Número 15, Año 4, Agosto - Octubre 1999


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EL INQUISIDOR

Por:Vasni Blásquez

Pareciera lejos la vieja Yugoslavia, un gajo legado del reino Otomano, su sufrimiento y resistencia. Hoy amanece una calma frágil; unos niños juegan fútbol en la humedad de las calles; alguna mujer sale a comprar pan y antes de cruzar la calle mira los edificios y el cielo para prevenir algún francotirador o un avión de la OTAN; el cielo colmado de nubarrones y las gotas de lluvia palmeando la hojarasca, los pastizales y la textura cenicienta del pavimento. Aún y así sale el sol en Yugoslavia, que respira entre escombros y ruinas, entre lágrimas y nostalgia. Nuestra ciudad, la Ciudad de México, amanece en una situación similar. En tonos grises y mojados, más que húmedos. También en las calles y parques hay niños mojados jugando fútbol, mujeres que salen a comprar pan y antes de cruzar la calle miran hacia las aceras para prevenir algún ladrón o un sospecho de ejercer la acción. Ambas ciudades viven en la frontera entre la serenidad y la furia, en estas ciudades que hoy son feudos abrazados por la globalización.

Más sin embargo nuestra similitud se haya en la contrariedad o en el mejor de los casos, México es el antónimo de los verbos y palabras balcánicos. Yugoslavia, madre de las guerras madres que han flagelado nuestro siglo, un óvulo siempre en espera del ardiente esperma de la pólvora para dar luz a otro nuevo río de sangre. Las tierras eslavas; unidas sólo por la geografía y las cicatrices nunca sanadas; tierras que son volcán de lava sangrante; un aviso de amenaza; un lugar hecho para consagrarse, siempre, la barbarie humana. Para los pueblos eslavos, desde sus inicios, la división ha sido un ansia -más que una necesidad- en cada bandera, religión, lengua y escritura. El Báltico hasta el Adriático en contra del Este, Occidente contra las tierras del Báltico y Adriático, Este contra Occidente, ortodoxos, católicos, musulmanes... fronteras. Las antiguas tierras Otomanas vuelven a ser el tema de actualidad, no así su historia. Antes los territorios eslavos eran un puente para llevar las batallas de Europa a Medio Oriente y viceversa, actualmente son el puente que está llevando al sistema global y de libre mercado hacia una nueva doctrina: la neoinquisición.

A principios del siglo XII surge en el mundo la Santa Inquisición, que nació como la necesidad de defender la doctrina católica de la herejía cátara que amenazaba los fundamentos propios del cristianismo. El objetivo era salvar la cristianidad con medidas radicales. Los métodos utilizados para alcanzar dicho objetivo, de todo el mundo conocidos, aún no terminan de horrorizar al mundo entero y sus continuas generaciones. No declarar la culpabilidad merecía la pena capital, negarse a confesar acreditaba uso de violencia (torturas) y aceptar todas las imputaciones traía penas que venían acompañadas por la destrucción de la vivienda y confiscación de bienes. Nadie, absolutamente nadie estaba exento de la barbarie de la Santa Inquisición, a todos se aplicaba la intolerancia por igual sin importar sexo, edad, nacionalidad, raza, posición social y hasta religión. Hay que recordar que en su frenesí ante el temor de ver disuelta la "verdad" de la iglesia ante sus fieles, se llegó a cegar la vida de varios sacerdotes cuyo único pecado era cuestionar la fe en Dios. La Biblia (la palabra de Dios) era el código que daba derechos y obligaciones a la humanidad, con respecto a esas leyes divinas la iglesia regía la humanidad. De ahí se desprendía lo correcto e incorrecto y de acuerdo a lo último se actuaba en contra de quien ejecutara dicho acto. Después, como una ley auxiliar, se creo el Malleus Maleficarum (martillo de las brujas), código consagrado a los delitos que tenían que ver con la brujería. Bajo dicho código se permitió la quema de 30,000 supuestas brujas y brujas verdaderas, en un solo siglo.

