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Por L. Alejandro Peñuela
V. y Luis Guillermo Alvarez García
Número 26
Presentación
Posiblemente a muchos de ustedes les suene extraño el tí
tulo de esta ponencia, cuando el tema central del congreso son las
agendas de Información y comunicación. Tal vez, la
misma sorpresa que emerge en nosotros al oír la respuesta,
cuando preguntamos a muchos de nuestros compañeros comunicadores,
por las implicaciones sociales que surgen al determinar los asuntos
que "queremos" ver, oí r y leer (agendas), y las
consecuencias de las dinámicas generadas en este ejercicio
de poder. De esta forma, decidim os que nuestro mejor aporte al
tema del congreso era trabajar la relación entre los imaginarios,
colectivos y su influencia en la opinión pública,
mostrando como desde la psicologí a/sociología de
la comunicación, las agendas lejos de estar determinadas
por instituciones y/o organizaciones, como el gobierno, grupos políticos
y económicos, están sujetas a una dinámica
compartida con las inestables masas. Trataremos de esbozar, sólo
a manera de una aproximació n, algunas implicaciones que
van desde la opinión pública hasta el control de masas,
de la democracia de poder participar, hasta la participació
n en la legitimación y sus juegos institucionales. Esperamos,
que lo aquí desarrollado sea un pre-texto para continuar
la discusión.
Las agendas de informativas
¿Qué es una agenda? Podemos decir de manera general
que es una colecció n compartida de asuntos, que nosotros
como comunicadores, como representantes institucionales (estatales
o privados), y como unos actores sociales asumimos que los otros
quier en (supuesto) / deben (imperativo) conocer, con esta conjetura
construimos los itinerarios informativos. Pero esto no deja de ser
más que una ilusión pues lo que está detrá
s de esto es el deseo de manipular la opinión pública
al determinar (emisión/omisión ) los temas que se
debaten, es un juego de poder político e institucional. Así,
se definen las agendas políticas, mediáticas y públicas.
Citando a Sampedro (2002):
El "verdadero ejercicio de
poder" (Reese, 1992, p.353) consiste en definir y jerarquizar
los temas que debate la opinión publica. Dichos temas se
convierten en las iniciativas del gobierno o la oposición
(agendas políticas), en contenido de los medios (agenda
mediática) y en asuntos que ocupan a los ciudadanos (agenda
pública ). Como cada uno de nosotros, los políticos,
los medios y el público apuntan y ordenan en su agenda
los temas de los que ha de ocuparse, según sus prioridades.
La información que se desea
se conozca, se coloca en un discurso con redacción, visualización
(imagen) y construcción simbólica posterior, se buscan
los actores más idóneos, y las estrategias
necesarias para obtener el efecto deseado, esto configura una agenda
progresiva de información a lo público. Estas agendas
pretenden dar a la conciencia colectiva una suposición de
hecho sobre un temario de espacios-temas sociales en que pensar
(deber pensar), aunque ingenuamente creemos que se le dice
a la gente que pensar (Gómez, 2002), concepció
n de una representación actuada por y para el colectivo implicado
en la información y su contexto. Así, l as agendas
de información agrupan imaginarios en una presentación
discursiva propia de lo mediático, allí configuran
los contextos en los cuales quieren intervenir y de las cuales se
quiere que se conozca, se informe y se piense. Poco a poco iremos
avanzando en este tema.
Lo imaginario. Lo colectivo.
El orden social
Imaginarios
Los mundos posibles, aquellos en los cuales se mueven y desenvuelven
los sujetos, son configuraciones de las imágenes que la cultura
le ha deja do como impronta y la forma como ellos mismos recrean
una y otra vez el marcaje de aquella. Nos representamos en el otro,
nos identificamos con él, queremos conocerlo, aprehenderlo,
robarle su imagen. Así , desde que nacemos asistimos a la
comunión que nos produce el contacto con los semejantes a
travé s de los grupos que conformamos y participamos, ya
sean religiosos, políticos, académicos, culturales
o familiares.
Entonces, los imaginarios, hacen parte del complejo de representaciones
de un sujeto, lo configuran a "imagen y semejanza de su prójimo"
o en otros casos a completa desemejanza. Así pues, el registro
imaginario está sembrado en la tierra fértil de sus
pasiones, de lo primario, de lo lábil, pero es allí,
en donde se encuentra precisamente su talón de Aquiles. El
mismo registro lo aproxima al prejuicio, a la acción desmedida,
al impulso árido del "actúo luego pienso",
a la compulsión, es allí donde existe precisamente
la ferocidad, la agresividad manifiesta y latente que percibimos
en el conflicto. "Las principales ilusiones de lo imaginario
son las de totalidad, síntesis, autonomía, dualidad
y sobre todo semejanza. De modo que lo imaginario es del orden de
las apariencias superficiales que son los fenómenos observables,
engañosos, y que ocultan estructuras subyacentes; los afectos
son fenómenos de este tipo" (Evans, 1997, pp.109-10).
Y de esto la cotidianidad contemporánea nos ha dado suficiente
ilustración.
