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Por Raymond Colle
Número 36
1.
Orígenes y principios centrales de Internet
Antes
de hablar de los riesgos y transformaciones que sufre hoy Internet,
a más de 20 años de su nacimiento, es necesario recalcar
su doble origen y las características que dichos orígenes
le confieren.
En
1963, Larry Roberts concibió el sistema de transmisión
de datos por "paquetes" que pueden recorrer diferentes
"rutas" hasta llegar a su destino. Era la solución
a un problema de seguridad propio de la "guerra fría":
cómo asegurar las telecomunicaciones si una bomba atómica
destruía una ciudad donde estuviera instalado un "relé"
clave para las comunicaciones. Desmembrar un mensaje en varios paquetes
de datos y mandarlos por rutas diferentes, verificando al final
que estuviesen todos los paquetes o pidiendo el envío por
otro camino del que faltara era la solución. Internet funciona
de esta manera, que es eminentemente decentralizada y basada en
una enorme malla de conexiones, con centenares de recorridos posibles.
Roberts sentó así las bases teóricas de la
"red de redes".
La solución pragmática nació unos años
más tarde: en 1969, cuando se realizó la primera conexión
remota entre computadores. El 20 de octubre, un grupo de científicos
informáticos de la UCLA (Los Angeles) logró enviar,
desde su teclado, algunas letras a la pantalla de un computador
ubicado en el Instituto de Investigación de Stanford, en
el norte de California. De esta experiencia nació ARPAnet,
que conectó a 4 universidades de Estados Unidos: Stanford,
UCLA, Santa Bárbara y Utah, pero se accedía de un
computador a otro a moodo de "terminal remoto", es decir
controlando un computador con el teclado de otro. El correo electrónico
se estructuró y empezó a operar en 1973, entre EE.UU.,
Noruega y Gran Bretaña. Aquí se hacía efectivo
el sistema de "envío de paquetes" y, como ARPAnet
había crecido, ya se contaba con una malla bastante decentralizada
de conexiones. Pero hubo que esperar a 1981 para que la red se hiciera
"multipropósito" (enviando no sólo e-mails
sino también otros tipos de archivos): fue el nacimiento
de BITNET, la primera red académica que -desde Estados Unidos-
se extendió a todas las grandes universidades del mundo.
Al año siguiente se definió un sistema estándar
de comunicaciones: el protocolo TCP/IP. Con él nació
la actual Internet, con sus múltiples servicios, su total
decentralización y su primer órgano regulador -que
sería más tarde la ICANN- encargado de la gestión
del protocolo y de los estándares comunes así como
de la atribución de los números de identificación
(IP) y nombres de dominio.
Hay, por lo tanto, dos principios básicos en la raíz
de Internet: la preocupación por la seguridad de las
comunicaciones y la decentralización de las mismas.
Dado que la red tuvo un uso esencialmente académico hasta
1994 (no se considera su vertiente militar, que conservó
-evidentemente en secreto- Estados Unidos), un tercer principio
su impuso de inmediato: el de la libertad de expresión,
acompañado de un cuarto: el del libre acceso que implica
la gratuidad de los contenidos. La libertad de expresión,
como es sabido, es una cuestión de fondo ligada a la llamada
"Primera Enmienda" de la constitución de Estados
Unicos, que la garantiza como algo esencial... pero que no gusta
en los países con regímenes autoritarios.
Sin embargo, Internet había sido patrocinada por la Fundacional
Nacional de la Ciencia (NSF)de EE.UU. Y fue bajo la tuición
de la NSF que las universidades crearon la Word Wide Web, el servicio
de comunicación multimedial sobre la red TCP/IP, es decir
un nuevo servicio de Internet, que había sido creado en 1989
por Tim Berners-Lee en el CERN (Centro Europeo para la Investigación
Nuclear). El modelo diseñado por Berners-Lee llevó
a la puesta en marcha de la WWW en 1991, gracias a la adopción
del protocolo HTTP como "segunda capa" sobre TCP/IP por
las universidades.
