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Octubre - Noviembre 2003

 

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El Nuevo Orden Mundial de la Comunicación en la Era de la Sociedad de la Información
 

Por Fernando Márquez
Número 35

Durante la década de 1970 tuvo lugar una extensa discusión sobre la información y las relaciones entre los países desarrollados y los tercermundistas. El desfase entre el Primer y el Tercer Mundo, herencia colonial, originó el llamado a un "Nuevo Orden Económico Mundial" que implicaba una distribución más equitativa de los recursos económicos como reparación a la explotación durante el colonialismo. Pero al colonialismo político no sólo había sucedido otro económico sino también un colonialismo "informativo": la frase "Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación" (NOMIC) vinculó a la información al debate sobre la distribución mundial de recursos económicos, haciendo un llamado en lo relacionado con los recursos de información y comunicación por las mismas razones (disparidad cualitativa y cuantitativa). Las críticas se dieron desde tres ángulos:

  • Flujo unidireccional de la información - El "libre flujo" de la información se había convertido en una "circulación de sentido único" ante el desequilibrio entre las fuentes y los destinatarios. No hay intercambio debido a la magnitud de la desigualdad.
  • Contenido de la información - Las agencias de noticias, más preocupadas con los asuntos del Primer Mundo, ponían énfasis en las notas "sensacionalistas" o "de desastre" más que en las "noticias de desarrollo".1 El papel dominante en la definición de lo que era noticia distorsionaba y excluía valores y expresiones de los países tercermundistas, con lo que la discusión giró alrededor de qué debería reportarse acerca de una nación y quién habría de decidirlo.
  • Control de la información - El desequilibrio informativo mantiene la dependencia, creando un nuevo estilo de colonialismo en el que las organizaciones de comunicación ayudaban a mantener el control al exportar el sistema de valores de la estructura de poder transnacional (dominación ideológica o imperialismo cultural). Este se les transfiere a través de su dependencia en las principales agencia de noticias y medios masivos occidentales que sirven como elemento distorsionador y de penetración política.

El acuerdo en común era la necesidad de hacer algo por la carencia de capacidades comunicativas del Tercer Mundo. Los países desarrollados estaban de acuerdo en expandir las competencias comunicativas de los países en desarrollo, pero no en restringir el libre flujo. El problema residía en quién debería fungir como autoridad en la naturaleza de los medios. Por un lado, se consideraba que el Estado era el único organismo capaz de representar los deseos de la gente contra los intereses de las corporaciones de medios. Por otro, se consideraba que el Estado impedía la libre circulación de la información por la censura que ejercía en contra de la libertad de prensa. La propuesta de los países desarrollados era confiar en las supuestas virtudes de lo comercial y del mercado, entendiendo que la privatización mejoraría la eficacia de los medios de comunicación. La realidad es que la intervención gubernamental y la regulación impedían el crecimiento económico al no permitir a los medios actuar libremente. Los medios se habían olvidado de sus responsabilidades sociales para dejarse guiar por criterios estrictamente económicos: "Los medios globales son los misioneros de esta época, que promueven las virtudes de lo comercial y del mercado a grandes voces y de forma incesante a través de sus rapaces empresas y programas." 2

La promesa de asistencia surgió de Occidente: este tenía lo que el Tercer Mundo necesitaba, esto es, capital y tecnología. Finalmente, se logró aprovechar la demanda generada por la necesidad de infraestructura de las comunicaciones (a partir de la desregulación y la privatización del sector de comunicaciones, en especial del Tercer Mundo) para dar mayor participación al sector privado en las comunicaciones internacionales (intereses transnacionales en el campo tecnológico-comunicacional).

Desde la década de 1970, en la que tuvieron lugar las diversas reuniones en foros internacionales (Movimiento de Países No Alineados y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO) sobre la situación de la comunicación y las relaciones entre los países, no se ha realizado una reunión internacional de ese alcance. Debido a los cambios que han tenido lugar desde entonces es indispensable que se lleve a cabo una nueva discusión en la que se identifiquen y entiendan los nuevos caminos que van surgiendo con los avances de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs).

