escrita.
Cabe mencionar que así como se evoluciona hacia una nueva misión cada cierto tiempo, también los planes de estudio se revisan y actualizan al menos cada cinco años, con base en las opiniones de egresados, empleadores, expertos y planes de estudios de otras universidades, de tal manera que los egresados tengan las herramientas necesarias para estar a la vanguardia no solo en sus conocimientos sino en las habilidades que les permitirán un mejor desempeño profesional.

Así, desde hace ya varios años se ha buscado desarrollar la buena comunicación oral y escrita de los alumnos, pues no es suficiente con sus conocimientos sino que deben ser capaces de presentar correcta y eficazmente la información requerida. En este contexto se impartían tres materias para el desarrollo de dichas habilidades: Análisis de la información, Redacción avanzada y Comunicación oral. Con los nuevos planes de estudio, que en su mayoría entraron a partir de agosto de 2007, se reestructuraron estas materias para integrarlas en dos talleres: Taller de expresión oral y escrita (TAEV) y Expresión verbal en el ámbito profesional (EVAP).

Ahora bien, en ambos cursos, como se ha dicho, se desarrollan habilidades que realizan de manera individual: leer, analizar, escuchar, redactar, hablar. Entonces, la pregunta es cómo se utiliza el aprendizaje colaborativo para promover dichas habilidades.

Es necesario establecer, primero, las diferencias que algunos autores señalan entre aprendizaje colaborativo y cooperativo.

Algunos autores utilizan los términos de manera indistinta. Tenemos el caso de Ventimiglia (1993) que en diversas ocasiones se refiere al aprendizaje o enseñanza o técnica colaborativa o cooperativa, sin hacer mayor distinción. Ella menciona que “los modelos colaborativos se construyen a partir de estrategias de aprendizaje cooperativo pero van más allá del trabajo que realizan en equipo los alumnos para cumplir con determinada tarea. En el aprendizaje colaborativo los profesores y estudiantes se involucran activa y mutuamente en el proceso de aprendizaje”1(p. 5), y añade que “las estrategias cooperativas y colaborativas cumplen con esto y, al mismo tiempo, desarrollan una cultura para efectuar trabajos de calidad” (p. 9).

Por su parte, el profesor Ahuradha A. Gokhale dice: “El término de ‘aprendizaje colaborativo’ se refiera a un método instruccional en el cual los alumnos, en varios niveles de desempeño [o habilidades] trabajan juntos en pequeños grupos para alcanzar un objetivo. Los estudiantes son responsables del aprendizaje de todos así como del propio. Por lo tanto, el éxito de un estudiante apoya a los demás a ser exitosos” (¶ 1). Y continúa mencionando a Johnson y Johnson quienes señalan que hay “evidencia de que los equipos cooperativos alcanzan niveles más altos de pensamiento y retienen más información que los estudiantes que trabajan silenciosamente como individuos” (¶ 2).

Podemos darnos cuenta que hay poca diferencia entre ambos conceptos. Al respecto, Panitz (1996) explica la interacción, mencionada en la segunda definición, como una filosofía y no solo como una estructura de trabajo o técnica de enseñanza en el aula.

Este autor también recala la importancia de la formación de los equipos de trabajo. Él dice que cuando éstos son cooperativos son heterogéneos y fomentan estructuras de interdependencia positiva, mientras que en el trabajo colaborativo se propician equipos con una mejor relación, incluso de amistad, lo cual permite el desarrollo de habilidades interpersonales.
El objetivo, en estos dos tipos de equipos, según el mismo autor, es diferente. En los primeros se debe alcanzar una meta curricular y en los segundos se pretende alcanzar dicha meta pero es tan importante como el desarrollo de habilidades de cada uno de sus integrantes.

Para fines de nuestra materia, EVAP, la diferencia más importante resulta en los beneficios que experimenta cada estudiante. Cuando solo se forman grupos de trabajo, cooperativos, en los cuales cada integrante cumple con su parte y se junta con la del resto, cada quien desarrolla sus propias habilidades; sin embargo, cuando se fomentan actividades colaborativas los integrantes se apoyan mutuamente. De esta manera se cubre el objetivo curricular y permite establecer mejores relaciones que les permiten conocerse mejor y desarrollarse como individuos, lo cual impactará a futuro en su práctica profesional.

De lo anterior se desprende el principio del trabajo colaborativo y que lleva a un mejor aprendizaje: se trata de una filosofía de vida que los alumnos van aprendiendo conforme la ponen en práctica en diversos cursos. Esto puede iniciarse con la cooperación pero tendrá que seguir la trayectoria hacia la colaboración, es decir, hacia una filosofía de trabajo y de vida.
Pongamos, pues, por ejemplo lo que ocurre en EVAP. A lo largo del semestre se llevan a cabo diferentes actividades colaborativas. Al principio hay cierta renuencia pues los estudiantes tienen que formar equipos para cada una de sus seis materias con todas sus implicaciones2. Gran parte de las actividades colaborativas se llevan en el salón de clase, de manera que puede haber supervisión de que todos estén enfocados en la tarea y participando.

En cada uno de los dos primeros parciales los alumnos producen un texto escrito y otro oral: una reseña y una mesa redonda, un ensayo y un panel, respectivamente. En el tercer parcial redactan un artículo de divulgación científica después de llevar a cabo una pequeña investigación3, y su presentación oral la realizan en el cuarto periodo parcial a través de una conferencia.

Ahora bien, en cuanto a la parte oral, aunque la participación en una mesa redonda y en un panel sean actividades de grupo, la exposición y las habilidades comunicativas son del individuo. Es decir, aquí entra la primera explicación sobre cómo se beneficia el estudiante con el trabajo colaborativo en una actividad que es personal.

