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Mayo - Julio 2001

 

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El papel del periodismo de investigación en la sociedad democrática
 

Por Darío Klein*
Número 22

"Revelar al mundo algo que le interesa profundamente y que hasta
entonces ignoraba, demostrarle que ha sido engañado en algún punto
vital para sus intereses temporales o espirituales, es el mayor
servicio que un ser humano puede prestar a sus semejantes"

John Stuart Mill

1. AMPLIACIÓN DE LA AGENDA MEDIATICA

La tarea de "perro guardián" que el sistema democrático le asigna a la prensa se ve potenciada cuando hablamos de periodismo de investigación. Consideramos que ninguna otra forma de periodismo cumple esta misión con más idoneidad.

El director del diario ABC, Luis María Ansón, lo explica claramente:

"El periodismo de investigación asume la parte más delicada y difícil en esa misión de defensa de la transparencia democrática, al sacar a luz los casos, a menudo ocultos e invisibles por su propia naturaleza".

1.1. El periodismo de investigación agrega información

Si los medios de comunicación de masas construyen la realidad social e inciden en lo que la opinión pública conoce, el periodismo de investigación colabora en esa tarea aportando nuevos temas para la agenda mediática y ampliando el espectro de los acontecimientos noticiosos.

Como veíamos hacia el final del capítulo anterior, la producción noticiosa habitualmente se inicia con acontecimientos, que son la materia prima de la noticia.

Sin embargo, el periodismo de investigación se separa del resto de las prácticas periodísticas de los mass media porque, en su caso, acontecimiento y noticia son lo mismo.

Una investigación periodística, por su naturaleza de ir a buscar aquello que se resiste a ser revelado, descubre o crea el acontecimiento.

La publicación de una historia de investigación es un acontecimiento en sí misma y normalmente introduce, agrega o revive un tema en la agenda mediática. De esta manera, no hace más que enriquecer el debate público, agregándole temas y argumentos.

2. EL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN, PERRO GUARDIAN DE LA SOCIEDAD

Pero el periodismo de investigación no solamente agrega cantidad de temas al marco cognitivo democrático. Sobre todo, agrega calidad.

Javier del Rey plantea que "la calidad de la democracia depende de la calidad de la comunicación que se produzca en la democracia" (Del Rey, 1989, p. 229), y afirma que "sólo se consigue una efectiva democratización, o una mayor democratización en una sociedad democrática, en razón de sus instituciones, mediante un aumento de la calidad y de la racionalidad de la comunicación social que en ella se produce" (ibid., p. 33) y que "un incremento en la calidad de la comunicación supone siempre perfeccionamiento y consolidación de la convivencia en democracia" (ibid., p. 215).

Y, como lo indicaban los periodistas de investigación españoles, con expresiones como "es periodismo puro" (Eduardo Martín de Pozuelo), "es periodismo en estado puro" (Francisco Mercado) o "cualquier labor periodística debería ser de investigación" (Ramón Tijeras), el periodismo alcanza su mayor grado de calidad y profesionalismo justamente con el periodismo de investigación.

Mayoritariamente, los reporteros y la bibliografía actual sobre periodismo coinciden en que solamente el periodismo de investigación logra efectivamente iluminar las zonas oscuras de la sociedad, conquistar el conocimiento a propósito de algo y reducir la incertidumbre.

En las modernas y complejas democracias modernas, es precisamente en el periodismo de investigación donde se produce una comunicación social de mayor racionalidad y calidad.

El profesor Ted J. Smith, publicó en 1991 un artículo en el que criticaba el trabajo de los periodistas en general y decía que no estaban cumpliendo su rol de perro guardián, entre otras cosas, porque:

  • el ejercicio periodístico es básicamente una actividad de escaso rigor intelectual y con marcada tendencia a la simplificación;
  • los periodistas suelen carecer de conocimientos técnicos adecuados para la mayor parte de las cuestiones complejas de la vida actual;
  • el trabajo periodístico se ejecuta sin la reflexión y el sosiego que son deseables en una adecuada labor crítica (Martínez Albertos, 1994, p. 18).

Precisamente, esos defectos anotados por Smith son los que pretende solucionar el periodismo de investigación. Ese vacío que puede presentar, en algunos casos, la prensa que no investiga, es justamente el que la investigación seria logra llenar.

Los formatos informativos habituales no dan la posibilidad de reflexionar, de buscar más allá de lo evidente, de explicar complejidades.

