Por Sonia Luz Carrillo
Número 26
Observar la forma como actuaron
los medios de comunicación durante la larga etapa de lucha
electoral en el Perú puede ser de gran utilidad para comprender
la relación medios y poder político no sólo
en América Latina sino a escala mundial porque esta relación
conjuga el derecho ciudadano a estar debidamente informado y el
derecho de los informadores al pleno ejercicio de la libertad de
expresión.
Lo ocurrido en Perú motiva
la reflexión en torno a la presentación de los hechos
públicos y para ello tomamos como acepción de 'lo
público' al conocimiento de aquello que está o debiera
estar disponible para todo ciudadano a fin de que pueda realizar
sus opciones en plena conciencia y libertad. Esta noción
se opone al secretismo y las negociaciones ocultas de aquello que
atañe a la vida ciudadana.
Para entender el complejo y agitado
proceso vivido es necesario presentar el contexto social y político
previo a las elecciones del 2000. Y ahí encontramos que estas
elecciones se presentaban con un rasgo particular. Elegido en 1990,
el ahora ex presidente Alberto Fujimori Fujimori había modificado
la Constitución para reelegirse en 1995 y luego sus legisladores
la habían "interpretado" maliciosamente y desconocido
el derecho de la ciudadanía a un Referéndum. Así
Fujimori llegaba al 2000 como el presidente que en 1992 había
clausurado el Parlamento y producido un autogolpe de Estado, con
muy alta aceptación del pueblo peruano, fatigado de más
de una década de desgobierno y accionar terrorista. En 1993,
había firmado una nueva Constitución cuya principal
novedad era que incluía la reelección aunque señalaba
expresamente que era sólo por un segundo mandato. A fin de
permanecer en el poder, en 1996, su mayoría parlamentaria
aprobó la llamada "ley de interpretación auténtica"
y en 1997 destituyó a tres Magistrados del Tribunal Constitucional
que denunciaron la inconstitucionalidad de la ley. Con el Poder
Judicial así como las universidades públicas intervenidos,
los sectores más informados de la sociedad iniciaron las
protestas. En 1998 un vasto esfuerzo logró las firmas necesarias
para solicitar un referéndum, el mismo que fue rechazado
por el parlamento.
Cuando en diciembre de 1999 Fujimori
anunció su postulación para un tercer mandato se agudizó
el ambiente de polarización política que tuvo como
principal característica el silencio cómplice de los
medios de comunicación social más importantes. Mítines,
marchas y manifestaciones públicas en protesta por los actos
de corrupción y prepotencia fueron sistemáticamente
silenciados por los medios que, ahora sabemos con exactitud, habían
sido dominados desde el poder dictatorial.
A qué obedecía la
actuación de los grandes medios? La respuesta la tenemos
en su fragilidad jurídica y económica. A fines de
1999 según un informe de l Instituto Prensa y Sociedad, de
los siete canales de señal abierta, cuatro estaban bajo administración
designada por el Poder Judicial intervenido. El quinto canal es
de propiedad estatal; en el sexto Frecuencia Latina, el principal
accionista, el empresario judío - peruano, Baruch Ivcher
fue despojado de la nacionalidad y de la administración y,
por último, el sétimo canal había sido alquilado
a un ex ministro del régimen. Esto colocó a la televisión
peruana en una situación jurídica sumamente vulnerable,
sumada a la recesión económica y la falta de calidad
ética de los administradores que recibieron muy altas sumas
de dinero a cambio de combatir todo asomo de resistencia al poder
dictatorial.
Los medios escritos tampoco estuvieron
al margen de las presiones y el chantaje. El diario La República
y la revista Caretas de clara oposición vieron disminuir
sus ingresos en publicidad debido a la presión gubernamental
sobre las agencias de publicidad y sobre los anunciadores. La publicidad
estatal, la de mayor importancia en una economía en receso,
se concentró en la televisión manipulada por el régimen.
Un pequeño diario opositor, Liberación, jamás
tuvo publicidad y al diario El Comercio, el más antiguo del
Perú, le reabrieron un juicio por una acusación de
la década anterior y que en su momento había sido
cerrado por falta de pruebas.
Expreso, un diario abiertamente
gobiernista, no sólo recibía una fuerte inversión
de publicidad estatal sino que, como los videos del asesor presidencial
lo demostrara luego ampliamente, su director recibió altas
sumas a cambio de su línea editorial de apoyo incondicional.
Además, los directivos de ese diario, compraron con dinero
del servicio de inteligencia un canal por cable dedicado íntegramente
a las noticias.
