Número 10, Año 3, Abril-Junio 1998

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Sentimientos Contradictorios
 
Por: Octavio Islas Carmona

Este número de Razón y Palabra particularmente me produce emociones extrañas y contradictorias.

Por un lado, experimento la enorme alegría de poder presenciar y de ser, de alguna forma, un cómplice más del décimo número de Razón y Palabra, nuestra revista electrónica, la cual, si algún mérito admite, es el de procurar siempre la incorporación de nuevas voces, impregnadas de renovadoras búsquedas que cuestionan la simplicidad de cada una de nuestras certidumbres.

Por otra parte, resientó el amargo vacío que me produce la muerte de Octavio Paz, a quien reconozco como fundamental intérprete de mi tiempo y forjador de muchos de los principales motivos de mis búsquedas.

La genuina necesidad de expresar, reconociendo en esa justa acción cada una de nuestras enormes insuficiencias, nos obligó a trabajar durante largos meses en el primer número de Razón y Palabra.

Precisamente en la primera edición de nuestra revista electrónica incorporamos algunos párrafos de "Libertad bajo Palabra".

Hoy comprendemos que muchos de nosotros nos reconocimos entre frases, palabras, sueños y escenas interpuestas, las cuales fueron un obligado alimento a nuestra imaginación.

Fundimos -con el propósito de integrar y recuperar- a Octavio Paz con Eduardo Nicol; reconocimos, maravillados, los laberintos que incorpora la soledad de nuestra cotidianeidad y el liberador recurso de la expresión y la acción comunicativa; descubrimos las desrrealidades que introduce la poesía y nos perturbaron profundamente los sueños que promueve la metafísica -siempre desafiante de la modernidad-.

En la extraña turbiedad de nuestros días -lo reconocemos- nos duele profundamente la muerte de Octavio Paz.

Este es el décimo número de Razón y Palabra. A los sueños solo agregamos determinación y la vocación de nuestro trabajo.

La propuesta temática fue definida por Jesús Galindo, quien involucró en esta dificil aventura a toda una nueva generación de comunicólogos, a través de la Red de Comunicación Compleja.

Galindo -perturbador innato-, confía en la posibilidad de que, algún día -deseablemente no muy distante-, los comunicólogos efectivamente consigamos articular una red de comunicación que afirme un auténtico "nosotros", trascendiendo el infantil egoísmo de muchas de nuestras organizaciones, publicaciones y escuelas. Los tiempos y los signos son de obligado diálogo y apertura.

A Alejandro Carranco, le expreso total gratitud y el pleno reconocimiento de todos los que formamos parte de PROYECTO INTERNET por tan extraordinario trabajo.

Hace algunos meses Alejandro deseaba compartir generosamente las valiosas experiencias que ha adquirido a miembros de nuestra distinguida comunidad académica, la cual participó en un encuentro nacional de investigadores de la comunicación.

Era indispensable escucharlo: se trataba de ampliar horizontes, extender perspectivas, atender las llamadas de atención que oportunamente nos muestran a quienes etiquetamos como los otros.

¿Qué otros comunicólogos disponen de la experiencia que ya tiene Alejandro, coordinando una publicación electrónica dedicada al estudio de las ciencias de la comunicación?

¿Cuántas facultades y escuelas de comunicación disponen de una publicación electrónica?

Cuántas de los investigadores de esas instituciones desearían desarrollar alguna publicación electrónica y ampliar efectivamente los canales de difusión para la divulgación del resultado de sus ivestigaciones?

Nuevamente se ratificó la virtud del incesto y el privilegio del aplauso compartido. Más de lo mismo y más de los mismos.

Alejandro, indiferente a la hipócrita incapacidad autocrítica de muchos colegas de profesión, extendió significativamente el notable trabajo realizado por otros comunicólogos, quienes, al margen de los reflectores, labran día a día el sendero por el cual seguramente deberá perfilarse una nueva generación de académicos e investigadores de la comunicación, quienes al recurso del incesto opondrán el diálogo propositivo.

Leonardo Peralta ha obsevado una disciplinada preparación para asumir próximamente la dirección de Razón y Palabra. Ya hemos conversado con Elizabeth Bonilla, quien coordinará el próximo número de Razón y Palabra. Le profesamos absoluta admiración a quien se distingue por su generosidad y trabajo.

El número doce posiblemente lo coordinarán José Luis Martínez, Gabriel Sosa Plata y Fernando Mejía Barquera, infatigables periodistas, quienes coordinan un valioso suplemento especializado en el estudio de temas de comunicación: Medios, el cual acompaña cada edición dominical de El Nacional.

Inmerso en este sentimiento contradictorio, afirmo un mérito: en nuestro espacio hay un lugar para todos. Integremos una efectiva red de comunicación entre los comunicólogos.

Un jueves de mayo de 1998.
 
 

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