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Por Eva González
Número 32
Introducción
El presente escrito se centra en la descripción de la situación
de la industria audiovisual regional en la Comunidad Autónoma
de Andalucía. Y, como tal, es parte de una investigación
más amplia que abarca tanto aspectos económicos, como
políticos y sociales de la industria audiovisual regional.
En el momento en el que esta investigación fue realizada,
finales de la década de los noventa, asistíamos en
Europa a un momento histórico, en el cual las regiones reivindicaban
un mayor protagonismo en la gestión de su propio espacio
cultural y comunicativo. Y en esta reivindicación la industria
audiovisual se perfilaba como un sector estratégico para
el desarrollo económico de la región, al mimo tiempo
que como vector preferente para la representación simbólica
de la identidad cultural regional.
Desde el punto de vista económico,
la Comunidad Autónoma Andaluza pertenece al grupo de regiones
objetivo 1 de la Unión Europea y, en este sentido, es objeto
prioritario de políticas económicas y de desarrollo
de cara a su integración y participación en el conjunto
de Europa. En el contexto de esta región la industria audiovisual
empieza a dibujarse como un sector con potencial económico
y de empleo, lo que justifica la elaboración de trabajos
empíricos sobre este sector industrial como paso previo para
una correcta articulación del tejido audiovisual andaluz.
Estos esfuerzos vendrán de la mano tanto de investigadores
-Muñoz Machado, 1996; Manfredi/Gómez Méndez/Arbide,
1996; Fernández Soriano, 1997; Jorge Alonso/De la Maya Retamar,
1998; Aguilera/Méndiz/Castillo, 1999; entre otros- como de
organismos públicos. Entre estos últimos cabe resaltar
los análisis del sector cinematográfico por parte
de la Filmoteca de Andalucía, los diagnósticos sobre
el audiovisual andaluz del Observatorio Europeo del Audiovisual;
los estudios sobre el tejido industrial y las capacidades competitivas
de la industria audiovisual andaluza realizados por Antena Media
Andalucía y Fundación Audiovisual de Andalucía,
etc.
En esta línea se inserta
el presente trabajo cuyo objetivo primordial es el análisis
de la industria audiovisual en Andalucía en la década
de los noventa. Concretamente el objetivo de este trabajo es conocer
la situación de la industria audiovisual en Andalucía
en la ultima década del siglo XX, ya que este periodo es
clave para la configuración de su modelo de desarrollo y
para definir su participación en el mercado audiovisual mundial.
En los próximos epígrafes
vamos a analizar el contexto en el que se inserta este audiovisual
y la situación vivida en la Comunidad Autónoma que
hemos usado como referente para el trabajo.
Transformaciones de la industria
audiovisual
En Andalucía, en la ultima década del siglo XX, hemos
asistido al desarrollo del sector audiovisual, con la creación
de la empresa pública de Radiotelevisión Andalucía
(RTVA), la aparición de las televisiones locales y la implantación
del cable. En torno a este sector surge un tejido productivo y de
servicios audiovisuales que nos permite emplear el termino industria
audiovisual.
Este proceso, resultado de la voluntad
política y del esfuerzo privado, se produce en un momento
de importantes cambios económicos y políticos que
afectan al conjunto de la sociedad. Estos cambios político-económicos
pueden articularse entorno a tres rasgos fundamentales: la globalización
del sistema económico mundial, la concentración de
los poderes financieros y la liberación política que
cede los espacios de decisión de los Estados tutelares al
mercado mundial. En este modelo económico y social el audiovisual
se ha visto profundamente transformado, podemos afirmar que es una
de las parcelas protagonistas en la era de la globalización
y que definimos como un conjunto de sectores entre los que se detecta
una tendencia hacia la integración en función de vínculos
económicos, políticos y culturales.
Desde el punto de vista económico
los cambios habidos en la lógica de funcionamiento del sector
audiovisual han sido promovidos por:
La liberalización
de los servicios audiovisuales / la globalización del mercado
audiovisual/ la concentración de capitales entorno al denominado
a veces 'hipersector de la información'/ la integración
de los distintos sectores y actividades o la convergencia entre
la industria audiovisual y de telecomunicaciones. Y que han afectado
a todas y cada una de las actividades industriales desde la producción
de contenidos hasta el diseño de los sistemas de emisión
/ recepción creando un nuevo modelo para el desarrollo de
la industria audiovisual En el siguiente grafico representamos el
esquema de este nuevo modelo:
Gráfico 1: Modelo de
la industria audiovisual integrada
En este panorama la industria de
programas de cualquier región o país, se enfrenta
al reto de crear catálogos de contenidos suficientemente
atractivos como para poder competir en el ámbito internacional.
