Razón y Palabra Bienvenidos a Razón y Palabra.
Primera Revista Electrónica especializada en Comunicación
Sobre la Revista Contribuciones Directorio Buzón Motor de búsqueda


Octubre - Noviembre 2003

 

Número actual
 
Números anteriores
 
Editorial
 
Sitios de Interés
 
Novedades Editoriales
 
Ediciones especiales



Proyecto Internet


Carr. Lago de Guadalupe Km. 3.5,
Atizapán de Zaragoza
Estado de México.

Tels. (52)(55) 58645613
Fax. (52)(55) 58645613

La Radio es la Ciudad: El Anuncio de la Muerte al Mediodía
 

Por Cida Golin y Maria Da Graca
Número 35

Estructura polifónica, el espacio urbano es un soporte perforado por el lenguaje, cruce de discursos, vivencias, cuerpos y múltiples historias. La ciudad, como bien demostró Italo Calvino, refleja construcciones imaginarias, fabulaciones y hablas que en ella circulan, a partir de ella, son elaboradas2. Para el antropólogo Mássimo Canevacci, comprender una ciudad significa recoger fragmentos, lanzando entre ellos puentes capaces de provocar una pluralidad de significados o de encrucijadas herméticas3. El geógrafo Milton Santos encuentra allí un campo de fuerzas, una mezcla, el lugar de la contradicción4, características que Teixeira Coelho subraya al describir ese territorio como única realidad política concreta para los sujetos: “la ciudad es que existe, la ciudad sabe, la ciudad vive. La cultura está en la ciudad, la cultura es la ciudad”5.

En una época en que las fronteras se estiran y cambian de significado, apoyadas en nuevos sistemas informativos que subvierten nociones de espacio y tiempo, el hábitat, la casa, el espacio conocido, fijo y familiar gana énfasis en el contexto nómada de individuos, fuerza del trabajo y mercancías6. Santos recuerda que los lugares reproducen “la totalidad-mundo de modos específicos, individuales, diversos. Ellos son singulares, pero son también globales. La ciudad, pronta a enfrentar su tiempo a partir de su espacio, crea y recrea una cultura con la cara de su tiempo y de su espacio”, o sea, la existencia en aquel territorio ejerce un papel revelador sobre el mundo7.

Quadros aproxima la radio y la ciudad como desdoblamientos del concepto de lugar, donde el hombre realiza cambios simbólicos con características específicas: locales-espacio de mediación dentro de determinada cultura. En la urgencia de informar, la radio guarda la calidad oral del contar, de suscitar la imaginación, un mosaico de voces, ininterrumpidas y cotidianas, con un sentido profundo de la función de utilidad pública en una comunidad: “la voz que habla es de la aldea, habla para un yo único no fragmentado”8. Lewis Mumford subraya cuánto la ciudad, en su origen, debe a la aldea las relaciones de orden, estabilidad y vecindad en el compartir del ritmo vital entre los que nacen, trabajan, casan, agonizar y mueren. Las ciudades antiguas, por ejemplo, no crecían más allá de las distancias de las caminadas o de la audición: “En la Edad Media, quedar dentro del alcance de las campanas de Bow definía los límites de la City de Londres”9.

A través de su sonoridad, inmersa en un tiempo histórico de visualidad excesiva y ruidos intermitentes, la radio se constituye, de forma estratégica, en alternativa a un escenario de discursos homogéneos que encubren, muchas veces, identidades locales. Como contrapunto, el vehículo sirve de voz a un habla específica y propia. En el momento en que se redireccionó, principalmente a partir de los años 60, dejando la sala de visitas y el entretenimiento para la televisión, pasó cada vez más a contemplar noticias y prestación de servicios locales, aproximándose de la cultura de la comunidad en donde opera. Cualquier manual para iniciantes recomienda que la pauta del vehículo privilegie temas próximos, criterio de relevancia: aquello que se ve y se conversa en la calle, una información urgente, un accidente de tránsito, el pozo de la calle, las reivindicaciones de los barrios10.

La tendencia a la programación en flujo, con repetición incesante de bloques, y de noticias, a partir del cambio de presentadores y de fajas de público11, lleva al vehículo, cada vez más, a la sincronía con el ritmo y las especificidades de un ciclo de 24 horas. Se trata, según Medistch, del ordenamiento circular en función del reloj en detrimento de la linealidad del antes y después. El criterio principal pasa a ser la fluidez basada en la frecuencia, en la duración del enunciado y en la repetición de su enunciación12. En ese sentido, pasa a ser un espejo de la ciudad donde está inserido, reflejando en el lenguaje cíclico y temporal las tragedias cotidianas, la prisa, el ritmo caótico (o no) del tránsito. La programación en flujo, tendencia de importantes emisoras del radio informativo, corrobora la metrópoli contemporánea como el lugar del movimiento incesante, de la multitud, del transporte, del moverse en vías expresas, de la dictadura de la velocidad.

