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Por Jorge Mejía
Número 36
1
"presente", 2 "presente"
. 7 "presente",
8 "no ha llegado"
. la maestra daba inicio a su clase
con el "pase de lista", y una vez que llegó al
45 dio la siguiente instrucción. "formen 5 equipos de
9 integrantes", "del 1 al 9 equipo 1, del 10 al 18 equipo
2
" "maestra, maestra pero el 8 no ha llegado",
"no importa cuando llegue se integra, por lo pronto los demás
hagan la parte que le toca al 8, para eso son equipo"
.
"Cada equipo -continuó la maestra- después de
ver la película deberá realizar una investigación
y una maqueta sobre el tema
." "Ya llegó el
8 maestra -exclamo el 7- y no trajo las palomitas para la película
"
En muchas ocasiones, como docentes,
hemos deshumanizado nuestra labor, y muestra sencilla y cotidiana
de ello es que nos dirigimos a nuestros alumnos a través
de números y en el mejor de los casos les hablamos por su
"apodo", tal vez esto suene "cursi", pero en
lo personal sostengo que cuando se pierde esa sensibilidad de tratar
a los alumnos como lo que son: personas, todo nuestro trabajo pierde
su sentido real, ya que lo estaremos haciendo por "cumplir"
con un programa o en el peor de los casos por dejar que el tiempo
pase sin trascender. Imagínate que un día vayas por
la calle y te encuentres a un profesor de hace 10 ó 15 años
y se acerque a ti y te salude: "¿eras el 27 ó
el 28? ¿qué triste no?
Otras ocasiones pecamos de "modernos",
de "didácticos", de "revolucionarios",
de "dinámicos" ya que los medios de comunicación
y las herramientas que aporta la tecnología educativa las
convertimos en fines y no en medios de los procesos de aprendizaje
y enseñanza, así el profesor que pasa más películas
es el mejor, el que reparte todo el programa en exposiciones por
equipos es el más trabajador, el que se pasa aplicando técnicas
y dinámicas grupales es el más ameno, pero ¿se
interesará por sus alumnos?, ¿estará desarrollando
personalidades?, ¿estará generando un proceso educativo
integral?, son cuestiones que se quedan para su reflexión.
En ocasiones las palomitas eran lo más importante ¿o
no?
Pero a todo esto, ¿qué
es el humanismo? Es un modelo que avala un problema central: "el
análisis y estudio de los procesos integrales de la persona,
el cual gira en torno a la autorrealización, la autoconciencia
y a la responsabilidad de las acciones volitivas"1
El interés educativo del Humanismo radica en una educación
integral que garantice el desarrollo de la persona haciendo uso
del autoaprendizaje y la creatividad.
El docente, en su calidad humanista,
debiera estar en constante preocupación por el ser humano,
en este sentido las consideraciones antropológicas adquieren
un importancia relevante, tanto en la formación como en el
quehacer científico y profesional del docente. Esto ha sido
una constante en la historia de la educación, los grandes
educadores de ayer, fueron a su vez, grandes humanistas. Hay pocas
actividades como la educación, que contribuyen tanto a la
mejora personal y social que reclama una formación cien por
ciento humanista, al respecto señala Carlos Cachán:
"La educación humanista coloca en el centro de su interés
el problema del hombre, y lo intenta comprender situándose
en los orígenes del pensamiento europeo del hombre. No sólo
nos muestra un camino que otros han seguido, sino que nos enseña
a andar. Los estudios clásicos dotan al espíritu de
un saber vital, de los factores decisivos de nuestra cultura, y
hacen al hombre interiormente libre y capaz de enfrentarse con la
complicada vida actual; nos ayudan a formarnos espiritualmente,
esto es, en nuestra inteligencia, nuestra voluntad y nuestras fuerzas
morales". Hay una vieja frase que dice "La mejor educación
se da con el ejemplo". ¿Cuántos "educadores"
realmente nos respetamos como personas? ¿cuántos realmente
somos congruentes con los decimos y hacemos?