Contenidos capaces de ser explotados a medio y largo plazo en los
distintitos mercados audiovisuales. Y en esta actividad compiten
las empresas independientes, en su mayoría PYMES de carácter
nacional o regional, y las grandes productoras integradas en grupos
multimedia transnacionales.
En este modelo, la importancia de
la gestión de los mercados audiovisuales ha otorgado un protagonismo
a la actividad de distribución de cuya gestión depende
en gran parte el éxito de los productos. Esta actividad es
responsable de la tramitación de los derechos y la representación
promocional de los productos en los mercado externos y por lo tanto
de su posibilidades competitivas.
Por su parte, los mercados para
los productos audiovisuales se han extendido más allá
de los mercados nacionales al mismo tiempo que han descendido hasta
el nivel de lo local. Podemos decir que en la tensión entre
lo transnacional y lo local se ha ampliado el mercado para los productos
audiovisuales.
Concretamente, en el caso del mercado
televisivo se produce la concurrencia entre televisiones abiertas
- de titularidad pública y privada- y de pago; donde conviven
los sistemas tradicionales cerrados en torno a una parilla de programación
y la oferta de canales temáticos, diseñados para responder
a la demanda de los públicos específicos, sin olvidar
la comercialización de productos concretos previo pago por
consumo -near video on demand o video on demand-.
Además, en esta dinámica,
los nuevos sistemas de transmisión de la señal televisiva
junto a la mejora en la calidad y cantidad de la información
emitida, gracias a las tecnologías digitales, han aportado
las condiciones técnicas de base para el desarrollo de la
industria televisiva. Aunque, la situación de esta industria
no puede ser definida en virtud de estas transformaciones tecnológicas,
las claves se encuentran en la liberalización del sector,
la ruptura de los monopolios públicos y la incorporación
de capitales privados y la aparición de nuevos inversores
procedentes de grupos comunicativos, financieros, energéticos,
etc.
Por su parte, el mercado de la exhibición
cinematográfica aunque ha cedido protagonismo a otras formas
de consumo cinematográfico como el vídeo y la televisión,
también ha evolucionado hacia nuevos formatos -DVD, NVD,
etc.-, unido a un nuevo concepto de la oferta de cine que se vincula
a una propuesta amplia de entretenimiento. En esta propuesta los
grades centros cinematográficos acaparan el modelo de exhibición
en el que el cine junto a la restauración, las tiendas, las
zonas de juego, etc., se ofrecen conjuntamente para el consumo de
ocio. Este modelo fomenta, cada vez más, la competencia entre
las grandes firmas norteamericanas y las empresas europeas y nacionales,
cuya salida competitiva parece ser la creación de circuitos
y redes de exhibición alternativos que favorezcan tanto la
expansión a plazas menos lucrativas -zonas rurales principalmente-
como el consumo de contenidos propios.
1.1. El caso de la Radiotelevisión
Andaluza
En la región de Andalucía podemos ver un ejemplo de
estas transformaciones en la estrategia de diversificación
seguida por el grupo público de RTVA cuyas unidades de negocio
quedan representadas en el siguiente grafico:
Gráfico 2: Estructura empresarial
de la RTVA
La RTVA es una sociedad pública
que ha crecido y se ha desarrollado a lo largo de la década
de los noventa adaptándose a las estrategias económicas
definidas a un nivel más global. En el caso de la RTVA hemos
podido constatar la ampliaron de su oferta con nuevos canales de
radio -Canal Sur Radio en 1989 y Andalucía Información
en 1998- y de televisión - en abierto Canal Sur Televisión
en 1989 y Canal 2 Andalucía en 1998, y por satélite
Canal Andalucía Televisión en 1997-. Además
la RTVA ha ampliado su actividad más allá de la programación
y difusión hacia la producción de contenidos andaluces,
a través de Andalucía Televisión Producciones,
desde la que se han puesto en marcha dos proyectos de canales temáticos:
Canal Turismo Andaluz y Canal Fiesta (2000). Con ambos
proyectos la RTVA compite por primera vez como productor audiovisual
en el mercado internacional de programas.
