Razón y Palabra Bienvenidos a Razón y Palabra.
Primera Revista Electrónica especializada en Comunicación
Sobre la Revista Contribuciones Directorio Buzón Motor de búsqueda


Diciembre 2001 - Enero 2002

 

Número del mes
 
Números anteriores
 
Editorial
 
Sitios de Interés
 
Novedades Editoriales
 
Ediciones especiales



Proyecto Internet


Carr. Lago de Guadalupe Km. 3.5,
Atizapán de Zaragoza
Estado de México.

Tels. (52) 58 64 56 13
Fax. (52) 58 64 56 13

Periodismo: de la "prensa" a la imprecisión cultural
 
Por Mario Alfredo Cantarero
Número 24

I. INTRODUCCIÓN

"...una lengua no existe sino en los labios de sus hablantes, y su vitalidad y su potencia no son más que un espejo de la vitalidad y la potencia de la comunidad a la que sirve."(Manuel Seco, 1980: 34)

Cuando cotidianamente se hace una imagen de los periodistas, viene a la mente una serie de acciones que los definen: Trabajar con hechos de actualidad, de andar casi siempre "a la carrera", preocupados por salir a tiempo con la información encomendada; comunicar a los sectores por medio de la información noticiosa sobre lo que acontece en la actualidad; angustiarse a la hora del cierre porque todavía la nota no está lista o porque el jefe de información está enojado.

En Centroamérica, al caracterizarlos salta a la mente también los siguientes rasgos: bastante desunidos y poco solidarios entre ellos en el campo de trabajo; un gremio orgánicamente frágil en un entorno político, económico y social muy adverso para un trabajo profesional y humanamente remunerado.

Pero en esa imagen también cabe que los periodistas latinoamericanos se distinguen porque se desenvuelven en un mundo paupérrimo de conceptos claros, precisos y concisos. Ellos conceptualizan su mundo profesional de modo ambiguo, polisémico e inexacto. Este es el asunto que nos ocupa en esta oportunidad.

Con el ánimo de sugerir desde la academia al campo profesional, someto a consideración un análisis lingüístico del uso cotidiano del término "Prensa", especialmente desde la lógica y la semántica. Reconozco que la imprecisión y pobreza conceptual del campo profesional son amplias; por eso en el presente análisis se hace énfasis específicamente al concepto "prensa", palabra comodín del registro lingüístico de los periodistas.

Para tratar este asunto, inicialmente se presenta un marco teórico sobre los conceptos y, posteriormente, se hace una aplicación de éste en el uso del término "prensa" en el campo profesional, en la que se patentiza la hipertrofia del término en el uso cotidiano dentro del campo profesional, se indican las motivaciones que determinan los fenómenos y, finalmente, establezco una serie de sugerencias a los sujetos que son parte de la solución de este mar de ambigüedades semánticas.

II. RASGOS DE UN CONCEPTO ADECUADO PARA LA PRÁCTICA PERIODÍSTICA

Filosóficamente, el concepto es el resultado de la determinación de alguna característica del universo y, por lo tanto, su validez radica en la correspondencia con el modo de existencia que representa (De Gortari, E., 1979:91). Para nuestro caso significa que las designaciones deben tener relación con la naturaleza del fenómeno que designa, es decir, debe haber una razón que establezca la relación entre nombre y objeto nombrado.

No se puede aceptar como dogma el planteamiento sausseriano de la arbitrariedad del signo, para justificar las irresponsabilidades conceptuales en el uso de la lengua castellana, especialmente en la utilización de signos relacionados con la identidad del propio campo profesional del periodista.

En teoría periodística, el concepto de "periodismo" se origina en las características del trabajo de la información de actualidad; su designación corresponde a la esencia de la actualidad periodística, que es el período: la segmentación de la actualidad en parcelas idénticas por medio de la frecuencia de comunicación de una publicación o emisión en un lapso determinado (Mar de Funcuberta, 21-25) .La actualidad es el factor que convierte un hecho en digno de ser noticia, hasta el punto de que la actividad periodística se reconoce porque selecciona y difunde los llamados hechos de actualidad. Esto implica que la información acabe de producirse (o que se acabe de descubrir), que se dé a conocer en el mínimo espacio de tiempo posible, y que ese conocimiento circule entre un público amplio y masivo. Además, el intervalo entre una comunicación y otra depende de cada medio; se trata de una división temporal que sirve de marco para la difusión de una serie de hechos y valores seleccionados entre todos los que han sucedidos en los sucesivos intervalos. Así la prensa emite sus mensajes de una sola vez; la televisión y la radio renuevan continuamente sus mensajes. Esta periodicidad del medio crea su propio tiempo e impone al público un determinado ritmo de suministro de información que equivale a una actualidad programada.

