La comunicación intercultural es uno de los fenómenos de mayor revisión entre los especialistas de comunicación. La manera de entender el cómo nos comunicamos ha generado hipótesis y estudios desde que el hombre tuvo la noción para formular postulados sobre este punto.

La cosmovisión de cada individuo se ve afectada de acuerdo a su entorno y a la influencia que recibe del medio ambiente. En este mundo &endash; o universo de sentido como le llamaría Umberto Eco -, existen diversas interpretaciones de los signos de comunicación interpersonal. El mundo occidental se caracteriza por rasgos definidos y "normales" de comunicación para nuestra cosmovisión. Sin embargo el universo de interpretación contiene infinidad de elementos connotativos e interpretativos para estudiar.

El lejano Oriente ha tenido un desarrollo diferente de comunicación y de interpretación de signos en el seno de su gestación cultural. El Japón es un país que representa perfectamente la misticidad entre lo pasado y lo contemporáneo. Los rasgos característicos de este milenario archipiélago buscan ubicarse con el inicio del mundo, del nacimiento del sol (de ahí el sobrenombre de Imperio del Sol Naciente) y con el predominio de las tradiciones milenarias del Japón.

La comunicación, al ser un tópico de interés y dietario general, tiene características milenarias en uno de los gigantes tecnológicos del planeta. La mezcla de la modernidad con la tradición son los descriptivos perfectos del fenómeno comunicativo tan especial que se da en este país. El respeto y la veneración han salido de los recintos sagrados para ser la característica de interacción comunicativa entre los habitantes del Japón.

Este comportamiento sería completamente anormal en el mundo occidental. La cultura japonesa ha logrado conservar los elementos característicos de la tradición milenaria y ha adoptado patrones específicos para su comunicación ordinaria. Encontramos una serie impresionante de connotaciones en la comunicación japonesa; el respeto, la veneración, la pasividad, la perfección y la autenticidad son algunos de los elementos que están en medio de la reverencia que hacen los japoneses a su prójimo en cada saludo.

Un fenómeno muy interesante es que la dennotación general del japonés alude a un ente pensante que incluyen la perfección en su mundo intangible. Los habitantes de este país han desarrollado distintos elementos de unión y calidad que han transmitido al mundo a través de su actuar y expresión normal. En sí los japoneses son personas reservadas y que presentan una afición impresionante por la lectura. Con estos comportamientos, la cultural japonesa comunica al mundo su premisa de conocimiento y de análisis situacional que da a todas las partes que forman su universo de sentido.

La comunicación es la característica distintiva del ser humano. Distintas han sido las formas y maneras de expresión, y todas han buscado comunicar diferentes cosas. Sin embargo las culturas han conservado elementos ancestrales que han sido únicos para cada una. La comunicación y la tradición milenaria se han conservado en algunas culturas que, gracias a ello, han logrado transmitir el respeto y unión en un universo de sentido único.