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Octubre - Noviembre 2003

 

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Nacionalismo y Género en la Prensa Puertorriqueña
 

Por Lourdes Lugo
Número 35

La alta y creciente incidencia de esterilización en Puerto Rico entre la década del 1940 y mediados de 19701 generó una gran cantidad de debates que fueron legitimados por la prensa nacional puertorriqueña. Dentro de esa controversia, y como entes protagónicos de la oposición, la Iglesia Católica y los grupos nacionalistas e izquierdistas2 ocuparon un lugar estelar.

La resistencia de la Iglesia y de la izquierda cobró mayor significado cuando a partir de la década del 1960, Puerto Rico se convierte en uno de los países con mayor incidencia de esterilización en el mundo entero. Aunque las altas tasas de esterilización en la Isla fueron el resultado de la interacción entre las acciones del Estado colonial y la necesidad individual de muchas mujeres en controlar su fecundidad3, la Iglesia y la izquierda no lo veían de esta manera. Entendían que la esterilización era consecuencia de unas prácticas de control poblacional en cuyo panorama no figuraba, ni era necesario considerar, la necesidad individual4. De esta forma, la oposición perfilaba al Estado como un ente soberano y todopoderoso en la figuración de la vida individual de los sujetos5.

Me parece pertinente mencionar que, en el caso de la esterilización en Puerto Rico, no se puede hablar de control poblacional y de control de la natalidad como dos fenómenos excluyentes entre sí, sin reconocer la suerte de continuo en que ambos operan. Para entender las alternativas reproductivas de las mujeres puertorriqueñas con relación a la esterilización, se debe considerar cómo las condiciones históricas, sociales y políticas simultáneamente operan, limitan y modelan esas decisiones. Es decir, que aunque el Estado colonial perseguía unos fines políticos y económicos, muchas mujeres puertorriqueñas vieron en la esterilización una alternativa para controlar sus vidas y su fecundidad.

Para este periodo, la Iglesia Católica, por un lado, percibía que el Estado había creado unos programas "ilegales de esterilización masiva, enemigos de los ideales católicos" que iban en contra de la moral6. Por otro lado, la izquierda puertorriqueña interpretaba que la esterilización era un acto genocida ejecutado por el "imperio norteamericano".

Tomando estos debates como punto de partida, en esta charla exploraré la retórica oposicionista a la esterilización privilegiada en la prensa puertorriqueña entre 1940 y 1975, específicamente cómo la jerarquía de género se representa en la misma.

En la construcción de los discursos de oposición a la esterilización, la figura femenina fue fundamental. Dentro de la tradición Católica, las mujeres representan la mayoría de las personas que asisten a la Iglesia, y fungen como agentes principales para preservar las prácticas religiosas en el hogar.7 Éstas, no obstante, poseen poco o ningún poder para formular y determinar las políticas de dicha institución.8 Este aspecto se refleja en su clara ausencia dentro de la alta jerarquía Católica; la objeción a la ordenación de sacerdotisas; la interpretación bíblica desde una perspectiva masculina, y en la construcción de las mujeres y de su sexualidad de forma bipolar en la que dos preceptos son dominantes. El primero, caracteriza a la mujer como pecadora y carnal, un legado que data de Eva, y el segundo, como humilde, pasiva y tierna, personificado por María. La virgen funciona, además, como arquetipo de la maternidad y, finalmente, de la esencia femenina. La glorificación de la maternidad no sólo limita a las mujeres al papel de madres, sino que les impone la carga de ser las responsables de la crianza de sus hijos/as. Este paradigma contribuye a la actitud generalizada de la Iglesia en la que se niega la sexualidad humana y particularmente la de las mujeres, debido a que María concibió virgen y sin pecado original,9 elementos que inciden en la construcción de la maternidad y en la percepción de las mujeres dentro del Catolicismo. El énfasis que la Iglesia ha asignado a la reproducción trae como consecuencia la censura de cualquier método que tenga como fin el control de la fecundidad, ya que, sin lugar a dudas, limitaría la reproducción de la ideología Católica, y amenazaría su esfera de poder.

Dentro del discurso de la izquierda, lo femenino encarna la nación y la patria, elementos esenciales en sus discursos contestatarios. El imaginario de una nación se puede definir como un grupo de personas unidas por un pasado en común, que creen estar destinadas a compartir un futuro. El nacionalismo está comprometido con estas creencias, y, su vertiente política, a lograr que la nación controle su propio destino. De esta forma, el discurso nacionalista, particularmente, su aspecto cultural, presenta una nación homogénea en la que la "puertorriqueñidad" opera como el dipositivo conservador de cohesión social.10 Dentro de ese discurso, la retórica nacionalista- izquierdista en vez de tomar la experiencia femenina y masculina como punto de partida, sólo ha adoptado la memoria masculina,11 la humillación masculina y la esperanza masculina. De esa construcción, surge la fobia de ser emasculado,12 y las mujeres, por su parte, representan la base desde donde se lucha y preserva la nación.

