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Por Mario Alfredo Cantarero
Número 24
I. INTRODUCCIÓN
"...una lengua no existe
sino en los labios de sus hablantes, y su vitalidad y su potencia
no son más que un espejo de la vitalidad y la potencia de
la comunidad a la que sirve."(Manuel Seco, 1980: 34)
Cuando cotidianamente se hace una
imagen de los periodistas, viene a la mente una serie de acciones
que los definen: Trabajar con hechos de actualidad, de andar casi
siempre "a la carrera", preocupados por salir a tiempo
con la información encomendada; comunicar a los sectores
por medio de la información noticiosa sobre lo que acontece
en la actualidad; angustiarse a la hora del cierre porque todavía
la nota no está lista o porque el jefe de información
está enojado.
En Centroamérica, al caracterizarlos
salta a la mente también los siguientes rasgos: bastante
desunidos y poco solidarios entre ellos en el campo de trabajo;
un gremio orgánicamente frágil en un entorno político,
económico y social muy adverso para un trabajo profesional
y humanamente remunerado.
Pero en esa imagen también
cabe que los periodistas latinoamericanos se distinguen porque se
desenvuelven en un mundo paupérrimo de conceptos claros,
precisos y concisos. Ellos conceptualizan su mundo profesional de
modo ambiguo, polisémico e inexacto. Este es el asunto que
nos ocupa en esta oportunidad.
Con el ánimo de sugerir desde
la academia al campo profesional, someto a consideración
un análisis lingüístico del uso cotidiano del
término "Prensa", especialmente desde la lógica
y la semántica. Reconozco que la imprecisión y pobreza
conceptual del campo profesional son amplias; por eso en el presente
análisis se hace énfasis específicamente al
concepto "prensa", palabra comodín del registro
lingüístico de los periodistas.
Para tratar este asunto, inicialmente
se presenta un marco teórico sobre los conceptos y, posteriormente,
se hace una aplicación de éste en el uso del término
"prensa" en el campo profesional, en la que se patentiza
la hipertrofia del término en el uso cotidiano dentro del
campo profesional, se indican las motivaciones que determinan los
fenómenos y, finalmente, establezco una serie de sugerencias
a los sujetos que son parte de la solución de este mar de
ambigüedades semánticas.
II. RASGOS DE UN CONCEPTO ADECUADO
PARA LA PRÁCTICA PERIODÍSTICA
Filosóficamente, el concepto
es el resultado de la determinación de alguna característica
del universo y, por lo tanto, su validez radica en la correspondencia
con el modo de existencia que representa (De Gortari, E., 1979:91).
Para nuestro caso significa que las designaciones deben tener relación
con la naturaleza del fenómeno que designa, es decir, debe
haber una razón que establezca la relación entre nombre
y objeto nombrado.
No se puede aceptar como dogma el
planteamiento sausseriano de la arbitrariedad del signo, para justificar
las irresponsabilidades conceptuales en el uso de la lengua castellana,
especialmente en la utilización de signos relacionados con
la identidad del propio campo profesional del periodista.
En teoría periodística,
el concepto de "periodismo" se origina en las características
del trabajo de la información de actualidad; su designación
corresponde a la esencia de la actualidad periodística, que
es el período: la segmentación de la actualidad en
parcelas idénticas por medio de la frecuencia de comunicación
de una publicación o emisión en un lapso determinado
(Mar de Funcuberta, 21-25) .La actualidad es el factor que convierte
un hecho en digno de ser noticia, hasta el punto de que la actividad
periodística se reconoce porque selecciona y difunde los
llamados hechos de actualidad. Esto implica que la información
acabe de producirse (o que se acabe de descubrir), que se dé
a conocer en el mínimo espacio de tiempo posible, y que ese
conocimiento circule entre un público amplio y masivo. Además,
el intervalo entre una comunicación y otra depende de cada
medio; se trata de una división temporal que sirve de marco
para la difusión de una serie de hechos y valores seleccionados
entre todos los que han sucedidos en los sucesivos intervalos. Así
la prensa emite sus mensajes de una sola vez; la televisión
y la radio renuevan continuamente sus mensajes. Esta periodicidad
del medio crea su propio tiempo e impone al público un determinado
ritmo de suministro de información que equivale a una actualidad
programada.
