Número 12, Año 3, octubre 1998 - enero 1999


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 ESPACIO DE DEMOCRATIZACIÓN: EL TIEMPO LIBRE

 

Elsie Mc Phail Fange

Profesora titular

Educación y Comunicación

UAM Xochimilco

 

Punto de partida : el sujeto y su tiempo libre

La temporalidad es un tema que ha sido abordado desde muy diversas perspectivas. En este trabajo, parte de una investigación más amplia, se explora un tema específico que es el tiempo libre, su relación con el género, los ámbitos con los que se articula y los espacios de democratización que construye.

Ha sido ampliamente documentado el hecho de que mujeres y hombres practican, ocupan y distibuyen su tiempo de manera diferente en casi todos los terrenos, desde la crianza de los hijos hasta la participación en el mundo del trabajo.

En este sentido, la línea de estudio de los presupuestos de tiempo ha sido central para dar cuenta clara de que las mujeres invierten mucho más tiempo que los hombres en el trabajo doméstico(Sánchez Gómez,1989).

Es necesario, como una primera etapa en el estudio del tiempo libre, comenzar por describir y documentar si existen estas diferencias de género y la manera en que hombres y mujeres lo viven, experimentan y practican.

La segunda etapa consiste en registrar el tiempo libre como ellas y ellos lo definen en su vida cotidiana, describirlo y sistematizarlo en modalidades para intentar una primera clasificación en ámbitos de tiempo libre para conocer el vínculo que establece con el género.

La tercera etapa analiza cada ámbito a la luz de posibles espacios de democratización que hombres y mujeres son capaces de construir.

Para llevar a cabo esta tarea se realizó una investigación bibliográfica y una exploración sobre el tiempo libre que se llevó a cabo entre 1991 y 1992 en 15 mujeres y 15 hombres urbanos asalariados, viviendo en pareja, con hijos en edad de crianza habitantes del Distrito Federal, con el objeto de conocer su relación con el tiempo libre.

Esta trajo como resultado un listado de tiempos libres ennumerados por los sujetos entrevistados.

Cabe aclarar respecto del sujeto,que aunque éste y sus decisiones inmediatas e íntimas en torno a su tiempo libre son el objeto de este estudio, es imposible considerarlo como ser aislado de la familia, misma que representa una continuidad simbólica que lo trasciende. El sujeto, a través de su contexto familiar enlaza tiempo pasado, tiempo presente y tiempo futuro (1).

Los significados e importancia que los sujetos atribuyen a la familia muestran que la vida hogareña evoca en cada uno de nosotros un conjunto de imágenes y representaciones. Por eso, "resulta imposible aislar el sujeto de su familia y contemplarlo desde fuera, apartarse de sus símbolos, resonancias afectivas y tintes valorativos que acompañan la vida familiar."(Salles y Tuirán, p.118)

El sujeto habla sobre su organización temporal y otorga un lugar(una presencia o ausencia) al tiempo libre:

Esta investigación parte de lo que el sujeto dice y dice que hace acerca de su organización temporal y dentro de ella, el lugar que ocupa(o no ocupa a partir de la certeza de la ausencia o su carencia) su tiempo libre. Las entrevistas que se realizaron arrojaron un total de 52 modalidades de tiempo libre, llamadas así, por la manera en que se insertan como tiempo libre en la temporalidad cotidiana.(Mc Phail,1997)

Se trata de tiempos libres "activos", que implican un cierto dinamismo, movimiento, desplazamiento corporal o esfuerzo físico para su ejecución. También incluye tiempos libres "pasivos", que no reportan actividades físicas, sino formas estáticas de ejercer el tiempo libre y que requieren poco o nulo esfuerzo físico para su realización. En este rubro cabe más el esfuerzo mental con que se realizan y las diferentes magnitudes que se requieren para su realización. Ejemplos de los primeros son la práctica de diversos deportes, actividades estéticas o artísticas, fiestas( en donde el baile conforma una actividad importante). En los segundos cabe el uso de medios masivos de comunicación, la convivencia familiar, relaciones humanas, formación y desarrollo profesional, académico, vocacional, etc.

En tercer lugar se registran "experiencias" de tiempo libre, llamadas así, porque no pueden catalogarse ni como tiempos libres activos ni pasivos, sino como vivencias o sensaciones que reportan los sujetos en torno al tiempo libre.

Las modalidades que enunciaron los sujetos entrevistados se clasificaron en 12 tablas con el objeto de registrar la relación que el binomio tiempo libre/género establece con otros ámbitos de la vida cotidiana, mismos que implican la idea de espacio incluído dentro de límites determinados.