Bajo el auspicio del terror de ver fundida, como la cera en vela, la "verdad" que tantas utilidades sirvió a la iglesia, el mundo vivió una de sus épocas más oscuras y atrasadas. El resultado fue un oscurantismo en las ciencias (principalmente), la filosofía, la política, el arte. Todo con tal de transferirle el pánico al mundo sobre el cuál se inculcaba, a través del temor, el respeto a la doctrina sagrada, la doctrina católica. De esta forma la iglesia derrotaba y atemorizaba todo aquella tendencia que pusiera en tela de juicio el cristianismo. Hoy la iglesia no goza más el derecho a obligar la enseñanza de su intolerancia y el hacer creyentes del cristianismo, por medio de la fuerza, aquellos que difieren de su pensamiento o simplemente no creen en Dios. Decía un profesor de la infancia que toda historia lleva implícita una moraleja, de ahí que coincida con aquellos que piden el nunca olvido y que en la memoria siempre esté presente nuestra historia -nuestro pasado- a flor de piel en este tiempo contemporáneo asfixiado entre el pasado y el futuro. Así podemos obtener la moraleja de que el dinero (capital) y las armas sólo crean reinos de terror, injusticia, intolerancia, esclavitud, desigualdad, disminución de las fronteras del Estado y derramamiento de sangre. Todo ello apoyado en la fragilidad de la mentira. Lo que llevó a la iglesia católica a ese holocausto de tres siglos no fue tanto la defensa de la fe cristiana (como tanto se manejó) sino que era por medio de la fe del creyente que la iglesia se hizo de muchas tierras, valores (dinero, metales) y , sobretodo, poder. Tan débil es la fe, que en cuanto el creyente la abandonara dejaría de pagar el diezmo, donar tierras o especies a cambio del pasaporte y visa hacia el Reino de los Cielos.

La inquisición o su modelo resucita en este tiempo, pero no para cazar y destruir la herejía que amenaza al cristianismo, sino para cazar y destruir la herejía que amenaza la globalizaión y el libre mercado. La brutalidad de la edad media es el pensamiento que hoy atañe a quienes llevan a cabo la labor de "proteger" la libertad del mundo: el feudalismo, la inquisición, las cruzadas. Los Estados Unidos han hecho muestra palpable de su dominio en el mundo, pero también de la debilidad de sus "valores" y "decencia", sobre los cuales argumentan todo acto criminal que han realizado a través del mundo con el fin de seguir manteniendo las utilidades que los feudos han proporcionando al capital, no sólo estadounidense, sino mundial. De ahí que la OTAN en Europa esté reduciendo las fronteras del Estado y actúe, ya no sólo como ejercito de toda Europa, sino también como una organización para mantener el "orden" y la "paz" en todas las regiones del continente. El peligro comienza a palparse, me pregunto que pasará en el caso de que un país europeo tenga un cambio de gobierno que afecte los intereses de la globalización. La OTAN, a mi punto de vista, podrá invadir (aunque ellos lo manejen como apoyo humanitario) dicho territorio, sustituir al gobierno elegido democráticamente e imponer un nuevo régimen. De ahí que la Unión Europea esté totalmente en contra de todo movimiento "nacionalista", ya que aquel movimiento que exija el bienestar de su país o que se niegue a seguirlo sacrificando para generar utilidades a los capitales internacionales, de antemano será candidato a sufrir, más que vivir, los embates que acontecieron en los últimos meses sobre Yugoslavia. Aunque claro está, el caso del país balcánico no se debió a lo anterior, sino a un acto de genocidio territorial ante la independencia de Kosovo. Por otro lado, el papel de la OTAN lo viene ejerciendo la ONU en el resto del mundo.

La recompensa de cinco millones de dólares por el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic es un acto atestado de cinismo e hipocresía. Con esto, no estoy a favor de los asesinatos que el ejercito Servio realizó en Kosovo, pero si a favor de una equidad para afrontar responsabilidades y culpas. En la edad media, la iglesia ponía una cruz a los soldados que combatían las invasiones musulmanas provenientes de oriente. La cruz en pecho les daba inmunidad para matar a mansalva cuanto moro se cruzara en su camino. Así se podía matar a cualquiera; ya sea a distancia por medio de una flecha o mutilarlo en vida hasta que el desangrado terminaba por arrebatársela. Las cruzadas volvieron, hoy el símbolo es el escudo de la OTAN o la ONU, según sea el territorio. Se acusa a Milosevic de haber causado la muerte y el martirio de miles de kosovares. Se le persigue cual asesino, en Suiza sus cuentas fueron confiscadas de igual forma como lo hacía la Santa Inquisición al arrebatarle sus bienes a los culpables confesos. Pero la muerte es muerte y eso lo ha olvidado Estados Unidos. Nadie tiene derecho de robarle a una persona el gusto de seguir riendo, respirando, cantar, leer, escribir, llorar, caminar, correr, dormir, soñar, gozar, hacer el amor, etcétera; en pocas palabras: hurtar el derecho a vivir. Así, para los Estados Unidos, la OTAN y la ONU hay asesinatos púdicos e impúdicos.