Para conocerse una región, una ciudad, un barrio, también es preciso pasear por su radio, su habla y su entonación. Con esa pretensión, el Departamento de comunicación de la Universidad de Caxias do Sul (UCS), a través del proyecto de investigación La radio es la ciudad – La identidad de la radio en la región colonial italiana de Rio Grande do Sul, en curso desde el segundo semestre de 2001, con el apoyo de CNPq y FRAPERGS, viene rescatando las producciones radiofónicas características de la región, identificando su historia y peculiaridades de lenguaje, a fin de avanzar en el perfil del vehículo regional, colaborando, también para el rescate de la memoria de la radio en general. En ese sentido, es fundamental señalar que la rica historia de la radio en la región fue parcialmente rescatada en apenas dos publicaciones13 y a través de las monografías producidas por alumnos del curso de periodismo de la UCS. Del material recogido hasta el momento, es posible detectar por lo menos tres grandes recorridos posibles a partir de la centralización analítica en el conjunto de programas italianos (en que el dialecto véneto es el lenguaje predominante), de carácter religioso (es una región de fuerte tradición católica) y de línea humorística a partir de un personaje principal, el gringo Radicci, que de las historietas del diario ganó también la radio (y otros productos culturales) con la inconfundible voz de su creador, el dibujante Iotti.

Velocidades posibles: el radio informativo de Caxias do Sul
Caxias do Sul, segundo polo metal-mecánico de Brasil, es una localidad situada en lo alto de la sierra gaucha, a 125 kilómetros de Porto Alegre (RS) y fue fundada por inmigrantes italianos al final del siglo XIX. A pesar de la localización geográfica de difícil acceso, la integración ferroviaria y la inauguración de la ruta nacional BR 116 (1942), vía de conexión con grandes centros proveedores y de consumo, consolidaron el perfil industrial del municipio. Posee hoy 360.223 habitantes, la renta per cápita sobrepasa el doble del promedio estatal14 con 15 mil establecimientos industriales y 96 mil trabajadores empleados en la economía formal15.

Al mediodía en punto, en esa ciudad de economía pujante, va al aire el Informativo Formolo (Jornal Formolo). Confundiéndose con la existencia y la trayectoria cincuentenaria de la radio en la región, el radio informativo trae para dentro de las casas, y en el tradicional horario del almuerzo, las noticias principales de la mañana, el reportaje local y un servicio fijo de utilidad pública: los anuncios fúnebres, encontrados y perdidos, empleos; rescatando, así, la función primordial de la radio en la ciudad, cuando era apenas un servicio de altoparlantes instalado en la plaza central, la Dante Alighieri.

Hay en ese radio informativo resquicios de una temporalidad distinta de aquella pregonada por el lenguaje predominante de las escuelas radiofónicas canónicas que eligen la rapidez y la velocidad como características intrínsecas al vehículo. No en tanto, en la medida en que dialoga con el local en que está inserido, la radio subvierte la lógica de la metrópoli de la comunicación y del consumo, en que la geometría del espacio fue sustituida por el flujo móvil, inestable e fragmentario de la comunicación. El informativo, a propósito, presenta otro ritmo, más pausado, en que la voz impostada del locutor o los arcaísmos de lenguaje presentes en participaciones sociales o de luto remiten a los primordios del vehículo. El producto se enraizó de tal forma en el cotidiano de la comunidad al punto de que el público resiste los cambios propuestas para el formato. Por otro lado, ese fenómeno cultural carga consigo vínculos precisos entre la radio y el espacio urbano, entrelazando el producto radiofónico con elementos fundadores de la ciudad primitiva, como la plaza o el ritual de la muerte.

En este sentido, Milton Santos ya había comentado que, en la familia de los imaginarios de la globalización y de las técnicas, se encuentra la idea de que la velocidad constituye un dato irreversible en la producción de la historia. Para el geógrafo, “solamente algunas personas, firmas e instituciones son altamente veloces. En verdad, el resto de la humanidad produce, circula y vive de otra manera. El acto de la minoría acaba siendo representativo de la totalidad”. En realidad, la vida cotidiana abarca varias temporalidades simultáneamente presentes16.

La radio en la plaza
Las primeras experiencias radiofónicas en Caxias do Sul ocurrieron entre 1942 y 1944, en pleno apogeo de la radio nacional, como entretenimiento masivo. Como todo el estado de Rio Grande do Sul, la región consumía la programación de las emisoras Gaúcha, Farroupilha, Tupi, Nacional y emisoras argentinas, uruguayas y paraguayas. Época de la segunda guerra mundial, el gobierno brasileño prohibía la concesión de canales radiofónicos. Los primeros ejercicios de la propia voz se dieron, entonces, en el espacio principal de la sociabilidad urbana de aquel periodo, la plaza Dante Alighieri, local de las flores y de las piedras en forma de racimos de uva, reducto de la conversación diaria, del comentario callejero, de los cines, del encuentro de la misa dominical, del footing y punto de articulación de los “grandes romances” y futuros casamientos bendecidos en la catedral Diocesana17. Los sonidos inaugurales de la Radio Guacira, en verdad apenas un servicio de altoparlantes comandado por el periodista y corresponsal del Diario de noticias, Jimmy Rodríguez. De las cinco a las nueve horas de la noche, al ciudad pequeña y silenciosa, que consumía diarios locales semanales, además de los diarios de la capital, escuchaba, desde la Caipora hasta el barrio San Pelegrino, músicas, dedicatorias, informaciones, eventualmente alguna edición extraordinaria18.

