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Por Tanius Karam
Número 36
A los muertos de Acteal
Diciembre 1997- Diciembre 2003
1.
Presentación
Estas líneas tienen por objetivo fundamentar algunas observaciones
sobre el discurso visual de la imagen fotográfica a propósito
de dos casos violatorios de Derechos Humanos (DH). Para ello analizamos
algunas fotografías de tres diarios tipologizados de acuerdo
a la acepción de Imbert y Beneyto (1986) como medios de “Referencia
Dominante”1. Centraremos
nuestras observaciones en el caso de Acteal (22 de diciembre 1997)
que se caracterizó (lo que no es común en los hechos
violatorios de DH) por su abundancia textual y gráfica, tuvo
un impacto fundamental en la importancia de la difusión sobre
DH, el impacto en la opinión pública nacional y en
las relaciones exteriores (mediación espacial).
Estas
observaciones tienen como antecedente inmediato una investigación
realizada en torno al texto periodístico de estos mismos
hechos y diarios. Hemos considerado que algunas categorías
aplicadas al discurso informativo de prensa tiene una pertinencia
para conocer los mecanismos expresivos y de producción que
se hace a través de las fotos; por tal motivo hemos reflexionado
con la finalidad de sopesar por una parte el inter-diálogo
texto escrito / visual y por otra parte (que nos centraremos en
ello), las características propias del discurso visual. En
estos primeros recorridos de reconocimiento hemos seguido de cerca
sobre todo la propuesta pedagógica de Lorenzo Gomis (1983,
1987), la socio-semiótica de Rafael Resendiz (1998) y de
manera especial los modos de lectura y conceptualización
que Barthes (1989) sigue en sus trabajos sobre fotografía.
Mirar centenas de imágenes sobre un tema que previamente
nos ha impactado; sobre hechos que de alguna manera convulsionaron
a la opinión pública nacional e internacional, nos
presenta la dificultad en primer termino de aceptar y reconocer
su materialidad, su pesadez y la cierta imposibilidad de ser indiferentes.
De tal forma que las preguntas llegan y nos interpelan o bien solo
nos acicalan; preguntas que como aquél cuento de Eduardo
Galeano2 sobre las utopías,
sirven para caminar, para creer que el recorrido (y el hallazgo)
es posible. ¿Existe una lectura específica de la fotografía
de prensa? ¿Qué relación existe entre la producción
de la imagen y su incorporación temática dentro del
discurso de la prensa? ¿Cómo operan los niveles discursivo-textuales
(pie de foto, titulo, texto informativo) con la propia imagen? ¿Es
posible identificar algunos mecanismos discursivos en la producción
fotográfica? ¿De qué manera la imagen reconstruye
los actantes del relato informativo?, ¿Podemos identificar
un macrorrelato (MR) del propio discurso informativo en las imágenes?,
¿Cuáles son las estrategias que usan los enunciadores
y el sujeto de la enunciación para caracterizar los actantes
del relato informativo sobre derechos humanos?
2.
Objetivos
Todo objetivo conlleva y porta una instrucción y una pregunta
de investigación. Queremos en estas líneas señalar
procedimientos de caracterización de los icono-actantes del
relato informativo de DH en el caso Acteal: agresores / agredidos,
ayudantes /oponentes. Antes de presentar nuestros hallazgos que
son a la vez nuestras preguntas a algunos de estos objetivos consideramos
necesaria una digresión sobre el discurso periodístico
y la fotografía.
3.
Acercamiento al retablo del diario
3.1
Figurativización de la información periodística
Por tradición se define un periódico como una plataforma
que distribuye información de actualidad o periodística.
El discurso informativo se define tradicional por ser un relato
de hechos de actualidad y de interés público. Lo noticioso
vive de alguna manera presa de impedimentos: tiempos, recursos,
espacios. Lo periodístico se convierte en el vencimiento
de los propios obstáculos como forma para “alcanzar”
o “aprehender” lo que se conoce como la realidad. Para
que se dé atributos de “noticia” es necesario
que los hechos dados como actuales reúnan tres características
que Roger Clausse llama “atributos de la información”
esenciales, profesionales y sociales: de verdad (adecuación
con la realidad objetiva), de objetividad (se entiende
como expresión de la realidad) y de interés.
