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Agosto - Septiembre 2002

 

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Fox y prensa. Relaciones peligrosas1
 

Por Octavio Islas y Fernando Gutiérrez
Número 28

¿Cómo pasamos del "yo no pago para que me peguen" al "yo no leo porque me pegan"?
Las relaciones entre la prensa y el poder, en tiempos de la "presidencia imperial", admiten ser calificadas como "simbiótico-incestuosas". En 1992 el periodista Rafael Rodríguez Castañeda, hoy director del semanario Proceso, así las describía:

En los últimos cinco decenios prensa y gobierno en México han vivido enredados en una trama de relaciones equívocas. Resulta poco menos que imposible precisar dónde se originan los vicios que desde los años cuarenta entorpecen, enrarecen y distorsionan la información periodística en el país: ¿en la mano que pide, en la mano que soborna, en la mano que recibe, en la mano que golpea? En la insana relación prensa-gobierno se mezclan los intereses económicos, políticos y aún facciosos -locales, regionales o nacionales-, que utilizan a los medios impresos como instrumentos de influencia o presión. Y también, por supuesto, los intereses muy particulares de periodistas, políticos y funcionarios. De sexenio a sexenio, de Presidente a Presidente, la situación prevalece: un gobierno que ejerce el autoritarismo prácticamente sin limitaciones; una prensa en su mayoría domesticada; y un público que desconfía por igual de la prensa y del gobierno. Desde el funcionario de más bajo nivel hasta el Presidente de la República, las instancias gubernamentales han asumido la tarea de cortejar, corromper y aun reprimir en la búsqueda de una prensa sumisa e incondicional. En contraparte, muchos periódicos y periodistas--desde los reporteros de nota roja hasta directores y gerentes- han hecho suyo el hábito de cortejar y dejarse cortejar, adular, corromperse, chantajear, someterse, ponerse al servicio del gobierno en su conjunto o del funcionario en lo personal, con las excepciones de quienes están dispuestos a enfrentar los riesgos de romper las reglas del juego2.

El destacado periodista Raymundo Riva Palacio, en un artículo que fue publicado hace doce años en la Revista Mexicana de Comunicación, se dio a la tarea de identificar cuáles eran las inercias históricas que obstruían el desarrollo de una prensa más crítica e independiente:

La impunidad con que se mantienen los viejos esquemas de corrupción en la prensa capitalina, son inconcebibles para la sociedad moderna (...) No pueden existir ya más jefes de prensa que corrompan a los periodistas, que no son lo más corrupto del sistema pero sí a quien se fustiga por ello. Las prebendas, las gratificaciones, o los embutes como coloquialmente se conoce al dinero allegado irregularmente, son utilizados por un buen número de empresarios periodísticos como complemento a los salarios que pagan, lo cual es una desviación ética y profesional. No son pocos los dueños de periódicos que, cínicamente, llegan a decir que pagan bajos salarios porque las fuentes de información, complementan la paga. De esa manera, los periódicos reciben un subsidio adicional muy peculiar, que abate los costos de las nóminas y, así incrementan las ganancias3.

El candidato Vicente Fox sintetizó la voluntad de cambio de millones de mexicanos. "La epopeya del 2 de julio del 2000 -afirma el periodista Ricardo Rocha- tuvo un protagonista indiscutible y una palabra mágica: Vicente Fox y el cambio. La conjunción de un candidato carismático y una promesa tan esperanzadora fueron una combinación formidable"4.

Afortunadamente el recurso de las urnas y no el uso de las armas -como había advertido el líder sindical Fidel Velázquez- bastaron para exorcizar al "ogro filantrópico". Con el cambio de régimen fue posible concebir un México radicalmente diferente. En medio del júbilo fue factible suponer que las difíciles relaciones entre la prensa y el poder podrían transformarse de una vez por todas. "La esperanza del cambio -señala atinadamente el periodista Ricardo Rocha- era alta que nada de lo nuevo que aparejaba podría ser rozado ni con el pétalo de una crítica"5.

En los meses recientes es posible advertir el sensible deterioro de las relaciones del presidente Vicente Fox con la prensa. Algunos colaboradores intentan convencerlo del "complot" que han emprendido los "enemigos del gobierno del cambio" a través de los medios impresos, como afirma Raymundo Riva Palacio:

El desgaste del discurso presidencial sigue viento en popa, Fox y su equipo insisten en culpar a los medios de que les tergiversan las palabras, a los partidos de oposición de que están bloqueando todos los cambios propuestos, y a los ciudadanos de no entender el esfuerzo que está realizando para refundar la nación6.