Se sabe que la plaza es un espacio que se confunde con el propio origen del concepto occidental de urbano, y esa primitiva manifestación ya refleja la relación directa de la radio con la ciudad entendida como espacio primordial de diálogo. En su estado primitivo, el ágora, la plaza griega, era el local de la asamblea, de reunión, un lugar destinado sobretodo a la palabra19. La plaza de Caxias do Sul tiene poco más de un siglo y sirvió de punto de comercio de los carreteros y de posada para colonos. Sus monumentos reflejan las narrativas fundadoras de la ciudad, un homenaje a la inmigrante Luisa Eberle, pionera de la metalurgia, y al poeta florentino de los sonetos amorosos, padre de la poesía italiana. Justamente en el tiempo de los altoparlantes, años de la segunda guerra, la Liga de Defensa Nacional entendió que todos los paseos, plazas, calles y sitios públicos con nombres extranjeros serían un atentado a la patria. La plaza Dante, pasó entonces a llamarse oficialmente Ruy Barbosa, nombre postizo que fue revocado en 1990 sin nunca haber sido, siquiera, exigido un busto al famoso orador y abolicionista brasileño.

En 1946, para suplir la carencia de un sistema sonoro que sólo alcanzaba moradores próximos a la plaza, surgía la Radio Caxias trayendo consigo, en el nombre, la identidad de su ciudad. Instalada en la sede del Recreio Guarany, la voz de la metrópoli del vino tenía como antena dos palos de eucaliptos clavados en la huerta del club. La emisora entraba al aire de las 11 a las 14 y de las 17 a las 22 horas. Su programación seguía la de las escuela de la Radio Nacional y de la Tupi y había, entre la comunidad, un sentimiento fuerte de identificación con el nuevo vehículo, a pesar de la poca cantidad de aparatos receptores20, tanto que en 1958 fue necesario instalar, nuevamente, altoparlantes en la plaza para transmitir la Copa del mundo. La radio funcionaba, sobretodo, como un correo, en los moldes de la Radio Guacira, permitiendo que los serranos de las colonias y de localidades vecinas transmitiesen mensajes a sus familiares en un periodo en el que el acceso al teléfono era para una elite: “Hola familia de Juan da Silva. Él comunica que seguirá en el ómnibus del sábado. Pide para que lo esperen con montaría, en la portera de la hacienda...”21. Todavía hoy, en Forqueta, barrio de Caxias do Sul, el altoparlante de la iglesia, enfrente a la plaza, desempeña un papel conductor en lo cotidiano, divulgando noticias de interés y convocando a la comunidad para reuniones y eventos afines22.

La radio Caxias fue inaugurada el 27 de abril de 1946, y en junio estrenaba en la programación el radio informativo de las 12:15 que, desde el inicio, se constituía en un significativo espacio radiofónico, considerando que la población, en aquel periodo, sólo contaba con diarios impresos semanalmente. El presentador Vivaldo Vargas, desde hace 20 años la voz principal del noticioso, recuerda que bastaba andar en las calles principales de la ciudad para oír el programa23. Comercio cerrado, era la hora de sintonizar el informativo durante la importante comunión del almuerzo, del retorno a casa. En la mesa, estaba el diálogo y el silencio de los oyentes en contrapunto con la voz sobria del informativo interpretando las noticias de la comunidad. La llamada portería (en la planta baja del predio, donde hasta hoy el público lleva sus notas pagas), siempre pautó cada edición del radio informativo con un número variable de notas útiles, anuncios fúnebres, encontrados y perdidos. Era común el anuncio no sólo de las muertes, sino también de los nacimientos, y directamente por la radio, la invitación para padrinos de bautismo24. Curiosamente, fue en Caxias do Sul, a través de la Radio y TV Caxias, cuya emisora de televisión fue comprada posteriormente por la RBS, que surgió el primer Informativo del almuerzo (Jornal do Almorço)25, tradicional programa televisivo, confirmando la importancia del mediodía como un instante de búsqueda de información y de prestar atención a los asuntos comunes.

El mediodía

Se trata de un momento emblemático. Basta un breve recorrido por el simbolismo del número 12 para verificar su condición espacio-temporal, marco de los ciclos26. Anunciadas siempre por las campanas de la iglesia, las doce son exactamente la mitad del día, punto tradicional de parada, de descanso, horario biológico del alimento necesario para la sustentación del trabajo y demás actividades diarias del sujeto. Todavía permanece, en la ciudad y región, el hábito del almuerzo, del regreso a casa, del encuentro con la familia. Reflejando la tendencia apuntada por una investigación cualitativa27, el director de la emisora Evandro Fontana es taxativo: “Además de la polenta y de la pasta, es el momento de alimentarse de las cosas de ciudad, de la casa”.