Dichos ámbitos son:

1) medios masivos de comunicación

2) relación comunicacional, convivencial

3) estados de ánimo o clima emocional

4) cambios de ritmo estpontaneo

5) cambios de ritmo programado

6) tiempo libre propio

7) tiempos simultaneos

8) actividades físicas

9) desarrollo intelectual o de aptitudes

10) actividades religiosas

11) trabajo doméstico

12) tiempo libre, sinónimo de posesión

 

Los ámbitos ennumerados sirvieron para reflexionar sobre la capacidad de hombres y mujeres para tener tiempo libre, ya sea como tiempo libre "activo", "pasivo" o experiencia, pero también ayudó a pensar en los espacios democratizantes que construyen en su vida cotidiana, es decir, espacios en donde el hombre y la mujer son capaces de ejercer su soberanía en lo íntimo, en lo personal, en lo familiar y lo social.

Estos espacios pueden emanar de la lucha, la resistencia (pasiva o activa), la negociación, el chantaje, el hurto, la manipulación (por medio de lágrimas, silencios, la aparente frigidez, la creación de sentimientos de culpa, la autoconmiseración, hasta las movilizaciones colectivas) y otras estrategias que resultan en una resignificación de los espacios que no pocas veces actuan como detonante en procesos de democratización. Esta se da a partir de una concepción del poder asociada con características positivas como la habilidad, potencialidad y liderazgo o autonomía frente a una situación determinada, mismas que acentuan su acción transformadora. (de Oliveira y Gómez, p.40).

En este marco y aunque subordinado a un tiempo obligatorio, el sujeto puede ser capaz de luchar contra su omnipresencia. Existen espacios de ejercicio del poder que pueden ser activados en situaciones particulares y su carácter relacional contribuye a que las luchas en su contra asuman formas de resistencia. Cabe insistir que sin resistencia no pueden darse las relaciones de poder, sólo existe la obediencia. Aquí la resistencia se vincula con un proceso creativo; resistir es constituirse en un agente activo de cambio. (Foucault, en de Oliveira y Gómez, p. 40). La mujer se resiste frente al tiempo marcado y crea, construye una nueva relación frente a él.

Los análisis feministas, aunque no siempre explícitamente, parten de esta concepción y hablan de resistencia para referirse a la acción de amplios sectores de mujeres que luchan en contra de su subordinación y recrean las condiciones para romper con los estereotipos acartonados.

En la sociedad moderna las creencias acerca del tiempo libre de la mujer y del hombre han creado una serie de estereotipos ligados entre sí que proporcionan una visión estrecha de la relación tiempo libre/género que a su vez distorsiona algunas de sus realidades.

Aunque como dice Monsivais (1986) "el estereotipo es, a final de cuentas, una primera forma de reconocimiento" y como tal es útil y necesario para conocer y reconocerse como género, es indispensable trascenderlo para cuestionarlo.

El estereotipo como término, se refiere a ideas prejuiciosas, ideológicamente construidas con base en valores morales y éticos no totalmente compartidos. Se refiere también a ideas parciales que no corresponden totalmente a la realidad y que son impuestas para lograr un consenso.

Están profundamente enraizados en valores morales y éticos y en imágenes y modelos promovidos por instituciones sociales diversas (ejemplo por excelencia de estas instituciones son ahora los medios masivos de comunicación, y en especial la televisión que dicta las normas de conducta estereotípicas a través de su programación y publicidad).

Las diferentes imágenes acerca de la relación género/tiempo libre se sustentan en una serie de ilusiones y realidades parciales, hechos y fantasías en los que se dan, según Salles y Tuirán, dos dimensiones:

1) la fáctica, en donde se constata la realidad

2) la ideal, en donde se encuentra aquello que se desea, el modelo ideal(Salles y Tuirán, p.119)

Uno de los asuntos fundamentales en el estudio del tiempo libre y el género a la luz de los espacios democratizadores que construye es el de determinar la brecha que separa los estereotipos de las realidades de la vida cotidiana.

Pareciera ser que se tratara de una contienda en que la mujer/el hombre deben vencer a dos enemigos: el tiempo socialmente construido como femenino o masculino y su propia concepción de género.

