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Por Josefa Erreguerena
Número 25
"Sería
superficial e insuficiente decir que toda sociedad 'contiene' un
sistema de interpretación del mundo. Es toda sociedad un
sistema de interpretación del mundo; y aun aquí el
término interpretación resulta superficial e impropio.
Toda sociedad es una construcción, creación de un
mundo, de su propio mundo. Su propia identidad no es otra cosa que
ese sistema de interpretación, ese mundo que ella crea. Y
ésa es la razón por la cual (como ocurre en cada individuo)
la sociedad percibe como un peligro mortal todo ataque contra ese
sistema de interpretación; lo percibe como un ataque contra
su identidad, contra sí misma"
Castoriadis; 1994
Introducción
El concepto de Imaginario Social pude convertirse en algo muy teórico,
por ello, en este artículo hemos intentado explicarlo a partir
de un acontecimiento concreto. El año 2001 marcó un
inicio de siglo lleno de sorpresas y catástrofes. Considaramos
que los ataques terroristas a las Torres Gemelas perpetrados el
11 de septiembre marcan una transformación profunda en el
imaginario social de todo el mundo.
Hasta ahora el terrorismo y la posmodernidad
han sido analizados desde el punto de vista sociológico y
psicológico como producto de una época del vacio y
la información, donde el individuo siempre está en
el centro. El individualismo extremo, en el capitalismo, ha convertido
al sujeto en responsable de su existencia presionándolo mediante
el consumo en la idea de: eres lo que tienes. Por otra parte ha
responsabilizado al Estado del proceso democrático y por
ende de satisfacer sus necesidades de seguridad. y bienestar.
El 11 de septiembre se ataca al
centro de la globalización mundial, al centro político
de la potencia mas poder del mundo, se hiere los símbolos
centrales del capitalismo y esto hace cambiar el imaginario social
en dos sentido: a) aprendemos a vivir con miedo, el Estado ha demostrado
su incapacidad para proteger a sus ciudadanos, b) El concepto del
Mal se transforma, otra vez, en algo externo en el Otro, en lo diferente,
que debemos exterminar
Otro aspecto que hace relevante
este hecho es que fue una tragedia transmitida en vivo a todo el
planeta, el mundo entero fue testigo de este drama, la televisión
mostró los hechos en el momento que sucedían.
En México existe un dicho
popular que afirma que si Estados Unidos estornuda a nosotros nos
da Pulmonía, los acontecimientos del 11 de septiembre lo
confirman todas las cadenas televisivas transmitían las imágenes
de CNN, y desde luego estos hechos afectarán a México
tanto en la esfera política como económica.
Por todo ello el presente trabajo
tiene por objetivo tratar de explicar cómo funciona el imaginario
social en la sociedad llamada postmoderna, para ello hemos seleccionado
el caso particular de los atentados del 11 de septiembre del 2001
en los Estados Unidos.
Iniciamos con una breve explicación
de qué es la modernidad y el concepto de imaginario social,
para tratar de entender como funciona el imaginario. Hemos expuesto
que fueron los atentados terroristas del 11 de septiembre . Posteriormente
analizamos los símbolos que atacaron y el manejo de estos
hechos como la síntesis del Mal. Finalmente realizamos un
breve revisión de cómo los medios como instituciones
del imaginario manejaron estos hechos.
Postmodernidad
La modernidad es un proyecto inacabado", así empieza
Habermas1 su libro en el que intenta
dar respuesta al trabajo de Lyotard2,
y reconstruir el discurso filosófico de la modernidad; aclara
que el discurso de la modernidad queda elevado a tema filosófico
desde finales del siglo XVIII. Por su parte, Josep Pico3
nos da una visión general de cuál es el debate, y
por qué es importante para comprender a la sociedad moderna4.
Para Pico, la modernidad es un proceso
histórico; para la burguesía, la modernidad es una
filosofía que reclama la libertad individual y el derecho
a la igualdad ante la ley contra la opresión estamental.
La tarea de la modernidad es construir un mundo comprensible, donde
la razón institucionalice el juego de fuerzas políticas
y sociales sobre la base del libre contrato entre seres iguales.
El Estado sólo tendrá un papel de árbitro conciliador
entre el interés particular y el universal. Latur5
explica la importancia de la Constitución para la modernidad.
- Perrés sintetiza las principales
características de la modernidad:
- Un verdadero culto a la razón.
- Una creencia desmedida en la
ciencia, portadora de verdad y disipadora de todas las falsas
ilusiones.
- Un proyecto de emancipación
humana, individual y social.
- Una profunda convicción
evolucionistas de la historia; la civilización supone siempre
un progreso racional, una evolución.
- Una clara y expectante preeminencia
del futuro, de lo nuevo, sobre el pasado y lo viejo que podría
sintetizarse en un adagio: Todo tiempo futuro será mejor6.
El fracaso de esta razón
burguesa, o del Estado burgués, se pone de manifiesto en
los siglos XIX y XX en todos los aspectos deshumanizadores y alienantes
de la sociedad capitalista, da pie a la economía política
de Marx, a la reivindicación hegeliana del Estado moderno,
como manifestación más alta de la razón.
Sin embargo, Pico advierte que el
modernismo siempre habla del futuro en términos optimistas;
el futuro sólo retomaría lo bueno y desecharía
lo malo del capitalismo. A finales de este siglo, lo anterior es
claro si pensamos en los niveles de injusticia y el enorme problema
que existe en todos los países pobres y de extrema pobreza7.
