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Por Lourdes Lugo
Número 35
La
alta y creciente incidencia de esterilización en Puerto Rico
entre la década del 1940 y mediados de 19701
generó una gran cantidad de debates que fueron legitimados
por la prensa nacional puertorriqueña. Dentro de esa controversia,
y como entes protagónicos de la oposición, la Iglesia
Católica y los grupos nacionalistas e izquierdistas2
ocuparon un lugar estelar.
La resistencia de la Iglesia y de la izquierda cobró mayor
significado cuando a partir de la década del 1960, Puerto
Rico se convierte en uno de los países con mayor incidencia
de esterilización en el mundo entero. Aunque las altas tasas
de esterilización en la Isla fueron el resultado de la interacción
entre las acciones del Estado colonial y la necesidad individual
de muchas mujeres en controlar su fecundidad3,
la Iglesia y la izquierda no lo veían de esta manera. Entendían
que la esterilización era consecuencia de unas prácticas
de control poblacional en cuyo panorama no figuraba, ni era necesario
considerar, la necesidad individual4.
De esta forma, la oposición perfilaba al Estado como un ente
soberano y todopoderoso en la figuración de la vida individual
de los sujetos5.
Me parece pertinente mencionar que, en el caso de la esterilización
en Puerto Rico, no se puede hablar de control poblacional y de control
de la natalidad como dos fenómenos excluyentes entre sí,
sin reconocer la suerte de continuo en que ambos operan. Para entender
las alternativas reproductivas de las mujeres puertorriqueñas
con relación a la esterilización, se debe considerar
cómo las condiciones históricas, sociales y políticas
simultáneamente operan, limitan y modelan esas decisiones.
Es decir, que aunque el Estado colonial perseguía unos fines
políticos y económicos, muchas mujeres puertorriqueñas
vieron en la esterilización una alternativa para controlar
sus vidas y su fecundidad.
Para este periodo, la Iglesia Católica, por un lado, percibía
que el Estado había creado unos programas "ilegales
de esterilización masiva, enemigos de los ideales católicos"
que iban en contra de la moral6.
Por otro lado, la izquierda puertorriqueña interpretaba que
la esterilización era un acto genocida ejecutado por el "imperio
norteamericano".
Tomando estos debates como punto de partida, en esta charla exploraré
la retórica oposicionista a la esterilización privilegiada
en la prensa puertorriqueña entre 1940 y 1975, específicamente
cómo la jerarquía de género se representa en
la misma.
En la construcción de los discursos de oposición a
la esterilización, la figura femenina fue fundamental. Dentro
de la tradición Católica, las mujeres representan
la mayoría de las personas que asisten a la Iglesia, y fungen
como agentes principales para preservar las prácticas religiosas
en el hogar.7 Éstas, no
obstante, poseen poco o ningún poder para formular y determinar
las políticas de dicha institución.8
Este aspecto se refleja en su clara ausencia dentro de la alta jerarquía
Católica; la objeción a la ordenación de sacerdotisas;
la interpretación bíblica desde una perspectiva masculina,
y en la construcción de las mujeres y de su sexualidad de
forma bipolar en la que dos preceptos son dominantes. El primero,
caracteriza a la mujer como pecadora y carnal, un legado que data
de Eva, y el segundo, como humilde, pasiva y tierna, personificado
por María. La virgen funciona, además, como arquetipo
de la maternidad y, finalmente, de la esencia femenina. La glorificación
de la maternidad no sólo limita a las mujeres al papel de
madres, sino que les impone la carga de ser las responsables de
la crianza de sus hijos/as. Este paradigma contribuye a la actitud
generalizada de la Iglesia en la que se niega la sexualidad humana
y particularmente la de las mujeres, debido a que María concibió
virgen y sin pecado original,9
elementos que inciden en la construcción de la maternidad
y en la percepción de las mujeres dentro del Catolicismo.
El énfasis que la Iglesia ha asignado a la reproducción
trae como consecuencia la censura de cualquier método que
tenga como fin el control de la fecundidad, ya que, sin lugar a
dudas, limitaría la reproducción de la ideología
Católica, y amenazaría su esfera de poder.
Dentro del discurso de la izquierda, lo femenino encarna la nación
y la patria, elementos esenciales en sus discursos contestatarios.
El imaginario de una nación se puede definir como un grupo
de personas unidas por un pasado en común, que creen estar
destinadas a compartir un futuro. El nacionalismo está comprometido
con estas creencias, y, su vertiente política, a lograr que
la nación controle su propio destino. De esta forma, el discurso
nacionalista, particularmente, su aspecto cultural, presenta una
nación homogénea en la que la "puertorriqueñidad"
opera como el dipositivo conservador de cohesión social.10
Dentro de ese discurso, la retórica nacionalista- izquierdista
en vez de tomar la experiencia femenina y masculina como punto de
partida, sólo ha adoptado la memoria masculina,11
la humillación masculina y la esperanza masculina. De esa
construcción, surge la fobia de ser emasculado,12
y las mujeres, por su parte, representan la base desde donde se
lucha y preserva la nación.