A continuación se enlistan algunos estereotipos femeninos registrados durante el trabajo de campo:

a)"Las mujeres debemos detenernos más": se refiere a su condición de madres y esposas en comparación a su vida de solteras. Al casarse, aceptan la autoridad de los hombres y ya no obtienen el "permiso" para realizar varias actividades "propias" de las solteras y entre ellas las opciones de tiempo libre.

b)"El tiempo libre es para las solteras":al igual que la anterior, se refiere a las exclusiones a las que se enfrenta la mujer, una vez que se casa, ya que pareciera existir una concepción de tiempo libre para solteras y otra muy distinta y limitante, para las casadas.

c)"No me gusta estar de ociosa":se refiere a un particular desprecio, que como mujer siempre "industriosa y hacendosa", debe sentir por el tiempo libre y por aquellas mujeres que sí lo ejercen. La "inconsciencia de la juventud" da pie para que se ejerza la ociocidad y se disfrute, la "consciencia" que se adquiere en el preciso instante en que se casa, da por terminada su relación con "diversiones sanas".

ch)"Ellos sí pueden (tener tiempo libre), nosotras somos las de la obligación":el tiempo libre como exclusivo coto de los varones; la obligación (doméstica), el cuidado de los hijos como privativa de las mujeres casadas.

d)"Yo gozo viendo a mis hijos jugar futbol: se refiere al tiempo libre vicario que experimenta la mujer, como si no pudiera disfrutarlo en forma directa, lo disfruta a través de sus hijos o la pareja.

e)"A mí me gusta atender a los demás": se refiere al voto femenino de abnegación y servicio, a su definición en relación a los demás. La mujer debe estar siempre alerta, lista para detectar necesidades e intentar satisfacerlas, proporcionando afecto a diestra y siniestra, sacrificando las propias. Son cualidades femeninas la comprensión, la compañía, la atención, el respaldo emocional. (Roldán en de Oliveira y Gómez, p.41)

f)"Finalmente soy la que estoy más atada": se refiere a la subordinación de las mujeres madres y esposas.

g)"El dice que soy una mujer casada y no debo andar así" (con falda corta y colores vistosos). El solo hecho de casarse hace que muchas mujeres se sometan a un rigor en el vestido y en la conducta en general.

h)"Los maridos que tienen el mismo tiempo que tú viviendo en casa, no saben ni dónde está la ropa, en donde están las toallas, entonces tú eres la que termina haciendo las cosas."

Se refiere a los hombres cuya relación con la reproducción en el hogar es lejana y vicaria ( a través de la pareja)

j)"Los hombres son de otra especie, ellos sólo se dedican a su persona": Se refiere al egoísmo que caracteriza al estereotipo masculino.

Como puede observarse los estereotipos registrados durante la investigación dibujan un cuadro de mujer y hombre mexicanos, exagerando una u otra característica para mostrar por medio de un cliché o imagen simplificada, aceptada por un grupo para lograr una comprensión generalizada. Además, suponen una relación dicotómica, unos frente al género masculino y otros frente a las mujeres solteras, con franca ventaja de los primeros sobre los segundos.

Existe "el otro", "los otros" o "las otras" que sí pueden gozar del tiempo libre y en oposición existen ellas, que se excluyen o las excluyen de la posibilidad de ejercer el tiempo libre.

La internalización de los estereotipos sociales de pasividad y sumisión como los que se acaban de ennumerar, llevan a la inseguridad y a la dependencia, al miedo y a la culpa. Muchas mujeres por no concebirse como madres "ejemplares" o por ser "hijas rebeldes" experimentan fuertes sentimientos de culpabilidad.(Langer, en de Oliveira y Gómez, p.39)

Aunque la lucha de las mujeres frente al estereotipo y la realidad que parcialmente lo constata, se lleva a cabo por lo general en forma tímida y silenciosa, pueden pasar de ser víctimas obedientes a sujetos portadoras de alternativas de transformación.(de Oliveira y Gómez, p.41)

Sin embargo, estas resistencias no siempre van acompañadas de una consciencia de la subordinación de las mujeres y de una acción orientada específicamente hacie el cambio de dicha situación. Las formas de resistencia femenina están plagadas con ambivalencias. Estas se muestran claramente en el ámbito doméstico que cumple no sólamente con el papel de adaptación para la reproducción social, sino que contiene un potencial innovador y politizador que se extiende fuera de los límites del ámbito doméstico moldeándose en constante interrelación con lo extradoméstico. Es parte de la esfera política de la sociedad y está saturado de valores culturales dominantes que se relacionan con las demás instituciones sociales. En ese contexto las tareas vinculadas con la reproducción cotidiana cobran una dimensión pública al requerir el contacto del ámbito doméstico con los procesos de distribución de los productos en el mercado de consumo. (de Oliveira y Gómez, p. 41)

Este estudio sobre el tiempo libre elaborado desde la óptica de los estudios sociales cuestiona la dimensión público/privado planteando el lugar del tiempo libre como vínculo entre ambos, ubicado en la vida cotidiana como instancia mediadora, cuyo flujo interactua con los diferentes eventos del día en sus diversas modalidades y ámbitos.