Para Habermas el proyecto de modernidad
está inacabado y es recuperable mientras se reconstruya el
proceso de racionalidad con posturas teóricas y se eliminen
aspectos patológicos que han aparecido en el desarrollo de
la modernidad8. Por tanto, la
autorreflexión emancipadora que propone Habermas depende
de una reconstrucción racional a las condiciones universales
del desarrollo de la razón.
El primer trabajo de Habermas sobre
la transformación estructural de la esfera pública,
retoma, de una manera novedosa y reveladora, algunos temas de la
crítica cultural. Habermas explora el origen y la desintegración
subsecuente de lo que llama "la esfera pública"
por medio del desarrollo de las instituciones del siglo XVII. El
nacimiento de la comunicación de masas requirió de
un ámbito de comunicación y debate, por ello la esfera
pública burguesa creó un foro en el Estado podía
ser criticado y llamado a justificarse ante un público bien
informado y razonador; éste era un foro limitado y frágil,
y fue socavado por el desarrollo del Estado y las instituciones
sociales en el siglo XIX. Las grandes organizaciones comerciales
de la comunicación masiva han transformado de manera fundamental
la naciente esfera pública, de tal modo, que el potencial
crítico inherente a ella ha sido truncado o empujado a la
clandestinidad; hoy retiene su valor más como una promesa
o como un principio inminente de crítica que como realidad
institucionalizada.
Habermas en The Structure Transformation
of the Public Sphere9 plantea
que aunque la distinción público-privado data de la
Grecia clásica, asumió una forma nueva y distintiva
en la Europa de los siglos XVII y XVIII que vivía un rápido
desarrollo del capitalismo y el establecimiento del estado burgués.
La autoridad pública pasó a referirse, cada vez más,
a una actividad relacionada con el Estado, es decir, a las actividades
de un sistema de Estado que tenía esferas de jurisdicción
legalmente definidas y un monopolio de uso legítimo de la
violencia. La sociedad civil emergió como un campo de relaciones
económicas privatizadas que se establecieron bajo la protección
de la autoridad pública. El ámbito privado comprendía
tanto una economía expansionista como las relaciones personales
que se desprendían de esta expansión y que se anclaban
en la institución de la familia conyugal. Entre el ámbito
de la autoridad pública, por un lado, y el ámbito
de la sociedad civil y de la esfera íntima por el otro, emergió
una nueva esfera de "lo público", formada por individuos
de la burguesía que se reunían para debatir entre
ellos y con las autoridades la regulación de la sociedad
civil y la conducta del Estado. En tanto que los primeros desplegados
de noticias y periódicos se interesaban por diversa información,
la prensa del siglo XVIII se orientó hacia la expresión
de puntos de vista políticos. Habermas incorporaba la idea
de que una comunidad de ciudadanos, quienes se reunían como
iguales en un foro ajeno tanto a la autoridad pública del
Estado como a los ámbitos privados de la sociedad civil y
de la vida familiar, eran capaces de emitir una opinión pública
mediante la discusión crítica y razonada.
La comercialización de la
comunicación masiva destruyó paulatinamente su carácter
de medio de la esfera pública, pues el contenido de los periódicos
y otros productos se despolitizó, se volvió sensacionalista
a fin de aumentar las ventas, y comenzó a tratar a los receptores
como consumidores tanto de medios como de aquellos productos de
los obtenían ingresos por anunciarlos.
El desarrollo de los siglos XIX
y XX socavó la esfera pública burguesa y transformó
el principio de publicidad en un arma de intereses creados; Habermas
no descarta la posibilidad de que las ideas y los principios incorporados
originalmente a la esfera pública puedan reconstruirse sobre
otra base.
Por su parte Lipovetsky10
explica como la modernidad es un rebelión contra sí
misma y contra los valores burgueses, es ante todo una exaltación
del yo. Surge en el modernismo un individualismo ilimitado y hedonista,
realizando lo que el orden mercantil y la ética protestante
habían contrarrestado. Los valores fundamentales del modernismo
son: hedonismo, la eficacia y la igualdad, en particular la igualdad
de oportunidades. El postmodernismo por su parte lleva al extremo
estos valores11.
Imaginario Social
Es Castoriadis quien acuña el término Imaginario Social;
"Lo que he denominado, desde 1964, el imaginario social -término
retomado desde entonces y utilizado un poco sin ton ni son-, y,
más generalmente, lo que llamo el imaginario, no tiene que
ver con las representaciones que habitualmente circulan bajo su
nombre
El imaginario no existe a partir de la imagen en el
espejo o en la mirada del otro. Más bien ' el espejo' mismo
y su posibilidad, y el otro como espejo, son obras del imaginario,
que es creación ex nihilo
El imaginario del
que hablo no es imagen de
es creación incesante y esencialmente
indeterminada (social-histórica-psíquica) de figuras/formas/imágenes,
y sólo a partir de éstas puede tratarse de 'algo'.
Lo que llamamos 'realidad' y 'racionalidad' son obras de esta creación"12.
El cual representa la concepción de figuras/formas/imágenes
de aquello que los sujetos llamamos "realidad", sentido
común o racionalidad en una sociedad. Esta "realidad"
es construida, interpretada, leída por cada sujeto en un
momento histórico social determinado. Esta concepción
de figuras/formas/imágenes es una obra de creación
constante por parte de cada sujeto inmerso en una sociedad, de este
modo ejerce su libertad, se transforma y va transformando el mundo
que lo rodea. La concepción de las significaciones imaginarias
sociales es solidaria del registro de lo histórico-social,
como registro que Castoriadis instituye para mostrar las profunda
articulación e interdependencia entre la psique y la sociedad.
