Razón y Palabra Bienvenidos a Razón y Palabra.
Primera Revista Electrónica especializada en Comunicación
Sobre la Revista Contribuciones Directorio Buzón Motor de búsqueda


Agosto - Septiembre 2003

 

Número actual
 
Números anteriores
 
Editorial
 
Sitios de Interés
 
Novedades Editoriales
 
Ediciones especiales



Proyecto Internet


Carr. Lago de Guadalupe Km. 3.5,
Atizapán de Zaragoza
Estado de México.

Tels. (52)(55) 58645613
Fax. (52)(55) 58645613

Comunicación, Filo de la Organización
 

Por Mariluz Restrepo
Número 34

Tomando FILO como metáfora a partir de su doble sentido de "hilo" y de "borde agudo" discutiré posibles sentidos de la comunicación organizacional. Parto de entender la comunicación en su dimensión ontológica como "co-permitir-ver" para desentrañar la incidencia que ello tendría en las prácticas de quienes ejercen la función de 'comunicadores' en las organizaciones. Recojo algunas características de nuestra cultura tecno-científica que se hacen presentes en la WEB, la escojo como un ejemplo paradigmático de los modos de comunicación hoy para extraer algunas de sus particularidades y apostar desde allí por un modelo conversacional de la comunicación.

Para dar qué hacer FILO proviene del latín filum y según el Diccionario de la Real Academia Española significa "arista o borde agudo" y en su forma antigua también es HILO que significa "hebra larga y delgada que se forma retorciendo el lino, lana, cáñamo u otra materia textil". Este doble sentido y sus variaciones figuradas pueden ayudarnos a situar la actividad contemporánea de la comunicación organizacional que a mi juicio no puede ser distinta de la que nos atañe como seres humanos.

I. Comunicadores en el filo
La comunicación frecuentemente se ve reducida al equipararla con información, con transmisión lineal de 'contenidos' o con medios técnicos. Insisto aquí en su sentido más profundo como hecho fundamentalmente humano, como acción constitutiva de las relaciones entre los seres humanos configuradores de comunidades y culturas; es decir, comunicación como posibilitadora de sentidos.

En el par ágrafo 34 de Ser y tiempo, Heidegger define la comunicación como "co-permitir ver" y añade que ello conlleva a "ser uno con otro". No se trata de trasmitir vivencias de un interior a otro, sino de co-encontrarse, de ser 'ser-ahí-con'.

Co-permitir es ya un buen indicio de esa tarea posibilitadora de doble vía, necesariamente; no solo han de permitir ver quienes han sido instituidos o investidos comunicadores, sino también los otros con quienes se establece la comunicación. Somos por constitución humana comunicadores. Ambas partes han de hacer posible que unos y otros 'vean', es decir, que se comprendan posibles sentidos. Me atrevo a afirmar que la comunicación es cuestión de tres: de uno, otro y el 'mensaje', este último entendido como sentido generado y construido entre uno y otro. Es en ese sentido puesto al des-cubierto mediante la comunicación donde anida nuestro ser social: el ser uno con otro.

Remitirnos a esta perspectiva ontológica de la comunicación como fundamento de nuestra tarea en organizaciones concretas nos ha de colocar en el "filo de la navaja" (como nos lo enseña Somerset Maugham en su novela titulada así). Es la comunicación como un hilo que se ensarta, se anuda, se teje, la que nos hace comunidad, la que permite que cualquier organización en el umbral de su eficiencia, su efectividad y su racionalidad se mantenga humana y razonable para ser ejemplo de comunidad viva. Pero la comunicación reducida a su mínima expresión: a ser 'herramienta' y/o estrategia de la llamada administración científica se convierte en arista, filo cortante, borde áspero separando a los que hablan de los que escuchan, a los que deciden de los que acatan, a los que saben y tienen de los necesitados. Entre ambos hilo y filo, el comunicador se sitúa en un dilema y es a quien le corresponde reconocer los riesgos y posibilidades de uno y otro. Quien profesa la comunicación y no es un mero funcionario no puede eludir su responsabilidad de apostar por la supervivencia de nuestra condición humana por encima del rendimiento y el éxito. La comunicación es su sentido profundo así nos lo exige.

Primero porque la comunicación en las organizaciones se da siempre aunque no existan procesos institucionalizados formalmente ni el cargo de comunicador. Una organización es un modo de ser social: es un núcleo de decisiones cuyas formas de socialización determinan su configuración y su modo de incidir en la cultura. La socialización es fruto de la interacción humana posibilitada por múltiples formas de comunicación: las transacciones que determinan sus formas de operación, el conjunto normativo y de control que regula las acciones, las formas de interrelación que van definiendo una manera específica de hacer las cosas, y por ende una manera de ser; las acciones de divulgación que 'dan a conocer' y 'ponen en contacto "historias de unos y otros"; las diversas formas de reunión -sociales y de trabajo-; los rituales y símbolos, los procesos educativos y los de participación, etc. Ahí radica la identidad y la cultura de la organización; es lo que hace que una entidad sea esa y no otra.

