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Las fuentes de información que utilizó Èmile Durkheim para sustentar la teoría de la función social
 
Por Lauro Eduardo Ayala Serrano
Número 18

PREFACIO.

Los estudiosos de las Ciencias Sociales encuentran en las teorías de Èmile Durkheim los fundamentos más firmes de la Sociología (disciplina que el mismo Durkheim nombra como Sociología Comparada).

Estas ideas sobre la función y estructura dentro de las sociedades, ideas que las escuelas funcionalistas actuales todavía manejan (como decir que la función permanece estática mientras que lo que cambia es la estructura del sistema), las desarrolla Èmile Durkheim teorizando sobre la información que ha sido previamente recopilada por varios observadores de las tradiciones australianas.

En este artículo, editado especialmente para Razón y Palabra, se realiza un análisis de las ideas principales que Durkheim ha creado en base de esos observadores, profundizando en las fuentes de la información y en el uso que el mismo Durkheim hace de ellas para lograr sus planteamientos finales.

INTRODUCCION.

Èmile Durkheim, en su libro Las formas elementales de la vida religiosa, se propone estudiar la religión más primitiva y más simple que se conoce para entender la naturaleza religiosa del hombre. Al hablar Durkheim de religión, infiere que todo ser humano tiene religión, y propone que ha habido una evolución en la religión donde se modifican las estructuras pero quedan intactas las funciones, porque "todas las religiones responden a las mismas necesidades, desempeñan el mismo papel, dependen de las mismas causas." Por eso, dice, "todas las religiones son comparables, y ya que son todas especies de un mismo género, hay necesariamente elementos esenciales que les son comunes, y estos elementos permanentes son los que constituyen lo que hay de eterno y de humano en la religión." Con estas ideas de que la religión cumple una función social, de que es verdadera, y de que debe existir la misma función en todas las religiones, Durkheim está yendo en contra del pensamiento de la época.

Durkheim se basa en el supuesto de que "los primeros sistemas de representaciones que el hombre se ha hecho de sí mismo y del mundo son de origen religioso." Entonces, "si estas categorías son de origen religioso, deben participar de la naturaleza común a todos los hechos religiosos, y deben ser, como cosas sociales, productos del pensamiento colectivo. Para poder interpretarlas, debe tomarse en cuenta que la sociedad, como una realidad, es un reino natural, pero mucho más complejo, y que el ser humano ha forjado esas categorías acumulando lo mejor de su capital intelectual, resumiendo en ellas toda una parte de la historia de la humanidad."

Para Durkheim, "los fenómenos religiosos se ubican naturalmente en dos categorías fundamentales: las creencias y los ritos. Todas las creencias religiosas conocidas, ya sean simples o complejas, presentan un mismo carácter común y suponen una clasificación de las cosas en: 1) Profano y; 2) Sagrado." De esta clasificación Durkheim va a resolver un problema filosófico, que es el origen de las categorías abstractas, y va a preguntarse cómo el hombre ha podido clasificar el mundo en profano y sagrado, respondiendo que empieza con la experiencia religiosa, donde el grupo es más fuerte que el individuo. En esta experiencia religiosa los individuos que lo componen se sienten ligados unos a otros por el solo hecho de tener una fe en común, teniendo como substrato un grupo definido.

Pero para encontrar estas funciones inherentes a toda religión, Durkheim va a buscar el sistema religioso más remoto y más simple, porque las "civilizaciones primitivas constituyen casos privilegiados por ser casos simples, donde hay una reducción de diferencias y variaciones en una uniformidad intelectual y moral."

EL TOTEMISMO COMO LA RELIGIÓN MÁS ANTIGUA.

Analizando las teorías religiosas que se creían más antiguas, examina primeramente que en el animismo, "la idea del alma habría sido sugerida al hombre por el espectáculo de la doble vida que lleva normalmente en estado de vigilia, por una parte, y durante el sueño por la otra, relacionando la muerte a una especie de sueño prolongado. Ya que el culto a los muertos no es primitivo, el animismo carece de base," debate Durkheim, "pues la religión, entonces, no sería más que un sueño sistematizado y vivido, pero sin fundamento en lo real."