Como un denominador común, tanto para la Iglesia como para la izquierda, las mujeres han significado el cimiento sobre el cual se preserva la moral nacional y la identidad cultural. Como dice Carlos Pabón (2002), el discurso nacionalista requiere un discurso victimicista para legitimarse, y las mujeres representan la nación asediada (p. 83). La esterilización femenina, a todas luces, pondría en riesgo la nación puesto que minaría el imaginario del terreno nacional, y limitaría la reproducción de los sujetos que componen dicho territorio. Por lo tanto, oponerse a la esterilización era medular. Su lucha estaba dirigida a evitar que la composición familiar, como campo de reproducción ideológica, se viera menoscabada. Para ambos sectores, las mujeres sirvieron como terreno sobre el cual articularon sus discursos de oposición. Las mujeres no se convirtieron en los sujetos ni objetos de sus tesis, sino en el terreno que servía de sostén para pronunciar su resistencia y sobre el cual, la Iglesia y la izquierda diseñarían sus estrategias de lucha y poder.13

Uno de los años que marcó el comienzo de los debates en contra de la esterilización lo fue el 1937; cuando el gobierno aprobó unas leyes que legalizaban el control de la natalidad.14 Mas no es hasta la década del 40 cuando se realizan los primeros estudios que demuestran que para ese período, un 6.5% de las mujeres alguna vez casadas o unidas en relación consensual estaban esterilizadas y, dos décadas posteriores, en 1968, esta cifra había aumentado a un 35%.15 Como una vía para llevar estos debates a la esfera pública, la Iglesia Católica y representantes de la izquierda divulgaron sus discursos de oposición a través de la prensa nacional. Entre 1940 y 1975, El Mundo y El Imparcial representaban los periódicos comerciales de mayor preeminencia y, a su vez, de mayor circulación. El primero fue uno de los periódicos más influyentes y de mayor importancia hasta finales de la década del 70. El Imparcial, por su parte, tendía a asociarse con los ideales de liberación nacional, aunque en sus inicios se creó con el objetivo de mantener la herencia hispánica (aspectos aparentemente contradictorios pero presnetes en los discusrso nacionalistas).16 El estilo periodístico de El Mundo tendía a ser más sobrio, y el de El Imparcial, más sensacionalista. En cuanto a la prensa alternativa, a partir de 1959, se funda el periódico Claridad, como un órgano del Movimiento Pro Independencia, convirtiéndose nueve años después, en 1968, en portavoz del Partido Socialista Puertorriqueño.17 Claridad se concibe como un periódico alternativo ya que presenta un sistema de valores y un marco de análisis diferente para mirar al mundo.18 Además, funciona como un instrumento de expresión que lucha por un cambio social e institucional, o por lo menos, como un medio a través del cual se critican algunos valores tradicionales.19 Con este interés, esta investigación se ocupa de entender qué papel desempeñaron las mujeres en los debates re-presentados en El Mundo y El Imparcial y el periódico alternativo Claridad entre 1940 y 1975.20
Por discurso, se entiende el proceso social de crear y producir significados.21 Se parte de la premisa de que los usuarios del lenguaje, "como miembros de comunidades, grupos u organizaciones se supone que hablan, escriben o comprenden desde una posición social específica".22 De esta forma, el lenguaje no produce solo los significados, sino que el lenguaje y los signos están subordinados a los desarrollos históricos y a las relaciones sociales en general. En este estudio, se examinan los discursos -- que se privilegian en la prensa comercial y alternativa -- asociados con la posición de la Iglesia Católica y de la izquierda, en las que, por ejemplo, se perpetúa o no su lugar social23 mediante sus posturas en torno a la esterilización.

Los discursos de la Iglesia Católica y la izquierda a estudiar, no obstante, están intervenidos por el mismo medio de comunicación. Los periódicos participan en los discursos sociales, reproduciéndolos. Sin embargo, lo hacen de forma limitada, por el mismo discurso periodístico que impone reglas, códigos y rutinas inherentes a la profesión, que en su quehacer no sólo reproducen la "realidad", sino que re-crean o "crean de nuevo" los eventos. Según Hall (1982), la representación es muy distinta a la reflexión de una realidad evidente. Representación "implica el trabajo activo de seleccionar y presentar, de estructurar y formar; no meramente transmitir un significado ya existente, sino un trabajo de hacer que las cosas signifiquen".24 Por lo tanto, la prensa comercial y la alternativa al legitimar o no ciertos discursos de oposición contra la esterilización, a su vez perpetuarán y reconstituirán ciertos modos de ver relacionados con las estructuras sociales.