Según Elí de Gortari
(1979:91-105), entre otras características fundamentales
del concepto se encuentran:
1) Se trata de una síntesis en la que se expresan
los conocimientos adquiridos acerca de la actividad de un proceso
objetivo, de una relación entre procesos o de una conexión
interna de los procesos universales. Significa que, en su determinación,
el concepto se constituye racionalmente por medio de una reconstrucción
de los datos conocidos en la percepción. Esto implica que
esos datos percibidos son entrelazados, organizados y constituidos
en elementos de un todo único, en el cual queda representado
en su integridad el proceso o la relación descubierta. Esta
representación conceptual permite entender mejor los datos
percibidos anteriormente y, a la vez, sirve para descubrir otros
aspectos y otras conexiones en la percepción de los procesos.
En esta perspectiva, otros autores
(Rosental, M.M y otros, 1985:75-76) consideran que, como resultado
del conocimiento, el concepto se desarrolla históricamente.
Se eleva de un grado inferior a otro superior y se resume en conceptos
más profundos. Concretamente, sobre la base de la práctica,
los resultados obtenidos perfeccionan y puntualizan los conceptos
viejos, o se formulan otros nuevos. Se comprende entonces que los
conceptos son dinámicos, esto es, en constante desarrollo,
de cambio y progreso en el sentido de proporcionar una aprehensión
más adecuada de la realidad.
Por el constante desarrollo y uso
de las nuevas tecnologías en los medios de comunicación
social y, consecuentemente, por la diversificación y especialización
del trabajo informativo, el concepto de "periodismo" sintetiza
la multiplicidad de funciones del periodista, en diversos medios,
resume toda la experiencia acumulada históricamente, desde
el surgimiento del periodismo en el medio impreso, a finales del
siglo xv, hasta la práctica profesional en los medios audiovisuales,
incluyendo el ejercicio en instituciones públicas o privadas,
y se extiende en estos momentos a la práctica informativa
especializada, investigativa y multimedia.
Sin embargo, el concepto que nos
ocupa, "prensa", si bien es cierto en la práctica
profesional significa todo el quehacer de los periodistas en todos
los espacios de la comunicación social, no es menos cierto
que es un concepto que no sintetiza y resume plenamente todos los
procesos del ejercicio periodístico, en tanto que se limita
a representar actividades informativas ligadas al medio escrito.
Además, se trata de un término que no representa la
multiplicidad de funciones del periodismo moderno, tampoco que perfecciona
adecuadamente la aprehensión del quehacer profesional.
2) Representa un proceso activo
en que se determina la existencia. Los conceptos se encuentran
enlazados en forma inseparable y en su determinación, que
se amplía y mejora sin cesar, reproducen de un modo definido
la acción recíproca que opera entre los procesos existentes.
Por ejemplo, el concepto "periodismo"
se encuentra en íntima interdependencia con otros, como son,
entre otros,"información", "interpretación",
"discurso informativo", "noticia", "géneros
informativos", "medio informativo", "política
informativa", "presente social", "proximidad,
"hechos", "acontecimiento", "práctica
significante", "actualidad", "inmediatez",
"producción informativa", "planificación
informativa", "especialización", etc. Cada
uno de ellos, designa actividades o características específicas
de la labor profesional; pero formando parte de una totalidad en
la que todos los conceptos son interdependientes.
Por necesidades históricas
y por las condiciones en las relaciones de poder de la sociedad
actual, se mejora y se extiende el concepto a realidades más
complejas, como "periodismo económico","periodismo
cultural","periodismo político","periodismo
de servicio", "periodismo de investigación",
etc. Significa que mientras más se complejiza la realidad
en todas las dimensiones los conceptos relacionados con el periodismo
se especializan y sus contenidos abarcan aspectos más amplios.
3) Son abstracciones de los procesos
universales. Por ello poseen un contenido de objetividad. Significa
que es indispensable que la relación formulada en el pensamiento
corresponda y represente, de alguna manera, a los procesos de la
naturaleza o de la sociedad, para que dicha relación adquiera
significado. Por ejemplo la designación conceptual "periodismo
de investigación" no puede ser sólo nominal e
inmotivada, y consecuentemente arbitraria, sino debe corresponder
a una práctica concreta dentro del periodismo, con una especificidad
en la actitud periodística: planificación, uso de
fuentes, utilización de procedimientos y técnicas
indagatorias, elaboración de textos adecuados y una publicación
constante, amplia y oportuna.
4) Son verificables. Significa
que los conceptos son comprobables o refutables por medio de la
experimentación. El concepto formulado debe expresar acertadamente
las conexiones mostradas objetivamente por los procesos, y debe
representarlas de una forma definida. Las abstracciones, como puede
ser "producción periodística", deben implicar
la verificación empírica, es decir, la comprobación
en la práctica rutinaria del ejercicio periodístico.