Según Elí de Gortari (1979:91-105), entre otras características fundamentales del concepto se encuentran:
1) Se trata de una síntesis en la que se expresan los conocimientos adquiridos acerca de la actividad de un proceso objetivo, de una relación entre procesos o de una conexión interna de los procesos universales. Significa que, en su determinación, el concepto se constituye racionalmente por medio de una reconstrucción de los datos conocidos en la percepción. Esto implica que esos datos percibidos son entrelazados, organizados y constituidos en elementos de un todo único, en el cual queda representado en su integridad el proceso o la relación descubierta. Esta representación conceptual permite entender mejor los datos percibidos anteriormente y, a la vez, sirve para descubrir otros aspectos y otras conexiones en la percepción de los procesos.

En esta perspectiva, otros autores (Rosental, M.M y otros, 1985:75-76) consideran que, como resultado del conocimiento, el concepto se desarrolla históricamente. Se eleva de un grado inferior a otro superior y se resume en conceptos más profundos. Concretamente, sobre la base de la práctica, los resultados obtenidos perfeccionan y puntualizan los conceptos viejos, o se formulan otros nuevos. Se comprende entonces que los conceptos son dinámicos, esto es, en constante desarrollo, de cambio y progreso en el sentido de proporcionar una aprehensión más adecuada de la realidad.

Por el constante desarrollo y uso de las nuevas tecnologías en los medios de comunicación social y, consecuentemente, por la diversificación y especialización del trabajo informativo, el concepto de "periodismo" sintetiza la multiplicidad de funciones del periodista, en diversos medios, resume toda la experiencia acumulada históricamente, desde el surgimiento del periodismo en el medio impreso, a finales del siglo xv, hasta la práctica profesional en los medios audiovisuales, incluyendo el ejercicio en instituciones públicas o privadas, y se extiende en estos momentos a la práctica informativa especializada, investigativa y multimedia.

Sin embargo, el concepto que nos ocupa, "prensa", si bien es cierto en la práctica profesional significa todo el quehacer de los periodistas en todos los espacios de la comunicación social, no es menos cierto que es un concepto que no sintetiza y resume plenamente todos los procesos del ejercicio periodístico, en tanto que se limita a representar actividades informativas ligadas al medio escrito. Además, se trata de un término que no representa la multiplicidad de funciones del periodismo moderno, tampoco que perfecciona adecuadamente la aprehensión del quehacer profesional.

2) Representa un proceso activo en que se determina la existencia. Los conceptos se encuentran enlazados en forma inseparable y en su determinación, que se amplía y mejora sin cesar, reproducen de un modo definido la acción recíproca que opera entre los procesos existentes.

Por ejemplo, el concepto "periodismo" se encuentra en íntima interdependencia con otros, como son, entre otros,"información", "interpretación", "discurso informativo", "noticia", "géneros informativos", "medio informativo", "política informativa", "presente social", "proximidad, "hechos", "acontecimiento", "práctica significante", "actualidad", "inmediatez", "producción informativa", "planificación informativa", "especialización", etc. Cada uno de ellos, designa actividades o características específicas de la labor profesional; pero formando parte de una totalidad en la que todos los conceptos son interdependientes.

Por necesidades históricas y por las condiciones en las relaciones de poder de la sociedad actual, se mejora y se extiende el concepto a realidades más complejas, como "periodismo económico","periodismo cultural","periodismo político","periodismo de servicio", "periodismo de investigación", etc. Significa que mientras más se complejiza la realidad en todas las dimensiones los conceptos relacionados con el periodismo se especializan y sus contenidos abarcan aspectos más amplios.

3) Son abstracciones de los procesos universales. Por ello poseen un contenido de objetividad. Significa que es indispensable que la relación formulada en el pensamiento corresponda y represente, de alguna manera, a los procesos de la naturaleza o de la sociedad, para que dicha relación adquiera significado. Por ejemplo la designación conceptual "periodismo de investigación" no puede ser sólo nominal e inmotivada, y consecuentemente arbitraria, sino debe corresponder a una práctica concreta dentro del periodismo, con una especificidad en la actitud periodística: planificación, uso de fuentes, utilización de procedimientos y técnicas indagatorias, elaboración de textos adecuados y una publicación constante, amplia y oportuna.