Argumentos de la oposición mediatizados: La construcción del discurso nacionalista: género, clase y cultura
Los discursos de oposición a la esterilización esbozados por la Iglesia y la izquierda tuvieron una cobertura desigual en los periódicos examinados. En El Mundo, tanto la cobertura de la Iglesia Católica como la de los sectores izquierdistas es mínima, y cuando es incluida, se privilegia la voz de la Iglesia. Mientras, El Imparcial tiende a incluir una mayor representación de los independentistas y de la Iglesia como agentes de resistencia. Claridad, al ser un medio de la oposición, expresa una resistencia basada principalmente en el discurso nacionalista- independentista. Dicha retórica articula a la esterilización como un fenómeno que va en contra del bienestar político y económico de la nación; estrategia discursiva que comparte con la Iglesia que ve a la tradición Católica como fundamento de la nacionalidad puertorriqueña, y a la esterilización como una amenaza a la misma. No importa a quién le daban voz ni cuán frecuente, los discursos de oposición despliegan una retórica moralista y asexual en contra de la esterilización.

A pesar de que la esterilización femenina es un asunto intrínsecamente relacionado con las mujeres, su ausencia en la cobertura periodística es un denominador común en todos los periódicos analizados: todos tienden a ignorar la jerarquía de género. No obstante, en las pocas veces que es aludida, su utilidad resulta dual. El uso de género, cuando es mencionado, sirve como un vehículo contestatario en Claridad y El Imparcial, y como un instrumento para legitimar el control poblacional en El Mundo. En ambas instancias, las mujeres fungen como terreno para adelantar sus respectivas causas.

Durante la década del 40, tanto El Mundo como
El Imparcial tienden a privilegiar los discursos en contra de la sobrepoblación y a favor del control poblacional. Durante este periodo, las pocas veces que se menciona el concepto mujer se liga al de clase para apoyar la idea de que las mujeres pobres deben ser la base para ejecutar efectivamente los planes de control poblacional. Por la poca exposición que El Mundo ofrece a los discursos de oposición a partir de la década del 50, enfatizaré en aquéllos privilegiados en los periódicos restantes.

A partir de la década del 50, ocurre un cambio: los discursos de la oposición comienzan a proliferar en El Imparcial, y a partir de la década del 70, en Claridad. No importa el periódico, al examinar los discursos reproducidos en los que se aludían a las mujeres, éstas se veían como elementos sobre los cuales se mide el grado de fecundidad del país, y como víctimas de los programas de control poblacional. Su estructura discursiva no sólo adopta el concepto género, sino además el de clase y cultura; los que sirven para construir una retórica nacionalista coherente que resulta en contra de los derechos reproductivos de las mujeres.

En El Imparcial, en particular, género tiende a vincularse con maternidad y clase. Por tanto, permean las descripciones de las mujeres como madres y como seres humanos pobres quienes son víctimas del abuso estatal. La correlación entre mujer y maternidad cobra mayor presencia en El Imparcial durante la década del 70, cuando se legaliza el aborto. Para entonces, el discurso de oposición a la esterilización se funde con uno anti abortista. En ambas instancias, mujer y madre se usan de forma intercambiable: mujer equivale a madre, y madre, a mujer. Una columna en contra del aborto en El Imparcial ilustra este punto.

Aparentemente la Corte concede más valor a la conveniencia de la madre embarazada que a la continuidad de la existencia y desarrollo de la vida, o la vida potencial que ella lleva en sus entrañas.25

Esta afirmación establece que la mujer al estar embarazada se convierte en madre. Es decir, ya no es mujer embarazada, sino madre embarazada. Igualmente, al utilizar el concepto "conveniencia", el autor implica que controlar la fecundidad es prácticamente un acto egoísta en el que se destruye la vida de una persona, a expensas de la comodidad de otra. En otros casos, el concepto mujer se menciona junto al adjetivo embarazada. En ambos ejemplos, son historias que se manifiestan en contra del aborto. La palabra embarazada supone temporalidad y un estado transitorio; usar el concepto madre implica un estado de permanencia que sustituye al concepto mujer. Al substituir el concepto mujer por el de madre, se definen a las mujeres en términos de su maternidad.

La maternidad no es el único vínculo que los discursos contestatarios enlazan con género, sino también clase. Los discursos que privilegia El Imparcial, en términos generales, se oponen a que las mujeres pobres sean objeto de las campañas de planificación familiar. A modo de ejemplo, dicho periódico publica un artículo titulado "Combaten planificación familiar"26 en el que se exponen diversas voces de oposición. Una de ellas, la entonces presidenta de la Comisión de Asuntos de la Mujer y miembro de la Asociación de Trabajadores Sociales, Trina Rivera de Ríos, denuncia el que las mujeres pobres sean blanco de las campañas promovidas por el Estado, y no los hombres. Rivera de Ríos cuestiona los programas con fines de control poblacional, sin reconocer su enlace con los deseos individuales. En el mismo texto, y para acentuar los discursos contestatarios, Antulio Parrilla Bonilla pone en tela de juicio la llamada explosión poblacional:

Lo que existe es una explosión de voracidad entre los ricos, quienes tratan de hacerse más ricos a expensas del número cada vez más creciente de los pobres, concluyó el prelado.27

Parrilla Bonilla critica la premisa de que la sobrepoblación implica necesariamente pobreza, y acusa directamente a las clases privilegiadas económicamente de fomentar el control poblacional. El concepto clase es frecuentemente mencionado en Claridad, dado que la lucha política que este órgano representa está orientada a combatir tal jerarquía, y así se trasluce en la retórica privilegiada en dicho periódico. En consecuencia, se percibe a la esterilización como una estrategia capitalista:

Detrás de estas campañas puede estar la reacción política que encuentra más fácil vedar el nacimiento de los pobres que reestructurar todo el sistema haciendo que la empresa privada y las fuentes de producción respondan a unas altas prioridades de servicio social en vez de estrictas consideraciones de ganancia.28

El análisis de clase cobra mayor relevancia cuando el periódico discute la mala distribución de riquezas, la pobreza y la ideología eugenésica. Todos estos temas se relacionan con el control poblacional, ya que los programas iban dirigidos a mujeres de escasos recursos; mas, no se establece la relación que guarda con las necesidades individuales de las mujeres. No es de extrañar que la posición y la condición29 de las mujeres sean constantemente ignoradas en Claridad.

Para redondear el discurso nacionalista en contra de la esterilización, junto a género y clase, la retórica contestataria en El Imparcial y Claridad dispone de la cultura puertorriqueña. Esto se puede ver claramente al examinar cómo El Imparcial privilegia la idea de que el control de la natalidad y el aborto atentan contra "nuestra cultura" y "nuestro cristiano pueblo puertorriqueño".30 De acuerdo a los discursos que legitima, el control de la natalidad lastima a la Iglesia y a la nacionalidad puertorriqueña.31 Las mujeres, entonces, sirven como terreno para unir los conceptos cultura y nacionalidad. Esto se manifiesta en un artículo de Claridad en el que se cita al presidente del Ateneo Puertorriqueño:

Lo más intolerable de todas las imposiciones de Estados Unidos en Puerto Rico ha sido y es la que ejerce en el orden moral y de [sic] las costumbres porque es la que ha tenido efectos más destructores en el alma de nuestro pueblo", continuó señalando el presidente del Ateneo en comunicado de prensa recibido en esta redacción.32

La aplicación de "normas extranjeras", alega, son perjudiciales porque son vistas como meras imposiciones del sistema colonial que impera en la Isla. Dicho de otro modo, este tipo de afirmación ve a la esterilización como un simple método de control poblacional que es ordenado por el imperio norteamericano con el fin de minar "el alma" de la nación. A través de los años estudiados en esta investigación, Claridad unifica género, clase y cultura para construir sus argumentos de oposición, tal como lo hizo El Imparcial. Una columna titulada "Señor gobernador: No es lícito!" compuesta por Antulio Parrilla Bonilla ejemplifica este aspecto:

¿Qué respeto hubo en los años del gobierno popular, durante las tres décadas de los cuarenta a los sesenta, cuando se violentaron las conciencias de tantos médicos en los centros de salud y en los hospitales públicos con la forzada cirugía para mutilar mujeres? ¿Qué respeto se tuvo para tantas víctimas indefensas a quienes se esperaba tener en los peores momentos antes y durante el parto para obtener dudosos consentimientos para operaciones de esterilización innecesarias desde el punto de vista médico?.33

El honor y respeto nacional se concreta en la figura femenina. El cuerpo femenino cumple la función de solidificar la nación a través de la reproducción. Al no poder llevar a cabo esta última función, la Isla se convierte en una nación mutilada, estéril, sin honra. Las mujeres, como "víctimas indefensas" del Estado, funcionan como cimiento nacional, y se exige respeto a través del cuerpo femenino, implicando a su vez la impotencia del hombre puertorriqueño ante tal agresión. Dicho atropello supone castración, por lo que la defensa nacional debe articularse a través del discurso en contra de la esterilización.

