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Por Julia Gallegos
Número 35
Los Centros
Comunitarios De Aprendizaje En México
El
acceso a la tecnología ha incrementado la brecha entre las
personas que tienen oportunidades de información, educación
y empleo. El facilitar a las comunidades rurales los medios necesarios
a una información clara puede contribuir a combatir pobreza
y mejorar la eficiencia de los proyectos de gobierno, siempre y
cuando los servicios sean de calidad y atiendan a la diversidad
con información relevante (Marker, McNamara & Wallace,
2002). Sin embargo, debates surgen tras los efectos negativos del
impacto de la tecnología en las economías que han
tenido un proceso lento de infraestructura en telecomunicaciones
ya que el 75% de las líneas telefónicas están
concentradas en solamente ocho de las naciones industrializadas
(Skuse, 2001).
Marker
y otros (2002) señalan como factores clave en intervenciones
que utilizan la comunicación a distancia el promover la confianza,
un ambiente adecuado y capacitación para utilizar estas tecnologías.
El uso de las telecomunicaciones debe tomar en cuenta variables
socioculturales y factores como lo son el género, la edad,
la clase social, etnicidad y el nivel de educación. La relevancia
de la información es esencial para este tipo de proyectos;
las comunidades rurales frecuentemente están interesadas
en información sobre su localidad y las oportunidades de
desarrollo personal y laboral de las cuales serán beneficiados
(Benjamin en Heeks, 1999).
Dentro
de la comunicación a distancia o telecomunicaciones, los
proyectos de telecentros han aumentado desde su origen en Suiza
en 1985 y varían de acuerdo a sus facilidades, tamaño
y contexto. Los telecentros han sido diseñados para ser sustentables
a largo plazo, por lo tanto sus proyecciones deben de ser analizadas
tomando en cuenta las condiciones locales de la comunidad entre
otras variables (Oestmann & Diamond, 2001).
Centros Comunitarios de Aprendizaje en México (CCA)
Una
de las prioridades del Plan Nacional de Desarrollo (2001-2006) ha
sido el programa Contigo. El anterior ha sido un estrategia
multidisciplinaria para atender las micro regiones establecidas
por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) buscando
la equidad y el desarrollo de nuestro país. Las micro regiones
son las áreas identificadas como zonas de pobreza y pobreza
extrema, las cuáles comprenden 20 millones de nuestra población
mexicana. Para seleccionarlas, se eligieron criterios económicos
y educativos. Por ejemplo, en las microregiones el 23.2 % de la
población mayor de 15 años es analfabeta; en cuánto
a condiciones de vida el 41.4% de las casas carecen de piso de cemento,
el 30.1% no cuenta con agua potable y el 27.5% de los hogares no
cuentan con servicios de agua y drenaje. Dentro del país,
se han identificado 263 micro regiones las cuáles se concentran
principalmente en regiones al sur de México (SEDESOL, 2002).
El
programa Contigo se basa en dos componentes: la diseminación
de beneficios de carácter social y el desarrollo del potencial
humano. Para impactar en el área educativa se creó
la iniciativa de los CCA utilizando las tecnologías de
la información, particularmente el Internet, para detonar
procesos de desarrollo y conectar comunidades aisladas con procesos
económicos y sociales. Los CCA muestran una combinación
de esfuerzos del sector público y privado hacia un mismo
ideal: combatir el rezago educativo y la pobreza extrema.
Los
contenidos educativos de los programas pretenden impactar en tres
dimensiones: humana, social y económica, orientando sus contenidos
a desarrollar habilidades para el trabajo y así mejorar la
calidad de vida de los mexicanos (as) (CCA, 2002)2.
Ante un iniciativa tan importante, ¿cómo diseñar
un marco que permita evaluar los contenidos educativos para retroalimentar
los programas y el impacto del proyecto en la comunidad?
México,
al igual que otros países de América Latina, ha carecido
de marcos evaluativos que logren explicar los resultados de las
iniciativas de desarrollo. Patton (1987) explica que para lograr
monitorear los múltiples procesos de cambio y promover un
aprendizaje significativo es necesario establecer lineamientos de
evaluación al momento de crear un proyecto de desarrollo.
Sin embargo, como Wells menciona “mucha atención se
enfoca en el proceso de implementación mientras que el monitoreo
y la evaluación han carecido de debida importancia”
(1994:7).