Como lo plantea James Deaking:

"Los noticieros vespertinos de la TV disponen de unos 21 minutos para cubrir un mundo inmenso, desordenado y complicado. Las consecuencias son la superficialidad e incomprensión" (Deaking, 1991, p. 31).

Eugene Roberts, por su parte, lo resume así:

"La sociedad -especialmente nuestra sociedad democrática- empieza a fallar cuando no es adecuadamente informada. ¿Informa a sus lectores un periódico que se niega a hacer periodismo en profundidad, periodismo de investigación? La respuesta es, enfáticamente, no. Sin el deseo de llevar a cabo periodismo de investigación, un periódico falla a sus lectores. Les da cobertura incompleta" (Roberts, 1988, p. 12).

Según Philip Meyer, el punto débil del tradicional periodismo de actualidad es:

"que el periodista carece de una certeza de criterio para calibrar las fuentes en conflicto y se ve forzado a utilizar el tradicional objetivismo, el cual implica la temeraria suposición de que todas las voces profesan un equivalente afán por la verdad" (Meyer, 1993, p. 37).

Por eso, Martínez Albertos asegura que:

"El papel del 'watch-dog' se materializa justamente mediante la elaboración de los 'reportajes de investigación" (Martínez Albertos, 1994, p. 24).

Y agrega:

"Por consiguiente, preguntarnos sobre la vigencia de las tesis del perro guardián es preguntarse sobre la utilidad práctica, en la vida de las comunidades políticas, del reportaje investigativo. Más aún, podríamos concluir que la revisión y puesta al día de la tesis del perro guardián viene condicionada por la consideración de cuáles son los requisitos técnicos y deontológicos para la preparación y redacción última de un correcto reportaje de investigación" (Martínez Albertos, ibid., p. 24).

John Suart Mill, al ligar su concepto de libertad al de verdad y hablar de la utilidad de la heterodoxia, hace una descripción que goza de especial significación, aplicada al análisis del periodismo de investigación:

"revelar al mundo algo que le interesa profundamente y que hasta entonces ignoraba, demostrarle que ha sido engañado en algún punto vital para sus intereses temporales o espirituales, es el mayor servicio que un ser humano puede prestar a sus semejantes" (Stuart Mill, 1979, p. 77)

Al fin y al cabo, todo se reduce a la necesidad de una prensa libre en las sociedades democráticas. Y creemos que el lugar donde dicha libertad se demuestra más patentemente es precisamente en el periodismo de investigación.

Esta práctica periodística supone el extremo más osado de la libertad de expresión: una prensa que investiga y denuncia a las propias instituciones que garantizan su libertad.

3. EL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN ENRIQUECE EL DEBATE

Como vimos previamente, Robert Dahl identificaba el grado de riqueza del debate público como un elemento fundamental para medir la democratización.

Y precisamente, mediante la ampliación de la agenda de temas y a través de una mayor calidad y racionalidad en la comunicación, las revelaciones de los periodistas de investigación no hacen más que enriquecer ese debate.

El debate público no solamente se potencia a través de la presentación de todas las partes, de todos los puntos de vista, de todas las caras de la moneda.

Es más, en sociedades tan complejas como las actuales, ese embotellamientos de mensajes a veces simplemente aumenta la confusión del público y, contradictoriamente, puede dar lugar a un deterioro en la comunicación.

El periodismo de investigación independiente intenta solucionar ese problema. Intenta desenmarañar y captar más claramente la compleja realidad que nos rodea.

Javier del Rey lo explica de la siguiente manera:

"No es suficiente la pluridad de emisores y no es suficiente la libertad que para todas las opiniones quería y propugnaba el filósofo inglés (Stuart Mill): al periodista se le supone amplia formación porque su tema es, en definitiva, hurgar en la sociedad, distinguir entre medios y fines, priorizar, y conseguir racionalidad en el tratamiento de los temas socialmente relevantes" (Del Rey, 1989, p. 47).

La simple presentación de versiones antagónicas de los hechos ya dejó de ser efectiva. Hoy, cada vez más, el poder político, social, privado y/o cultural tiende a inmunizarse contra la falsación y la crítica.

Por eso, los medios de comunicación independientes tienen la función de contestar las versiones promulgadas por el poder con la versión, contrastada y verificada, más cercana a la verdad.

Montserrat Quesada afirma que:

"las sociedades modernas y los tiempos actuales exigen que la libertad de información y la crítica pública del poder no se construyan solamente a partir de simples opiniones de los más atrevidos. Es necesario que tales opiniones vayan respaldadas por la solidez de los hechos y para ello el trabajo de investigación es tarea ineludible" (Rodríguez, 1994, p. 11).