Luego pasa a analizar que en el naturismo, "los variados espectáculos que la naturaleza ofrece al hombre le parecen cumplir todas las condiciones necesarias para despertar inmediatamente en los espíritus la idea religiosa. El curso de la naturaleza es tan uniforme," argumenta Durkheim, "que no podría producir fuertes emociones, y que de ninguna manera podría haber creado en el hombre las categorías de lo sagrado y lo profano." Por último, debate Durkheim, "las grandes potencias naturales han sido divinizadas tardíamente, pues los primeros seres a quienes se dirigió el culto, fueron humildes vegetales o animales."

Ni naturistas ni animistas explican la gran oposición entre lo profano y lo sagrado. Estos dos cultos, para Durkheim, son formas derivadas de uno más fundamental y más primitivo: el Totemismo, proponiéndolo como la primera etapa de la sociedad. El totemismo, dice Durkheim, presenta una gran difusión geográfica, y tiene que ver con los sistemas de parentesco más primitivos y que se reúnen alrededor de un tótem: el clan.

Las sociedades de donde va a partir su análisis, por considerarlas las más primitivas y homogéneas, son las tribus australianas. Durkheim considera que "las sociedades australianas son perfectamente homogéneas, porque los cuadros de la organización social son los mismos y designados, a veces, con nombres idénticos." Aunque las tribus indígenas de América del Norte también tienen esa homogeneidad," dice Durkheim, "que es la organización basada en clanes, considera que son variedades de un mismo tipo en momentos sucesivos de una misma evolución," aunque sitúa en una fase más adelantada las tribus de América del Norte, dice que "para comprender bien una institución, a veces su significación verdadera aparece con mayor nitidez cuando está plenamente desarrollada. Permite también ligar al totemismo con las formas religiosas que se han seguido y marcar su lugar en el desarrollo histórico."

Debemos detenernos y analizar un poco este punto sobre la organización social y su homogeneidad, pues es de donde Durkheim va a partir y va a sustentar todo su análisis. Durkheim debate a Frazer cuando este último realiza un compendio donde compara todos los ritos totémicos en diversas partes del mundo, "porque una comparación necesita que las sociedades se asemejen," dice Durkheim, "que sean variedades de una misma especie. Sólo puede haber comparación cuando se trata de un mismo tipo social." Cabe preguntarse, entonces, si realmente las sociedades australianas y las de América del Norte son un mismo tipo de organización.

LAS SOCIEDADES HOMOGÉNEAS DE DURKHEIM.

Los aspectos que Durkheim utiliza para decir que hay homogeneidad son: 1) Los cuadros de la organización, constituidos por dos fratrías que comenzaron por ser dicotómicas y; 2) La estructura social basada en clanes, siendo el clan esencialmente una reunión de individuos que llevan el mismo nombre y que se reúnen alrededor de un mismo signo o emblema. El clan se caracteriza por dos rasgos esenciales: 1) "Los individuos que lo componen se consideran unidos por un vínculo de parentesco no necesariamente consanguíneo, dado este parentesco por un nombre, pero reconociéndose deberes que incumben a los parientes;" 2) "El nombre está dado por una especie determinada de cosas materiales con las cuales cree mantener relaciones muy particulares, llamada tótem."

De entre todos los autores en que Durkheim se basa para conjeturar la homogeneidad de las sociedades australianas, resaltan Spencer y Gillen, Strehlow y Howitt. Howitt y Strehlow concuerdan con Durkheim, pero no Spencer y Gillen, que en su "Native Tribes of Central Australia" se oponen a considerar una homogeneidad en las sociedades australianas. Dos aspectos son importantes a este respecto: 1) La homogeneidad de las sociedades australianas desde los parámetros de Durkheim y 2) La credibilidad de los autores en los que se basa Durkheim.