También extiende sus competencias
al diseño de las telecomunicaciones en el territorio andaluz
a través de su intervención en la Sociedad para el
Desarrollo de las Telecomunicaciones en Andalucía, con inversiones
en Andalucía Digital Multimedia (2000), una plataforma
mixta con intereses en producción, formación, investigación,
tecnología, etc. Y trabaja en la concertación de los
intereses públicos y privados a través de la fundación
audiovisual de Andalucía, con múltiples proyectos
en línea con las necesidades formativas de los profesionales
andaluces, la proyección de esta industria en los mercados
externos, o la creación de diversas 'film comisión'
en el territorio andaluz.
La exposición sobre las distintas
iniciativas emprendidas por la RTVA en el ámbito comunicativo
audiovisual, nos muestra un ente autonómico en línea
con el momento histórico, caracterizado por la ampliación
de la oferta, por la comercialización en los mercados internacionales,
por la producción de contenidos competitivos, etc. En este
sentido, se hace evidente la consideración económica
de su actividad, de lo cual se beneficia colateralmente la cultura
audiovisual andaluza, ya que se apuesta tanto por la generación
de contenidos como por la traslación de éstos más
allá de las fronteras regionales. En estos momentos, es evidente
que el sector audiovisual no admite un único tratamiento
desde la perspectiva cultural, y que no es posible un diseño
cultural sin una proyección económica. Y en esta línea,
está clara la apuesta del sector público andaluz por
un modelo de televisión regional capaz de actuar en el mercado
internacional.
Polticas públicas sobre
el audivisual
Estas intervenciones públicas que se están desarrollando
en Andalucía son una reacción a lo que acontece en
el ámbito transnacional, así, en el marco de la Unión
Europea (UE) y como resultado de su política pública
respecto al audiovisual como 'sector cultural' e industrial se define
como objetivos de la política audiovisual, en primer lugar,
la liberalización de los sectores audiovisuales nacionales
y la construcción de un mercado europeo (de contenidos y
soportes) competitivo a escala internacional. En segundo lugar,
la investigación e innovación tecnológica que
permita a la UE participar activamente en el diseño y desarrollo
de la sociedad de la información; y, desde el punto de vista
cultural, la defensa de las identidades de los pueblos, que se ven
directamente beneficiadas por la creación y difusión
de contenidos propios.
Para la consecución de estos
objetivos las medidas y acciones políticas de la UE se orientan
a:
A) La armonización normativa
en los ámbitos de radiodifusión, marco jurídico
de los derechos de autor o las normativas relativas al pluralismo
y la concentración de medios.
B) El desarrollo de programas de apoyo al sector audiovisual europeo
como MEDIA, IBERMEDIA o MEDEA. Con estos programas se inciden
sobre aspectos estratégicos para la industria como: la
cooperación entre los mercados audiovisuales, la producción
de contenidos comercializables, la distribución de estos
contenidos por el territorio europeo, o la formación de
profesionales en la gestación productiva, comercial y financiera.
C) Respecto a las nuevas tecnologías, existen proyectos
de apoyo a la innovación tecnológica, como los relacionados
con la emisión y recepción de la señal televisiva,
o con la incorporación de las TIC a los sectores financiero,
comercio, educación, etc.
En el ámbito nacional se
ha incidido de forma especial en la última década
en la creación de un marco legislativo básico para
regular los servicios de televisión nacional y comunitaria,
autonómica y local y de los sistemas de transmisión
satélite, cable, digital terrestre, etc. Y en el apoyo al
sector cinematografiado gestionando las ayudas económicas
a los proyectos cinematográficos nacionales así como
regulando el sistema de protección del cine español
y europeo.
El marco político europeo
y nacional definen los términos para la actuación
de las instancias regionales, no obstante el margen de maniobra
para las regiones es suficientemente amplio como para diseñar
medidas especificas. En este sentido podemos resaltar como áreas
prioritarias de intervención:
1.- La articulación de
una política comunicativa audiovisual para la región
desde la que se propone la producción y emisión
de una oferta de contenidos andaluces.
2.- La formulación de una política de desarrollo
de la industria audiovisual, donde se abren líneas de actuación
diversa como la promoción del tejido empresarial andaluz,
el fomento de la producción de contenidos andaluces, el
apoyo a la proyección en mercados externos, el desarrollo
de planes de formación , la atracción de inversores,
etc.
3.- Y, la gestión de las telecomunicaciones que se extiende
desde aspectos como la investigación y desarrollo tecnológico
hasta el diseño de las infraestructuras técnicas
de la región.
