Por Silvio Mario Rotta
Número 27
Si la posibilidad de algún
día llegar a la evolución de cerebros con capas neocorticales
en organismos multicelulares reproductores se dio hace, tal vez,
sesenta millones de años al aparecer el primer mamífero
en la tierra, el fenómeno comunicativo desarrollado por estas
especies podría considerarse como el primer síntoma
de futuras capacidades para elaborar lenguajes.
Se podría aventurar, por
tanto, que hace sesenta millones de años se inició
la posibilidad comunicativa en seres multicelulares con capacidad
de reproducción.
Existe una estrecha relación
entre la maduración de un sistema nervioso cada vez más
complejo y los procesos de comunicación que llevan, por un
lado, a la madurez neocortical con la cada vez más activas
e interconectadas relaciones del individuo con su medio y, por otro,
el origen de un mamífero que elabora lenguajes articulados,
gráficos y, en fin, todos aquellos que sus sentidos le permiten
percibir..
La explicación, por tanto,
de lo que constituye un proceso comunicativo que la evolución
hace cada vez más complejo no puede centrarse sólo
en la explicación de una de sus herramientas, el lenguaje,
si no en el proceso comunicativo global que se genera a partir de
la especificidad del individuo comunicante, tanto en su condición
de emisor como receptor del fenómeno comunicativo.
Mal se puede comprende la manzana
sin explicar el manzano.
Uno de los factores que llevó
a la especie humana a lo que es hoy, fue la maduración privilegiada
de sus habilidades comunicativas, sin las cuales no superaríamos
a nuestros primos.
Ha quedado claramente demostrado,
además, la estrecha relación existente entre las capacidades
fisiológicas que nos hace inteligentes y las habilidades
comunicativas a través de lenguajes. Lo uno y lo otro son
factores que no es posible comprender (y por supuesto operar) independientes.
En un estudio realizado en Chile
de los contenidos temáticos en la enseñanza de la
Comunicación en 58 asignaturas impartidas por 14 Universidades
y 9 Institutos Profesionales, se concluye que no existe un cuerpo
de contenidos temáticos unánimemente aceptados que
se considere imprescindibles para ser incluidos en las asignaturas
examinadas, ni existen contenidos temáticos para una misma
carrera en diferentes instituciones.
En todos los contenidos se confunde
la enseñanza de la Teoría de las Comunicaciones con
los contenidos ideológicos y pragmáticos de diferentes
profesiones.
El estudio señala, más
adelante, que "los contenidos son tratados, en general, superficialmente"
y "la referencia a textos introductorios, divulgatorios e interpretativos,
reemplaza la lectura de los autores mismos".
El artículo al que hago referencia,
como lápida final, dice que en general los programas y bibliografías
presentaban atrasos de 20 años (en 1995).
Quienes por razones profesionales
nos vinculamos a centros de estudio sabemos que, en 2002, el fenómeno
se mantiene y los contenidos teóricos para la enseñanza
de las comunicaciones, como teoría, no tienen una estructura
epistemológica, que permita considerarlas un fenómeno
científico. Representan sólo una acción pragmática
de superficie para la comprensión del ser humano como objeto
y no como sujeto del fenómeno comunicativo.
Conclusión inevitable es
la necesidad de elaborar programas de enseñanza de la Teoría
de las Comunicaciones a partir de un criterio que de al fenómeno
comunicativo su trascendencia científica. El enfoque debe
partir del ser humano no sólo como usuario, si no además
como creatura, producto y fenómeno central de la comunicación.
Sin duda, el fenómeno comunicativo
no resulta comprensible a partir, por ejemplo, de las cualidades
y especificidades de fonemas y morfemas. Menos aún pueden
ser cualificados por la estructura de los contenidos o las características
de mayor o menor complejidad del medio transportador o receptor.
El fenómeno es comprensible
a partir del ser humano que lo genera y absorbe.
Estaríamos poniendo los bueyes
delante de la carreta lo que nos permitiría avanzar.
Mg.
Silvio Mario Rotta
Periodista, profesor de Teoría
de lasComunicaciones, Magister en Cs. de la Comunicación. |