El primer punto, la homogeneidad que no concuerda con lo que Spencer y Gillen observaron, se puede deber a un simple sistema de clasificación, como lo supone Rodney Needham al comentar a Durkheim en su "Primitive Clasification", que la terminología de fratría o de clase no es adoptada por todos los autores, y que algunos utilizan el término clase, como lo dicen abiertamente Spencer y Gillen (S&G pág 59) en vez de fratría o mitad (moietie), y aunque Durkheim no dice que prefiere el de fratría para distinguirlo del término clase matrimonial en "Las Formas Elementales de la Vida Religiosa", sí lo hace en su "Primitive Clasification."

De todos modos, si se acepta la idea de homogeneidad en Australia, estos aspectos se están refiriendo solamente a las sociedades australianas, y hay que indagar si de todos modos los cuadros de la organización y la estructura social basada en clanes sirven para comparar a las sociedades de América del Norte, a las que Durkheim considera en una etapa evolutiva más desarrollada. Otro punto resaltante que pone en duda el tipo de comparaciones entre sociedades, es que a lo largo de todo el libro "Las Formas Elementales de la Vida Religiosa", Durkheim hace también comparaciones con su propia cultura europea que lo hacen caer, como ya lo notó Silvia G A Sánchez, en interpretaciones influenciadas por su propio contexto. Como se ve, Durkheim no escapa de la feroz crítica que él mismo hace al compendio de comparaciones de Frazer, sino que compara sociedades que no son del todo homogéneas ni aptas para una comparación, y esto nos lleva al siguiente punto, relacionado con la credibilidad de la información en la que Durkheim se basa para hacer sus especulaciones.

LAS FUENTES DE SU INFORMACIÓN.

Durkheim va a recopilar su información de varios autores, pero con mayor énfasis, para hacer una comparación de las sociedades australianas, se va a basar en Howitt, en Strehlow y en Spencer y Gillen, y hay que resaltar en este punto que los autores van a discrepar en cuanto a la información recopilada. Ante tal disyuntiva, Durkheim va a seleccionar la información que tenga mayor credibilidad o que se amolde a las ideas que quiere comprobar. Esta selección e interpretación se deja ver a lo largo de su libro en el uso de sus fuentes y más abiertamente cuando Durkheim mismo da su opinión acerca de los autores que va a utilizar.

Primeramente de Howitt, de quien dice "da un cuadro de la organización social de los pueblos y empieza a estudiar el totemismo, dándolo como solidario de una organización social determinada: la que tiene como base la división de la sociedad en clanes. Howitt y Fison comprueban la existencia del mismo sistema social en Australia que Morgan, en 1877 hacía ver en las tribus indígenas americanas."

De Strethlow, dice Durkehim, "hablante de la lengua de esos pueblos, aporta gran número de mitos totémicos y cantos religiosos brindados en su texto original muchas veces, y a pesar de que diverge en detalles con Spencer y Gillen, no hay que exagerar su importancia en divergencias, pues completan, rectifican y precisan las observaciones de Spencer y Gillen."

Por último, dice de Spencer y Gillen que "descubrieron, en parte, un número bastante considerable de tribus donde han visto practicar un sistema religioso completo donde las creencias totémicas forman la base y constituyen la unidad, llenando un vacío porque no se había visto todavía funcionar en su integridad una religión totémica. Estimulan, por otra parte, la especulación. Sus datos están presentados en forma sistemática útil, pero sus resultados fueron comentados, discutidos e interpretados de todos modos."

Nos ocuparemos del libro "The Native Tribes of Central Australia" de Spencer y Gillen y del uso que Durkheim hace de ellos a lo largo de su obra porque constituyen el único material disponible para este análisis.

En un análisis sistemático, Durkheim utiliza un aproximado de 155 citas de Spencer y Gillen distribuidas, como lo muestra el gráfico, a través de sus tres libros de la manera siguiente: 3 citas para el libro primero, 100 citas para el libro segundo y 53 citas para el libro tercero.