Segundo, porque la comunicación no puede ser prescrita, ni impuesta. Esta será siempre la que se genera entre el ser de la empresa o institución y el ser de los otros: ya sea entre directivas y subalternos, entre colegas o entre modos de ser organizacionales con modos de ser de los diversos públicos externos que le atañen. Es preciso, entonces, reconocernos y reconocer a nuestros interlocutores como configuradores de los procesos de comunicación que nos constituyen.

Tercero, porque con frecuencia la comunicación se desvirtúa y decisiones organizacionales en torno a ella se quedan en querer influir y unificar, en ofrecer recetas mágicas para la realización de acciones exitosas. A veces su función enmascarada en la libertad de expresión, busca a toda costa que los otros -los receptores- se acomoden a lo generado por quienes pueden ser enunciadores. Son que se han propuesto contradecir lo que la WEB ofrece. También muchos otros sitios WEB, generalmente de personas y entidades más osadas hacen explícitas esas condiciones que aquí me propongo evidenciar.

Si tomamos algunas de las palabras utilizadas para nombrar especificidades de la WEB encontramos que en ellas ya están muchos de los rasgos que la constituyen. Y si retomamos un libro muy sentido al inicio de la década del 90, Seis propuestas para el próximo milenio de Italo Calvino y las referimos a los términos descubrimos la riqueza de la WEB, sus modos de representación y las formas como generan comunicación. Me limito a mencionar seis términos pertinentes a la WEB y su correspondencia con alguna de las 'propuestas' para que brevemente reconozcamos algunos de esos rasgos constitutivos de la WEB que ojalá sean iluminadores para nuestro trabajo como comunicadores.

WEB se traduce por RED y aunque no hace total justicia al término en inglés, expone la MULTIPLICIDAD a la que Calvino se refiere. Dice Calvino al escoger a Gadda como ejemplo que él "ve al mundo como un sistema de sistemas en el que cada sistema singular condiciona los otros y es condicionado por ellos. (…) Gadda trató toda su vida de representar el mundo como un enredo o una maraña o un ovillo, de representarlo sin atenuar en absoluto su inextricable complejidad, o mejor dicho, la presencia simultánea de los elementos más heterogéneos que concurren a determinar cualquier acontecimiento" (p. 120).

No solo la WEB como sistema, cada página también es una red compuesta por múltiples 'nudos' que son a su vez redes, mezcla perpetua entre lo global y lo local. La WEB laberinto, con su complejidad de elementos simultáneos y sus entrecruces no nos dejan olvidar que así es la vida, que así pensamos, así sentimos y así conversamos; que nuestra vida no es lineal, ni fija, ni unidimensional, que los procesos de comunicación mejor los podemos describir con Michel Serres como momentos de 'intercepción' de sentido que se atraviesan entre multiplicidad de ruidos que provienen de nosotros, de los otros y del mundo en que vivimos.

Lo VIRTUAL que la WEB pone en evidencia - sin que desconozcamos que modos virtuales han existido desde siempre, la pintura rupestre y los sonidos articulados son ya modos virtuales para referirnos al mundo- no es otra cosa que la LEVEDAD que nos propone Calvino que ha de ser 'tan leve como un pájaro, mas no como una pluma' y que explica a partir del mito de Perseo que "no mira el rostro de la Gorgona sino su imagen reflejada en el escudo de bronce (…) Para cortar la cabeza de la Medusa Perseo se apoya en lo más leve que existe: los vientos y las nubes y dirige la mirada hacia lo que únicamente puede revelársele en una visión indirecta y leve, en una imagen cautiva en un espejo" (p. 16). No es coincidencia que la WEB sea necesariamente construida en pantalla; precisamente, lo que la convierte en virtual. El término PANTALLA parece provenir del portugués pantalha palabra utilizada en el siglo XVI para referirse a láminas que protegen la vista de la luz. WEB, leve; evocación de luz, de reflejos, de imágenes.

