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Lituania, el centro de Europa

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Por Paloma Gil

 

Lituania es un pequeño país al noreste de Europa. Su capital Vilnius, celebra este año el galardón de ser Capital Europea de la Cultura, junto con la ciudad austríaca de Linz. Forma parte de la Unión Europea y del Consejo de Estados del Báltico y por su ubicación geográfica, comparte el Mar Báltico con otros ocho países europeos.

La historia de este país es trepidante, únicamente mencionar que, los primer lituanos, los Liths, son descendientes de los Baltos (igual que los prusianos y los letones, de donde se deduce que son un pueblo valiente y de fuerte carácter), una tribu indoeuropea única y diferente de otra étnicas como los itálicos, los celtas, los griegos, los germánicos e incluso los balcánicos o los eslavos.  Aunque es cierto que fueron influidos por ellos, especialmente por los germanos y, posteriormente, por el Imperio Romano con el que mantuvieron una relación comercial muy fructífera.

El país está dividido en 10 condados, llamados apskritis. La capital se encuentra en el condado de Vilnius y precisamente allí, a  26 km. está el pueblo de Purnuškės, auténtico centro geográfico del continente Europeo, según el Instituto Nacional de Geografía de Francia. Vilnius, además de ser la Capital de la Cultura Europea 2009, es una ciudad muy popular entre los países vecinos, que la consideran la Roma del Báltico.

Una vez conocidos estos antecedentes podremos comprender un poco mejor su idiosincrasia y, lo que más nos interés, su sistema de comunicación y las características diferenciadoras del mismo. El lituano está considerado uno de los idiomas indoeuropeos actuales, más conservadores ya que mantienen un buen número de palabras que coinciden con sus correspondientes en sánscrito como hijo (sūnus) u oveja (avis) o bien, difieren sólo en alguna letra como humo (dūmas en lituano/ dhūmas en sánscrito) o segundo (antras/antaras). No obstante su morfología es ciertamente innovadora.

Otro idioma al que se acerca sospechosamente, es el latín, lo cual indica que se trata de un vocabulario proto-indoeuropeo. Veamos un par de ejemplos, como hombre (vyras en lituano/vir en latín), gente (gentys/gentes) o anciano (senis/senex). Pero estas semejanzas son sólo en cuanto a vocabulario, sus diferencias estructurales hacen pensar que se tratara de préstamos lingüísticos, ya que es evidente que no se trata de una lengua romance. Lo más misterioso es el hecho de que existiendo palabras que son prácticamente iguales entre el lituano y el latín, después no encuentren éstas, correspondencia con el mismo concepto en otra lengua eslava, es decir, no tengan traducción.

Por lo demás, su estructura comunicativa es muy similar a las de sus vecinos. Salvo por el hecho de que carecen de género neutro (con pocas excepciones y especial atención a los adjetivos atributivos) y por que el lituano posee un acento léxico libre y móvil y un acento claramente entonativo, es decir, parece que cantan en lugar de hablar y eso resulta muy agradable para el que escucha.

En cuanto a su sistema de comunicación hablada, el lenguaje, mencionar que poseen cinco declinaciones (y siete casos)  para los sustantivos y tres para los adjetivos, cuestión que también hace que sea un idioma distinto prácticamente a todos. El sistema de verbos es más simple, tres conjugaciones como en español, pero menos tiempos verbales: presente, pasado, pasado iterativo y futuro de indicativo, el subjuntivo y el condicional vienen a ser lo mismo; y el modo imperativo, estos dos últimos no distinguen tiempos.  Y excepto el infinitivo, todas las demás formas tienen dos personas para singular, dos para plural y una sola forma común para las terceras personas. Pero además tienen el sistema de participios más rico de todas las lenguas indoeuropeas, con participios derivados de todos los tiempos verbales con distinción en activos y pasivos y varias formas de gerundio, para compensar los pocos tiempos verbales que utilizan.

Un apunte realmente simpático es la cuestión de los nombres propios. El lituano es un idioma declinable, es decir, al margen de preposiciones y conjunciones, emplea terminaciones específicas para los sustantivos, a fin de indicar la función que desempeñan (complemento directo, indirecto, circunstancial, etc). El nominativo es el caso en que se declinan las palabras cuando ejercen de sujeto. Así los nombres propios masculinos, oriundos del país, terminan por regla general en –as. El santo patrón de Lituania es San Casimiro… en lituano: Casímiras. De hecho, es muy popular ponerse nombres de santos en un país que actualmente es eminentemente católico, por ejemplo Jonás, Petras, Justas, Vincas, Alfonsas, Marias,  etc. Todos son nombres masculinos. A día de hoy, tras la caída del telón de acero, hay muchos nombres que también terminan en –us, como Jurgius o Brunus, pero tradicionalmente terminan en –as. Personalmente tengo un amigo que se llama Raimundas y que cuando escribe en español, siempre firma Raimundo, porque como él mismo dice “si no, siempre me contestan: querida señora”.  Es gracioso pero es así.

El caso de las mujeres afecta al apellido, porque mientras están solteras, añaden a la raíz una desinencia que indica que son “hijas de”, mientras que cuando se casan, cambian esa partícula por otra que significa “esposa de”. Esto quizá es demasiado tradicional, pero comunicativamente resulta interesante.

Sin embargo, la principal diferencia entre el lituano y el español, estriba en que el lituano es un idioma muy concreto, mientras que el español es muy abstracto, por lo que a una palabra española le corresponden muchas en lituano y eso dificulta seriamente el aprendizaje del idioma sobre el papel, para aprender o comprender el lituano es necesario adentrarse en todo su entramado cultural, mezclarse y formar parte de él, de otro modo es imposible. Sin mencionar la deliciosa obligación que implica formar parte de la cultura lituana, porque su gastronomía es rica en todos los sentidos, pero son además uno de los principales exportadores de cerveza a nivel mundial.

 

 

 



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