Leo Zuckermann, investigador del CIDE, en un artículo que fue publicado en El Universal consigna la relación de sustantivos y calificativos que suele emplear la prensa al referirse a la presente administración y al presidente Vicente Fox:

Los sustantivos "parálisis", "fracaso", "carencia", "decepción", "reyetas", "desperdicio", "sobrevivencia", "engaño", "ingobernabilidad", "errores", "amateurs" e "incapacidad" son algunos de los usados por la opinión publicada a propósito del segundo aniversario del 2 de julio. "Disminuido", "irritado", desdeñoso", "débil", "lento", "inepto", "mediocre" o "estancado" son los adjetivos. En los últimos días hemos sido testigos de una verdadera avalancha de críticas implacables. No hay duda, Fox está perdiendo los medios. ¿Debería preocuparse?7.

La intensidad de las críticas, y particularmente las expresadas a través de algunos medios impresos, sin duda alguna se han convertido en un asunto incómodo para el presidente Vicente Fox, al grado de aceptar que no lee más los periódicos. Inclusive en reciente gira por el estado de Querétaro, el presidente Fox se declaró incrédulo de lo que publican los medios de comunicación sobre la situación del país:

a veces parece, cuando uno lee medios de comunicación, que las cosas están mal en nuestro país. Yo quiero decirles que cada que recorro las comunidades indígenas, los pueblos, las comunidades rurales, las ciudades, las capitales, las cabeceras municipales, me motivo fuertemente porque encuentro este espíritu de optimismo, de esperanza que se respira aquí, en este lugar8.

El presidente Vicente Fox incurre en un desafortunado error al aceptar que no lee más los periódicos por considerar que éstos no reflejan las verdades y realidades que él percibe. En toda democracia es tan indispensable el disenso como el consenso.

Las afirmaciones del presidente Vicente Fox inevitablemente conducen a generalizaciones injustas y peligrosas. A nadie conviene una prensa sumisa. A nadie conviene un presidente parcialmente informado o desinformado. En realidad son los aduladores y los incompetentes quienes más daño han hecho al presidente Vicente Fox, no los críticos. A las pruebas nos remitimos...

El conflicto de San Salvador Atenco exhibe a un presidente desinformado
Si el presidente Fox ya no lee periódicos, podría suponerse que en las síntesis informativas que diariamente recibe en Los Pinos debió ser consignado el progresivo malestar de los campesinos de San Salvador Atenco. También sus principales colaboradores debieron informarle. Sin embargo todo hace suponer que no fue así. Sólo de ese modo podría entenderse el desempeño reactivo del "gobierno del cambio" ante un conflicto que todavía podría derivar en un clima de violencia de proporciones insospechables.

Algunos de los periodistas que posiblemente resultan "incómodos" para el presidente Vicente Fox, con oportunidad advirtieron las posibles repercusiones de la desatención gubernamental a las demandas de los campesinos de San Salvador Atenco. El lunes 15 de julio, el periodista Ricardo Rocha publicó en El Universal el mismo artículo que fue publicado el lunes 19 de noviembre de 2001. Sólo modificó el título. Entonces el periodista ya advertía la gravedad de la desatención gubernamental a las peticiones de los campesinos de San Salvador Atenco. No se equivocó. Mientras tanto ¿qué hizo Pedro Cerisola además de reunirse con Bill Gates y consultar a los patos?

Pedro Cerisola y Weber secretario de Comunicaciones y Transportes, no sólo exhibió franca impericia política -jamás se tomó la molestia de platicar con los campesinos de San Salvador Atenco, a quienes pretendió pagar el menor precio posible por las tierras expropiadas (siete pesos por metro cuadrado)-, además ocultó información al presidente Vicente Fox relativa al proyecto "Plan Terminal 2", del cual es firme promotor el empresario Juan Sánchez Navarro, vicepresidente de Grupo Modelo, quien afirmó: "las palabras del presidente Fox fueron muy claras: "A mí no me habían informado de esto; yo no sabía nada"8.

De las declaraciones del presidente Vicente Fox y del empresario Juan Sánchez Navarro, es posible deducir que Pedro Cerisola y Weber sencillamente no consideró indispensable informar al presidente Fox de la existencia del proyecto alternativo "Plan Terminal 2". Además el secretario de Comunicaciones y Transportes ni siquiera recibió al piloto Alfredo Lezama y al arquitecto Carlos Hurtado, autores del proyecto.