Por ejemplo, el concepto señalado tendrá que observarse
en el procedimiento concreto del trabajo periodístico, que
implica la realización de una serie de fases: determinación
del hecho, indagación de datos y elaboración del texto
periodístico.
III. INCREÍBLE E IMPRECISAMENTE
"PRENSA"
La inexactitud en la manera de designar
su profesión se evidencia a diestra y siniestra en los espacios
donde se movilizan, las señales con que se identifican, los
términos con que los nombran, etc. El error pasa inadvertido,
se considera como lo más natural del mundo, y se evidencia
poco interés por remediarlo por medio del uso de los términos
precisos y adecuados de acuerdo a las características de
un concepto propio del registro profesional.
El término "prensa"
lo designa todo: se nombra a todos periodistas, indistintamente
a la función que desempeñan; a las prácticas
que ejercen en todos los medios de difusión, tenga o no-relación
con la máquina que sirve para imprimir; al título
de la credencial, estusiasmadamente sin importar que tenga o no
que ver con el medio prensa; a una unidad de comunicaciones, sin
darse cuenta que realizan un trabajo multimedia; a todo el gremio,
sin percatarse de que trabajan para medios que no tienen como soporte
el papel y la impresión, etc., etc.
Igual ocurre con otros términos.
Por "reportaje" se entiende cualquier información;
por "crónica", un collage; por "periodista";
un sonidista, un lector de noticias, un corrector de ortografía,
un prensista; por "profesional del periodismo", un licenciado
a medias o un empírico maestro del refrito, etc. Así
como una ensarta de chorizos, circulan una cantidad de términos
que, en lugar de unirlos la universalidad, la precisión y
la claridad, se identifican por su ambigüedad y confusión.
Sorprende que esa imprecisión
e inexactitud en la designación de su campo profesional resulta
tan natural y cotidiano que no se molestan en investigar, debatir
y determinar correctamente todos los términos referidos a
los elementos, dimensiones, fenómenos y procesos del trabajo
periodístico.
Al aplicarle las características
del concepto, el término "prensa" no sale aprobado
del examen. Reprueba porque no representa los diversos y complejos
lenguajes periodísticos de los medios de comunicación
actuales, ni sintetiza el proceso evolutivo del periodismo de acuerdo
al cambio de soportes tecnológicos, ni tampoco se puede constatar
en el ejercicio profesional. Hagamos una constatación etimológica
con el apoyo de la historia de los medios de comunicación
masivos para demostrar esta tesis de la impertinencia del término
comodín.
Etimológicamente, el término
"prensa" significa la máquina de imprimir, desde
que se inventó la imprenta en el siglo XV. En el principio
era de madera y se operaba a mano. Con la creación de la
máquina de vapor, en el siglo XIX, y posteriormente con el
invento de la electricidad, y recientemente, con la aplicación
de los sistemas informáticos, se llega a las modernas y eficientes
máquinas de hoy. En el desarrollo de esta tecnología,
se encuentran los siguientes tipos de prensas tipográficas:
las de platina o minervas, que es un sistema de plano contra plano;
las de prensa plana o de cama plana, que es un sistema de plano
contra cilindro; y el de las rotativas, que es un sistema de cilindro
contra cilindro.
Implica que el concepto de "prensa"
nace, precisamente, como resultado de la invención de la
imprenta, atribuida a Johannes Gansfleisch Laden zum Gutenberg.
Como sostiene James Burke(1997:120), la imprenta ocasionó
la alteración más radical jamás realizada en
la historia intelectual de occidente, cuyos efectos se han sentido
en todas y cada una de las áreas de la actividad humana.
Esta tecnología hizo posible que el conocimiento fuera ampliamente
asequible y creó el espacio en que se pudieran florecer nuevas
formas de expresión, como el periodismo escrito y el movimiento
religioso de la Reforma.
Cuatro siglos después, en
1893,con el surgimiento de la telegrafía por radio (transmisión
de mensajes con el código de Morse de un lugar a otro, sin
el uso de cables), inventada por Guglielmo Marconi, y, posteriormente,
tras finalizar la Primera Guerra Mundial, numerosas emisoras amateurs
comenzaron a "radiodifundir" la voz junto con la música.