A principios del siglo XXI, casi treinta años después de que surgió el llamado hacia un NOMIC, sigue existiendo una dependencia en el campo informativo que divide a los países desarrollados de los subdesarrollados. Para esta nueva revisión, sobre la situación de la comunicación y las relaciones entre los países y las regiones, que tendrá lugar en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI),3 siguen estando pendientes los temas relacionados con la disparidad en los flujos de información4 y la diferencia en la producción de contenidos entre las regiones.5

Antes los satélites y los medios de comunicación, ahora las redes y las tecnologías de la información y la comunicación, aparecen como promesa de hacer posible el acceso al desarrollo. Pero la superioridad de infraestructuras, y por lo tanto en el acceso, implica necesariamente un predominio, pues esta representa capacidades superiores de desarrollo y explotación a través de la producción y distribución de contenidos. La discusión sobre los flujos sigue siendo relevante en tanto que: "Suele ocurrir que las conexiones entre dos ciudades europeas o asiáticas, por no hablar de las africanas o latinoamericanas, se direccionan primero a través de un nodo estadounidense."6 Las posibilidades de eliminar la marginación comunicativa / digital en la sociedad de la información siguen y seguirán viéndose limitadas en la medida en que pocos países cuentan con las mismas capacidades para crear y distribuir la información.

La disparidad entre las naciones y dentro de estas de los que tienen y los que no tienen acceso a Internet, los que tienen los conocimientos o no para potenciar su uso y los que producen o no sus propios contenidos, la llamada brecha digital, amplía aún más la desigualdad y la exclusión social. Se trata de una cuestión no solo de capacidad tecnológica, sino de inclusión social. El progreso integrador de la sociedad de la información requiere tanto de la fase instrumental como de la conformación de realidades sociales. La búsqueda por terminar con la brecha digital (al exterior y al interior de los países) no debe aparecer solo en función de la cantidad y/o calidad del acceso, sino en el fomento de vías de apropiación (la capacidad de vincularnos con las nuevas tecnologías y desarrollar nuevas posibilidades). Mejorar el acceso no se puede limitar al aspecto netamente instrumental. Si no existe una capacitación que haga posible un uso inteligente y responsable de las TICs, no importa la velocidad con la que los datos digitales pueden fluir entre las computadoras.

El aumento en los flujos de información y el acceso a estos por sí mismos no son suficientes para aprovechar las oportunidades para el desarrollo que ofrece la era de la información: "...hay el riesgo de que, sin políticas específicas, intencionadas, las maravillas de la comunicación electrónica sean nuevos motivos de dependencia y no de crecimiento autónomo."7 Formular una política de comunicación significa asumir el propio desarrollo, siendo usuario y creador de las tecnologías de la información y la comunicación y sus contenidos.

Es importante que cada país cuente con políticas de comunicación destinadas a entender y apropiarse las TICs. Estas políticas no deberían limitarse a los medios de comunicación (los medios tradicionales seguirán desempeñando una importante función en la divulgación de contenidos) y a las TICs, sino que tendrían que tomar en consideración todos lo medios que puedan usarse para alcanzar los propios objetivos generales de desarrollo (relación entre la comunicación y otros sectores). Al considerar el avance de las TICs como parte integral de una estrategia de desarrollo más amplia, se evita el error de igualar al desarrollo tecnológico con el progreso social.

La intención es que cada sociedad pueda desarrollar sus propios significados, desarrollar sus propios usos y gratificaciones y usar las nuevas tecnologías de diversas maneras. Los actores del sistema social mundial se ven enfrentados a la necesidad de elaborar dichas políticas al mismo tiempo que se sitúan en un juego de obligaciones comunes: "El nuevo hombre tecnológico, hipnotizado por su propio ombligo electrónico, debe convertirse en el guardián de su hermano, a pesar de sí mismo."8 El sentimiento de pertenecer a un mundo común no implica compartir una visión común. Recordemos que las políticas son primariamente formulaciones "políticas", es decir, se derivan de presupuestos, de visiones de mundo distintas.

