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Los jóvenes y la cultura de paz en Guatemala
 
Por Eduardo Gularte
Número 18

Las siguientes reflexiones son producto del estudio titulado "Jóvenes Educadores de la Paz. Propuesta de Educación para la Paz con animadores de grupos juveniles, a partir del diagnóstico realizado en una comunidad rural de Guatemala". Este trabajo de investigación se realizó durante 1997 y plantea una descripción del manejo de elementos de una cultura de paz que hacen los animadores de los grupos juveniles. El trabajo concluye con el planteamiento de una propuesta para consolidar una cultura de paz en estos sujetos, como promotores del cambio en cada comunidad.

La óptica de este estudio, más que política, pretendió centrarse en lo educativo y lo comunicativo, es decir, ¿Qué se le exige a la educación en el contexto de la posguerra guatemalteca? ¿Qué papel juega la comunicación educativa, específicamente? Es obvio que comunicación y educación son elementos indispensables en la conformación o manejo de cualquier cultura, sea ésta de violencia o de paz.

Hablar de cultura de paz en Guatemala es hablar de una problemática concreta en un contexto concreto. Esto implica que no se hace como una mera reflexión universal; más que eso, es una necesidad urgente para un país que se vio envuelto en una guerra interna de treintaiséis años. ¿Cómo hablar de paz en una sociedad marcada por la guerra?

Afortunadamente, la guerra se dio por terminada con la suscripción del Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), el 29 de diciembre de 1996. Este acto fue precedido por la firma de varios acuerdos previos, de los cuales se esperan cambios importantes para la sociedad guatemalteca.

Sin embargo, la guerra marcó a todos, aunque las personas a veces no se dan cuenta, todos se vieron insertos durante tantos años de conflicto armado, en la lógica de la violencia: a callar, a no participar, a autocensurarse, a temer, a vivir inseguros, a desconfiar de los demás, a condenar ciertas actitudes comprometidas, etc.

Cuesta aceptarlo, se dio un aprendizaje en la mayoría de los ciudadanos: aunque lo que se aprende (lo que uno se apropia), no siempre resulta ser bueno. Hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes, ancianos han aprendido que la violencia puede llegar a ser justificable, algo normal, se han empezado a reproducir estructuras autoritarias, se muestran comportamientos poco o nada tolerantes, se desconfía de las instancias legales, se toma la justicia por la propia mano...

¿Hasta qué punto la gente que aprendió de la violencia? El objetivo de este artículo es tratar de encontrar alguna respuesta a esta interrogante. Aunque en este caso, desde el trabajo de los jóvenes organizados, los jóvenes que nacieron en medio del enfrentamiento armado y que apenas hoy empiezan a vivir sus primeros días sin guerra.

Se reconoce a los grupos juveniles como instancias importantes de aprendizaje, aunque no son de tipo escolarizado, en el grupo también es posible encontrar procesos educativos. Si se parte de esta lógica, no es difícil reconocer en el animador del grupo juvenil a un educador. Por ello ¿Hasta qué punto este educador, como agente de cambio, es un agente

Promotor de la paz? En las siguientes líneas se comparte los resultados de la investigación que identifica el manejo de elementos para una cultura de paz en los animadores. Estos elementos no son más que: El manejo del comportamiento pacífico y el juicio crítico. Esta definición de elementos parte de los aportes de varios teóricos sobre la educación para la paz y la cultura de la paz, entre ellos Esther de Zavaleta (1986), Carlos Aldana

(1995) o la misma UNESCO.
 

Elementos básicos de la Cultura de Paz

Como punto de partida, no se puede reducir la paz a la simple ausencia de guerras o a la no violencia, pues es una definición sumamente pasiva que no encierra su verdadero sentido. Esther de Zavaleta (1986:43) plantea algo más concreto: "es un sistema para regular y manejar racionalmente los conflictos en las esferas de la vida personal y social. Es un proceso por el cual se va logrando paulatinamente la solución de conflictos. Es la consecuencia del análisis y la discusión continua de los enfrentamientos a los que se llega a comprender y dominar por la educación. Es una tarea de los hombres de comprederse a sí mismos y a los demás". La paz además, implica la transformación de la realidad, implica cambio a una sociedad en donde imperen valores tales como: la justicia, la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia y la verdad, entre otros.