Imaginario, del latín imaginarius, connota la significación
de aparente, ilusorio, pero ésta alusión esta lejos
de ser algo inocuo, pues sus efectos muchas veces suelen ser devastadores.
La ferocidad se desata, el run-run circula y las dinámicas
generadas son inestables. La opinión, lejos de inscribirse
en un ejercicio reflexivo es un efecto de pega que masifica
los públicos. Las certidumbres aparecen y en un momento,
estamos llenos de cotidianos "analistas políticos"
(en el caso de la agenda política) en cada café, en
cada reunión. Permeados, entonces, de las imágenes
que nos muestran, co-con struimos los pre-jucios que debatimos.
De allí la importancia de la opinión pública,
de allí su deseo de controlarla, de manipular sus orientaciones,
de allí los afectos y efectos en el orden social.
Pasar de la imagen que se superpone, a la palabra que articula,
(es uno de los posibles caminos del acto comunicativo) el sentido
ú ltimo de todo acto comunicativo, en tanto opinión;
conjetura analizada, posibilidad ética. Cuando la información
es imaginarizada, se hace manipulable, representa, actúa
en el sujeto y en su lectura del mundo e influye en su acción.
Los imaginarios, hacen parte de la estructura del colectivo por
la posición de la atribución simbólica que
el sujeto le presta al discurso mediático y a la forma como
éste reconstruye, muy a su pesar, l os significados en el
grupo o colectivo al cual se dirige, su publico objetivo. El paso
de lo imaginario a lo simbólico es el verdadero ejercicio
de opinión, de aná lisis, no importa quien la haga
siempre será un ejercicio individual, objetivado en el consenso
colectivo (intersubjetividad pactada). Allí surge la verdadera
opinión, menos débil que su predecesora sólo
construida por imaginarios. Lo simbólico articula nuevas
posibilidades de representació n y resignificación
que recrean al sujeto y lo que él piensa en un proceso dinámico
de atribució n de significados y de significaciones compartidas,
lo dota de posibilidades de existencia, de mediación, en
otras palabras lo hace razonable. Y dado que los imaginarios no
son inocuos, que son inestables, manipulables y azarosos en la acción
del colectivo nuestra responsabilidad es é tica. Lo importante
es tener siempre presente las implicaciones del comportamiento humano
en colectivo y la determinación de saber cuando retirarse.
Esto siempre se olvida en la inmediatez del trabajo, algunas veces,
y otras, se omite en el juego institucional de lo mediático.
Colectivos
El género humano, de entrada, podemos decir es colectivo
y social, existe en la sujeción que lo soporta, el lenguaje.
De ésta forma, el sujeto se agrupa, forma colectivos, modela
organizaciones e instituciones que estructuran el orden social.
Pero colectivo, también es lo común a un número
de individuos, es la característica de dicho grupo, comparten
un mismo interés, en otras palabras se identifican en
y por algo. Este es uno de los sentidos fundamentales que sustentan
la opinión pú blica. La identificación en lo
público, vía el discurso, crea colectivos de opinión.
Entonces, los colectivos se articulan de formas diferentes en las
posibles relaciones de su interacción en grupos, masas, redes,
existiendo varios nombres para los mismos fenómenos. Los
colectivos como una forma de la interacció n comunicativa,
generan fenómenos, acciones y acuerdos de sentido, algunas
veces cerca del consenso, del ejercicio simbólico del aná
lisis, de la articulación discursiva; otras, del desacuerdo,
de la inmediatez del afecto y sed de control. Pero, la articulación
discursiva permite que el sujeto se inscriba en lo social de una
manera distinta.
El orden social, puede entenderse
como una colección de normatividades/instituciones que intentan
colegir un estatuto de comportamiento para lo social y así
asegurar las relaciones de los individuos miembros de una sociedad,
a su vez trata del conjunto de reglas a las cuales deb en someterse
los ciudadanos para mantenerlo. Por lo tanto, el orden se establece
en lo social desde la creación de una normatividad e institucionalidad
del comportamiento humano, un flujo de neguentropía1,
de orden jerárquico. Las teorías sociológicas,
que buscan aprehender el comportamiento del hombre en sociedad,
intentan abordar de una forma clara la creación, desarrollo
y consolidación del lo establecido, de lo institucional.
El consenso se convierte en un acuerdo objetivado de exclusión
social mayor y de inclusió n grupal y particular menor. En
la medida que el sujeto se incorpora y adhiere a las instituciones,
el mismo proceso, lo excluye de otras organizaciones y de sus semejantes
en un orden establecido por lo estatuido. Pero al mismo tiempo,
el col ectivo se adhiere a las normas de lo establecido y normaliza
al sujeto en el orden del cual hace parte, y para nuestro caso el
de lo informativo al conferirle a sus integrantes unas caracterí
sticas diferenciadoras y al mismo tiempo incluyentes del mismo flujo
del colectivo. Es un proceso dual/móvil de inclusión/exclusió
n de constante actividad en lo social.
Entonces, el registro de lo imaginario confluye de una forma lógica
(primaria) en el colectivo, reacomoda cada una de las representaciones
que en un grupo humano se han creado para la existencia de la opinión
pú blica y permiten que su vida como hecho, sea imaginado
como real (realidad); sea establecido como orden (norma) en lo social.
