Por Virginia Whitehouse*
Número 22
Introducción
La función del periodismo
en la democracia estadounidense ha evolucionado para incluir su
función de vigilante del gobierno; es decir, se espera que
los periodistas investiguen cuándo los funcionarios elegidos violan
los derechos y libertades del ciudadano común.
"Para los periodistas es evidente
por sí mismo que el reportaje producto de investigación informa
al público, pone al descubierto la corrupción y endereza entuertos",
dice Jane E.Kirtley, profesora de ética y derecho en los medios
de información, de la Universidad de Minnesota, en un artículo publicado
en Columbia Journalism Review (CJR) en octubre del año pasado.
Con todo, a los periodistas estadounidenses,
cuando realizan su labor, habitualmente se los critica de forma
tal que causa más daño que beneficio. Si los periodistas han
de ser los vigilantes, ¿quién, entonces, vigila a los vigilantes?
Existen muchos voluntarios para la tarea de vigilantes de los
medios de información; sin embargo, los móviles y las tendencias
de esos vigilantes deben evaluarse para poder entender y analizar
suscríticas.
En Estados Unidos, la libertad de
prensa pertenece al propietario del periódico (o la estación de
televisión, la revista o el boletín). Algunos medios de información
dedistribución nacional -- los principales periódicos, las cadenas
de televisión por cable y la radiodifusión de noticias --tienden
a hacer de la objetividad o la justicia la pauta fundamental de
la noticia, porque eso es lo que espera su audiencia. Las revistas,
boletines y otros tipos de medios de información pueden tener pautas
distintas -- la promoción de una idea, tal como los derechos humanos
o los principios de la familia; o la promoción de una industria,
tal como la moda o los automóviles. Los propietarios de estos medios
deciden cuál es la pauta o principio que regirá la noticia.
Los que critican a los medios de
información tienen también sus principios y temario. Si el lector
conoce el principio que guía a los críticos, eso le ayudará a comprender
la perspectiva, la interpretación y aún el giro de la crítica. Dentro
de la profesión es posible encontrar algunos de los críticos más
acérrimos, periodistas que conocen más a fondo las decisiones de
ética y las prácticas de sus colegas, pero incluso éstos basan sus
criticas en principios propios de la industria de las noticias.
Vigilantes
fuera de la industria
Los titulares de los artículos y
la declaración de objetivos nos pueden dar alguna clave del temario
político de un grupo dedicado a vigilar los órganos de información,
aun si el nombre del grupo da la impresión de que se trata de un
observador neutral. Por ejemplo, el nombre de "Media Research
Center (MRC)" (Centro de Investigación de los Medios de Información)",
[http://www.mediaresearch.org/], con sede en Nueva York, parece neutral, sin embargo,
su declaración de objetivos indica claramente que no es una organización
neutral. La división de noticias del MRC informa que, desde 1987,
se ha "dedicado a lograr un equilibrio político en los medios
de información del país mediante la documentación y contradicción
de la parcialidad liberal de los noticiarios de las cadenas de televisión
y de los principales órganos de la prensa". Dice el MRC que
es "la organización conservadora más grande y respetada del
país dedicada a vigilar a los medios de información". Los comentaristas
del MRC se presentan con regularidad en los noticiarios de las cadenas
de televisión y de televisión por cable para criticar a los medios
de información, y su posición es apoyar las agendas conservadoras.
Entre sus titulares recientes
están: "20 Years of Liberal Spin From Gunga Dan" (20 años
de giro liberal de Gunga Dan) y "Talking Heads Talk Trash About
Tax Cuts (Disparates sobre la reducción de impuestos). [http://www.mediaresearch.org/news/reality/2001/Faxrep.html]
Otros grupos vigilantes dirigen su
crítica a la creciente riqueza e influencia de los conglomerados
corporativos. Sus nombres, nuevamente, tienen la apariencia de neutralidad,
pero sus objetivos están claramente expuestos. "The Media Channel"
(El Canal de los Medios) [http://www.mediachannel.org/] dice en su declaración de objetivos: "Más que nunca,
vivimos en la era de los medios de información y en el mundo de
los medios de información. Nueve conglomerados transnacionales dominan
los medios de información del mundo; las actuales transacciones
de miles de millones de dólares concentran aún más este poder. Aun
así, experimentamos también una revolución tecnológica.... La vitalidad
de nuestro discurrir político y cultural se apoya en medios libres
y diversos que ofrecen acceso para todos".