En el caso de la cultura de paz, se trata de una sociedad en la cual imperen los valores antes mencionados, los cuales son universales. Sin embargo, como ya se decía antes, existen dos pilares que sostienen una cultura de paz: el comportamiento pacífico y el manejo de juicios críticos. En cuanto al comportamiento pacífico, se puede decir que se manifiesta en el ser humano que busca y analiza las causas de la hostilidad, que es capaz de reconocerlas, pero que también es capaz de manejar las agresiones. Ello implica un comportamiento inteligente frente a los conflictos, la capacidad de analizarlos y reflexionar en torno a ellos, identificar las causas de los conflictos (y no sólo las causas superficiales), controlar el potencial agresivo, saber convivir con los demás, ser capaz de ganar y de perder, pero sobre todo, buscar la resolución de los conflictos por las instancias adecuadas: el diálogo, la negociación, los medios legales.

Sobre el manejo de un juicio crítico se puede definir como la capacidad de salirse de sí mismo (salir del egocentrismo), de reconocer que los otros también tienen su punto de vista válido ("su verdad"), reconocer que existen varios ángulos de mira sobre una misma cuestión, dejar los prejuicios y estereotipos afrontándolos de manera crítica, buscando sus causas para transformarlos y no actuar con base en ellos. Ser capaz de encontrar las causas de los conflictos, tener capacidad de empatía, es decir, ponerse en el lugar del otro, desechar explicaciones simplistas de la realidad, tener capacidad de ser receptores críticos frente a los mensajes de los medios de comunicación, consultar varias fuentes, no dejarse llevar por rumores, pero sobre todo, tener la capacidad de ser tolerantes.

Sin embargo, no se puede hacer una investigación que "juzgue" a los animadores desde una teoría. Al contrario, este estudio pretendió tener estos elementos como guía para comprender el pensamiento de los animadores de los grupos juveniles, desde sus propias mediaciones. Aquí se habla entonces, de la Teoría de las Mediaciones, una de las teorías críticas latinoamericanas de la comunicación.

Un Pensamiento Mediado

El ser humano está determinado por diversos factores, él interactúa con la realidad, con los mensajes, no es un receptor acrítico ni un mero ejecutor de órdenes, como algunas teorías de la comunicación pensaron años antes. Desde la propuesta de Martín Barbero y Orozco (Teoría de las Mediaciones, 1994), el ser humano tiene un pensamiento determinado por variadas mediaciones (cognoscitivas, institucionales, del entorno, estructurales, de etnia, etc.). Es decir, en un país como Guatemala, no se puede concebir que "todos" piensen igual, que "todos" interpreten de igual manera la realidad, pues es un territorio marcado por la multi-culturalidad, la diversidad étnica, la división urbano-rural, etc.

Especialmente en los jóvenes guatemaltecos, es preciso tomar en cuenta que su pensamiento está mediado, y una de las principales mediaciones es la guerra y todo lo que ella generó en lugares como el altiplano donde ésta se vivió de manera directa. Por lo mismo, no se determinó de igual manera el pensamiento de los jóvenes urbanos (aunque la guerra también llegó ahí) que el de los jóvenes rurales, donde se dieron enfrentamientos directos y hubo pueblos enteros masacrados. Los resultados sobre el manejo de elementos de la cultura de paz en los animadores juveniles se interpretó desde las mediaciones más determinantes: la guerra, la etnia, la institución a la que pertenecen.

La Cultura de Paz en los animadores de los grupos juveniles de "Tactic"

Como ya se hablaba de los determinantes del pensamiento de los sujetos investigados, es indispensable conocer más de cerca quiénes son ellos. Los jóvenes guatemaltecos en general, nacieron y crecieron en un contexto de conflicto armado. Sin embargo, en algunos lugares los mismos jóvenes han estado organizados, a pesar de la represión y el terror emprendido contra otros grupos comunitarios. Desde hace varios años se han venido formando y fortaleciendo los grupos juveniles como instancias que reúnen a individuos desde 12 hasta 23 años aproximadamente, y que se juntan semanalmente para reflexionar sobre cuestiones religiosas, pero también para transformar la propia realidad de su comunidad, a veces con acciones sencillas, otras veces, con acciones de mayor impacto (como el planteamiento de pequeños proyectos). Casi siempre estos grupos, están ligados a las iglesias, tanto católica como protestantes.

En cuanto a la comunidad Tactic, es municipio del departamento de Alta Verapaz. Lo importante en este caso, es decir que se vio rodeada de la guerra, pues limita con el departamento de El Quiché, donde la guerra fue más cruenta y declarada. Sin negar los hechos sangrientos que afectaron al mismo departamento de Alta Verapaz, como la masacre de Panzós en 1978 y de Xamán en 1995, por citar algunas.

