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TERRITORIOS
LA COMUNICACIÓN A TRAVÉS DEL COLOR
Por Paloma Gil
En esta ocasión vamos a hacer un alto en el camino para repasar brevemente, una de las manifestaciones comunicativas más simpáticas e inteligentes que he tenido ocasión de apreciar. Se trata del color. De color como forma de expresarse, pero que nadie se equivoque, no vamos a abordar esculturas ni pinturas de ningún tipo, sino algo mucho más sutil y delicado. Vamos a fijarnos en puertas, ventanas y fachadas en general.
¿Quién no tiene en mente ya las puertas de las ciudades irlandesas? Sí, al parecer corren numerosas leyendas a tenor de estas puertas pintadas. Algunas dicen que la idea surgió a raíz de la muerte de la reina de Inglaterra, que tanto había machacado a los irlandeses que cuando se emitió un bando pidiendo que todas las puertas se pintasen de negro en señal de luto, la mayoría de los lugareños decidió pintarlas de color. Cada uno de un color diferente, como protesta. Así que las calles se ven como un jardín de flores, con cada puerta de un color desde entonces.
Aunque la realidad parece indicar que esto no es más que una leyenda. También hay otra que cuenta que se pintaban las puertas de vivos colores con la intención de que los irlandeses, a la llegada del pub, pudieran reconocer su propia casa. Y si alguien ha visitado el país, particularmente una zona de ocio como Temple Bar, por ejemplo, sabrá que esta teoría no es nada descabellada.
De hecho, esta idea me recuerda a los pueblecitos de pescadores de los países mediterráneos, como Cudilleros en Asturias (España) o Procida en Amalfi (Italia) entre otros muchos.
En estos pueblecitos era costumbre pintar las fachadas de las casas con vivos colores que destacasen fuertemente, para que así, a los pescadores, les fuera posible distinguir sus casas desde alta mar y saber que todo estaba bien.
La imagen colorida y simpática que arrojan estos pueblos es tan entrañable como vivaz. Y cuando uno los visita, no es consciente del verdadero motivo de los colores, creyendo normalmente que se trata de una manifestación más del alegre carácter de los lugareños, que son gente abierta y divertida.
Una vez más, la comunicación se sirve de elementos que en otro contexto nos pasarían desapercibidos, teniendo en cuenta que el color, en sí mismo es una forma de expresión. Pero en este caso, el uso del color de este modo es una de las cosas más ocurrentes que he visto y además invito a todo el mundo a conocer estos lugares, porque no sólo se trata de un espectáculo hermoso, sino de una experiencia gastronómica muy, muy interesante.
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