Número 10, Año 3, Abril-Junio 1998


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EL PERIODISMO CULTURAL EN LOS TIEMPOS DE LAS GRANDES CIUDADES

Por: Dr. Javier Esteinou Madrid

INDICE

I.- EL CONCEPTO DE "CULTURA ARISTOCRATICA" Y LA PRACTICA DEL PERIODISMO CULTURAL

II.- HACIA OTRA CONCEPCION Y PRACTICA DEL PERIODISMO CULTURAL

III.- QUE HACER: HACIA LA FORMACION DE UN PERIODISMO CULTURAL ORGANICO CON EL DESARROLLO SOCIAL

IV.- PROPUESTA

V.- NOTAS

 

I.- EL CONCEPTO DE "CULTURA ARISTOCRATICA" Y LA PRACTICA DEL PERIODISMO CULTURAL

El periodismo contemporáneo en México es una práctica comunicativa que presenta muchas facetas versátiles, especialmente, en la etapa de la modernidad nacional con la presencia de las nuevas tecnologías aplicadas a potenciar el quehacer informativo. Dentro de la gama de múltiples acciones periodísticas que existen en el amplísimo campo de la cultura de masas contemporánea, una de las vertientes que ha sobresalido por marcar, cada vez mas, su específica personalidad, ha sido el periodismo cultural.

Así, la práctica del periodismo cultural en nuestro país se ha desarrollado, poco a poco, a lo largo de los años, tomando elementos de todas las áreas del conocimiento, especialmente humanístico, y de todos los géneros periodísticos existentes hasta alcanzar una personalidad, mas o menos, ya definida que le ha permitido poseer una legitimidad profesional provisional. Sin embargo, el largo, difícil y silencioso proceso de adquirir su propia identidad ha ocasionado que la tradición de pensamiento y práctica del periodismo cultural en México, haya ubicado a este quehacer informativo dentro de un terreno tan particular y autónomo que en ocasiones lo ha convertido en una acción autista desvinculada en un alto porcentaje del resto de los procesos sociales fundamentales que se experimentan en el interior de nuestra sociedad.

Esto se ha debido a que, cuando más, la cultura ha sido considerada por el Estado Mexicano y los profesionales culturales como un campo del quehacer humano y gubernamental con contenidos específicos que poco o nada tienen que ver con los ámbitos principales de la realidad nacional (l). La estrechez de asimilación de esta noción de cultura "ha dificultado y a veces ha impedido que los propósitos declarados por las autoridades se reflejen consistentemente en las decisiones fundamentales que definen la orientación de las grandes líneas del desarrollo económico, social, y finalmente, cultural del país. A lo más que se ha llegado, en el mejor de los casos, ha sido a incluir un buen apartado, de escasa significación en el contexto general de los planes de acción gubernamentales, en los que se menciona la necesidad de atender el desarrollo mental de la población y tomar en cuenta su propia cultura. De esta manera, la "cultura" aparece como algo suplementario dentro de la dinámica social" (2).

Con ello, al contemplar la cultura como elemento de lujo se ha ignorado por el Estado y los profesionales culturales que "los proyectos de desarrollo nacional sólo tienen sentido, o no lo tienen, si son expresiones de un proyecto cultural. Hay que considerar que no hay desarrollo en abstracto. El crecimiento y la transformación de los grupos humanos concretos siempre se da en función de una historia, un presente y un futuro deseable, a partir de su propia y peculiar visión del mundo, de su sistema de valores, de sus conocimientos y formas de organización, de sus deseos y esperanzas; en fin, de su cultura. Por ello, la "cultura no es una dimensión o un elemento más del desarrollo sino es el marco general en el que el programa de crecimiento se ejecuta, y por el cual, se realiza. En síntesis, la "cultura" le da al proyecto nacional su razón de ser" (3).

La concepción restringida y deformada de la realidad cultural se debido a diversas causas, entre las cuales, sobresalen las dos siguientes. Por una parte, debido a que el Estado Mexicano de las últimas décadas ha guiado su dirección por criterios altamente pragmáticos de corto plazo y no por directrices de planificación profunda de mediano y largo plazo para diseñar el país que anhelamos y necesitamos ser. Por otro lado, a que la cultura que han producido los sectores especializados dedicados a esta actividad se ha caracterizado por ser predominantemente una manifestación narcisista, ególatra e individualista de las exquisiteces sensoriales de grupos elíticos, y no una cultura orgánica que vincule la productividad de nuestros intelectos y sensibilidades colectivas con la resolución de los grandes conflictos estructurales que nos impiden crecer como país (4).

Esta tradición nos ha llevado a adoptar en casi todos los niveles y sectores sociales de nuestra República un concepto recortado y una práctica muy deformada de la acción cultural que le ha castrado su vinculación profunda con los procesos de desarrollo y le ha asignado un radio de cobertura artificial muy estrecho que abarca, principalmente, la promoción de las bellas artes, la extensión de la infraestructura física de las escuelas, el incremento de la matrícula escolar, la ampliación del conjunto de museos, la inauguración de casas para la juventud, el aumento de la alfabetización, el apoyo privilegiado a las humanidades, la difusión de la música "selecta", el fomento al rescate y conservación de los monumentos históricos y arqueológicos, etc. (5).

Esta es la noción de cultura que hoy día domina, se fomenta e implementa a través de los principales "suplementos culturales" periodísticos (6), de los "canales culturales" de radio y televisión (7), de los "Simpósiums Culturales" que proponen las universidades (8), de los Consejos, Comisiones y Fondos Culturales" del Estado (9), de los "Acuerdos de concertación Cultural" a nivel internacional (10), de los "Cursos de Especialización Cultural" que alienta la sociedad civil (11), de los "Festivales culturales" que organizan las Federaciones (12), de las "Comisiones culturales" de los sindicatos (13), de las normatividades "culturales" de la ley (14), de los concursos "culturales" que convocan las autoridades públicas (15), de los programas "culturales" para los grupos marginados (16), de las semanas "culturales" (17), y de los diversos Planes Nacionales de Desarrollo del Gobierno Mexicano (18).

Con este enorme reduccionismo del concepto y la práctica cultural por parte de los sectores culturales se ha arrumbado la acción cultural a un quinto plano, evitando que el centro del desarrollo de la sociedad mexicana surja desde su instancia cerebral; favoreciendo, con ello, que el crecimiento social emerja desde otros polos de intereses económico políticos restringidos y viciados. Es decir, la pérdida del verdadero contenido y sentido que debe abarcar la acción cultural ha sido tal, que ha ocasionado, en términos de prioridades estructurales, que esta sea considerada en los planes globales de desarrollo al mismo nivel de importancia que ocupa el deporte (19).

De esta forma, la cultura no ha sido entendida como la acción orgánica entre gobierno y sociedad para producir mayores niveles de conciencia para que la población se conozca, organice y participe en la resolución de las grandes contradicciones estructurales que cotidianamente nos impiden sobrevivir; sino como una tarea aislada del proceso de crecimiento nacional, y en la mayor de las veces, suntuosa y secundaria.

Realidad que más que favorecer el desarrollo del país ha obrado como un elemento central de su estancamiento y atraso histórico, pues se ha intentado impulsar el avance material de nuestra sociedad sin fomentar la superación cerebral de la misma.

II.- HACIA OTRA CONCEPCION Y PRACTICA DEL PERIODISMO CULTURAL.

Para poder comprender con mayor profundidad cual debe ser el papel del periodismo cultural en las grandes ciudades mexicanas de finales del siglo XX, debemos examinar esta realidad dentro de una amplia óptica de reflexión y no en la tradicional y restringida visión instrumental e inmediatista de esta que sólo nos proporcionaría una visión muy superficial del mismo: la visión de su sombra y no de su esencia.