La subjetividad es producto de la incorporación de significaciones
imaginarias sociales de la sociedad a la que pertenece13
.
Por otra parte lo que hemos visto
amenazado en este inicio de siglo es sin duda los símbolos
centrales del capitalismo norteamericano.
El símbolo es un signo (unidad:
significante, significado y significación) que tiene una
segunda interpretación14.
El símbolo no tiene, necesariamente, un referente directo;
lo tiene cuando se refiere a un objeto, pero no cuando se trata
de una idea, emoción o sentimiento. Cada sociedad constituye
su propio simbolismo, aunque sin total libertad, a partir de lo
natural, histórico y racional15.
Para Castoriadis el simbolismo supone
la capacidad de establecer entre dos términos un vínculo
permanente, de modo que uno de éstos "represente"
al otro. Sólo en las etapas avanzadas del pensamiento racional
el significante, el significado y su vínculo sui generis
pueden continuar simultáneamente unidos y distintos, en una
relación firme y flexible.
En el proceso de comunicación
del hombre, el símbolo es entendido como unidad cultural
y universal. Fromm (1951) afirma que el único lenguaje universal
es el de los símbolos, sueños, mitos: el lenguaje
y, paradójicamente, la imagen hablan con símbolos.
El imaginario social los utiliza como una representación
colectiva.
Esta representación va más
allá de la percepción de los objetos o de las ideas;
encontrar la interrelación de los significantes y de los
símbolos rebasa la repetición o comprensión
del mundo; es la capacidad creativa e individual para encontrar
nuevas relaciones y significados de los símbolos como unidades
culturales.
Castoriadis señala que el
imaginario debe utilizar lo simbólico, no solamente para
"expresarse" sino, simplemente, para "existir";
para ir más allá de lo virtual. De esta unión,
constitutiva del signo significante, tres corolarios nos parecen
fundamentales:
1. La capacidad de reactualizar
la imagen del objeto en ausencia del objeto real.
2. Del signo significante surge también una ruptura en el
tiempo que permite la instauración de una relación
reversible en tiempo irreversible.
3. La significación resulta de la interacción social;
un lenguaje no es individual sino resultado de una convención
social17.
Las instituciones se dan en forma
de redes simbólicas, Castoriadis afirma que las instituciones
no se reducen a lo simbólico, pero sólo así
existen.
El imaginario social no es una invención
individual, se presenta en un momento social histórico concreto:
actos reales, individuales o colectivos, como son el trabajo, el
amor, el parto, hechos incomprensibles fuera de la red simbólica,
colectiva y social18.
Terrorismo Posmoderno
El terrorismo en la posmodernidad es sobre todo mediático.
Gubern19 explica como la presencia
de la violencia y la muerte en los medios han acabado por hartar
a la opinión pública estadounidense, películas
como Asesinos por naturaleza presentan una crítica inteligente
de cómo los medios hacen héroes de los asesinos en
serie, o como Crash presentan la necesidad del hombre y mujer
promedio norteamericano de cierta cantidad de violencia para sentirse
vivos
El año 2001 sucedió
lo increíble, la gran potencia del mundo sufrió la
destrucción de símbolos centrales del capitalismo
norteamericano tanto del poder político, económico
y militar. Tres atentados terroristas el 11 de septiembre marcan
el nacimiento del siglo XXI, a las 8:45 a.m. un Boing 767-200 de
American Airlines con 92 personas a bordo se estrella contra la
Torre Norte del World Trade Center, 18 minutos después un
Boing 767-200 con 65 personas a bordo se impacta contra la Torre
Sur dente
el Boing 757 de United Airlanes con 45 pasajeros se desploma cerca
de Pittsburg, se confirma que se dirigía a la Casa Blanca
pero los pasajeros frustraron el intento. Estados Unidos cierra
el espacio aéreo norteamericano y el presidente Bush a bordo
del avión presidencial viaja a búnkeres y bases militares
y promete cazar y castigar ejemplarmente a los culpables de los
atentados Se declara la primera guerra del siglo y es contra el
terrorismo, es la primera vez que no existe un Estado enemigo no
es un país y ni siquiera se tiene claro quién organizó
y financió los ataques. Se señala a Osama bin Laden
y su red Al-Qaeda refugiado en Afganistán bajo el régimen
taliban como responsable
Estados Unidos recibe el apoyó
de distintos países con diversos grados de involucramiento:
La OTAN, Rusia, Canadá, Australia, la India, Pakistán,
Arabia Saudita, China y Turquía También México,
Francia, Gran Bretaña, Japón, Alemania, Italia, España,
Irán, Irak y Cuba20.
Toda sociedad es un sistema de interpretación
del mundo, por lo tanto, sí atacamos sus símbolos
esa sociedad se sentirá amenazada en su totalidad, cuestionando
su propia identidad
Cada sociedad construye símbolos
sobre sus valores y poderes los atentados del 11 de septiembre,
afectaron a íconos centrales del capitalismo:
- World Trade Center: (La globalización)El
centro mudial del comercio como el símbolo de la globalización
y de la hegemonía de los Estados Unidos.
