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Octubre - Noviembre 2001

 

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De la realidad profesional a la realidad a secas
 

Por Daniel Murillo
Número 23

Las escuelas profesionales de comunicación en México ofrecen programas de estudio que se dividen, por lo general, en dos grandes rubros: el teórico y el práctico. Sin embargo, la realidad profesional del comunicador, es decir, el posible campo que se abre en una perspectiva laboral, no deja de centrarse en los medios de comunicación como los lugares únicos para ejercitar el trabajo del comunicador.

El problema de fondo es precisamente que las escuelas de comunicación están orientadas a crear comunicadores, no comunicólogos. La diferenciación la baso en los siguientes rasgos: un comunicador se presenta como el enlace entre el emisor y el receptor, en un modelo clásico (guionista, director, productor, periodista, etc.), es decir, centrado en el medio y en el mensaje; en cambio, el trabajo de un comunicólogo se orienta hacia la definición de estrategias de comunicación, de evaluación, de métodos y de los enlaces creados entre un actor de comunicación y otro, un Ego y un Alter.

Si bien los medios de comunicación pueden funcionar como ese Ego, generalmente no existe un canal de regreso: los estudios de audiencia se refieren al rating, como si un número nos indicara precisamente el alcance de nuestros mensajes. Para el comunicólogo el dato no es lo importante, sino los procesos que se crean mediante la comunicación, la intervención social, la acción, la respuesta. La academia de comunicación en México centra más la formación de profesionales en una realidad mediática, más que en la intervención en la realidad o en procesos sociales. Por ello ha sido incipiente el diseño de planes de estudio en otras formaciones dentro del campo disciplinario de la comunicación, como la llamada "comunicación para el desarrollo". Porque en estos tiempos neoliberales lo importante es el medio, no el receptor.

Cuando cambiemos los polos y encontremos al Alter del cual todo mundo habla pero nadie comprende (primero, porque no es escuchado), entonces comenzaremos a cerrar el ciclo y crearemos la retro-alimentación. Si no, estaremos entablando un diálogo con la tecnología que, a fin de cuentas, junto con los procesos económicos, es el gran monstruo que ha creado la humanidad y que la está llevando a la neurosis.


Mtro. Daniel Murillo Licea
Instituto Mexicano de Tecnología del Agua
Sociedad de Escritores de Morelos, México

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