Es por esto, que considerando que debido a que una teoría amplia del periodismo cultural ha sido abandonada notablemente por la reflexión mexicana en el campo de la información y la cultura, actualmente no se puede presentar una teoría acabada o madura sobre la relación que se establece entre periodismo cultural y ciudad; sino sólo una visión aproximada al problema. Es decir, no obstante que en diversos momentos se han desarrollado diversas reuniones sobre el periodismo cultural en nuestra República, desde una dimensión orgánica, a mitad de la década de los noventas, sólo podemos decir que nos encontramos en una fase embrionaria de estudio y comprensión de dicha realidad.

Es por ello, que para poderlo abordar desde esta perspectiva amplia de comprensión requerimos considerar por lo menos las siguientes 12 mega tendencias culturales que se dan en las grandes ciudades del país, y que conforman el marco histórico-cultural-espacial básico donde naturalmente actúa el periodismo cultural contemporáneo en la República Mexicana: el México urbano de finales de siglo, la ciudad como marco del periodismo cultural, el capital como arquitecto de las urbes mexicanas, la concentración de las comunicaciones, el periodismo cultural massmediatizado, la comunicación urbana como negocio, la deshumanización de las ciudades, el derrumbe de las relaciones humanas, el surgimiento de la "video-vida", la mentalidad tecnificada de los "profesionales" de la comunicación, el hombre ausente del estudio de los procesos de comunicación urbanos, la reproducción espiritual urbana vía los medios de comunicación.

 

1.- EL MEXICO URBANO DE FINALES DE SIGLO.

Siendo que al final del siglo XX el principal espacio donde se concentra la población de México y del resto del Planeta es en las ciudades, ya que tres de cada cuatro habitantes mexicanos y mundiales viven en las urbes y ya no en el campo (20); ahora estamos obligados a retomar en nuestro país la reflexión sobre la naturaleza y dirección del periodismo cultural alrededor del marco de las ciudades, especialmente, mega urbes, y no dentro de los simples marcos institucionales abstractos, aislados o etéreos como tradicionalmente se ha abordado.

Esto significa, que sin ser excluyentes en un México eminentemente urbano debemos de desarrollar prioritariamente, desde los medios de comunicación colectivos, políticas y proyectos de periodismo cultural urbanos, y ya no rurales.  

 

2.- LA CIUDAD COMO MARCO DEL PERIODISMO CULTURAL.

Al concluir el siglo XX en México los marcos de recepción de la práctica del periodismo cultural, no son espacios vacíos o neutros, sino que ahora son claros entornos urbanos que previamente cargan de significación y límites la información cultural que se difunde y recibe por los públicos. Esto significa, que en México, en nuestras vidas cotidianas de finales de milenio, existen otras grandes fuerzas o espacios comunicativos, tan o más importantes, que los canales electrónicos de difusión colectivos que determinan constantemente nuestra comunicación y nos imponen, para bien o para mal, un estilo distinto de vida y de humanización cotidiana.

Así, debemos de reconocer que la ciudad y sus derivados urbanos son una poderosísima fuerza que actúa sobre nuestro acontecer diario influyendo en nuestra forma de pensar, sentir, actuar, imaginar, vestir, trabajar, gozar, descansar, vincularnos con la naturaleza, divertirnos, etc., es decir, sobre nuestra forma y calidad de vida. De esta manera, la ciudad aparece como algo más que un simple espacio geográfico-territorial que cobija a los ciudadanos dentro de sus fronteras urbanas, y se convierte en el contexto desde el cual se descodifica toda la información que difunde el periodismo cultural.

Bajo esta perspectiva, podemos decir que "la ciudad nos da que sentir, y lo que sentimos es una cierta organización del espacio, espacios llenos o vacíos... El aspecto formal es su manera de expresión, la forma como se nos manifiesta está intrínsecamente unida a la materialidad del lugar. Pero sin duda todos estos espacios dan que sentir gracias a nuestra corporalidad. La simbólica de la ciudad está íntimamente ligada a nuestro cuerpo. El cuerpo es "lugar" primordial de comunicación, de apertura al mundo, a los otros, a la historia, y a la cultura. Gracias al cuerpo el sentido de la ciudad se nos descubre al transitar por esta, que no es otra cosa que la apropiación del código urbano para producir en él una enunciación" (21).

Este entorno urbano es el contexto de decodificación básico de los contenidos que irradia el periodismo cultural a los receptores.

 

3.- EL CAPITAL COMO ARQUITECTO DE LAS URBES MEXICANAS.

El diseño y construcción de las grandes y modernas ciudades mexicanas desde mediados del siglo XIX y hasta finales del siglo XX, ha sido realizado fundamentalmente en base a la operatividad de las dinámicas económicas de acumulación de capital, pero nunca han sido planificadas centralmente como espacios de comunicación humana. Los criterios de funcionalidad económica al más bajo costo, no sólo han producido fenómenos de carácter financiero, político, social, demográfico, ecológico, energéticos, etc., en las urbes, sino también comunicativos, desde el momento en que la construcción de los entornos físicos edificados no sólo tienen un impacto material, sobre los seres humanos que los habitan, sino también fuertemente cultural.

Es decir, los contextos espaciales elaborados no únicamente nos determinan de manera económica y social, sino también mental, desde el momento en que los individuos nos relacionamos, pensamos, sentimos, imaginamos, movemos, amamos, interactuamos, etc. humanamente dentro de éstas coberturas físicas. Por lo tanto, en gran parte la naturaleza y calidad de pensamientos, imaginación, esparcimiento, emotividades, desplazamientos, interrelaciones, psiquismos, etc, que producimos en las urbes, dependen, directa o indirectamente, de la forma como están construidas las ciudades. Por ejemplo, no son iguales los procesos de comunicación humana que se desarrollan en departamentos habitacionales de 160 m2, con alta privacía, vista a jardines o áreas verdes, varias recámaras y suficiente seguridad; que en departamentos de 40 m2 con 1 sóla recámara, vista a la pared de enfrente con cemento o asfalto, ruido de vecinos, hacinamiento habitacional y baja seguridad.

En este sentido, lo urbano puede entenderse como un "conglomerado humano en medio del cual funciona de manera permanente un complejo sistema de comunicación e información" (22).

Es dentro de este contexto de determinaciones del espacio urbano por los intereses concentrados del gran capital donde el periodismo cultural ocupa un lugar central para humanizar a los individuos.

 

4.- LA CONCENTRACION DE LAS COMUNICACIONES.

Debido a la forma centralizada como han evolucionado las concentraciones humanas en México, la ciudad se ha convertido en un espacio muy privilegiado del cruce y concentración de las comunicaciones tecnológicas. Así observamos, por ejemplo, que en las metrópolis nacionales se encuentran reunidos el mayor porcentaje de teléfonos, faxes, telecomunicaciones, fibras ópticas, terminales satelitales, bases de datos, redes de computadoras, conexiones coaxiales, accesos a Internet, medios interactivos, etc.

Esta realidad ha convertido a las zonas urbanas de México en territorios de mayor concentración de comunicaciones tecnológico-instrumental que otras regiones rurales de nuestro país. Es decir, por la mayor concentración de redes de información, las ciudades mexicanas se han transformado en grandes y estratégicos centros nerviosos para el funcionamiento de nuestra sociedad.

Es dentro de este amplio sistema nervioso de concentración de medios de difusión colectivos y de nuevas tecnologías de información a través del cual actúa el periodismo cultural.