Sin embargo, el fenómeno
más notorio fue el surgimiento desmesurado de diarios populares
sensacionalistas, que en el Perú se conoce como "Diarios
chicha" todos ellos abierta y groseramente fujimoristas. Característica
de estos diarios de colores fuertes y desnudos en primera página,
era junto con la insistencia en los éxitos del ex presidente,
la publicación de noticias inventadas en las que el sexo
y la violencia eran ( y son) el punto de atractivo.
Pero la función principal
de estos diarios fue otra: la de demoler la imagen de cuanto líder
aparecía en oposición al régimen. En un hábil
manejo psicosocial dirigido a los sectores pobres que en nuestro
país son los mayoritarios, el temor al regreso del terrorismo
de Sendero Luminoso, se conjugó con la promoción de
otros miedos y complejos problemas con lo que se fue construyendo
una realidad en la que el único gobierno posible para el
Perú seguía siendo el de Fujimori. Imagen de presidente
campechano y eficaz que aparecía liderando una alianza de
partidos.
Estos diarios - como ahora ha quedado
demostrado- recibían diariamente las indicaciones del servicio
de inteligencia nacional, bajo las órdenes de Vladimiro Montesinos,
sobre qué debían publicar en portadas , qué
asuntos distractivos abordar y a qué líder opositor
debían descalificar. Así, los potenciales contendores
vieron uno a uno desmoronarse sus candidaturas. El alcalde de Lima,
Alberto Andrade, de exitosa gestión en el reordenamiento
de la capital pese al permanente boicot del gobierno, fue la primera
víctima, acusado de falta de sensibilidad con los más
pobres y por su calidad de criollo limeño en un país
de hondos conflictos étnicos y de resentimiento contra el
centralismo; el ex presidente de la seguridad social, también
de recordada gestión, fue objeto de insistente campaña
que lo presentaba como corrupto e inestable emocional; el economista
Alejandro Toledo, desde que empezó a figurar en las encuestas
de intención de voto, recibió los ataques que lo vinculaban
con un notorio estafador, luego de que encabezara multitudinarias
marchas de protesta fue identificado como violentista y calificado
de terrorista. Como la campaña no rendía los frutos
deseados, los esfuerzos combinados de los medios se centraron en
la construcción de una imagen de inestabilidad emocional,
proclividad a la mentira y , por último, se reactivó
un juicio por paternidad que ya había tenido sentencia absolutoria.
Para este fin, personal del ejército trasladó a la
supuesta madre de una niña no reconocida la que fue presentada
en un "reality show" televisivo de alta audiencia y que
conducía una presentadora de declarada postura a favor del
régimen muy allegada al asesor Montesinos.
En el caso de la radio, RPP, la
radioemisora de mayor alcance nacional e internacional y ligada
empresarialmente a uno de los más antiguos canales de televisión,
también comprometió su apoyo a cambio de dinero recibido
tanto por sus directivos como por sus periodistas, en la actualidad,
procesados por el Poder Judicial.
En estas circunstancias me propuse
un estudio acerca de la forma como la televisión trataba
- o dejaba de tratar- los asuntos públicos. Elegí
la televisión porque en la sociedad contemporánea,
imagocéntrica por definición, la televisión
se ha constituido en la fuente de mayor impacto e influencia en
el ámbito informativo. No es sólo una brillante aplicación
de los avances tecnocientíficos sino un fenómeno central
de la cultura contemporánea, con implicancias éticas,
estéticas y antropológicas. Y digo esto porque las
personas encienden su receptor, en primer lugar para entretenerse,
luego informarse y educarse. Pero todo pasa por la necesidad de
entretenimiento. Por eso la interrogante surgió alrededor
de cómo es que se informa, cómo es que llega y se
incorpora a la intimidad del hogar lo que se produce en la esfera
de lo público y qué visión de realidad se propone
en los espacios informativos.
1. Los espacios informativos
en la televisión local.
Identificar formas del
mensaje en espacios informativos de la televisión nos
condujo, en primer lugar, a tener en cuenta los canales de televisión
que operando desde Lima tienen cobertura nacional. La observación
se realizó entre los meses de marzo y abril del 2000, periodo
de fin de campaña electoral en el Perú - la fecha
de votación era el 9 de abril - y por lo tanto se preveía
como un tiempo especialmente propicio a la presentación de
los hechos de la esfera pública.