La organización Fairness and Accuracy
in Reporting (FAIR) (Equidad y Exactitud en el Reportaje) [http://www.fair.org/index.html] busca y revela indicaciones de la censura que los propietarios
de empresas pueden imponer, la parcialidad generalizada de estas
empresas y la falta de diversidad en la cobertura de las noticias.
En un artículo en su publicación de marzo [http://www.fair.org/activism/aids-africa-abc.html] FAIR alega que el programa de televisión "World
News Tonight" de la cadena ABC dio a conocer únicamente la
perspectiva e interpretación de las compañías farmacéuticas y de
sus interesados en un reportaje sobre patentes de drogas para el
SIDA en Africa.
La información que suministra este
tipo de grupos vigilantes y el análisis que ofrece pueden ser útiles
en la interpretación de la cobertura de las noticias, pero los lectores
deben estar conscientes de las suposiciones y la parcialidad subyacentes
en la selección de un artículo y su crítica.
Crítica
proveniente desde adentro de la industria de los medios
Las revistas de periodismo ejercen
la función de vigilantes de los medios de información, dentro de
la industria. Las escriben, primordialmente, profesionales para
profesionales; se publican en universidades y no pretenden tener
una perspectiva determinada de las noticias o un temario específico
para su transformación. Mike Hoyt, director ejecutivo de la Columbia
Journalism Review [http://www.cjr.org/] cree que su publicación ayuda a los periodistas a desempeñar mejor
una tarea difícil.
"En este país la prensa es el
oxígeno de la democracia", observa Hoyt durante una entrevista.
"El buen funcionamiento de una sociedad depende del grado
de vigilancia de la prensa. Consideramos que nuestra tarea es estimular
e inspirar a la prensa para que haga bien su importante labor".
El año pasado la CJR investigó e
informó sobre el volumen de noticias nacionales que se transmite
desde la ciudad de Nueva York y su consiguiente perspectiva muy
neoyorquina para la nación; el empleo de grupos de presión por dirigentes
de empresas dueñas de órganos de información para ejercer influencia
en Washington; y la forma en que los asesores legales influyen en
las decisiones editoriales.
Cuando se fundó en 1961 en la Escuela
de Estudios Superiores de Periodismo de la Universidad de Columbia,
la CJR era la única publicación nacional de análisis de los medios
de información de este tipo. Actualmente existen otras revistas
nacionales, entre ellas "American Journalim Review" [http://ajr.newslink.org/], publicada por la Fundación de la Universidad de Maryland,
así como publicaciones locales, como St. Louis Journalism Review [http://www.webster.edu/~review/], que recientemente celebró su decimotercer aniversario
en la Universidad Webster.
Los comentaristas de estas revistas
conocen muy bien el terreno, y su perspectiva e interpretación
reflejan los valores de la industria que forma parte de la
corriente principal de opinión -- la protección de la Primera Enmienda,
la verdad y la exactitud y la información equilibrada. En Estados
Unidos, es más posible que los profesionales de los medios tomen
a pecho las críticas de las revistas de periodismo que las de los
vigilantes de los medios de información que tienen temarios políticos,
dice Hoyt, porque las revistas ofrecen la perspectiva desde "afuera"
de quienes están dentro de la industria.
"Es muy fácil lanzar ataques
contra personas. Queremos ser enérgicos pero queremos también comprender
la posición del periodista", explica Hoyt. "Hay mucha
crítica en todas partes. Existe la tendencia a hacerse el sordo
a menos que sea una crítica bien hecha y provenga de un colega".
Crítica
de los consejos de prensa
Muchos periodistas y organizaciones
de periodismo han intentado, o por lo menos han considerado
seriamente, formar consejos de prensa para arbitrar las disputas
entre los periodistas y las personas de las que ellos reportan.
El Consejo Nacional de Prensa, inspirado por su primo inglés, el
Consejo Británico de Prensa, duró apenas un poco más de una década
y dejó de existir en 1984. Sin embargo, el Consejo de Prensa de
Minnesota, [http://www.mtn.org/~newscncl/], ha mantenido con éxito su foro desde 1971. En sus procesos
de solución de disputas los miembros del consejo primero tratan
de reunir en grupos de discusión a los directores de noticias y
a quienes se consideran afectados por los reportajes. Con frecuencia
eso es suficiente para solucionar el conflicto. Menos del 8 por
ciento de quienes presentan quejas terminan solicitando una audiencia
ante los 12 miembros del consejo, constituido por seis periodistas
y seis ciudadanos con representación general.
Desde su fundación, el Consejo de
Prensa de Minnesota ha emitido más de 100 fallos, lo cual simplemente
quiere decir que el Consejo declara públicamente si un periodista
o un órgano de prensa actuó éticamente en el caso de que se
trate.