Después de más de medio siglo de existencia, el radio informativo del mediodía se mantiene como uno de los pilares de la programación de la emisora pionera. Esa posición es confirmada por los resultados de la encuesta IBOPE, de 2001, en que 264 mil personas fueron consultadas. El Informativo Formolo, como ahora es llamado (Formolo es el patrocinador)28, quedó en primer lugar en la audiencia de AM (5,68%), entre todas las clases sociales, siendo el horario de mediodía responsable por una audiencia del 4%. Otras emisoras como la Difusora Caxiense y la Radio San Francisco también invierten en informativos generales en esa faja horaria, mientras que la Universidad AM presenta un programa de deportes.

Dividido en siete bloques, el radio informativo dura cerca de una hora. La primera mitad se constituye del noticiario propiamente dicho, dándole prioridad a los reportajes en las ciudades de cobertura. Las demás informaciones, de relevancia nacional e internacional, son tratadas en pequeños textos leídos por los dos presentadores. La segunda parte es destinada a servicios de utilidad pública como avisos de corte de agua y luz, calles cortadas, encontrados y perdidos, oportunidades de trabajo, eventos sociales y las famosas participaciones de luto. En general, el lenguaje remonta a las primeras escuelas radiofónicas de las que el Reporter Esso es el paradigma. La locución es compenetrada y pomposa. Hay un ritmo más lento que aquel utilizado en lo restante de la programación de la emisora. El uso de trillas y efectos sonoros es discreto y contenido. El Ibope (ranking) indica que más del 60% de la audiencia es formada por personas con más de 40 años, confirmando una de las tendencias verificadas en la sintonía de las AMs, el envejecimiento del público29. Los oyentes del Formolo, cuyas declaraciones fueron recogidas y registradas, poseen más de 50 años.

“(...) Cuando da el noticiario, yo voy cerca para escuchar, para ver bien las cosas.”
“(...) Porque yo estoy sola, tomo mi plato y ya voy allá cerca para escuchar.”
“(...) Nosotros prestamos atención, ¿no es?, a las cosas que vemos. Con alguna cosa nosotros quedamos conversando, pero es poca cosa. A nosotros nos gusta realmente prestar atención.”30

Un aspecto que aparece en la mayoría de las declaraciones es la insistencia de algunos oyentes en utilizar las expresiones “mirar” y “ver de cerca” al referirse al informativo. Los enunciados, de alguna forma, remiten al núcleo del lenguaje radiofónico: la creación de imágenes mentales. El discurso radiofónico, al deflagrar representaciones, acciona esquemas cognitivos, que traen a tona la memoria, la imaginación y el sentimiento de pertenencia al lugar por el actualizarse y revivir experiencias compartidas.

El anuncio fúnebre

Así como en la radio Garibaldi, emisora del municipio del mismo nombre, a 42 kilómetros de Caxias do Sul, todavía es posible saber quién está en el hospital de la comunidad a través del Boletim Hospitalar (Boletín del hospital) transmitido en el horario del mediodía31, los caxienses eligieron el Radioinformativo Formolo como el espacio primordial para el anuncio de la muerte. Se trata de una de esas etapas de un ritual de pasaje: la separación del muerto de la comunidad de los vivos y su integración en la de los muertos, un recorrido hecho al margen de dos realidades antagónicas: la vida y la muerte32. En el mismo horario, la otra emisora, la competencia, la radio San Francisco, de propiedad de los frailes capuchinos, también transmite invitaciones de entierro y misas de aniversario, textos antecedidos con la sonoridad grave de la campana de una iglesia. Antes de la llegada de la radio, los avisos de fallecimiento eran registrados en folletos, marcados con una cruz, y colocados en todas las principales tiendas de Caxias do Sul33.

Desde los primordios del radio informativo, el anuncio fúnebre es tratado como una noticia y, conforme el tiempo de los espacios vendidos, puede suprimir materias previstas en el segmento del periodismo informativo. Las notas fúnebres, responsables por el 5% de la facturación anual de la emisora34, responden a los oyentes cautivos del programa, generalmente de la tercera edad, un segmento naturalmente acostumbrado a esta temática. En su instigante estudio sobre El hombre y la muerte, Edgar Morin recuerda que el ego de los ancianos está próximo del ego de los muertos; psicológicamente, la vejez sería de simpatía y de preparación para la muerte35.

“Sí, yo aviso, prendo. Las notas fúnebres yo siempre miro, siempre, siempre”.
“Aquél que murió, lo que más importa, para mí, es la nota fúnebre”.
“La nota fúnebre, porque dopo el resto no me interesa, ¿no es?”
“Me gusta más que todo. Oír aquél que murió, ¿no es? Oír el entierro.”
“Es, de todo el noticiero que da, un acontecimiento, los fallecidos, los fallecimientos.”36

Conforme revelan algunos oyentes del programa, el anuncio de la muerte concentra las atenciones, ninguna otra actividad es realizada en ese momento. Está siempre la expectativa en relación con el nombre de un pariente o conocido, y la obligación de repasarla a otros: al vecino, a los amigos, concretizando el luto social necesario para cerrar la herida de los individuos sobrevivientes. Tal hábito fue creado y reforzado por la emisora durante más de medio siglo de existencia apoyado en el inicio por la inexistencia de diarios impresos, apenas semanales. Generaciones de familias pasaron por la portería de la Radio Caxias para cumplir con el ritual de anunciar el entierro o por el periódico (el anuncio de las misas en memoria del fallecimiento). Un intento reciente de exclusión de esta práctica, en el radio informativo, generó protestas del público, determinando el retorno del antiguo modelo37.

