Por Erick Fernández
Número 31
El 11 de septiembre del 2001
el mundo cambió. Este es un lugar común resaltado
hasta la saciedad por los medios de difusión internacionales.
Sin duda es una verdad a medias, ya que en gran medida se manifiesta
la profundización de las características de continuidad
en el escenario global, en particular aquéllas referidas
al entorno económico y financiero, social y político.
Ha abundado el diagnóstico sobre el hecho, pero en pocas
ocasiones se ha mencionado el carácter comunicacional de
este entorno.
El propósito del presente
trabajo es señalar las características principales
de la estrategia de comunicación del gobierno de los Estados
Unidos, tras el 11 de septiembre, destacando la llamada política
de diplomacia pública, como una recomposición de su
aparato informativo oficial, que desde su propia lógica fue
tomado por sorpresa y observar algunos resultados del mismo.
No es objeto por el momento de este
avance detallar los elementos constitutivos del ataque a los Estados
Unidos, sino exclusivamente, describir los resultados de esta estrategia
comunicativa a más de un año de los acontecimientos.
Así, aunque el concepto de
promoción democrática no es novedoso, sino que ha
evolucionado a la par de la historia estadounidense, si lo es la
llamada diplomacia pública, que supone la estrategia de vinculación
del gobierno de los Estados Unidos con los individuos extranjeros,
organizaciones sociales y no necesariamente los gobiernos para promover
sus intereses en el exterior.
En esta estrategia se han utilizado
tradicionalmente los medios de difusión masiva (prensa, radio,
televisión) y en los últimos años las nuevas
tecnologías, particularmente los sistemas satelitales y el
internet
Ya en 1994, durante la administración
del presidente William Clinton, se destacaba esta aproximación
en la definición del presupuesto para asuntos internacionales.
Apuntando los siguientes elementos en el ambiente del fin de la
llamada guerra fría:
a).- Promover y mantener la paz
b).- Promover el desarrollo económico y el desarrollo sostenible
c).- Actuar sobre los problemas globales
d).- Otorgar asistencia humanitaria
y dos temas sustantivos
d).- Construir la democracia y
e).- Avanzar en la diplomacia, como el medio más importante
para progresar en las tareas anteriores.
En esta definición no se
habla de la diplomacia tradicional sino particularmente de la llamada
diplomacia pública, de allí su importancia estratégica.
Esta política oficial se
concretó en la aprobación de recursos para los instrumentos
de la diplomacia pública como las estaciones internacionales
de radio y televisión del gobierno de los Estados Unidos,
por todos conocidas, y el desarrollo de sistemas y páginas
informativas en Internet donde se presentan los contenidos particularmente
noticiosos que reproducen la visión oficial de los Estados
Unidos para todos aquellos que tienen la posibilidad de ingresar
a sus páginas.
En este trabajo nos detendremos
en el caso de Afganistán, que puede resultar altamente coyuntural
pero que consideramos ilustrativo para evidenciar los elementos
de esta estrategia.
Siguiendo a fuentes norteamericanas,
el gobierno de los Estados Unidos apoyó la formación
de la Alianza Islámica de los Mujahedines Afganos en 1983
y una alianza entre el gobierno de Arabia Saudita, Pakistán
y los Estados Unidos (a través de su Agencia Central de Información)
financió, entrenó y abasteció a este grupo
armado
Cerca de 15 mil musulmanes no afganos
se incorporaron a esa alianza, entre ellos 4 mil saudíes
liderados por Osama Bin Laden, quien trabajaba de forma cercana
a la CIA recaudando fondos entre ciudadanos acaudalados de Arabia
Saudita.
A la par, el gobierno de los Estados
Unidos continuaba su campaña radiofónica a través
de Radio Free Europe y Radio Liberty para alentar la conciencia
islámica y el nacionalismo étnico en el Asia Central
para apoyar a los mujaheidines. Sin embargo, utilizaba los argumentos
contrarios para debilitar al régimen de Irán1.
Tras el retiro soviético
de Afganistán, la posterior instalación del régimen
talibán no mereció un interés mayor, hasta
el 11 de septiembre del 2001. Cuando los ojos del mundo volvieron
a dirigirse a aquella región por las causas conocidas por
todos.
William Safire del New York Times
fue uno de los primeros columnistas estadounidenses en referirse
al tema. En la edición del rotativo del 20 de septiembre
del 2001, el redactor señalaba que la principal fuente de
información del habitante afgano promedio era la radio y
en los receptores únicamente se escuchaban las emisiones
de la radio Shariat contraria al gobierno de los Estados Unidos.
Safire se lamentaba la inexistencia de una Radio Afganistán
Libre promovida por el gobierno norteamericano que dijera la verdad
oficial. Y señalaba "Estados Unidos debería hacer
lo que conoce mejor: Usar la guerra psicológica para debilitar
el control de los terroristas sobre la población local"2.