4) Son verificables. Significa que los conceptos son comprobables o refutables por medio de la experimentación. El concepto formulado debe expresar acertadamente las conexiones mostradas objetivamente por los procesos, y debe representarlas de una forma definida. Las abstracciones, como puede ser "producción periodística", deben implicar la verificación empírica, es decir, la comprobación en la práctica rutinaria del ejercicio periodístico. Por ejemplo, el concepto señalado tendrá que observarse en el procedimiento concreto del trabajo periodístico, que implica la realización de una serie de fases: determinación del hecho, indagación de datos y elaboración del texto periodístico.

III. INCREÍBLE E IMPRECISAMENTE "PRENSA"

La inexactitud en la manera de designar su profesión se evidencia a diestra y siniestra en los espacios donde se movilizan, las señales con que se identifican, los términos con que los nombran, etc. El error pasa inadvertido, se considera como lo más natural del mundo, y se evidencia poco interés por remediarlo por medio del uso de los términos precisos y adecuados de acuerdo a las características de un concepto propio del registro profesional.

El término "prensa" lo designa todo: se nombra a todos periodistas, indistintamente a la función que desempeñan; a las prácticas que ejercen en todos los medios de difusión, tenga o no-relación con la máquina que sirve para imprimir; al título de la credencial, estusiasmadamente sin importar que tenga o no que ver con el medio prensa; a una unidad de comunicaciones, sin darse cuenta que realizan un trabajo multimedia; a todo el gremio, sin percatarse de que trabajan para medios que no tienen como soporte el papel y la impresión, etc., etc.

Igual ocurre con otros términos. Por "reportaje" se entiende cualquier información; por "crónica", un collage; por "periodista"; un sonidista, un lector de noticias, un corrector de ortografía, un prensista; por "profesional del periodismo", un licenciado a medias o un empírico maestro del refrito, etc. Así como una ensarta de chorizos, circulan una cantidad de términos que, en lugar de unirlos la universalidad, la precisión y la claridad, se identifican por su ambigüedad y confusión.

Sorprende que esa imprecisión e inexactitud en la designación de su campo profesional resulta tan natural y cotidiano que no se molestan en investigar, debatir y determinar correctamente todos los términos referidos a los elementos, dimensiones, fenómenos y procesos del trabajo periodístico.

Al aplicarle las características del concepto, el término "prensa" no sale aprobado del examen. Reprueba porque no representa los diversos y complejos lenguajes periodísticos de los medios de comunicación actuales, ni sintetiza el proceso evolutivo del periodismo de acuerdo al cambio de soportes tecnológicos, ni tampoco se puede constatar en el ejercicio profesional. Hagamos una constatación etimológica con el apoyo de la historia de los medios de comunicación masivos para demostrar esta tesis de la impertinencia del término comodín.

Etimológicamente, el término "prensa" significa la máquina de imprimir, desde que se inventó la imprenta en el siglo XV. En el principio era de madera y se operaba a mano. Con la creación de la máquina de vapor, en el siglo XIX, y posteriormente con el invento de la electricidad, y recientemente, con la aplicación de los sistemas informáticos, se llega a las modernas y eficientes máquinas de hoy. En el desarrollo de esta tecnología, se encuentran los siguientes tipos de prensas tipográficas: las de platina o minervas, que es un sistema de plano contra plano; las de prensa plana o de cama plana, que es un sistema de plano contra cilindro; y el de las rotativas, que es un sistema de cilindro contra cilindro.

Implica que el concepto de "prensa" nace, precisamente, como resultado de la invención de la imprenta, atribuida a Johannes Gansfleisch Laden zum Gutenberg. Como sostiene James Burke(1997:120), la imprenta ocasionó la alteración más radical jamás realizada en la historia intelectual de occidente, cuyos efectos se han sentido en todas y cada una de las áreas de la actividad humana. Esta tecnología hizo posible que el conocimiento fuera ampliamente asequible y creó el espacio en que se pudieran florecer nuevas formas de expresión, como el periodismo escrito y el movimiento religioso de la Reforma.