Como espacio informativo consideramos
tanto programas especializados así como canales vía
cable dedicados, fundamentalmente, a brindar información
en diferentes formatos (noticieros, programas periodísticos,
entrevistas, especiales, etc.). Durante el periodo señalado
los espacios y /o medios dedicados a información en la televisión
local fueron:
Programa
|
Medio
|
90 Segundos |
Canal 2 |
Diálogo. |
Canal 2 |
Contrapunto |
Canal 2 |
Primera edición |
Canal 4 |
América
noticias. |
Canal 4 |
Hora 20. Domingo |
Canal 4 |
24 Horas (mañana)
|
Canal 5 |
24 Horas (noche) |
Canal 5 |
Panorama. Domingo |
Canal 5 |
Confirmado |
Canal 7 |
ATV Noticias |
Canal 9 |
Canal 'N' |
Canal 8 |
Cable Canal de
N. |
Canal 10 |
Esta mañana
|
Canal 11 |
Esta
noche |
Canal
11 |
Debo señalar que al momento
de plantear el estudio (noviembre de 1999), un hecho notorio era
la ausencia de programas periodísticos preelectorales. Una
campaña electoral es un tiempo fuerte para la presentación
de los hechos públicos, pero a pocos meses de la realización
de los comicios la televisión de 'señal abierta',
vale decir, la que llega a la mayoría de hogares del Perú
no parecía percatarse de la inminencia de este importante
acontecimiento. Esto motivó una carta que envié y
que fuera publicada en el diario El Comercio señalando mi
extrañeza por esta clamorosa ausencia de interés de
las empresas televisivas en satisfacer la demanda del público1.
Habría que mencionar la enorme
importancia que en esa circunstancia tuvo la televisión por
cable, especialmente Canal 'N' empresa del diario El Comercio que
fue el medio que difundió en primer lugar un sonado caso
de falsificación de un millón de firmas destinado
a favorecer la candidatura del presidente en ejercicio y candidato
presidencial.
2. Comportamiento de la televisión
nacional de 'señal abierta' ante un importante suceso de
la esfera pública: Elecciones del 9 de abril
La televisión llega
a millones de receptores en todo el país. Su expansión
a lo largo de los últimos quince años ha tenido implicancias
en la programación. En afirmaciones de uno de los empresarios
más importantes, el crecimiento de la teleaudiencia en distintos
sectores sociales ha condicionado la emergencia de un gusto vulgar
y chabacano distinto al de las clases medias más informadas,
que en épocas anteriores demandaban un tipo de programación
más depurada. La ampliación del servicio eléctrico
ha significado también el incremento del número de
televidentes a nivel nacional.
La programación de los últimos
años ha sido persistentemente cuestionada por los sectores
más conscientes. Una de las explicaciones de su pobreza de
contenidos tendrían que ver con la crisis económica
que golpea a los empresarios. Toda empresa requiere de la publicidad;
pero esta inversión en épocas de recesión o
queda de lado o se reorienta a la búsqueda de segmentos muy
marcados desestimando o reduciendo la publicidad televisiva. De
otro lado, hacer televisión es sumamente costoso. Esta doble
condición la hace, en países de economía en
receso, especialmente proclive a la sumisión al poder político.
Más aún cuando sus dueños o administradores
la conciben sólo como una empresa comercial sin detenerse
a considerar sus serias implicancias éticas y antropológicas.
En esas circunstancias, la televisión
peruana vio plagada la pantalla de espectáculos vulgares
(de costo mínimo) y de un manejo de los asuntos públicos
manipulados desde el servicio de inteligencia. Por ello, los candidatos
que no pertenecían a la alianza oficialista, debieron esperar
hasta muy avanzada la campaña electoral para ser invitados
en programas cómicos o de variedades para ser conocidos por
la audiencia. La espectacularidad llegó a límites
vergonzosos a fin de 'hacerse notar' ante los medios2
.
3. La televisión de cara
al público
Recién en el mes
de febrero del 2000 y luego con más amplitud en marzo hubo
una cobertura mayor de las elecciones en el Perú de parte
de los canales de 'señal abierta'. Esta cobertura sin embargo
fue tan poco equitativa que se constituyó en un escándalo
internacional. El boletín N° 26 del 7 de marzo del 2000
entrega cifras importantes en torno a la aparición de los
nueve candidatos a la presidencia en los noticieros nocturnos de
seis canales. La observación es del 28 de febrero al 3 de
marzo3:
En primer lugar se detalla el Tiempo
total de aparición:
Fujimori, 68%; Toledo, 9%; San Románes están
recibiendo estos mensajes obviamente tan sesgados? El boletín
del 29 de marzo de 2000 de la Asociación Civil Transparencia
entrega algunas cifras respecto a la audiencia promedio en Lima
Metropolitana y a nivel nacional. Aquí las cifras:
TV de señal abierta.