Hagan o no hagan periodismo de investigación, los medios cumplen la función de construir la realidad social. Esta realidad será más o menos cercana a la verdad, más o menos completa, más o menos diáfana, dependiendo de la calidad del periodismo al que acceda la sociedad. Y ni el periodismo de actualidad, ni el periodismo de declaraciones, ni las filtraciones interesadas y ni siquiera el periodismo de denuncia logran la claridad, la profundidad y la certeza que sí puede lograr el periodismo de investigación.

Ninguna de esas prácticas periodísticas cumple tan acertadamente la tarea de perro guardián de las instituciones democráticas. En todos estos casos, el producto periodístico simplemente refleja versiones interesadas de la realidad que no colaboran a la racionalidad ni aclaran tan eficientemente aquellos aspectos de la realidad que permanecen en la penumbra.

Como nos dijo Philip Meyer, el padre del periodismo de precisión:

"Una sociedad democrática necesita modos de poner a prueba la realidad. Los políticos y los grupos de interés definen la realidad para que ésta se amolde a sus necesidades. Los periodistas de investigación pueden poner a prueba sus versiones de la realidad acumulando hechos que puedan crear una realidad más objetiva".

Además de controlar a las instituciones y enriquecer el debate público, el periodismo de investigación tiene como función justamente cuidar a la propia democracia, denunciando a aquellos que subvierten las reglas del juego democrático.

Y así como las investigaciones pueden abarcar todo el espectro de la realidad que va desde lo individual a lo institucional o desde lo social a lo político, su papel de control, de sacar temas a luz, de desentrañar lo oculto, lo ocultado y lo olvidado, de aclarar lo complejo, se cumple también a lo largo y ancho de la sociedad y no se reduce solamente a los aspectos electorales.

3.1. Combate contra la complejidad

Volvamos una vez más a Robert Dahl, quien, como ya vimos, argumentaba que el tamaño de las sociedades modernas, dinámicas y pluralistas

convertían a estas sociedades en entramados cada vez más complejos y generaban instituciones y gobiernos cada vez más inabarcables.

Ante esta situación ineludible, el periodismo de investigación cumple la función de ayudar a los ciudadanos a participar en las decisiones que afectan a sus vidas, desenredarles y llevarles de manera lo más clara posible una síntesis de la realidad que los rodea.

En otras palabras, tal como afirma la hipótesis de partida, construir un marco cognitivo más rico y adecuado a la creciente complejidad de las sociedades democráticas o en proceso de democratización.

No solamente es un hecho que los ciudadanos no tienen prácticamente otra forma de acceder a las decisiones de las instituciones que rigen su vida que a través de los medios masivos, sino que, ante la complejidad de la sociedad y el gobierno, no pueden hacerlo sin un tipo de periodismo de calidad que logre racionalizar y organizar ese mundo.

A estas alturas seguramente sería ocioso repetir que ese es uno de los fines del correcto periodismo de investigación.

Dice Eugene Roberts:

"A medida que el gobierno se vuelve más grande y más complejo, lo mismo que la sociedad, a medida que la ciencia y la tecnología explota, a medida que los temas se vuelven más opacos y arrolladores, el periodismo convencional se vuelve cada vez más inadecuado" (Roberts, 1988, p. 12).

Por eso, Philip Meyer sostiene que, para los periodistas:

"hubo un tiempo en que todo lo que hacía falta era amor a la verdad, vigor físico y cierta gracia literaria. Todavía el periodista necesita esos recursos, pero ya han dejado de ser suficientes. El mundo se ha vuelto tan complicado, el incremento de información disponible tan ingente, que el periodista tiene que ser alguien que investiga y no sólo que transmite, un organizador y no sólo un intérprete, así como alguien que reúne y hace accesibles los hechos" (Meyer, 1993, p. 25).


*Darío Klein
periodista uruguayo, es miembro del Consejo Editorial de Sala de Prensa. Actualmente trabaja en la cadena de televisión estadunidense CNN, en Atlanta, como editor periodístico y periodista de investigación. Es doctor en periodismo, por la Universidad Complutense de Madrid, con una tesis realizada sobre Periodismo de Investigación, de la cual reproducimos éste que es el capítulo V. Este texto fue publicado en Sala de Prensa. (http://www.saladeprensa.org No. 29, marzo de 2001, Año III, Vol. 2).

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