Durante la década de los años 30,compañías
privadas comenzaron a crear sistemas de radiodifusión, nuevo
soporte tecnológico; comunicación sin cables, prensa
y papel, y transmitían acontecimientos puntuales, como una
declaración de guerra, un partido de béisbol, un servicio
eclesiástico o un concierto, con una inmediatez sin precedentes
mayor que el periódico, y con la posibilidad expresiva fónica,
propia de la narración oral. Con esto, se conforma otra forma
de hacer periodismo: el radiofónico.
Según Ray Gallon y Diana
Seligsohn(1997:28-31), históricamente, la tecnología
se ha desarrollado en tres etapas: la de la honda corta ("la
primera generación"), la de la modulación de
frecuencia ("La segunda generación") y la de la
transmisión digital directa por satélite (Sistema
DAB-Digital Audio Broadcasting), en proceso de consolidación.
Aun cuando las primeras emisiones
televisivas en EE.UU. comenzaron en 1939, por retraso impuesto a
su desarrollo a causa de la Segunda Guerra Mundial, su extraordinario
crecimiento inicia a principios de los años 50. La televisión,
que recientemente ha resuelto completamente la definición
de la imagen (con la versión digital), ha cautivado a la
población mundial por más de 45 años.
Ese éxito radica en que su
lenguaje se acerca más al drama y al ritual (Edmund Carpenter,
1997:331).Significa que técnicamente este lenguaje combina
la música y el arte, la lengua y el gesto, la retórica
y el color. Con el nacimiento del periodismo televisivo, los públicos,
en una noticia sobre un jurado, oye al acusador pero observa al
acusado, en su auténtico drama. Favorece la simultaneidad
de imágenes visuales y auditivas. La prensa o la imprenta
, y en
otros países latinoamericanos,"PRENSA" es sinónimo
de periodismo.
Se supone que, por falta de interés
profesional por usar un registro técnico del idioma, propio
para la designación de la práctica periodística,
se está utilizando erróneamente un concepto que ha
dejado de ser representativo de la diversidad y complejidad del
campo, precisamente desde que se comienza a ejercer en la radio,
otro soporte comunicacional, diametralmente distinto al soporte
papel.
Hipertrofia del término
"prensa"
En su uso frecuente, se ha ampliado
tanto que, desafortunadamente, el término aprehende tantas
cosas, que se ha llegado hasta el extremo de utilizarlo para diferenciar
ideológicamente los tipos de periodismo. Durante la intolerancia
política de la década de los ochenta, en el marco
de la guerra fría, se designaba como PRENSA BURGUESA a la
práctica periodística cuya característica esencial
era "servir de vehículo propagandístico de los
explotadores y opresores, y como aparato ideológico de Estado,
con el objetivo de desinformar, engañar y alienar a la población";
mientras que como PRENSA REVOLUCIONARIA a la práctica periodística
cuya característica esencial era "la revelación
de la verdad, la educación y la orientación del pueblo,
en la construcción de una sociedad sin clases sociales".
La extensión que se le ha
dado al concepto de "prensa", en lugar de evolucionar
según el desarrollo de la práctica periodística,
ha dado lugar a conceptos más imprecisos, que ha generado,
por supuesto, un verdadero fenómeno de polisemia. Significa
que tiene tantos significados como dimensiones tiene el campo profesional
de las comunicaciones. Aun cuando el término no tiene nada
que ver con el soporte tecnológico de los medios audiovisuales,
cotidianamente se nombra indistintamente como "prensa televisiva"
al PERIODISMO TELEVISIVO, "prensa radiofónica"
al PERIODISMO RADIOFÓNICO; "prensa institucional"
al PERIODISMO INSTITUCIONAL.
Pero todavía la imprecisión
no llega a tanto como para designar "prensa prensa" al
PERIODISMO IMPRESO; quizá, porque suena cacofónico;
por eso se le nombra "prensa escrita", incluso sin superar
la redundancia.
También, aun cuando el término
no representa toda la actividad de comunicación institucional,
al tratarse de ofertas informativas multimedia (fónicas,
escritas, visuales o protocolares), en diferentes empresas se le
denomina "unidad de prensa", "prensa y propaganda",
"oficina de prensa", "secretaría de prensa",
etc.
Es más, a las entrevistas
colectivas que preparan los relacionistas públicos de las
fuentes informativas compulsivas, se les denominan "conferencias
de prensa"; al discurso escrito que distribuyen las mismas,
en donde plantean su posición sobre determinado tema,"boletín
de prensa". O, en otro caso, al discurso de la institución
donde difunde su posición (aclaratoria o acusatoria) acerca
de un hecho nacional en la que está involucrada, se le denomina
"comunicado de prensa".