SITIO, nombre de 'lugares virtuales', modo de trastocar lo topológico subrayando, más bien, la presencia del espacio referido al tiempo, a la 'situación' en donde se nuestra, se expone el mundo. Es lugar hecho visible en nuestra imaginación en un momento determinado, en un aquí y un ahora. Ese es un sitio WEB: presencia habitable en nuestra imaginación. Hago la correlación con la VISIBILIDAD que nos propone Calvino quien retoma palabras de San Ignacio: "Ver con la vista de la imaginación el lugar corpóreo donde se halla la cosa que quiero contemplar" (p. 100) y Calvino puntualiza: "Las imágenes mismas son las que desarrollan sus potencialidades implícitas, el relato que llevan dentro" (p.104). Sitio, imagen del mundo, imaginación de encuentros, recreaciones y sentidos posibles.

BOTÓN, puerta que enlaza (link) sitios -y también sitios del sitio- , que abre o cierra caminos, que guía nuestros encuentros con la EXACTITUD que expone Calvino, que está entre 'la llama y el cristal'. La exactitud se "cristaliza en una forma, adquiere un sentido, no fijo, no definitivo, no endurecido en una inmovilidad material, sino vigente como un organismo (p.84). Exactitud que requiere "una atención extremadamente precisa y meticulosa es lo que se exige de una composición de cada imagen, en la definición minuciosa de los detalles, en la selección de los objetos, de la iluminación, de la atmósfera para alcanzar la vaguedad deseada (p. 75). Los botones dan especificidad a la WEB, la hacen viva, involucran al otro: habrán de ser suficientemente precisos para que el otro participe, para que encuentre trayectos y, a la vez, suficientemente indeterminados para que el otro NAVEGUE, se mueva a su ritmo, en su tempo, y así construya y recree.

NAVEGAR la WEB no es figuralmente hacerlo por una carretera , menos por una carrilera, sí por agua o aire. En ambos casos trayectos no trazados, inciertos, ambiguos, sinuosos, turbulentos guiados por las circunstancias, dados por el mismo recorrido. La navegación se parece más a correr que a caminar, como esa sensación en las que sentimos que nuestros pies no tocan el suelo, que volamos paralelos al horizonte. Requiere la RAPIDEZ de Calvino con la máxima que acoge para explicarla: 'apresúrate despacio". Esa rapidez de estilo y de pensamiento quiere decir sobre todo agilidad, movilidad, desenvoltura, cualidades todas que se avienen con una escritura dispuesta a las divagaciones, a saltar de un argumento a otro, a perder el hilo cien veces y a encontrarlo al cabo de cien vericuetos (p. 59). Navegar la WEB sin itinerario definido, más bien flotar, planear, saltar, orzar, desplazarse, transitar y trajinar, espíritu libre, posible como Ulises siempre tan presente.

PORTAL, modo especifico de ser sitio en la WEB. Allí lo que se muestra, se expone, se hace público es totalidad posible, virtual. Es representación, como nos lo recuerda el prefijo re que implica presencia otra vez, igual pero diferente, y también insistencia de presencia. Es puerta de puertas, lugar de múltiples accesos; umbral, vano, mediación; lugar incierto de encuentros y relaciones. En el portal somos lo mismo de otra forma abiertos a ser navegados , interpelados, interceptados… Me arriesgo a pensar que la CONSISTENCIA, propuesta sin esbozar debido a la muerte inesperada de Calvino, en cierta forma anuda las anteriores y podría ser característica del portal. El Diccionario la define como "cohesión, unión íntima de moléculas" como "conexión, relación o unión de unas cosas con otras" y también como 'duración`. Y esa cohesión es solo la que lo cohesionado exija. De ahí, por ejemplo, que la consistencia de un helado no pueda ser la de un caramelo. La consistencia responde a la identidad, a lo que las cosas son y que para ser lo que son necesitan serlo continuamente; es decir, identidad como el ser que permanentemente se está haciendo. El término inglés becoming -coming to be- es muy diciente de como la identidad es lo que estamos haciéndonos. Este es tal vez el aspecto más contundente de la WEB, su capacidad de transformación permanente, de representar la vida misma, no fijándola sino dejándola fluir.

La consistencia de un portal, primero, estará en relación con lo que la WEB y solo la WEB puede ser-hacer y también en relación con lo que representa. Su consistencia será perpetuo movimiento, oscilación, diseño con y en el tiempo, reflejo vivo de lo que representa. Portal, otra entrada a lo mismo siempre cambiante.