Fontcuberta (1993: 21) cree que para que la información sea
noticiosa requiere de tres factores: que sea reciente, inmediata
y que circule. Lo primero se aplica tanto al acontecimiento como
al descubrimiento reciente. La diferencia fundamental de la información
a la historia, es el nivel de cercanía con el presente, es
decir una importante atenuación entre el tiempo del enunciado
(tomar la foto) y el de la enunciación (su inserción,
edición y consumo en el diario).
Por
extensión a la imagen periodística cumple su “función
periodística” cuando participa de los atributos de
actualidad, novedad y “objetividad”3,
e interés público. Toda fotografía se somete
a una serie de códigos previos de lo visible (y no visible),
lo aceptable (no aceptable)4.
La fotografía es producto de un proceso de producción
desde la decisión del fotógrafo hasta la inserción
de un determinado material en una página del diario sometida
a un conjunto de códigos que re-significa y orientan la posible
intención del fotógrafo, como pueden ser su posición
en el diario (lugar, página), la cabeza y pie de foto (que
nunca redacta el fotógrafo mismo). La fotografía es
un concepto amplio que agrupa en su conjunto dos referencias básicas:
lo icónico ( significación, mensaje visual, códigos,
signos, lenguajes) y lo material (significante, soporte. Técnica).
La fotografía es un acercamiento a lo real mediante un recorte
de algunos aspectos de ésta; no es (como reza la etimología
de del término imagen, imago) solo imitación,
sino sobre todo reproducción por medio de la vinculación
a algunos elementos análogos. (Bages, 2003)
3.2
Las funciones de la fotografía periodística
La fotografía dentro del diario tiene unos objetivos pragmáticos.
Como varios autores han denunciado, por lo general su uso es secundario
y no se deposita en ella (salvo en algunas ocasiones que suele ser
resaltada por el mismo medio) el sentido principal de la información.
La fotografía sigue considerándose como un adjetivo,
una mera complementariedad del texto escrito, una ilustración
de lo que realmente es importante. De hecho la interpretación
que da el lector del diario es distinta en tanto la interpreta como
complementaria y no fundamental en la decodificación informativa
(Gomis, 1987: 72)
Cabe
señalar, que la función de lo gráfico o icónico
no se reduce a la fotografía que un componente de este mosaico
visual. De hecho el diario como tal más que un texto, es
una matriz con distintas informaciones en las cuales el texto y
la imagen son otros componentes, pero no lo únicos; junto
con ellos el diario es enmarcado con una serie de señales
y signos que permiten su recorrido y consumo, su apropiación
y diálogo, mediante el cual hace partícipe al lector
con el medio. La definición del diario como actante incluye
lo visual. Un lector habitual de cualquier periódico se sentiría
más desorientado con un cambio repentino de formato, tamaño
y tipo de letra que con un cambio repentino de la línea editorial
o equipo de redactores (Gomis, 1987: 41). La nitidez de la imagen,
el color, la función global de la imagen en la composición
del diario, son cuestiones que no pueden considerarse menores en
el contrato lector-diario, más aún con la incorporación
de la computadora en el diseño y producción del medio
impreso que va conformando hábitos más exigentes de
lectura en cuanto la diagramación del diario5.
La
primera función que surge al pensar la imagen es
la de acompañar la información de actualidad incluida
en el diario; la foto co-participa de estos rasgos de información
(informar, entretener, opinar...) y muestra algún detalle
o da cuenta del principio de “verosimilitud” por el
cual el destinatario de la información posee un insumo más
para “creer” en la información, como si la imagen
fuera un argumento en sí de la verosimilitud del contenido.
De cualquier forma, la imagen al ser parte de un proceso más
amplio de comunicación participa de la variedad de funciones.
Uno de los modelos canónicos en ciencias de la comunicación
para describir es el modelo lingüístico de Roman Jakobson
(1975: 347-395)6, el cual nos
señala que estas funciones actúan integradamente y
aun cuando es posible identificar algunos rasgos dominantes en el
acto y uso de la comunicación (en este caso visual), todas
las funciones co-participan en el proceso de la comunicación
periodística.