Televidentes promedio general de lunes a domingo de 08.00 a 23.59
(Horario preferencial)
Total nacional: 1'784,000
Total Lima metropolitana: 1'170,000
Televidentes promedio general
de lunes a domingo de 19.00 a 22.59
Total nacional 2'701,000
Total Lima metropolitana 1'825,000
3.1 Desinterés de los
televidentes por programas informativos
Entre los motivos por
lo que los televidentes manifestaban ver televisión, en el
Informe de diciembre de 1999 de la empresa encuestadora Apoyo Opinión
y Mercado, se percibe una notable disminución del interés
por la información a través de la televisión.
Ella había descendido del 53% en 1998 a 33% en 1999. En primer
lugar se situaba el entretenimiento con un 55%, mientras el año
anterior había sido de sólo 43%. Esto merece analizarse
porque en todos los países del mundo las campañas
electorales son los momentos en los que la población consume
más programas informativos La situación política
y las manifestaciones de enojo ciudadano hacía prever una
alta necesidad de información nacional la misma que no encontró
su cauce en medios y espacios diversos a la televisión. El
espacio de las plazas y calles fue entonces el escenario natural
de deliberación de lo público.. ¿Qué
estaba ocurriendo en el público televidente peruano?. Más
adelante veremos algunos indicadores.
3.2 Horas de programación
informativa por los canales de señal abierta
Canal
|
Horas
|
Porcentaje
de Programación total4
|
Canal 2 |
10h |
10.5% |
Canal 4 |
22h |
23.2 % |
Canal 5 |
23h. |
27.4% |
Canal 7 |
26h |
28.4% |
Canal 9 |
5h |
5.3% |
Canal 11 |
5h |
5.3% |
Canal 13 |
--- |
--- |
Según la empresa
Apoyo, en medición de abril del 2000 comparando la preferencia
por géneros televisivos entre 1999 y el 2000, los
resultados fueron: en 1999 12% de los entrevistados dijeron preferir
los noticieros, sin embargo, en pleno año electoral del 2000
esta cifra había bajado al 9%. ¿Por qué este
descenso?
La respuesta la encontramos al observar
el Segundo Sondeo de Opinión Pública de la Veeduría
Ciudadana de la Comunicación Social, realizado en Lima los
días 4 y 5 de marzo entre ciudadanos mayores de 18 años
y de todos los sectores socio económicos, que arrojó
que el 83% manifestaba requerir información sobre propuestas
y planes de los candidatos; el 77.8% sentía la necesidad
de conocer más acerca de los candidatos, y el 75.5%,
sobre los probables equipos de gobiernos5.
Obviamente la televisión no satisfacía estas necesidades.
El incremento de audición en la radio y el éxito de
la prensa de opinión puso de manifiesto una demanda ciudadana
que la televisión de señal abierta - en aquel momento
de manera que resultaba incomprensible - no quería atender.
4. Lo público nacional
y la televisión de señal abierta
La aparente falta de interés
del público por los asuntos de la esfera pública tal
vez pueda interpretarse como una suerte de sanción por el
comportamiento de una televisión fuertemente condicionada
en lo político por un régimen autocrático.
Al respecto es interesante revisar las cifras difundidas por la
Asociación Civil Transparencia en torno a la presentación
de los candidatos presidenciales en la TV de señal abierta.
La observación se realiza entre los días 1 y 21 de
marzo del 2000 (las elecciones estaban fijadas para el 9 de abril).
Tiempo total de apariciones
de los candidatos.
Fujimori |
9h.25m. 08s |
Toledo |
1h. 54m. 42s. |
García B. |
37m.03s. |
Salas |
27m. 12s. |
Castañeda |
26m. 23s. |
San Román |
24m. 15s. |
Andrade |
18m. 00s. |
Salinas |
15m. 02s. |
Ataucusi |
11m. 49s. |
Estas cifras explican el poco interés
por una labor informativa notoriamente sesgada y que no ofrecía
aquello que se percibía como lo más necesario. Por
ello no extraña que en el Informe de la Veeduría Ciudadana
de la Comunicación Social, de fecha marzo del 2000 un 52%
declare que ningún medio ha satisfecho su demanda de información.
