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Agosto - Septiembre 2003

 

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Triología
 

Por Marta de Arévalo
Número 34

En el poeta están acordados, en un solo arpegio, tres diferentes notas del ser esencial: el Espíritu, niño ancestral, que ha heredado en el origen la bondad natural del ser colectivo; la Materia, polvo humano amasado entre angustias, que se perpetúa en vivencias y se yergue en porfiado desafío futurista, y que sabe reconocer el esplendor de la belleza; la Mente, ser de sabiduría intemporal, con conocimiento ilimitado (aunque a veces dormido), con muchas existencias vividas cuya memoria se guarda en intuiciones.

Y es cuando la mente, vibrando en la piel del ser humano, habla con la boca del espíritu, que nace el poema. Ya que la conjugación que hace posible al poeta está basada en estos tres indispensables: la emoción del hombre, la frescura del espíritu, la sabiduría del ser mental.
Todo lo que la experiencia humana adquiere o sufre, lo ordena y clasifica el ser mental y lo "entrevera" graciosamente el niño natural, el espíritu.
El Niño tiene la gracia, que por gracia, puede recibir el Todo en un detalle y trasmitirlo íntegramente con prístina claridad sin trastocar esencias.
La Mente tiene el poder de la palabra, concretado en el lenguaje y en la imagen que éste emite en sugestiones.
La Materia Humana, el dolor de la carne, sus frustraciones y deseos, sus tristezas y esperanzas, la angustia de existir.

En estas tres notas del arpegio, desgranado por un incognoscible arpista, se sustenta la llama creadora. Pero ellas son una sola indivisible pulsación cósmica. La Trilogía sagrada donde se asienta el dios. Este dios de sí mismo en que se reconoce cada artista en intuición ególatra y genial.
La Mente es eterna, el Espíritu, sagrado, la Materia, efímera.

Pero sin la materia física del ser humano, no se podrían manifestar ni la frescura del segundo ni la sabiduría de la primera. Quizás por eso la vida retorna una y otra vez en nueva carne.
Torna y retorna a conjugar las notas que dispersó la Muerte.
Que la muerte no perdió, sin embargo.
Torna y retorna la Vida, ensayando la creación, la concreción deseada, el Sueño.
Arpegiando la trilogía ideal de esta música compleja, imperfectamente, a través del tiempo y las generaciones.

Se diría que aún, el Arpista misterioso, más allá de nosotros, espera alcanzar la virtud.

De "Apuntes y Sugestiones" 1986.
Apareció publicado en BLANCO Nº 12 (Nosotros los Poetas)


Nunca nadie pregunte

..y dijo la Voz:
- No serás menos que la luz
ni has de ser más que la hierba.
Serás un poeta.

Un poeta.
Aquel que se sienta frente a Dios
y le conversa.
El más inteligente de los locos
el más ingenuo de los inteligentes.
Aquel que dice las verdades más terribles
en la forma más bella.

Casado con la muerte
desde antes de nacer.
Enamorado loco de las auras del aire
con un corazón sin mentira
que le guarda la frente
y con sólo un abismo y su sangre
testimoniando el ser.

Un poeta.
Con su pulso sensible
de mito y de ceniza
asomado al origen de la vida.
Dándose en la simiente del agua
y rescatado en la raíz del universo
por el dios de sí mismo.

Desdeñoso
inasible
impensable
y maldito.
Más tierno que un balido
más insondable que el arcano
más desconocido que el viento
más sutil que la luz y la apariencia
más ausente de sí que un muerto
más vívido que sol y que relámpago
más que Todojunto
y menos que presencia.

¿Alguien ha visto alguna vez
la sustancia misteriosa
que forma los espíritus?

Entonces
nadie nunca pregunte
qué es un poeta.

Del libro "Acentos en Versolibre", 1990.


Aviso al viento

SE BUSCA URGENTE
un vientecito de primavera.
De aquellos que venían del Olimpo
con soplos de Afrodita
y efluvios de pámpanos y mirtos.
Cómplice en cabriolas de Dionisios,
sáfico
sátiro
y conmovedoramente grácil.

Se lo necesita para renovar los corazones
de los graves señorones que marean la política
que trafican con el átomo y el niño
que sueñan todo el día con ganancias suculentas
y comen en blanquísimos manteles pacifistas
mientras cuentan los favores
de los dólares que compran los misiles.

Se necesita un vientecito de primavera
para distraer esas mentes rigurosas
y salvar
lo que nos queda de sonrisa.

Del Libro "Avisos Varios" 1983


Anagrama chino


Noche alta. Nostalgia sobre TIA- LE- HANG.
Leía un antiguo poema chino
que hablaba de un amor clandestino.
Lo escribió el último emperador Tang.

Mediatarde serena. Siglo Diez.
Galería al sur, penas de ayer…

Ella iba a él, llama y dulzura.
"…porque sólo a veces podían verse
(contaba pausado el poema), al verse.
¡qué infinita en los dos la ternura!
"

La lluvia susurra el poema de antaño.
Yo estoy sola en la noche… y te extraño.

De Mujer en Poesía " 1995


Marta de Arévalo
Poeta uruguaya