"Hemos observado que cuando
el público sigue nuestros procesos, su respeto a los medios de información
es mayor al final que al principio" de estos procesos, escribe
Bob Shaw, miembro fundador, en el sitio en la Web del Consejo de
Minnesota. "Se dan cuenta de que nuestro Consejo, compuesto
en partes iguales de miembros de los medios de información y el
público, no es una hábil maniobra de relaciones públicas sino un
ejercicio en imparcialidad fundamental".
Con todo, los consejos también provocan
su cuota de controversia. Algunos creen que la creación de tales
consejos amenaza las libertades consagradas en la Primera
Enmienda, puesto que centraliza los valores del periodismo;
en tanto que otros prefieren evitar la interpretación del móvil
de un colega. La estación de televisión KSTP-TV de Minneapolis y
su casa matriz, Hubbard Broadcasting, nunca han participado
en el Consejo.
"Si alguien cree que hemos hecho
algo incorrecto, puede hablar con nosotros directamente y además
tiene el recurso de los tribunales", le dijo Stanley Hubbard,
presidente ejecutivo, al Minneapolis Star Tribune en 1996. "No
quiero encontrarme en una situación en la que un grupo de personas
asume el derecho de juzgar nuestro criterio".
Otros consejos han sido objeto de
críticas similares. Al Consejo de Prensa de Washington, con sede
en Seattle, estado de Washington, fundado hace dos años, se
lo acusó de no ser más que un grupo de entrometidos autoelegidos
que simplemente están del lado de quienes se dedican a castigar
a la prensa. A este mismo Consejo se lo criticó fuertemente debido
a que su financiamiento principal proviene de la Fundación Bill
y Melinda Gates, la entidad filantrópica del fundador de Microsoft
y su esposa, hecho que crea la posibilidad de conflicto de interés
y un dilema ético dentro de un grupo cuyo objeto es examinar la
ética de los medios de información.
No obstante estas inquietudes, los
consejos de prensa ofrecen al público la oportunidad, muy necesaria,
de la interacción con los medios de información y de expresar
sus críticas, escribe Geneva Overholser, ex mediadora del periódico
The Washington Post y actualmente profesora en la Universidad de
Missouri, en un artículo en Columbia Journalism Review de febrero
pasado. "No podemos permitirnos el lujo de dejar pasar una
oportunidad genuina de asumir nuestra responsabilidad y de ayudar
al público a entender todo lo que hacemos para poder defender nuestros
principios y lograr exactitud en nuestros datos", dice Overholser.
Crítica
de organizaciones profesionales
Las organizaciones profesionales
ayudan a los periodistas a perfeccionar sus capacidades y a entablar
causas legales cuando los derechos que les otorga la Primera Enmienda
se ponen en entredicho. La Asociación de Directores de Noticias
de Radio y Televisión elogió públicamente la decisión del Tribunal
de Apelaciones de Estados Unidos que permitió la transmisión
en vivo de los alegatos orales en el caso Estados Unidos contra
Microsoft [http://www.rtnda.org/news/2001/microsoft.shtml]. Los funcionarios de la Sociedad de Periodistas Profesionales
(PJS) se expresan, con regularidad, contra intervenciones gubernamentales
en la labor diaria del periodista. El valor que estas organizaciones
adjudican a la libertad periodística es evidente en la crítica,
el elogio e incluso el apoyo financiero que proveen.
Estas mismas organizaciones también
pueden establecer códigos de ética que ayudan a guiar a los periodistas
en el ejercicio de su profesión. Cuando los periodistas violan
los códigos, estas organizaciones, ocasionalmente, pueden declarar
su oposición a la violación. El comité de ética de la SPJ acusó
a las cadenas de televisión Fox, ABC, CBS, NBC, CNN y la Prensa
Asociada de violar el código de la SPJ "al no actuar independientemente"
[http://www.spj.org/ethics/code.htm]. Todas estas importantes agencias de noticias habían
contratado a Voter News Service para que les suministrara
los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre y se
atuvieron a la información inexacta suministrada por dicha entidad,
en el sentido de que el entonces vicepresidente Al Gore había ganado
los votos electorales de la Florida [http://www.spj.org/news/112100_pressrelease.htm]. Esta crítica se basa en la premisa de que los órganos
de noticias deben procurar y verificar la información automáticamente,
en lugar de confiarse en los servicios contratados. El principio
de actuar independientemente provee la base para impugnar el criterio
noticioso de los periodistas.