 

5.- EL PERIODISMO CULTURAL MASSMEDIATIZADO.

Debido a la amplia proliferación y concentración de los medios de comunicación colectivos en las urbes del país, la práctica mas amplia que se ejerce del periodismo cultural en el México de finales del siglo XX, proviene de los medios de difusión de masas y ya no de otros espacios culturales muy importantes como pueden ser las casas de cultura, organizaciones culturales, las bibliotecas, los Kioscos, etc.

En este sentido, hoy vivimos un periodismo cultural, cada vez mas, realizado y mediatizado por los medios de información colectivos.

 

6.- LA COMUNICACION URBANA COMO NEGOCIO.

La dinámica de expansión del capital a todas las áreas de la vida ha introducido en nuestras estructuras mentales de países en vías de crecimiento, la concepción mercantilista de que, por encima de todo, la comunicación urbana debe ser un negocio. En consecuencia, ha ocasionado que los espacios de comunicación pública se privatizen para convertirlos en zonas de lucrativas ganancias económicas.

Así, con la introducción en México de la ideología neoliberal del mercado que postula el "Dejar Hacer, Dejar Pasar", cada vez mas, la zonas de lo público se han privatizado-comercializado para hacerlos "espacios modernos" de éxito. De esta forma, el mercado define más el sentido, la dinámica y la forma de las ciudades y no las necesidades mayoritarias del desarrollo social. Con ello, el espacio de encuentro público crecientemente se convierte en un ámbito comercial, como sucede con los malls, los centros comerciales, los super mercados, etc., y no como un espacio de reencuentro con lo público, con lo colectivo o con lo social.

Es dentro de este contexto de fuertes condicionamientos comerciales de la comunicación colectiva por el mercado donde actúa el periodismo cultural en México.

 

7.- LA DESHUMANIZACION DE LAS CIUDADES.

Al no ser diseñados los entornos urbanos mexicanos para satisfacer los requisitos de una calidad de vida superior, sino de consolidación de los procesos industriales para fortalecer el flujo de macro concentración de capital, a costa de lo que sea; ha sido mayoritariamente la dinámica de la acumulación material la que ha definido la naturaleza de nuestras ciudades. Así, en el terreno espiritual de las urbes hemos observado el surgimiento de un paisaje urbano-comunicativo cada vez más inhóspito e inhumano, pues los espacios de vida y convivencia son planeados básicamente para generar productividad rápida, abundante, eficiente y competitiva; y no para incitar la convivencia, el encuentro, el diálogo, el compartir, el contacto, la relación con la naturaleza, el acercamiento, etc., en una idea, para comunicarnos y humanizarnos.

Es dentro de esta realidad de creciente deterioro de la calidad de vida donde actúa la práctica del periodismo cultural contemporáneo en la República mexicana.

 

8.- EL DERRUMBE DE LAS RELACIONES HUMANAS.

Derivado de los procesos de modernización industrial y de las crisis urbanas en las ciudades mexicanas, especialmente en las macro urbes, se ha producido un derrumbe de las relaciones humanas de comunión y un debilitamiento de los canales interpersonales de comunicación, generando una fuerte erosión de la relación social más fundamental que es el encuentro personal con los otros.

Así, observamos que el ritmo de sobrevivencia urbana nos ha llevado a substituir cada vez más nuestra familia sanguínea de origen por los lazos de una débil familia ampliada proveniente del mundo del trabajo. Que cada vez mas el nivel de aislamiento humano que se incrementa, en las ciudades ha provocado que vía los anuncios oportunos de los principales periódicos y revistas aparezcan solicitudes de personas que expresan sus medidas corporales, características físicas, modos de pensar, datos personales, etc., para solicitar encontrar "amigos", "esposos" ó "compañeros" que mitiguen su soledad. Que cada vez mas tenemos en las metrópolis menos parques, jardines, banquitas, rinconcitos, calles empedradas, fuentes, etc. donde podamos dialogar para descubrirnos los unos a los otros, y estas son substituidas por carpetas de asfalto, avenidas de cemento y ejes viales para los automóviles.

Que cada vez mas la relación elemental del juego corporal entre padres e hijos que se daba mediante el retozo en las generaciones anteriores; ahora crecientemente es substituida por la vinculación electrónica que se da entre estos a través de la pantalla con el Nintendo, el Atari y las nuevas generaciones de video juegos que se introducen con las modernas tecnologías de información. Que cada vez más nuestros ancianos estorban al mundo moderno del "progreso urbano" al ya no ser eficientes o productivos, y por consiguiente, son intensivamente abandonados frente al televisor ó en los asilos. Que cada vez mas las personas común y corrientes de esta generación morimos mas solos en los panteones, pues la vida "desarrollada" y "productiva" de las urbes modernas ya no nos da tiempo para acompañar a nuestros muertos a su último adiós, etc.

En este sentido, observamos que "mientras más grande es una cuidad, se vuelve más fragmentada, compleja e incomunicada, dificultando el encuentro entre amigos y familiares. La familia misma pierde hoy su poder de convocatoria y se refuerza en su núcleo central: padres e hijos, manteniéndose estos últimos hasta la edad de separación. Así, se diseña en las ciudades mexicanas la familia-individuo que deja de ver y visitar a los otros miembros (abuelos, tíos, primos, etc.) y a otros amigos queridos. Las grandes distancias, las dificultades del transporte, el cansancio y el agotamiento de la jornada diaria en el trabajo o en el estudio ayudan a aumentar la necesidad de aislamiento en una casa o en un pequeño apartamento de concentraciones de edificios donde se atrinchera hoy la clase media, la popular y buena parte de la alta con una inmensa antena parabólica como modelo de vida urbana" (23).

Es en esta atmósfera de creciente deterioro humano de las relaciones humanas donde el periodismo cultural puede cobrar un nuevo sentido de rehumanización de los hombres.

 

9.- EL SURGIMIENTO DE LA "VIDEO-VIDA".

Dentro de la tendencia urbano-mercantil que ha seguido el proceso de producción y reproducción de la sociedad mexicana se ha difundido rápidamente la mentalidad de que para que todo espacio público de comunicación sea moderno debe de estar atravesado por el complejo audiovisual, pues de lo contrario será atrasado o anacrónico. Así, ha surgido en las principales ciudades de la República el fenómeno de la "Video-Vida" como realidad cultural que ha atravesado todas las actividades de nuestra existencia.

Dicho fenómeno de video-vida se caracteriza por producir un frívolo consenso que plantea que todos los espacios de la vida pública o privada de los ciudadanos tienen que estar atravesados y hasta invadidos por el funcionamiento de las tecnologías de información más modernas.

Así, no obstante, la realidad de profunda regresión humana que se presenta en nuestras ciudades a finales del siglo XX, en los pocos espacios de diálogo, reunión y encuentro y discusión colectiva que quedan en nuestras deshumanizadas urbes, la propuesta modernizante de los "comunicadores profesionales" ha sido dar el tiro de gracia a estos resquicios de vida para introducir la dinámica de la "video-vida" y convertirlas en zonas de pasatiempo posmodernas, donde literalmente se "Mata el Tiempo". Así, se constata que las políticas "modernas" de comunicación han transformado la taquería en "video taco", el bar en "video bar", la pizzería en "video pizza", la discoteque en "video discoteque", el restaurant en "video gourmete", la sala de espera en "video sala", el camión en "video bus", el metro en "video metro", el avión en "aéreo video", la caseta telefónica en "video teléfono", la conferencia en "video conferencia", la recámara en "video recámara", las campañas políticas en "video campañas", el ejercicio de compra en "video compra", (solo falta el "video sanitario" que no debe tardar en surgir), etc., propiciando una vez más la distancia y el desencuentro entre las personas con su consecuente estado de creciente de obscuridad humana.