Función
|
Ubicación
|
Descripción
|
Digresión
|
Emotiva
|
Destinador
|
Expresión
directa del sujeto de la enunciación ante lo que
está informando.
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Actitud
del fotógrafo (? a intencionalidad, ¿Qué
nos dices la foto del fotógrafo)
|
Conativa
|
Destinatario
|
Legitimación
la verosimilitud “yo estuve ahí”
|
El
enunciador llama la atención del destinatario con
respecto a la información fundamental De qué
manera la fotografía certificar el “estar ahí”
como un recurso de verosimilitud
Suponemos que un texto con imagen es una forma de moralizarlo.
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Referencial
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Contexto
|
Precisa
el tipo de información, relación-descripción
con el referente, -establece una relación sujeto
de la enunciación / Referente.
Es principio esta función remite al sentido denotativos
de los objetos.
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Cual
es la relación con el entorno. No solo dónde
se ubica físicamente sino sobre todo el estar ahí,
como otra forma de transmitir y relacionarse con los objetos.Ahí
radica el sentido connnotativo.
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Poética
|
Mensaje
|
Remite
a la dimensión estética de a imagen y sus
recursos expresivos así como la combinación
de los componentes formales, cognitivos y perceptivos de
la imagen.
Incorpora insumos para la interpretación a partir
de los rasgos propios del lenguaje icónico y fotográfico
|
¿Se
puede hablar de una poética o una estética
fotográfica? Resendiz nos ofrece la tipología
de una foto desde el control más o menos establecido
de sus condiciones de producción (retrato-instantánea)
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Fática
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Contacto
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Establece
el tipo de contacto, contrato que se tiene con el lector.
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¿Es
posible preguntar sobre qué le gustaría al
fotógrafo? La primera imagen que se tenía
era la periodística; hoy está la imagen de
la TV, pero aún así el papel periódico
confiese una gama cromática. La foto es más
fugaz y eso la hace más intensa.
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Metalingüística
|
Código
|
Parafrasea
o dialoga con los sentidos del texto escrito. Su relación
de es interdependencia, puede reincorporar el contrato de
lectura del texto o bien ofrecen otros insumos para su decodificación.
Por otra parte el propio sujeto de la enunciación
posee un dispositivo retórico más efectivo
en la combinación foto-pie-cabeza que en el propio
texto.
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Cómo
explica lo hechos, qué quiere decir de ellos. Acepado
el hecho que la foto no puede reducirse a su papel de adorno
o complemento, qué pasa si ella, cómo parafrasea
más que el sentido; es otro texto que dialoga y cuestiona
lo escrito, al diario mismo.
|
Aun
cuando los usuarios de la imagen puedan conferir un papel secundario
al discurso visual; éste es fundamental en la representación
e interpretación de la información. Es efectivo
el papel de la imagen porque en apariencia sin ella el diario
podría subsistir en sus funciones informativas básicas,
pero que al momento de interpretar, usar y seleccionar el diario,
las imágenes cumplen un papel importante como indicadores
de lecturas, instructores en la interpretación y orientadores
de algunos rasgos que al SE le interesa resaltar (f. conativa).
4.
La fotografía periodística como meta-relato (MR)
Analizamos en principio la fotografía periodística
de los DH como un metarrelato (MR): la foto, como todo texto puede
leerse en su mismidad sincrónica o en su perspectiva diacrónica.
Al aceptar este rasgo del actante icónico del diario queremos
decir que ese conjunto de imágenes cuentan y poseen una estructura
narrativa en el que las fotografías inter-dialogan a varios
niveles: con las imágenes de la misma página, de la
misma sección o aun con fotos de otras secciones o día.
Una
fotografía es un red: al interior, mediante el sistema
de relaciones, procesos perceptivos, cognitivos, interrelación
de los componentes cromáticos, formales, geométricos,
lumínicos, estilísticos (que Eco llama códigos
de percepción y reconocimiento); al exterior,
mediante sus posibilidades intertextuales que puede presentar un
análisis exterior con cualquier material significante. Esta
idea de red no es exclusiva de la imagen, el diario mismo
es una visualización más o menos clara de este concepto:
noticias conectadas entre sí en la misma página, otras
secciones del diario del mismo día; pero también con
otras noticias de otros días. La noción de red nos
ayuda a ver el funcionamiento de los textos unos con otros, reconocer
su carácter abierto y saber del discurso de prensa (en el
sentido más amplio el cual incluye todas las materialidades
y convenciones se porta: lenguaje escrito, imágenes, diseño
gráficos, composición…).