El publicar columnas, reportajes y notas informativas con una retórica oposicionista no es la única estrategia que se reproduce en Claridad. De la misma manera, esta táctica se manifiesta en las cartas al lector. Una de ellas titulada "Condena planes de esterilización", escrita por una mujer que se opone a los derechos reproductivos, se publica en repuesta a una columna redactada por Florencio Merced:

Leí este artículo y felicito al Sr. Merced por su clara exposición.
Toda acción que se ejerza en contra de la natalidad es antinatural y cobarde y a la vez criminal, ya que es contra la vida de un inocente.34

La columna de Florencio Merced denuncia tres aspectos: la esterilización en "nuestras mujeres" como un método de control poblacional, las mujeres puertorriqueñas como sujetos de experimentación y la emigración hacia los Estados Unidos.35 Luego de exponer una diversidad de fuentes para sostener sus argumentos, Merced también advierte sobre la terrible posibilidad de que se comiencen a usar a los hombres en los programas de esterilización. Al finalizar estos planteamientos, concluye:

La esterilización masiva, el llamado control de la natalidad en nuestro Puerto Rico, es un crimen tan condenable o más que el asesinato, porque la esterilización implica cortar impunente la naturaleza misma la simiente humana.36

La estructura discursiva de la columna sigue el siguiente esquema. Inicialmente, denuncia los métodos usados por el Estado, pero al concluir, establece que su preocupación principal es que estos métodos hieren a la nación puertorriqueña desde sus raíces, desde donde se crea la vida. Eliminar esa cimiente, manifiesta algún tipo de castración nacional. Las mujeres son vistas simultáneamente como víctimas del colonialismo y como terreno del discurso nacionalista sobre el cual se afirma la masculinidad puertorriqueña. Las mujeres, por su parte, no se ven como agentes de cambio, ni como sujetos. Tampoco se hace ninguna referencia a la necesidad de controlar su fecundidad, ni se alude sobre su condición ni posición. El foco de interés es el terreno nacional puertorriqueño que ellas representan.

Es interesante mencionar que el 12 de diciembre de 1975, se publica una columna de Juan Mari Bras titulada: "Contra todo discrimen sexual y racial" en la que se divulga el programa del Partido Socialista Puertorriqueño. En el escrito, Mari Bras señala que las mujeres son explotadas por el sistema capitalista, y, en respuesta a tal atropello, formula unas leyes que serán implantadas por el sistema socialista. Aunque esta columna muestra una inquietud central por los intereses de las mujeres, en la cobertura periodística de Claridad esta preocupación se halla ausente.

En sólo una historia de Claridad se le confiere voz a las mujeres. Ésta es un artículo a través del cual se cita una carta cursada por la licenciada María Genoveva Carrero a los productores del programa televisivo de análisis político "Cara Cara Ante el País", Benny Frankie Cerezo y José Arsenio Torres, en la que les pide presentar un panel compuesto por mujeres para discutir el tema del aborto. Esto se debe a que, según la licenciada, dicho programa discutió el mencionado tema por un panel integrado sólo por varones. Carrero llama la atención "ante el hecho de que un asunto que tan directa y particularmente concierne a la mujer, fuese discutido por un panel compuesto exclusivamente por hombres". A lo que añade

¿Se pensaría en discutir un tema teológico sin el concurso de algunos miembros de las distintas iglesias, o de un tema médico, sin el de algunos médicos, o de un tema legal sin el de algunos abogados?37

En el escrito, se resalta la crítica de la licenciada hacia la forma naturalizada en que se excluyen a las mujeres de asuntos que están directamente ligados a ellas. Lo curioso es que esa ausencia no sólo está presente en el programa televisivo, sino, en los medios de comunicación, como lo es la prensa escrita comercial y alternativa.

Al ver interaccionar ambos discursos, el de Mari Bras y el artículo en que se cita a Carrero, es evidente que aunque Mari Bras pronostica y dice abogar por un sistema socialista libre de sexismo, en la práctica, las mujeres tienen que exigir un foro para que se les escuche. Este foro, al parecer, Claridad tampoco lo confiere, a pesar de los planteamientos teóricos esbozados por el dirigente político. El silencio de las mujeres y su valor como terreno sirvieron para construir una retórica nacionalista - contestataria que fue re-producida tanto en Claridad como en los demás periódicos explorados.

***
Los discursos de resistencia a la esterilización tuvieron una cobertura desigual en los medios de comunicación impresos entre 1940 y 1975. Mientras El Mundo apenas incluyó voces de oposición, El Imparcial y Claridad las reprodujeron con mayor frecuencia. La presencia de la retórica contestataria comienza a evidenciarse de forma más patente a partir de la década del 50 en El Imparcial y a partir de la década del 70 en Claridad, ambos enfatizando en los discursos creados por la izquierda.

La heterogeneidad en la cobertura de los periódicos comerciales pone de manifiesto el estilo y línea editorial de cada medio. Por un lado, El Mundo tendió a ser un periódico más oficialista, al privilegiar a las voces del Estado. Por otro lado, El Imparcial se inclinaba a afianzar la nación a través de un discurso nacionalista, aspecto que resulta cónsono con investigaciones anteriores que lo catalogaban como uno comprometido con la liberación nacional. Igualmente, al ser un diario con un matiz sensacionalista, presentar la cobertura con elementos que debatían las posturas oficiales, iba más a tono con su estilo.

