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el PortuguÉs ExtremeÑo o Lisboeta

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Por Paloma Gil

 

 

Portugal. Tan desconocido para muchos, es un pequeño paraíso que ha bebido las influencias de multitud de pueblos. A veces por obligación, pero otras muchas porque son un pueblo capaz de acoger lo mejor de cada cultura y sumarlo a la suya.

El portugués, su idioma es la séptima lengua del mundo por número de hablantes. Puesto que no sólo es hablada en Portugal y Brasil, sino en muchos otros países como Angola, Guinea-Bissau, Mozanbique, Cabo verde, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental como idioma oficial, aunque también se habla extraoficialmente en Macao, algunas zonas de La India como Goa, Damán y Diu y Dadra y Nagar Haveli o SriLanka

Si bien, también es cierto que cada uno utiliza el idioma como mejor le parece y al final, parece que son tan diferentes que no se entienden ni los mismos hablantes. Gajes de las variedades dialectales.

Sin embargo de viaje, siempre nos gusta echar un breve vistazo a la cultura del lugar y revisar en cierto modo cada idioma, aunque en el fondo sabemos que nunca llegaremos a dominarlo. Portugal, casi como un susurro también se expresa mediante un arte muy particular, un folklore diverso y una cocina muy original. Lisboa, su capital, es la ciudad más grande del país. Situada en la misma desembocadura del río Tajo y custodiada desde la colina más alta por el Castillo de San Jorge fue una ciudad importante en la era de los descubrimientos, como deja constancia su monumento a los descubridores, junto a la famosa torre de Belém. También destacaré el Monasterio de los Jerónimos, de ese particular estilo manuelino, que es una variación del gótico, pero con sello propio. El barrio de la Alfama, la catedral, el convento del Carmo, el acueducto de las aguas libres… o los dos fantásticos puentes que unen la ciudad, por mencionar sólo algunos ejemplos. Todo, expresiones de sí mismos. Su arte, su cultura…

A sólo unos kilómetros, está la Villa de Sintra. Reflejo de su riqueza natural y gastronómica. Su origen celta dice mucho de sí misma. De hecho, su nombre proviene de Sintia, la diosa de la luna celta. Por una parte, se ofrece en su versión natural, con el Parque Natural de Sintra, Cascais. Y por otra, la gastronomía más típica en algunos de los lugares más encantadores y pintorescos, como Casa do Valle o el Café París. Creo que es el único lugar de la Península donde se hacen quesadillas… o queijadas, aunque aquí, son dulces; y si por algo es famoso Portugal, es por su bacalao, Bacalhau, que pueden guisar de hasta 300 formas diferentes. Por no mencionar sus embutidos o sus vinos, por supuesto. Pero típico, típico, el bagaço o la ginjinha, un par de licores de guindas que no tienen parangón.

De hecho, es tal la originalidad de este rincón que posee su propio dialecto. En toda la zona de Lisboa se habla un portugués extremeño, influenciado claramente por la provincia española de Extremadura, aunque en realidad podemos asegurar que la influencia ha sido mutua y que ambas regiones poseen una forma de hablar muy particular.

En el resto del país, hay otros nueve dialectos reconocidos: el azoriano (de las islas Azores), el Alentejano (la zona de Alentejo, al sur), el algarvio (del Algarve, en la costa sur), el alto miñoto (en la frontera norte, Braga), el bajo beirão o alto alentejano (de la zona centro) y el beirão simple (de la misma zona, pero más hacia el interior del país alejándose de la frontera con España), el extremeño (Coimbra y Lisboa), el medeirense (hablado en la isla de Madeira), el norteño (al sur de Braga y en Porto) y el transmontano (al noroeste. Más allá de los Montes). Algunos de ellos son variaciones de otros dialectos de la misma zona, como el gallego o el propio extremeño y cuyas diferencias son mínimas con el portugués normalizado, pero ya se sabe, cada uno quiere poner su marquita en el libro de la originalidad y quiere que lo recuerden por algo distinto.

No obstante, quien viaja a Portugal, recordará el país muchas, muchas cosas que le marcarán profundamente y no sólo por el idioma, porque también hay que reconocer que los portugueses, cada vez más, se defienden a la perfección o muchos otros idiomas, a la hora de comunicarse con el turista.

 


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