El tren de Belgrado a Salónica que hizo escala en statio mortem (estación de la muerte) dejaba abandonado del otro extremo (la estación de Belgrado) a un niño que esperaba con los brazos abiertos a la madre orfandad. Una bomba es la forma más decente de quitar una vida para aquellos que dicen defenderla y en sus actos la vomitan. La ONU, OTAN y cualquier otra alianza supuesta de naciones se muestran ante el mundo, por medio de la televisión y la radio, como organizaciones que de la mano de los Estados Unidos están estableciendo la paz en el mundo, que son humanitarios, que cualquier atercado contra los derechos humanos los exalta, que se estremecen ante cualquier derramamiento de sangre, que luchan por la verdad, que son entes éticos, que sufren ante las injusticias en el mundo... "es mentira que más de mil mentiras no digan la verdad". La mentira es lo que hay que defender con el escudo de la intolerancia y la espada del radicalismo. Hace semanas el Discovery Chanel mostró esos residuos atroces de la guerra. Habitaciones con hachas, cuchillos, serruchos, sillas con cuerdas en el respaldo y sus cuatro patas al centro de una habitación vacía, manchas de sangre en el suelo, fosas comunes con cuerpos cercenados, etcétera. A eso iba aunado la declaración de centenares de kosovares y kosoalbaneses quienes fueron víctimas del autoritarismo puro de la brutalidad y cuanta violación a sus derechos humanos. Las lágrimas corrían por las mejillas de una mujer que no sabía dónde se encontraba su esposo, mientras en la aldea hacía su entrada triunfal el ejercito alemán de la OTAN. Las imágenes eran desgarradoras, aún más lo era el sufrimiento que le impregnaba el Discovery Chanel a su documental. Pero se olvidaban de los otros muertos, los asesinados en Servia y el resto de Yugoslavia.

Ambos bandos sufren las mismas injusticias y también tienen el mismo derecho a exigir que se enjucie a los responsables de tan deshonrosos actos: Slobodan Milosevic y Bill Clinton. Pero la televisión sólo enfoca y muestra un solo extremo, el de las víctimas que legitiman al vencedor. De nueva cuenta, la historia es mal escrita por los vencedores. A través de la televisión los Estados Unidos y la OTAN eran vistos como el Cid Campeador de Castilla. Los libertadores de Kosovo y sus asesinatos quedaban en el olvido como errores, como simples errores. Así Milosevic es un asesino y la OTAN junto con los Estados Unidos salvadores de la humanidad.

En México, hace menos de dos años, el 22 de diciembre del año 1997 para ser exactos, ocurrió una escena similar a las mostradas en Kosovo. Ello no fue meritorio de sanciones, invasiones o recompensas pidiendo la cabeza del presidente, el secretario de gobernación o en su caso del gobernador de Chiapas. Con esto último no favorezco una acción similar, a las realizadas en Yugoslavia, sobre mi país, sólo quiero dar una muestra de cómo es una falacia la "justicia" por la que actúan más los intereses que los "valores" de la globalización. Volviendo a lo anterior, la Unión Europea, aun con los acontecimientos en Chiapas, continúo su camino hacia el tratado de libre comercio con México. Después la mentira de la televisión manejó ese crimen como el resultado de luchas internas o religiosas que se daban en el seno de la Selva Lacandona incitado por extranjeros. El paramilitarismo que se empezó a denunciar en Chiapas se fue desvaneciendo con el tiempo y las falsas notas periodísticas, televisivas y radiofónicas. Hoy en Chiapas se siguen cometiendo actos criminales llevados a cabo por grupos paramilitares. La radio y la televisión nunca informan al respecto y son muy pocos los medios periodísticos que los denuncian. ¿Dónde está, para los indígenas de Chiapas, los salvadores de la humanidad?. México es el antónimo de los verbos y palabras yugoslavos. Lo que allá es crimen de Estado, aquí es crimen de los enemigos del Estado, lo que aquí es injusticia allá es justicia. Pareciera que los gobiernos honestos y democráticos son aquellos que rinden utilidades y están asociados al capital extranjero en su mayoría estadounidense. De esa forma las injusticias nunca serán vistas y siempre pasadas por alto, como también ocurrió en la inquisición medieval.

Es de suponer que los ataques hacia Yugoslavia no fueron más que una advertencia a todos aquellos países de la comunidad europea y del resto del mundo. Nicolás Maquiavelo decía: "divide y vencerás". Europa hoy día está más dividida que nunca frente a la amenaza de la OTAN y Unión Europea que ponen en jaque al Estado y la soberanía de los pueblos europeos. En el siglo XII la excomunión a la doctrina cristiana era uno de los castigos más severos, en el siglo XXI el castigo más severo que podrá recibir una nación es ser excomulgada del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; en el siglo XII la Biblia era la verdad, en el siglo XXI lo será la televisión; en el siglo XII los guardias corpus eran quienes detenía y ejecutaban a los herejes, en el siglo XXI serán los soldados de las fuerzas de "paz" de la OTAN y la ONU. Este nuevo milenio comenzará con la caída de Dios ante la doctrina de la globalización y el libre mercado. El báculo para gobernar y ejercer el poder serán el capital y el armamento; no así la democracia, libertad y justicia. En el antiguo y extinto reino Otomano Dios diverge y la tierra converge, también las palabras divergen de los hechos y convergen las heridas de muchos otros que son lacerados en otras tierras del mundo bajo el látigo de la mentira: "in god our true"..

 


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