En 1994, se consideró que Internet y la WWW habían
llegado a un suficiente grado de madurez, lo cual llevó a
la NSF a entregarla al dominio público y abrirla a los usos
comerciales. Sería el comienzo de numerosas luchas de diversas
formas de poder, que aún no terminan, y que queremos poner
brevemente en evidencia aquí.
2.
"Geopolítica de Internet": Los detentores del poder
Con
la salida de la NSF y la entrada de nuevos (y numerosos) actores
externos a los círculos académicos, la configuración
de Internet se ha complicado y no han tardado en aparecer distintos
grupos de poder.
Hemos
de mencionar primero a los que fueron sus actores tradicionales
-los "colonizadores", como los llama Solveig Godeluck(<1>)-
y que pueden ser agrupados en dos clases:
- los
"conceptores" o programadores, que son los que
han creado y seguido desarrollando el software necesario para
su funcionamiento;
- los
"lectautores" o "usuarios finales", o sea
quiénes ponen y hacen uso de los contenidos.
Pero
no podemos olvidar que otros dos actores importante estaban presentes,
aunque poco visibles: representantes del poder político (esencialmente
a través de la agencia para la defensa DARPA, que financió
ARPAnet, y luego la NSF) y luego los dueños de las líneas
de telecomunicación utilizadas por la red. Tenemos, así
que agregar
- el
poder político y
- los
primeros "mercaderes": las compañías de
telecomunicación.
Pero
con el ingreso de intereses comerciales, especialmente interesados
por la WWW y sus posibilidades de desarrollo comercial ("e-commerce"),
la categoría de los mercaderes se fue engrosando con otros
actores con intereses económicos, los que provienen de las
dos categorías que hemos mencionado primero:
- empresas
de desarrollo de software, que veían en Internet (y
la WWW) un campo altamente atractivo para diversos productos (como
los generadores de páginas web y, especialmente, los "navegadores"),
de ahí la lucha desenfrenada de empresas como Microsoft
para imponer sus productos en forma casi monopólica, y
- comerciantes
que veían en la WWW un atractivo canal de distribución.
Hemos
podido apreciar, con la "crisis de las punto com", el
descalabro de muchos de estos comerciantes, que se lanzaron "al
abordaje" de la web sin contar con estudios serios de la nueva
forma de mercadeo que implicaba. Pero también hemos visto
cómo uno de estos actores se aprovechó de su poder
ya establecido en el campo de los sistemas operativos para PC's
para llevar casi a la ruina sus competidores en el mundo de los
navegadores, incluyendo el suyo (Internet Explorer) en el
sistema operativo mismo (Windows), adoptando una política
de integración (es ahora el turno del "Media Player")
que tiende a desbarrancar a otros competidores y mantiene a la empresa
en un juicio con la Comisión Europea y podría llevar
al Departamento de Justicia a revisar los acuerdos extrajudiciales
firmados en Estados Unidos el año pasado después de
un larguísimo juicio.
Finalmente,
a los "mercaderes" hay que agregar las empresas del
área de las telecomunicaciones: empresas que controlan
los satélistes (Intelsat, Hughes, etc.) y los cables de fibra
óptica (Global Crossing, etc.), los carriers o empresas
de telefonía internacional, las compañías telefónicas
locales y los proveedores de conexión a Internet (ISP). Ellos
son los que controlan los "nodos" o puntos de intercambio
y direccionamiento del tráfico, sin los cuales nada funcionaría.
Pero
si bien estas empresas parecen pertenecer a la categoría
de los mercaderes, podemos darnos cuenta fácilmente que tienen
un poder que va mucho más allá de lo meramemente económico.
En efecto, tienen un poder de decisión al menos en dos áreas
bien precisas: en la aceptación o denegación del servicio
a un "colonizador" o a otro "mercader", y en
la gestión de los protocolos de comunicación, ya que
su poder técnico puede influenciar las decisiones de los
organismos coordinadores (como la ICANN o el consorcio W3C, que
coordina la WWW). Por lo tanto, pertenecen a la vez a la categoría
de los mercaderes y la de los reguladores, de la que hemos
de hablar ahora.