Sin embargo, es muy raro que organizaciones
dentro de la profesión misma investiguen o desaprueben directamente
reportajes defectuosos. "Si esto (una práctica profesional
deficiente) ocurriera en cualquier otra profesión o centro de poder
en la vida estadounidense, los medios de información se concentrarían
en la noticia, enfocando en la institución en cuestión una luz escudriñadora",
comentó Sydney H. Schanberg, ganador del premio Pulitzer, en un
editorial de The Washington Post en 1999. "Cuando firmas de
abogados contravienen cánones éticos, agentes de la bolsa de Wall
Street estafan clientes, o compañías de cuidado de salud controlado
niegan atención médica esencial a los pacientes, nosotros los periodistas
lo consideramos noticia y frecuentemente lo ponemos en primera plana,
pero cuando nuestra propia profesión es la que comete la infracción,
obramos con condescendencia.
"Ningún periódico está ansioso
de reconocer sus propias deficiencias, o de revelar las de sus colegas
(que pueden devolver el favor). Todo el mundo tiene ropa sucia",
agregó Schanberg.
Entre tanto, el público estadounidense
cree que los medios de información no son suficientemente críticos
de si mismos y no demuestran respeto constante por las comunidades
que dicen servir, tal como lo que indican estudios realizados por
la American Society of Newspaper Editors (Sociedad de Directores
de Periódicos de Estados Unidos) [http://www.asne.org/kiosk/reports/99reports/1999examiningourcredibility/].
Debido a estos estudios, la Associated
Press Managing Editors (APME) (Directores Administrativos de la
Prensa Asociada) ha adoptado un enfoque diferente para estimular
la crítica mediante discusiones de mesa redonda en las que reúne
a lectores y personas afectadas directamente por la noticia con
los directores y los dueños de periódicos locales. Las sesiones,
auspiciadas por la APME con el apoyo de la Fundación Ford, examinan
la veracidad periodística de las salas de redacción en todos los
50 estados, dijo Carol Nunnelley, redactora gerente y coordinadora
de proyectos del Birmingham News. Estos foros permiten que la crítica
exterior llegue a la redacción de los periódicos.
Spokesman Review, de Spokane, Washington,
realizó su mesa redonda en enero de 2001, la primera de la serie.
Miembros del concejo municipal, promotores de bienes raíces,
académicos y activistas de la comunidad celebraron una reunión
de dos horas con directores y reporteros del periódico. Allí se
consideró el posible conflicto de interés para el dueño del periódico,
cuya familia construyó un centro comercial y un estacionamiento
en el centro de la ciudad, lo que ahora es objeto de controversia.
"Este (diálogo) permitió a los
interesados reunirse personalmente con los periodistas, sin que
mediaran filtros entre ellos", dijo Chris Peck, presidente
de la APME y director de Spokesman Review. "Exigió mayor sinceridad
de ambas partes y no permitió que se vociferara o prevaricara. Si
un participante se mostraba muy desconfiado de los medios de información
o un representante de éstos demostraba arrogancia, alguien
le llamaba la atención".
Conclusión
Murrey Marder, corresponsal jubilado
de The Washington Post, observó durante la Conferencia de Vigilancia
del Periodismo Nieman de 1998: "El temor al abuso del poder
fue la fuerza galvanizadora en la Revolución Americana y continua
siendo la justificación más fuerte de la existencia de una prensa
estimulante y realmente independiente". No obstante, durante
el mismo discurso Marder dijo que los estadounidenses no confían
en sus medios de información porque éstos son demasiado sigilosos
de la forma en que funciona el periodismo. Existe tensión entre
estas variables: alentar una prensa vigilante, estimular la crítica
de la prensa sin sofocarla y mantener las libertades de la prensa
y de sus críticos.
Algunos creen que la función de vigilante
la realizan mejor los grupos que están fuera de la industria, aunque
esos grupos tengan sus propios objetivos. Otros creen que quienes
están dentro de la profesión están mejor calificados para hacer
críticas, especialmente porque probablemente sean más respetados
por los periodistas. De una u otra manera, sin embargo, todos los
vigilantes contribuyen a la conversación actual sobre lo que significa
tener prensa libre en una sociedad libre.
*Virginia Whitehouse
doctora en Filosofía, es profesora asociada
de Estudios de la Comunicación en Whitworth
College, Spokane, Washington. Es vicepresidenta de la División
de Etica en la Prensa de la Asociación para
la Educación en Periodismo y Comunicación Social y presidenta
del Comité Nacional de Educación en Periodismo de la Sociedad
de Periodistas Profesionales. Este texto fue publicado en
Sala de Prensa. (http://www.saladeprensa.org
No. 32, junio de 2001, Año III, Vol. 2). |