Asimismo, la imprecisión
del concepto ha inundado la práctica del periodismo especializado,
al nombrar, según el campo, "prensa deportiva",
"prensa académica", "prensa medioambiental",
"prensa política", "prensa económica",
"prensa cultural", etc. Incluso, cuando se clasifica el
contenido informativo por el lugar de origen, se utilizan los términos
"prensa nacional", "prensa local", "prensa
regional", "prensa internacional"; por su gentilicio,
"prensa salvadoreña", "prensa cubana",
"prensa musulmana", "prensa europea", "prensa
hondureña", "prensa etcétera".
En el uso de conceptos para aglutinar
al conjunto de trabajadores o de actividades del campo profesional
del periodismo, se los nombra "trabajadores de prensa"
o "jefe de prensa","secretaria de prensa","ordenanza
de prensa", etc.
También, en el marco de los espacios lúdicos de los
informadores, específicamente de los que gustan frecuentemente
desestresarse con un par de cervecitas o "traguitos",
se los califica como "prensa alcohólica".
Los porqués de la vaguedad
Siguiendo el planteamiento de Stephen
Ullmann (1978: .141 y ss), los motivos de la vaguedad o imprecisión
en el uso del término "prensa" pueden ser los siguientes:
1. Falta de fronteras bien
delimitadas en el mundo profesional del periodismo. Significa
que las acciones cotidianas en la producción de la información
no están claramente definidas. No hay una clara distinción
entre las experiencias concretas y las abstractas. Implica que con
el uso del término "prensa" se dividen las unidades
discretas de los fenómenos que supone todo el quehacer periodístico.
Consecuentemente, se funde unos fenómenos con otros. Resulta
que, a diferencia de otros cambios profesionales, el gremio de periodistas
no tiene bien diferenciado y designado su campo de actividades y
los sujetos que las realizan, por ejemplo, periodista a cualquiera,
aun cuando no tenga que ver esencialmente con la construcción
del presente social actual.
Obviamente, si todavía no
se ha logrado conseguir esa clara distinción entre abstracción
y práctica, resulta más cómodo designar como
"prensa" todo lo que se refiere al periodismo que hacer
la distinción de cada una de las actividades productivas
relacionadas con la información periodística.
2. Falta de familiaridad técnica
con las cosas que representan porque son actividades de otros planos
profesionales. Resulta paradójico que la información
periodística en el mundo actual es clave para la civilización,
sin embargo, ni los mismos periodistas se han acostumbrado a designar
claramente los componentes de su campo profesional. Ocurre que en
el campo de las comunicaciones los sectores no mantienen una correspondencia
profesional que les dé unidad social: Aun cuando lo necesitan
para consolidarla, los periodistas, en su mayoría, están
completamente divorciados del mundo técnico o académico.,
Por ejemplo, suelen nombrar frecuentemente de modo empírico
las cosas; el nombramiento categórico no es costumbre. Esto
permite que los periodistas en sus designaciones sean bastantes
simplistas y superficiales.
3. Carácter genérico
de las palabras. En la comunicación verbal, a excepción
de los nombres propios y de un pequeño grupo de nombres comunes
que se refieren a objetos únicos, las palabras denotan, no
entidades singulares, sino clases de cosas o de acontecimientos
ligados por algún elemento común. Por esta generalidad,
el término usual de "prensa" no corresponde a la
oposición entre genérico y particular, entre abstracto
y concreto. Se le da un sentido tan vasto que se reduce a la pobreza
léxica.
IV. CONCLUSIÓN: CONCIENCIA
LINGÜÍSTICA EN EL CAMPO PROFESIONAL
Para romper con ese círculo
de imprecisiones en el uso de términos relacionados con la
profesión, manifiesto hasta en los periodistas más
talentosos del país y de toda Iberoamérica, pienso
que es necesario que las instituciones involucradas en el campo
profesional deben tomar en cuenta las siguientes sugerencias:
1. Reconocer que el campo profesional
de las comunicaciones requiere una autoevaluación de todo
el marco de referencia, que permita asumir una conciencia lingüística
seria y, consecuentemente, que conceptualice todas y cada una de
las acciones de las prácticas profesionales de una forma
eficaz y correcta.