Lo social converge, entonces, de una forma u otra en el comportamien
to de los sujetos que hacen parte de él y la información
que se construye en torno a su acció n. Es en este lugar,
en donde los (pre)juicios peculiares y colectivos, crean y dinamizan
las representaciones de base fundamento sobre los cuales se soporta
la informació n y la misma opinión. Es un supuesto
vital igual que imaginarizado, importante para la existencia propia
del colectivo vía informació n y configurador de las
representaciones que soportan toda su convergencia en lo social.
Juicio y representación
El juicio es uno de los principales fenómenos por medio del
cual el sujeto interacciona con lo social. Le permite crear imágenes
mentales (conceptos), emitir locuciones (verdaderas o falsas) y
construir discursos sobre la realidad que lo circunda. Pero el juicio
es del orden de lo analizado, el pre-juicio es de orden imaginario.
El sujeto al recrear sus imágenes mentales con la opinión
de la cual hacen parte en lo público, presenta en principio
un (pre)juicio de facto sobre el hecho social, recrea una respuesta
lábil, rápida, que impregna su sentido de orientación
social y cree interlocutar con su propio saber, en una muestra de
su fuerza de pensamiento a priori. El hecho social con el
cual el sujeto interactúa, conjetura la opinión agendada
en información que le permite asignarle una serie de caracteres
representativos en significació n compartida. A la pregunta
que soslaya la actividad informativa, ¿usted que piensa sobre...?
¿Cuál es su opinión frente a...? Lo que sucedió
en tal lugar, lo que dijo tal o cual persona... Le sigue una confrontación
de sentido que es la base del (pre)juicio para el sujeto. ¿
Si usted fuera... qué pensaría... con respecto a...?
La construcción del discurso informativo mediático
le permite llegar hasta la confrontación de sentido, pero
no a la articulación y construcción de un saber. El
sentido y el juicio de una representación en la mediació
n informativa de la opinión pública se coloca en una
posición móvil y cambiante por las disposiciones del
mismo medio informativo, por su amplitud o su estrechez.
La mediación vía informativa
permite que la representación (colectivo) sea en el sujeto
una articulació n significante dadora de sentido que le compete
como un sujeto social en una común acción discursiva.
Pero solo en el acto del análisis, de la verbalización,
el sujeto representa, recrea, asigna imágenes, valores simbólicos
a lo que se encuentra dentro de su campo de percepción en
funció n de su historia como un sujeto in-formado. El juicio
que el sujeto realiza de la información que le llega a sus
sentidos se articula a la percepció n e historia personal
del mismo. En este lugar, la exposición al medio informativo
permite que el sujeto se ponga en evidencia frente al colectivo
y preste atención flotante al campo representacional que
le llega de paso en su esclarecimiento rápido de la información.
Bueno, esta sería una ví a ideal que implica un ejercicio
individual que se supone colectivo.
El sujeto se mueve en una estructura
de representaciones que lo aluden a él mismo y le dan imágene
s de un mundo que cree conocer. De allí se implica en la
cultura de una forma comunicativa-informativa. Y es en ésta,
en donde la implicación del sujeto recae sobre la categorí
a de acción actuada, de información compartida. La
implicación es un acto de responsabilidad sobre la locució
n social que se emite y frente a la cual actúa, pero, además,
sobre la forma de articulación posterior de criterio público,
de la categorí a informativa que se muestra en colectivo;
de la opinión.
Opinión pública
Podemos iniciar este parágrafo de una manera constructiva.
Opinión proviene del latín opinio, de opinión,
pensar que alude a una hipótesis o una proposició
n aceptada por medios racionales, en este caso podemos decir mediada
por la mayéutica socrática, por el ejercicio de la
reflexión y sobre la cual puede existir alguna duda. Pero
esto esta lejos de ser verdad en lo colectivo, la opinión
publica las más de las veces es ortodoxa, opinión
verdadera, certidumbre imaginada, a la cual no se le concede el
beneficio de la d uda. Esto genera algunas veces comportamientos
desmedidos, otras, cambios sociales sustantivos, pero no determinados
por la masa, sino por la posición del per seguido2.
Ésta es nuestra dinámica. Es cuando los representantes
institucionales convierten en objetivo a la opinión pública,
vía la mediación de un discurso que se construye manipulante.
El manipular los discursos mediáticos con objetivos teleológicos,
permite crear hechos fá cticios que configuran y desestiman
la percepción singular por el hecho fácti co en el
cual esta implicado el colectivo. Y si se tiene los medios amplificadores
para emitirlo, el efecto será mayor. Lo engañoso se
amplificará.