Analizando 42 citas del libro segundo para comprobar el uso que Durkheim hizo de ellas, se encontró con que el 52 % de las citas no concordaban o concordaban dudosamente con las ideas que Durkheim proponía dentro de su libro. Y más de la mitad de citas utilizadas errónea o discordantemente es una cantidad que hace pensar seriamente en la credibilidad del autor.

Para Silvia G. A. Sánches, una de las razones principales de esta incongruencia se debe a los prejuicios de la propia sociedad de Durkheim que le hizo interpretar de acuerdo a sus propias concepciones lo que leía de Spencer y Gillen. Esta idea que propone Silvia G. A. Sánches es cierta y está visible a lo largo de todo el libro de Durkheim y se puede verificar en las interpretaciones que hace Durkheim de las diferentes citas de Spencer y Gillen.

Ahora bien, otro factor se hace evidente a lo largo del libro y tiene qué ver también con la interpretación que hace Durkheim del material de Spencer y Gillen, y es la credibilidad que hay en su información. Para el caso de la homogeneidad de las tribus australianas, por ejemplo, el esquema de Durkheim está sustentado en:

Clase Matrimonial A Clan A

Fratría I Clan B

Clase Matrimonial B Clan C, etc.

Clase Matrimonial A Clan D

Fratría II Clan E

Clase Matrimonial B Clan F, etc.

La manera en como se adquiere el tótem puede ser por tres reglas diferentes, basándose Durkheim para los casos 1 y 2 en Howitt y para el caso 3 en Spencer y Gillen: 1) Por derecho de nacimiento se le da al niño el tótem de su madre; 2) En otras partes se da por línea paterna y; 3) El de un antepasado mítico.

Se puede apreciar que está dando más credibilidad a Howitt para su clasificación social, aunque reconoce otros aspectos que pudieron escapársele cotejándolos con Spencer y Gillen. Además, Durkheim va a decir que los procedimientos son relatados de forma distinta por los observadores, y esto nos lleva a cuestionar no solamente el uso que Durkheim hace de la información, sino la información misma de la que está tomando los datos para especular sobre ella.

Durkheim propone que el tótem del clan es una especie derivada del tótem de la fratría, el cual es como un género, y que la fratría es "un grupo de clanes que están unidos entre sí por vínculos particulares de fraternidad y donde se llega a ver en la fratría un antiguo clan desmembrado, siendo los clanes actuales producto de ese desmembramiento." De esto dice Durkheim que los clanes se derivan de una sola fratría y excepcionalmente de dos, utilizando a Spencer y Gillen como esa excepción de que los clanes se derivan de dos fratrías, y una vez más volvemos a encontrar discrepancias entre los autores.

Las clases matrimoniales son otro grupo secundario colectivo con el que se designan subdivisiones de la fratría, regulado su funcionamiento por las siguientes reglas: 1) En cada fratría, cada generación pertenece a una clase distinta que la generación inmediatamente precedente y; 2) Los miembros de una clase no pueden contraer matrimonio más que con una sola de las clases de la otra fratría, pero como no tienen emblemas, Durkheim no los considera como tótems, basándose para esta información en Roth y Palmer.

Este uso de información es de gran importancia, porque Durkheim no solamente va a ver en la organización social primitiva los orígenes de las religiones primitivas (entendiendo orígenes como el estado social más simple que se conoce actualmente), sino que de esta organización social, va a derivar la fuerza que da vida al sentimiento religioso. Como ya se vio, y se seguirá mostrando, Spencer y Gillen tienen mayor credibilidad en cuanto a que observan y describen rituales detalladamente. No obstante Durkheim va a darle prioridad a Howitt en cuanto a situaciones de organización social.

LAS COSAS SAGRADAS.

Para Durkheim, entonces, tres categorías de cosas se reconocen como sagradas: 1) El emblema totémico; 2) La planta o el animal cuyo aspecto reproduce el emblema y; 3) Los miembros del clan.

