Vincent van Gogh, Wheat Field Under Threatening Skies

Nuevas tecnologías...
y comunicación

RAZÓN Y PALABRA, Número 2, Año 1, marzo-abril 1996


LA CAJA DE LA SOLEDAD O... MÉXICO A TRAVÉS DE SU TELE.


Luis Márquez Quintana

Recuerdo aquellas épocas en que, sentados alrededor de la televisión disfrutábamos de las tardes de domingo en compañía de mis padres y hermanos y, por qué no decirlo, de algunos de nuestros tíos con sus familias completitas y de algunos vecinos también, ya que la suerte nos había sonreído y podíamos contarnos entre aquellos que poseían un aparato televisor.

La vida transcurría entre juegos de "avión", "rayuela", "matatena", "bolillo", "trompo", "yoyo" en fin, una cantidad de juegos indescriptible; el ir y venir de la escuela y ayudar en los quehaceres del hogar, todo aquello hubiera sido insoportable de no ser por aquel maravilloso invento de "quien sabe quien" pero que encendía -día con día- la alegría y el cariño dentro de mi hogar.

Por las tardes a la hora en que llegaba de la escuela y nos disponíamos todos para comer, el club del hogar, con Daniel Pérez Alcaráz (el programa de más duración con un sólo conductor), que además dio oportunidad al surgimiento de figuras como el ya fallecido Madaleno y sus "timbales del cura de Villalpando pun-catapun-chin-chin....". Donde, además de hacernos la comida más placentera, podíamos estar enterados de cosas como la invención del "Teflón" que hizo la vida más cómoda para nosotras las mujeres del hogar.

Recuerdo también a personajes prodigiosos, fuera de serie como el programa de un sólo hombre, con un señor de apellido Tamayo, que era una auténtica enciclopedia en todos los temas pasados y contemporáneos, y que al finalizar se despedía diciendo: "Allí les dejo mi reputación para que la hagan pedazos". Se podía hablar de todo tipo de temas, no había uno sólo que escapara de su conocimiento, además -recuerdo- que el señor no tenía un sólo asistente, todo el dinamismo y atractivo del programa se basaba en su capacidad de manejo de información, que estoy segura mantenía a todo México impresionado.

Los noticiarios del señor Carpinteiro, que se despedía guiñando un ojo y diciendo: "Aburr", el cual era muy admirado por su profesionalismo. Mantenían a México informado acerca de lo que sucedía tanto dentro como fuera de nuestro país, aunque en aquella época no hubiera tantos temas como hoy, que podemos tener héroes de la noche a la mañana como "Marquitos", ni devaluaciones furtivas e incisivas del peso frente al dólar, por ejemplo. No, en aquella época, aunque ya no era yo una niña, recuerdo las lágrimas y la expectación que el lanzamiento -primero- del Apolo 11 y -después- la transmisión del alunizaje y del primer paso del coronel Armstrong -creo que así se llamaba- provocaban en la humanidad entera, puedo creerlo porque eso fue lo sucedido en la casa, allá por el final de 1969 -creo-. Recuerdo también a los muchachitos, muy jóvenes en aquella época Jacobo Zabludowski y Agustín Barrios Gómez, quienes se iniciaron como destacados comentaristas en el equipo que conducía otro gran cronista de noticiarios como lo fue Guillermo Vela.

El programa de los 64,000 pesos (de aquella época), en el que los concursantes tenían que hacer gala de una descomunal memoria y recordar detalles que para la mayoría de las personas siempre habían pasado desapercibidos. Conducido por el Sr. Pedro Ferriz, mejor conocido por los televidentes como el hombre que perseguía a los "ovnis" y sus frases "un mundo nos vigila" o "no somos nada"; el programa años después sería desgraciadamente el trampolín de figuras "comentaristas" del deporte como Fernando Schwartz con el tema "Football", sin embargo en su mayoría, siempre hubo una atracción muy especial hacia éste programa, pues los invitados -aún el mismo Schwartz- eran de memoria espectacular y siempre "adelante con Aurrerá"....

Variedades de medio día, donde se dio a conocer "el loco Valdés", hermano de nuestro gran pachuco, el extraordinario y versátil "Tin-Tan" (que ahora me he enterado que los estudiantes de actuación en París aprenden mímica a través de sus películas), y en el cual dio a conocer por primera vez al que después fue el famosísimo trío de "los tres caballeros".

Cuando todavía no existía eso que ahora usan mucho los jóvenes, el video tape, mediante ingeniosos procedimientos se exhibían las películas nacionales, destacando entre todas ellas, como hasta la fecha, las de el único "superídolo" que ha producido en el mundo y que se llama Pedro Infante, de quien sólo puedo decir que fue un hombre que siempre hizo todo bien.

Vincent van Gogh, The night café Llegados los sábados, lejos de las obligaciones de la escuela, la transmisión de las corridas de toros narradas por Paco Malgesto (Francisco Rubiales) y Pepe Alameda y, porsupuesto, la "Lucha libre", con gladiadores de la talla del Santo, Blue Demon, Cavernario Galindo, Black Shadow (Alejandro Cruz, cuando lo desenmascaró el Santo), Tarzán López, Enrique Llánez, Gori Guerrero, Murciélago Velázquez, en su primera etapa y posteriormente otros como el Médico Asesino, el Enfermero, Tonina Jackson, Lalo el Exótico y muchos otros que captaban la atención de chicos, grandes, niñas y niños, en fin, de toda la familia; pero de una manera sana, no como ahora que sólo presentan la violencia y el glamour de las luchas antes nos enseñaban valores, nos enseñaban a ser gente.