En Tactic existen once grupos juveniles, casi la totalidad de la población pertenece a la etnia pokomchí. Y todos ellos trabajan unidos a las parroquias católicas, unidos en la llamada Pastoral Juvenil Pokom. Existe un grupo de coordinación de los animadores de todos estos grupos, que se reúnen periódicamente. El 57% de estos sujetos son de sexo masculino y el 44%, femenino, y la mayoría sólo posee estudios de primaria incompleta

(65%).

Manejo de elementos básicos para el comportamiento pacífico

Una mediación importante dentro del conflicto armado fue la llamada Guerra de Baja Intensidad, caracterizada por el ocultamiento de la información, el ataque directo a la población civil como estrategias de contrainsurgencia, el manejo de factores psicológicos para explotar resentimientos y dividir a la población, el desmembramiento de la organización ciudadana, etc. Ello, influyó en los siguientes resultados. La mayoría de los animadores piensa que los conflictos son malos (57%). Sin embargo, los conflictos no son malos, lo negativo es resolverlos de manera violenta, pero en sí mismos, ellos son parte de la dinámica de la sociedad. Pero, puede ser que los jóvenes aprendieron durante la guerra a evitar el choque, a no disentir, pues se les enseñó a través de la violencia que "pensar diferente" era "malo", y se puede creer que entonces "hay que evitar los conflictos".

Otro aspecto importante es darse cuenta de que conflicto no es lo mi smo que violencia, pueden darse conflictos que se resuelven por medio del diálogo de manera pacífica y por lo tanto, no son violentos. Sin embargo, la mayoría de los animadores (70%), piensan que conflicto es sinónimo de violencia. El problema es que inmediatamente, el joven relaciona la palabra conflicto con la guerra interna que vivió Guatemala, que de hecho, fue violenta.

A la paz, como se indicó antes, debiera entendérsele como algo más que la simple ausencia de guerra. Sin embargo, la mayoría (52%) cree que "la paz es sólo la ausencia de guerra". Además, creen en un 57%, que el comportarse pacíficamente consiste en evitar los conflictos. Sin embargo, lo acertado es resolver los conflictos de manera razonable y no evadirlos o pretender eliminarlos. Pero aquí se nota el aprendizaje de la guerra: evitar disentir, evitar manifestarse en contra de un sistema, para vivir sin problemas, pues quienes no evadieron los conflictos fueron perseguidos y asesinados. El ignorar los conflictos no es nada sano para una sociedad en reconstrucción, pues lo más seguro es que se vayan acumulando en lo más profundo del ser, como sucedió durante la guerra.

El conflicto armado enseñó además, que la única manera viable de resolver las diferencias era por medio del uso de la fuerza incluso física, de la agresión y la eliminación de quienes se oponían a ciertas ideas. No se está consciente de que hay otras maneras que ofrece el sistema democrático para solventar las diferencias, de que hay instancias legales creadas especialmente para ello. Esto se comprueba cuando la mayoría de animadores confía más en las medidas agresivas antes que en las medidas legales: El 83% está de acuerdo con que lo primero que debe hacer un grupo dentro de una sociedad, para que le solucionen un problema, es una manifestación. ¿Dónde quedan entonces, las instancias legales? ¿No habría que agotarlas primero?

Dejando un poco de lado lo anterior, la principal instancia para la resolución de conflictos de manera pacífica, es el diálogo, sin embargo, una gran parte de los animadores no sabe explicar en qué consiste (30%), aunque un 26% manifiesta que es "platicar", "hablar con los otros". A la luz de las mediaciones, los guatemaltecos han crecido en una cultura del silencio, de la autocensura. Donde no quedaba otro camino frente al autoritarismo.

Que callar. Sin embargo, es una urgencia que los guatemaltecos consideren al diálogo como una herramienta de uso diario, en la convivencia pacífica.

El 57% de los animadores no sabe explicar ¿por qué ocurren los conflictos?, y a ello se suman ideas erróneas de las causas de los conflictos como: "por envidia", "por maldad", etc. Aquí se presenta una vez más, la idea de que todo conflicto es malo, pues la única causa que lo genera es la maldad. No se concibe como un elemento constante en la convivencia, como parte de la misma dinámica de la sociedad. Habría que reconocer que el pensar diferente a quienes dominan no es malo, el estar en desacuerdo no implica "ser malo".
   