Para el emblema totémico se apoya en Fison y Howitt, confirmado por Swanton y Boas en África, que sostienen que el tótem es el blasón de un grupo, impreso de muchas maneras y en muchos objetos, del mismo modo impreso en la carne, siendo este último modo de representación el más importante, donde el indígena mismo tiene conciencia de que las deformaciones tienen por objeto darle, al menos convencionalmente, el aspecto de su tótem. Confirmando esta información en Spencer y Gillen, se va a dar cuenta de que estos dibujos totémicos utilizados en ocasiones mucho muy especiales son representativos del tótem, pues son abstracciones del mismo y denotan un orden muy alto de sacralización. Para él, estas decoraciones totémicas le permiten inferir que ellas mismas son el tótem en ceremonias religiosas, que son una etiqueta colectiva y que en relación con esto las cosas se clasifican en sagradas y profanas. Como se ve, la comparación ya se extendió no solamente a los indígenas de América del Norte, sino también a datos recogidos en África.

Va a analizar los objetos que llevan impreso este emblema para confirmar su conjetura de que el emblema los vuelve sagrados, tomando la información de los rituales de Spencer y Gillen y comparándola con Strehlow y Howitt, estudiando tres objetos principales: 1) Los instrumentos llamados churingas (Spencer y Gillen) o tjurungas (Strehlow); 2) El nurtunja y; 3) El waninga, que deben los tres su naturaleza religiosa al hecho de que llevan sobre sí el emblema totémico.

Y ya que los dibujos que representan al tótem despiertan sentimientos religiosos, pasamos al segundo punto de cosas sagradas: la fuente de inspiración de estos dibujos, que tienen la misma propiedad de despertar sentimientos religiosos, y que en su mayoría son plantas y animales que, como sirven para la alimentación, en su carácter totémico se prohibe comerlas, y a la interdicción de comer, se agregan otras más, como la de matar, de cortar si se trata de una planta y, en raros casos donde el totemismo está alejado de su forma original, hasta de tener contacto con el tótem, aunque, por las descripciones de los rituales de Spencer y Gillen, Durkheim se percata de que estas prohibiciones alimenticias nunca han sido absolutas, reguladas por casos de necesidad, pueden romperse de vez en cuando, por lo que va a inferir que las figuras de todo tipo que representan al tótem están rodeadas de un respeto sensiblemente superior al que inspira el mismo ser cuya forma reproducen esas figuraciones: las imágenes del ser totémico son más sagradas que el ser totémico mismo.

La tercera y última categoría de lo sagrado está representada por el miembro del clan. Basándose en Spencer y Gillen y en Strehlow, Durkheim ve en la construcción de los mitos la manera de establecer entre el hombre y el animal totémico relaciones genealógicas que hagan al hombre pariente de su tótem. Y por esta comunidad de origen, representada de diferentes maneras dependiendo de los mitos recogidos de cada autor, se cree explicar su naturaleza, aunque hay excepciones donde, de cualquier manera, el hombre participa de la naturaleza del animal.

Esta información le va a llevar a Durkheim a suponer que el hombre tiene también algo de sagrado, difundido por todo su organismo, sobretodo en la sangre y en el cabello, como lo hacen ver Spencer y Gillen. "Este principio no difiere específicamente de aquel que hace al carácter religioso del tótem" dice Durkheim, apoyado en los mismos autores, sin embargo, hay una jerarquización en la dignidad religiosa del individuo.

LA SOCIEDAD COMO LA FUERZA DEL CLAN.

Las creencias que se acaban de examinar son de una naturaleza manifiestamente religiosa, ya que implican una clasificación de las cosas en sagradas y profanas. Se ha visto también que en cuanto a ritos y descripción de rituales y de objetos rituales, se apoya fuertemente en Spencer y Gillen. Además, va a enfatizar Durkheim, "es la religión más primitiva que se pueda observar actualmente, y que haya existido jamás. Inseparable de la organización social basada en clanes, que es la más simple que se conoce. Su unidad resulta de que tienen un mismo nombre y un mismo emblema, de que comulgan con el mismo culto totémico."