Estos objetivos están siendo
desarrollados por diferentes organismos autonómicos, la Conserjería
de Cultura, la Dirección General de Telecomunicaciones, la
Conserjería de Trabajo e Industria, aunque debemos de reconocer
que la RTVA ha asumido un papel protagonista reconociéndose
como promotor y gestor del desarrollo de la industria audiovisual
regional.
Rasgos globales de la industria
audivisual regional andaluza
Con el panorama que acabamos de describir en los apartados anteriores
de fondo, el estudio de las iniciativas privadas operativas en el
ámbito audiovisual en la década de los noventa ha
arrojado resultados interesantes en cuanto a la estructura y las
estrategias empresariales en Andalucía.
En primer lugar, y en función
de los años de aparición de las empresas audiovisuales
no podemos hablar de la existencia en Andalucía de una industria
audiovisual hasta finales de los ochenta o principios de los noventa.
Ya que hasta estos años solo están en funcionamientos
las actividades de exhibición cinematográfica y la
distribución asociada a la misma. Ambas actividades se reconocen
insuficientes para el empleo correcto del término industria
audiovisual.
Como queda registrado en el grafico
siguiente será desde finales de los ochenta cuando comiencen
a operar en Andalucía todas las actividades audiovisuales
necesarias para el empleo correcto del término industria
audiovisual, desde la producción de contenidos hasta una
red de difusión andaluza para los mismos: televisión
regional y televisiones locales. Este panorama se completa con la
aparición de los operadores de cable en Andalucía
que entre 1997 y 1998 quedan configurados entorno a dos empresas:
supercable, con más del 75% del territorio andaluz y Cableuropa.
Gáfico 4: Evolución
de la industria audiovisual andaluza
En cuanto al proceso de desarrollo
de esta industria y según podemos comprobar en el grafico
anterior, hemos constatado dos momentos claves para su crecimiento:
uno primero que coincide con el nacimiento y primeras emisiones
de la RTVA (1987-1990); y uno segundo entre los años 1992
y 1994, que coincide con la celebración de la EXPO'92 en
Sevilla, evento internacional que generó una importante producción
audiovisual para las televisiones de todo el mundo. Este último
año marcara el inicio de una etapa de consolidacion de la
industria que se desarrollara a lo largo de la segunda mitad de
la década de los noventa.
Desde otra perspectiva esto supone
que la industria andaluza es una realidad reciente donde el 67%
de las empresas cuentan con menos de 10 años de experiencia
en su negocio y solo un 11% supera los 20 años (ver tabla
siguiente). Esta escasez de experiencia no nos permite aventurar
aún la consolidación de la industria audiovisual en
la región.
EXPERIENCIA DE LAS
EMPRESAS AUDIOVISUALES ANDALUZAS
Menos de 10 años |
66,7% |
De 10 a 15 años |
21,2% |
De 16 a 20 años |
1,5% |
Más de 20
años |
10,6% |
Total |
100% |
Tabla 1: Años de actividad
económica de las empresas
En segundo lugar,
como puede observarse en el gráfico siguiente, esta industria
audiovisual no se distribuye de forma equilibrada en el conjunto
de la región ya que son las provincias de Sevilla y Málaga
las que concentran la mayor parte de la actividad audiovisual
regional, a la vez que reúnen la mayor diversidad de actividades
audiovisuales, entre ambas agrupan el 85% de la producción
andaluza. En cambio, las actividades asociadas al consumo como
la televisión local y la exhibición cinematográfica
son las que muestran una distribución más equitativa
entre provincias, esto habla de una industria concentrada en dos
ciudades, donde precisamente se ubican los dos centros de negocio
que posee la RTVA, el de Sevilla centrado en la producción
y emisión por televisión abierta y el de Málaga
concentrado en la producción de canales temáticos
y emisión temática.
Gráfico 5: Distribución
Geográfica de las distintas actividades audiovisuales
Podemos comprobar de nuevo como
esta empresa pública dirige el desarrollo y consolidación
del sector. Por el contrario, las actividades más directamente
relacionadas con el consumo audiovisual, como la televisión
y la exhibición, manifiestan una distribución más
acorde con el modelo de reparto de la región, en el que se
privilegian los centros urbanos sobre los espacios rurales, los
grandes municipios sobre los pequeños o las zonas litorales
sobre las interiores. En este caso, la distribución se justifica
en función de la distribución de la población
y por el propio modelo de desarrollo económico de la región.