Incluso, esta concepción "moderna" de la comunicación ha avanzado tanto, que por ejemplo, en México, algunos de los principales jardines del Distrito Federal se han convertido en video jardines para ver a través de pantallas gigantes de televisión eventos como la pelea del Macho Camacho, el Concurso Miss México, los debates políticos entre los diversos candidatos a la presidencia de la República, los informes presidenciales, los campeonatos de fut bol, las olimpíadas, etc, restándoles su carácter de zonas de tranquilidad y de armonía con la naturaleza.

De esta forma, la relación con el complejo del video en las ciudades substituye el espacio de encuentro y contacto con la plaza pública, con el jardín, con la alameda, con el quiosco, etc. produciendo extensivamente el fenómeno de la "Video Vida" a todos los rincones de la acción humana. Paradójicamente, intentando producir dinámicas de comunicación con el inmenso arsenal de tecnologías informativas con que contamos al terminar el siglo XX, esta práctica urbana pos moderna, ha transformado progresivamente dichos espacios, y otros más, en áreas de profunda incomunicación humana, al suprimirles su ambiente de privacía y de individuación que le son propios, para convertirlos en otras instancias más de la ideologización del dinero y del poder.

Es dentro de esta nueva "videoatmósfera" cotidiana de la vida urbana donde actúa el periodismo cultural y donde debe cobrar un nuevo sentido.

 

10.- LA MENTALIDAD TECNIFICADA DE LOS "PROFESIONALES" DE LA COMUNICACION.

No obstante el peso dramático de esta realidad sobre la vida urbana, los "comunicólogos profesionales" no nos hemos sensibilizado de la necesidad de construir otras formas de comunicación más humanas, y siguiendo los marcos de la modernidad, permanentemente planteamos que lo importante de nuestro campo de actividad es comunicarnos a través de las tecnologías de información. Así, constantemente promovemos la adquisición de mas redes de comunicación celulares, ordenadores autoprogramables, mas servicios de cable a domicilio, pantallas estereofónicas, televisiones de alta definición, "Walk Man's" con ecualizadores, teletextos, compac disks, teléfonos celulares, radio localizadores automáticos, redes de Internet, etc. y no el simplemente hecho de escucharnos y acercarnos para conocernos e impulsarnos como seres humanos.

Incluso, constatamos que los "especialistas de la comunicación" para reproducir profesionalmente en las escuelas de información a los nuevos cuadros que dirigirán el futuro de esta realidad urbana, construimos currículos académicos que estudian la teoría de mercado, las campañas políticas, las culturas populares, las nuevas tecnologías, los métodos de investigación, las técnicas publicitarias, la producción de contenidos televisivos, los lenguajes de la radio, la estética cinematográfica, la información en el siglo XXI, las herramientas semiológicas, la realidad virtual, etc.; pero nunca abordamos el proceso humano de la comunicación, especialmente interpersonal, que es la base central de donde parte y en donde aterriza todo el fenómeno anterior.

De aquí la necesidad de que la teoría del periodismo cultural desarrollo otras bases conceptuales que permitan concebir a este desde el proceso elemental de la comunicación humana.

 

11.- EL HOMBRE AUSENTE DEL ESTUDIO DE LOS PROCESOS DE COMUNICACION URBANOS.

Frente al proyecto de comunicación moderna en las ciudades, podemos decir que para el modelo central de comunicación urbana que hemos construido en estos años en México todo ha sido importante considerar excepto nosotros como seres humanos. Es decir, nosotros no hemos sido importantes para nosotros mismos, pues no hemos colocado al fenómeno humano en el centro de la reflexión, la discusión y la acción comunicativa; sino que nos hemos enredado en el tratamiento y la super valoración de otras mediaciones tecnológicas mas sofisticadas, situándolas como el fin último de nuestro quehacer profesional y no como meros apoyos materiales para alcanzar otras metas superiores. Mayoritariamente cuando los individuos han estado como centro de producción de la comunicación no ha sido con el fin de ser concebidos como seres humanos que tienen que desarrollarse como personas, sino como consumidores de productos y servicios que requiere movilizar el modelo de acumulación para lograr su ganancia. Esto es, el sujeto de nuestra comunicación ha sido el manejo de las técnicas informativas y no la transformación de los seres humanos.

Tal parece que el proyecto de comunicación moderna que con toda energía nos hemos esforzado por construir en México, se ha fundado mayoritariamente sobre la negación misma del proceso de comunicación interna del hombre. Es decir, da la impresión de que la relación de comunicación que los "especialistas" en esta disciplina hoy producimos entre los individuos, no es aquélla que permite que los hombres se conozcan y profundizen mas en si mismos y en el núcleo social que los rodea; sino que al contrario es un mecanismo ajeno impuesto desde afuera de la interioridad mas central del hombre, que lo que genera es la obscuridad de los seres.

Por ello, podemos afirmar que la relación que hemos construido con nosotros mismos y con la sociedad a través de los modelos de comunicación, especialmente urbana, nos ha llevado a un estado generalizado de incomunicación; y por lo tanto, de pérdida de nosotros mismos como personas, como familia, como barrio, como comunidad, como región y como país. Esto es, la comunicación que hoy practicamos es un mero artificio más sobre la superficie de la sociedad y de nuestras existencias, pues no va al fondo de las necesidades profundas del hombre. Es una dinámica eminentemente informativa y no comunicativa.

Ante ello, nos preguntamos ¿ Para qué queremos las máquinas de difusión de la quinta generación y los trillones de bits de información que nos ofrece la modernidad; si hoy en las urbes entre los seres humanos nos es progresivamente más difícil comunicarnos de mirada a mirada, de corazón a corazón, de centro a centro ?. Por ello, podemos afirmar que el saldo gremial que queda después de 70 años de estudio y práctica especializada de la comunicación en, es que hoy hemos perdido lo mas importante por lo meramente secundario y accesorio. Es por ello, que al estar próximos a llegar al siglo XXI podemos decir que nuestra sociedad cuenta con especialistas técnicos, médicos, químicos, administradores, ingenieros, abogados, políticos, etc.; pero en estricto sentido, no obstante que existimos miles de individuos preparados en el campo de la comunicación, la sociedad todavía no poseen verdaderos comunicadores. Esto debido a que dichos cuadros profesionales nos dedicamos a ejercer todas las actividades propias del quehacer informativo, excepto a construir las condiciones para que los seres humanos se conozcan a si mismos, se encuentren, se aproximen, se humanizen y evolucionen hacia etapas superiores del Ser.

De aquí, la importancia medular en la actualidad de colaborar desde el frente del periodismo cultural a crear otro proyecto de comunicación, de cultura y de espiritualidad urbanas que partan de las necesidades de crecimiento y humanización del hombre, y no de los simples requerimientos dominantes de la voraz y salvaje acumulación económica a nivel planetario a costa de lo que sea.

 

12.- EL PERIODISMO CULTURAL Y LA REPRODUCCION ESPIRITUAL URBANA VIA LOS MEDIOS DE COMUNICACION.

Considerando la dinámica de existencia moderna, observamos que el ciclo de la vida cotidiana de la población mexicana en las ciudades esta compuesta de cuatro fases rutinarias: Primero, la fase del sueño, donde los individuos recuperamos todas las energías físicas perdidas durante la jornada laboral para poderlas volver a invertir al día siguiente en la esfera de la producción. Segundo, la fase del trabajo donde lo único que cuenta es que se realize la lógica de la producción, y por lo tanto lo más importante que hay que hacer es ser eficientes.