Debemos de tener cuidado con el
otro extremo, cuando se confunde al Humanismo como un mero culto
al hombre, ya que el humanismo verdadero reconoce la dignidad trascendente
de la persona. La verdad sobre el hombre constituye el sello inequívoco
de todo humanismo; y estar en la verdad, es estar en la adecuación
con la realidad, y la verdad es que el hombre no es la última
respuesta a la realidad: "El humanismo absoluto lleva en sí
mismo su destrucción, porque no puede apelar a un fundamento
trascendente"2.
Para Bruce Joyce y Marsha Weil los
modelos humanistas están orientados al desarrollo del yo
individual, y subrayan el proceso por el que los individuos construyen
y organizan su realidad única. Con frecuencia insisten en
los proceso de la vida afectiva; parten de la creencia que ayudando
a los sujetos a desarrollar relaciones productivas con su medio
y al considerarse personas capaces, se producirán relaciones
interpersonales más ricas y consecuentemente se tendrá
una mayor productividad en el aprendizaje.
Algunos de los modelos humanistas
son. Enseñanza no directiva, de Carl Rogers y Virginia Satir,
cuyo propósito es el desarrollo de la personalidad en términos
de autoconciencia, comprensión, autonomía y autovaloración;
el Sinéctico de William Gordon, que se enfoca al desarrollo
personal de la creatividad y la solución creativa de problemas;
Sistema conceptual de David Hunt, dirigido a fomentar la flexibilidad
y aptitud personal, entre otros.
¿Y la Tecnología Educativa
y Comunicación? Como recordaremos, a la tecnología
educativa se le asocia con el conductismo y tuvo su aceptación
en la década de los 60 y 70 pero a partir de ahí se
le criticó acusándola de reduccionista al uso de medios
audiovisuales, impositora de una visión empresarial en las
escuelas, secciona al ser humano en tres troncos: afectivo, psicomotor
y cognoscitivo, es mecanicista, instrumentalista, eficientista,
no considera el proceso de reflexión, el yo interno del alumno,
el contexto histórico-político del proceso enseñanza-aprendizaje,
en fin, era el "Apocalipsis", sin embargo ¿cómo
su fusiona con el humanismo?
Tenemos que reconocer que el uso
de la técnica esta inmersa en todas las actividades del ser
humano, la técnica es parte de nuestra vida cotidiana. "El
radio, la televisión, la videocasetera, el pizarrón
electrónico, la computadora y todos los medios técnicos
generados por el ser humano, pueden aplicarse a una finalidad educativa.
En este caso hay que estudiar el uso de la técnica para optimizar
el aprendizaje de los alumnos o usuarios"3.
Así, la técnica la estudian y mejoran los ingenieros,
pero el uso de los contenidos educativos y la finalidad educativa
es campo propio de los educadores.
La tecnología educativa va
más allá de la simple aplicación del saber
pues incluye no sólo el hacer práctico sino también
la reflexión teórica de ese hacer. Según Sarramona
para operar eficientemente debe contemplar las siguientes características:
- Racionalidad. Las decisiones
de actuación han de tener justificación con argumentos
objetivos y verificables.
- Sistema. Los elementos que la
conformen están interrelacionados de tal forma que los
cambios que sufra un aspecto afectarán a los restantes.
- Planificación. Permite
ordenar y aprovechar tiempos y recursos.
- Claridad en Metas. Los propósitos
deben de estar claros para poder controlar el proceso y lograr
eficacia en los resultados.
- Control. Saber en qué
momento se tienen que corregir desviaciones.
- Eficacia. La justificación
última de la tecnología radica en que tiene mayores
posibilidades de resolver los problemas sobre los que actúa
que otras alternativas de acción.
- Optimización. Incluye
la eficiencia y la progresión dinámica hacia las
metas propuestas
De esta forma, la Tecnología
Educativa y la Comunicación, al responder a un proceso sistemático
y con intenciones educativas precisas se convierte en un elemento
de suma importancia para el humanismo, ya que el hombre del siglo
XXI está inmerso en un mundo de nuevas tecnologías
de información y comunicación.