En esta misma línea, tampoco
la estructura empresarial audiovisual expone diferencias significativas
con el conjunto de la actividad económica de la región.
De tal forma que el tejido empresarial de esta industria está
formado por un número elevado de PYMES (el 76% de las empresas
cuentan con menos de 10 trabajadores). En total, el conjunto de
la industria está compuesto por unas trescientas empresas
de las cuales las categorías de productoras (30%), televisiones
locales (30%) y las exhibidoras (30%) se reparten equitativamente
el 90% de la industria, quedando el 10% restante repartido entre
las empresas de servicios (7%) y las distribuidoras (3%).
Con una estructura atomizada las
PYMES andaluzas compiten en una economía de mercado liderada
por los grandes grupos mediáticos que operan a escala internacional.
Con todo debemos reconocer que este déficit estructural no
es exclusivo de la industria audiovisual andaluza, ya que la industria
nacional e incluso europea padece este mismo problema y se enfrenta
al mismo obstáculo: la dificultad de competir con los grupos
internacionales en el mercado audiovisual mundial.
En este contexto, una estrategia
habitual son las asociaciones transnacionales y multimedias, para
las que la vinculación con la industria de programas se convierte
en un objetivo estratégico de cara a su participación
en la creación de catálogos de contenidos dirigidos
a los nuevos servicios televisivos. Un ejemplo reciente de este
tipo de prácticas lo encontramos en la asociación
para la producción de Warner Bross International Television
(WBIT), filial de la compañía Time Warner, con el
grupo de productoras asociadas en Europa Audiovisual del grupo francés
Lagarde Médias.
Por su parte, las estrategias empresariales
adoptadas por las PYMES andaluzas se centran en la diversificación
de actividades y, en menor medida, en la concentración vertical
u horizontal de sus estructuras.
Estas estrategias difieren según
las actividades audiovisuales analizadas. Así, las productoras
y empresas de servicios adoptan especialmente las opciones de diversificación
de actividades, ampliando su oferta al mayor número de sectores
y de servicios posibles, optimizando así el rendimiento de
sus recursos técnicos y humanos.
En el caso concreto de la producción
hemos podido constatar una tendencia hacia la combinación
de producciones videográficas, televisivas y multimedia,
a la que se une la prestación de servicios audiovisuales
como producción de guiones, postproducción, etc. En
el caso de las empresas de servicios múltiples se oferta
toda una variedad de servicios extendiendo su actividad hacia sectores
próximos como la industria discográfica, los espectáculos
en directo o los eventos empresariales (ferias, congresos, exposiciones,
etc.).
Las televisiones, en cambio, apuestan
por la concentración vertical u horizontal de sus mercados
locales. De tal forma que encontramos ejemplos de televisiones que
se dirigen hacia el origen del negocio creando o absorbiendo empresas
de producción de contenidos, junto a dinámicas de
concentración de medios de comunicación locales: televisivos,
radiofónicos, periodísticos, con cobertura en uno
o varios municipios.
En la exhibición también
hemos detectado movimientos de concentración de empresas
de cine, en una expansión dentro y fuera de las fronteras
regionales dando lugar a circuitos comerciales de exhibición
cinematográfica. Esta actividad es la que presenta mayor
nivel de concentración, ya que tan solo dos empresas concentran
el 46% del parque de salas cinematográfico.
Además, la industria audiovisual
andaluza no es ajena a las estrategias de inversión internacional,
aunque con una penetración prioritaria en los sectores ligados
al consumo como las salas de exhibición y los operadores
de cable. En estos últimos hemos localizado capitales regionales,
nacionales e internacionales, de ámbitos diversos como los
comunicativos, tecnológicos, energéticos, financieros,
etc. Específicamente en la actividad de exhibición
hemos registrado, en los últimos años de la década
de los noventa, la presencia de intereses ligados a los grupos internacionales
como es el caso de 'Warner Lusomundo' del grupo Time Warner o de
Cinesa de la Paramount/Universal que han inaugurado centros de ocio/cine
en esta región.