El porcentaje más alto de los que sí han cumplido
con esta tarea se halla Canal N (8) uno de los canales de cable
que llega sólo a una minoría. Otras cifras se refirieron
a la radio y la prensa seria.
4.1 Publicidad del Estado en
la Campaña electoral del año 2000
Un hecho que no puede
dejarse de mencionar en el análisis de lo ocurrido en la
televisión del Perú durante las elecciones del año
2000 y que quedará como experiencia funesta en términos
de falta de equidad y de respeto a la ciudadanía es el incremento
de los gastos de publicidad del Estado y que se constituyó
en materia de permanente denuncia por parte de los otros candidatos
debido al aprovechamiento que el presidente en ejercicio hacía
de los fondos fiscales para promocionar su tercera ilegal postulación..
La televisión recibió
el 78% de lo gastado en publicidad en todos los medios. Durante
los meses enero y febrero el Estado - el gobierno- incrementó
en 36.6% su gasto en publicidad en televisión respecto al
año anterior. Así de 6'181,002.92 millones de dólares
USA gastados en 1999, en plena campaña electoral el gasto
se elevó a 8'441,420.58 millones de dólares USA. A
esta dependencia económica se añade las manipulaciones
empresariales que mantuvieron a los canales virtualmente secuestrados
por el régimen autoritario. Este problema fue de tal magnitud
que algunos partidos denunciaron no haber podido contratar publicidad
(pagada) en los canales de señal paradójicamente llamados
de 'señal abierta'. El siguiente cuadro ilustra en torno
a la inversión en publicidad del Estado en etapa electoral.
CIFRAS DE LA ASOCIACION
NACIONAL DE ANUNCIANTES DEL PERU
INVERSION PUBLICITARIA ENERO /MAYO 2000 EN US $
Las 30 marcas/entidades
de mayor inversión
Rank
|
Descripción
|
Total
US $
|
1 |
Alianza Perú
20000 |
9.146.200.35 |
2 |
Presidencia Consejo
de Ministros |
8.703.620.46 |
3 |
ONPE |
5.8.63.088.89 |
4 |
Min. Promoción
de la Mujer |
3.786.454.58 |
12 |
Min. Transportes
y Comunicaciones |
3.148.992.42 |
26 |
ESSalud |
1.858.437.45 |
|
Total inversión
entidades del Estado |
32.506.791.0 |
27 |
Partido
Perú Posible |
1.830.936.11 |
INVERSION ENERO/
FEBRERO 2000- 30 MARCAS/ENTIDADES
Rank
|
Descripción
|
Total
US $
|
1 |
Presidencia del Consejo de
Ministros |
3.294.455.56 |
2 |
Min. Promoción de la
Mujer |
3.177.613.97 |
9 |
ESSALUD |
1.448.958.79 |
INVERSIÓN
ESTATAL POR MEDIOS ENERO-MAYO 2000
Medio
|
Porcentaje
|
Ministerio
y entidades del Estado
|
TV |
80.28 % |
24.745.464.30 |
Radio |
8.85 % |
2.727.610.97 |
Diarios |
9.91 % |
3.053.968.95 |
Revistas |
0.96 % |
296.450 |
INVERSION DE TODOS LOS PARTIDOS
POLITICOS |
14.122.578.67 |
NVERSIÓN DE LA
ALIANZA PERU 2000 |
9.146.200.35 |
INVERSIÓN DE TODOS LOS
DEMAS PARTIDOS |
4.975.378.32 |
Fuente: Supervisora de Medios y
Publicidad S.A. En: Anda, Julio 2000 Pág.9.
5.
El fraude informativo
No fue sólo un
problema de falta de equidad o la profusión de noticias inventadas
sino la aplicación de recursos en la puesta en escena de
las informaciones que es necesario identificar, como por ejemplo,
no dar la palabra "en vivo" a los opositores, sino que
se editaron declaraciones para que proyectaran una imagen de insolvencia
permanente; sus discursos fueron groseramente tergiversados; de
otro lado se los presentó en locaciones inadecuadas, con
iluminación deficiente, elección de planos inconvenientes,
etc. Mientras esto ocurría con los opositores el público
era testigo de la insistente y benévola presentación
del candidato presidente.
6. Las reacciones ante una labor
informativa fraudulenta
Semanas antes del 9 de
abril, miles de peruanos manifestaron en las plazas de distintas
ciudades del país su malestar frente al régimen y
su adhesión a alguno de los candidatos opositores. La televisión
local permaneció sorda, ciega y muda.