Safire relataba en su articulo que
incluso la estación oficial, The Voice of America, en una
mala interpretación de sus criterios de balance y objetividad
noticiosa había dado voz a través de sus micrófonos
a un líder de un grupo islámico egipcio acusado de
asesinar a 58 turistas en cerca de El Cairo y que había culpado
en esa emisión a la política financiera y militar
de los Estados Unidos en Medio Oriente como la culpable de los atentados
en Nueva York y Washington. Un mes después se designó
a un nuevo jefe de la VOA, Robert Riley.
En un primer momento, la rama ejecutiva
de la administración Bush no consideró prioritaria
una estación norteamericana para Afganistán. Lo que
si estimaron importante fue el rediseño de la página
de internet del Departamento de Estado, que incluyó una parte
que al día sigue en permanente actualización denominada
Respuesta al Terrorismo. ¿quiénes acceden a
esa página? No precisamente los afganos en cuyo país
la accesibilidad a internet es prácticamente cero.
Sin embargo, tras dos semanas de
los atentados iniciaron sus operaciones de guerra psicológica,
unidades aéreas de la defensa estadounidense, que emitían
programas radiales a través de los vuelos en el espacio aéreo
afgano del llamado Commando Solo, aviones equipados con alta
tecnología de radio y teledifusión.
La estrategia de diplomacia pública
realmente inició con improvisación a principios de
octubre, cuando distintos oficiales norteamericanos trataron de
persuadir a organizaciones árabes para disminuir a las milicias
talibanes y por otra parte a las estaciones de televisión
árabes a bajar el tono de lo que llamaban el odio a lo norteamericano
promovido por la cadena televisiva Al-Jazeera mientras el Commando
Solo empezó a lanzar panfletos para que los talibanes se
rindieran.
The Wall Street Journal señalaba
que "un recuento de la embajada de los Estados Unidos en Islamabad
dice que entre el 28 de septiembre y el 1 de octubre del 2001, Radio
Pakistán transmitió 18 piezas noticiosas basadas en
informes de prensa provenientes del Departamento de Estado, que
precisaban la asistencia humanitaria norteamericana a los refugiados
afganos y las evidencias de los ataques del 11 de septiembre"3.
Para David E. Kaplan del US News
and World Report, la falta de una respuesta inmediata del gobierno
de los Estados Unidos se debió a la excesiva confianza en
el nuevo orden internacional y que sus habilidades disminuidas en
la diplomacia pública no les permitió pensar en definitiva
en un nuevo escenario, incluso el presupuesto destinado a este tipo
de operaciones cayó 30% de 1992 a 1999 o como Jon Alterman
del United States Institute of Peace señala en relación
la presencia comunicacional de Estados Unidos en el Medio Oriente
: "Simplemente no estamos allí"4.
¿Cómo empezaron
a tomar posición?
La respuesta no vino del Ejecutivo sino del Congreso, quien tomó
la iniciativa de restablecer una estación de radio específica
para Afganistán, la Radio Afganistán Libre, que estuvo
al aire en la década de los ochenta.
Se pensó desde el diseño
que no consumiera los recursos de la Voice of America y se instalara
en Praga en los edificios de Radio Free Europe y Radio Liberty .
Por otra parte, Richard Boucher,
vocero del Departamento de Estado, dispuso que distintos oficiales
norteamericanos de todos los niveles estuvieran dispuestos a conceder
entrevistas a todos los medios internacionales, en particular a
los medios árabes.
En una conferencia de prensa, el
propio Boucher señaló como estrategia que "es
importante que el pueblo entienda que no estamos escogiendo el futuro
gobierno de Afganistán ni estamos tratando de imponer al
gobierno, simplemente estamos apoyando a una amplia base que conlleve
a un gobierno representativo y que brinde estabilidad al país"5.
La clave es clara, la promoción
democrática que el concepto que da sentido a las acciones
políticas estadounidenses en el exterior y que utiliza todos
los medios a su disposición para lograr la defensa de sus
intereses.
Los elementos de la promoción
democrática se empezaron a clarificar y entre los cuales
destacan lo siguientes:
El 1 de Noviembre del 2001, el Comité
de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes
aprobó la Ley HR 2998 que da origen a la Radio Afganistán
Libre , con un presupuesto de 27 millones de dólares por
dos años.
A la par la Voice of America incrementó
sustantivamente sus emisiones en los idiomas pashtu y dari dirigidas
a Afganistán
La concesión de15 Millones
de dólares en publicidad para influir a los musulmanes en
el exterior
Apariciones en la cadena Al Jazeera
de altos oficiales norteamericanos
Lanzamiento de paquetes de comida
desde la primera noche de bombardeos a Kabul
Un esfuerzo conjunto de las relaciones
públicas de las fuerzas británicas y norteamericanas
Lanzamiento de panfletos
Discursos del presidente Bush dirigido
a audiencias extranjeras en todos los medios disponibles, particularmente
en televisión y en versiones electrónicas traducidas
en distintos idiomas y puestos en las principales páginas
de internet de las diferentes agencias del gobierno de los Estados
Unidos
En este punto conviene decir, que
Radio Afganistán Libre no sólo ocupó las instalaciones
de Radio Free Europe y Radio Liberty en Praga sino que la página
de internet de esta estación está hospedada en el
servidor de las radios ya mencionadas.
