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2003

 

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Conversación en el Puerto
 

Por Jorge Martínez
Número 33

Me piden que resuma lo que dice Luhmann sobre el concepto de sistema. Pero yo creo que resumir un texto es trabajo inútil: la experiencia enseña que la probabilidad de reducirlo, tergiversarlo y aun traicionarlo no es un simple riesgo sino la regla, lo que siempre ocurre. ¿A quién le importa la novela reducida a su anécdota? En materia de ciencia, la fórmula matemática no resume a la teoría: la significa. ¿Quién se atrevería a resumir Una temporada en el infierno? Lo único que soporta el resumen es lo banal. Cualquiera sea la naturaleza de un texto, resumirlo es destruirlo, si es que valía la pena. Dime cuánto resumen es capaz de soportar un texto y te diré cuánto vale.

Un camino más creativo para relacionarse con un planteamiento es intentar conversar con él. Como creo que el pensamiento de Luhmann vale la pena lo voy a confrontar a través del personaje don Jorgen. A ver qué pasa. No se me oculta el peligro de la esquizofrenia: ¿podrán platicar un alemán y un tabasqueño, como es el personaje referido? Lógica precisa, conciencia gélida, razonamiento libre de las impurezas del deseo definen al contrincante alemán. Versus pensamiento hecho de metáforas vegetales, argumentación barroca, lógica columpiada en el humor y en la voluptuosidad, atributos del tabasqueño.

Va a comenzar el juego con el tendido del escenario. Quien ha tenido la fortuna de pasar la vida en algún pequeño puerto de la cuenca del Caribe, ha hecho convivir en su persona el mundillo provinciano de su pueblo tropical con la rutinaria contemplación de un ancho horizonte marino que le trae de vez en cuando retazos del mundo en forma de idiomas y mercancías, barcos y su tripulación, auténticas piezas de aventura (también intelectual) y amor (¿estamos seguros que nada mas entre putas y marineros?). Supongamos que Luhmann se encuentra en un burdel del puerto imaginario de Paraíso con un borracho culto, nacido y vivido en ese puerto. Lugareños y visitantes lo conocen bien, es don Jorgen.

-- La teoría de sistemas es concepto unificador de diversidades analíticas, hace confluir los significados de distantes enfoques de análisis y ofrece espacios de comunión a las escalas interpretantes --suelta de entrada Niklas Luhmann cuando avanza la tercera cerveza.

-- Por cuanto al asunto teórico ya habré de escucharte y por lo que hace al término sistema, sospecho que hay largo camino andado desde que Sexto Empírico lo parió sumando premisa y conclusión, pero a lo mejor tú lo usas nomás para aludir a la combinación de partes que forman un conjunto.

-- Le diré don Jorgen que me siento más cerca de Empírico que de la definición positivista, pero de ambas miradas me distancio. Cuando tengo ante mis ojos características que si las suprimo niegan el carácter de objeto que da identidad a un conjunto, para usar su palabrilla, estoy frente a un sistema.

El ceño de don Jorgen se frunció. --Eres típicamente alemán, mi buen Niklas, siempre al borde de la tautología. De acuerdo contigo, para localizar un sistema tengo que intentar alterarlo suprimiéndole una tras otra sus características. Si el conjunto logra subsistir a condición de la permanencia de todas ellas entonces encontré un sistema. Por ahora, sólo me estás hablando de los componentes de un sistema, no de su lógica. Todo sistema, vienes a decirme, está formado por lo que necesita y no por partes cualquiera, lo que sobra no lo constituye, en rigor no es parte de él.

-- No le escatimo méritos a su comprensión, agrego que a veces también se llama sistema a la suma de las características pues todos coinciden en que su sometimiento a...

-- Momento Niklas, antes de que sigas dime cuál es tu interés por este enredo de los sistemas.

-- Se lo voy a decir don Jorgen --Luhmann pronunció un sonoro eructo y se empujó otro vaso de cerveza antes de que se calentara-- Estoy harto de la sociología, está fuera de rumbo, se ha quedado entretenida con datos imaginarios y, respecto a la teoría, con clásicos autocreados. Esta runfla de jijueputas, si me permite usar una expresión muy suya, don Jorgen, ha terminado por carecer de toda idea sobre la realidad. Mas allá de sus aulas y sus disertaciones académicas no perciben nada, no tienen ni la más puta idea del entorno, en cambio la teoría general de sistemas puede meter un poco de frescura y de luz para reformular el análisis de la sociedad.

-- Empiezo a intuir adónde quieres llegar. Te me estás poniendo temerario. Qué tal si explicas, Niklas lo que predicas --bromeó don Jorgen--. Por lo pronto te diré, parafraseando al cubano Retamar, que viene a tomar trago con nosotros de vez en cuando:

¿Vivir ahora en los textos de Luhmann?
¿Quién conoció la guerra de clases contentarse con la palabra sistema?

-- Usted sabe que yo no discuto contra Marx, en todo caso mi diálogo incluye a su maestro Hegel, pero no se apresure, antes que nada evitemos imaginar cada quien algo distinto cuando hablemos de sistema. Verá usted, con la teoría de sistemas, en general puedo dar cuenta de máquinas, organismos biológicos, entidades sociales e instancias psíquicas y en lo que hace a los sistemas sociales en particular puedo pensar y explicar qué ocurre con las interacciones que en ellos suceden, cómo se comportan las organizaciones que los constituyen y conocer en suma a las sociedades mismas.