Se encuentra aquí, como en la plaza, un vehículo más, muy fuerte, entre la radio y el espacio urbano. La cuestión de la muerte, la herida irreparable del hombre38, siempre exigió el territorio fijo. Se sabe que el origen de la ciudad se encuentra en el respeto del hombre, incluso el de Neandertal, por sus muertos. Conforme Munford, en medio de las andanzas del hombre paleolítico, los muertos fueron los primeros “en tener una morada permanente, una caverna, una cueva señalada por un monte de piedras, un túmulo colectivo. Constituían marcos a los cuales probablemente retornaban los vivos, en intervalos, a fin de comulgar con los espíritus ancestrales o de aplacarlos. (...) La ciudad de los muertos antecede a la ciudad de los vivos”39.

En un tiempo hecho de estrategias para recusar la transitoriedad de la existencia, de juvenilización de los cuerpos y de horror a la vejez40, el radio informativo sirve como un soporte de expiación, de verbalización o exhibicionismo del dolor de la pérdida. Al contrario de otros periodos históricos, el siglo XX asistió a la dificultad del individuo en elaborar su propia muerte, persiguiendo todas las formas posibles de ocultamiento. Según Ariès, hay una negación y una dificultad en lidiar con el moribundo expresa también en el discurso médico: es preciso no hablar en la muerte inminente41. Simultáneamente, el hospital se transforma en el local adecuado para morir: el confinamiento temporal y espacial de la muerte es tan fuerte que la mayoría de los óbitos ocurre en las UTIs42.

Con un tono más grave y menor velocidad en la emisión del habla, para acentuar el clima triste o melancólico, y el énfasis en consonantes que configuran la entonación local y característica, con la pronunciación cargada de la /R/, la voz del radio informativo sirve de vehículo para interpretaciones de discursos diversificados sobre la muerte, desde composiciones en que el luto es compartido de forma socialmente contenida hasta exposiciones de carácter más íntimo y personal.

XXX, esposa, hijos, nuera y nietos de XXX, pesarosos con su fallecimiento, participan que los actos fúnebres tendrán lugar mañana, a las diez horas. El féretro saldrá de la sala B de las Capillas San José, ya encomendado para el cementerio público municipal, donde será dada la sepultura. Noticiamos el fallecimiento de XXX.
Invitación para misa de sexto mes de fallecimiento de XXX. Querido y muy recordado XXX. Hoy hacen seis meses que partiste de esta vida, dejándonos en la más profunda tristeza y el más profundo silencio. ¡Cuánta nostalgia sentimos de ti! Nuestras hijas están creciendo, y cada día que pasa están más bonitas, ¡pues ellas se parecen tanto contigo! XXXX, todos los días reza por ti y XXXX llama “¡papá!”. Es difícil, muy difícil, enfrentar el día a día sin tu presencia. Rezamos para que tengas paz y sentimos que podemos contar con tu protección, junto a Dios. (...)
Invitación para misa de séptimo año de fallecimiento de XXX. ¡Querida madre! Hacen siete años que partiste para la eternidad y nos dejaste sólo tristeza y nostalgia para toda tu familia. Madre, en este mundo todo continúa igual, el sol todavía brilla allá en lo alto, la noche aparece misteriosa en el cielo. Cuando la luna está llena, con el corazón apretado por la nostalgia, miramos al cielo, y en su inmensidad vemos la imagen de aquella que hace siete años partió de esta vida. Todo el sufrimiento del mundo no te traerá de vuelta, pero la oración dará paz a tu alma. No hay palabras que digan la nostalgia inmensa que sentimos de ti. ¡Te amaremos siempre! (...)
Invitación para misa de primer año de fallecimiento de XXX. ¡XXX! El Ángel de la noche, mensajero de la voluntad divina, vino a segar en el jardín de nuestra familia la más flor más gallarda y perfumada para plantarla en el cantero eterno. Y, mientras aguardamos tu llamado, haremos descender sobre ti nuestras lágrimas, acompañadas de las preces fervorosas en sufragio de tu bella alma, que todavía vive en el corazón dolorido de tus seres queridos. (...)43

Llama la atención de cualquier oyente, o lector, la emoción compartida con el público en relación con la muerte, la pérdida, el dolor de la vida que prosigue. La muerte, en la gran mayoría de los textos, está asociada a la nostalgia entendida como tristeza, al sufrimiento de quien queda y a los diversos elementos naturales (flor, cielo, sol, noche, luna). Una misma nota fúnebre puede ser emitida en horarios distintos del obituario (inicio, medio y fin), si fuera paga para eso. De parte de los interesados hay una necesidad de vincular su nombre con el del muerto, de escucharlo en la radio como un homenaje postrero44. Persiste, también una cierta resistencia del público en abandonar algunas expresiones en desuso, como por ejemplo, el cuerpo será dado a la sepultura. Ese arcaísmo, repetido diariamente, al mismo tiempo, recuerda otro término, dar a luz, revelando, por el lenguaje, el ciclo de vida y muerte, de la salida y el retorno al útero (madre o tierra). Conforme Mircea Eliade, el simbolismo del regreso al vientre tiene siempre una validez cosmológica45. O como escribe Etienne Samain, el muerto debe dejar su casa (cultura) para volver a la tierra (naturaleza)46.