Tercero, la fase de la reproducción de la infraestructura cotidiana de vida, donde lo que hay que efectuar es el arreglo del hogar, la compra de los alimentos, la realización de los servicios básicos de la vida cotidiana, etc. para sobrevivir. Y cuarto, la fase del esparcimiento, donde es el único momento que tenemos los mexicanos para descansar física y mentalmente, esto es, para vivir el esparcimiento y el placer. Es decir, para re-inventarnos como seres humanos, o lo que es igual, para Re-Crearnos de manera distinta, para dejar de repetirnos como lo hacemos en el terreno de la producción económica. Todo lo cual, significa imaginarnos a nosotros mismos de manera nueva y crecer.

En esta última etapa de la re-creación debido a la existencia, cada vez más, adversa del contexto urbano mexicano, pues se han reducido drásticamente los espacios de áreas verdes en todas las metrópolis del país, se ha estrechado el tamaño de la vivienda, se ha incrementado la inseguridad de las ciudades para salir a pasear, especialmente por las noches, y se han aumentado los costos del esparcimiento extra-hogareño; los habitantes citadinos de la República mexicana crecientemente tendemos a canalizar el tiempo de nuestro esparcimiento dentro del complejo audiovisual que ofrece la televisión y no de otro sistema cultural. Así, constatamos que, cada vez más, el tiempo de descanso de los mexicanos urbanos esta crecientemente más expuesto a la acción de la televisión y otros medios de comunicación electrónicos, se incrementa el consumo de video-homes, se eleva el tiempo de exposición a la televisión, se maneja la realidad cotidiana desde la "concepción virtual de la vida" que arrojan los medios, y aumenta el porcentaje del juego familiar que cruza por la pantalla a través de los ataris, los nintendos y otros video games.

Todo ello, significa, en última instancia, que cada vez más, en las ciudades la reproducción espiritual de los individuos gira alrededor del complejo de medios audiovisuales, particularmente electrónicos. Es decir, el horizonte de imaginación desde donde se reinventan cotidianamente las personas, proviene de los medios de información, especialmente de la televisión, y ya no de otras fuentes culturales tradicionales o alternativas.

Es aquí, dónde el periodismo cultural en las urbes desempeña una tarea muy estratégica, pues a través de la difusión de la cultura tiene la facultad de humanizar a los ciudadanos desde otras bases artísticas y humanísticas que no sean las de la feroz acumulación de capital. Es decir, al permitirnos el periodismo cultural mantener contacto con la literatura, la música, el arte, la escultura, la danza, el canto, la pintura, la reflexión, etc, nos permite tener un panorama diferente para re-inventarnos o re-crearnos como seres humanos de manera distinta, para dejar de repetirnos en el terreno de la producción económica, e imaginarnos como seres desde otros parámetros mas elevados de humanización.

 

III.- QUE HACER: HACIA LA FORMACION DE UN PERIODISMO CULTURAL ORGANICO CON EL DESARROLLO SOCIAL.

Ante la necesidad de cambio profundo de nuestra nación, es necesario tener presente que para que la sociedad mexicana se desarrolle a través del "Moderno Estado Mexicano", especialmente, en los tiempos del Tratado de Libre Comercio y de la globalización total, es necesario aplicar muchas acciones de carácter administrativas, legislativas, políticas, infraestructurales, organizativas, etc., pero además de estas actividades a nivel material, es indispensable ejecutar intensos y muy sólidos proyectos culturales orgánicos que respalden las acciones de gobierno y desarrollo nacional. Para ello, es central que el Estado Mexicano y los organismos civiles abandonen sus tradicionales desviaciones "aristocráticas", "folkloristas", "elitistas" y "culturalistas" que han practicado durante varias décadas a través del periodismo cultural y otras prácticas educativas y que han entendido la acción cultural de forma restringida como simple la expresión y difusión de las sensibilidades más refinadas en todos los órdenes de las artes y del conocimiento; y la replante ahora en un sentido amplio como la producción de una nueva Cultura Orgánica que responda a las principales problemáticas cotidianas que la sociedad mexicana tiene que resolver para sobrevivir.

Cultura orgánica que supere la simple acción de alfabetizar, incrementar el nivel cuantitativo de la matrícula escolar básica, difundir las bellas artes, ampliar la educación formal, atender eficientemente los trámites instructivos, etc., y que prioritariamente, se oriente a propiciar el desarrollo de las ciudades del país a través de la creación de mayores niveles de conciencia sobre nuestras trabas que nos impiden crecer como sociedad. Es decir, el examen y la difusión los grandes problemas nacionales debe cruzar por el terreno del periodismo cultural.

Situación que políticamente, hoy día, cuenta con mayor margen de posibilidades para gestarse, particularmente, a través de los medios estatales de información, desde el momento en que desde el gobierno del Presidente Salinas de Gortari el control de los medios de comunicación estatales pasó de la Secretaría de Gobernación (acción legitimadora), al Consejo Nacional de Cultura y de las Artes dependientes de la Secretaría de Educación Pública (acción formadora). Esto les ha devuelto a los medios de información colectivos la verdadera naturaleza que les corresponde y el único sentido que los puede justificar: su vocación ético-educativa.

En términos de historia global, pensamos que éste cambio de ubicación de los medios de información podría ser equivalente en el terreno cultural a la nacionalización petrolera, pues es haberle expropiado las orientaciones equivocadas que han adoptado los medios de comunicación gubernamentales durante décadas, para crear ahora las bases políticas que permitan generar un nuevo despegue y florecimiento mental del país. Horizonte que de aplicarse en la actualidad en toda su dimensión posibilita la creación de una nueva era de cultura colectiva de la sociedad mexicana.

Esto quiere decir que una pieza estratégica para que los proyectos de desarrollo nacional puedan echar verdaderas raíces económicas y políticas en la población para alcanzar, a nivel elemental, las metas propuestas, antes, el Estado, a través de los medios de comunicación electrónicos y particularmente de la televisión, tiene que formar en la conciencia de los ciudadanos una nueva cultura global para gobernar en el terreno ambiental, productivo, organizativo, urbano, de explotación de recursos naturales, de empleo, de vivienda, de energéticos, de agua, de salud, de participación, de generación de alimentos, etc.

Ello significa, que ante el momento actual que vivimos de transición y no auge del país, el Estado y los sectores civiles deben orientarse, prioritariamente, vía el periodismo cultural, a la formación de una cultura global para la sobrevivencia nacional y no para la difusión de los simples goces exquisitos de la elite artística de nuestra sociedad. Hay que tener muy presente que el sentido mas elevado que puede tener el arte y la cultura es el de incrementar los niveles de humanización de los hombres y no el de hacerlos más ajenos de sí mismos. Tenemos que combatir firmemente la posición que, con el aparente fin de salir más rápidamente de nuestro subdesarrollo mental, el Estado ha generado en diversas ocasiones, al propiciar la cultura por la cultura o el arte por el arte eliminando su relación elemental con nuestras grandes contradicciones sociales.

Hoy, todos los recursos poéticos, musicales, dancísticos, teatrales, literarios, escultóricos, plásticos, etc., de nuestra intelectualidad nacional exigen ser orientados para contribuir a resolver los grandes problemas de crecimiento que nos estancan como país, y no a su simple y dispersa manifestación espontánea. En otros términos, la fase de transición y despertar nacional por la que atraviesa nuestra República demanda que la belleza, el arte, la sensibilidad, la retórica, la creatividad y la estética estén al servicio del cambio social y no a la disposición de la egolatría, el individualismo, el protagonismo y el narcisismo como ha sido la tendencia mayoritaria que se ha seguido en las últimas décadas por los proyectos culturales nacionales (24).