-- Según tu teoría todo conjunto es susceptible de pensarse en términos de sistema incluida la sociedad y sus fenómenos esenciales, ¿es así?

-- Exacto: así es.

--Y qué agrega además de lo que uno ya disponía con Marx, Freud y Darwin.

--Bueno permite distinguir la diferencia y la semejanza, el concepto de sistema sirve para producir abstracciones de hechos que comparten su naturaleza y distinguirlos de algún otro entramado de cuestiones de carácter distinto. El mérito, la novedad es que introduce el procedimiento analítico igual-desigual, es decir nos recuerda que existe el afuera. Descubre que observadores desde el exterior del sistema tienen posibilidad de intervenir y demuestra que los sistemas, los sociales al menos, son capaces de generar autoabstracción es decir autoreflexión.

-- Caramba Niklas, supongo que el calor y la cerveza están influyendo en mi comprensión porque de otra manera tendría que decirte que lo único nuevo de tu discurso es que has armado una jerga espantosa, indescifrable. Que yo sepa Heráclito no era del todo original cuando miraba el que tú llamarías sistema río y más cerca de nuestro tiempo Hegel se explaya en la demostración y análisis de la autoconciencia humana.

-- Permítame explicar don Jorgen. Una tradición, que a juzgar por sus comentarios usted conoce a la perfección, cuyos orígenes se remontan a la antigüedad y que es, claro, más vieja que el empleo del término sistema, pensaba a la totalidad simultáneamente como tal y como unidad. De ahí nació el concepto de individuo que en su condición de parte debía reconocerse (y perderse) en el todo. Había nacido la primera versión conocida de ser social con la protesta y la revuelta en las entrañas. La condición social era una tarea realizable por el individuo dominante, nunca por el resto de la sociedad.

-- Más despacio Niklas, que las preguntan saltan por el camino de la conversación. Si este antiguo planteamiento resulta insuficiente, entonces cuál es la circunstancia y el modo social del ser humano. ¿Hay un solo ser social mas allá de la historia, o cada sociedad produce su ser social particular sujeto a sus determinaciones?

-- Es insuficiente para entender a fondo el porqué de la condición social aunque llega a desvelar lo sustancial y universal de esa condición. Tome en cuenta que ya quedaba claro que los hombres debían ser capaces de reconocer la totalidad a la que pertenecían y estar dispuestos a orientar su vida conforme al conocimiento de ese hecho.

-- Supongo que el paso siguiente es el que sostiene la dialéctica hegeliana.

-- Como de costumbre está en lo cierto, don Jorgen. La visión que examina la relación parte-todo se transforma en esquema analítico que se expresa en el camino que va de lo particular a lo general y a la inversa. Ahora la totalidad se encarna en la humanidad que se presenta en los hombres, como lo general que a su vez se pensaba como lo impecable, lo carente de riesgo, lo que no necesita de ser compensado. La humanidad, es decir lo general, tendría que realizarse material y espiritualmente en lo particular o sea en el hombre.

--Encuentro, tú lo sabes Niklas, una superioridad ética en la dialéctica de Hegel que no han podido vencer los académicos y que es para nosotros, gente criada en países tropicales, de importancia decisiva. Todas las sociedades somos parte de la humanidad y todo hombre, incluidos nosotros los tropicales que estamos al margen de Europa, tiene la posibilidad de expresar la realización espiritual del conjunto humano.

-- Para estar en condiciones de replicarle, don Jorgen voy a cambiar la cerveza por un whisky.

Mientras don Jorgen orinaba copiosamente en el patio exterior del burdel, el mesero colocó una botella del mejor escocés recién desembarcado para alimentar el comercio de contrabando. Niklas Luhmann ya se había empinado el primer vaso cuando volvió su sabio y borracho compañero de juerga.

-- No importa la ética, lo que interesa es asegurar la eficiencia del método de conocimiento y en esa línea avanza el nuevo paradigma de la teoría de sistemas en relación con su aplicación a la sociedad. Deje de manotear y escúcheme don Jorgen. La diferencia tradicional entre parte y todo ha sido sustituida por la diferencia entre sistema y entorno lo que inmediatamente permite el surgimiento de la diferencia entre sistemas abiertos, autoreflexivos y autorganizables y sistemas cerrados.

--Espero que tu fiebre eficientista no te impida reconocer, cuando hablas de autorganización, tu deuda con Bakunin y Kropotkin, que son, en su tradición anarquista, de los primeros en postular y demostrar para lo que tú llamas sistema social la capacidad del organismo de pensarse por sí mismo, y antes de que tú sueltes el terminajo, de actuar autopoiéticamente. La mención a los anarquistas me recuerda que aún no respondes en los términos de tu teoría a mi reclamo por las dimensiones éticas que sí valían y mucho para los luchadores libertarios.

-Ya es tarde, don Jorgen. Mi barco zarpa mañana temprano a Panamá. Me llevo sus cuestionamientos para mi próxima visita a su paraíso.


Mtro. Jorge Martínez Ruiz
Investigador titular en el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.