Por Luis Alfonso Guadarrama
Número 23
Las
escuelas de comunicación en México tienen una serie
de desafíos para tratar de conciliar la formación
académica con las exigencias que presenta el entorno laboral.
No ha sido fácil dicha tarea, por varias razones. Por ahora,
mencionaré un eje básico: las expectativas de quienes
ingresan a este campo. Mayoritariamente, los alumnos acunan la idea
de que la comunicación tiene que ver -necesariamente-con
el trabajo en los medios. Muchos estudiantes sueñan conducir
algún programa y que después podrían figurar
como exitosos "bustos" de alta credibilidad.
Reconstruir esta expectativa y hacerla
caminar en otra dirección es una de las tareas que encaran
todos los días muchas escuelas. El pro-blema de esta visión
es que no hay suficientes medios de comunicación ni espacio
para que nuestros egresados trabajen en la atmósfera mediática.
En contraste, otros problemas están siendo abandonados por
los actuales y futuros profesionales de la comunicación.
Ante ello, sería de especial
trascendencia reconceptualizar a la comunicación como un
eje que atraviesa distintos problemas de nuestro país y del
mundo. Veamos: los comunicólogos de cara a los problemas
de salud que tiene nuestra población; en torno al desarrollo
sustentable; sobre el impacto sociocultural de las telecomunicaciones;
en torno al problema de los energéticos; respecto de las
mutaciones demográficas y familiares, pero trascendiendo
las campañas que han rezado "menos hijos para darles
mucho", y que no acaban de salirnos las cuentas porque cada
día estamos peor y las familias mediáticas se resquebrajan
en su interior, sin que ningún comunicólogo busque
o se atreva a tomar parte en grupos multidisciplinarios para encarar
estos y muchos otros problemas, porque sólo atisba como posibilidad
laboral a los medios convencionales.
Mtro.
Luis Alfonso Guadarrama
Investigador y Catedrático de la Universidad
Aautónoma el Estado de México, México. |