Muchos de los textos emitidos son ofrecidos por la propia radio, otros llegan por el propio anunciante. Se percibe, muchas veces. La creación de un fuerte clima emocional, de interlocución directa con aquél que murió, a través de la voz del locutor, socializada con la comunidad, adquiriendo una autoridad casi religiosa. Es posible aproximarse, en ese momento, a algunas ideas desarrolladas en el libro El mito de la radio, en el que Mónica Nunes asocia el discurso mítico a algunos rituales de la programación radiofónica. Se sabe del valor mágico otorgado a la palabra por las culturas orales primitivas, en que la palabra dicha posee poder sobre las cosas, y se sabe también cuánto el hombre arcaico se valió de todos los recursos mágicos-religiosos para reducir el sufrimiento. La voz adquiere una función estratégica en ese ritual de despedida en que es imposible separar el mensaje verbal del vocal47. Para la autora, se trata de algo inevitable: “En torno de la radio, somos sociedad sin escrita, pues la voz-música y la palabra en su forma oral son las únicas posibilidades de aprehensión del sentido”48.

Consideraciones finales
La radio siempre encontró en la prestación de servicios y en los textos de utilidad pública una salida segura en la competencia con los otros medios de comunicación. El radio informativo Formolo, obviamente, está dentro del contexto de informar lo global y concentrar en lo local49, y la facturación consecuente de ese segmento asegura su permanencia e, por lo tanto, su condición de hábito cultural. Tanto es así que, después de las participaciones de luto, los servicios continúan. Son encontrados y perdidos, invitaciones para fiestas, eventos religiosos, descripciones minuciosas de perros de estimación perdidos.

El contraste de los enunciados choca al receptor acostumbrado con las principales reglas de los manuales del periodismo radial (el propio presentador Vivaldo Vargas adopta técnicas para no reír cuando precisa leer las notas pagas sobre “perritas enfermas y perdidas y niños deprimidos.”)50 Al mismo tiempo, se revela así apenas el territorio urbano en su excelencia; el vehículo es uno de sus desdoblamientos, una de sus vías de circulación bajo el punto de vista orgánico. Ya fue comprobado cómo la radio, por lo menos en el caso analizado de Caxias do Sul, carga consigo elementos primordiales del territorio urbano como espacio del diálogo y de la memoria. Hay una relación simbiótica entre el ciudadano caxiense y la emisora, traducida tanto en la resistencia del público a la modernización del formato radiofónico, como en el enmarañado de reminiscencias individuales y colectivas que autoriza el noticiero a transitar en el umbral trágico de la condición humana, frontera entre la vida y la muerte.

La ciudad, ya escribió Maffesoli, es aquélla donde nuestros afectos hechas raíces, donde se vive en la imperfección. Sirve como imagen de la especialización de la sociedad, en que los mínimos actos de la vida banal constituyen un ámbito que se desmiembra en varios territorios. Lo cotidiano que ella exprime está centrado en el presente; se trata de una temporalidad fragmentada, donde la repetición funciona como un no-tiempo. Los ritos, representativos e inmutables, en una especie de protección contra la angustia del devenir51. La radio, por lo tanto, vive de la temporalidad presente y cíclica, reflejando todos los tiempos posibles y simultáneos: la velocidad y la lentitud, el futuro y el pasado. Por lo tanto en la radio, como en la TV, los tiempos se formatean en programas y programaciones. Como describe Signates: “es el tiempo de la calle visualizando en las programaciones, de forma minutada, marcado por las viñetas y debido en usos cronometrados. Los usos y las prácticas subvierten esa linealidad, transformándola en modos de vida, en señales rituales, convirtiendo a la radio y a la televisión en relojes”52.

Manuel Castells, al analizar la sociedad contemporánea que busca romper con la marcha cronológica lineal en una especie de casino global, recuerda cuánto el tiempo, no sólo en la naturaleza sino también en la sociedad, parece ser específico a un determinado contexto local. En la contramano de la velocidad o de los paradigmas escolares del periodismo radial, el Informativo Formolo permanece en el ciclo periódico de la sonoridad efímera, reflejando, todos los días, uno de los tiempos posibles de su ciudad. Ancorado en el horario del almuerzo, se vincula, sobretodo, a la temporalidad cíclica y rítmica de la casa, marcada por la entrada y la salida de las personas. Trae la calle al espacio doméstico: “El sujeto de la comunicación, del interior de su cotidiano, picota la programación en disponibilidades, recusando y modificando los sentidos de la temporalidad lineal, al someterla al orden de la casa, dentro del propio acto de someterse a ella”53.