Esta
noción de MR (que hemos construido para el análisis
del texto escrito) significa que las imágenes también
pueden funcionar interrelacionadas y desde ahí se establece
una relación sujeto de enunciación / metarrelato
/ lector como unidad del proceso de comunicación en
la lectura de prensa. El sentido de la imagen periodística
no se cierra en ella misma, no es un complemento o adorno del texto,
forma parte de esa nueva unidad que permite la revisión de
los actores de la comunicación y las operaciones cognitivas
que realizan. La lectura es también un hecho en red que lector
activa mediante la relación de varias operaciones en las
cuales la imagen es fundamental en las representaciones o juicios
que el “diario” (en su conjunto) le produce y no únicamente
el texto escrito.
En
el MR identificamos conjuntos de imágenes temáticas
que asociamos estructuralmente que remiten a tópicos y “macroestructuras
visuales”7. La fotografía
se lee como un relato en dos sentidos: como un relato en sí
y como parte de una secuencia. En este principio podemos inferir
recurrencias y procedimientos para los actantes discursivos, los
tópicos y las propiedades de ambos8.
5. El MR de la información periodística en el caso
Acteal
Por violaciones de DH entendemos un conflicto entre autoridad e
individuo y/o colectivo (es decir no hablamos de conflicto individuo-individuo)
y el incumplimiento de una autoridad, así como el abuso de
ésta (institución del gobierno, partido políticos,
policía, ejército) en perjuicio de cualquier persona
o grupo. En ese principio, los principales actantes de lo que esperaríamos
una representación gráfica son los agredidos (sobrevivientes
o muertos) y los agresores. En el MR informativo de DH hemos aplicado
el modelo actancial de Greimas que resumimos en el siguiente cuadro.
Sujeto
|
Objeto
|
Destinador
|
Destinatario
|
Adyuvante
|
Oponente
|
Sociedad
mexicana Estado de Derecho
|
Democracia
Gobernabilidad
Régimen de Derechos
Garante de los DH
|
Fundamentos
de la historia sociopolítica
Mexicana.
Los DH en las Constitucio-nes mexicanas
|
Sociedad
(civil, política)
Estructuras de poder y de justicia
|
Organizaciones
de la
sociedad civil
ONG’s nacionales,
Internacionales
Intelectuales
Periodismo investigativo
|
Procuración
de justicia deficiente.
Corrupción.
Partido Oficial (PRI)
Autoridades (nivel local, estatal y/o federal)
|
El
MR tiene tres ejes, el de la agresión, el del poder y el
de la comunicación. Esto es: un sujeto aspira, desea algo.
Agresor y agredido tiene sujetos, instancias que les ayudan y a
su vez se oponen; finalmente existe una estructura de valores que
se moviliza y va actualizando en este relato. Hacemos esta mención
porque nuestra aproximación a la imagen parte justamente
de su inscripción en el MR, en el eje narrativo, en el campo
socio-discursivo. A partir de este esquema podríamos delimitar
ciertos objetivos de análisis como la figurativización
de actantes, ejes de confrontación y campos socio-discursivos.
Solo
a manera de rápido recordatorio sobre el caso Acteal. El
22 de diciembre de 1997 en el paraje Acteal, municipio de Chenalhó,
Chiapas, un grupo paramilitar relacionado con el PRI asesinó
a 45 indígenas tzotziles de la comunidad de desplazados Las
Abejas y simpatizantes del EZLN, que se habían refugiado
en una hondonada. Desde una montaña cercana, policías
del estado observaron la agresión, sin intervenir. Después
de varias horas, en Acteal quedaron muertas 45 personas 32 eran
mujeres, algunas embarazadas, y 13 hombres y niños. La matanza
provocó una protesta nacional e internacional por el encubrimiento
de las autoridades locales sobre la existencia de grupos paramilitares
en Chiapas. Esta masacre generó la renuncia del gobernador
interino Julio César Ruiz Ferro, y la del secretario de Gobernación,
Emilio Chuayffet, quienes sostuvieron la versión de un conflicto
"intracomunitario". La PGR atrajo el caso y 97 personas,
la mayoría indígenas, fueron detenidas. En el barranco
donde cayeron las víctimas se erigió una iglesia,
en cuyas paredes se colocaron las imágenes de los masacrados
(cf. La Jornada, 2/7/2000 p.13).