El día 9 de abril se consumó
el fraude electoral ante las cámaras de televisión.
Al concluir el acto electoral todas las encuestadoras coincidieron
que el ganador era el doctor Alejandro Toledo. Sin embargo, la Oficina
Nacional de Procesos Electorales retrasó los resultados y
finalmente dar la ventaja a Fujimori. Estas y otras graves irregularidades
obligaron a la misión de observadores de la OEA a retirase
del país. "algo siniestro está ocurriendo"
fue la declaración del embajador Stein, presidente de la
citada misión.
La noche del 9 de abril Alejandro
Toledo había encabezado un multitudinario mitin de protesta.
Las semanas y meses siguientes, grandes manifestaciones públicas
de rechazo ante lo acontecido con la participación de los
principales partidos políticos y la sociedad civil, fueron
disciplinada y sistemáticamente soslayadas por la televisión.
Miles en las calles y otros miles más en sus hogares compartieron
entonces la impotencia y el enojo, buscando afanosamente información
en la radio, usando el teléfono para indagar detalles o intercambiar
opiniones con familiares y amigos, convencidos todos que la televisión
estaba engañando. La televisión destinada al gran
público, la misma que tantas veces había proclamado
que basaba su programación en lo que le gusta a la gente.
El público optó por
la comunicación interpersonal. Así, frente a la ceguera,
sordera y mudez televisiva, la mesa familiar, el teléfono,
el correo electrónico en las cabinas del barrio, el puesto
de periódico en la esquina, la puerta de la bodega, el parque
etc., fueron redescubiertos como espacios de intercambio acerca
de los asuntos públicos.
El comportamiento de la televisión
local llegó a niveles de escándalo internacional.
El 11 de febrero el Segundo Informe de la Misión Internacional
del Instituto Demócrata y el Centro Carter había alertado
sobre "La falta de objetividad en los medios" recordando
que "La libertad de acceso a la información es un derecho
humano, especialmente en el contexto de una elección, en
la cual la posibilidad de escoger razonablemente entre varios candidatos
hace posible la expresión política del deseo del pueblo."
Por ello, los observadores internacionales advierten que "La
campaña electoral del 2000 ha sido obstaculizada por la falta
de objetividad de los medios y por una tendencia hacia el periodismo
sensacionalista. La discusión política es una rareza
en la televisión, especialmente en la televisión abierta,
mientras que sólo un grupo minoritario de peruanos tiene
acceso a la televisión por cable. En lugar de auspiciar debates
serios, la Delegación ha observado que varias estaciones
de televisión abierta están positivamente predispuestas
y hostiles hacia los candidatos de oposición y a los observadores
peruanos de las elecciones"6
La situación no presentó
mejoras, más aún se agravó por lo que en el
Informe Final de la Misión Conjunta de Francia, España
y Canadá señala: "... el acceso a la televisión
de señal abierta continúa siendo desigual. La desigualdad
persiste en términos de la menor cobertura y evidente sesgo
con los cuales los canales de señal abierta relatan las actividades
de la oposición", por lo que luego de relatar ataques
de los que son "víctimas los medios críticos
al gobierno actual" recuerdan que "esto es una violación
al derecho de la ciudadanía a recibir una información
política imparcial y plena." Además mencionan
"la excesiva publicidad estatal sobre los logros del gobierno
actual, especialmente en la televisión y la concentración
de la cobertura informativa del canal del estado en el candidato-
presidente."7
Ante la dimensión del problema,
la Misión de Observación de la OEA planteó
reiteradamente entre sus Recomendaciones más importantes
la mayor abertura de los espacios así como el cese a las
hostilidades a la oposición. Como respuesta, los canales
locales siguieron transmitiendo en extenso los mítines oficialistas
y obviaron, minimizaron o tergiversaron toda manifestación
adversa. La solitaria presencia de un canal por cable y sus programas
de análisis y transmisiones plurales de los mítines
ponía de manifiesto el rostro de un país claramente
escindido entre quienes (una minoría) tienen acceso a la
modernidad electrónica en casa y entre quienes siendo la
inmensa mayoría son mantenidos al margen de la información
sobre los asuntos públicos.
Situación paradójica
porque si bien mucha gente carece de la conexión del cable,
al haberse ampliado la frontera del servicio telefónico y
haberse extendido el uso de las cabinas públicas de Internet,
estas mismas personas - especialmente los jóvenes urbanos
- pueden comunicarse con un amigo lejano o frecuentar medios internacionales
mientras tienen una visión reducida o sesgada del acontecer
político nacional.