A pesar de estos capitales externos,
las iniciativas autóctonas son el verdadero eje vertebrador
de la industria audiovisual andaluza. Es decir, son los empresarios
y capitales andaluces los que apuestan por la creación de
una industria audiovisual propia, habitualmente como sociedades
limitadas o sociedades anónimas. No obstante, las iniciativas
públicas, aunque minoritarias en el contexto global de la
industria, adquieren especial relevancia en relación con
dos actividades concretas: la televisión local y las salas
de cine municipales. En ambos casos el objetivo principal se orienta
a garantizar el acceso de los ciudadanos al consumo audiovisual
/ cultural.
Desde el punto de vista económico,
las potencialidades del sector audiovisual han sido recogidas por
el gobierno andaluz en diversos documentos. En el más reciente,
Andalucía en el nuevo siglo (2000), destaca la importancia
de activar un sector que se considera crucial por sus implicaciones
en el desarrollo económico, tecnológico, comunicativo
y cultural de la región. Especialmente para una región
de las condiciones de la andaluza aquejada de importantes déficits
estructurales que la sitúan en un nivel de bajo desarrollo
según los indicadores globales europeos. En este sentido,
las aportaciones económicas y la generación de empleo
procedentes de esta industria merecen una reflexión en el
conjunto de la actividad económica regional.
En concepto de empleo esta industria
generó en el año 1997 unos 5.4641
puestos de trabajo, a los que debemos añadir los 1.300 trabajadores
de la RTVA y el centenar aproximado del centro RTVE-Andalucía,
con lo que el número aproximado de trabajadores del sector
alcanzaría los 6.8002.
Esta cifra implica un crecimiento del 300% respecto al empleo producido
por la industria andaluza en el año 1990. Un empleo en alza,
según la tendencia apuntada a todo lo largo de la década,
y cuyas condiciones laborales podemos estimar estable en función
del tipo de contratos, distribuidos en un 40% de trabajadores fijos
(el 80% para los trabajadores de la RTVA) y un 45% de trabajadores
eventuales (parcial y fijo discontinuo). Ambas categorías
son la base del empleo, a las que podemos añadir un 15,5%
de trabajadores no remunerados, tal como queda representado en el
gráfico siguiente.
Gráfico 6: Empleo de la industria
audiovisual andaluza
Otro de los resultados significativos
del trabajo ha sido la clasificación de las empresas audiovisuales
andaluzas en dos grupos y en función de una serie de variables
explicativas. Estos dos grupos definen de manera clara la situación
de la industria privada audiovisual en la región. Dos estructuras
empresariales que señalan ya uno de los rasgos fundamentales
de la industria audiovisual andaluza, en la que participan un gran
número de pequeñas empresas con una débil estructura
empresarial, y un pequeño grupo de empresas con mayor solidez
en sus proyectos y una orientación más competitiva
tanto en el mercado interno como externo.
El primer modelo empresarial corresponde
al 76% de las iniciativas, caracterizada por ser empresas independientes
andaluzas, que iniciaron su actividad a comienzos de los años
noventa. Son empresas con un capital social reducido (unos 23 mil
euros) y su estructura empresarial responde a la de una PYME con
unos nueve trabajadores en plantilla, cuya actividad se encuentra
altamente diversificada, es decir, realizan mas de una actividad
audiovisual para garantizar la supervivencia de su negocio.
El segundo de los modelos corresponde
al 24% de las empresas. En este caso la actividad empresarial se
inicia a principios de los ochenta, bajo la estructura de una empresa
mediana, con 37 trabajadores en plantilla y se especializa en una
sola actividad. El capital social se encuentra en torno a los 112
mil euros. Este grupo reúne las categorías de empresas
independientes andaluzas y las escasas filiales ubicadas en Andalucía
y vinculadas a las actividades cinematográfica y de servicios
múltiples (estudios de grabación, producción
y postproducción, etc.).
A pesar de la estructura atomizada
de la industria, de su condición de PYMES y de la escasa
capitalización del sector, las cifras globales de la industria
reflejan un sector de cierto peso económico en el conjunto
de la economía andaluza. Las cifras de negocio de la industria
audiovisual privada nos descubre un sector que en el año
1997 alcanzó una facturación superior a los 118 millones
de euros. Destaca por su contribución la actividad de producción
con más de 70 millones de euros facturados. No obstante estas
cifras no llegan a superar la facturación del ente público
RTVA superior a los 230 millones de euros. En la siguiente tabla
podemos ver cómo se reparten estas cifras en el conjunto
de la industria audiovisual.
|
Facturación |
Producción |
70.032.806 euros |
Servicios |
6.734.306 euros |
Distribución |
3.795.180 euros |
Televisiones Locales |
Sin datos |
Exhibición |
37.734.686 euros |
Total Iniciativa Privada |
118.296.978 euros |
RTVA |
232.098.185 euros |
Para el cálculo de la facturación
de la producción, los servicios y la distribución
hemos empleado los datos muestrales con un error del 5,13%. Para
la exhibición y televisión regional hemos recurrido
a fuentes oficiales: ICAA y Boletín de Control de la RTVA.