Manejo de elementos básicos para la formación de un juicio crítico

Si en el caso anterior la principal mediación, fue de tipo estructural, la guerra. En lo referente al manejo de un juicio crítico se debe destacar como principal mediación: una etnia marcada por la discriminación (mediación cultural, de etnia), las etnias mayas (indígenas) han estado sometidas a una discriminación muy marcada en Guatemala por parte de los no indígenas (ladinos). Sin embargo, no queda tan ajena la idea de que la guerra ha formado una cultura de violencia, inflexible, intolerante, etc. Parte de las estrategias de una Guerra de Baja Intensidad, donde se remarcaron las diferencias con el afán de dividir a la población.

Un parámetro importante sobre el manejo de pensamiento crítico es hasta qué punto se manejan estereotipos. En los ladinos es muy frecuente el manejo de estereotipos con respecto a los indígenas, en los cuales se les hace de menos. Sin embargo, siendo la mayoría de animadores de Tactic, indígenas, se trabaja en torno al estereotipo: "los ladinos son aprovechados", frente a lo cual el 62% está de acuerdo. Por lo tanto, los estereotipos se manejan en ambos grupos culturales. Los estereotipos resultan ser juicios nada críticos, y el peligro es que en la misma convivencia, pueden orientar los comportamientos y las acciones, no precisamente hacia la paz. Sin embargo, desde las mediaciones, el manejo de este estereotipo podría tener una explicación, pues a lo largo de la historia de Guatemala, los grupos no indígenas han dejado al márgen del poder a los grupos indígenas y los han puesto a su servicio, incluso durante el mismo conflicto armado por parte de los dos bandos.

Se insiste en la importancia de un juicio crítico que mueva a la convivencia pacífica, al reconocimiento y valoración de las diferencias como algo positivo. Sin embargo, el 56% de los animadores está de acuerdo con la afirmación de que "existen grupos étnicos superiores a otros". ¿Es posible llegar a interiorizar esta idea? ¿Ha llegado a tal grado la discriminación y marginación que se asimila una situación de injusticia como natural? La paz requiere de que todos se sientan iguales, para que así puedan participar en la reconstrucción de la sociedad. Una participación basada en la igualdad. Pero si desde el principio los mismos guatemaltecos tienen la idea de que existen grupos superiores e inferiores, es difícil partir de esas bases para esta reconstrucción.

Complementando lo anterior, el 56% piensa que no son recomendables las relaciones entre grupos diferentes. La mediación estructural histórica parece haber enseñado que cada vez que se juntan dos grupos diferentes (ladino-indígena), el primero ha sacado provecho del segundo. Pero esto puede ser un estereotipo, la paz exige volver a apostar por las Relaciones interétnicas, pero basadas en el respeto mutuo, dejar de lado la desconfianza sembrada por las estrategias contrainsurgentes, "el miedo en el otro". Habría que romper con el aprendizaje negativo de "el otro me va a hacer mal", y abrirse de manera crítica hacia la diversidad.

Como se decía anteriormente, un juicio crítico reconoce que no hay verdades absolutas, que existen diversos ángulos de mira sobre un asunto, cada quien mira desde su especificidad la realidad. Pero, el 70% de los animadores creen en que sólo existe una forma de ver la realidad. Se podría pensar entonces, que para que exista la paz "todos debemos pensar igual", que no existan diferencias. La diversidad de opiniones enriquece el tema y esto es lo que deben reconocer los guatemaltecos: que es posible pensar diferente, la democracia lo exige. La paz no es que todos piensen igual.

Un tema de importancia para analizar el juicio crítico es el religioso, pues además de las divisiones de etnia, clase social, etc. A las que ha estado sometida la sociedad guatemalteca, también se dan divisiones entre católicos y protestantes. Esto lleva a pensar en intolerancia religiosa. El 65% de los animadores cree que "hay religiones que están equivocadas". Y es que en esto también ha habido aprendizaje, a los fieles se les enseña que las otras religiones son erróneas, ni siquiera, a pesar de los esfuerzos de ecumenismo, existe apertura a nivel de la mayoría de las sociedad, al diálogo entre iglesias. Es imposible juzgar a otra religión desde la propia, es imposible juzgar a otra cultura desde la propia, todo ello son manifestaciones de la intolerancia y la paz exige urgentemente actitudes tolerantes.