En el acto de opinar, el sujeto
se inscribe en una dialéctica de significados compartidos
por los otros. Así , la movilidad del discurso de la doxa,
verdadera o falsa, se reafirma con la alta dinámica de cambio
que existe en los actuales discursos mediáticos, y en su
influencia en los pú blicos a los cuales llega. La opinión,
en este caso, se erige en la forma laxa del sujeto inscribirse en
un saber dispuesto a callarlo con el mí nimo cambio de posición
de su estructura como discurso. Pero en el ejercicio de crear opinión
también viene la duda, y de allí la posibilidad de
crear juicios, nuevos sentidos para el mismo sujeto que, antes había
intentado expresar, representar una certidumbre, aproximándolo
a un cambio del hecho sustantivo del imago, del cual se construye
la doxa y se recrea el hecho social. La llamada información
en la emisión de los medios de comunicación (mediática),
preestablece campos representacionales acordes para la subvención
ticular en detrimento del
colectivo, el cua l es conducido por la norma informativa. En este
lugar el sujeto trata de establecer su existencia común opinando,
como un sujeto de relativa importancia para el otro.
La opinión emprende un camino largo y azaroso al pasar de
privada a pública, al incorp orarse a las sinergias de posiciones
individuales que producen efectos colectivos. Así, cambia
su configuración y el sentido privado de la percepció
n de un sujeto, se evidencia en la forma de expresión, en
su manifestación, ante el cuestionamiento del estí
mulo que interroga y manipula. Esto es lo que hace que en diferentes
momentos la opinión pública se convierta de facto
en ideología. "La ideologí a adopta la forma
de un sistema de ideas y de juicios, se presenta bajo el aspecto
de la racionalidad" (Rocher, 1990, p.476). Y cada explicació
n peculiar puede convertirse en realidad colectiva, en verdad consensuada,
en poder sin discusión. Las ideologías que se establecen
vía mediá tica son amplificadas creando en el sujeto
sistemas ortodoxos, discursos que ponen al sujeto a opinar, siguiendo
la ló gica (primaria) de un saber que muta, cambia y se convierte
en arma de difusión para lo informativo. Esto se da por artificios
aleatorios de nuestra estructura como sujetos al encontrar líderes
que los erigen.
Entonces, bajos los supuestos de romper los imaginarios, surgen
los programas de opinión y las agendas de información
y comunicación. Pero "ingenuamente" creen/intentan
crear consciencia colectiva. Sin embargo, lo que sucede es que dichos
programas de opinió n se convierten en juegos de poder finamente
pensados para manipular la imagen del otro, así se mueven
las fichas, se refuerzan los primeros planos. Entonces, se escogen
las mejores imágenes, las má s patéticas, ¡perdón!
las mas disientes. Se editan las imágenes acompañ
adas de refuerzos sonoros que saturan los sentidos, y si tuviéramos
los recursos tecnológicos para el olfato y el tacto, tendríamos
el aroma del hecho, su olor caracterí stico... Se unen unos
pedazos con otros, se crean falsas articulaciones, según
lo que esperamos que los otros vean y escuchen, se dejan implí
citos, se colocan títulos sugestivos: "Ruiz y Días
se encontraron con una trampa explosiva". Al final es un juego
de tensiones, un juego de cuerda donde nadie queda en pie. Ahora
bien, ¿cómo más se ha de hacer? He aquí
una buena pregunta.
Política e información,
implicación en el colectivo
La política desde su definición en la polis y
el colectivo gobernado por lo estatuido se configura como un regulador
de comportamientos y creador de síntesis de actuación.
Las agendas polí ticas son como ´juegos de ajedrez´,
fríamente calculados en la lúdica de tensiones que
generan. Pero la opinión pública también las
determina, es un juego de mutua afectación recíproca.
El juego, entonces, es inestabl e, y algunas veces nos hace creer
que podemos controlarlo. Ese es el supuesto de las instituciones,
sea cuales fueran. Todas las investigaciones en medios hacen grandes
esfuerzos por demostrar que tal o cual perió dico, o noticiero
(televisivo o radial) es parcializado, intentando construir una
familia conspiradora. Pero esto siempre ha sido y será así
, esa es la naturaleza de lo humano, confluir al desacuerdo, al
conflicto de intereses. Sin embargo, nuestro deber es ético,
no se trata de neutralidad, se tra ta de imparcialidad. Con este
tipo de filosofía se crean procesos como el ACD (análisis
crítico del discurso; Van Dijk), propuesta utilizada para
crear justicia e igualdad social, en la cual se intenta leer el
discurrir de los fenómenos de poder en las re laciones de
lo social y su incidencia en el comportamiento de los individuos,
grupos y el control de masas. En este punto, lo político
no só lo es un ejercicio de los llamados políticos
sino una forma de pensamiento alrededor de lo estatuido normativo
y las relaciones de poder entre los sujetos que lo estiman como
conveniente para su interpretación de la realidad social.
Entonces, una propuesta como la del ACD, puede servir como ejemplo
de un espacio que aporte nuevas significaciones, a partir de la
interpretación y el análisis del efecto mediático
en las masas. Pero en ultima instancia, es una agenda más
que estima lo polí tico y que lo comprende desde su esencia
como discurrir social discursivo. Esta es solo una de las posibles
formas de interlocución.