En el caso de Claridad, como un medio que representa a un movimiento político en particular, no le fue necesario incluir posturas ajenas a la suya. El discurso contestatario estaba integrado a su línea periodística. No tuvo que presumir de la "objetividad" que alardean los periódicos comerciales. Su posición como medio alternativo sólo enfocó en la jerarquía de clase, debido a que la lucha por la equidad de género brilló por su ausencia. Sin embargo, no importa el periódico, ni a quién le daban voz, ni cuán frecuente, los mismos discursos de oposición moralistas, nacionalistas y asexuales se reprodujeron en todos los periódicos. Esto se debe a que tanto los independentistas como la Iglesia Católica compartían la misma retórica a través de la cual defendían sus respectivas esferas de poder y, así se privilegió en la cobertura asignada a tales sectores.

Los discursos que crearon los izquierdistas y la Iglesia en los que las mujeres fungen como terreno fueron reproducidos y naturalizados por los medios impresos. Las mujeres a menudo se señalaron como madres, equiparando a la maternidad con ser mujer. Igualmente, un denominador común a través de la cobertura de la prensa comercial y alternativa fue que las mujeres se exhibieron como simples conceptos a través de los cuales prácticamente se les definía como grupos homogéneos, como masas sin cara, como simples abstracciones sobre quiénes no se especificaba su condición ni posición. Por lo tanto, las mujeres fueron despersonalizadas. Sólo en este marco se entendía a estos sujetos que simbolizaban el terreno reproductor de la nación, pero que no personificaban agentes de cambio ni de lucha. No es de extrañar que la cobertura excluyera la estrategia de acomodo que muchas mujeres adoptaron en relación con la esterilización, ni se problematizara o manifestara la necesidad imperante de muchas mujeres de controlar su fecundidad, y cómo dicha necesidad interaccionaba con los ofrecimientos Estatales. En todo caso, la oposición presentó a las mujeres como víctimas, idea que sirvió como argumento central para la construcción del discurso nacionalista que fue adoptado por la Iglesia y la izquierda. La experiencia masculina se tomó como punto de partida para la denuncia del terreno violado y victimizado; y el miedo a la emasculación fue el motor para impulsar la defensa de la nación a través de la retórica contestataria.

A pesar de que la esterilización femenina es un tema ligado directamente con las mujeres, en este estudio quedó demostrado que ellas no tuvieron acceso a los medios para crear significados; ni las fuentes informativas de oposición fueron canales para escuchar sus voces ni sus necesidades. Todo lo contrario, se crearon significados con ellas como base. La oposición independentista y Católica que alega defender la justicia y la equidad, excluyó de su lucha el discrimen por razón de género y su interacción con otras jerarquías sociales (clase, raza, etc.). Las mujeres no fueron objetos ni sujetos de los discursos de oposición, sino terreno sobre el cual se cartografió la retórica contestataria. No es casualidad que la crítica que ambos sectores dirigieron al Estado se centrara en el aspecto macroestructural. Disponer de una retórica que atendiera los asuntos microestructurales significaría reconocer cierta "agentividad" entre las mujeres; lo que, a todas luces, debilitaría sus objetivos, y pondría en crisis la "homogeneidad" vital en el discurso "puertorriqueñista". La resistencia a la esterilización fue un vehículo más para armar un discurso en el que las mujeres fueron el cimiento y, mediante el cual, la Iglesia y la izquierda intentaron perpetuar su lugar social. Los medios, por su parte, sirvieron como re-productores y re-creadores de los discursos contestatarios, y asistieron a legitimar y a re-construir un imaginario nacional puertorriqueño que depende, en gran parte, de la jerarquía de género.


Notas:

1A finales de la década del 40, el 6.5% de las mujeres puertorriqueñas "alguna vez casadas" estaban esterilizadas, a mediados de la década del 50, 15.58%, en 1968, 35% y para el 1982, 39%. Mujeres "alguna vez casadas" se refiere a aquéllas que han estado casadas legalmente o han vivido en uniones consensuales (José L. Vázquez Calzada, "La esterilización femenina en Puerto Rico", Revista de Ciencias Sociales, 17, septiembre de 1973: 283-308; "A.I.D.-ING the Third World: U.S. Exports Sterilization", Dollars and Sense: A Monthly Bulletin of Economic Affairs. 32, diciembre de 1977: 12-14.; Harriet B. Presser, "Puerto Rico: Recent Trends in Fertility and Sterilization", Family Planning Perspectives, XI (2), marzo-abril de 1980: 102-106; Charles Warren, Joan Herold Westoff, R. Rochat y J. Smith, "Contraceptive Sterilization in Puerto Rico", Demography,. XXIII (3), agosto de 1986: 351-365; y José L. Vázquez Calzada, "El efecto de los partos por cesárea sobre la esterilización femenina en Puerto Rico", PR Health Science Journal, VIII (2), abril de 1989: 215-223).
2 En esta investigación, sectores o grupos izquierdistas o nacionalistas se refiere a las personas que se han definido a sí mismas como tal, o aquéllas que representan e integran organizaciones políticas tales como el Movimiento Pro Independencia, Partido Socialista Puertorriqueño, Partido Independentista Puertorriqueño, Movimiento Socialista Puertorriqueño y Partido Nacionalista Puertorriqueño.
3En términos teóricos, el control poblacional se articula como una fuerza de desarrollo económico y social. Mientras, el control de la natalidad se refiere a la alternativa y determinación individual de limitar la reproducción sin la imposición de fuerzas externas dirigidas a controlar el cuerpo de las mujeres (Gordon, Woman's Body...).
En el caso de la esterilización en Puerto Rico, no se puede hablar de control poblacional y de control de la natalidad como dos fenómenos excluyentes entre sí, sin reconocer la suerte de continuo en que ambos operan. Para entender las alternativas reproductivas de las mujeres puertorriqueñas con relación a la esterilización, se debe considerar cómo las condiciones históricas, sociales y políticas simultáneamente operan, limitan y modelan esas decisiones. Con el objetivo de conocer más detalles sobre la interacción entre el deseo subjetivo de las mujeres y los objetivos del Estado colonial en el caso de la esterilización en Puerto Rico véase a: Iris López, "Sterilization Among Puerto Rican Women in New York City: A Case Study in New York City", tesis de Ph.D., Nueva York: Columbia University, 1985; Iris López, "Agency and Constraint: Sterilization and Reproductive Freedom Among Puerto Rican Women in New York City", Urban Anthropology and Studies of Cultural Systems and World Economic Development, vol. 22 (3-4) , 1993, 299-323; Iris López, "An ethnography of the medicalization of Puerto Rican women's reproduction", en: Margaret Lock y Patricia A. Kaufert (eds.) Pragmatic Women and Body Politics, (Cambridge Studies in Medical Anthropology. Inglaterra: Cambridge University Press, 1998); y Lourdes Lugo-Ortiz, "Relatos de la esterilización: Entre el acomodo y la resistencia", Revista de Ciencias Sociales, Universidad de Puerto Rico, (6), enero 1999.
4 Existe evidencia de que durante la década del 60 y del 70 algunas mujeres fueron esterilizadas sin su consentimiento, mas esa fue la situación de sólo unos casos aislados [Ana María García, La operación, película 40 min, 1982; y Annette Ramírez de Arellano y Conrad Seipp, Colonialism, Catholicism, and Contraception (Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 1983)].
5 Tampoco se puede postular a un sujeto femenino absolutamente soberano en su elección, que decide libremente, fuera de contexto alguno (Lugo-Ortiz, "Relatos...").
6 Ramírez de Arellano y Seipp, Colonialism...; y Samuel Silva Gotay, "El Partido Acción Cristiana: Trasfondo histórico y significado sociológico del nacimiento y muerte de un partido político en Puerto Rico", Revista de Historia, San Juan, Puerto Rico, enero- diciembre 1988.
7 Las mujeres componen más de la mitad de la feligresía de la Iglesia Católica, y el número de monjas supera por mucho al de sacerdotes. Por ejemplo, en 1983, la Iglesia contaba con aproximadamente 49,191 curas y 123,941 monjas en América Latina [Mario A. Rodríguez León en María F. de Barceló Miller, "De la polilla a la virtud: Visión de la mujer de la iglesia jerárquica de Puerto Rico", en: Yamila Azize (ed.), La mujer en Puerto Rico,(Ediciones Huracán, Río Piedras, Puerto Rico, 1987); Shulamit, E. Goldsmit y S.J. Sweeney,"The Church and Latin American Women in Their Struggle for Equality and Justice" Thought, vol. LXIII (249), 1988].
8 Ibid, 41.
9 M. Aquino, "El culto a María y María en el culto," Fem, vol. V (20), agosto 1981- enero 1982, 41.
10 Aunque en otro contexto, Carlos Pabón discute el discurso neonacionalista imperante en el país en la década del 90. No obstante, su significación es aplicable al caso aquí estudiado (Nación Postmortem: Ensayos sobre los tiempos de insoportable ambigüedad. San Juan, Puerto Rico, Ediciones Callejón, 2002).