Tabla 2: Cifras de negocio de la industria audiovisual en 1997
Consideraciones finales
Al comienzo de este trabajo nos preguntábamos por la realidad
de la industria audiovisual regional, por sus especificidades y
por sus convergencias con la estructura económica y el proyecto
político dominante. Estos interrogantes han sido planteados
vinculados a un momento histórico concreto, definido por
los intereses económicos y políticos que subyacen
a las transformaciones experimentadas por el sector audiovisual
en la década de los noventa; y adscrito a un espacio regional
también específico, el de la Comunidad Autónoma
Andaluza. Espacio, este último, al que nos hemos acercado
desde una perspectiva política y económica para definir
un proyecto de desarrollo regional. Un proyecto en el que el sector
audiovisual tiene una posición preeminente, por su consideración
estratégica en el desarrollo global de la región,
en virtud de su aportación económica, de su potencial
como yacimiento de empleo, de su posición clave entre cultura
e industria, etc.
Desde las estructuras políticas,
europeas, nacionales y regionales, se ha reconocido este potencial
económico y de empleo, insistiéndose sobre la necesidad
de incentivar estas capacidades de cara a la integración
en la sociedad de la información, en un modelo económico
neocapitalista caracterizado por la globalización de las
estructuras económicas y políticas.
Pero, junto a estas oportunidades
conviven necesidades y problemáticas particulares de los
distintos espacios políticos, económicos y culturales
cuya resolución no se pueden confiar en exclusiva al mercado.
Un mercado que dispone de mecanismos de regulación en virtud
de un sistema de falsa competencia que discrimina quien es apto
o no para concurrir en el comercio audiovisual internacional y cuyos
protagonistas son los grandes grupos de comunicación, multimedia
e internacionalizados.
En este sentido se hace necesaria
la intervención pública para proponer medidas correctoras
que permitan el desarrollo de un sector que participa activamente
en la construcción cultural de los pueblos. Un sector público
que se ha desvelado como parte activa en el diseño del modelo
audiovisual. Un modelo integrado plenamente en el sistema capitalista,
y donde la participación pública se orienta preferentemente
a la creación de estructuras industriales sólidas
y competitivas en el mercado mundial.
Hemos podido constatar la existencia
de una industria audiovisual propia. Una industria audiovisual que
cuenta con una televisión regional, un conjunto de televisiones
locales y de operadores de cable, y con una estructura de producción
y servicios audiovisuales propios.
Hemos podido comprobar que, en los
años analizados, esta industria ha experimentado un importante
desarrollo, como ponen de manifiesto los resultados económicos
y de empleo. Si bien su dimensión empresarial, productiva,
comercial y financiera es aún insuficiente para afrontar
los retos de la globalización de los mercados. Y, por lo
tanto, necesita de un refuerzo para alcanzar una mayor solidez y
competitividad de cara a las posibilidades brindadas por los mercados
audiovisuales internos y externos.
Un mercado interno y externo que
se ha visto ampliado por la multiplicación y diversificación
de los canales de explotación, especialmente del sector televisivo.
Si bien es cierto que las empresas andaluzas participan escasamente
de los mercados externos. Y una de sus principales dificultades
se encuentra en el hecho de que no existe una proyección
externa de las empresas. Se produce, por tanto, la necesidad de
fomentar una cultura empresarial abierta hacia el aprovechamiento
de estos mercados.
Las demandas generadas por la expansión
de la oferta audiovisual (cine-vídeo-televisión) son
satisfechas por la industria de programas internacional en la que
los contenidos andaluces tienen una mínima presencia. Una
proyección exterior de los contenidos andaluces podría
revertir en una mayor contribución de estos contenidos en
las ofertas audiovisuales, y en definitiva en una mayor presencia
de la identidad andaluza en los espacios de emisión nacional
e internacional. La construcción de una oferta europea de
programas audiovisuales, capaz de competir en el mercado internacional,
se está realizando a partir de las contribuciones nacionales
y regionales, individuales y cooperativas, no participar en este
mercado puede tener consecuencias considerables para Andalucía,
no sólo económicas sino sobretodo culturales.