Lo político está articulado al juego del poder de
sus partidarios, y a la forma como é ste, el poder, se articula
a lo social y lo configura en una dinámica de acción
consensuada y de supuesto comportamiento democrá tico. En
tanto, la política se construye vía discurso retórico,
toma a la información y la manipula con objetivos teleoló
gicos claros, el mismo poder. "La función del poder
consiste en la regulación de la contingencia"(Luhmann,
1995, 18). Esta se evidencia de forma particular en la lucha, discrepancia
y manipulación de la información en los medios y sus
posibles consecuencias. En el colectivo, el comportamiento polí
tico coacciona el sentido de participación del sujeto en
la institucionalidad del estado y conduce al grupo humano a la expresión
de sus im aginarios encontrados, al encuentro de su misma esencia
en la política construida por la información catalizadora
entre contingencias.
La política como una actuación del sujeto en lo social,
le permite por su esencia ser una construcción colectiva
y conf igurar toda una serie de acciones de palabra que median el
comportamiento y modelan el sentido y la actitud. El lenguaje es
un acto de sustitución de lo real por un signo (realidad)
que se evidencia en los medios de información contemporáneos,
donde el sujeto sustituye lo real por múltiples signos (crea
realidades), y le da una vía de acción y de responsabilidad
al comportamiento social. La televisión es un medio creado
con aptitudes de visualidad y sonoridad que como objeto de una intermediación
tr ata de replicar la realidad visualmente en hechos sociales construidos
como un conjunto. La radio se queda en la sonorización con
la implicación de imaginarios má s amplia que la primera
y la prensa le sigue con la misma dinámica en el propio papel.
El int ernet, medios alternos e interactivos confluyen hacia la
no existencia del sujeto bajo el concepto de virtualidad. Es allí
en donde, la informació n, se convierte en un eje transversal
que acoge el sentido del hecho social y lo configura en una perspectiva
mediática bajo ví as diferentes. Cada uno de los medios
de información actuales trabajan bajo prerrogativas distanciadas
en forma la una de la otra pero cercanas en actuación comunicativa.
La televisión conforma un hecho visual con base en percepción
de imagen y sonido, la radio con base en percepció n de sonido
y el internet y medios multilaterales tratan de realizarlo con base
en multiplicidad y multimedialidad de estímulos. El concepto
perceptual es común a todos los medios, el sujeto articula
el lenguaje y le asigna relaciones de sentido y de significación
a cada uno de los mensajes emitidos por los medios ecoicos e icó
nicos, de sonido e imagen. La difusión, claridad y ´efectividad´
de estos, se determina por su inclusión multilateral en los
sentidos o su exclusión de facto por el sujeto. Cada uno
de los medios de comunicación e información comprometen
sus esfuerzos por dar a conocer, poner en conocimiento e informar.
El proceso informativo contemporáneo relativiza el concepto
de realidad en torno al sentido de rapidez y aproximación
veraz. La veracidad es relativa y la certeza se convierte en algo
por cumplir. Lo visual, lo sonoro y lo intermediá tico en
especificidad por estos medios informativos se multiplica en la
ejecución, alcance de cada medio y su amplificación
en acció n del discurso que se emite.
Los sistemas de información
y comunicación.
Redes, Colectivos imaginarizadores actuando
Los colectivos son espacios sociales que configuran las dinámicas
de lo mediático. Así, los siste mas de información,
se basan en el poder que ejercen al controlar la información
que fluye por ellos, las más de las veces, pertenecientes
a hegemoní as, acostumbradas por décadas de ejercicio
en la manipulación de sus intereses de los más débiles
(informacionalmente hablando), como es el caso de las multinacionales,
partidos políticos (p.e el PRI en México), políticas
econó micas globalizantes... Si nos remitimos al nuevo lenguaje
de los procesos sociales, la opinión pública, configura
redes, entramados sociales, como lo expresa Galindo (2001):
El mundo social puede ser visto
como un despliegue de una multitud de sistemas de información
que buscan continuidad a través de los diversos componentes
que la constituyen. Estos memes conviven en lucha y cooperación,
hasta llegar a la destrucción de unos por otros, o la subordinación
de unos respecto a otros. La vida social puede mirarse como la
manifestación de esos diversos códigos que buscan
prevalecer y continuar, o resistir y sobrevivir. Los sistemas
de información son más visibles cuando adquieren
una forma institucional, la forma sistema evidente ordenada por
el sistema de información interno que lo guía y
organiza. Y son menos visibles cuando están integrados
a las múltiples y diversas interacciones sociales como
un movimiento de apariencia diversa e inestable.
Pero pese a existir la manipulación
por parte de estos en beneficio de sus intereses, las redes se configuran
como dinamizadores sociales que se oponen, de una u otra forma a
estas edificaciones, traspasan sus límites, los muros que
en otros momentos histó ricos eran infranqueables, hasta
el punto de determinar el curso de gobiernos que antes se pensaban
intocables. Pero, necesitamos aún otros conceptos para seguir
avanzando en la discusión y es los sistemas de comunicación.
Sigamos con la propuesta de Galindo (2001):
Los sistemas de comunicación
son las formas de conexión e interacción entre los
sistemas de información. En cierto sentido permiten que
ciertos memes se fortalezcan y otros se debiliten, que unos crezcan
y se difundan, y otros se colapsen y desaparezcan. La vida social
puede ser percibida como una inmensa red de conexiones donde ciertas
formas de comportamiento, de pensamiento y de creencia se transforman
por contacto con otras y sobreviven, mientras que otras se aíslan
y perecen.