Como un denominador común, tanto para la Iglesia como para
la izquierda, las mujeres han significado el cimiento sobre el cual
se preserva la moral nacional y la identidad cultural. Como dice
Carlos Pabón (2002), el discurso nacionalista requiere un
discurso victimicista para legitimarse, y las mujeres representan
la nación asediada (p. 83). La esterilización femenina,
a todas luces, pondría en riesgo la nación puesto
que minaría el imaginario del terreno nacional, y limitaría
la reproducción de los sujetos que componen dicho territorio.
Por lo tanto, oponerse a la esterilización era medular. Su
lucha estaba dirigida a evitar que la composición familiar,
como campo de reproducción ideológica, se viera menoscabada.
Para ambos sectores, las mujeres sirvieron como terreno sobre el
cual articularon sus discursos de oposición. Las mujeres
no se convirtieron en los sujetos ni objetos de sus tesis, sino
en el terreno que servía de sostén para pronunciar
su resistencia y sobre el cual, la Iglesia y la izquierda diseñarían
sus estrategias de lucha y poder.13
Uno de los años que marcó el comienzo de los debates
en contra de la esterilización lo fue el 1937; cuando el
gobierno aprobó unas leyes que legalizaban el control de
la natalidad.14 Mas no es hasta
la década del 40 cuando se realizan los primeros estudios
que demuestran que para ese período, un 6.5% de las mujeres
alguna vez casadas o unidas en relación consensual estaban
esterilizadas y, dos décadas posteriores, en 1968, esta cifra
había aumentado a un 35%.15
Como una vía para llevar estos debates a la esfera pública,
la Iglesia Católica y representantes de la izquierda divulgaron
sus discursos de oposición a través de la prensa nacional.
Entre 1940 y 1975, El Mundo y El Imparcial representaban
los periódicos comerciales de mayor preeminencia y, a su
vez, de mayor circulación. El primero fue uno de los periódicos
más influyentes y de mayor importancia hasta finales de la
década del 70. El Imparcial, por su parte, tendía
a asociarse con los ideales de liberación nacional, aunque
en sus inicios se creó con el objetivo de mantener la herencia
hispánica (aspectos aparentemente contradictorios pero presnetes
en los discusrso nacionalistas).16
El estilo periodístico de El Mundo tendía a
ser más sobrio, y el de El Imparcial, más sensacionalista.
En cuanto a la prensa alternativa, a partir de 1959, se funda el
periódico Claridad, como un órgano del Movimiento
Pro Independencia, convirtiéndose nueve años después,
en 1968, en portavoz del Partido Socialista Puertorriqueño.17
Claridad se concibe como un periódico alternativo
ya que presenta un sistema de valores y un marco de análisis
diferente para mirar al mundo.18
Además, funciona como un instrumento de expresión
que lucha por un cambio social e institucional, o por lo menos,
como un medio a través del cual se critican algunos valores
tradicionales.19 Con este interés,
esta investigación se ocupa de entender qué papel
desempeñaron las mujeres en los debates re-presentados en
El Mundo y El Imparcial y el periódico alternativo Claridad
entre 1940 y 1975.20
Por discurso, se entiende el proceso social de crear y producir
significados.21 Se parte de
la premisa de que los usuarios del lenguaje, "como miembros
de comunidades, grupos u organizaciones se supone que hablan, escriben
o comprenden desde una posición social específica".22
De esta forma, el lenguaje no produce solo los significados, sino
que el lenguaje y los signos están subordinados a los desarrollos
históricos y a las relaciones sociales en general. En este
estudio, se examinan los discursos -- que se privilegian en la prensa
comercial y alternativa -- asociados con la posición de la
Iglesia Católica y de la izquierda, en las que, por ejemplo,
se perpetúa o no su lugar social23
mediante sus posturas en torno a la esterilización.
Los discursos de la Iglesia Católica y la izquierda a estudiar,
no obstante, están intervenidos por el mismo medio de comunicación.
Los periódicos participan en los discursos sociales, reproduciéndolos.
Sin embargo, lo hacen de forma limitada, por el mismo discurso periodístico
que impone reglas, códigos y rutinas inherentes a la profesión,
que en su quehacer no sólo reproducen la "realidad",
sino que re-crean o "crean de nuevo" los eventos. Según
Hall (1982), la representación es muy distinta a la reflexión
de una realidad evidente. Representación "implica el
trabajo activo de seleccionar y presentar, de estructurar y formar;
no meramente transmitir un significado ya existente, sino un trabajo
de hacer que las cosas signifiquen".24
Por lo tanto, la prensa comercial y la alternativa al legitimar
o no ciertos discursos de oposición contra la esterilización,
a su vez perpetuarán y reconstituirán ciertos modos
de ver relacionados con las estructuras sociales.