Fue precisamente la "politización" del tema lo que provocó la salida de Estados Unidos y Reino Unido de la UNESCO y el pobre desempeño del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación, resultado práctico de la discusión sobre la información y la comunicación entre los países desarrollados y en vías de desarrollo (los llamados a un NOMIC). Pero la sociedad de la información requiere innumerables fuerzas y conjunción de intereses alrededor del mundo, por lo que se debe permitir la diversidad de ideas y conocimientos. El debate sobre qué sociedad es la que se pretende construir con el apoyo de las TICs que se requiere incorporar una gama amplia de actores sociales preocupados por el tema de la sociedad civil, del sector comercial y de los gobiernos.

La capacidad de decidir es una capacidad política y ética, que no tecnológica. La política debe estructurar el ámbito común en que el hombre ha de entenderse y cooperar con los demás buscando las maneras más oportunas de garantizar el bien social. Se deben analizar alternativas, decidir, aceptar y enfrentar las posibilidades y responsabilidades de la acción. Por lo tanto se debe identificar el sentido y la función de la tecnología: la sociedad de la información debe estar al servicio de la humanidad y las TICs tienen que atender al bienestar humano. La tecnología involucra humanidad, en tanto que tiene su origen y debe tener como fin al hombre. Considero que esta visión "humanista"9 (el hombre como origen y fin) es la que debe guiar la búsqueda de las maneras más oportunas de garantizar el bien social, ya que el problema no es tecnológico, sino de voluntad política.

El surgimiento de la sociedad de la información requiere no sólo de la infraestructura física y tecnológica propia, sino también de nuevos acuerdos. Los espacios de convergencia implicarían una responsabilidad dentro de un proceso de retroalimentación. El impulso a la sociedad de la información no puede descansar en una región o en un solo país sino en un esquema de cooperación internacional. Beneficiar a la comunidad mundial demanda una discusión global.

La selección de Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) como foro para la CMSI presenta dos problemas. En primer lugar, se trata de una instancia eminentemente técnica encargada de la normalización de las telecomunicaciones. En segundo lugar, se diferencia de todas las demás organizaciones internacionales en que se basa en el principio de la cooperación entre gobiernos y sector privado (llamados Miembros de los Sectores, se trata de organizaciones interesadas en las telecomunicaciones) y nunca antes había trabajado con la sociedad civil. Sin embargo, la razón por la que se puede celebrar la existencia de la CMSI es que la propuesta aceptada establece que el congreso debe incluir las dimensiones del cambio que son de carácter social, político, cultural, económico e institucional y una evaluación en la que participe activamente la sociedad civil (grupos de organizaciones no gubernamentales involucradas en proyectos de información y comunicación alrededor del mundo).

Aún cuando los Estados seguirán siendo actores fundamentales, deberán aprender a trabajar de manera conjunta (nuevos mecanismos de comunicación y coordinación) unos con otros, junto con los actores no estatales (organizaciones no gubernamentales, sociedad civil), que han o están creando redes y coaliciones que trascienden sus fronteras (organización en red), dentro de una estrategia basada en la información, es decir, comunicar, consultar, coordinarse y colaborar, más que asistir, con otros actores.

El poder "blando" o intangible (la capacidad de expresar ideas, valores y normas que atraen, influyen y guían a otros)10 es esencial no solo para el surgimiento de la sociedad de la información. Es necesario si se quiere pasar de una sociedad de la información (adquisición de conocimientos, con preponderancia de consumidores), a una de la comunicación (en la que se establecen medios de acceso, haciendo a otro partícipe de lo que uno tiene, en la que predominan los ciudadanos con derechos que les permiten tomar parte activa en el proceso) e incluso a una del conocimiento (ejercicio de las facultades intelectuales, tener trato y comunicación con alguien). La marginación comunicativa, y ahora digital, en la sociedad internacional sigue y seguirá existiendo en la medida en que pocos países cuentan con las mismas capacidades para crear y distribuir la información. La creación y difusión de contenidos sigue siendo la clave de la inclusión y la participación en este "net world order" o "nuevo orden mundial de la sociedad del conocimiento".


