Número 12, Año 3, octubre 1998 - enero 1999


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Leonardo Peralta C.

El fin de siglo y de milenio, como todo tiempo simbólico, va cargado de una serie de reflexiones profundas acerca de lo que representa el pasado reciente. Este siglo ha estado lleno de acontecimientos, probablemente más hechos y adelantos tecnológicos que en muchos siglos anteriores de historia humana. Entre guerras mundiales, conflictos de diversa índole, avances y retrocesos en el devenir mundial podemos encontrar una fecha que nos afecta, y que al correr del tiempo no pierde en lo absoluto su validez como un tiempo de confrontación entre dos generaciones, virtualmente entre dos civilizaciones: aquella proveniente de los jóvenes con su carga libertaria contra la civilización de la gente mayor y de un sistema destinado a preservar lo existente. Lucha de contrarios. El año de 1968.

Tanto para México como para muchos países del mundo, los eventos acaecidos en ese año tienen una gran importancia social, cultural, así como una carga emotiva todavía candente. En este año se han abierto foros para que los protagonistas y testigos del 68 (y no solamente me refiero al movimiento estudiantil de 1968) hablen de sus experiencias, de sus triunfos sobre el sistema, y porqué no decirlo, de sus derrotas contra la estructura, "la momiza", "los rucos", "el stablishment".

En este concierto (no siempre armónico) de voces no se ha dejado escuchar la voz de aquellos que se pueden considerar como aquellos que no vivimos lo ocurrido entonces por no haber siquiera nacido. Los nacidos después, mucho después del 68 tenemos cosas que decir. Somos una generación de gente extraña porque estamos ante el testimonio vivo, y a la vez, ante la necesidad de darle al testimonio la calidad de hecho dentro de la Historia (así, con mayúscula).

Así pues la revista virtual Razón y Palabra convoca a todos aquellos nacidos después de 1968 a que plasmen sus reflexiones y sus opiniones sobre el testimonio escuchado de nuestros tíos, padres y amigos que estuvieron allí. Luego del testimonio viene el hecho histórico. Es necesario mantener viva la memoria, y la mejor manera de hacerlo es a través de nuestro testimonio. La dirección a donde se recibirán las colaboraciones es logos@campus.cem.itesm.mx en los formatos y con los requisitos especificados en esta página.

 

LA MEMORIA SE RECREA EN LA VISIÓN DEL PRESENTE GENERANDO LA HISTORIA

 


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