Cuatro siglos después, en 1893,con el surgimiento de la telegrafía por radio (transmisión de mensajes con el código de Morse de un lugar a otro, sin el uso de cables), inventada por Guglielmo Marconi, y, posteriormente, tras finalizar la Primera Guerra Mundial, numerosas emisoras amateurs comenzaron a "radiodifundir" la voz junto con la música. Durante la década de los años 30,compañías privadas comenzaron a crear sistemas de radiodifusión, nuevo soporte tecnológico; comunicación sin cables, prensa y papel, y transmitían acontecimientos puntuales, como una declaración de guerra, un partido de béisbol, un servicio eclesiástico o un concierto, con una inmediatez sin precedentes mayor que el periódico, y con la posibilidad expresiva fónica, propia de la narración oral. Con esto, se conforma otra forma de hacer periodismo: el radiofónico.

Según Ray Gallon y Diana Seligsohn(1997:28-31), históricamente, la tecnología se ha desarrollado en tres etapas: la de la honda corta ("la primera generación"), la de la modulación de frecuencia ("La segunda generación") y la de la transmisión digital directa por satélite (Sistema DAB-Digital Audio Broadcasting), en proceso de consolidación.

Aun cuando las primeras emisiones televisivas en EE.UU. comenzaron en 1939, por retraso impuesto a su desarrollo a causa de la Segunda Guerra Mundial, su extraordinario crecimiento inicia a principios de los años 50. La televisión, que recientemente ha resuelto completamente la definición de la imagen (con la versión digital), ha cautivado a la población mundial por más de 45 años.

Ese éxito radica en que su lenguaje se acerca más al drama y al ritual (Edmund Carpenter, 1997:331).Significa que técnicamente este lenguaje combina la música y el arte, la lengua y el gesto, la retórica y el color. Con el nacimiento del periodismo televisivo, los públicos, en una noticia sobre un jurado, oye al acusador pero observa al acusado, en su auténtico drama. Favorece la simultaneidad de imágenes visuales y auditivas. La prensa o la imprenta , y en otros países latinoamericanos,"PRENSA" es sinónimo de periodismo.

Se supone que, por falta de interés profesional por usar un registro técnico del idioma, propio para la designación de la práctica periodística, se está utilizando erróneamente un concepto que ha dejado de ser representativo de la diversidad y complejidad del campo, precisamente desde que se comienza a ejercer en la radio, otro soporte comunicacional, diametralmente distinto al soporte papel.

Hipertrofia del término "prensa"

En su uso frecuente, se ha ampliado tanto que, desafortunadamente, el término aprehende tantas cosas, que se ha llegado hasta el extremo de utilizarlo para diferenciar ideológicamente los tipos de periodismo. Durante la intolerancia política de la década de los ochenta, en el marco de la guerra fría, se designaba como PRENSA BURGUESA a la práctica periodística cuya característica esencial era "servir de vehículo propagandístico de los explotadores y opresores, y como aparato ideológico de Estado, con el objetivo de desinformar, engañar y alienar a la población"; mientras que como PRENSA REVOLUCIONARIA a la práctica periodística cuya característica esencial era "la revelación de la verdad, la educación y la orientación del pueblo, en la construcción de una sociedad sin clases sociales".

La extensión que se le ha dado al concepto de "prensa", en lugar de evolucionar según el desarrollo de la práctica periodística, ha dado lugar a conceptos más imprecisos, que ha generado, por supuesto, un verdadero fenómeno de polisemia. Significa que tiene tantos significados como dimensiones tiene el campo profesional de las comunicaciones. Aun cuando el término no tiene nada que ver con el soporte tecnológico de los medios audiovisuales, cotidianamente se nombra indistintamente como "prensa televisiva" al PERIODISMO TELEVISIVO, "prensa radiofónica" al PERIODISMO RADIOFÓNICO; "prensa institucional" al PERIODISMO INSTITUCIONAL.

Pero todavía la imprecisión no llega a tanto como para designar "prensa prensa" al PERIODISMO IMPRESO; quizá, porque suena cacofónico; por eso se le nombra "prensa escrita", incluso sin superar la redundancia.

También, aun cuando el término no representa toda la actividad de comunicación institucional, al tratarse de ofertas informativas multimedia (fónicas, escritas, visuales o protocolares), en diferentes empresas se le denomina "unidad de prensa", "prensa y propaganda", "oficina de prensa", "secretaría de prensa", etc.

