Número 14, Año 4, Mayo - Julio 1999


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EL LENGUAJE EN LA COMUNICACIÓN DIGITAL

Por:Fidel Alonso González

1.- Introducción

La investigación de la que voy a informar continúa en buena medida una línea de trabajo que me ha ocupado durante varios años y cuyo resultado ha sido la finalización, en este mes de febrero, de mi Tesis de Doctorado en el departamento de Empresa Informativa de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense.

Una de las conclusiones de mi Tesis -centrada en Canal+, grupo Sogecable en España- es la inminente desaparición de la televisión, al menos en su formato y sistema tradicionales, debido a la digitalización. Se está produciendo una convergencia o integración de medios en el nuevo contexto digital donde Internet es el patrón de referencia.

Ignoramos cuál será el resultado final de esta inevitable metamorfosis mediática pero las consecuencias van a ser muy importantes y se están dejando ya notar en la sociedad, la economía, la educación, etc. Y, cómo no, en el lenguaje.

No podemos permanecer ajenos a la implicación activa y pasiva que la lengua está teniendo en el proceso. Los medios de comunicación social siempre han repercutido sobre el lenguaje porque éste ha sido su referente o hilo conductor. Cuando estos medios se hacen planetarios y superan las barreras de tiempo y espacio, la lengua, nuestra lengua, el castellano o español, una de nuestras más preciadas señas culturales de identidad, se halla a merced de la nueva comunicación revolucionaria e ilimitada.

Casi todo está por hacer, desde definir objetivamente el problema y su alcance hasta sentar criterios que conduzcan a actitudes responsables, incorporar posibles normas de defensa de nuestro idioma y adaptar en general la enseñanza de la lengua a las nuevas tecnologías y a los nuevos medios.

Durante años de investigación he tratado de captar la realidad de estos nuevos medios, centrándome en la televisión digital. Internet me resulta ya casi tan familiar como la radio o el teléfono, tras su presencia en mi vida privada desde comienzos de 1996 y habiéndole dedicado tres veces más de tiempo que a todos los demás medios juntos, incluida la televisión (a pesar de ello, no he aprendido a manejarlo). Simultáneamente la lengua española es el instrumento más importante de conocimiento y de proyección de ese conocimiento en mi actividad docente. Pero sobre todo es para mí objeto de conocimiento e investigación.

Por eso, a pesar de mi trabajo investigador en el campo de la televisión (o lo que ese medio de comunicación vaya a ser en el futuro), no he renunciado al aspecto cultural, patrimonial, linguístico en definitiva, que tiene la comunicación en esta frontera hacia la globalidad que estamos superando en 1999. Y me resulta gratificante y útil el poder abordar el campo lingüístico no exclusivamente desde mi faceta de docente en el ámbito de humanidades -suele surgir cierto victimismo, reivindicaciones corporativas y estrechez de miras cuando uno ve sólo su terreno- sino desde el conocimiento y respeto de una nueva realidad que nos está dominando ante nuestra sorpresa y desconcierto pero, a la postre, será enriquecedora para nuestra lengua y para nuestra cultura.

2.- Trabajo realizado hasta la fecha

Han sido varios los frentes de investigación en esta etapa: en primer lugar, fuentes bibliográficas (libros especializados y revistas, pero todavía de forma no selectiva); en segundo lugar, Internet, donde sólo he hecho que empezar pero los resultados son satisfactorios; en tercer lugar, actividad presencial, que considero imprescindible (contactos con personas claves en el sector, cursos, información directa de otras investigaciones en marcha, etc.).

2.1.- Primera aproximación al tema

Ha sido por vía bibliográfica y mediante las fuentes que cito a continuación:

  • 2.2.- Inputs principales en la investigación

    Cito a continuación los principales puntos (entradas o inputs) en los que se centra actualmente mi investigación. No se trata de un repertorio cerrado sino que podrá ampliarse cuantitativamente en lo sucesivo, o centrarse cualitativamente en algún polo concreto (aspectos de Internet, con toda probabilidad, que es, a la vez que herramienta, obligado objeto de análisis):

  • 2.3.- Bibliografía en la que se centra el trabajo actualmente

    Pongo a continuación, por orden alfabético, un listado de obras de consulta que constituyen mi campo de trabajo en la actualidad. El repertorio se ampliará en algunos temas concretos pero de momento me he topado con estas obras de interés, la mitad de las cuales ya están en mi poder y el resto los adquiriré en las próximas semanas (algunos a través de la red):

  • 2.4.- Otros sitios web utilizados

    Hay una serie de lugares en la red que considero de interés para esta investigación y figuran entre las "favoritas" de mi agenda del navegador:

    Me interesan además otras páginas como objeto de observación, de una forma complementaria a las señaladas en apartados anteriores:

    3.- Balance y orientaciones futuras de la investigación

    Considero que me encuentro desarrollando una tarea de gran interés, en un contexto disperso e incoherente de iniciativas llevadas a cabo hasta la fecha.

    Resulta decepcionante comprobar la escasa sensibilidad que ha existido en nuestro país por el estudio de la lengua en su integración con las nuevas tecnologías. Se trata sólo de proyectos aislados, institucionales normalmente y sin un fin de largo alcance.

    Es algo que contrasta con la importancia universal del español, con la irrupción y predominio de la digitalización, con la repercusión que ésta tienen sobre la lengua, con la necesaria y consiguiente transformación educativa, etc.

    El objeto de investigación ya es de por sí difícil de abarcar, cambiante y costoso (cuesta esfuerzo, tecnología y dinero), pero a ello se une el hecho lamentable de tener que estar siempre mirando hacia otros países cuyas iniciativas son mucho más abundantes y fructíferas. Por ende el inglés es el instrumento común de acceso, sea en soporte papel o cibernético.

    Dicho esto, es posible realizar un trabajo integrador e integrado, que abra camino de alguna forma y "remueva las conciencias", como diría Unamuno. Mi intención es culminar en nueve meses más (hasta diciembre) una obra para publicar, a medio camino entre la divulgación y la investigación, que combine lo extensivo y descriptivo -necesario en el contexto reinante de desorientación y sorpresa- con lo intensivo y especificamente lingüístico.

    Desde la tecnología, desde esa realidad constatada que nos domina, se trata de retomar el estudio empírico e inductivo de la lengua para poder definir su situación actual y futura. Hay una nueva lengua que aflora poderosamente, que debe tipificarse y ser reivindicada como parte de nuestro desarrollo y de la necesaria modernización, pero a la vez sin olvidar nuestro patrimonio lingúístico y cultural.

    Espero llegar al latín, al cabo de mi análisis (yo nunca he renunciado al griego y al latín), a través del lenguaje técnico, por supuesto, pero también a través de manifestaciones de la red (la jerga de los hackers, sin ir más lejos) y del nuevo sistema de expresión más sintético y flexivo y menos perifrástico que se impone. Es sólo un ejemplo de cómo la tecnología es profundamente respetuosa con la Lengua (con mayúscula) y viceversa.

    Quede clara la enorme dificultad que existe si tratamos de separar el lenguaje/la lengua de otras manifestaciones icónicas integradas en el flujo de información digital. Debe, pues, retomarse la semiótica como ciencia universal de la comunicación y entender que la lengua propia -manifestación cultural, superestructura de profundas estructuras de conocimiento y aprendizaje, "troquel" de identidad personal, norma, sistema de sistemas, etc.-, constituye sólo un código entre otros muchos, integrados todos bajo el más sencillo código y más poderoso a la vez: aquél que solamente combina ceros y unos en su funcionamiento ilimitado.

     


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