El manejo de prejuicios es otra señal de intolerancia y de la urgente necesidad de trabajar en la formación de juicios críticos. Así, la mayoría de los animadores manejan el estereotipo de que "la política es sucia" (52%). Sin embargo, este pensamiento puede ser el resultado de los Últimos acontecimientos políticos en Guatemala, como el autogolpe de Estado de Jorge Serrano, o que los mismos políticos no han llenado sus espectativas.

Sin embargo, no se puede condenar a la política por las actuaciones de los políticos. Si se cree que es sucia, no se participará en ella y la consolidación de una cultura de paz exige paralelamente la consolidación de una cultura democrática.

Por último, uno de los puntos trabajados con respecto al manejo de un juicio crítico, se refiere a la visión sobre los medios de comunicación. El 70% de los animadores está de acuerdo con que "los medios de comunicación siempre son objetivos e imparciales". Esta respuesta muestra una carencia en una verdadera recepción crítica frente a los mensajes de los medios, pues no es posible creer ciegamente lo que ahí se dice. Los medios presentan propuestas y está en el sujeto darle el significado de acuerdo a su realidad. Basta recordar la realidad que presentaron los medios de comunicación durante la guerra ¿se habló de los excesos de las campañas de contrainsurgencia? ¿esa realidad (donde aparentemente no pasaba nada) coincidía con la de la mayoría de indígenas del altiplano en los años setenta y ochenta?

Jóvenes Educadores de la Paz

En este trabajo se establecen algunas carencias en el manejo de una cultura de paz en los animadores de los grupos juveniles de Tactic. Pero estas carencias están marcadas por una serie de mediaciones que determinaron un pensamiento marcado principalmente por una guerra de más de tres décadas. La paz por lo tanto, exige seres con actitudes que tiendan hacia el comportamiento pacífico (no pasivo) y con suficientes elementos que les permitan una visión crítica de la realidad. No es posible negar entonces, que se aprendió de la guerra, que subyace una cultura de violencia en los guatemaltecos que se manifiesta en diversas formas, pero últimamente con la gran cantidad de linchamientos que se han venido dando en diversas poblaciones, el tomar la justicia por la propia mano.

Es posible que las personas se hayan acostumbrado al uso de la violencia para solventar sus diferencias, es posible que se hayan acostumbrado a ver a la muerte como algo natural. Sin embargo, no todo es culpa de la ineficiencia en la aplicación de la justicia, se debe preparar a la sociedad guatemalteca a hacer funcionar a las instancias de impartición de la justicia. Éstas no pued en funcionar si no se acude a ellas.

Por ello, entre otras cosas, una de las principales acciones que se propone con este estudio, es optar por crear en los jóvenes una cultura de paz. Y para ello, partir de los animadores de los grupos juveniles, para que ellos sean agentes promotores de la paz dentro de sus mismas agrupaciones. Que sean capaces de transformar la cultura de violencia en cultura de paz, a través del manejo de elementos para el comportamiento pacífico y para el juicio crítico. Todo ello se plantea de manera más detallada en la propuesta que se hace al finalizar el estudio mencionado, pero que en resumen plantea capacitar a los animadores de los grupos juveniles como educadores de la paz, para lo cual se creó un programa que incluye cuatro grandes temas: El papel del animador de un grupo juvenil en Guatemala,.

El significado de la paz para Guatemala, El comportamiento pacífico y el manejo de un juicio crítico. En el curso se le proponen los contenidos para que él se convierta en mediador de los mismos para su grupo y genere un propio proceso de enseñanza-aprendizaje desde la situación particular de su comunidad.

Es posible dejar atrás la cultura de violencia. Es posible terminar con las actitudes que cotidianamente generan violencia. Es posible optar por los jóvenes y aprovechar que en ellos adquieren especial sentido todos los valores de la paz: la justicia, la tolerancia, la verdad... Es posible que la comunicación educativa retome su papel en la construcción de una Guatemala en Paz.

Referencias bibliográficas mencionadas:

Aldana Mendoza, Carlos (1995). Desafíos Pedagógicos de la Paz. Guatemala:

Editorial Universitaria-Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado.

De Zavaleta, Esther (1986). Aportes para una Pedagogía de la Paz. Chile:

OREALC-UNESCO.

Orozco, Guillermo (1994). Al Rescate de los Medios. México: Universidad

Iberoamericana -Fundación Manuel Buendía.


Eduardo Gularte

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