Argumentos
de la oposición mediatizados: La construcción del
discurso nacionalista: género, clase y cultura
Los discursos de oposición a la esterilización esbozados
por la Iglesia y la izquierda tuvieron una cobertura desigual en
los periódicos examinados. En El Mundo, tanto la cobertura
de la Iglesia Católica como la de los sectores izquierdistas
es mínima, y cuando es incluida, se privilegia la voz de
la Iglesia. Mientras, El Imparcial tiende a incluir una mayor
representación de los independentistas y de la Iglesia como
agentes de resistencia. Claridad, al ser un medio de la oposición,
expresa una resistencia basada principalmente en el discurso nacionalista-
independentista. Dicha retórica articula a la esterilización
como un fenómeno que va en contra del bienestar político
y económico de la nación; estrategia discursiva que
comparte con la Iglesia que ve a la tradición Católica
como fundamento de la nacionalidad puertorriqueña, y a la
esterilización como una amenaza a la misma. No importa a
quién le daban voz ni cuán frecuente, los discursos
de oposición despliegan una retórica moralista y asexual
en contra de la esterilización.
A pesar de que la esterilización femenina es un asunto intrínsecamente
relacionado con las mujeres, su ausencia en la cobertura periodística
es un denominador común en todos los periódicos analizados:
todos tienden a ignorar la jerarquía de género. No
obstante, en las pocas veces que es aludida, su utilidad resulta
dual. El uso de género, cuando es mencionado, sirve como
un vehículo contestatario en Claridad y El Imparcial,
y como un instrumento para legitimar el control poblacional en El
Mundo. En ambas instancias, las mujeres fungen como terreno
para adelantar sus respectivas causas.
Durante la década del 40, tanto El Mundo como El Imparcial
tienden a privilegiar los discursos en contra de la sobrepoblación
y a favor del control poblacional. Durante este periodo, las pocas
veces que se menciona el concepto mujer se liga al de clase para
apoyar la idea de que las mujeres pobres deben ser la base para
ejecutar efectivamente los planes de control poblacional. Por la
poca exposición que El Mundo ofrece a los discursos
de oposición a partir de la década del 50, enfatizaré
en aquéllos privilegiados en los periódicos restantes.
A partir de la década del 50, ocurre un cambio: los discursos
de la oposición comienzan a proliferar en El Imparcial,
y a partir de la década del 70, en Claridad. No importa
el periódico, al examinar los discursos reproducidos en los
que se aludían a las mujeres, éstas se veían
como elementos sobre los cuales se mide el grado de fecundidad del
país, y como víctimas de los programas de control
poblacional. Su estructura discursiva no sólo adopta el concepto
género, sino además el de clase y cultura; los que
sirven para construir una retórica nacionalista coherente
que resulta en contra de los derechos reproductivos de las mujeres.
En El Imparcial, en particular, género tiende a vincularse
con maternidad y clase. Por tanto, permean las descripciones de
las mujeres como madres y como seres humanos pobres quienes son
víctimas del abuso estatal. La correlación entre mujer
y maternidad cobra mayor presencia en El Imparcial durante
la década del 70, cuando se legaliza el aborto. Para entonces,
el discurso de oposición a la esterilización se funde
con uno anti abortista. En ambas instancias, mujer y madre se usan
de forma intercambiable: mujer equivale a madre, y madre, a mujer.
Una columna en contra del aborto en El Imparcial ilustra
este punto.
Aparentemente
la Corte concede más valor a la conveniencia de la madre
embarazada que a la continuidad de la existencia y desarrollo
de la vida, o la vida potencial que ella lleva en sus entrañas.25
Esta
afirmación establece que la mujer al estar embarazada se
convierte en madre. Es decir, ya no es mujer embarazada, sino madre
embarazada. Igualmente, al utilizar el concepto "conveniencia",
el autor implica que controlar la fecundidad es prácticamente
un acto egoísta en el que se destruye la vida de una persona,
a expensas de la comodidad de otra. En otros casos, el concepto
mujer se menciona junto al adjetivo embarazada. En ambos ejemplos,
son historias que se manifiestan en contra del aborto. La palabra
embarazada supone temporalidad y un estado transitorio; usar el
concepto madre implica un estado de permanencia que sustituye al
concepto mujer. Al substituir el concepto mujer por el de madre,
se definen a las mujeres en términos de su maternidad.
La maternidad no es el único vínculo que los discursos
contestatarios enlazan con género, sino también clase.
Los discursos que privilegia El Imparcial, en términos
generales, se oponen a que las mujeres pobres sean objeto de las
campañas de planificación familiar. A modo de ejemplo,
dicho periódico publica un artículo titulado "Combaten
planificación familiar"26
en el que se exponen diversas voces de oposición. Una de
ellas, la entonces presidenta de la Comisión de Asuntos de
la Mujer y miembro de la Asociación de Trabajadores Sociales,
Trina Rivera de Ríos, denuncia el que las mujeres pobres
sean blanco de las campañas promovidas por el Estado, y no
los hombres. Rivera de Ríos cuestiona los programas con fines
de control poblacional, sin reconocer su enlace con los deseos individuales.