No obstante, el riesgo nuevamente dentro de este análisis es que las categorías esenciales del pensamiento, afirma Durkheim, "son el producto de factores sociales. Hay incluso casos donde se ve esta inspiración dicotómica: las dos fratrías, por ejemplo. Esta oposición se ha extendido a las personas y el contraste lógico ha derivado en una suerte de conflicto social. Y para formar estas clasificaciones se ha reunido junto con el animal totémico, lo más relacionado con él." Durkheim propone entonces, que la construcción de este modelo en las sociedades australianas surgió "de la asociación de los hombres mismos, pues en la sociedad misma existen superiores, inferiores e iguales. Se han tomado de la sociedad y se han proyectado a la misma representación del mundo."

Ahora bien, más implicaciones en relación con la organización social son visibles cuando Durkheim nos dice que "el culto de cada tótem tiene su centro en el clan, pero los diferentes cultos totémicos de otros clanes dentro de una misma tribu se implican mutuamente: son las partes de un mismo todo, los elementos de una misma religión. Para formarse una idea adecuada del totemismo, hay que considerar a la tribu en su totalidad."

Hasta ahora, para Durkheim "el totemismo pone en primera fila las representaciones figuradas del tótem, luego vienen los animales o los vegetales, y por último los miembros del clan. Ya que todas tienen el mismo título de sagradas, su carácter religioso no depende de ningún atributo particular que las distingue de las otras." No se puede deslindar del análisis que hace Durkheim a cada autor que maneja, pero sí se puede sentir cierta tendencia, dentro de los debates que se manejan entre autores, a distinguir y jerarquizar la información de acuerdo con la credibilidad que hace de cada uno.

De las ideas anteriores va a desprenderse la argumentación final donde el dios del clan es la misma sociedad, generado por ella misma y perpetuado por el ritual, donde la existencia eterna del dios se da por la continuidad de la vida social. La manera en como Durkheim va a presentar sus especulaciones marcan una fuerte tendencia a comparar la información australiana con las ideas de su propia sociedad.

De modo que ya que no se puede descender más allá del totemismo, dice Durkheim, "se encuentra la noción inicial de la que se deriva la idea de principio totémico, que es la primera forma de la noción de fuerza. El culto se dirige, en realidad, a un principio común, que es una especie de fuerza anónima e impersonal que se encuentra en cada uno de los seres sin confundirse con ninguno de ellos. El australiano no se representa esta fuerza personal bajo su forma abstracta, sino que por varias causas la concibe bajo la especie de un animal o de un vegetal. El término fuerza no es metafórico, sino una fuerza material que engendra mecánicamente efectos físicos. El principio totémico es, al mismo tiempo, una fuerza material y una potencia moral, transformada con facilidad en una divinidad."

No es, pues, la naturaleza intrínseca del clan la que destinaría a llegar a un objeto de culto. Porque el tótem es un símbolo, una expresión material de dos cosas diferentes: 1) La forma exterior de lo que hemos llamado el principio o el dios totémico y; 2) Es el símbolo de esa sociedad determinada que se llama el clan. Y si es a la vez símbolo del dios y de la sociedad, es porque los dos son uno solo. El dios del clan, el principio totémico, no puede ser, pues, otra cosa que el clan mismo, pero hipostasiado y representado a la imaginación bajo las especies sensibles del vegetal o del animal que sirve de tótem.

Durkheim infiere que esta apoteosis surgió, de una manera general, dentro de la sociedad, porque, dice "no hay duda de que una sociedad tiene todo lo que necesita para despertar en los espíritus por la sola acción que ejerce sobre ellos, la sensación de lo divino; pues ella es a sus miembros lo que un dios a sus fieles. Pues la sociedad, también, mantiene en nosotros la sensación de una perpetua dependencia, porque nos sujeta a reglas de conducta y de pensamiento., pero esto no nos determina, sino el modo con que nos representamos a aquel que nos la recomienda o prescribe."

La vida de las sociedades australianas pasa alternativamente por dos fases diferentes: 1) Cada familia vive entonces por su lado, sobreviviendo y; 2) En una fiesta o corrobbori. Es decir, se pasa de lo profano a lo sagrado. El primero es aquel donde arrastra languideciente su vida cotidiana, el otro, donde llega a un estado de exaltación en que ya no se reconoce más.