Aplicado
a lo que hemos los actantes centrales del MR Acteal en el que nos
centraremos en es en el “eje del deseo” (que hemos nombrado
de la agresión”) y el eje del poder, donde se ubican
ayudantes / oponentes y que resumimos en el siguiente gráfico:
Eje
de la agresión
|
Eje
del poder
|
Agredidos
|
Agresores
|
Adyuvante
|
Oponente
|
Indígenas
tzotziles de la comunidad de desplazados Las Abejas y simpatizantes
del EZLN
|
Comunidades
Priístas
Grupos paramilitares
|
Organizaciones
indígenas y de DH
Internacionales
Sociedad civil en su conjunto
|
Partido
Oficial (PRI)
Autoridades locales
Policía de la provincia de Chiapas.
Presidente y Ministros
|
6.
Recorridos y nudos fotográficos en el caso Acteal
Un primer rasgo general tiene que ver con la abundancia fotográfica
que existe en todo la prensa. Pasado el primer impacto, abundan
en el mes que va del 23 de diciembre al 23 de enero de 1998 centenas
de imágenes en los diarios de referencia dominante, los cuales
despliegan recursos humanos (lo habían empezado hacer desde
enero de 1994) que permitan un registro fotográfico mucho
más abundante del que suele prevalecer en este tipo de casos9.
Las condiciones de producción llevan a una inusitada cercanía
del enunciador-fotógrafo con los actantes del discurso visual.
Este conjunto de condiciones de producción explican la abundancia
y dotan de un especial significado esas fotos que con encuadres
de mucha cercanía presentan la agresión y el dolor,
la acción, la migración de las comunidades de desplazados
aterrorizadas a mitad de la selva húmeda, los encuentros
autoridades / indígenas desplazados y de manera especial
las docenas de manifestaciones que se dan en todo el país.
6.1
El discurso visual generador
Nuestra descripción teórica del MR informativo nos
ha llevado a señalar una noticia generadora que funciona
como un marco cognitivo que congrega enunciadores, actantes, tópicos
y acciones. Es “generador” porque subordina a otros
texto / imágenes para ser decodificada, legitima / deslegitima
y ofrece los códigos para interpretar por ejemplo la actitud
del sujeto de la enunciación ante los actores discursivos.
En este caso las “imágenes generadoras” son aquellas
que primeramente aparecen y enlistan a quienes serán esos
actantes. Los convocan a una escena semántica (los tópicos
y sus estructuras), cognitiva (conocimiento de los hechos) y referencial
(descripción de esos hechos). La imagen nos confirma que
lo imprevisible es cierto; de acuerdo a la sociedad, el “ver”
es un nuevo estatuto de existencia del cual no es ajeno, incluso
el lector de prensa se habilita en el contrato comunicativo para
incorporar a su imagen del mundo imágenes /tópicos
y para interpretar de una determinada manera el texto; en ese sentido
sería el recorrido inverso: no es que primer lea para dotar
de esos significados a la imagen; sino que la imagen es la proveedora
inicial de esos significados desde los cuales el lector realizará
su función en el acto comunicativo.
La
“primera” imagen referida en el MR es de J (23/12, p.3)
una mujer en primer plano llora. J erigirá a éste
como el “enunciador generador”. Esta imagen solitaria
es el encabezamiento de un alud visual. La imagen en La Jornada
toma solamente a la mujer de la izquierda.
Imagen
"fotografía generadora"
La
fotografía como tal es algo más que una inserción,
es una forma de congregar y ubicar al actante central en la configuración
visual y cognitiva de los hechos. Su valor ciertamente es informativo,
pero sobre todo referencial y discursivo con respecto a lo que el
lector puede esperar.