11 Cynthia Enloe, Bananas, Beaches and Bases (Berkeley: University of California Press, 1990, p. 44-45).
12
Ibid.
13
Para un estudio importante sobre el concepto de terreno que utilizo recurrentemente en este ensayo, véase a Lata Mani, "Contentious Traditions: The Debate on Sati in Colonial India", en Recasting Women, por K. Sangari and S. Vaid.(editoras) (Nueva Jersey: Rutgers University Press, 1990: 88-126). En el trabajo citado, la investigadora explora el uso de las mujeres en los discursos oficiales de censura y defensa de la inmolación de viudas durante la época colonial de la India.
14
Ramírez de Arellano y Seipp, Colonialism ...
15
Vázquez Calzada, "La esterilización femenina...; "A.I.D.-ING the Third World...; Presser, "Puerto Rico: Recent Trends...; Warren et al., "Contraceptive..."; y Vázquez Calzada, "El efecto de los partos...".
16
Manuel Ríos Ocaña en Ayala, "El periódico El Mundo..., 24.
17
Previo al 1959, algunas publicaciones izquierdistas se publicaron de forma irregular, elemento que inhibe su utilización en esta investigación y que apunta a Claridad como una publicación más consecuente que adquirió cierta relevancia dentro de su género. [R. Anderson, La prensa de Puerto Rico. Comisión de Derechos Civiles (San Juan, Puerto Rico, 1977), 26; y Awilda Palau Suárez, Veinticinco años de Claridad (Río Piedras, Puerto Rico: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1992)].
18 Edward Herman y Noam Chomsky, Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media (Nueva York: Pantheon, 1988), 3 y 15.
19 Tim O'Sullivan, John Hartley, Danny Dunders y John Fiske, Key Concepts in Communication (Londres: Methuen, 1983), 8; y Herbert I. .Schiller, Culture Inc: The Corporate Takeover of Public Expression (Nueva York: Oxford University Press, 1989), 143.
20 Este estudio se basa en un análisis de la cobertura periodística de los tres periódicos mencionados durante el período de 1940 al 1975. La muestra de 183 artículos se seleccionó sistemáticamente. Se utilizó a El Mundo como parámetro de las fechas a estudiar, dado que es el único periódico de los tres que está indizado. Los temas bajos los cuales se buscaron los escritos son: población, control de la natalidad, planificación familiar, familia: Asociación Puertorriqueña Pro Bienestar de la Familia, Asociación Médica y Departamento de Servicios Sociales: Programa de Planificación Familiar. El índice no incluía temas tales como fecundidad, esterilización y control poblacional. Basándose en las fechas de los textos publicados en El Mundo, se estudiaron los periódicos de dos días antes y de dos días después para examinar a El Imparcial y las dos fechas anteriores y posteriores para estudiar a Claridad. De El Mundo, se seleccionaron 105 escritos. La muestra de El Imparcial, de 43 artículos, sólo cubre hasta el 1973 porque ese año la empresa cerró. Claridad, por su parte, de 1959 al 1968, no cubrió ninguna historia relacionada con el tema. Sólo de 1969 a diciembre de 1975 cubrió temas relacionados logrando recolectar una muestra de 35 historias.
21 O'Sullivan et al., Key Concepts....
22 Teun van Dijk, "Análisis del discurso ideológico", Versión, México, 1996, p. 15-43.
23Op.cit.
24 Ibid, 64.
25 .J. Dávila -Ricci, "Sobre el aborto: medio criminoso para regular la natalidad", El Imparcial, XXXVII (14230), 23 de marzo de 1973, 9-A.
26 UPI, "Combaten planificación familiar", El Imparcial, XXXVII (13248), 11 de diciembre de 1969, 19.
27 Ibid.
28 Noel Colón Martínez, "Población y poder político (col.), Claridad, XII (273), 13 de septiembre de 1970, 10.
29 Condición se refiere al estado material en el que las mujeres se encuentran: pobreza, falta de educación y acceso a la tecnología, exceso de trabajo, etc. Posición, por otra parte, se refiere al estado económico de las mujeres con relación a los hombres [ K. Young (ed.), Women and Economic Development ( Inglaterra: UNESCO, 1988) 1-2].
30 "Fremiot Torres combate..." El Imparcial ....
31 J. Ortiz Vázquez, "Medida busca reglamentar ley de aborto", El Imparcial, XXXVII (13288), 22 de enero de 1970, 6.
32"Rechaza apliquen ley permite los abortos", Claridad, XV (440), 4 de febrero de 1973, 5.
33
Antulio Parrilla- Bonilla, "Compartiendo: Señor Gobernador: No es lícito! (Col.), Claridad, XVI (571), 21 de mayo de 1974, 10.
34
Nereida López, "Condena planes de esterilización" (carta al editor), Claridad, XVI (580), 23 de junio de 1974, 19.
35
Puerto Rico sirvió como laboratorio para experimentar diversos métodos anticonceptivos durante las décadas del 30 al 60, tales como con jaleas, espumas y polvos espermicidas, píldora anticonceptiva, Depo- Provera, etc. (Ramírez de Arellano y Seipp, Catholicism ...)
36
Florencio Merced, "La esterilización masiva o el crimen del siglo", Claridad, XVI (572), 26 de mayo de 1974, 11.
37 "Solicita panel de mujeres discutir tema del aborto", Claridad, XV (456), 1 de abril de 1973.


Dra. Lourdes Lugo-Ortiz
Escuela de Comunicación, Universidad de Puerto Rico,Puerto Rico.