 

El tiempo libre y su ámbito de competencia:

El tiempo libre se define como actividad, sensación, experiencia, espacio o lugar en donde el sujeto se vincula con estados de bienestar personal, donde puede ejercer la capacidad de disfrute , el descanso, la diversión, el placer, etc.

Es, como diría García Canclini,

" ese tiempo en el que se inscriben trayectos y rutinas que escapan de las disciplinas de la producción, aunque no deje de responder a sus reglas."(García Canclini, p.59)

Parece pues lugar idóneo para explorar la posibilidad de construir espacios democratizantes en aquellos ámbitos en donde el sujeto es relativamente libre de seleccionar aquello que le es grato, le reconforta, le recrea, le proporciona disfrute y placer.

Como consecuencia, el tiempo libre se sugiere aquí como espacio que genera formas autónomas en donde cabe la creatividad en la búsqueda del mismo a través de diversas estrategias como pueden ser la lucha, la negociación, la resistencia con poder transformador de estructuras más amplias a partir del sujeto-la pareja-la familia-la sociedad.

Contemplado así es considerado como espacio que se expande a medida que se mejoran las condiciones de vida y la consciencia de la búsqueda o necesidad sentida de aspirar a "una vida mejor". Es un recurso simbólico, y material, ingrediente importante que ayuda a construir valores en el ámbito de la calidad de vida. En ese contexto, se supone que el tiempo libre y la consciencia de su necesidad aumentan a medida que mejora la calidad de vida.

El tiempo libre es considerado como recurso cuya presencia en el sujeto mejora su vida y la calidad de la misma.

 

Tiempo libre y calidad de vida:

Como término ambiguo y de contornos desvanecidos, el concepto calidad de vida exige cada vez más un esfuerzo analítico de precisión. Se refiere a una reclasificación de criterios de valoración social e individual en diversos ámbitos. Planteado como noción cultural y demanda se aleja de cualquier identificación con estados cuantitativos. Al poseer estas características se le encuentra frecuentemente vinculado con escenarios económicos y sociales que se han manifestado muchas veces como parte importante de plataformas políticas.

Se ubica en las relaciones entre individuos, grupos o identidades individuales o colectivas como son las instituciones y el mercado en sentido amplio.

Como disponibilidad, se manifiesta como oferta de bienes culturales, sociales, políticos, etc. Dichas relaciones pueden vislumbrar el significado de la calidad de vida como demanda y noción cultural, inscribiéndose más allá de parámetros economicistas.

Se inserta en un estado social de creciente insatisfacción, privación y marginalidad relativa, que se ubica en México en la crisis económica presente desde los ochentas, mostrando una serie de fracturas en el desarrollo y su continuidad, en la política, en la cultura, en la formación de expectativas individuales y colectivas. La calidad de vida se coloca en una situación de cambios e implica una escala de accesibilidad. Más que éso, introduce criterios de calidad de productos, de valoración social e individual y de cambio en la formación de expectativas.

Además y como consecuencia del impacto social de la crisis, existe la sensación de falta de garantía del bienestar, una certeza de que el desarrollo no es ilimitado, tanto en la dimensión de sus fronteras físicas como en la dimensión de sus límites sociales, que tiende a modificar la correlación entre necesidad y satisfactores simbólicos y materiales.

La vida cotidiana es un área en donde la calidad de vida como noción cultural adquiere mayor programaticidad. Frente a la pluralidad de demandas, ésta puede consolidarse como espacio privilegiado de las mismas y particularmente en el tiempo libre, si no se plantea en relación dicotómica frente al trabajo.

 

La relación tiempo libre/género:¿fuente de democratización?

Se entiende por espacios de democratización, aquellos lugares en donde la mujer o el hombre son capaces de ejercer una cierta soberanía frente a los demás en relación a su tiempo libre. La soberanía es una circunstancia en la que alguna persona, una sociedad o un Estado está en posibilidad de determinar por sí mismo su comportamiento, tomar sus propias decisiones y actuar sin que otra persona y otro Estado intervenga o lo influya (2).