Los efectos sociales de esta y otras
paradojas de la comunicación social en el Perú son
- como muchas cosas en el país - impredecibles. Por ejemplo,
las campañas de los organismos oficiales que coparon mayoritariamente
la publicidad televisiva tenían como idea dominante la idea
del progreso del país, el que se estaría
logrando con kilómetros de carreteras, edificación
de escuelas y ampliación de servicios, pero confrontados
con las penurias diarias de exclusión, desocupación,
miseria, desnutrición y la ausencia de oportunidades los
mensajes podrían dar frutos no previstos. La diaria frustración
de expectativas no pudo ser permanente cubierta con spots triunfalistas
o el financiamiento a degradantes "reality shows".
Un Monitoreo de Medios realizado
por Calandria durante el mes de mayo del 2000, se obtuvo que la
televisión local dedicaba el 52.2% de sus Titulares
a las noticias Policiales, Delincuenciales o de Accidentes. En segundo
lugar se ubican las noticias Locales y de Desastres naturales con
un 20.7%; mientras tanto la aguda crisis electoral luego de la más
cuestionada primera vuelta, sólo había merecido el
14.1% de cobertura informativa8.
Cerrados los espacios de deliberación, en los canales de
"señal abierta" durante la campaña electoral
toda acción de defensa de los derechos ciudadanos, o se silenció
o fue presentada como inquietante promoción de violencia.
Y en los pocos espacios periodísticos existentes fueron convocados
como entrevistados o comentaristas oscuros personajes que apelaban
a la "necesidad de tranquilidad pública." Lo cual
era absolutamente incongruente no sólo con ese 52.2% de la
programación dedicado a exaltar a la delincuencia sino con
toda una programación violentista basada en "reality
shows" perversos, "cómicos" que agrediendo
todo valor de vida civilizada. Amén de las diarias muestras
de intolerancia desde el poder.
Entre la primera y segunda vuelta
del 2000 los medios continuaron comportándose de la misma
forma. Los resultados fraudulentos de mayo del 2000 no extrañaron
demasiado. Fujimori fue dado como ganador por apretada mayoría
y el Perú quedó polarizado. La organización
de una formidable manifestación que reunió a pobladores
de todos los rincones del país en la ciudad de Lima, la llamada
"Marcha de los cuatro suyos", fue liderada por Alejandro
Toledo pero contó con el apoyo de los más amplios
sectores de la sociedad civil.
Pocos meses después, en noviembre
del año 2000, en un marco de extraordinaria agitación
política y social y unida al descrédito internacional
generalizado el ingeniero Alberto Fujimori huye al Japón
dejando al Perú en su más grave crisis económica
e institucional. Un video difundido por el canal 8 , por cable,
puso al descubierto el pago realizado por el asesor Montesinos a
un congresista aparentemente opositor para que apoyara las decisiones
del fujimorismo en el Parlamento.
Un gobierno de transición
asumió el poder con el mandato de organizar nuevas elecciones.
Las que se llevaron a cabo en abril del año 2001 con el resultado
del triunfo, en primera vuelta, de Alejandro Toledo. Su oponente,
el ex presidente Alan García Pérez, recibió
desde su retorno al país luego de años de asilo en
Colombia amplia cobertura.
Los medios de comunicación
habían perdido credibilidad, sin embargo, los dueños
de los canales o sus representantes, continuaban y continúan
aún en sus actividades creando dificultades al gobierno de
transición del doctor Valentín Paniagua y en la actualidad
- aunque debilitados por las evidencias de corrupción- continúan
generando caos y desinformación.
Los resultados electorales peruanos
de 2001 que llevó a la presidencia al doctor Alejandro Toledo
estarían demostrando una demanda televisiva diferente. Sin
embargo, pasado el momento más grave de lucha por la democracia
es importante continuar bregando por una más sostenida y
amplia conciencia de la ciudadanía sobre el poder de la televisión
para construir realidades.