Para olvidar el tiempo que se escurre, es preciso repetir, organizar la vida en ciclos repetitivos. Las prácticas amorosas, los hábitos culinarios, la relación con la palabra, las relaciones de amistad y vecindad, las formas de vestirse y las maneras de vivir, en fin, los rituales de la vida cotidiana son, para Maffesoli, marcados por la noción de límite. Por la gestión de la muerte54. Heraldo de los muertos, alcanzando a todos, inclusive a la población de hábitos rurales, el Informativo Formolo es el día a día que pasa en la circunstancia cotidiana de los sobrevivientes. Generaciones de oyentes caxienses se suceden en la portería de la radio, pautando, con sus pérdidas, pequeñas tragedias o alegrías, la vida que continúa. Ese vínculo es tan fuerte, tan coloquial, que el locutor puede despedirse de su público fiel, al final de la edición, con un espontáneo: “Hasta mañana, si Dios quiere”.


Notas:

2 Marcondes Filho, Ciro. 1996, p.151
3 Canevacci, Máximo. 1997, p.35
4 Tiburcio, Carlos y Bava, Silvio. 2001, p.4-7
5 Coelho, Texeira. 2000, p.132
6 Ortiz, Renato. 1999, p.69
7 Santos, Milton. 2000, p.112; 132
8 Quadros, Marta. 1997, p.126;132-133
9 Mumford, Lewis. 1998, p.21-11; 76
10 Parada, Marcelo. 2000, p.24; 30
11 Ferraretto, Luiz Artur. 2000, p.60
12Medistch, Eduardo. 1999, p.195-196
13 Comunicación popular de Olivar Mattia y Valentín Lazzarotto y Radio Caxías: 50 años coordinado por Mario Gardelin.
14 Según estudios de la PUCRS, fue de U$10.028,56 en 1998.
15 IBGE, 2000
16 Santos, Milton. 2000, p.127
17 Declaración del locutor Dante Andreis, marzo de 2002, para la investigación La radio es la ciudad.
18 Gardelin, Mario. 1996
19Munford, Lewis. 1998, p.166
20 Mattia y Lazzarotto. 1996, p.67
21 Gardelin, Mario. 1996, p.45
22Investigación realizada por Camila Moschen en 2001.
23Declaración de Vivaldo Vargas para la disciplina de Radio I, UCS, diciembre de 2001.
24 Entrevista concedida por el locutor Dante Andreis en abril de 2002, uno de los más antiguos colaboradores de la Radio Caxias.
25 Declaraciones de Vivaldo Vargas y Néstor Gollo; conferir monografía Jornal do almorço: 26 anos de Shirley de Barros Paravisi, UCS, 1998.
26 Según el diccionario de los símbolos, el doce es siempre el número de una realización, de un ciclo concluido. Se trata del producto de los 4 puntos cardinales por los 3 planos del mundo. Divide el cielo (12 signos del zodíaco), el año (12 meses), así como el tiempo para los pueblos chinos y de Asia central (grupos de 12 años), además de los ciclos solar y lunar (60 años). Cf. Chevalier et. al. 1990
27Según declaración de Evandro Fontana en marzo de 2002, la empresa de investigación Monófrio apuntó, en 2000 que, en el horario del mediodía, el oyente se mantiene activo y demanda noticias locales, informaciones de su comunidad. Ya en el fin de la tarde, busca una programación más relajante.
28 Actualmente son las Casas Formolo, de materiales de construcción, que prestan su nombre al radioiformativo. Según Dante Andreis, éste ya se llamó Chies, Maesa, (Cerveza Perla) Cerveja Pérola, Industrial Madeireira.
29 Maranini, Nicolau. 2001
30 Declaraciones de oyentes del radioinformativo Formolo recogidos durante el periodo de enero y febrero de 2002 por la alumna becada CNPq Camila Moschen.
31Rosa, Diego. 2000. Monografía de conclusión del curso de Periodismo, UCS.
32Samain, Etienne. 2000

33 Según el levantamiento realizado por el alumno becado Gustavo Deon, en Flores de Cunha, localidad que está a unos 16 kilómetros de Caxias do Sul, el altoparlante de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en la plaza principal de la ciudad, todavía es el principal vehículo para avisos de fallecimiento. Sin costo alguno para los familiares, el texto es leído por los frailes entre las 8 y las 18:30 horas, y el sonido de propaga hasta seis cuadras de la plaza. Al toque de la música característica, todos paran, estacionan los autos, interrumpen las clases, se aproximan a las ventanas para escuchar los anuncios de muerte. Hace dos años, una jueza, alegando prejuicio al descanso de los moradores, intentó cerrar el servicio. En vano: la población local protestó, y la tradición de casi medio siglo permanece viva.
34
La facturación anual de la emisora, según Evandro Fontana, es de aproximadamente dos millones de reales.
35
Morin, Edgar. 1997,p.316
36
Declaraciones recogidas entre enero y febrero de 2002 por la alumna becada Camila Moschen.CNPq
37
Declaración de Evandro Fontana.
38
Morin, Edgar. 1997, p.104
39Munford, Lewis. 1998, p.13
40
Marcondes Filho, Ciro. 1996, p.374
41
Ariès apud. Héctor Leis, mimeo.
42
Castells, Manuel. 2000, p.479
43
Tales anuncios fueron emitidos en 2001 en el radioinformativo Formolo, y, para fines de análisis en esta exposición, suprimimos los nombres involucrados en las noticias emitidas.
44
Vale registrar la declaración del alumno becado FRAPERGS Gustavo Deon, sobre el fallecimiento de su abuelo en diciembre de 1993: “La comunidad de San Maximiliano, a 40 kilómetros de Caxias do Sul, asistía al velorio de Cándido Deon, agricultor famoso en la región, hombre de iglesia, trabajador, carismático y alegre. Hijos, amigos y parientes se desparramaban por la iglesia, próximos al cuerpo del fallecido, y lamentaban el hecho. Exactamente al mediodía, lentamente, la mayoría de los presentes se retiró de la iglesia, yendo hasta el salón parroquial. La radio encendida, la voz de Vivaldo Vargas devoraba las noticias hasta el momento esperado de las notas de fallecimiento y, por consecuencia, de las lágrimas. Terminada la lista de los muertos, parientes y amigos retornaron a la iglesia. Misión cumplida: la noticia fue emitida y todas tomaron conocimiento de la muerte de Cándido”.
45
Eliade, Mircea. s/d, p.202
46
Samain, Etienne. 2000
47
Nunes, Mónica. 1993, p.101; 141
48
Nunes, Mónica. 1993, p.145
49
Klockner, Luciano. 2001, p.160
50Declaración concedida a los alumnos becados Camila Moschen y Gustavo Deon el 10 de abril de 2002.
51Maffesoli, Michel. 1984, p.58
52Signates, Luiz. 2000
53 Signates, Luiz. 2000
54 Maffesoli, Michel. 1984, p.88; 93; 114