El contenido de la página no sólo permite escuchar
el audio de las emisiones, sino la posibilidad de seguir la traducción
al inglés del contenido noticioso de sus programas.
Este será un trabajo que realizaremos en los próximos
meses.
La instrumentación
El Departamento de Estado contrató los servicios de Charlotte
Beers, una ejecutiva proveniente del área de la publicidad
comercial, quien como indicaba el New York Times tendría
la tarea de usar "sus habilidades mercadológicas para
hacer de los valores estadounidenses una marca como las hamburguesas
Mac Donald´s"6.
Beers creó rápidamente
una oficina de crisis, una verdadera oficina de guerra que integra,
revisa, procesa y difunde la información...que les interesa
sea conocida. Como en los mejores épocas de la propaganda
internacional.
Por otra parte Karl Rove, consejero
político del presidente Bush asistió a Hollywood a
recibir el apoyo de los productores y directores listos a mostrar
su patriotismo.
Allí Sean Daniel, productor
de la película "La Momia" señalaba:
"Contribuiremos de una forma moderna, para difundir la cultura
más popular sobre la tierra o ayudar a enfocar nuestras creencias
compartidas como el hecho de que estamos haciendo lo correcto"7.
Karl Rove, también insistió
en la necesidad de utilizar los satélites, internet y las
nuevas tecnologías a disposición.
De acuerdo con David Hoffman en
Foreign Affairs, la estrategia de diplomacia pública y promoción
democrática de los Estados Unidos debe hacer uso de su "arma
más poderosa de su arsenal, los valores consagrados en la
Primera Enmienda de la Constitución Americana. El Departamento
de Estado debe promover a los medios independientes como principal
prioridad en aquellos países donde la opresión cobija
al terrorismo...debe aplicar una fuerte presión diplomática,
incluyendo la condicionalidad de la ayuda para apoyar leyes y políticas
que promuevan a los medios libres...El Congreso debe empezar a analizar
la importancia de los medios para alcanzar al público árabe
y conceder al menos 500 millones de dólares para lanzar un
canal de 24 horas que compita con Al Jazeera..."8.
Añade Hoffmann: "La
mejor forma para que Washington revierta la guerra de propaganda
es apoyar a aquellas fuerzas en la comunidad musulmana que luchan
por crear democracias modernas e institucionalicen el control de
la ley...Apoyar a los medios plurales e independientes que tengan
un estilo occidental más objetivo.
La globalización y la revolución
de las comunicaciones han abierto nuevas oportunidades a estos medios
independientes."9.
A modo de evaluación
Esta breve aproximación nos permite adelantar algunas ideas
sobre la promoción democrática, la diplomacia pública
y las nuevas tecnologías.
En primer lugar hay que destacar
que el concepto de promoción democrática parece ser
la guía de sentido de la defensa de los intereses norteamericanos
en el extranjero.
Para ello utiliza preferentemente
las estrategias de la llamada diplomacia pública para acercarse
a los ciudadanos y las organizaciones sociales en el exterior y
servir de apoyo a otro tipo de operaciones económicas y militares
de mayor envergadura.
Sin embargo, la apuesta a las llamadas
nuevas tecnologías de la información no ha logrado
la efectividad necesaria desde la óptica oficial debido a
la falta de un conocimiento apropiado de sus posibles usuarios directamente
afectados. Por ejemplo en el caso de Afganistán al parecer
los accesos lógicamente son nulos y se refieren más
a los exiliados en otros países de Asia y Norteamérica
los más interesados. Para la población local se siguen
utilizando los medios tradicionales y particularmente la radio para
la promoción de los propósitos oficiales y en caso
de Afganistán es claro.
Estamos asistiendo a un fenómeno
apuntando en distintos estudios y que es la convivencia de las llamadas
nuevas y tradicionales tecnologías de información
y al menos en los países en desarrollos durará un
tiempo apreciable esta relación.
Lo que vale destacar es que progresivamente
la utilización de las nuevas tecnologías se convierte
en una práctica cotidiana que se integra en los conflictos
globales de este inicio de gobierno. Tal parece que en el caso del
creciente conflicto entre Estados Unidos e Irak lo está demostrado
otra vez.
Notas:
1
Dilip Hiro. "The cost of an afghan victory" en The
Nation, Feb 15, 1999. pp:17-20
2 William Safire "Equal time
for Hitler?. The New York Times, Sep 20, 2001, p:A-31.
3 Carla Anne Robbins. "Spin
Control: in attack to terrorism". The Wall Street Journal,
Oct 4, 2001, p:A-1
4 David E. Kaplan. "Losing
the psywar". US News and World Report, Oct 8, 2001 p:46
5 US Department of State. "Daily
Press Briefing". M2Presswire, Oct 12, 2001.
6 Elizabeth Becker "In the
war of terrorism. A battle to shape opinión". The
New York Times, Nov 11,2001 p:A1
7 Idem
8 David Hoffman. "Beyond
public diplomacy". Foreign Affairs, Mar-Apr 2002. pp:85
9 Idem
Erick
Fernández Saldaña
Departamento de Comunicación,
Universidad Iberoamericana Ciudad de México,
México |