La creciente participación de la mujer en la actividad económica puede tener dos diferentes desenlaces:

1) el fortalecimiento de la doble jornada de trabajo y la reproducción de los papeles masculinos y femeninos tradicionales, o

2) una nueva relación basada en asimetrías matizadas, posibilitando nuevas pautas de convivencia entre hombres y mujeres y al interior del hogar, creando nuevos espacios para la democratización de dichas relaciones y el trabajo doméstico compartido, lo que conduce a un nuevo balance entre obligaciones y derechos y una mejor calidad de vida.

En el caso de las mujeres mexicanas por ejemplo, diversos estudios sugieren que el creciente protagonismo en la reproducción cotidiana de los hogares no se ha visto reflejado en la promoción de cambios equivalentes a su condición, en la familia y en la sociedad (3).

En un afán de problematizar los estereotipos y mitos en torno a la relación tiempo libre/género se presentan a continuación algunos resultados sobre los ámbitos en que fueron clasificados los diferentes tiempos libres ennumerados por los sujetos entrevistados y los posibles elementos democratizadores que hombres y mujeres pueden construir.

 

Tabla 1: Medios masivos de comunicación

En lo que respecta al uso de medios masivos de comunicación, la mujer de la muestra utiliza en especial a la televisión y al radio como compañía con una atención intermitente. La interacción que muestran las mujeres con la televisión, por ejemplo, resulta la mayor de las veces espasmódica, es decir, mientras ven algún programa televisivo, realizan otras actividades por lo general de tipo doméstico. En contraste, se observa a los varones mirar la televisión sin intermitencias aunque frecuentemente utilizando el control remoto para cambiar la programación durante los anuncios comerciales.

Entre semana la televisión es un lugar de convivencia familiar en donde el escenario típico puede ser uno en el que la(s) mujer(es) adulta(s) realiza(n) algún trabajo doméstico, la hija(o) descansa, el hijo(a) hace tareas escolares. Se construye una especie de ritual en torno al medio, tal vez ante la falta de opciones para emplear el tiempo libre como familia o como individuo en otras actividades y en la incapacidad de revertir los estereotipos al interior del hogar (4).

En ese mismo sentido, existe un cierto hastío en la rutina pautada para ver televisión, acaso inconforme por la estrechez de un abanico de alternativas para nutrir de mejor manera el tiempo libre o tal vez sin conceder demasiada importancia a lo que se "mira" sino a la posibilidad de construir un espacio afectivo.(Lull, James,1990)

También entra dentro del estereotipo el hecho de que durante el fin de semana el padre de familia copte para sí la selección de la programación televisiva.

Para profundizar en las reglas que fija el estereotipo y los cambios posibles que ha experimentado a lo largo del tiempo, habría que explorar con mayor precisión en qué medida es la mujer la que escoge la programación o el espectáculo que se va a ver mientras la pareja está fuera del hogar y qué tanto negocia en su presencia o en presencia de otros miembros familiares, se resiste o accede creando así ámbitos democratizantes individuales y familiares en el uso y selección de medios masivos de comunicación.

Resulta significativo el caso de una mujer quien definió su tiempo libre propio como aquél durante el cual "veo en televisión algo que yo quiera", enfatizando así que no siempre tiene la opción de seleccionar su programa favorito cuando se encuentra en familia y pudiéndolo hacer únicamente bajo ciertas condiciones.

 

Tabla 2: Relación comunicacional, convivencia

También en una forma ritualística, existe una clara preferencia de la mujer por la plática (12 menciones de ellas y 3 menciones de ellos) que en general es llevada a cabo en el seno del hogar y con predominio de mujeres de diferentes edades. Se genera un espacio de convivencia-no excluyente- pero sí propia de mujeres de diferentes edades en donde se abordan temas diversos, cuya importancia no estriba en el tema, sino en la condición de estar reunidas. Tal vez sea éste un ámbito que la mujer ha construido para sí mientras el hombre está ausente,( ya sea pareja o familiar cercano) en el cual se entretejen relaciones democráticas en el entorno familiar.

 

Tabla 3: Estado de ánimo, clima emocional

En este ámbito aparecen los hombres con 6 menciones en torno a diferentes estados de ánimo definidos como tiempo libre. Es así que la "soledad" aparece con seis menciones masculinas sobre cuatro femeninas, "descansar" con siete menciones masculinas y una femenina, "no hacer nada" con cinco menciones masculinas y tres menciones femeninas y "quedarse en casa" con cinco menciones masculinas y cero femeninas.