Ya que la fuerza religiosa no es otra cosa que la fuerza colectiva y anónima del clan, y ya que ésta sólo es representable a los espíritus bajo la forma del tótem, el emblema totémico es como el cuerpo visible del dios.

Pero el clan, como todo tipo de sociedad, sólo puede vivir en y por las conciencias individuales que lo componen, sólo puede realizarse en ellos y por ellos; en este sentido, el emblema es inmanente a los individuos y ellos se la representan necesariamente como tal.

Pero si el principio totémico tiene su sede en una especie animal o vegetal determinada, no podía quedar localizado allí. El carácter sagrado es, en sumo grado contagioso, se extiende del ser totémico a todo lo que pertenece a él de cerca o de lejos hasta que el mundo entero se encontró repartido entre los principios totémicos de la misma tribu.

Finalmente el hombre, en cambio, ve la perpetuidad de la vida del grupo en la noción de alma. Los individuos mueren, pero el clan sobrevive. Las fuerzas que constituyen su vida deben tener, pues, la misma perpetuidad. Pues si el grupo no es inmortal en el sentido absoluto de la palabra, es cierto sin embargo que dura por encima de los individuos y que renace y se reencarna en cada generación nueva.

CONCLUSIONES

Hasta ahora se ha visto cómo Durkheim se apoya en una idea de homogeneidad social un tanto dudosa cuando se empieza a ver que analiza sociedades que podrían no ser tan homogéneas como él supone. Quizá se podría decir que el mismo Durkheim se incluye en la crítica que él hace de Frazer, al llevar sus comparaciones incluso a su propia sociedad, de la cual se va a ver prejuiciado al analizar los datos etnográficos. Por otra parte, ya que se apoya en la organización social para hacer sus conjeturas, toda su construcción conjetural se pone en riesgo también.

No obstante, se puede percibir a lo largo de la obra, que Durkheim realiza un uso específico de cada autor para sustentar las diferentes especulaciones que va a hacer de cada uno de ellos, dando un mayor uso de las fuentes, en el caso de Spencer y Gillen, como ya se vio, para detallar rituales de donde va a hacer sus conjeturas, en el caso de Howitt para fundamentarse en la organización social y en el caso de Strehlow, por último, para comprobar la veracidad de las observaciones de Spencer y Gillen. Esto abre una doble discusión, pues por una parte se muestran debates entre autores que se enfocan a resaltar y a profundizar distintos rubros de una misma sociedad, y al mismo tiempo cuestiona la información recopilada por esos autores.

De tal forma, si la información de distintos autores resulta un tanto discrepante en algunos puntos, y si esta información hace dudar por las divergencias, con mayor razón se empieza a dudar de la interpretación que Durkheim hace de ellas para dar sus especulaciones. Además, Durkheim va a decir que los procedimientos son relatados de forma distinta por los observadores, y es visible a lo largo del libro que algunas descripciones no concuerdan del todo y llegan a ser hasta opuestas, lo que nos lleva a cuestionar no solamente el uso que Durkheim hace de la información, sino la información misma de la que está tomando los datos para especular sobre ella, y en cierta manera, puede ser hasta un llamado para que los datos etnográficos se recojan con el mayor de los cuidados para presentar una información con la menor distorsión posible de la realidad.

La importancia de "Las Formas Elementales de la Vida Religiosa" no se va a discutir, entonces, en términos de filosofía ni de los debates que produjo cuando se escribió, porque los aportes de Durkheim a la ciencia social han sido de gran valor, sino en función del llamado hacia una recopilación de información con bases verdaderamente creíbles.

BIBLIOGRAFÍA

Durkheim, Èmile. Las Formas Elementales de la Vida Religiosa. Colofon. México.

Spencer y Gillen. The Native Tribes of Central Autralia. Dover Publications. New York, 1968.


Lauro Eduardo Ayala Serrano

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