Por un lado, los alumnos tienen como requisito haber cursado TAEV, en el cual se les enseñan las características del buen orador y las ponen en práctica a través de entre 8 y 10 presentaciones a lo largo del semestre. Por el otro, una vez que llegan a EVAP el número de exposiciones se reduce pero se refuerza lo visto anteriormente.

En ambas materias los integrantes de cada equipo deben darle retroalimentación positiva al menos a otros dos de sus compañeros cada vez que exponen. Esto les permite desarrollar su interacción, la honestidad, el respeto y la buena comunicación interpersonal. Sus comentarios también se reportan por escrito para tenerlos presentes e ir viendo el avance. Los puntos que deben observar van desde el contenido hasta las cuestiones técnicas como el contacto visual y el uso de muletillas. Se espera que estos aspectos hayas sido suficientemente desarrollados en TAEV para que solo sean reforzados en EVAP.

Pasemos ahora a la parte escrita. Aquí se manifiesta más claramente el trabajo colaborativo y los beneficios en el aprendizaje de todos los integrantes. Tanto en el primer parcial como en el segundo redactan algunos textos entre todos, específicamente deben escribir una reseña y un ensayo, en el parcial respectivo, que posteriormente se lee ante todo el grupo para que se comente si cumplen con los requisitos y si es comprensible.

Para el examen parcial deben redactar, individualmente, su reseña y su ensayo, pero aquí entra la revisión entre pares. Al menos una semana antes de la entrega deben tener su texto. Al interior del grupo cada integrante lee en voz alta el escrito de uno de sus compañeros para detectar errores en la redacción; tanto el autor como el otro (u otros) integrante deben escuchar con atención. Así se hace con los trabajos de todos. Conforme se concluye la lectura de cada uno se le da la retroalimentación correspondiente y, además, se apoyan en la revisión de la ortografía.

Hasta aquí todo es sencillo, pero ¿cómo se promueve que realmente se apoyen y no solo cumplan con la actividad de leer y dar retroalimentación? Para que todos estén involucrados en el proceso, al momento de entregar los tres o cuatro textos del equipo, se selecciona uno al azar y ése es el único que se evalúa. La calificación es la misma para todos los integrantes.

Se observa, entonces, que hay un interés de por medio para asegurar la calidad en el trabajo de los demás. Tanto la redacción como la revisión entre pares se lleva a cabo en el salón de clases, de manera que se puede observar que cada uno haya redactado su propio texto.
Para el tercer parcial se entrega un artículo de divulgación. La extensión es mayor pero los alumnos ya se han interrelacionado durante varias semanas y pueden trabajar juntos en la redacción en conjunto. Aquí, una vez más, es importante que todos estén involucrados, pues si uno no participa o no entrega su parte, el trabajo puede tener deficiencias y su calificación también está en juego.

Cuando se llegan a reportar casos de apatía por algún integrante del equipo se les pide documentar todas sus interacciones así como lo que cada uno va desarrollando para la investigación y posterior redacción.
A pesar de todo lo anterior se llegan a dar casos de alumnos que nunca logran involucrarse y que al final deciden trabajar solos. Generalmente el resultado que obtienen es deficiente pues pierden el beneficio de las lecturas de sus compañeros así como del apoyo que se dan.

Con todo lo anterior se ve cómo la colaboración, más que la cooperación, permite alcanzar metas de aprendizaje cognitivo a la vez que desarrolla diversas habilidades, para nuestro caso, específicamente las de la comunicación oral y escrita, conjuntamente con las propias de esta técnica.


Notas:


1 Las citas de autores de este artículo son traducción libre de la autora. Las citas y referencias a los documentos del ITESM son de la versión en español de los mismo.

2 En el ITESM los alumnos se inscriben en diversas materias que llevan con estudiantes de otras carreras, especialmente en los primeros semestres, por lo tanto es difícil coincidir en horarios para trabajar con cada uno de los equipos de los distintos cursos.

3 El objetivo del curso es la producción de textos escritos y orales, por lo tanto la investigación es muy sencilla. Sin embargo, cuando los estudiantes están realizando una investigación o proyecto para otra materia, pueden utilizarla para el contenido de su producto y enfocarse en la parte de las habilidades comunicativas.


Referencias:

Gokhale, Anuradha A. (1995, Fall). Collaborative Learning Enhances Critical Thinking. Journal of Technology Education, 7-1 [en línea]. Recuperado de http://scholar.lib.vt.edu/ejournals/JTE/jte-v7n1/gokhale.jte-v7n1.html el 11 de diciembre de 2008.
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Misión del Sistema Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores hacia el 2005. Reimpresión feb.1999. Producción: Centro de Efectividad Institucional del Sistema Tecnológico de Monterrey.
_____________. Visión Misión 2015. (2005). Monterrey, N.L., México: Tecnológico de Monterrey.
Panitz, Theodore. (1996). A Definition of Collaborative vs Cooperative Learning. Recuperado de   http://home.capecod.net/~tpanitz/tedsarticles/coopdefinition.htm el 11 de diciembre de 2008.
Ventimiglia, Laura M. (1993). Cooperative Learning at the College Level. The NEA Higher Education Journal, 94, 5-30 [en línea]. Recuperado de http://www2.nea.org/he/heta94/images/w94d5.pdf el 11 de diciembre de 2008.


Aurora González Turnbull
Profesora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Estado de México desde hace 16 años. Anteriormente fue profesora de la FES Acatlán. Facilitadora en la técnica didáctica de Aprendizaje Colaborativo por la Universidad de Austin, Tx. Una de sus maestrías es en Educación con especialidad en Comunicación.

 

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