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PresentaciÓn

Por Armando Barrañón
Número 68

El presente número de Razón y Palabra está dedicado al tema de la Nanotecnología en México. Recoge artículos de autores pertenecientes a la UNAM, UAM, UACM, IPN, U de G, CINVESTAV-Saltillo, CIQA-Saltillo. Las entidades a las que pertenecen estas instituciones son el DF, Jalisco y Coahuila, reconocidas por  la inversión que concentran destinada a la investigación y desarrollo tecnológico. Este es el caso de la UNAM que opera un presupuesto en el rango de los 20 mil millones de pesos al año, la U. de Guadalajara con un presupuesto anual en el orden de los 6 mil millones de pesos, la UAM con un presupuesto de 4 mil millones de pesos, el IPN con un presupuesto de 9 mil millones de pesos, Centro de Investigación en Química Aplicada con un presupuesto de 110 millones de pesos, CINVESTAV con un presupuesto de mil quinientos millones de pesos,  la UACM con un presupuesto de 800 millones de pesos. Todas estas instituciones se encuentran localizadas en zonas con políticas estatales de promoción de la investigación científica y el desarrollo tecnológico muy bien definidas, además de pertenecer al grupo de universidades con las primeras posiciones en los rankings internacionales de universidades mexicanas. La UNAM en primer lugar de Iberoamérica y dentro de las primeras cien a nivel mundial. Y el CINVESTAV, la U. de Guadalajara, el IPN y la UAM entre las primeras diez a nivel nacional.  Otras universidades mexicanas que se encuentran en este rango de las primeras diez, como la Universidad Michoacana y la UNAM-Ensenada también contribuyeron con artículos técnicos que fueron canalizados a la Conferencia de la World Scientific  and Engineering Academy and Society celebrada en la Universidad de Houston en mayo del 2009.  

Con respecto a las regiones geográficas que representan estas instituciones, el 68% se concentró en la zona centro, 11% en el Noreste, 21 % en el Occidente. Estas zonas geográficas poseen zonas de desarrollo de tecnología avanzada, como ocurre con el Distrito Federal donde el Instituto de Ciencia y Tecnología ha logrado destinar parte los impuestos a la investigación científica y el desarrollo tecnológico. Por su parte la ciudad de Guadalajara ha impulsado el desarrollo tecnológico, obteniendo resultados palpables en los últimos años. El Gobierno de Coahuila ha lanzado en el 2008 una convocatoria para financiar proyectos que aumenten la participación de los expertos coahuilenses en la investigación y el desarrollo tecnológico. Y la ciudad de Ensenada es bien conocida por concentrar universidades de alto nivel y centros de investigación de punta, que contribuyen al desarrollo tecnológico nacional.

Un buen número de los artículos (42%) está dedicado a exponer aspectos importante de la Nanomedicina, demostrando la importancia esta nueva tecnología en la solución de problemas de salud fundamentales como el tratamiento del cáncer. En segundo lugar, los Nanomateriales ocupan el 32% de los artículos, reflejando la utilidad de la nanotecnología en el desarrollo de materiales avanzados que puedan utilizarse en los distintos procesos industriales. El 21% de los artículos tratan temas sociales y económicos relacionados con el impacto social y económico de la nanotecnología. Finalmente un solo artículo se enfoca a explicar el concepto mismo de nanotecnología, que correspondería al importante campo de la Nanoeducación, orientada a aumentar la comprensión social de la nanotecnología.

Esta colección de artículos sobre Nanotecnología que presenta la Revista Razón y Palabra es sólo un botón de muestra de la producción pujante en las Nanociencias y Nanotecnologías que se da en México desde hace varios años. Las diferentes Sociedades científicas y Tecnológicas mexicanas han incluido secciones dedicadas al desarrollo de la Nanotecnología, como es el caso de la Sociedad Mexicana de Física y la Nanoeducación se ha desarrollado desde hace varios años en nuestro país desde hace varios años. Sin embargo, es importante destacar la necesidad de crear una Iniciativa Mexicana para la Nanotecnología que coordine estos esfuerzos, canalizando recursos humanos y económicos para el desarrollo de esta nueva tecnología.

En el concepto más amplio de la Comunicación, esta se da no solo como un intercambio de mensajes entre emisores y receptores, sino que se entiende también como un intercambio de objetos que pueden enriquecer nuestra existencia. Dentro de esta comprensión de la Comunicación, la adopción de una nueva tecnología plantea retos comunicativos ya que involucra la comprensión de nuevos concepto, nuevas técnicas, la adopción de nuevas metodologías de investigación, el intercambio de expertos y la formación de nuevos cuadros de investigadores que se desplazarán a lo largo del país. A lo largo de los años se presenta un fenómeno de auto-organización combinado con los efectos de la planeación centralizada que resultad de las políticas estatales y empresariales establecidas para desarrollar las nuevas tecnologías. Los programas establecidos desde hace años para desarrollar investigadores como el Sistema Nacional de Investigadores y para credencializar a los profesores universitarios (Programa PROMEP de la SEP), han servido para agilizar este intercambio de información tecnológica y de cuadros de expertos, que ha permitido la investigación mexicana en las Nanociencias y las Nanotecnologías. De esta manera se ha asegurado el aumento continuado de las actividades de investigación y desarrollo nanotecnológicos a lo largo del país. Tan solo en el 2004 se contaban con más de doscientos investigadores agrupados en Cuerpos Académicos PROMEP, lo que explica la actividad que observamos en el 2009.

El esquema que podemos observar en el desarrollo de la nanotecnología en los distintos estados de la República Mexicana, consiste en un acuerdo a nivel estatal, federal y local para destinar fondos que sustenten la creación de centros dedicados a la investigación y desarrollo en Nanotecnología. Inclusive podemos encontrar señales de un mercado laboral naciente en el área de Nanotecnología, en la forma de anuncios de empleo donde se solicitan personas que hayan realizado estudios de postgrado en Nanotecnología.

 Son solo algunas reflexiones que quisiera incluir como proemio a este número de la Revista Razon y Palabra, agradeciendo a los autores y sus instituciones el tiempo dedicado a la elaboración de sus artículos.                                     

Dr. Armando Barrañón