La revolución científico-técnica
y el desarrollo social de la humanidad ya no se satisfacen ni
requieren de individuos simplemente útiles, industriosos,
diestros, o bien entrenados, para desempeñarse hábilmente
en un oficio. Lo que se requiere también de los jóvenes
es que se conviertan en hombres abiertos a nuevas formas de vivir,
de pensar y de hacer las cosas, capaces de entender otros mundos
culturales, otras formas de organizarse, otros puntos de vista
y otras perspectivas, sin perder de vista su propia ubicación
aquí y ahora
Para que la educación sea tal,
necesita ser mediadora entre las demandas científico-culturales
de una sociedad y el derecho del educando a ser una persona con
sus intereses, sus proyectos, su propia lógica de adquisición
de aprendizajes, su propio contexto cultural que merece respeto4.
A manera de conclusión, el
hombre actual, nace, se desarrolla, se reproduce y muere acompañado
de tecnología; las nuevas formas de comunicación tecnológica
se constituyen en un elemento "natural" y necesario en
nuestros días, por lo que tenemos la obligación, quienes
nos dedicamos a la educación, de lograr convivir al ser humano
con la tecnología sin que la segunda se convierta en el fin
sino en el medio de desarrollo.
El Trabajar con tecnología
puede ocasionar una "miopía pedagógica"
podemos perder de vista el sujeto de la educación, al ser
humano, al hombre y la mujer y convertirlos ya no en el 1, 2
45,
sino ahora en elementos virtuales deshumanizados.
Los modelos humanistas están
basados en las Teorías de la Personalidad y el Desarrollo
Humano. Las premisas generales en que se basan son: adaptar la enseñanza
a las características del individuo para potenciar su flexibilidad
personal y su capacidad de relacionarse productivamente con los
demás; los psicólogos, educadores y terapeutas que
han desarrollado estos modelos insisten en que la función
principal de la ecuación consiste en ayudar a los sujetos
a buscar nuevas soluciones a sus problemas; se basan en la enseñanza
no directiva que pretende dar al sujeto la posibilidad de controlar
la selección de sus actividades y de configurar ambientes
capaces de incrementar la capacidad de autodesarrollo.
Humanismo y Tecnología educativa
se constituyen en un binomio trascendental en el ámbito educativo,
tenemos que hacer convivir el desarrollo personal y valorar con
la alfabetización tecnológica.
Notas:
1
" Espinoza Jiménez, Margarita. La ciencia y el arte
pedagógico ante la calidad educativa y la etapa posmoderna.
Reflexiones sobre la educación contemporánea.
p.59
2 García Hoz, Víctor.
Principios de Pedagogía Sistemática. p. 186
3 Moreno Valle, Lucina y otros.
Tecnología educativa y Constructivismo. Reflexiones sobre
el constructivsmo. p.137
4 Flores Ochoa, Rafael. Hacia
una Pedagogía del conocimiento. p.277
Referencias:
- Flores Ochoa, Rafael. Hacia
una Pedagogía del Conocimiento. Ed. Mc. Graw Hill. 1ª.
Edic. Santa Fé, Colombia. 1994. pp.311
- Joyce, Bruce y Weil, Marsha. Modelos de Enseñanza.
Ediciones Anaya. Madrid, España. 1985. pp.503
- Universidad Panamericana, Facultad de Pedagogía. Reflexiones
sobre el Constructivismo. Colección Pedagógica 2.
1ª. Edic. México. 1998. pp.152
- Universidad Nacional Autónoma de México. Perfiles
Educativos. No. 49-50. Julio-Diciembre 1990. México.
- García Hoz, Víctor. Principios de Pedagogía
Sistemática. Edit. Rialp. 11ª. Edic. Madrid, España.
1987. pp.694
- Universidad Panamericana, Facultad de Pedagogía. Reflexiones
sobre la educación contemporánea. Colección
Pedagógica. México. 1997 pp.133
- Cachán, Carlos. La necesidad radical de la formación
humanística. ACEPRENSA. Boletín No. 41. 24 de
noviembre. 1993
Serramona, Jaime. Tecnología
educativa. CEAC. 1ª. Edic. España. 1990. pp. 118
Jorge
Abraham Mejía Reyna
Universidad
Bonaterra de Aguascalientes, Ags, México |