En
el caso particular de los telecentros se ha visto la necesidad de
desarrollar indicadores que reflejen el impacto y los cambios ocurridos.
Para mejorar la educación a distancia, el análisis
contingente de este proceso es básico al igual que la retroalimentación
continúa. Una de las áreas de oportunidad que se presentan
en proyectos de evaluación es la frecuente suposición
al establecer relaciones de causa-efecto, aún y cuando no
existan en el contexto evaluado. Para evitar la subjetividad de
los resultados es recomendable entender las relaciones entre las
variables del proyecto y cambiar de una evaluación linear
a una multidisciplinaria.
En
América Latina la literatura en evaluación de proyectos
es limitada. Sin embargo, esto no es un impedimento para crear un
marco de evaluación efectivo para los CCA. Las bases de ésta
dependerán del propósito y su contexto, el cuál
favorece el uso de métodos participativos que proporcionen
una información más objetiva. El uso de métodos
participativos en la evaluación ha sido difícil, más
no imposible y se puede ir implementando de manera gradual al cambiar
nuestros paradigmas naturalistas hacia una evaluación más
responsable.
Cada
proyecto es único por naturaleza. Si bien no es recomendable
la transferencia de modelos de evaluación, es importante
explorar diferentes experiencias para mejorar nuestras prácticas.
Al evaluar el impacto de los CCA, lo primero que nos tenemos que
preguntar es ¿qué opina la comunidad sobre ellos?
Y la relevancia de sus contenidos ante las necesidades de la comunidad.
El brindar oportunidades de empleo evitará la exclusión
social que no termina al solo brindar oportunidades educativas.
A lo anterior, Amartya Sen menciona que “las oportunidades
de empleo no deben de ir en contra de la herencia cultural”
(1999:31). El respeto a la identidad cultural de la población
atendida facilitará nuestra comprensión sobre el respeto
al otro, que cómo señala Eco “es como tener
1000 años de desarrollo” (1994:22).
Mientras
que las conexiones se han expandido cada vez más, su penetración
no ha sido comprendida. Al término de ésta iniciativa
de desarrollo nos preguntaremos ¿qué cambio hubo en
las microregiones? ¿Lograron identificarse con su
proyecto? ¿Habrá una fase de continuación
que actúe como catalizador al promover actividades benéficas
para la comunidad?
“El
Concepto del otro en nosotros, representa una parte del pensamiento
laico, el fundamento esencial de toda idea de solidaridad”
Umberto Eco, 1997.
Notas:
2 Se sugiere visitar la
página web: <www.cca.org.mx>
Referencias:
Benjamin,
P. (1999), Community development and democratisation through information
technology: Building the New South Africa, in: Heeks, R., Reinventing
Government in the Information Age: International practice in IT-enabled
public sector reform, (London, Routledge).
Centros
Comunitarios de Aprendizaje en: <www.cca.org.mx>
Eco,
U. (1994). When the others appears to the scene in: Five Moral
Pieces. (Harcourt Inc.)
Eco,
U. & Carlo Maria Martini (1997). ¿En qué creen
los que no creen? (Editorial Alfaguara, México).
Marker,
P., Mc Namara, K., & Wallace, L., (2002), The significance of
information and communication technologies for reducing poverty,
Department for International Development, January 2002.
Oestmann,
S., & Dymond, A. (2001), Telecentres: experiences, lessons and
trends, in: Latchem et al, Telecentres: Case studies and key
issues, (Vancouver, The Commonwealth of Learning).
Plan
Nacional de Desarrollo 2001-2006 en: <http://www.pnd.presidencia.gob.mx/pnd/cfm/index.cfm>
Patton,
M.Q. (1987), Creative Evaluation, (United States of America,
SAGE Publications).
Sen,
Amartya (1999), Development as Freedom (Anchor Books, New York).
Skuse,
A. (2001), Information communication technologies, poverty and empowerment,
Department for International Development, Social Development
Department, Dissemination Note No. 3.
Wells,
M. (1994), Biodiversity Conservation and Local Peoples’ Development
Aspirations: New Priorities for the 1990s, ODI Rural Development
Forestry Network, Network Paper 18a.
Julia
Gallegos Guajardo
Maestra en Educación Internacional,
Universidad de Sussex, Inglaterra. Candidata
a Doctora en Educación Especial, Universidad de Texas en Austin. |