Referencias:

CANEVACCI, Massimo. A cidade polifônica: ensaio sobre a antropologia da comunicação urbana. São Paulo: Studio Nobel, 1997.
CASTELLS, Manuel. A sociedade em rede. São Paulo: Paz e Terra, 2000.
CHEVALIER, Jean et. al. Diccionario de símbolos. Rio de Janeiro: José Olympio, 1990.
COELHO, Teixeira. Políticas culturais. São Paulo: Iluminuras, 2000.
ELIADE, Mircea. O sagrado e o profano. Lisboa: Edições Livros do Brasil, s/d.
FERRARETTO, Luiz Artur. Rádio... o veículo, a história e a técnicas. Porto Alegre: Sagra, 2000.
GARDELIN, Mário (org.) Rádio Caxias... 50 anos. Caxias do Sul: EDUCS, 1996.
KLOCKNER, Luciano e BRAGANÇA, Maria Alice. Radiojornalismo de serviço: AM e FM em tempos de internet. In: MOREIRA, Sônia e DEL BIANCO, Nélia. DESAFIOS do rádio no século XXI. São Paulo: Intercom/Rio de Janeiro: UERJ, 2001.
LEIS, Héctor Ricardo. A sociedade dos vivos: as dificuldades da modernidade para enfrentar a morte (mimeo). IX Congresso Brasileiro de Sociologia, 1999.
MAFFESOLI, Michel. A conquista do presente. Rio de Janeiro: Rocco, 1984.
MARANINI, Nicolau. As transformações do AM: perspectiva da programação frente à concorrência do FM. In: MOREIRA, Sônia e DEL BIANCO, Nélia. Desafios do rádio no século XXI. São Paulo: Intercom/Rio de Janeiro: UERJ, 2001.
MARCONDES FILHO, Ciro (org.) Pensar – pulsar: cultura comunicacional, tecnologias, velocidade. São Paulo: Edições NTC, 1996.
MEDISTCH, Eduardo. A rádio na era da informação. Teoria e técnica do novo radiojornalismo. Coimbra: Minverva, 1999.
MORIN, Edgar. O homem e a morte. Rio de Janeiro: Imago, 1997.
MUMFORD, Lewis. A cidade na história. São Paulo: Martins Fontes, 1998.
NUNES, Mônica. O mito no rádio – a voz e os signos de renovação periódica. São Paulo:Annablume, 1993.
ORTIZ, Renato. Um outro território. In: BOLAÑO, César. Globalização e regionalização das comunicações. São Paulo: EDUC/UFS, 1999.
PARADA, Marcelo. Rádio: 24 horas de jornalismo. São Paulo: Panda, 2000.
QUADROS, Marta Campos de. Rádio e cidade: aproximações de mapas noturnos de tempos e espaços. Revista Famecos, Porto Alegre, n.6, junho de 1997.
SAMAIN, Etienne. Memórias antropológicas em torno de um álbum fotográfico, morte e história. CD-ROM Compôs, 2000.
SANTOS, Milton. Por uma outra globalização – do pensamento único à consciência universal. Rio de Janeiro: Record, 2000.
SIGNATES, Luiz. O sujeito da comunicação. CD-ROM Compôs, 2000.
TIBÚRCIO, Carlos e BAVA, Silvio. Entrevista com Milton Santos: “Quem está na frente é o povo”, Cadernos Le Monde Diplomatique, n.2, janeiro de 2001.


Dra. Cida Golin y Maria Da Graca Guaranha Kreisner
Profesoras de la Universidad de Caxias do Sul (UCS).
C on la participación de los alumnos becados de iniciación científica Camila Moschen (CNPQ) y Gustavo Deon (FAPERGS)