En el mismo texto, y para acentuar los discursos contestatarios,
Antulio Parrilla Bonilla pone en tela de juicio la llamada explosión
poblacional:
Lo
que existe es una explosión de voracidad entre los ricos,
quienes tratan de hacerse más ricos a expensas del número
cada vez más creciente de los pobres, concluyó el
prelado.27
Parrilla
Bonilla critica la premisa de que la sobrepoblación implica
necesariamente pobreza, y acusa directamente a las clases privilegiadas
económicamente de fomentar el control poblacional. El concepto
clase es frecuentemente mencionado en Claridad, dado que
la lucha política que este órgano representa está
orientada a combatir tal jerarquía, y así se trasluce
en la retórica privilegiada en dicho periódico. En
consecuencia, se percibe a la esterilización como una estrategia
capitalista:
Detrás
de estas campañas puede estar la reacción política
que encuentra más fácil vedar el nacimiento de los
pobres que reestructurar todo el sistema haciendo que la empresa
privada y las fuentes de producción respondan a unas altas
prioridades de servicio social en vez de estrictas consideraciones
de ganancia.28
El
análisis de clase cobra mayor relevancia cuando el periódico
discute la mala distribución de riquezas, la pobreza y la
ideología eugenésica. Todos estos temas se relacionan
con el control poblacional, ya que los programas iban dirigidos
a mujeres de escasos recursos; mas, no se establece la relación
que guarda con las necesidades individuales de las mujeres. No es
de extrañar que la posición y la condición29
de las mujeres sean constantemente ignoradas en Claridad.
Para redondear el discurso nacionalista en contra de la esterilización,
junto a género y clase, la retórica contestataria
en El Imparcial y Claridad dispone de la cultura puertorriqueña.
Esto se puede ver claramente al examinar cómo El Imparcial
privilegia la idea de que el control de la natalidad y el aborto
atentan contra "nuestra cultura" y "nuestro cristiano
pueblo puertorriqueño".30
De acuerdo a los discursos que legitima, el control de la natalidad
lastima a la Iglesia y a la nacionalidad puertorriqueña.31
Las mujeres, entonces, sirven como terreno para unir los conceptos
cultura y nacionalidad. Esto se manifiesta en un artículo
de Claridad en el que se cita al presidente del Ateneo Puertorriqueño:
Lo
más intolerable de todas las imposiciones de Estados Unidos
en Puerto Rico ha sido y es la que ejerce en el orden moral y
de [sic] las costumbres porque es la que ha tenido efectos más
destructores en el alma de nuestro pueblo", continuó
señalando el presidente del Ateneo en comunicado de prensa
recibido en esta redacción.32
La
aplicación de "normas extranjeras", alega, son
perjudiciales porque son vistas como meras imposiciones del sistema
colonial que impera en la Isla. Dicho de otro modo, este tipo de
afirmación ve a la esterilización como un simple método
de control poblacional que es ordenado por el imperio norteamericano
con el fin de minar "el alma" de la nación. A través
de los años estudiados en esta investigación, Claridad
unifica género, clase y cultura para construir sus argumentos
de oposición, tal como lo hizo El Imparcial. Una columna
titulada "Señor gobernador: No es lícito!"
compuesta por Antulio Parrilla Bonilla ejemplifica este aspecto:
¿Qué
respeto hubo en los años del gobierno popular, durante
las tres décadas de los cuarenta a los sesenta, cuando
se violentaron las conciencias de tantos médicos en los
centros de salud y en los hospitales públicos con la forzada
cirugía para mutilar mujeres? ¿Qué respeto
se tuvo para tantas víctimas indefensas a quienes se esperaba
tener en los peores momentos antes y durante el parto para obtener
dudosos consentimientos para operaciones de esterilización
innecesarias desde el punto de vista médico?.33
El
honor y respeto nacional se concreta en la figura femenina. El cuerpo
femenino cumple la función de solidificar la nación
a través de la reproducción. Al no poder llevar a
cabo esta última función, la Isla se convierte en
una nación mutilada, estéril, sin honra. Las mujeres,
como "víctimas indefensas" del Estado, funcionan
como cimiento nacional, y se exige respeto a través del cuerpo
femenino, implicando a su vez la impotencia del hombre puertorriqueño
ante tal agresión. Dicho atropello supone castración,
por lo que la defensa nacional debe articularse a través
del discurso en contra de la esterilización.
El publicar columnas, reportajes y notas informativas con una retórica
oposicionista no es la única estrategia que se reproduce
en Claridad. De la misma manera, esta táctica se manifiesta
en las cartas al lector. Una de ellas titulada "Condena planes
de esterilización", escrita por una mujer que se opone
a los derechos reproductivos, se publica en repuesta a una columna
redactada por Florencio Merced:
Leí
este artículo y felicito al Sr. Merced por su clara exposición.