En total son veintitrés menciones masculinas frente a sólo ocho menciones femeninas en torno a un estado de ánimo. Este parece importante espacio de tiempo libre para los hombres, no así para las mujeres. Los hombres registran como relevante el clima emocional que se crea en torno a cualquier actividad, más que la actividad misma. Al crear un clima propicio y estar consciente de él , el hombre construye un ámbito autónomo en donde no importa la actividad misma, sino el clima que se ha preparado para que se lleve a cabo tal actividad.

 

Tabla 4: Alteración espontánea de ritmos regulares.

 

La mujer mencionó siete modalidades en este ámbito, el hombre cuatro. Pareciera ser que en ella la "manera distinta", propia, original, inédita en que se hace una actividad rutinaria es condición para que se de el tiempo libre.

La sencillez de los actos rutinarios tales como "me baño, pero con calma", "tomo un café sin prisas", " hablo por teléfono sin interrupciones", hago lo mismo pero con calma", hablo por teléfono pero sin prisas", " me pinto con calma".

Los hombres por su parte reportaron 7 menciones en "me levanto tarde", una mención en "retozo", una mención en "veo tele toda la tarde" y una en "me pongo el walkman".

A pesar de su aparente transparencia, pareciera ser que el uso de tiempo libre como ruptura espontánea de ritmos es mucho más sofisticada en la mujer, ya que rompe, sin previo aviso con rutinas cotidianas de manera invisible, indetectable, imposible de contabilizar, ya que se trata de un conteo íntimo, propio en el que ella, consciente de su necesidad, se da, se otorga un tiempo libre, que podría equivalerse a un tiempo de calidad. La calidad es aquella que se mide en relación con el espacio que logra reconstruir y resignificar la mujer, creando así un espacio democrático de tiempo libre soberano, autónomo íntimo, personal.

Al registrar que dichos tiempos son libres, la mujer crea consciencia de ellos y de su posibilidad de construirlos a su arbitrio, aunque sean invisibles y muchas veces intersticiales, arrancados a la rutina diaria.

En ese sentido podría asemejarse el trabajo doméstico al tiempo libre en su carácter de invisible. Hacer visible el tiempo libre en este ámbito implica enunciarlo, pero el hecho de ejercerlo es ya una situación que habla de una capacidad de democratizar espacios propios de manera silenciosa.

Además se trata de espacios con una enorme creatividad que calladamente se escurre al interior de las estructuras domésticas que poseen un alto grado de repetición. Dicha creatividad le confiere un grado de autonomía a la mujer que se apropia de su tiempo.

La democratización supone la consciencia de que se están construyendo tiempos libres con los cuales se satisfacen necesidades y deseos sentidos.

Al romper con la rutina ella refuerza la apropiación de un tiempo dándole un significado especial cuando lo transforma en propio y lo recupera para su uso personal.

 

Tabla 5: El tiempo libre como alteración programada de ritmos regulares

Aparecen 10 menciones de modalidades femeninas, frente a 13 masculinas. Hay diferencias en lo que respecta a cambios de rutina programadas, ya que los hombres mencionan cuatro situaciones que se relacionan con la rutina impuesta por el trabajo en su ritual cotidiano: formas de vestir y arreglo personal que lo distinguen de un día no laborable.

En el caso de los hombres hay cuatro menciones que se refieren a "no uso corbata", "no me rasuro", "no me pongo traje", "ando en piyama todo el día". Pareciera ser que con el solo hecho de romper el ritual que lo vincula con el terreno laboral, el varón ejerce su tiempo libre y hace suyo, democratiza el espacio del fin de semana. Se siente así liberado de los "yugos" laborales que le imponen el arreglo personal con características muy precisas y diferenciadoras entre días laborables y días libres.

Ellas, como es de esperarse, mencionan cambios programados en las actividades rutinarias que se dan en el ámbito doméstico:" no contesto el teléfono", "no lavo platos", "no hago comida", "desayunamos/comemos fuera."

El "yugo" para ellas es la rutina que marca el trabajo en el hogar. A pesar de ser asalariadas, curiosamente no registran cambios relacionados con la rutina laboral femenina. Tal vez, porque para la mujer el trabajo remunerado en sí implica un cambio de rutina por diferenciarse del trabajo doméstico.

Existe en este ámbito una ritmicidad diferenciada por sexos durante la cual ellas experimentan una mayor carga de responsabilidades y trabajo. Los hombres por su parte, inmersos en las tareas laborales reproducen movimientos rutinarios que dennotan descanso y recreación sin la intermitencia que marcan los registros femeninos.