- Las líneas aéreas:
El avión para los norteamericanos es la forma natural de
transportarse, los atentados lograron cuestionar la seguridad
de los pasajeros.
- El Pentágono:(El poder
político) Si existía un lugar que se consideraba
invencible era el espacio aéreo del Pentágono. Con
el ataque quedó clara su vulnerabilidad..
- Garantías individuales:
Con los ataques terroristas el Estado norteamericano dio mayor
importancia a la seguridad que a la libertad, los aeropuertos,
los centros comerciales, restaurantes etcétera se vieron
invadidos por cuerpos policiacos . El Estado demostró su
incapacidad para autoprotegerse y proteger a sus ciudadanos. El
modo de vida norteamericano nunca será igual la amenaza
pende sobre lo cotidiano.
- Xenofobia. La identidad de los
norteamericanos, el Otro; el árabe, el mexicano, el diferente
se convierte en un sospechoso. El cierre inmediato de las fronteras
hicieron que el imaginario encontrara en cada extranjero un posible
delincuente. Como en los inicios del fascismo en particular con
la aparición del monstruo en el cine a mediados del siglo
pasado el extranjero se convierte en la personificación
del mal, resulta una amenaza para la forma de vida norteamericana.
- La cruzada. Bush en un intento
de reaccionar frente a la tragedia llama a la guerra "cruzada"
luego cambia los términos y la llama "Justicia infinita"
para finalmente nombrarla "Libertad duradera" . Su discurso
es muy claro -
- Quien no esta con nosotros está
contra nosotros y esta es la guerra del bien contra el mal.-
El Mal
El presidente Bush no pudo explicar con más claridad la orientación
de sentido de esta guerra contra el terrorismo; el bien es el sistema
de vida norteamericano, el capitalismo, la modernidad con sus valores
. Lipovetsky explica cuales son estos valores: el hedonismo, la
eficacia y la igualdad21.
El concepto del Mal, no es claro
y es justamente el centro de la discusión, el mal es ante
todo el Otro, el suicida capaz de matar en nombre de Ala, de sacrificar
su único valor; la vida.
La construcción imaginaria
del mal, como una figura donde depositamos los miedos y proyectamos
las culpas, ha existido desde el inicio de la humanidad, en diferentes
versiones, dependiendo de la cultura y de sus símbolos.
Para comprender el imaginario del
mal en el mundo occidental es necesaria una breve descripción
de las transformaciones que ha sufrido a través de la historia22.
Sostenemos que el pensamiento de Occidente se basa en el pensamiento
griego.
Platón afirma en El Banquete23
que "Eros es un demonio": una visión del amor
entre los griegos. Esta aseveración es fundamental para el
desarrollo de la cultura griega, y por consiguiente para el de la
civilización moderna24.
El término demonio
fue traducido del latín como genii (o jinni)
y es un concepto de la antigua religión romana del cual deriva
la palabra genio, que originalmente aludía a una deidad tutelar
o un espíritu que guiaba el destino de talento o de especiales
dotes mentales de una persona. Como genius (la raíz
de esta palabra latina es genere) significa generar o engendrar,
lo demoniaco es la voz de los procesos generadores en el seno del
individuo. Lo demoniaco es esa estructura única de sensibilidad
y fuerzas que constituye al individuo como un yo en relación
con su mundo. Aristóteles creía que los sueños
podrían llamarse demoniacos, y decía "la naturaleza
es demoniaca". Freud cita esta observación y agrega
que contiene "un sentido profundo si se le interpreta correctamente"25.
Los griegos se complacían
en contar las aventuras y desventuras de los dioses; ése
es el tema de los poetas. Lo que los griegos llamaban theios (divino)
define algo en lo que los hombres no intervienen, los dioses, en
cambio, lo dirigen para su beneficio26.
En el pensamiento griego la cuestión
del mal no sitúa al hombre en el centro del universo sino
a los dioses; al hombre se le ha asignado a una serie de regiones
del kosmos ubicadas entre los dioses y los animales27.
Si entre los griegos existe un pensamiento del mal se trata de un
pensamiento cósmico que se desarrolla partiendo del Otro.
El pensamiento trágico griego concibe al mal como una guerra
liberada en el seno del Ser.
En la mitología griega existe
una temática persistente del mal concebido como algo extraño,
como figuras fantásticas de la maldad: arpías, sirenas
y monstruos legendarios. El hombre no puede intervenir en las acciones
de los dioses pero sí puede ser maldecido o iluminado por
estas figuras.
Para Sichére la palabra
judía tiene como condición la revelación
de un Dios que no se ve, que crea este mundo y que habla al hombre;
surge así la dimensión de la historia que rompe con
el pensamiento de la primacía del Ser; asimismo, se dice
que el pensamiento judío del mal está expuesto en
la narración bíblica de la primera falta: la afirmación
enigmática de una anterioridad del mal respecto del hombre
y la de un destino eminente del hombre como interlocutor de Dios,
destinatario de su palabra o sujeto libre. El pensamiento judío
del mal no es puro o impuro, sino un pensamiento que invita a afrontar
el mal como "misterio de iniquidad", y exhorta a pasar
el punto de angustia más allá del cual está
reafirmada la dimensión trascendente del Pacto28.
Hablar del cristianismo como un
"acontecimiento" significa restituirle su consistencia
declarada: realización del mensaje bíblico, fragmentación
de la historia en dos partes y promesa fundadora de una nueva historia.