Notas:

1Por ejemplo: fragilidad, inestabilidad y corrupción, los cuales eran considerados males originados por fallas internas en lugar de su sujeción al colonialismo europeo o al neocolonialismo. Por desastres se entiende fenómenos naturales y accidentes. El "periodismo desarrollista" o "periodismo del desarrollo" estaría al servicio de finalidades de orden social.
2Herman, Edward S. y Robert W. McChesney. Los medios globales - Los nuevos misioneros del capitalismo corporativo, p. 63.
3Se trata de la primera reunión que se celebrará a escala mundial sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). Se desarrollará en dos etapas: la primera fase en Ginebra, Suiza, del 10 al 12 de diciembre de 2003 y la segunda en Tunisia, Túnez, del 16 al 18 de noviembre de 2005. La primera adoptará una Declaración de Principios y un Plan de Acción, abordando todos los temas relacionados con la sociedad de la información, mientras que la segunda se centrará en los temas de desarrollo, se evaluarán los progresos que se hayan alcanzado y se adoptarán nuevos planes de acción a realizar.
4Martti Ahtisaari, presidente de la 25 Conferencia Anual del Instituto Internacional de Comunicaciones (1994), destacó que es necesario: "'Impedir que la supercarretera internacional de la información se convierta en una ruta de una sola vía...y asegurar que la información fluya equitativamente en ambas direcciones'." Trejo Delarbre, Raúl. "Norte y Sur, coordenadas parcialmente difuminadas", La nueva alfombra mágica, en<http://www.etcetera.com.mx/LIBRO/cuatro/cuatro1.htm>
5 "Las nuevas tecnologías de comunicación sirven para propagar y compartir de manera más directa (más involucradora y comprometedora, incluso, en ocasiones) las identidades culturales de cada comunidad. Pero también, por lo general, sirven como vehículos de las concepciones predominantes del mundo y del orden entre las naciones." Trejo Delarbre, Raúl. "Un eclecticismo incómodo", La nueva alfombra mágica, en
<http://www.etcetera.com.mx/LIBRO/cinco/cinco5.htm>
6Manuel Castells, La Galaxia Internet, p. 236.
7 Trejo Delarbre, Raúl. "América Latina, ante el tren de las nuevas tecnologías", La nueva alfombra mágica, en
<http://www.etcetera.com.mx/LIBRO/uno/uno11.htm> Acceso: 1° de febrero de 2003.
8 Marshall McLuhan y B. R. Powers. La aldea global, p. 106.
9 La tecnología descubre la realidad y a nosotros mismos, al hacer posibles nuevas formas de vivir permite nuevas posibilidades humanas; se descubren nuevas dimensiones de la realidad. Por la técnica descubrimos al mundo y a nosotros en él. Las nuevas tecnologías extienden los horizontes de lo que la gente puede crear y lo que puede aprender en el proceso.
10 El concepto de poder "blando" (bland) o intangible es de Robert O. Keohane y Joseph S. Nye. Véase Robert O. Keohane y Joseph S. Nye, Power and Interdependence, Longman, EE.UU, 2001.


Referencias:

Herman, Edward S. y Robert W. McChesney. Los medios globales - Los nuevos misioneros del capitalismo corporativo, Cátedra, Madrid, 1999.
Keohane, Robert O. y Joseph S. Nye. Power and Interdependence, Longman, EE.UU, 2001.
Marshall McLuhan y B. R. Powers. La aldea global, Gedisa, Barcelona, 1996.
Trejo Delarbre, Raúl. La nueva alfombra mágica, 1994, en
<http://www.etcetera.com.mx/LIBRO/ALFOMBRA.HTM>


Lic. Fernando Márquez López
Investigador en materia de comunicación, cultura y nuevas tecnologías..