En la actualidad es indispensable considerar que la edificación de la nueva sociedad mexicana y del Estado nacional no se pueden construir sobre la base de los viejos valores sociales, especialmente, cuando fueron dichos principios los que nos llevaron a la profunda crisis estructural que actualmente vivimos. En esta coyuntura es indispensable reconocer que el verdadero Estado Moderno, no surge de la realización de simples cambios administrativos, de las "aperturas políticas", de las transformaciones tecnológicas, de la apertura a la inversión extranjera, del adelgazamiento gubernamental, de las modificaciones de la retórica oficial, etc., sino que, en última instancia, parte del cambio mental de la población, en el cual el periodismo cultural ocupa un lugar estratégico.

Ello quiere decir, que las verdaderas bases del Moderno Estado Mexicano tienen que surgir de la profundidad y coherencia que posea su proyecto cultural y no de las simples respuestas coyunturales atrevidas que se pretendan implementar en el terreno económico y político. Por lo que es indispensable construir, a través del periodismo cultural los valores que produzcan una nueva visión cotidiana sobre nuestras personas, nuestras vidas, nuestra Nación, nuestra historia y sobre la misión que le corresponde desempeñar al hombre en el Planeta Tierra.

Perspectiva que hasta el momento sólo ha sido concebida por el Estado de forma muy limitada cuando exclusivamente a nivel teórico se ha pretendido atender la efervescencia política y la macro concentración urbana en el Valle de México y el gobierno ha reconocido la necesidad de que se debe formar, respectivamente, una nueva cultura política y una nueva cultura para la convivencia en la zona metropolitana del país, marginando una enorme cantidad de realidades prioritarias que también deben ser urgentemente atendidas por la acción cultural del gobierno y del sector civil.

De no producirse esta cultura orgánica y democrática vía el periodismo cultural, de muy poco o nada, servirá para el urgente programa de crecimiento nacional la belleza producida por la retórica literaria, la luz generada por la pintura exquisita, las estrofas rítmicas de la poesía, las curvas excelsas de la escultura perfecta, la plástica deliciosa de la danza, los lenguajes artísticos del cine, etc, si antes no se produce una verdadera cultura orgánica y plural que incremente los niveles de claridad y de compromiso grupal de la población frente a los grandes problemas nacionales que nos ahogan. Esto es, de no generarse esta orientación de conocimiento orgánico, el Estado posibilitará la acumulación de una sensibilidad más refinada para el país pero que, finalmente, no podrá ser aprovechada extensivamente por nuestra sociedad, pues el hambre, el desempleo, la violencia, la neurosis, la contaminación, la enajenación, la pobreza, la hacinación, etc., en una palabra, la deshumanización que cada vez más se acentúa en nuestra República, serán los jinetes del apocalipsis que harán inaccesibles todos estos deleites para la mayoría nacional.

Al final del siglo XX no se debe volver a repetir en México la situación de ciudad de Bizancio en la antigüedad clásica que permitió que mientras los bárbaros atacaban con todo salvajismo la fortaleza de Constantinopla sus "sabios" discutían con todo rigor si los ángeles tenían alas o no.

 

IV.- PROPUESTA.

Por la conflictividad de desarrollo agudo que actualmente se vive en las principales ciudades del país, sugerimos la aplicación de las siguientes .... políticas para el impulso del periodismo cultural en México:

1.- Es necesario que el análisis de la relación periodismo cultural-ciudad se asuma en su sentido mas orgánico y bajo esta concepción sea retomado dentro de las directrices, programas y planes de desarrollo cultural del gobierno y de la sociedad civil mexicana.

2.- A través de las nuevas tecnologías de información, es necesario crear una red de comunicaciones que permita contar permanentemente, a nivel local de cada ciudad y a escala nacional, con el inventario mas amplio de las actividades y expresiones culturales que cotidianamente produce la sociedad mexicana.

3.- La difusión permanente de dichas acciones culturales vía el periodismo cultural debe estar vinculada con el análisis y la resolución de los grandes problemas nacionales y locales de cada región de la República Mexicana.

4.- Es necesario que las escuelas de comunicación y cultura del país incluyan en sus planes de investigación y estudio el examen del fenómeno periodismo cultural-ciudad como un eje central de su trabajo y reflexión, para colaborar desde estas a producir horizontes urbanos más humanos que los que ahora nos rodean.

Con la consideración y aplicación de estas políticas, y otras más, se podrá colaborar a producir contextos metropolitanos más humanos que los que ahora nos enmarcan en el país; ya que de no transformar esta tendencia, para el próximo siglo tendremos en México centros urbanos más interrelacionados con la globalización, con más máquinas inteligentes, con más centros de información, con más carreteras, con más edificios modernos, con más automóviles, con más super carreteras, etc., pero también tendremos conglomerados de ciudades, ecologías e individuos destruidos en proporción geométricamente mayor, a los que ahora conocemos.

De no efectuar esta tarea el Estado y los sectores civiles vía el periodismo cultural, y dedicarse principalmente a la promoción del deleite de los refinamientos sensitivos, los organismos culturales se convertirán en entidades de adorno del Estado y la sociedad mexicana, y desaprovecharán la oportunidad histórica que la sociedad les ha construido para corregir el rumbo del espíritu nacional hacia una nueva fase superior de claridad colectiva. Visto en términos globales será como haber utilizado los recursos que nos dió la expropiación petrolera para construir exclusivamente vitrinas de lujo con las flores y aromas más exóticos del planeta y no para crear las bases de otro desarrollo global. Desperdicio de espacio que será aprovechando por otros órganos nacionales y transnacionales para propiciar el desarrollo cultural del país desde los intereses mercadológicos voraces de la acumulación de capital y no desde su crecimiento social y humano.

En ésta fase de acelerada integración de los procesos culturales nacionales a la dinámica de centralización y globalización de las economías mundiales más avanzadas, es una obligación prioritaria de existencia del Estado Mexicano el que no abandone el uso y la creación de los procesos de comunicación y cultura a los dictados salvajes de las "libres fuerzas del mercado", que lo que buscan, en última instancia, es la permanente acumulación de capital. Ahora es fundamental que planifique el funcionamiento de éstos, especialmente, desde un otro periodismo cultural que produzca una Nueva Cultura Cotidiana que propicie el desarrollo y la sobrevivencia del país. Esto es, si no proyectamos el uso de los canales de difusión, alrededor de un proyecto de transformación mental para el crecimiento de nuestra sociedad, de nada servirá la realización del resto de las reformas modernizantes que ha impulsado el actual Estado Mexicano, pues el cerebro del país estará desvinculado de su cuerpo social; con lo cual, nuestra Nación tarde o temprano se volverá a desmoronar, y cada vez más, con mayor intensidad.

De lo contrario, se intentará implementar un proyecto de desarrollo material de la sociedad mexicana, sin un programa racional colectivo que lo respalde. Ello implicará gobernar sin bases mentales, pues se intentará modificar el estómago, los brazos y los pulmones del país, sin transformar la cabeza social, lo cual, creará un gobierno descerebrado. Esto es, el ejecutivo gobernará en una atmósfera esquizofrénica pues la cabeza del ente social, en el mejor de los casos, pensará en los valores de las exquisiteces sensoriales, mientras el cuerpo masivo luchará por sobrevivir en el crudo remolino de la realidad nacional.