Así, podemos agregar una
nueva articulación, a partir del trabajo de aná lisis
de los sistemas sociales como redes dinamizadoras en el agenciamiento
de lo público, y tratando de encontrar una diferencia entre
las agendas de información y comunicación, a las ya
expuestas por otros expositores: Influencia de los medios y la utilización
de los mismos en las agendas que determinan una nueva política
(Gómez, 2002), las dinámicas generadas en la construcción
de las agendas a través de las escuelas que analizan el poder
desde las ciencias sociales (elitismo puro, pluralismo, institucionalismo)
(Sampedro, 2002), y los sistemas de información y comunicación
en la memé tica de la construcción social y su relación
con las agendas de informació n (Galindo, 2002) . Esto permite
a los participantes de este congreso tener diferentes perspectivas
de aproximación temática. Entonces, ¿ es posible
hacer alguna diferencia entre las agendas informativas y las de
comunicación con relación a las diná micas
de los sistemas de información y comunicación? La
aproximación a esta pregunta será constructiva, más
que conceptual.
Aún, y pese a que ya existen muchos hechos que lo demuestran,
seguimos pensando que el azar es so lo una eventualidad. Pero lejos
de esto podemos decir el azar (como una forma de enacción)
es constitutivo de todo hecho social. Para este momento, las agendas
informativas son los asuntos que de una manera intencional se determinan
para obtener algún efec to. Sin embargo, una vez esta energía
se pone a circular los resultados pueden, o no, ser determinados.
La opinión pública, también imprime su sello
a las diná micas sociales. Así, se configuran los
contextos (ecológicos) del hecho social. Los sistemas de
información ponen en juego políticas jerarquizadas
y los sistemas de comunicación articulan procesos (horizontalizan).
Entonces, cuando un gobierno, por ejemplo, retrasa, oculta, obstaculiza
un determinado proceso de otro actor social, (p.e. de la oposición)
comienza toda una campaña mediatizada que determina otra
agenda de información. Éstas dinámicas
en juego imprimen procesos inestables, de los cuales sólo
percibimos sus efectos, es aquí donde podemos hablar de agendas
de comunicación. Éstas se establecen en la lectura,
a posteriori , en la formalización que logramos hacer
de lo acontecido. Lo cual, nos permite tener una visión general
de la interacción de los sistemas de información que
participarán del proceso; esto es lo que se logra en el análisis
político del hecho social. Dicho de otra forma, es una colecció
n, ya no de asuntos, sino de articulaciones, de relaciones entre
los mismos fenómenos generados que nos llevan a un proceso
de observación, el cual permite tomar una posición
ante el fenómeno observado/vivenciado. Muchas veces, nos
contentamos sólo con la narració n descriptiva de
lo acontecido, pero pocas veces nos detenemos a encontrar las relaciones
que lo hicieron posible (análisis). He acá una posible
diferencia.
Tomemos otro ejemplo: un niño de 12 años que padecía
un grave cá ncer desde temprana edad, y cuyo padre, agente
de policía, estaba secuestrado por las FARC (grupo guerrillero),
se convierte en el tema de instituciones informativas, noticieros
quienes demandan al grupo guerrillero, por varios días (meses)
que como un acto de humanidad, de protocolo de guerra, dejen en
libertad al agente de policía para que pueda estar con su
hijo en sus últimos días de enfermedad. Luego el niño
muere, sin que la familia sepa algo del policía secuestrado.
El último pedido, fue que lo dejaran, entonces, en libertad
para que asistiera al sepelio del hijo. Hoy, ya varios meses de
sucedido este evento, el policía sigue "secuestrado",
por lo menos eso es todo lo que podemos decir, y de aquel asunto,
ya no se habla3. Bueno eso si, se siguen buscando
mártires, (caso de la candidata presidencial secuestrada,
y cuyo padre murió estando ella en cautiverio, y donde los
medios dicen: "se pierde otra oportunidad más de mostrar
humanidad"- refiriéndose al hecho que se espera que
se ponga en libertad para asistir al entierro de su padre), que
usados como representaciones del colectivo, quieren hacer entrar
en "razón" a los actores de este movimiento guerrillero
para que dejen a la población civil fuera del conflicto.
Los dos actores, definen sus agendas de información:
unos por omisión (FARC), otros por reiterada emisión
(Noticieros, gobierno, instituciones), se genera así toda
una movilización de la opinión publica nacional e
internacional, discursos en torno al suceso, llegan correos electró
nicos de todas partes del mundo, fotos, artículos... ¿Qué
sucedió? Este análisis, y sus consecuencias para el
conflicto, aún están por hacerse, en otras palabras,
falta la construcción de la agenda de comunicación
que nos dé una posible respuesta.