Toda acción que se ejerza en contra de la natalidad es
antinatural y cobarde y a la vez criminal, ya que es contra la
vida de un inocente.34
La
columna de Florencio Merced denuncia tres aspectos: la esterilización
en "nuestras mujeres" como un método de control
poblacional, las mujeres puertorriqueñas como sujetos de
experimentación y la emigración hacia los Estados
Unidos.35 Luego de exponer una
diversidad de fuentes para sostener sus argumentos, Merced también
advierte sobre la terrible posibilidad de que se comiencen a usar
a los hombres en los programas de esterilización. Al finalizar
estos planteamientos, concluye:
La
esterilización masiva, el llamado control de la natalidad
en nuestro Puerto Rico, es un crimen tan condenable o más
que el asesinato, porque la esterilización implica cortar
impunente la naturaleza misma la simiente humana.36
La
estructura discursiva de la columna sigue el siguiente esquema.
Inicialmente, denuncia los métodos usados por el Estado,
pero al concluir, establece que su preocupación principal
es que estos métodos hieren a la nación puertorriqueña
desde sus raíces, desde donde se crea la vida. Eliminar esa
cimiente, manifiesta algún tipo de castración nacional.
Las mujeres son vistas simultáneamente como víctimas
del colonialismo y como terreno del discurso nacionalista sobre
el cual se afirma la masculinidad puertorriqueña. Las mujeres,
por su parte, no se ven como agentes de cambio, ni como sujetos.
Tampoco se hace ninguna referencia a la necesidad de controlar su
fecundidad, ni se alude sobre su condición ni posición.
El foco de interés es el terreno nacional puertorriqueño
que ellas representan.
Es interesante mencionar que el 12 de diciembre de 1975, se publica
una columna de Juan Mari Bras titulada: "Contra todo discrimen
sexual y racial" en la que se divulga el programa del Partido
Socialista Puertorriqueño. En el escrito, Mari Bras señala
que las mujeres son explotadas por el sistema capitalista, y, en
respuesta a tal atropello, formula unas leyes que serán implantadas
por el sistema socialista. Aunque esta columna muestra una inquietud
central por los intereses de las mujeres, en la cobertura periodística
de Claridad esta preocupación se halla ausente.
En sólo una historia de Claridad se le confiere voz
a las mujeres. Ésta es un artículo a través
del cual se cita una carta cursada por la licenciada María
Genoveva Carrero a los productores del programa televisivo de análisis
político "Cara Cara Ante el País", Benny
Frankie Cerezo y José Arsenio Torres, en la que les pide
presentar un panel compuesto por mujeres para discutir el tema del
aborto. Esto se debe a que, según la licenciada, dicho programa
discutió el mencionado tema por un panel integrado sólo
por varones. Carrero llama la atención "ante el hecho
de que un asunto que tan directa y particularmente concierne a la
mujer, fuese discutido por un panel compuesto exclusivamente por
hombres". A lo que añade
¿Se
pensaría en discutir un tema teológico sin el concurso
de algunos miembros de las distintas iglesias, o de un tema médico,
sin el de algunos médicos, o de un tema legal sin el de
algunos abogados?37
En
el escrito, se resalta la crítica de la licenciada hacia
la forma naturalizada en que se excluyen a las mujeres de asuntos
que están directamente ligados a ellas. Lo curioso es que
esa ausencia no sólo está presente en el programa
televisivo, sino, en los medios de comunicación, como lo
es la prensa escrita comercial y alternativa.
Al ver interaccionar ambos discursos, el de Mari Bras y el artículo
en que se cita a Carrero, es evidente que aunque Mari Bras pronostica
y dice abogar por un sistema socialista libre de sexismo, en la
práctica, las mujeres tienen que exigir un foro para que
se les escuche. Este foro, al parecer, Claridad tampoco lo
confiere, a pesar de los planteamientos teóricos esbozados
por el dirigente político. El silencio de las mujeres y su
valor como terreno sirvieron para construir una retórica
nacionalista - contestataria que fue re-producida tanto en Claridad
como en los demás periódicos explorados.
***
Los discursos de resistencia a la esterilización tuvieron
una cobertura desigual en los medios de comunicación impresos
entre 1940 y 1975. Mientras El Mundo apenas incluyó
voces de oposición, El Imparcial y Claridad
las reprodujeron con mayor frecuencia. La presencia de la retórica
contestataria comienza a evidenciarse de forma más patente
a partir de la década del 50 en El Imparcial y a partir
de la década del 70 en Claridad, ambos enfatizando
en los discursos creados por la izquierda.
La heterogeneidad en la cobertura de los periódicos comerciales
pone de manifiesto el estilo y línea editorial de cada medio.
Por un lado, El Mundo tendió a ser un periódico
más oficialista, al privilegiar a las voces del Estado. Por
otro lado, El Imparcial se inclinaba a afianzar la nación
a través de un discurso nacionalista, aspecto que resulta
cónsono con investigaciones anteriores que lo catalogaban
como uno comprometido con la liberación nacional. Igualmente,
al ser un diario con un matiz sensacionalista, presentar la cobertura
con elementos que debatían las posturas oficiales, iba más
a tono con su estilo.
En el caso de Claridad, como un medio que representa a un
movimiento político en particular, no le fue necesario incluir
posturas ajenas a la suya. El discurso contestatario estaba integrado
a su línea periodística. No tuvo que presumir de la
"objetividad" que alardean los periódicos comerciales.