 

V.- NOTAS.

(1) Haza Remus, Luis Armando; Políticas de financiamiento de la cultura, Seminario: Política Cultural en México, Coordinación de Humanidades, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias, Universidad Nacional Autónoma de México, 8 de noviembre de 1988, México D.F.

(2) Ibid.

(3) Ibid.

(4) Esta situación no es propia de México sino extensiva a América Latina, pues según el pensador argentino Uslar Pietri, "la intelectualidad de la región ha abandonado parcialmente su tradicional función de maestra y conductora y por un afán imitativo de modas ideológicas europeas, ha perdido rango y audiencia en la vida latinoamericana y ahora tiene muchísimo menos peso del que tuvo memoria. Por ello, los latinoamericanos necesitamos una gran cura de realidad y revisar a fondo nuestros ideales, objetivos y posibilidades para lograr la consolidación de una democracia verdadera". La intelectualidad regional pierde rango y audiencia, Excelsior, 1 de julio de 1989.

(5) Al respecto consultar el papel que ha desempeñado la cultura en los últimos 4 gobiernos Primer informe de Gustavo Días Ordaz (1965), El Financiero, 3 de octubre de 1988; Tercer informe de Gustavo Díaz Ordaz (1967), El Financiero, 5 de octubre de 1988; Cuarto informe de Gustavo Días Ordaz (1968), El financiero, 6 de octubre de 1988; Quinto informe de Gustavo Días Ordaz (1969), El Financiero, 7 de octubre de 1988; Ultimo informe de Gustavo Díaz Ordaz (1970), El Financiero, 8 de octubre de 1988; Primer Informe de Luis Echeverría Alvarez (1971), El Financiero, 11 de octubre de 1988; Segundo Informe de Luis Echeverría Alvarez (1972), El Financiero, 12 de octubre de 1988; Tercer Informe de Luis Echeverría Alvarez (1973), El Financiero, 13 de octubre de 1988; Cuarto Informe de Luis Echeverría Alvarez (1974), El Financiero, 14 de octubre de 1988; Quinto Informe de Luis Echeverría Alvarez (1975), El Financiero, 15 de octubre de 1988; Ultimo informe de Luis Echeverría Alvarez (1976), El Financiero, 16 de octubre de 1988; Primer informe de José López Portillo (1977), El financiero, 19 de octubre de 1988; Segundo Informe de José López Portillo (1978), El financiero, 20 de octubre de 1988; Tercer informe de José López Portillo (1979), El Financiero, 20 de octubre de 1988; Cuarto informe de José López Portillo (1980), El Financiero, 20 de octubre de 1988; Quinto informe de José López Portillo (1981), El Financiero, 21 de octubre de 1988; Ultimo informe de José López Portillo (1982), El Financiero, 22 de octubre de 1989; Primer informe de Miguel de la Madrid (1983), El Financiero, 23 de octubre de 1988; Segundo Informe de Miguel de la Madrid (1984), El Financiero, 23 de octubre de 1988; Tercer informe de Miguel de la Madrid (1985), El Financiero, 24 de octubre de 1988; Cuarto Informe de Miguel de la Madrid (1986), El Financiero, 25 de octubre de 1988; Quinto informe de Miguel de la Madrid (1987), El Financiero, 26 de octubre de 1988; Ultimo informe de Miguel de la Madrid (1988), El financiero, 27 de octubre de 1988.

(6) Ver los principales "suplementos culturales" de los diarios metropolitanos.

(7) Uno de los ejemplos que mejor ilustran dicha realidad es la propuesta de programación "cultural" del canal 9 de TELEVISA.

(8) Ver las temáticas de las reuniones académicas sobre dicho aspecto. Reunión sobre el patrimonio y política cultural, Uno Más Uno, 30 de marzo de 1989.

(9) Revisar los objetivos culturales que pretende alcanzar el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes la Comisión Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Por primera vez intelectuales y artistas podrán decidir el destino de los recursos, Uno Más Uno, 3 de marzo de 1989; Instaló CSG el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, La Jornada, 3 de marzo de 1989; La Gente. Mal Consejo, Excelsior, 28 de junio de 1989; Defender el patrimonio histórico es defender la patria, Excelsior, 29 de junio de 1989; Las obras culturales aumentan nuestra visión y dan sentido a un futuro propio, Uno Más Uno, 29 de junio de 1989; Comisión para preservar el patrimonio cultural, El Nacional, 29 de junio de 1989; Anunció el FNCA las becas de este año para teatro, música y danza, Uno Más Uno 30 de junio de 1989; Nuevas Becas, Excelsior, 30 de junio de 1989; Organización cultural al fin, Excelsior, 30 de junio de 1989.

(10) Nos referimos a los acuerdos de concertación política para la integración cultural de América Latina que firmaron en agosto de 1978 los ministros de Educación y Cultura de Argentina, Brasil, Colombia, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela donde la acción cultural se comprende en los mismos términos restringidos. Situación que se deriva de la agenda de discusión de los ocho ministros y que solo abarcó los siguientes puntos:

- Desafíos de la educación superior para el año 2000 en virtud de la crisis por la que atraviesan las universidades de América Latina, en curricula, matrícula y financiamiento.

- Educación permanente de los adultos no sólo en cuanto al proceso indispensable de alfabetizarlos, sino par llegar a su educación básica y la capacitación para el trabajo.

- Enseñanza de las ciencias en la educación básica, imprescindibles para incorporar el dinámico desarrollo científico y tecnológico que hay en el mundo.

- Planificación de la educación, por lo que hace el intercambio de experiencias.

- Educación tecnológica, en cuanto al ajuste de los sistemas educativos a un desenvolvimiento tecnológico cada vez más acelerado y complejo.

- Industrias culturales en lo relativo a la preservación de la identidad cultural y por ende al fortalecimiento de la soberanía.

- Los indicadores culturales, respecto a contar con parámetros para advertir y comprar el desarrollo cultural de los países de la región.

- Protección y restauración del patrimonio cultural, en virtud de la carencia del personal especializado.

- Formación de promotores culturales, sobre todo a nivel de la comunidad.

- Un seminario permanente latinoamericano de cultura popular, con el fin de estimular la creación artística entre los grupos populares y afirmar así las raíces comunes de nuestros pueblos.

En suma, también se plantearon la actividad editorial, el intercambio de series culturales para los medios de comunicación masiva, el financiamiento y los mecanismos de concertación a fin de alcanzar los objetivos del compromiso acordado. Guzmán Ferrer, Martín Luis; Integración Cultural, Excelsior, 2 de agosto de 1988.

De igual forma, este panorama volvió a repetirse en junio de 1989 en el primer Encuentro de Ministros de Cultura de América Latina y el Caribe celebrado en Río de Janeiro, Brasil. En dicho evento se planteó a los ministros examinar, entre otros, las siguientes 3 propuestas:

a.- Crear un foro permanente de ministros de cultura que se reuniría anualmente realizando su próximo evento en 1990, en la ciudad de México.

b.- Crear un comité de expertos que se reúna con la ALADI para poner en práctica el acuerdo de alcance parcial sobre la libre circulación en comercialización de bienes culturales.

c.- Exhortar a los países latinoamericanos que aún no se han adherido a suscribir el acuerdo de alcance parcial de la ALADI.