Sin duda alguna el proceder de Pedro Cerisola ante la oposición de los campesinos de San Salvador Atenco al proyecto del nuevo aeropuerto, por lo menos admite ser calificado como irresponsable. ¿Por qué Cerisola ocultó al presidente Vicente Fox información relativa al "Plan Terminal 2?. ¿Cuánta más información oculta el secretario Pedro Cerisola al presidente Vicente Fox?. ¿Por qué el secretario de Comunicaciones y Transportes tajantemente ha negado la existencia de un "plan B", despreciando el aparente optimismo que generó en el presidente Vicente Fox el proyecto presentado por el empresario Juan Sánchez Navarro?

El presidente Vicente Fox no puede señalar a la prensa como responsable de la sensible pérdida del incuestionable prestigio político con el cual accedió a la Presidencia, cuando en realidad algunos de los prominentes miembros de su publicitado gabinetazo no han estado a la altura de las circunstancias.

La prensa internacional

Si efectivamente el presidente Vicente Fox ha optado no leer los periódicos nacionales por considerar que sistemáticamente ocultan el espíritu de optimismo y la esperanza que él advierte en los mexicanos-, también tendrá que prescindir de la lectura de importantes medios informativos internacionales, los cuales han empezado a refutar las razones del optimismo presidencial.

El bono democrático que la prensa internacional ha concedido al presidente Vicente Fox empieza a agotarse. También la prensa internacional advierte cómo los días de la euforia han dado paso a días de reclamo. En junio, el mensuario latinoamericano Gatopardo, La Vanguardia de Barcelona, The Washington Post y El País de Madrid publicaron severos cuestionamientos al presidente Fox y a su "gabinetazo", el cual incluso fue calificado por el Washington Post como "administración contenciosa" -"remember the Alzheimer"-.

El periodista Javier Solórzano advierte cómo en términos de imagen pública, el presidente Vicente Fox es uno fuera y otro dentro.

El Fox de fuera parece firme, decidido y hasta contento. El de dentro se ve invariablemente preocupado. Es obvio que los terrenos son diferentes, pero también es obvio que desde el primero de enero se ha ido perdiendo la chispa y quizá se ha dejado escuchar a la crítica, pieza central para que Fox se convirtiera en una esperanza de cambio real. Todos sabíamos que no iba a ser fácil, pero el gobierno lo ha hecho todavía más difícil. El Fox de fuera, el que llama la atención, al que se le presenta un reconocimiento, ha dejado de ser el de dentro9.

La prensa internacional empieza a ver diferente al presidente Vicente Fox y al "gobierno del cambio". Algunos prestigiados medios internacionales empiezan a emplear los mismos sustantivos y calificativos de la prensa nacional. El destacado periodista Ricardo Rocha afirma:

Si hasta ahora Fox pareciera no tener demasiado en cuenta a las críticas internas, las de afuera sí que deben importarle e importunarle. Acostumbrado como está a las visiones de su canciller para el cual sólo lo publicado en esos medios es digno de tomarse en cuenta10.

Los funcionarios responsables de comunicación social de la Presidencia de la República no han sido capaces de diseñar una efectiva estrategia de comunicación social para el llamado gobierno del cambio. Al respecto Raymundo Riva Palacio afirma:

La Presidencia foxista lleva año y medio, tres directores de Comunicación Social y una cadena de torpezas. La primera directora fue la hoy esposa de Fox, cuya oficina intentó censurar a corresponsales extranjeros en vísperas de la visita del presidente Aznar que coincidió con la boda presidencial. Uno de ellos fue Enrique Serbeto, corresponsal del periódico madrileño ABC a quien le condicionaron una entrevista con Fox a que no hiciera preguntas sobre el Toallagate -El presidente está muy deprimido por ello-, le explicaron. Serbeto consultó con sus jefes y acordaron aceptar la entrevista y preguntarle de cualquier forma sobre el tema. No fue necesario. Fox sacó el tema del costoso menaje de la casa presidencial para ensalzar los cambios en su gobierno y la libertad de expresión reinante. Una vez más el presidente caía en contradicción (...) La esperanza de mejor trato con Elizondo quedó en un sueño por su desconocimiento sobre los medios. Esa ha sido la constante. La ignorancia de la señora Sahagún era tal que ni siquiera conocía a la agencia estadounidense AP, que tiene 16 mil clientes en el mundo. Ortiz, ni conocía ni le interesaban los medios de prensa, salvo como vehículos mercadológicos. La política de comunicación foxista ha sido un desastre, en lo que no hay gran diferencia con anteriores gobiernos. El problema es que el autoritarismo de aquellos era sofisticado y sutil, mientras que el de éstos es rupestre, por lo que de bajar, el conflicto seguirá escalando11.