Su posición como medio alternativo sólo enfocó
en la jerarquía de clase, debido a que la lucha por la equidad
de género brilló por su ausencia. Sin embargo, no
importa el periódico, ni a quién le daban voz, ni
cuán frecuente, los mismos discursos de oposición
moralistas, nacionalistas y asexuales se reprodujeron en todos los
periódicos. Esto se debe a que tanto los independentistas
como la Iglesia Católica compartían la misma retórica
a través de la cual defendían sus respectivas esferas
de poder y, así se privilegió en la cobertura asignada
a tales sectores.
Los discursos que crearon los izquierdistas y la Iglesia en los
que las mujeres fungen como terreno fueron reproducidos y naturalizados
por los medios impresos. Las mujeres a menudo se señalaron
como madres, equiparando a la maternidad con ser mujer. Igualmente,
un denominador común a través de la cobertura de la
prensa comercial y alternativa fue que las mujeres se exhibieron
como simples conceptos a través de los cuales prácticamente
se les definía como grupos homogéneos, como masas
sin cara, como simples abstracciones sobre quiénes no se
especificaba su condición ni posición. Por lo tanto,
las mujeres fueron despersonalizadas. Sólo en este marco
se entendía a estos sujetos que simbolizaban el terreno reproductor
de la nación, pero que no personificaban agentes de cambio
ni de lucha. No es de extrañar que la cobertura excluyera
la estrategia de acomodo que muchas mujeres adoptaron en relación
con la esterilización, ni se problematizara o manifestara
la necesidad imperante de muchas mujeres de controlar su fecundidad,
y cómo dicha necesidad interaccionaba con los ofrecimientos
Estatales. En todo caso, la oposición presentó a las
mujeres como víctimas, idea que sirvió como argumento
central para la construcción del discurso nacionalista que
fue adoptado por la Iglesia y la izquierda. La experiencia masculina
se tomó como punto de partida para la denuncia del terreno
violado y victimizado; y el miedo a la emasculación fue el
motor para impulsar la defensa de la nación a través
de la retórica contestataria.
A pesar de que la esterilización femenina es un tema ligado
directamente con las mujeres, en este estudio quedó demostrado
que ellas no tuvieron acceso a los medios para crear significados;
ni las fuentes informativas de oposición fueron canales para
escuchar sus voces ni sus necesidades. Todo lo contrario, se crearon
significados con ellas como base. La oposición independentista
y Católica que alega defender la justicia y la equidad, excluyó
de su lucha el discrimen por razón de género y su
interacción con otras jerarquías sociales (clase,
raza, etc.). Las mujeres no fueron objetos ni sujetos de los discursos
de oposición, sino terreno sobre el cual se cartografió
la retórica contestataria. No es casualidad que la crítica
que ambos sectores dirigieron al Estado se centrara en el aspecto
macroestructural. Disponer de una retórica que atendiera
los asuntos microestructurales significaría reconocer cierta
"agentividad" entre las mujeres; lo que, a todas luces,
debilitaría sus objetivos, y pondría en crisis la
"homogeneidad" vital en el discurso "puertorriqueñista".
La resistencia a la esterilización fue un vehículo
más para armar un discurso en el que las mujeres fueron el
cimiento y, mediante el cual, la Iglesia y la izquierda intentaron
perpetuar su lugar social. Los medios, por su parte, sirvieron como
re-productores y re-creadores de los discursos contestatarios, y
asistieron a legitimar y a re-construir un imaginario nacional puertorriqueño
que depende, en gran parte, de la jerarquía de género.
Notas:
1A
finales de la década del 40, el 6.5% de las mujeres puertorriqueñas
"alguna vez casadas" estaban esterilizadas, a mediados
de la década del 50, 15.58%, en 1968, 35% y para el 1982,
39%. Mujeres "alguna vez casadas" se refiere a aquéllas
que han estado casadas legalmente o han vivido en uniones consensuales
(José L. Vázquez Calzada, "La esterilización
femenina en Puerto Rico", Revista de Ciencias Sociales,
17, septiembre de 1973: 283-308; "A.I.D.-ING the Third World:
U.S. Exports Sterilization", Dollars and Sense: A Monthly
Bulletin of Economic Affairs. 32, diciembre de 1977: 12-14.;
Harriet B. Presser, "Puerto Rico: Recent Trends in Fertility
and Sterilization", Family Planning Perspectives, XI
(2), marzo-abril de 1980: 102-106; Charles Warren, Joan Herold Westoff,
R. Rochat y J. Smith, "Contraceptive Sterilization in Puerto
Rico", Demography,. XXIII (3), agosto de 1986: 351-365;
y José L. Vázquez Calzada, "El efecto de los
partos por cesárea sobre la esterilización femenina
en Puerto Rico", PR Health Science Journal, VIII (2),
abril de 1989: 215-223).
2 En
esta investigación, sectores o grupos izquierdistas o nacionalistas
se refiere a las personas que se han definido a sí mismas
como tal, o aquéllas que representan e integran organizaciones
políticas tales como el Movimiento Pro Independencia, Partido
Socialista Puertorriqueño, Partido Independentista Puertorriqueño,
Movimiento Socialista Puertorriqueño y Partido Nacionalista
Puertorriqueño.