Hay que reconocer que la estructura
del sector audiovisual regional parte en desventaja para participar
de las dinámicas que se han ido proponiendo a lo largo de
la década pasada y a las que el conjunto de la industria
audiovisual andaluza aspira a incorporarse. Aunque, también
es cierto que de forma individual empresas audiovisuales públicas
y privadas han desplegado esfuerzos para participar de estas dinámicas,
contribuyendo activamente a la industria audiovisual internacional.
En este caso, la RTVA ha asumido un papel importante como promotora
de contenidos y de emisiones acordes con las posibilidades actuales.
Pero, en este contexto, ¿dónde
se sitúan los catálogos de la industria de producción
independiente andaluza? Al margen de las aportaciones puntuales
de unas pocas empresas con capacidad de producción y coproducción
externa, los catálogos andaluces, y con ellos la industria
de programas tan defendida por la Unión Europea, se encuentran
reducidos a un conjunto de producciones de vídeo y televisión
concebidos en su mayor parte para el mercado interno sin posibilidades
de distribución o comercialización transfonteriza.
En este sentido, el conjunto de
programas, medidas y acciones desarrolladas por los organismos públicos
regionales se orientan a la creación de un entorno favorable
para la expansión y crecimiento de la industria audiovisual
andaluza capaz de satisfacer las exigencias de competitividad propuestas
en el marco europeo. Entre estas medidas destacan las líneas
de acción sobre el tejido empresarial audiovisual, sobre
la cualificación de los profesionales, la proyección
internacional de los productos andaluces y la atracción de
inversiones audiovisuales externas, o la coordinación de
los sectores públicos y privados integrados en la industria
audiovisual regional. Si bien es cierto que aún queda la
labor de evaluar los resultados de la aplicación de estas
medidas.
En estas actuaciones hemos detectado
una convergencia de intereses entre las demandas del mercado y los
objetivos e iniciativas propuestos por los organismos públicos.
A partir de la consideración del componente económico
y de empleo de este sector 'el audiovisual' entra de pleno a formar
parte de la política económica de los gobiernos y
organismos internacionales, nacionales y regionales. El olvido en
el que este sector se ha encontrado cuando sólo se reconocía
su componente cultural ha pasado a formar parte de la historia en
virtud de su reconocido componente industrial, es decir, de su potencialidad
para el desarrollo económico de los espacios regionales.
Los beneficios colaterales de este tratamiento para la conservación
y crecimiento de la identidad cultural de los pueblos puede encontrase
supeditada a sus posibilidades de crecimiento económico y
desarrollo industrial.
Este estudio nos ha permitido constatar
que los ámbitos regionales están abocados a participar
de las dinámicas político-económicas internacionales
para alcanzar el desarrollo propuesto en el marco de la economía
capitalista y de la sociedad de la información. Ahora bien,
las prácticas necesarias para converger con este modelo sí
son específicas de los espacios regionales. Por esta razón
pensamos que estudios como el que aquí hemos presentado son
necesarios como requisito previo para una adecuada planificación
y gestión de las necesidades que una sociedad demanda para
su incorporación al proceso global.
En definitiva, este trabajo es una
muestra de lo que puede hacerse para un mejor conocimiento de los
procesos materiales de la comunicación y la cultura. En este
caso resueltos en el ámbito cultural y comunicativo vinculado
a la producción y circulación de los mensajes audiovisuales,
y en un espacio regional, el de la comunidad autónoma de
andaluza.
Notas:
1
Esta cantidad incluye los trabajadores de la producción audiovisual
y servicios audiovisuales, distribución audiovisual y cinematográfica,
televisión local y exhibición cinematográfica, calculados a partir
de la muestra con un error del 5,5%.
2 La Fundación Audiovisual AVA
calcula en estos mismos años unos 7.000 trabajadores para la industria
audiovisual. Véase Martínez Albertos J.L: Curso
general de redacción periodística. Madrid, Maitre,
1984. Pág: 271-291.
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Dra.
Eva M. González Hernández
Profesora del Departamento de Comunicación
y Humanidades del Tecnológico de Monterrey,
Campus Guadalajara., Jal. Directora
de proyectos de Investigación e Investigadora Principal en
el seno del Grupo de Grupo de Investigación Evaluación
y Tecnología Educativa del Plan Andaluz de Investigación. |