Hoy persiste la presentación
de los asuntos públicos como espectáculo donde la
norma es la violencia, el escándalo y el tratamiento superficial
de los temas realmente importantes. Forma que implica un grave riesgo
para la vida democrática puesto que este estilo de presentación
neutraliza el contenido y lo sustituye por imposiciones de sentido
totalmente contraproducente para la consecución de un individuo
autónomo en tanto instancia reflexiva y deliberante (Castoriadis
1997)9
Sin embargo, también es necesario
reconocer que la vigilancia crítica existe sobre todo en
momentos de gruesa manipulación. De ahí la necesidad
de reforzarla en orden a la consecución de un televidente
mejor provisto de defensas a partir del desarrollo de una nueva
competencia, "la competencia televisiva" que permita el
discernimiento entre los elementos ficticios de los reales. Campo
en el que la sociedad civil a través de todo tipo de organizaciones,
puede y debe empezar a trabajar porque si bien algunos sectores
se mantienen, al parecer, inmunes al constante flagelo de la desinformación,
vastos segmentos de público - especialmente los de menores
recursos - permanecen a disposición de sus designios. Con
la actuación de los medios de comunicación y en especial
la televisión en la presentación de los hechos de
la esfera pública lo que está en juego es una vida
social justa, libre y democrática. El problema se agudiza
por la dependencia de las empresas al poder político y los
condicionamientos económicos o fiscales que un régimen
autoritario les imponga.
Comentario final
La televisión cumple en la sociedad de la información
un papel ambivalente: de un lado es una poderosa fuerza democratizadora
debido a la accesibilidad a los mensajes, sin embargo, conlleva
el riesgo de destruir los propios espacios que abre a través
de la trivialización y exagerada personalización de
las cuestiones públicas convertidas en espectáculo.
Y, lo más grave aún, la sumisión al poder político.
La recesión económica
privó a la TV peruana de anunciantes, y a esto se unió
la falta ética de los empresarios que actuaron en desmedro
de la objetividad y el respeto al derecho ciudadano a la información.
En la actualidad, algunos de ellos enfrentan acciones judiciales
pero sus representantes continúan al frente de las medios
de comunicación mientras se discute una legislación
adecuada que garantice libertad de expresión y los derechos
de la ciudadanía a la información.
Notas:
1
Por considerarlo pertinente en tanto ilustra la situación
transcribo el texto de la carta publicada el martes 26 de octubre
de 1999 en la página de Opinión de El Comercio. "Señores
Directores: A muy pocos meses de las elecciones generales, y como
anotan algunos informadores, inquieta 'la ausencia de clima electoral'.
Al respecto habría que señalar que esta situación
no es gratuita sino que obedece a que muchos medios de comunicación,
en especial la televisión de señal abierta, no consideran
el tema como parte de la agenda y, por lo tanto, no lo propone a
sus públicos. Y si lo hacen, sólo rozan el tema a
propósito de acontecimientos anecdóticos, baladíes
y sin mayor trascendencia. Sin embargo, existimos personas deseosas
de escuchar los planes y programas de aquellos que aspiran a nuestros
votos y cuyos nombres son mencionados en las encuestas. El canal
de señal abierta que se decida a producir un programa político
serio, equilibrado y sobre todo plural, tendrá una elevada
cuota de audiencia asegurada. Atentamente. Sonia Luz Carrillo".
2 Al momento de redactar el presente
artículo se tiene ya la información de los niveles
de intromisión del régimen del presidente Fujimori
en los canales de televisión peruanos. Información
desconocida en momentos en los que se realizó el estudio.
3 Datos electorales.
Material de análisis de coyuntura. N° 26 Lima: Asociación
Civil Transparencia, 7 de marzo del 2000. Pág. 1
4 Fuente propia.
5 Alfaro, Rosa María y
Macassi, Sandro. Deficiencia informativa y debilidad democrática.
Lima, Veeduría Ciudadana de la comunicación Social
y Asociación Calandria, marzo, 2000 Pág. 34
6 Instituto Nacional Demócrata
para Asuntos Internacionales y Centro Carter. Segundo Informe de
la Misión Internacional de observación pre- electoral.
Lima, 11 de febrero de 2000, Pág. 6
7 Federation Internationale des
ligues des Droits de L'Homme, Francia; Federación de Asociaciones
de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, España
y International Centre for Human Rights and Democratic Development,
Canadá. Informe Final. Lima, 30 de marzo de 2000 Pág.
3 y 4.
8 Macassi, Sandro. Monitoreo de
medios de la primera vuelta electoral. Tratamiento informativo de
las noticias en la coyuntura electoral. Lima, Asociación
de comunicadores sociales Calandria, mayo de 2000, Pág.3
En otro cuadro el Informe señala un 26.1% dedicado a las
noticias deportivas.
9 Castoriadis, Cornelius. El avance
de la insignificancia. Buenos Aires: EUDEBA 1997, Pág. 199
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Dra.
Sonia Luz Carrillo
Poeta, periodista profesional y profesora
de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos de Lima, Perú |