Internet...
Hacia una nueva comunicación

RAZÓN Y PALABRA, Número 3, Año 1, mayo-julio 1996

Octavio Islas, Fernando Gutiérrez y Carlos de la Guardia.

La mayor parte de los principales corporativos mundiales ya considera a Internet como un efectivo medio publicitario. Al respecto, cabe mencionar que durante 1995, las dos terceras partes de las 500 empresas más importantes del mundo, según la revista Fortune, ya empleaban Internet en sus comunicaciones ordinarias.

Algunos directivos de ese selecto grupo de corporativos, incluso afirman que las empresas que hoy en día no consigan aprovechar las grandes ventajas de la red en un futuro no muy distante podrían enfrentar agudos problemas.

Internet es el medio idóneo para proyectar una positiva y uniforme imagen corporativa en todo el mundo. Por medio de Internet pueden desarrollarse amplios programas de relaciones públicas.

Sin embargo, no debe convertirse a Internet en una quimera. Si la institución que ha incorporado este medio a su sistema de comunicaciones carece de una estrategia rectora que le confiera sentido a sus acciones comunicativas, su presencia en la red incluso podría generarle efectos muy negativos.

Internet también permite desarrollar efectivas campañas de publicidad mundial a precios que resultan sumamente económicos. Simplemente conviene preguntarse cuanto costaría en otro medio de comunicación el difundir un positivo mensaje de las actividades comerciales que realiza una empresa, a más de 40 millones de personas en cerca de 180 naciones. Además, es importante tener presente que esos usuarios forman parte de los principales grupos de decisión en el mundo.

Más allá de su empleo en ambiciosas acciones de publicidad corporativa, también es posible usar Internet para mejorar las comunicaciones internas y externas de una organización.

Un inteligente aprovechamiento de Internet permite ampliar los canales de distribución; desarrollar ambiciosos programas de planeación estratégica; acceder a una significativa reducción de costos -principalmente de papel-; desarrollar efectivas formas de colaboración con otras compañías en determinados proyectos, tales como: desarrollo de productos, obtención y utilización de información, mercadotecnia, ventas, transmisión de información y presencia corporativa.

Es importante destacar que para que una empresa efectivamente obtenga las mejores ventajas de Internet, es necesario que adopte una actitud innovadora en la solución de sus problemas de servicio, ventas y mercadotecnia. Esa actitud precisamente deberá sustentarse en la creación de valores orientados hacia el desarrollo de un productiva cultura de intercambio de información.

Esto supone que la empresa no limitará el uso de Internet a sus clientes, sino que compartirá con los empleados información útil, detallada, actualizada y constante. Esa información deberá presentarse conforme a las principales características de Internet; es decir: interacción y profundidad.

Las grandes compañías no son las únicas que aprovechan los amplios beneficios de Internet; de hecho, las pequeñas y medianas empresas son las que pueden resultar más favorecidas por el uso de la red, puesto que por primera vez se encuentran en condiciones de poder desarrollar una efectiva presencia global y, lograr simultáneamente una mayor participación en el mercado, sin la necesidad de tener que realizar cuantiosos gastos en materia de publicidad.

Las ventajas que una empresa puede obtener de Internet definitivamente se extienden mucho más allá del positivo desarrollo de su imagen corporativa. En Internet, el empresario fácilmente puede encontrar amplia información sobre nuevos proveedores, reglamentos, condiciones de acceso a nuevos mercados, tendencias, etc.

Como ya hemos mencionado, el número de usuarios de Internet aumenta día con día. Esa situación ha sido posible gracias a la constante simplificación de las herramientas que permiten tener acceso a la información contenida en Internet.

En un futuro inmediato seguramente se dispondrá de herramientas mucho más sencillas y amigables, por lo que la innovación y la creatividad permitirán emprender la exploración de nuevos senderos en Internet. Además, seguramente proliferarán las llamadas "corporaciones virtuales"; es decir: empresas que físicamente no existen, pero que realizan intensas actividades comerciales a través de Internet.

Los nuevos mercados virtuales seguramente modificarán los hábitos de consumo y los estilos de vida de millones de seres humanos. Es posible suponer que Internet intensificará la creciente globalización de la economía mundial.

Las prácticas proteccionistas y las restricciones que actualmente aplican algunas naciones para limitar el libre desarrollo de las actividades comerciales, paulatinamente serán desechadas. Internet incluso forzará la apertura comercial de muchas economías que se han mantenido ajenas a este proceso.

En el próximo milenio también se incrementará el número de trabajadores que diariamente realizarán sus labores desde la comodidad de su casa, a través de su computadora.

La consecuente descentralización de las fuentes de trabajo derivará en un inevitable redimensionamiento de los actuales centros de decisión y de poder.

Durante el próximo milenio seguramente se consumará la transición hacia las auténticas sociedades de la información. La calidad informativa será el nuevo fundamento de las relaciones sociales de producción.