Esta revelación tiene como
médula la imposibilidad de la encarnación, empero
no piensa ya en la "muerte de Dios" (lugar común
del ateísmo contemporáneo) sino en la "muerte
de la muerte"... ésta es la condición de todo
pensamiento del mal. Se dice, además, que la dramaturgia
del mal, de Cristo, culmina en el instante de la agonía,
pues es el punto de intersección entre la historia y la nueva
historia concebida como obra de la salvación y promesa de
resurrección29.
En el pensamiento cristiano, expresado
particularmente por San Agustín, el combate al mal es subjetivo
y en pugna constante entre las pasiones y el deseo de Dios. Si el
ser humano toma la opción de las pasiones del mal es un mal
radical, y esto implica el
uso de la libertad para optar entre el bien y el mal30.
Ya en la Edad Media se considera
que el ámbito imaginario medieval de lo "diabólico"
debe comprenderse partiendo de la coherencia interna del discurso
de la fe y, al mismo tiempo, de la evolución histórica
de ese discurso. Ese mundo imaginario medieval tiene que ver con
la angelogía y con la demonología orientales: se puede
comprobar la insistencia de una visión dualista, hasta gnóstica,
que no debe aislarse de la preocupación cristiana de sí
mismo ni de la escatología de la salvación. En el
siglo XIV empieza a aglutinarse en un intenso sentimiento del miedo,
sufrimiento y de la muerte.
El ejemplo del posible punto antípoda
de la imaginación creadora es Sade, en cuyos textos destaca
la atrocidad como momento de angustia, asimismo representa "la
complejidad del momento histórico del que es contemporáneo".
El hecho de que ese momento sea el del sujeto moderno concebido
como ateo puede discernirse en las obras de Molière: Don
Juan encarna abiertamente el deseo del ateo por cuanto movimiento
de su desafío implica un momento de atrocidad... Sichére
sostiene que la ficción sadiana, como antiteología
del mal extremo, es la respuesta atea a la dramaturgia cristiana
de la salvación. Si el ateísmo integral como libertinaje
es un atolladero, Sade representa el mal radical como lo impensado
de la razón moderna31.
Lo demoniaco, como aquí se
ha definido, concuerda con el concepto de la "percepción
de la sombra" de Jung32.
"La sombra no es el total de la personalidad inconsciente.
Representa cualidades y atributos desconocidos o poco conocidos
del ego, aspectos que, en su mayoría, pertenecen a la esfera
personal y que también podrían ser conscientes. En
algunos aspectos, la sombra también puede constar de factores
colectivos que se entroncan fuera de la vida personal del individuo."33
Von Franz nos sigue diciendo: "La
sombra no consiste sólo en omisiones. También se muestra
con frecuencia en un acto impulsivo o inesperado[...] La sombra
contiene generalmente valores necesitados por la consciencia, pero
que existen en una forma que hace difícil integrarlas en
nuestra vida[...]
Si la figura de la sombra contiene formas valiosas y vitales, tienen
que ser asimiladas a experiencias afectivas y no reprimidas. Corresponde
al ego renunciar a su orgullo y fatuidad y vivir conforme a algo
que parece obscuro, pero que, en realidad, puede no serlo. Esto
ha de adquirir un sacrificio tan heroico como la conquista de la
pasión, pero en un sentido opuesto."34
En la actualidad, afrontar la insistencia
del pensamiento del mal supone la consideración de los discursos
de la política, el psicoanálisis, la literatura y
el cine. Sichére afirma que la política, como fuerza
de verdad, concibe las tres formas del mal: la barbarie colectiva,
la criminalidad extrema y la delincuencia. Esta concepción
parte de la trascendencia de la ley (que nombra al sujeto del crimen
como sujeto destinado a la redención: "axioma de Dimitri
Karamazov"), y de la afirmación rebelde del "sujeto
soberano" que trasciende todo orden social y toda legalidad.
Se recuerda que el discurso analista aborda la dimensión
del mal bajo los auspicios de la pulsión de muerte y de la
"Cosa", e intenta responder a la crisis de la sublimación
moderna por medio de la ética.35
Por su parte Lacan llamó,
en 1960, en el seminario "La ética del psicoanálisis",
al mal radical como la "Cosa", y la define como la región
límite que se encuentra de lado de toda subjetividad, como
el vacío que se encuentra en toda operación subjetiva.
La imagen del mal permitirá encontrarnos con nuestra sombra
en su nivel social en los diferentes mitos y rituales. En el cine
sobran ejemplos: Conversación con el vampiro, Seven, El
abogado del diablo, Asesinos por naturaleza, donde el diablo
existe como construcción simbólica y profundamente
significativa en la sociedad actual.
Para Baudrillard36
, en la sociedad actual, el mal se ha metido en todas partes; tenemos
tanto miedo de enfrentarlo que preferimos disfrazarlo o ni siquiera
nombrarlo. "Todo lo que expurga su parte maldita firma su propia
muerte." Éste es el teorema de la parte maldita, el
pensamiento del posmodernismo que representa una lógica en
el campo de las ideas: la perpetua reduplicación de uno de
los términos "resuelve" toda contradicción,
pero en realidad sólo la encubre37.
La energía o violencia de
la parte maldita es la misma del principio del mal: el caos, el
desorden y el desarreglo, motivan la búsqueda de un nuevo
orden o un nuevo caos38.