Las agendas vistas desde otra perspectiva
a la que planteamos, son de por sí informativas, y comunicacionales:
informativas en tanto los bits de información que
circulan por ellas, y comunicacionales, porque algo que se transmite
de un lugar a otro, en tanto mensajes construidos. La perspectiva
que acá se propone desde la interacción comunicativa
es distinta, pues, sostenemos la conjetura que es el del paso
de agendas de información a agendas de comunicación
donde se genera la opinión, en tanto juicio analizado. Como
lo decíamos arriba, los programas de opinión, muestran
el hecho desde diferentes puntos de vista, supuestamente neutrales
y mucho menos imparciales (una agenda informativa más), pero
la opinión se genera en el ejercicio discursivo de quien
verbaliza/analiza más que del que escucha o ve. El verdadero
ejercicio, bien o mal, de opinión se genera en la participació
n. En el acto del ciudadano en su acción democrática.
Medios de información
y trama discursiva ante el hecho social
Los llamados medios de informació
n configuran una particular trama discursiva del hecho social y
de una realidad parcializada en torno al sentido informativo del
discurso. La trama se genera por la articulación y efectividad
de emisión en los medios en forma paralela a la percepción-representación
compartida por el colectivo. Por lo tanto, lo emitido, informado,
hablado, ví a expansiva por diversos medios, se convierte
en un hecho de forma y algo por confirmar. La información
que es emitida permite en ejecución discursiva común,
recrear en principio una trama discursiva que soporta los hechos
sociales. Y que permite la construcción de saberes dispuestos
a convertirse en una trama colectiva. " El conocimiento y uso
que tengan de su propio lenguaje surgirá de esa interrelació
n; una influye sobre la otra; los mecanismos intelectuales colaboran
con ambos sistemas: la de la construcción tanto de los objetos
como de la misma mutación y significación del lenguaje."
(De los Reyes, 1998, p.10). La interrelación de estos hechos
en consenso y de manera particular los hechos construidos por la
informació n mediada se convierten en doxa verdadera por
la movilidad informativa, la mediación psicológica,
y la dinámica imaginaria de la trama discursiva que la soporta.
Este tipo d e conocimiento y su influencia como un mecanismo intelectual
permite que la participació n de los sujetos en la palabra
y en sus opiniones sean aceptadas como comunes. Y que el discurso
social dinamice los imaginarios que por su misma acción se
crean.
"La autoprogramació
n muy selectiva y personalizada de los usuarios ha alimentado
el temor a una fragmentación excesiva de la audiencia (convertida
en una audiencia mosaico) cuya atomización erosione o destruya
la cohesión psicológica e ideológica del
imaginario colectivo, conjunto de valores, opiniones, mitos y
fabulaciones compartidos que han coherencia al tejido social y
otorgan conciencia de comunidad cultural." (GUBERN, p. 68).
¿Qué sucede en este
momento con los imaginarios? Son creados y reconfigurados uno, por
los medios y dos por los sujetos en discurso, se erosionan y fragmentan.
El campo de la trama social se articula en la actualidad por fisuras
entre cortadas por el discurso amplificado. Es una trama dé
bil y tendiente a colapsar ante cambios ínfimos en la estructura
misma del discurso y en su forma de expresión en los medios.
La implicació n en el discurso mediático es una experiencia
de visión. "La verdad-subyacente a los pregones de noticias
exageradas que la confunde, es que el mundo construido en imágenes
resulta desastroso para la paidéia de un animal racional
y que la televisió n produce un efecto regresivo en la democracia,
debilitando su soporte, y por tanto, la opinión pública"
(Sartori, 1997, p. 146) . La visión que se construye se diluye
con facilidad por la acción misma de los medios de información.
Y su estructura como discurso cambia de forma dú ctil por
la misma amplificación de sus palabras (interactuaciones).
Información mediada. Dinámica
del imaginario. Construcción de lo simbólico significativo
en la sociedad
La dinámica de los imaginarios
contemporáneos es una experiencia móvil desinformada.
La informació n media el comportamiento de los sujetos inmersos
en la cultura. Es una articulación compartida sujeta y móvil
de significació n en el sentido de la realidad representada
por el sujeto. Más que información, por cúmulo,
los sujetos se pueden sentir, percibir abrumados por el nú
mero y cobertura de la propia información mediática.
La mediación es una acción en curso, para este caso,
de la informació n emitida por los denominados medios informativos
y por la forma como en la experiencia peculiar el sujeto la reconstruye.
Esta experiencia supone actores que como sujetos comunicativos soportan
el trabajo de replica de la misma, en sus pantallas, videos, audífonos
o cualquier otro tipo de medio de difusión (recepción).
En conclusión, la construcción
de los imaginarios vía agendas de información, emisió
n de medios, cobertura informativa o cualquier otro tipo de espacio
de interrelación entre mediación, medios e información
diluye en la actualidad la comprensión del sujeto en la trama
social. "La distinción entre información, participación
(Mitteilung) y comprensión es, por consiguiente, una distinción
que produce distinciones... el evento comunicativo concreto se cierra
como unidad discreta con la comprensión" (Luhmann, 1998,57).
La información media el imaginario en la medida que construye
representaciones que se ponen en común por el discurso. Y
estas actúan como eje de sentido en la existencia de los
sujetos y de sus comunicaciones o unidades discretas.