3En
términos teóricos, el control poblacional se articula
como una fuerza de desarrollo económico y social. Mientras,
el control de la natalidad se refiere a la alternativa y determinación
individual de limitar la reproducción sin la imposición
de fuerzas externas dirigidas a controlar el cuerpo de las mujeres
(Gordon, Woman's Body...).
En
el caso de la esterilización en Puerto Rico, no se puede
hablar de control poblacional y de control de la natalidad como
dos fenómenos excluyentes entre sí, sin reconocer
la suerte de continuo en que ambos operan. Para entender las alternativas
reproductivas de las mujeres puertorriqueñas con relación
a la esterilización, se debe considerar cómo las condiciones
históricas, sociales y políticas simultáneamente
operan, limitan y modelan esas decisiones. Con el objetivo de conocer
más detalles sobre la interacción entre el deseo subjetivo
de las mujeres y los objetivos del Estado colonial en el caso de
la esterilización en Puerto Rico véase a: Iris López,
"Sterilization Among Puerto Rican Women in New York City: A
Case Study in New York City", tesis de Ph.D., Nueva York: Columbia
University, 1985; Iris López, "Agency and Constraint:
Sterilization and Reproductive Freedom Among Puerto Rican Women
in New York City", Urban Anthropology and Studies of Cultural
Systems and World Economic Development, vol. 22 (3-4) , 1993,
299-323; Iris López, "An ethnography of the medicalization
of Puerto Rican women's reproduction", en: Margaret Lock y
Patricia A. Kaufert (eds.) Pragmatic Women and Body Politics,
(Cambridge Studies in Medical Anthropology. Inglaterra: Cambridge
University Press, 1998); y Lourdes Lugo-Ortiz, "Relatos de
la esterilización: Entre el acomodo y la resistencia",
Revista de Ciencias Sociales, Universidad de Puerto Rico, (6), enero
1999.
4 Existe
evidencia de que durante la década del 60 y del 70 algunas
mujeres fueron esterilizadas sin su consentimiento, mas esa fue
la situación de sólo unos casos aislados [Ana María
García, La operación, película 40 min, 1982;
y Annette Ramírez de Arellano y Conrad Seipp, Colonialism,
Catholicism, and Contraception (Chapel Hill: The University
of North Carolina Press, 1983)].
5 Tampoco
se puede postular a un sujeto femenino absolutamente soberano en
su elección, que decide libremente, fuera de contexto alguno
(Lugo-Ortiz, "Relatos...").
6 Ramírez
de Arellano y Seipp, Colonialism...; y Samuel Silva Gotay,
"El Partido Acción Cristiana: Trasfondo histórico
y significado sociológico del nacimiento y muerte de un partido
político en Puerto Rico", Revista de Historia,
San Juan, Puerto Rico, enero- diciembre 1988.
7 Las
mujeres componen más de la mitad de la feligresía
de la Iglesia Católica, y el número de monjas supera
por mucho al de sacerdotes. Por ejemplo, en 1983, la Iglesia contaba
con aproximadamente 49,191 curas y 123,941 monjas en América
Latina [Mario A. Rodríguez León en María F.
de Barceló Miller, "De la polilla a la virtud: Visión
de la mujer de la iglesia jerárquica de Puerto Rico",
en: Yamila Azize (ed.), La mujer en Puerto Rico,(Ediciones
Huracán, Río Piedras, Puerto Rico, 1987); Shulamit,
E. Goldsmit y S.J. Sweeney,"The Church and Latin American Women
in Their Struggle for Equality and Justice" Thought,
vol. LXIII (249), 1988].
8 Ibid,
41.
9 M.
Aquino, "El culto a María y María en el culto,"
Fem, vol. V (20), agosto 1981- enero 1982, 41.
10 Aunque
en otro contexto, Carlos Pabón discute el discurso neonacionalista
imperante en el país en la década del 90. No obstante,
su significación es aplicable al caso aquí estudiado
(Nación Postmortem: Ensayos sobre los tiempos de insoportable
ambigüedad. San Juan, Puerto Rico, Ediciones Callejón,
2002).
11 Cynthia
Enloe, Bananas, Beaches and Bases (Berkeley: University of
California Press, 1990, p. 44-45).
12 Ibid.
13 Para
un estudio importante sobre el concepto de terreno que utilizo recurrentemente
en este ensayo, véase a Lata Mani, "Contentious Traditions:
The Debate on Sati in Colonial India", en Recasting Women,
por K. Sangari and S. Vaid.(editoras) (Nueva Jersey: Rutgers University
Press, 1990: 88-126). En el trabajo citado, la investigadora
explora el uso de las mujeres en los discursos oficiales de
censura y defensa de la inmolación de viudas durante la época
colonial de la India.
14Ramírez
de Arellano y Seipp, Colonialism ...