Ya casada, y desde antes, recuerdo a los hombres de la casa esperando a que dieran las siete de la noche por los sábados, para disfrutar -entre gritos de emoción y sombrerazos- las transmisiones de Box desde la Arena Coliseo y posteriormente la Arena México, que presentaron en su cuadrilátero a figuras de talla internacional como el Acorazado de bolsillo (Luis Castillo), el Kid Azteca, el primer ídolo de ésta época Raúl "Ratón Macías", Memo Diez, El Pajarito Moreno, José Becerra, Vicente Saldivar, El Toluco López, Jesús Castillo, José Medel, y después, el que ha sido considerado como el más querido por el público del box: Rubén Olivares "el Púas"; el Mantequilla Nápoles, para muchos entre los mejores pesos welter a nivel mundial. Más recientemente el desaparecido Salvador Sánchez, y otros que destacan en la actualidad como: Julio Cesar Chávez, Miguel Angel González, Ricardo "finito" López, Humberto "Chiquita" González y muchos más que se dedican a esta actividad orillados más por las circunstancias que por la afición al deporte y que fueron motivo de diversión para nuestros padres y abuelos en la entrada de la noche de los sábados. En esta actividad destacaron como locutores Toño Andere y Fray Nano y como referees de aquella época Cesar Arroyo y el señor Berumen.

Ya más grande y también de casada, programas como Variedades de Media Noche, hicieron a México estremecerse de gozo al ver el desfile de figuras del espectáculo -sobre todo musical- como Pedro Vargas, Marco Antonio Muñiz, Angélica María "la novia de México", Tito Guizar, y por supuesto, los grandes, los únicos y maravillosos "Panchos", que a tantas nos hicieron soltar algunas lágrimas al escuchar sus enternecedoras melodías -sin ti entre ellas- al recordar como nuestros gordos nos las habían cantado en sus serenatas.

Ya los años presentaron su huella por mi vivir y, para la época de mis hijas -la mayor sobre todo-, fue un alivio para mí, que ya no trabajando adecuadamente mi memoria en materia culinaria, la señora Chepina Peralta tuviera un programa que podía resolver la mayoría de los problemas de la mujer mexicana moderna en la cocina.

Y como diversión para los grandes, aunque los niños -que siempre habrá para fortuna de sus viejos abuelos-, traviesos, desvelados y picarones, en la noche de los sábados, programas como Ensalada de locos, donde se dieron a conocer las hoy afamadas y grandes figuras de la comedia en México como Hector Suárez, Hector Lechuga, Alejandro Suárez. Además de Los polivoces con Enrique Cuenca y Eduardo Tercero.

Para los niños, empezando por el tradicional En Familia con Chabelo, todas las mañanas de domingo, aunque a muchos papás desvelados y parranderos les pesara, tenían a los chavales encima de la cama y con la televisión a todo volumen para ver los concursos, la bolsa de regalos "en familia" y por supuesto la "gran catafixia".

Entre semana, la noche de los lunes, era regocijo para los niños mexicanos lo que hoy conocemos como el programa humorístico más antiguo de la televisión mexicana El Chavo del Ocho con Enrique Bolaños "Chespirito", la Chilindrina, Quico, Don Ramón (también hermano de Tin-Tan), la vieja del '58, doña Florinda (esposa en la vida real de Chespirito) y el profesor Jirafales. Y recordando más acerca de mi época, otro programa que de mi infancia evoca gratos recuerdos es Los cuentos de Cachirulo con Enrique Alonso "Chachirulo", donde conocimos a los hermanos Grimm, Hans Christian Andersen, Samaniego, Esopo y muchos cuentacuentos de la historia, que además de tenernos entretenidos, nos transmitían valores, en verdad éramos un México sano.

Para las mujeres, ¿por que no? También había programación, las emotivas telenovelas, parte importante de la historia sentimental de nuestro país, no sólo porque en ellas vimos nacer al estrellato a las figuras que hoy dan fama mundial a nuestra televisión como: Verónica Castro, Ofelia Medina, Hector Bonilla, Ricardo Blume, y muchas más, todas ellas producidas por la institución, el señor Valentín Pimstein, con telenovelas como El amor tiene cara de Mujer con Jackeline Andere; Rina, con Ofelia Medina; La gata, Los ricos también lloran, y muchas más.

Además, ya para mis nietecitos, recuerdo que lo que en aquella época era Televisión Independiente de México (TIM), el canal 8, fue quien a través de series como Bugs Buny, Porky Pig, Fantasmagórico, Tritón, La princesa Caballero, Candy Candy, La pantera Rosa y el Oso Hormiguero, las series de Hannah-Barbera y Disneylandia; configuraron una forma de ser para la niñez mexicana imposible de igualar por la televisión actual en la que sólo se presenta la violencia por la violencia misma, tendrán más dinamismo y calidad de producción, pero los temas son, por mucho, de mucho menor calidad humana.

No se porque, en mi humilde opinión de ama de casa, vieja y cansada, hay quienes dicen que la televisión mexicana está en su máximo punto de evolución, ¿cuál televisión mexicana? Lo único se produce son los noticiarios, telenovelas y uno que otro programa cómico. Antes, aunque muy rudimentaria, pero eso sí, muy mexicana, la producción de nuestra televisión era más rica y mucho más nuestra. Sin embargo, la televisión ha visto desfilar varias generaciones de niños y grandes, formando un importante papel en la configuración de lo que pudiéramos llamar "la forma de ser del mexicano". La televisión es parte de nosotros, ha crecido y evolucionado al igual que nosotros y ahora, sería imposible -por más que quisiéramos- apartarla de nuestras vidas. Nosotros tendremos que irnos algún día, pero ella, la "tele", llegó para quedarse. RAZÓN Y PALABRA


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