Los
reguladores son los que tienen poder para definir cómo
opera Internet. Inicialmente fue la DARPA y el consorcio de universidades
norteamericanas que crearon ARPAnet. Luego fueron la ICANN y el
W3C, que son organismos no gubernamentales sin fines de lucro, que
siguen velando por el buen funcionamiento de Internet como estándar
libre y abierto (es decir que no le pertenece a nadie y que cualquier
experto puede ayudar a perfeccionar). Pero, como lo acabamos de
ver, las "telecos" (como se suele llamar a las empresas
de telecomunicación) también tienen su poder, ya que
fijan el ancho de banda y las velocidades de transmisión
a la cual permiten el tráfico (y, como lo acabamos de ver,
pueden denegar el servicio a quién sea).
A
estos dos tipos de reguladores hay que agregar ahora un tercero:los
estados. Ellos han aparecido como un nuevo actor especialmente después
del atentado a las Torres Gemelas ("11-S") y, so pretexto
de protección de la seguridad y defensa contra el terrorismo,
intentan implantar numerosas medidas de control, además de
un espionaje cada vez menos secreto (ver mis artículos citados
en <4> y <5>). Es aquí donde los "colonizadores"
-especialmente los particulares y las pequeñas empresas-
ven mayormente afectados los derechos que Internet les había
dado desde su nacimiento. Y son ellos los que pueden decir que se
sienten traicionados por el "tecno-poder" y los reguladores.
3. ¿Qué poder queda en mano de los particulares o
colonizadores?
Según
los principios básicos de Internet, cualquiera debe poder
acceder a los recursos de la red desde cualquier parte. Las fronteras
no existen, en teoría, en el ciberespacio. Y ésto
ha entorpecido bastante los esfuerzos de la justicia (a pesar de
la coordinación de las policías a través de
Interpol) para desterrar prácticas antiéticas o contrarias
a los derechos básicos, como el racismo y la pedofilia. La
pornografía es hoy uno de los negocios más prósperos
de Internet. La criptografía no sólo asegura una mejor
defensa de la privacidad de las comunicaciones: también facilita
las comunicaciones de los narcotraficantes y varios países
exigen ya que las claves sean dadas a conocer a un organismo nacional
al cual la policía podrá tener acceso. Cosa extraña
sin embargo: por un acuerdo tomado por el G8 en 2001, se persiguen
internacionalmente a los pedófilos y a los narcotraficantes
(bien) pero no a los creadores de virus. ¿Por qué?
(No tenemos respuesta.)
Al
mismo tiempo, las telecos son empresas del mundo real con sede en
países reales. Y son el instrumento preferido de los gobiernos
para implantar sistemas de control o bloqueos de acceso. Los poderes
públicos raras veces tienen la capacidad técnica y
el know-how para actuar en el ciberespacio. ¿Qué
hace entonces? Presionar a las empresas que detienen un "tecno-poder"
efectivo, como son las telecos y los dueños de nodos de Internet.
Los disidentes chinos pueden tener un servidor web instalado en
otro país... pero deben hacer piruetas para no pasar por
los ISP locales, controlados por el gobierno. Y sin recurrir a un
caso tan extremo, consideremos solamente que el 47% de los servidores
de Internet se encuentran en los Estados Unidos y que las comunicaciones
satelitales son controladas casi exclusivamente por este país.
Para navegar por la web de Latinoamérica a España,
hay que pasar por Estados Unidos. Incluso dentro de Europa, para
"navegar" de un país a otro hay que pasar muchas
veces por servidores norteamericanos, en virtud de acuerdos de reciprocidad
entre telecos.