 

Tabla 6: El tiempo libre como tiempo propio

 

El tiempo libre propio registra 16 menciones femeninas frente a sólo tres masculinas. Ambas se desarrollan preferentemente en el hogar y se refieren en la mujer a los espacios dedicados al arreglo personal: "me arreglo" con cuatro menciones, "me baño" con cinco, "me pinto" con tres, "me arreglo las uñas" con una y "me peino" con una.

Por otra parte hay una que dice "me encuentro conmigo misma", en donde hay una consciencia de la necesidad de un tiempo en soledad y otra que dice "ver en televisión algo que yo quiera,"en donde se manifiesta la posibilidad de elección, que seguramente no existe cuando comparte su tiempo con la familia.

Por su parte, los tiempos libres referentes al arreglo personal invitan a pensar la relación tiempo libre/cuerpo como una recuperación no sólo del tiempo, sino del cuerpo y por tanto una capacidad de democratizar el espacio propio en ámbitos corporales/sensuales/sexuales. El cuerpo, considerado como recipiente de una opción íntima de tiempo libre, durante la cual una se recrea a través de las sensaciones que éste trasmite. Es importante pensar esta relación ya que la mujer históricamente ha reprimido su contacto con el propio cuerpo y con su sexualidad. Su condición de subordinación la ha orientado hacia la ausencia del placer en este sentido.

En ese marco, el tiempo libre propio revela la capacidad tienen hombres y mujeres de apropiarse del tiempo. La relación tiempo/género da cuenta del potencial democratizador que tiene la mujer de lograr tiempo para sí. En todos los casos ennumerados puede hablarse de una necesidad sentida de soledad para hacer "lo que a uno le plazca", en un tiempo que ella se ha podido apropiar y que le pertenece.

 

Tabla 7: Tiempos libres invisibles

Coto exclusivo de la mujer en el que aparecen 14 modalidades de tiempo libre empalmado con tiempos obligatorios como son el transporte, el trabajo asalariado, el trabajo doméstico, el estudio, el apoyo en las tareas y cuidado de los hijos. El vocablo "mientras" aparece de manera recurrente en el registro de dichos tiempos libres femeninos que dan cuenta de la simultaneidad de ellos, colocados a la sombra del tiempo obligatorio, pero presentes en la vida cotidiana de las mujeres.

La linealidad del tiempo obligatorio se ve trasgredida frecuentemente por estos testigos mudos, tiempos sujetos al tiempo obligatorio, pero que al fracturarlo reconstruyen espacios democratizantes que luchan por lograr un paréntesis disfrutable.

En el relato concatenado de eventos, se registran por lo menos dos tiempos que se empalman y que son entre otros: "descanso mientras voy en el metro", "leo mientras voy en pesero", "descanso mientras reviso tareas", "veo tele mientras pelo chícharos", "apunto ideas mientras pico verduras", "platico mientras estoy en la cola de las tortillas", etc.

 

Tabla 8: Tiempo libre como actividades físicas:

Reportan 17 mujeres y 19 hombres actividades físicas, aunque la mayoría de los hombres reflejó una mayor capacidad culturalmente adquirida para realizar dichas actividades de manera individual, mientras que la mujer prefería realizarlas en compañía de una amiga o miembro familiar.

Por ejemplo, el hombre mencionó más actividades deportivas realizadas en forma rutinaria y solitaria, sujetas a una cierta periodicidad, mientras que la mujer registró fiestas, la mayor de las veces acompañada por el esposo. Una mujer reportó actividades deportivas con cierta periodicidad también, pero interrumpidas cada vez que surgía algo más importante.

 

Tabla 9: Tiempo libre como desarrollo intelectual y de aptitudes

Cinco mujeres mencionaron "estudiar", mientras que un hombre señaló "estudiar", otro "tocar el piano" y otro "visitar librerías". En este rubro, aunque los hombres registraron menos opciones, especificaron más a qué tipo de activides se referían, mientras que las mujeres sólo mencionaron el estudio en general como posibilidad de desarrollo, sin especificar el tipo de estudio. Sin embargo, varias evocaron la necesidad de interrumpir sus estudios una vez que contrajeron nupcias, relacionando este hecho con una sensación de frustración y resignación. Habría que ahondar en éstas respuestas, para saber qué hicieron con la sensación de dejar inconclusos sus estudios, ya que sólamente una menciona la lucha emprendida con la pareja por estudiar y "superarse", después de haber tenido a su primer hijo. En esta lucha prometía como condición cumpliar al detalle con todas su obligaciones laborales, domésticas y de afecto hacia la pareja y los hijos "antes" de estudiar todas las noches.