Comprender la WEB como RED múltiple de sentidos variados y plurales, constituida por SITIOS que al NAVEGARSE a través de PORTALES y BOTONES se constituyen en juegos de VIRTUALIDAD que se viven en tiempo real, que inauguran relaciones, que establecen interacciones, que intervienen en nuestro mundo y en el de otros habría de interpelarnos en nuestras prácticas de comunicación organizacional. Primero, por las implicaciones que tiene tal comprensión en el diseño y construcción permanente de páginas WEB de nuestras organizaciones, portales y sitios, que las colocan ante el mundo -literalmente ante el mundo- en presencia, exponiendo su identidad, generando intercambios, posibilitando relaciones, estableciendo comunicación, siendo uno-con-el-otro. Y, segundo, porque de los modos constitutivos de la WEB se puede desentrañar modos de comunicación que nos colocan de nuevo ante la inconmensurabilidad humana, por fortuna.

III. Conversación, hilo de nuevo en el filo
No se trata aquí de desarrollar este tema tan ambicioso. Sí de reconocer como la WEB con su exigencia de navegar, interactuar, y recrear hace patente que el sentido se construye en el encuentro con el otro; que el mensaje que yo inicio necesariamente se completa en la recepción del otro y por eso cobra sentido. Ahí radica el desarrollo de lo humano y la configuración de culturas vivas. Hecho tan antiguo como el hombre mismo, traicionado por el deseo de ser omnipotentes, de querer mover al mundo desde nuestro punto de vista; eso es ser estratégicos: llevar al otro a que actúe como yo, a quitarle su iniciativa, a borrar su diferencia, a mecanizarlo. ¡Cómo nutrimos el sistema que nosotros mismos padecemos y denunciamos!

Conocer y comprender la WEB nos hace profundamente humildes. Nos subraya nuestros límites como comunicadores. Nos obliga a descubrirnos impotentes ante el requerimiento de que el otro intervenga; nos enseña a escuchar con la esperanza de que el otro también nos escuche para que en ese proceso seamos 'uno-con-el-otro'. Esta condición interactiva muy real de la WEB cuando se aprovecha en toda su capacidad me hace pensar en el modo originario de comunicación entre los seres humanos: la conversación; no cuerpo a cuerpo, sí en presencia virtual, muy real y contundente. Y si no, admiren a unos jóvenes chateando o recuerden el trabajo compartido con el colega de otro continente, la consecución de hotel a última hora, o la cercanía e inmediatez de ese e-mail tan esperado.

Tomo aquí la conversación como modelo para pensar nuestros modos de comunicación. Cuando conversamos no pasamos las palabras de aquí para allá, más bien, se trata de ir resolviendo con el otro algún 'misterio'; de comprender el sentido de lo que el otro hace, dice y piensa, de ir descubriendo juntos porqué algo es como es. No me refiero aquí al debate ni a la discusión, si, a con-versar, a dar vueltas a un asunto en compañía. Diremos, con el gran pensador francés, contemporáneo Michel Serres, que la conversación es 'el conjunto de aplicaciones de un saber en otro o sobre otro, el conjunto de sus conversiones'. La conversación es cuestión de valoración mutua, de encuentro en la diferencia, permitiendo al otro decirse y hacerse, intentando siempre comprender lo que el otro intenta expresar. Se requiere de la escucha atenta de ambas partes para intentar re-conocernos unos con otros. Conversar exige generosidad, entrega, estar dispuestos a dejar el lugar fijo para ver el punto de vista del otro, para habitar otros sentidos. Requiere estar dispuestos a caer en el vacío, de acoger ese lugar 'cero', momento de suspensión del sentido, en donde ni uno ni otro se acomodan ni se imponen el uno sobre el otro; lugar de encuentro donde se descubren sentidos posibles La conversación reafirma y realza el deseo de comprensión, no el consenso, sí la esperanza de ser respetados, reconocidos, comprendidos en el respeto y reconocimiento del otro.

La conversación, hilo que nos coloca de nuevo en filo del sentido de la comunicación. No en vano decimos 'seguir el hilo de la conversación'. Dejarnos llevar por ella, que traza, discurre, cruza, entrelaza, anuda, compone: con ella, en ella se tejen historias, se crea sentido, se inauguran formas de vida… Optar por la conversación como modelo de comunicación nos sitúa en el riesgo de buscar en las organizaciones la convivencia y no la conveniencia, de abocar por lo razonable no por la estrategia, de subrayarle a la dirección y a la administración su condición de ser guía de comunidades humanas.

Al velar por la comunicación en su sentido profundo, recreadora de conversación, corremos el riesgo de 'perder' el tiempo; de vivir en el encuentro siempre renovado, de ser tachados Quijotes, ilusos, soñadores, llenos de fe en la imaginación no en el dato, de amar sin mirar a quién, de seguir teniendo infinita esperanza en lo imposible…

Gracias por su escucha.


Mariluz Restrepo J.
Directora Humanidades e Idiomas, Escuela Colombiana de Ingeniería "Julio Garavito"