Es más, a las entrevistas colectivas que preparan los relacionistas públicos de las fuentes informativas compulsivas, se les denominan "conferencias de prensa"; al discurso escrito que distribuyen las mismas, en donde plantean su posición sobre determinado tema,"boletín de prensa". O, en otro caso, al discurso de la institución donde difunde su posición (aclaratoria o acusatoria) acerca de un hecho nacional en la que está involucrada, se le denomina "comunicado de prensa".

Asimismo, la imprecisión del concepto ha inundado la práctica del periodismo especializado, al nombrar, según el campo, "prensa deportiva", "prensa académica", "prensa medioambiental", "prensa política", "prensa económica", "prensa cultural", etc. Incluso, cuando se clasifica el contenido informativo por el lugar de origen, se utilizan los términos "prensa nacional", "prensa local", "prensa regional", "prensa internacional"; por su gentilicio, "prensa salvadoreña", "prensa cubana", "prensa musulmana", "prensa europea", "prensa hondureña", "prensa etcétera".

En el uso de conceptos para aglutinar al conjunto de trabajadores o de actividades del campo profesional del periodismo, se los nombra "trabajadores de prensa" o "jefe de prensa","secretaria de prensa","ordenanza de prensa", etc.
También, en el marco de los espacios lúdicos de los informadores, específicamente de los que gustan frecuentemente desestresarse con un par de cervecitas o "traguitos", se los califica como "prensa alcohólica".

Los porqués de la vaguedad

Siguiendo el planteamiento de Stephen Ullmann (1978: .141 y ss), los motivos de la vaguedad o imprecisión en el uso del término "prensa" pueden ser los siguientes:

1. Falta de fronteras bien delimitadas en el mundo profesional del periodismo. Significa que las acciones cotidianas en la producción de la información no están claramente definidas. No hay una clara distinción entre las experiencias concretas y las abstractas. Implica que con el uso del término "prensa" se dividen las unidades discretas de los fenómenos que supone todo el quehacer periodístico.
Consecuentemente, se funde unos fenómenos con otros. Resulta que, a diferencia de otros cambios profesionales, el gremio de periodistas no tiene bien diferenciado y designado su campo de actividades y los sujetos que las realizan, por ejemplo, periodista a cualquiera, aun cuando no tenga que ver esencialmente con la construcción del presente social actual.

Obviamente, si todavía no se ha logrado conseguir esa clara distinción entre abstracción y práctica, resulta más cómodo designar como "prensa" todo lo que se refiere al periodismo que hacer la distinción de cada una de las actividades productivas relacionadas con la información periodística.

2. Falta de familiaridad técnica con las cosas que representan porque son actividades de otros planos profesionales. Resulta paradójico que la información periodística en el mundo actual es clave para la civilización, sin embargo, ni los mismos periodistas se han acostumbrado a designar claramente los componentes de su campo profesional. Ocurre que en el campo de las comunicaciones los sectores no mantienen una correspondencia profesional que les dé unidad social: Aun cuando lo necesitan para consolidarla, los periodistas, en su mayoría, están completamente divorciados del mundo técnico o académico., Por ejemplo, suelen nombrar frecuentemente de modo empírico las cosas; el nombramiento categórico no es costumbre. Esto permite que los periodistas en sus designaciones sean bastantes simplistas y superficiales.

3. Carácter genérico de las palabras. En la comunicación verbal, a excepción de los nombres propios y de un pequeño grupo de nombres comunes que se refieren a objetos únicos, las palabras denotan, no entidades singulares, sino clases de cosas o de acontecimientos ligados por algún elemento común. Por esta generalidad, el término usual de "prensa" no corresponde a la oposición entre genérico y particular, entre abstracto y concreto. Se le da un sentido tan vasto que se reduce a la pobreza léxica.

IV. CONCLUSIÓN: CONCIENCIA LINGÜÍSTICA EN EL CAMPO PROFESIONAL

Para romper con ese círculo de imprecisiones en el uso de términos relacionados con la profesión, manifiesto hasta en los periodistas más talentosos del país y de toda Iberoamérica, pienso que es necesario que las instituciones involucradas en el campo profesional deben tomar en cuenta las siguientes sugerencias:

1. Reconocer que el campo profesional de las comunicaciones requiere una autoevaluación de todo el marco de referencia, que permita asumir una conciencia lingüística seria y, consecuentemente, que conceptualice todas y cada una de las acciones de las prácticas profesionales de una forma eficaz y correcta.