Entre los proyectos que se discutieron y aprobaron, figuran los siguientes:

a) Creación de un consejo latinoamericano de cultura.

b) Establecimiento de un fondo de protección de bienes culturales.

c) Creación de un mercado latinoamericano de cine y video.

d) Divulgación de la herencia cultural africana y latinoamericana.

e) Poner en práctica los acuerdos del Grupo de los Ocho para la supresión de tarifas a la circulación de obras de arte.

f) Participar en los festejos de los 500 años de la llegada a América de los españoles que arrasaron los vestigios de las grandes culturas de los pueblos que vivían desde México hasta la frontera sur del Incanto en la parte norte de Chile y Argentina. (Valiente manera de profundizar en el encuentro de nuestras raíces culturales). La cultura en América Latina, sinónimo de soberanía y lucha por la democracia, Excelsior, 12 de agosto de 1989.

(11) Ver las temáticas de los cursos que se organizan sobre este punto. Licenciatura para la administración del tiempo libre, Revista Tiempo Libre, 29 de junio 5 de julio, México D.F. 1989; Capacita el ISSSTE a más de 300 promotores del área cultural, Uno Más Uno, 30 de junio de 1989.

(12) Ver el festival Cervantino, el Festival de la Ciudad de México, El Festival Internacional de Cultura del Caribe. Gran festival de la Ciudad de México, Excelsior, 21 de julio de 1989; El primer gran festival significa cultura y humanización, Excelsior, 27 de julio de 1989; En vez de cuestionarlo nos debería de alegrar el festival, La Jornada, 28 de julio de 1989; El festival de las vanidades, El Universal, 31 de julio de 1989; Los Festivales del Poder, El Búho, Excelsior, 20 de agosto de 1989.

La única excepción que encontramos en este terreno corresponde al II Festival Internacional de Cultura del Caribe organizado por el Programa Cultural de las Fronteras donde además de tocarse los temas tradicionales como la literatura, el cine, la historia, la música y la arquitectura del Caribe, por primera vez se amplía el concepto de cultura y se analizan problemas ambientales, proyectos de ecodesarrollo; investigación sobre flora, fauna y acervos de información. II Festival Internacional del Caribe, Uno Más Uno, 27 de julio de 1989; Inauguran hoy el Festival del Caribe, Excelsior, 18 de agosto de 1989.

(13) Sobre este punto ver el trabajo de la Comisión de Cultura y Deportes del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Iberoamericana, Comité Ejecutivo, México D.F., agosto de 1989.

(14) Nos referimos a la ley Federal de Radio y Televisión que en su artículo 51 inciso f, en el que considera que "son programas culturales aquellos que contribuyen a la comprensión y al entendimiento de la literatura, la música, las bellas artes, la historia, la geografía, las ciencias sociales y naturales, preparados por o con la cooperación de las universidades, museos y otras instituciones culturales, así como en conferencias, exposiciones, conciertos, orientación vocacional y noticias sobre libros". Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión y de la Industria Cinematográfica Relativo al Contenido de las Transmisiones en Radio y Televisión, Diario Oficial de la Federación, 4 de abril de 1973; México D.F.

(15) Revisar por ejemplo las convocatorias de los concursos "culturales" del Instituto Mexiquense de Cultura y los resultados de la convocatoria del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en el ramo de artes plásticas, arquitecturas, letras, música, artes escénicas y danza. Convocatorias a los premios nacionales 1989, Excelsior, 30 de julio de 1989; Resultados de la convocatoria a los creadores intelectuales y artistas de México, Uno Más Uno, 9 de agosto de 1989.

(16) Nos referimos, por ejemplo, a las acciones realizadas por la Subdirección de Acción Cultural del ISSSTE frente a los ancianos. Programa cultural para mayores de 60 años, Excelsior, 2 de agosto de 1989.

(17) Consultar Festejos por la semana cultural del anciano organizados por el INSEN, Excelsior, 5 de agosto de 1989.

(18) El Plan Nacional de Desarrollo plantea que para 1989-1994 la política cultural del gobierno de la República perseguirá como primer objetivo, la protección y difusión de nuestro patrimonio arqueológico, histórico y artístico. Se trata en este sentido, de rescatar, investigar, catalogar y conservar el acervo de todos los mexicanos. Para ello, se preven, entre otros proyectos, acciones tendientes a salvaguardar zonas y monumentos prehispánicos, revitalizar los centros históricos de origen colonial, consolidar la infraestructura de la red de museos y promover el rescate y la difusión de las diversas manifestaciones de cultura popular, tanto urbanas como rurales.

Como segundo objetivo se realizará el estímulo a la creatividad artística. Con ese fin, se presentará especial atención a la reestructuración de la educación artística, especialmente en el nivel profesional; se reforzarán los proyectos de capacitación de maestros como promotores culturales; se establecerán nuevos talleres y centros regionales de formación y, a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes se ofrecerán becas de alto nivel para que los artistas e intelectuales se dediquen exclusivamente, por un tiempo determinado, a la obra de creación.

Como tercer objetivo se pretende la difusión del arte y la cultura. Para alcanzarlo se prevé la consolidación y el desarrollo de la red nacional de bibliotecas públicas y la promoción de nuevas ediciones, que atiendan de manera particular a los niños y a los jóvenes, así como una más amplia distribución, a lo largo de todo el país de las publicaciones nacionales y extranjeras. Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, Poder Ejecutivo Federal, Secretaría de Programación y Presupuesto, México D.F. mayo de 1989, pagina 116 y 117.

(19) Sobre este punto es sintomático que en la organización de los Programas Nacionales de Mediano Plazo del Sistema Nacional de Planeación Democrática para el período 1989-1984 se distribuyan las diversas actividades nacionales por ramas de importancia, integrándose la cultura, la modernización educativa y el deporte en el mismo apartado. Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, obra citada, pagina 134.

(20) Declaración de Rosario Por el Derecho a la Ciudad, Conclusiones del Seminario Internacional sobre Comunicación y Ciudad, Fundación Solidaridad, Rosario, Provincia de Santa Fé, República de Argentina, 24 al 26 de agosto de 1992, página 1.

(21) Jaime Rubio Angulo, La Ciudad: Lugar y Símbolo de la Comunicación, Revista Signo y Pensamiento No. 22, Facultad de Comunicación Social, Pontificia Universidad Javeriana, primer semestre de 1993, Colombia, página 15 y 16.

(22) Las reuniones realizadas en América Latina por la Organización de las Naciones Unidad para la Ciencia y la Cultura (UNESCO), son las siguientes: Comunicación y Ciudad, Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Rosario, Provincia de Santa Fé, República de Argentina, Argentina, 24 al 26 de agosto de 1992; Comunicación y Calidad de Vida en la Ciudad, Universidad de Azuay, Instituto de Estudios de Régimen Seccional del Ecuador (IERSE), Municipio de Cuenca y Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Cuenca, Ecuador, 6 al 8 de julio de 1993; Comunicación y Ciudad: Hacia Una Mejor Calidad de Vida Urbana, Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción y Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Asunción, Paraguay, 21 al 23 de septiembre de 1994; Comunicación y Ciudad, Universidad Pontificia Bolivariana, Alcaldía de Medellín y Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Medellín, Colombia, 15 al 17 de junio de 1995.

(23) Declaración de Rosario Por el Derecho a la Ciudad, página 1.

(24) Al respecto esto se confirma a través de la renuncia del director de la Casa de la Cultura de Juchitán, Oaxaca, quién señala que después de 10 años claudica a su cargo porque "estoy desencantado porque el bello proyecto de los amigos se canceló por chismes, por mezquindad humana. Los intelectuales se pelean entre sí y se llevan entre las patas el proyecto cultural de un pueblo". Renuncio a la Casa de la Cultura porque ahora cuido paredes, Uno Más Uno, 21 de abril de 1989.


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