 

CONCLUSIONES

Las tablas que se analizan más arriba reportan en su mayoría formas de respuestas pasivas ante los tiempos obligatorios que registra la temporalidad cotidiana de las mujeres, Podría hablarse de lo pasivo no como elemento peyorativo, sino como una estrategia de poder que repercute en la sociedad y en sus símbolos.(de Barbieri, en de Oliveira y Gómez,p.44).

Posiblemente se trate de una relación con el tiempo distinta al estilo masculino y de esta manera las nuevas formas o las viejas formas no descubiertas y ahora nombradas y clasificadas como relaciones democratizantes entre género y tiempo libre constituyen una forma de resistencia creativa que abre posiblidades de encuentro en las relaciones de poder.

Esta investigación pretendió aportar un conocimiento al escudriñar en la imagen estereotípica de hombres y mujeres, cuya condición social es explicada a partir de una "naturaleza propia". Los hallazgos van en el sentido de rescatar lo invisible a través de la relación tiempo libre/género.

Como si el tiempo libre estuviera contenido en otros tiempos, como si el tiempo total fuera una espiral en la que acaecieran los tiempos libres de manera intersticial, así podría dibujarse el tiempo libre femenino. Interrupciones, lapsos que se insertan en todos los tiempos obligatorios sin contar con muchos espacios absolutos, avalados personal y familiarmente para su realización.

Como experiencia que muchas veces rebasa en su simultaneidad el conteo de tiempos que se registra durante el día, el tiempo libre se gesta y desaparece en instantes, momentos, tiempos breves, imposibles de clasificar sin una observación minuciosa y cotidiana.

Por su parte el tiempo obligatorio, contraste, dicotomía y muchas veces referencia necesaria, punto de partida de hombres y mujeres en su organización temporal diaria, contiene en su modalidad "trabajo doméstico" características que lo hacen similar al tiempo libre, ya que éste no tiene un principio ni un final, puede ser simultáneo, invisible y está libre de remuneración alguna. Lo que diferencia al tiempo libre del trabajo doméstico es la relativa libertad con la que se seleccionan las opciones, las experiencias que subyacen a éste y que pueden contener sensaciones placenteras, de bienestar y disfrute.

Otra de sus características es que se define más bien por la finalidad que persigue y que es procurar(se) un estado grato, placentero, de solaz y esparcimiento, de recreación y que puede tranformarse en un espacio democratizante de la relación sujeto/tiempo.

La espiral, como curva abierta que se aleja cada vez más de su centro, repercursión recíproca de una cosa sobre otra, evoca la relación que se establecen entre los tiempos cotidianos y la imposibilidad de hablar de una linealidad entre ellos.

El tiempo libre, como parte de esa espiral que conduce hacia algo-una evocación, una experiencia, una manera grata, agradable, un estado de bienestar, placer o disfrute individual, con repercusiones en lo familiar y en lo social.

La búsqueda del respeto por las diferencias entre hombres y mujeres hacen posible la creación de espacios democráticos que permiten que ellos y ellas caigan en cuenta del potencial que tiene el tiempo libre como práctica, experiencia o sensación.

 

 

Notas bibliográficas

 

1 En el caso de México y para ilustrar la importancia que tiene la familia, la Encuesta Mundial de Valores refleja en forma contundente el lugar primordial que ocupa entre los mexicanos junto con otros aspectos de la vida cotidiana: 85% consideraron que la familia es muy importante en su vida, en segundo lugar el trabajo con 67%, el tercero, la religión con 34%, en cuarto la recreación con 28% y en quinto los amigos con un 25%. (Salles y Tuiran, p. 118)

2 Diccionario del español usual en México, El Colegio de México, 1996

3 Según estudios de la CEPAL es necesario desarrollar mayores análisis en torno a la identificación de condiciones necesarias para la consolidación de estructuras capaces de velar por el bienestar de sus miembros y a la vez contribuir a un desarrollo equitativo y democrático.

4 El ritual se define como ceremonia o práctica de carácter simbólicoque una comunidad celebra siguiendo unas reglas fijas (Diccionario de Ciencias Sociales)

 

 

Bibliografía

de Oliveira, Orlandina y Liliana Gómez(coords.):Trabajo, poder y sexualidad, Colmex, México,1989

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