El sujeto en la información
no existe inmaculado, la impregnación social de estos, es
certera y lo que es emitido simbó lico, es catectizado de
afecto en un conjunto fragmentado propio de lo discursivo. La desinformación
y poca comprensión son caracterí sticas de la misma
realidad mediática actual. En la cual la información
media, comparte, intercede en y por los propios sujetos que la construyen.
El imaginario respuesta de esta mediación se configura en
acción del hecho discursivo. Y los sujetos participantes
en significación y sentido del mismo imaginario se apropian
del supuesto de la construcción del concepto de lo público
en el hecho opinado.
Epílogo
Las agendas, mediáticas,
políticas y pú blicas son formas manipulables, que
bajo el supuesto de una colecció n compartida de asuntos
determinan los deseos de representantes institucionales (estatales
o privados), en un juego de poder que está sujeto a los avatares
de la opinión publ ica. La opinión pública
es lábil, inestable y azarosa. Así, se da un juego
de mutua interdependencia y afectación recí proca,
donde los actores políticos e institucionales hacen todo
lo posible para determinarla (sistemas de información/determinación
jerárquica), pero donde ésta, lejos de ser inocua,
también determina sus dinámicas (sistemas de comunicación/
proyecció n horizontal): "cacerolazos", grandes
movilizaciones de campesinos, destituciones, abdicaciones forzosas,
pérdidas de investiduras, movimiento s independientes...
De ésta manera, las dinámicas sociales, en tanto formas
simbólicas e imaginarias, son estructurantes y estructuradas
como diná micas complejas de flujos de información
y comunicación en las cotidianidades de lo social.
Entonces, y es algo que tal vez la experiencia nos ha enseñado,
lo que se llama opinión pública no es importante porque
allí realmente no se generen procesos donde los actores sociales
se hacen más conscientes (observadores) de su participación
en los hechos de los cuales hacen parte. Son importantes porque
son manipulables, influenciables y masivos a la hora de decidir.
Son más útiles, mientras menos información
fluya por ellos.
Notas:
1
Neguentropía es el flujo de información (tipo) que
para el caso de los sistemas sociales (enacción) configura
su existencia como sistema. Esto quiere decir que es una característica
propia de los sistemas en la medida que influye de forma decisiva
en la implicación de (energía) información
sobre sí misma. Y de allí el sistema se reconfigura
desde su propia emergencia como información. Para el caso
de los colectivos y la información agendada subsiste sobre
lo sistémico del modelo neguentrópico y la afirmación
de su convergencia en lo social.
2 Para más información
sobre redes y las dinámicas adoptadas por las masas, remitimos
al lector a un texto realizado por los autores: Comunicación
Compleja: fluctuaciones y perturbaciones de la interacción
comunicativa (artículo). Revista electrónica: Razón
y Palabra. Febrero-Marzo 2002. No 25. <http://www.razonypalabra.org.mx>.
3 En el primer momento de escritura
de este texto, no se sabía nada del policía secuestrado.
Días antes de presentar esta ponencia nos enteramos que el
policía fue asesinado por el grupo insurgente. Por esto no
hemos cambiado el texto original. Aunque hacemos alusión
al evento con esta nota.
Referencias:
Evans, Dylan. (1997) Diccionario
introductorio de psicoanálisis Lacaniano. Argentina; Paidos.
De los Reyes, David. (1998). Construyendo una filosofía de
la comunicación para los ¿nuevos? tiempos. En : Revista
Latina de comunicación social. La laguna (Tenerife)-Marzo
de 1998-número 3-.
GALINDO, Jesús (2001). Contextos ecológicos y sistemas
de información y comunicación. Configuraciones. Trayectorias,
matrices situacionales y contextos de posibilidad en lo social.
El caso de las redes de investigación social. Disponible
en <http://www.geocities.com/arewara/arewara.htm>
-------- (2002) Sistemas de información, sistemas de comunicación
y configuración social. Algunos elementos de Memética
y Sociocibernética de la vida social. En : Memorias del
VIII Congreso de Comunicación - Medellín 2002.
ACECS.
GÓMEZ CRUZ, Edgar. (Abril 2002). Mediatización de
la realidad: ¿hacía una nueva política?. En:
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2002. ACECS.
GUBERN, R. La Antropotrónica: nuevos modelos tecnoculturales
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Nuevas tecnologías de comunicación. México:
editorial Trillas.
LUHMANN, Niklas. (1998) Complejidad y Modernidad, de la Unidad a
la Diferencia. España: Editorial Trotta.
--------(1995). Poder. México:
Editorial Anthropos.
ROCHER, Guy. (1990). Introducción a la sociología
general. España; Herder.
SARTORI, Giovanni. (1997) Homo videns, la sociedad teledirigida.
España: Editorial Taurus.
SAMPEDRO BLANCO, Victor (Abril 2002). Agendas del poder y el conflicto
de la democracia. Activismo social: posibilidad de debate y cambio
político. En: Memorias del VIII Congreso de Comunicación-Medellín
2002. ACECS.
L.
Alejandro Peñuela V. y Luis Guillermo Alvarez García
Investigadores del grupo Bioantrolopología-BIOGÉNESIS.
Universidad de Antioquia, Colombia |