Para Baudrillard el principio del
mal implica un juicio crítico y criminal de las cosas; este
juicio es, hasta hoy, públicamente impronunciable en cualquier
sociedad (¡incluso liberal como la nuestra!); esta intolerancia
se ha convertido en un muro que parece indestructible39.
La totalidad del bien y del mal
nos supera, pero debemos aceptarla por completo. No existe ninguna
comprensión de las cosas al margen de esta regla fundamental.
Los medios masivos como instituciones
del imaginario social
En la llamada sociedad informática o sociedad posmoderna
la perpetua reduplicación de uno de los términos encubre
la contradicción de los opuestos. Para Jean Baudrillard lo
cultural, aun en sus aspectos obscenamente violentos, se presenta
como un espectáculo continuo -predominantemente visual- reducido
a lo efímero y transparente que se agota en el vértigo
de la mirada40.
El desarrollo tecnológico,
la radio, la televisión, el cine o la Internet han transformado
el orden simbólico, han trastocado nuestra percepción
del tiempo y del espacio, de lo público y lo privado, del
bien y del mal.
Los actos terroristas del 11 de
septiembre fueron un acto mediático en especial televisivo.
Después del primer avión estrellándose pasaron
18 minutos lo que dio tiempo a todas las cadenas televisivas a transmitir
el impacto del segundo avión. Una hora después se
transmitía desde el humo saliendo del Pentágono y
la caída del avión en Pittsburgh . Las imágenes
que transmitían los noticiarios no requerían comentarios,
la radio por su parte trataba de describir lo que la televisión
mostraba. Todos los comentaristas especulaban.
"La televisión tuvo
así, la función de aproximarnos a la catástrofe.
Al permitirnos estar implicados en esta aunque fuera como testigos,
nos hizo también participes del temor que suscitaron los
atentados"41 . La televisión
hizo creíble lo inaudito; los grandes símbolos del
capitalismo fueron atacados, las torres Gemelas se desplomaban creando
una visión terrorífica. Ni la más aguda imaginación
en el cine imagino que algo así podría pasar. Los
seres humanos muriendo, saltando por las ventanas.
Las cadenas mexicanas se limitaron
a transmitir la información y las imágenes que provenían
de las agencias internacionales en particular de CNN, todas las
mismas imágenes. La torre ardiendo y el impacto del segundo
avión. Las torres desplomándose.
En general todos los analistas42
coinciden en el comportamiento ético y humanitario de las
cadenas televisoras era tal la magnitud de la tragedia que cancelaron
la publicidad y no difundieron imágenes inecesariamente violentas.
Sin embargo la televisión Mexicana se convirtió en
un reforzador de los valores y la política norteamericana,
nunca se cuestionaron las causas de los atentados o la agresión
prometida por los Estados unidos
La prensa escrita por su parte dedicaron
sus ocho columnas a las imágenes de los ataques terroristas,
proyectaban su asombro sin poder explicar mucho más de las
imágenes de la televisión.
La Internet se saturó miles de usuarios trataron de informarse
por este medio pero quedo claro que todavía no tiene el desarrollo
necesario frente a una emerencia de tal magnitud.
Para Gubern ".. El complemento
natural del terrrismo global es la televisión global en directo,
que nos permite participar sin daño, ni riesgo en el espectáculo
del terror"43 Los medios
de comunicación tuvieron una actitud, muy clara, nos hicieron
testigos participantes de un acontecimiento. Ver para creer y todos
creímos nos transmitieron en vivo y en directo un acontecimiento,
que en este caso modifica nuestra concepción del mundo, del
poder, del Estado y del terrorismo. La inseguridad, el miedo es
un sentimiento permanente frente al Otro a lo desconocido. A partir
de ese momento el modo de vida norteamericano y nuestro imaginario
sobre ese modo de vida ha cambiado. Es vulnerable y frente al terrorismo
no tiene mecanismos de defensa.
Notas:
1
(Habermas; 1989: 9).
2 (Lyotard; 1995).
3 (Pico; 1990).
4 "Hay una forma de experiencia
vital, la experiencia del tiempo y el espacio, de uno mismo y de los
demás, de las posibilidades y los peligros de la vida que comparten
hoy los hombres y mujeres de todo el mundo de hoy. Llamaré
a este conjunto de experiencias la 'modernidad'. Ser modernos es encontrarnos
en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría, crecimiento,
transformación de nosotros mismos y del mundo y que, al mismo
tiempo, amenaza con destruir todo lo que tenemos, todo los que sabemos,
todo lo que somos. Los entornos y las experiencias modernos atraviesan
las fronteras de la geografía y la etnia, de la clase y la
nacionalidad, de la religión y la ideología; se puede
decir que en este sentido la modernidad une a toda la humanidad. Pero
es una unidad paradójica, la unidad de la desunión:
nos arroja a todo en una vorágine de perpetua desintegración
y renovación , de lucha y contradicción, de ambigüedad
y angustia. Ser modernos es formar parte de un universo en el que,
como dijo Marx 'todo lo sólido se desvanece en el aire' "(Berman;
1995: 16).