15 Vázquez
Calzada, "La esterilización femenina...; "A.I.D.-ING
the Third World...; Presser, "Puerto Rico: Recent Trends...;
Warren et al., "Contraceptive..."; y Vázquez Calzada,
"El efecto de los partos...".
16 Manuel
Ríos Ocaña en Ayala, "El periódico El
Mundo..., 24.
17 Previo
al 1959, algunas publicaciones izquierdistas se publicaron de forma
irregular, elemento que inhibe su utilización en esta investigación
y que apunta a Claridad como una publicación más
consecuente que adquirió cierta relevancia dentro de su género.
[R. Anderson, La prensa de Puerto Rico. Comisión de
Derechos Civiles (San Juan, Puerto Rico, 1977), 26; y Awilda Palau
Suárez, Veinticinco años de Claridad (Río
Piedras, Puerto Rico: Editorial de la Universidad de Puerto Rico,
1992)].
18
Edward
Herman y Noam Chomsky, Manufacturing Consent: The Political Economy
of the Mass Media (Nueva York: Pantheon, 1988), 3 y 15.
19
Tim
O'Sullivan, John Hartley, Danny Dunders y John Fiske, Key Concepts
in Communication (Londres: Methuen, 1983), 8; y Herbert I. .Schiller,
Culture Inc: The Corporate Takeover of Public Expression (Nueva
York: Oxford University Press, 1989), 143.
20
Este
estudio se basa en un análisis de la cobertura periodística
de los tres periódicos mencionados durante el período
de 1940 al 1975. La muestra de 183 artículos se seleccionó
sistemáticamente. Se utilizó a El Mundo como
parámetro de las fechas a estudiar, dado que es el único
periódico de los tres que está indizado. Los temas
bajos los cuales se buscaron los escritos son: población,
control de la natalidad, planificación familiar, familia:
Asociación Puertorriqueña Pro Bienestar de la Familia,
Asociación Médica y Departamento de Servicios Sociales:
Programa de Planificación Familiar. El índice no incluía
temas tales como fecundidad, esterilización y control poblacional.
Basándose en las fechas de los textos publicados en El
Mundo, se estudiaron los periódicos de dos días
antes y de dos días después para examinar a El
Imparcial y las dos fechas anteriores y posteriores para estudiar
a Claridad. De El Mundo, se seleccionaron 105 escritos.
La muestra de El Imparcial, de 43 artículos, sólo
cubre hasta el 1973 porque ese año la empresa cerró.
Claridad, por su parte, de 1959 al 1968, no cubrió
ninguna historia relacionada con el tema. Sólo de 1969 a
diciembre de 1975 cubrió temas relacionados logrando recolectar
una muestra de 35 historias.
21
O'Sullivan
et al., Key Concepts....
22
Teun
van Dijk, "Análisis del discurso ideológico",
Versión, México, 1996, p. 15-43.
23Op.cit.
24
Ibid,
64.
25
.J.
Dávila -Ricci, "Sobre el aborto: medio criminoso para
regular la natalidad", El Imparcial, XXXVII (14230),
23 de marzo de 1973, 9-A.
26
UPI,
"Combaten planificación familiar", El Imparcial,
XXXVII (13248), 11 de diciembre de 1969, 19.
27
Ibid.
28
Noel
Colón Martínez, "Población y poder político
(col.), Claridad, XII (273), 13 de septiembre de 1970, 10.
29
Condición
se refiere al estado material en el que las mujeres se encuentran:
pobreza, falta de educación y acceso a la tecnología,
exceso de trabajo, etc. Posición, por otra parte, se refiere
al estado económico de las mujeres con relación a
los hombres [ K. Young (ed.), Women and Economic Development
( Inglaterra: UNESCO, 1988) 1-2].
30
"Fremiot
Torres combate..." El Imparcial ....
31
J.
Ortiz Vázquez, "Medida busca reglamentar ley de aborto",
El Imparcial, XXXVII (13288), 22 de enero de 1970, 6.
32"Rechaza
apliquen ley permite los abortos", Claridad, XV (440),
4 de febrero de 1973, 5.
33 Antulio
Parrilla- Bonilla, "Compartiendo: Señor Gobernador:
No es lícito! (Col.), Claridad, XVI (571), 21 de mayo
de 1974, 10.
34 Nereida
López, "Condena planes de esterilización"
(carta al editor), Claridad, XVI (580), 23 de junio de 1974, 19.
35 Puerto
Rico sirvió como laboratorio para experimentar diversos métodos
anticonceptivos durante las décadas del 30 al 60, tales como
con jaleas, espumas y polvos espermicidas, píldora anticonceptiva,
Depo- Provera, etc. (Ramírez de Arellano y Seipp, Catholicism
...)
36 Florencio
Merced, "La esterilización masiva o el crimen del siglo",
Claridad, XVI (572), 26 de mayo de 1974, 11.
37
"Solicita panel de mujeres discutir tema del aborto",
Claridad, XV (456), 1 de abril de 1973.
Dra. Lourdes Lugo-Ortiz
Escuela de Comunicación, Universidad
de Puerto Rico,Puerto Rico. |