En esta discusión deben estar
integrados: Las universidades que ofrecen las carreras relacionadas
a esta especialidad, bajo cuya responsabilidad está gran
parte de la corrección del lenguaje técnico del campo
profesional; los medios de comunicación social que son los
responsables de producir y/o distribuir la información, que
se constituyen en modelos en el uso del idioma en El Salvador; los
comunicadores profesionales que son los encargados directos del
buen uso de los términos que los denominan, y los investigadores
especializados en el tema, que son los responsables de estar pulsando
rigurosa y sistemáticamente lo que acontece en todo el campo
profesional.
2. Cada uno de los sectores aludidos
debe asumir su papel en esta tarea imprescindible en el desarrollo
profesional de las comunicaciones, que indudablemente pasa por apropiarse
de un registro lingüístico especializado.
Los investigadores de la comunicación,
especialmente los especializados en filosofía del lenguaje
y en lingüística, deben a través de sus pesquisas
establecer el estado actual del uso de la lengua castellana en el
campo profesional, con la finalidad de diseñar una radiografía
del habla profesional de los comunicadores; además, proponer
un cuadro lexicográfico especializados para todos y cada
uno de los comunicadores, con el propósito de construir un
referente lingüístico a todo el gremio.
Los profesionales de los medios,
con una actitud autodidacta, primero deben apropiarse de un léxico
técnico de los conceptos referidos al campo profesional y
de otros campos relacionados con los temas que abordan en sus informaciones,
y, segundo, en su quehacer informativo diario deben hacer el esfuerzo
por designar sus actividades profesionales de la manera más
precisa, de modo que se vaya socializando y consolidando el uso
de conceptos precisos, con lo cual se evitará la ambigüedad.
Los profesores universitarios, como
responsables de heredar a los futuros profesionales los conocimientos
científicos acumulados en las ciencias de la comunicación,
especialmente en la teoría periodística, deben esforzarse
por enseñar un marco conceptual riguroso de la profesión,
que no sólo sea actualizado, sino nombrado con los términos
más precisos.
Considerando que la formación
universitaria es esencial e imperecedera en la vida profesional
de los comunicadores, el profesorado debe asumir con seriedad la
enseñanza de los términos precisos, los cuales sobrevivirán
a los embates de la imprecisión del habla técnicas
en los medios de comunicación.
Los dueños de comunicación
tienen una responsabilidad en esta dirección: deben diseñar
y aplicar con la participación de personal especializado
un libro de estilo en cada uno de sus medios, que abarque tanto
la normativa institucional sobre el tratamiento periodístico
de los hechos, como las reglas de cómo nombrar la propia
actividad del periodista.
V. FUENTES CONSULTADAS
- Baylon, Christian y Xavier Mignot
(1996): La comunicación, Madrid, España, Ediciones
Cátedra.
- Carpenter, Edmund (1997):
"El papel y la imprenta de molde. De China a Europa",
en La comunicación en la historia. Tecnología,
cultura y sociedad, Bosch Casa Editorial, Págs. 331.
- De Funcuberta, Mar (1993): La noticia. Pistas para percibir
el mundo, Barcelona, España, Editorial Paidós
- De Gortari, Elí (1979): Introducción a la lógica
dialéctica, México, Editorial Grijalbo.
- Ducrot, Oswald y Tzvetan Todorov (1974): Diccionario enciclopédico
de las ciencias del lenguaje, Argentina, Editorial Siglo XXI
- James Burke(1997): "La comunicación en la edad media",
en La comunicación en la historia. Tecnología,
cultura y sociedad, Bosch Casa Editorial, Págs. 120.
- Ortuño Martínez, Manuel (1999): Teoría
y práctica de la lingüística moderna, México,
Editorial Trillas
- Ray Gallon y Diana Seligsohn(1997:28-31)
- Rosental, M.M y otros (1985): Diccionario filosófico,
México, Editorial Grijalbo.
- Rosental, M.M y G: M Straks (1960): Categorías del materialismo
dialéctico, México, Editorial Grijalbo.
- Seco, Manuel (1980): Gramática esencial del español.
Introducción al estudio de la lengua, Madrid, España,
Editorial Aguilar.
- Ullmann, Stephen (1978): Semántica. Introducción
a la ciencia del significado. Editorial Aguilar, Madrid, España.
Mtro.
Mario Alfredo Cantarero
Investigador,
profesor de metodología de la investigación y coordinador
de postgrados e investigaciones de la escuela de ciencias de la comunicación
de la Universidad "Dr.. José Matías
Delgado",El Salvador,Ccentroamérica |