Para Berman hay dos autores fundamentales para comprender la modernidad,
por una parte Nietzsche, y por otra Marx: "Los escritos de Marx
son famosos por sus finales. Pero si lo vemos como un modernista,
advertimos el movimiento dialéctico subyacente que anima su
pensamiento, movimiento sin fin que fluye a contracorriente de sus
propios conceptos y deseos. Así, en el Manifiesto comunista,
vemos que el dinamismo revolucionario que derrocará a la moderna
burguesía nace de los impulsos y necesidades más profundos
de esos burgueses..." Ibid. : 7
"...Para Nietzsche, como para Marx, las corrientes de la historia
moderna eran irónicas y dialécticas: así los
ideales cristianos de la integridad del alma y el deseo de verdad
habían llegado a destruir el propio cristianismo. El resultado
eran los sucesos traumáticos que Nietzsche llamó 'la
muerte de Dios' y el 'advenimiento del nihilismo'. La humanidad moderna
se encontró en medio de una gran ausencia y vacío de
valores pero, al mismo tiempo, una abundancia de posibilidades..."
Ibid. : 8
5 (Latur; 1993: 29-75).
6 "Suele entenderse entonces
por modernidad el proceso histórico que se abre con la Ilustración,
y con la Revolución Francesa que busca llevarlo a cabo. Se
trata de un proceso de expansión progresiva en la que la Revolución
Industrial, o las revoluciones industrial-tecnológicas (y ahora
informática) jugaron un gran papel" (Perrés; 1997:
3).
7 "el modernismo siempre hablaba
del futuro como la llave que ordenaría las cosas, que purificaría
lo malo y dejaría lo bueno. Se trataba de romper con el pasado
y su historia, de conquistar el futuro. Ahora hemos visto que el futuro
no resuelve nada y se vuelve la mirada hacia el pasado" (Pico;
1990: 10). Baudrillard explica este regreso al pasado de una forma
crítica cuando define a la sociedad moderna como una sociedad
del simulacro; somos, vivimos y actuamos como sí creyéramos,
como si... pero detrás no hay una realidad que sustente a los
sujetos sociales (Baudrillard; 1978: 5-31).
8 "Se trataría de desvelar
el proceso de reificación que nos ha conducido hasta aquí,
de someter a crítica todo el proceso de racionalización
de tal manera que nos permitiese entender cómo se ha producido
hasta llegar a la crisis del Estado de Bienestar, y, al mismo tiempo,
sentase las bases para su reformulación sin renunciar al proyecto
de modernidad" (Pico; 1990: 43).
9 Thompson analiza la teoría
de Habermas desde el punto de vista de la hermeneútica de la
comunicación y los medios (Thompson; 1993: 21-25).
10 (Lipovetsky:.2000: 83)
11 (Lipovetsky:.2000: 105-118)
12 " (Castoriadis; 1993:
29).
13 Yago Franco: <http://www.magma-net.com.ar/htm>
14 "... Si llamamos simbólico
a todas las formas de la mediación significante, como primeramente
lo definió Cassirer, y símbolo al signo significante,
es porque la estructura significativa del universo humano es siempre
derivada e interpretativa, porque no existe un sentido de las cosas,
un signo sensible que sea captable directamente y que tenga una significación
primaria, literal, manifiesta. Si la noci&oriadis;
1993: 41).
16 "...imaginar es ir más
allá de la imagen y del icono, es decir, de la supuesta representación
del objeto real; significa enlazar imágenes que nos alejan
del mundo ya vivido, de lo ya conocido. La imagen destinada a reproducir
los objetos presentes, por una serie de desplazamientos sucesivos
llega a reivindicar en el imaginario los rasgos de otra realidad,
de otros objetos que no serán nunca o que no son todavía"
(Colombo;1993: 21).
17 En conclusión, el nivel
simbólico, o mediación simbólica, implica el
material de base de la existencia, es decir, la representación
imaginaria del mundo articulada con el orden normativo, con la regla,
con la convención (Freud en Colombo; 1993: 23).
18 "El imaginario pues,
no se trata de una invención 'absoluta' o de un deslizamiento.
Por lo que se nos presenta, en el mundo social-histórico, pasa
indefectiblemente por la urdimbre de lo simbólico. No es que
se agote en ello. Los actos reales, individuales o colectivos -el
trabajo, el consumo, la guerra, el amor, el parto- los innumerables
productos materiales sin los cuales ninguna sociedad podría
vivir un instante, no son (no siempre, ni directamente) símbolos.
Pero unos y otros son imposibles fuera de una red simbólica"
(Castoriadis; 1993: 38).
19 GUBERN, Román, La cultura
del terror. De Orson Welles a la catástrofe de Maniatan
Etcétera Número 12. Octubre 2001. México
20 Reforma
Anuario 2001 Edición especial. Periódico Reforma,
Miércoles 19 de diciembre 2001
21 "En esas condiciones debemos
renunciar a considerar el capitalismo moderno como un todo unificado,
a la manera de los análisis sociológicos dominantes:
desde hace mas de un siglo el divorcio entre las esferas aumenta,
y crece, en particular, la disyunción entre la estructura social
y la ´cultura antinómica´ de la expansión
del yo. Mientras el capitalismo se desarrolló bajo la égida
de la ética protestante, el órden tecno-económico
y la cultura formaban un conjunto coherente, favorable para la acumulación
del capital, al progreso, al orden social, pero a medida que el hedonismo
se ha ido imponiendo como valor último y legitimación
del capitalismo, éste ha perdido su carácter de totalidad
orgánica, su consenso, su voluntad. La crisis de las sociedades
modernas es ante todo cultural y espiritual ( Lipovestsky: 2000,85).
22 Sobre este tema existe una
extensa bibliografía, nos hemos basado fundamentalmente en
tres libros para explicar la evolución de la idea del mal a
lo largo de la historia:
Bernard Sichére: Historia del Mal, Gedisa, España, 1996.