En esta discusión deben estar integrados: Las universidades que ofrecen las carreras relacionadas a esta especialidad, bajo cuya responsabilidad está gran parte de la corrección del lenguaje técnico del campo profesional; los medios de comunicación social que son los responsables de producir y/o distribuir la información, que se constituyen en modelos en el uso del idioma en El Salvador; los comunicadores profesionales que son los encargados directos del buen uso de los términos que los denominan, y los investigadores especializados en el tema, que son los responsables de estar pulsando rigurosa y sistemáticamente lo que acontece en todo el campo profesional.

2. Cada uno de los sectores aludidos debe asumir su papel en esta tarea imprescindible en el desarrollo profesional de las comunicaciones, que indudablemente pasa por apropiarse de un registro lingüístico especializado.

Los investigadores de la comunicación, especialmente los especializados en filosofía del lenguaje y en lingüística, deben a través de sus pesquisas establecer el estado actual del uso de la lengua castellana en el campo profesional, con la finalidad de diseñar una radiografía del habla profesional de los comunicadores; además, proponer un cuadro lexicográfico especializados para todos y cada uno de los comunicadores, con el propósito de construir un referente lingüístico a todo el gremio.

Los profesionales de los medios, con una actitud autodidacta, primero deben apropiarse de un léxico técnico de los conceptos referidos al campo profesional y de otros campos relacionados con los temas que abordan en sus informaciones, y, segundo, en su quehacer informativo diario deben hacer el esfuerzo por designar sus actividades profesionales de la manera más precisa, de modo que se vaya socializando y consolidando el uso de conceptos precisos, con lo cual se evitará la ambigüedad.

Los profesores universitarios, como responsables de heredar a los futuros profesionales los conocimientos científicos acumulados en las ciencias de la comunicación, especialmente en la teoría periodística, deben esforzarse por enseñar un marco conceptual riguroso de la profesión, que no sólo sea actualizado, sino nombrado con los términos más precisos.

Considerando que la formación universitaria es esencial e imperecedera en la vida profesional de los comunicadores, el profesorado debe asumir con seriedad la enseñanza de los términos precisos, los cuales sobrevivirán a los embates de la imprecisión del habla técnicas en los medios de comunicación.

Los dueños de comunicación tienen una responsabilidad en esta dirección: deben diseñar y aplicar con la participación de personal especializado un libro de estilo en cada uno de sus medios, que abarque tanto la normativa institucional sobre el tratamiento periodístico de los hechos, como las reglas de cómo nombrar la propia actividad del periodista.

V. FUENTES CONSULTADAS

- Baylon, Christian y Xavier Mignot (1996): La comunicación, Madrid, España, Ediciones Cátedra.
- Carpenter, Edmund (1997): "El papel y la imprenta de molde. De China a Europa", en La comunicación en la historia. Tecnología, cultura y sociedad, Bosch Casa Editorial, Págs. 331.
- De Funcuberta, Mar (1993): La noticia. Pistas para percibir el mundo, Barcelona, España, Editorial Paidós
- De Gortari, Elí (1979): Introducción a la lógica dialéctica, México, Editorial Grijalbo.
- Ducrot, Oswald y Tzvetan Todorov (1974): Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje, Argentina, Editorial Siglo XXI
- James Burke(1997): "La comunicación en la edad media", en La comunicación en la historia. Tecnología, cultura y sociedad, Bosch Casa Editorial, Págs. 120.
- Ortuño Martínez, Manuel (1999): Teoría y práctica de la lingüística moderna, México, Editorial Trillas
- Ray Gallon y Diana Seligsohn(1997:28-31)
- Rosental, M.M y otros (1985): Diccionario filosófico, México, Editorial Grijalbo.
- Rosental, M.M y G: M Straks (1960): Categorías del materialismo dialéctico, México, Editorial Grijalbo.
- Seco, Manuel (1980): Gramática esencial del español. Introducción al estudio de la lengua, Madrid, España, Editorial Aguilar.
- Ullmann, Stephen (1978): Semántica. Introducción a la ciencia del significado. Editorial Aguilar, Madrid, España.


Mtro. Mario Alfredo Cantarero
Investigador, profesor de metodología de la investigación y coordinador de postgrados e investigaciones de la escuela de ciencias de la comunicación de la Universidad "Dr.. José Matías Delgado",El Salvador,Ccentroamérica

.