El controvertido político Manuel Camacho Solís afirma que "la mejor inversión política que Fox puede hacer en este segundo aniversario del 2 de julio es contestarse, a sí mismo, dos preguntas: ¿Por qué ha perdido capital y prestigio político? ¿De qué depende que lo siga perdiendo o que pueda recuperarse?"12.

Si al responder esas preguntas, el presidente Vicente Fox culpa a la prensa nacional e internacional, estaría faltando a la verdad.

Suspensión de autocrítica y abuso de propaganda
A pesar de que el presidente Vicente Fox se declaró incrédulo de lo que publican los medios de comunicación sobre la situación del país, la Presidencia de la República ha desplegado una intensa campaña propagandística: "El cambio en México ya nadie lo para", la cual incluye costosísimos anuncios en horarios "Triple A" de los principales noticiarios de Televisa y TV Azteca, un amplio número de spots en radio y la inserción de desplegados de plana completa en periódicos como El Universal. También la Presidencia de la República ha recurrido al cómic -tres millones de historietas- para difundir los logros del presidente Vicente Fox13.

El presidente Vicente Fox debería emprender la profunda autocrítica de los actos y las omisiones de su gobierno. De acuerdo con las afirmaciones de la inteligente periodista Carmen Aristegui, la autocrítica permanece como un asunto en suspenso:

"La autocrítica no cabe. Hace algunos meses, ante la petición de Círculo Rojo para ejercer la autocrítica, la respuesta fue: "No hay nada mal". Hace apenas unos día el corresponsal de The Economist pidió respuesta a una sola pregunta. ¿Qué ha hecho mal y qué haría para remediarlo?".Una respuesta similar con la que concluyó un encuentro de apenas cuatro minutos".

Los responsables de la comunicación estratégica del actual gobierno efectivamente van perdiendo la "batalla mediática". Las constantes filtraciones a los medios -un día sí y otro también- revelan la ausencia de efectivas estrategias de comunicación social. La agobiante propaganda afirma la suspensión y el aplazamiento de la autocrítica, nunca tan indispensable como ahora.

El presidente Vicente Fox insiste en guardar las "tarjetas rojas" que tanto ha tardado en aplicar a algunos de los miembros de su gabinetazo. Los resultados de los comicios realizados en Nayarit permiten afirmar que el "ogro filantrópico" todavía no ha muerto y está de vuelta. Es la última oportunidad para que la transición democrática no quede en una simple alternancia. Ojalá sí informen de ello al presidente Vicente Fox.


Notas:

1 La primera versión de este texto fue entregada a Le Monde Diplomatique, versión mexicana, y se publicará en el número correspondiente a agosto de 2002.
2 Rafael Rodríguez Castañeda, Rafael (1992): Prensa vendida. Los periodistas y los presidentes: 40 años de relaciones. México. Grijalbo.
3 Raymundo Riva Palacio: "Los medios y la antidemocracia". En Revista Mexicana de Comunicación. Número 11. Mayo-junio de 1990. México.
4 Ricardo Rocha: "2 de julio: ¿para qué?". El Universal. 1 de julio, 2002. A 10.
5 Ricardo Rocha: "Golpe de timón: ya viene". El Universal. 1 de julio, 2002. A 8.
6 Raymundo Riva Palacio: "El sexenio corto". El Universal. 26 de junio, A 22.
7 Leo Zuckermann: "Está perdiendo Fox en los medios", El Universal. 1 de julio, 2002, A.28.
8 Alejandro Ángeles: "Gusta a Fox el plan Terminal 2". El Universal. 17 de julio, 2002. B.3.
9 Javier Solórzano Zinser: "El fox de adentro y el fox de fuera". El Universal. 10 de julio, 2002. A 15.
10 Ricardo Rocha: "2 de julio: ¿para qué?". El Universal. 1 de julio, 2002. A 10.
11 Raymundo Riva Palacio: "Luna de hiel". El Universal. 22 de julio, 2002. A29.
12 Manuel Camacho Solís: "Los Pinos: o gobernar o polarizar". El Universal. 1 de julio, 2002, A.28.
13 Alejandro Torres Rogelio: "Recurre Fox al cómic para difundir logros". El Universal. de julio, 2002, A 9.


Dr. Octavio Islas y Mtro. Fernando Gutiérrez
Investigadores del Proyecto Internet del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México