Y en dos de Ernest Becker: La lucha contra el mal, FCE, México,
1ª reimp., 1992, y La estructura del mal. Un ensayo sobre la
unificación de la ciencia del hombre, FCE, 1ª reimp. ,
1993.
23 Sócrates: Diálogos
de Platón, Porrúa, colección Sepan cuantos...
México, 1962, pp. 314 - 347.
24 "Lo demoniaco es toda
aquella función natural que tiene el poder de arrebatar a la
persona toda. Sexo y eros, cólera y furia, codicia del poder
son ejemplos. Lo demoniaco puede ser creativo o destructivo y normalmente
ambas cosas. Lo demoniaco no es una entidad sino que se refiere a
una función fundamental, arquetípica, de experiencia
humana, es una realidad existencial en el hombre moderno y, que sepamos,
en todos los hombres." Rollo May, Amor y voluntad.. Las fuerzas
humanas que dan sentido a nuestra vida, Gedisa, México, 1990,
p. 104.
25 Ibid, p.105-104
26 La
palabra griega Kharis lo dice bien: "La generosa expansión
de un don que pide, en cambio, una merced y una ofrenda, y el canto
es esa ofrenda. Un hombre puede llegar a ser 'divino' si un dios lo
ilumina: eso es lo que ocurre con el héroe" (Sichére;
1996: 37).
27 "Kosmos es casi intraducible
en nuestras lenguas modernas, pero podemos intentar restituir algo
de sus significaciones. Trata de la hermosa disposición del
Ser por cuanto brilla desde siempre más allá de los
dioses mismos y antes que ellos, de manera tal, al mismo tiempo, que
todo ente puede encontrar allí su límite y su acuerdo.
Es el primado del pensamiento del Ser sobre el pensamiento del hombre:
el hombre no ocupa el centro, se lo ha asignado a una de las regiones
del kosmos situada entre los dioses y los animales" (Sichére;
1996: 38).
28 Jung y Sichére coinciden
al preguntarse sobre las historias de Job y de Abraham.
29 (Sichére; 1996: 77).
30 "El nuevo ethos del combate
contra el mal y de la redención se basa en la dinámica
subjetiva del buen empleo de las pasiones y del deseo infinito de
Dios (epectasis). Por fin San Agustín es quien articula de
la manera más vigorosa el libre albedrío del hombre
frente al mal sin dejar de situar el hecho de esta libertad dentro
de la guerra metahistórica entre 'las dos ciudades' y sin dejar
de sostener el enigma de un mal radical que justifica la eternidad
de la condenación. Se dice asimismo aquí que la proposición
teológica termina en la proposición mística:
ni huida fuera del mundo, ni la realización inmediata y apocalíptica
de Dios en el mundo" (Sichére; 1996: 94).
31
(Sichére; 1996: 154).
32 C. G. Jung: Arquetipos e
inconsciente colectivo, Paidós, Colección Biblioteca
de Psicología Profunda, México, 1991.
33 M.L. von Franz: "El proceso
de individuación", en John Freeman (coord.), Carl G.
Jung. El hombre y sus símbolos, Caralt, Barcelona, 1984,
p. 170.
34 Ibid, p. 176.
35 (Sichére; 1996: 199).
36 Jean Baudrillard: La transparencia
del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona,
1991, p. 93.
37 "La propuesta del posmodernismo,
como modo de pensamiento, es correlativa a la caída del Pacto
de Varsovia. Se impone la idea de que la desaparición de uno
de los términos resuelve la contradicción existente
entre los modos de producción capitalista y socialista. La
extensión, ya limitada, de un capitalismo extranacional implicaría
el 'fin de las ideologías', en tanto sistema de oposición.
" (Nudel y Saavedra; 1999: 1)
38 "Bajo la transparencia
del consenso está la opacidad del mal, su tenacidad, su obsesión,
su irreductibilidad, su energía inversa trabajando por doquier
en el desarreglo de las cosas, en el exceso y la paradoja, en la extrañeza
radical, en los atractores extraños y en los encadenamientos
inarticulados" (Baudrillard; 1991: 115).
39 "La ilusión de diferenciar
las dos para promover sólo una es absurda (esto condena también
a los defensores del mal por el mal, pues también acabarían
por hacer el bien)" (Baudrillard; 1991: 116-119).
40 "Los eventos necesarios
para este modo de 'hacerse ver' son las catástrofes, en ellas
faltan las líneas de unión que marcan la incidencia
del tiempo en la producción de los sucesos. Aparecen rotundamente,
de un solo golpe. No se puede avanzar demasiado en sus causas ni elaborar
sus consecuencias. Una nueva catástrofe las reemplaza en los
medios. Imágenes impactantes, vaciadas de sentido... La inmediatez
de la catástrofe nos hunde en la diferencia y la parálisis.
No hay modo de reflexionar, dado que la velocidad de la información
produce un abrumador efecto de éxtasis" (Nudel y Saavedra;
1999:1).
41 Trejo Delarbre, Raul Terror
en la aldea global Etcétera Número 12. Octubre 2001.
México
42 (vease el número 12 de
la revista Etcétera especialistas en comunicación
analizan los atentados).
43 GUBERN, Román, La
cultura del terror. De Orson Welles a la catástrofe de Maniatan
Etcétera Número 12. Octubre 2001. México
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Josefa
Erreguerena
Docente Investigador del Departamento de Educación
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