Otra
trampa de las telecos: las conexiones a Internet son asimétricas:
otorgan una banda ancha para la bajada de información pero
una banda estrecha para la "subida". En otras palabras,
la mayoría de los usuarios ve mermada toda posibilidad de
instalar un servidor web en el PC de su casa. Era sin embargo así
que funcionaban los equipos que dieron origen a Internet (y con
un poder de cómputo mucho menor que el que hoy tenemos en
nuestros PC's). Era el principio de decentralización
total, que a veces se traduce también como "regla de
la prioridad de la periferie" o "end to end". Pero
hoy se juega una partida de ajedrez entre la periferie y quiénes
pueden controlar las líneas y los nodos de la red, o sea
del tecnopoder contra los colonizadores.
Es
el principio "end to end" que pretendió resucitar
el P2P (peer-to-peer o "entre pares") para el intercambio
de archivos. Pero como la gran masa de archivos intercambiados resultó
ser música en formato MP3, la industria discográfica
(mercaderes) desplegó todo su poder para bloquear
y llevar ante la justicia a los infractores de la ley del copyright.
Y como es difícil que encuentren a los infractores en una
red decentralizada, atacan a los intermediarios: a los hosts
(servidores de hospedaje de sitios o eslabones de transferencia)
y a los proveedores de Internet (ISP). O sea que los mercaderes
dirigen su poder contra quiénes pueden actuar de reguladores,
en un modelo en que éstos (las telecos) solo debían
actuar como "transportistas". Como si el capitán
de un carguero debiera ser responsable por cada molécula
de mercadería que un cliente coloca en uno de los contenedores
que lleva en su barco de un puerto a otro.
¿Qué
nos queda? La necesidad de que los "colonizadores" nos
organicemos para ofrecer un frente común. Para ello existen
algunos organismos nogubernamentales sin fines de lucro como la
Free Software Foundation, las asociaciones nacionales de usuarios
de Internet, la comunidad de desarrolladores de software libre,
las redes y los portales inter-universitarios. En Estados Unidos,
a pesar de las numerosas concesiones hechas a las medidas "antiterroristas"
que atentan contra la privacidad (escasamente criticadas), subsiste
la "Primera Enmienda"; pero la libertad de expresión
no se resguarda tan bien en el resto del mundo. Y, sin ella, ¿quién
denuncia las exacciones y atropellos de los mercaderes con pretensiones
monopólicas y de los nuevos reguladores?
Deberíamos
propalar una nueva utopía, como la sugiere Godeluck: que
en cada circunscripción de cada país existan servidores
donde todos los ciudadanos tengan derecho a algunos megabytes para
hospedar lo que quieran publicar. Un nuevo servicio público,
pero licitado a privados para desterrar las tentaciones de la censura
pública. Según estudios hechos al respecto, no costaría
más de seis dólares anuales por contribuable. ¡Éste
es el medio que la "sociedad de la información"
debería exigir para poder ser digna de su nombre y restablecer
en el ciberespacio la democracia de los orígenes de Internet!
¿Habrá, para ello, que crear un "e-partido"
(como se trató de hacer en Francia, hasta que el poder político
tradicional logró hacerlo desaparecer)?
Referencias:
GODELUCK,
S.: "La géopolitique d'Internet", Ed.La Découverte,
Paris, 2002.
CHOMSKY, N. & alt.: "Los dueños del mundo"
(Artículos de "Le Monde Diplomatique"), Ed. Aún
Creemos En Los Sueños, Santiago, 2003
EUDES, Y.: "La conquête des esprits", Ed.Maspero,
Paris, 1981.
COLLE, R.: "2002: Del 11-S a Big Brother ", Revista TDC,
online, enero 2003.
COLLE.R.: Teleinformática y hegemonía cultural,
Revista Latina, online, nº54, febrero-marzo 2003.
LA QUEY, T. & RYER, J.: ¿Qué es Internet?,
Addison-Wesley, Wilmington, 1994.
Prof.
Raymond Colle
Doctor en Ciencias de la Información,
Escuela de Comunicación Multimedial,Universidad
Diego Portales, Chile |