Ya
el 24, en paradójica contradicción a la celebración
del mundo cristiano, el río de imágenes y fotografías
nos va mostrar a los heridos, a los sobrevivientes y sus familiares,
a los testigos; a las primeras manifestaciones (la que se verifica
frente a la Secretaría de Gobernación) y reacciones;
a las primeras declaraciones de diverso cuño. La primera
distinción que observamos entre los diarios Reforma
(R) y La Jornada (J) es que el primero, de acuerdo a su
tendencia del fortalecimiento de la institucionalidad (diatopía
del consenso, de acuerdo a Imbert y Beneyto), en R encontramos
“bustos parlantes” de la autoridad (Zedillo y el mensaje
a la nación, el tercer visitador de la CNDH); a diferencia
de J, que fuera del marco inicial de la agresión (sintetizada
en la figura de los heridos) observamos una imagen de la conferencia
de prensa de una fracción perredista. Esta disposición
visual es ya una forma no solo de abrir sino de editorializar al
hecho, sus actores y las acciones.
6.2
Los sobrevivientes
Las primeras fotografías que aparecen en los medios se refieren
a la llegada de los sobrevivientes al hospital figurativizado como
sujeto del dolor, en un primer lugar donde fotógrafo-contexto
y actante se unen: el hospital. De cualquier forma solo unos cuantos
iconos nos hablan del hospital: la sonda, la venda, la cama, el
barrote, y una más: los rostros que dan al hospital dentro
de su amplitud semántica el del dolor o el de lo inexplicable.
Lo que rompe la mirada (el punctum de Barthes, 1989), puede
ser el rostro y la sonda del liquido, o la confusión del
contorno nebuloso. A diferencia de esta primera imagen (Imagen 110),
tenemos también una figurativización pasiva (Imagen
211).
Imagen 1
Imagen 2
Tras
el impasse del dolor, tenemos la huida; a la condición de
“sujeto agredido” se suma semánticamente el desplazamiento
que es otra de las figurativizaciones de este actante. Al leerla
(Imagen 3), obtenemos otra información,
no sobre los agredidos sino el fotógrafo quien para tomar
esta imagen se encuentra el lado, frente; es una simulación;
no se puede estar “al lado”, sin embargo el simulacro
puede funcionar porque el fotógrafo comparte (aunque sea
por el momento que dura el enunciador, la foto) las condiciones
que se advierten (studium de acuerdo a Barthes, 1989). El punctum
no está dado en las imágenes, sino en la vía,
la estrecha carretera, ajena por un momento al central actante (quien
va descalzo), pero punto de enlace su encuentro con el fotógrafo.
El actante en acción, lo único que hace es fortalecer
el sentido de fugacidad no sólo de la foto como medio para
obtener información (valor referencial), sino sobre todo
del alto valor indicial (“ir descalzo”). La mirada puede
ofrecer mucho más elementos para connotar ‘pobreza’,
pero de lo que se trata aquí es de identificar otro sema
del actante agredido en el MR: desplazarse no es sólo “moverse
hacia”, supone una descentración o mejor dicho la evidencia
de ese lugar sin centro, de esa extrema vulnerabilidad; las condiciones
en las que esta acción se realiza son elementos primarios
de la definición. Dos movimientos se encuentran (¿otro
dato para el punctum de la imagen?), la dubitación
del “desplazamiento” en sí y otra vez, la carretera
como algo que orienta y me impide ver lo que el movimiento señala.
La certeza de la carretera y la indicación del movimiento
(con todo el conjunto de datos que tengo para construirla: las bolsas
que cargan, las miradas, la dispersión / cohesión
del grupo) se impactan y es que desde ahí puedo ver e imaginar
lo que se relaciona con “mi” mundo de lector urbano.
Imagen 3
Otra
estrategia la tenemos en una figurativización simbólica
que no está dada por el significante en sí (el cuerpo
del sobreviviente / herido / testigo, en suma indígena),
sino por una reelaboración aparentemente más compleja.
Cruces y ataúdes12. La
herida es sobre todo muerte, lejos de cuerpo aparentemente inmóvil,
aquí tenemos dos reinterpretaciones que van aparece también
en el discurso de la protesta y la manifestación. Lo “religioso”
es redefinido y dentro de su amplitud semántica, tenemos
sobre todo una forma de definir. Las fotografías cierran
el relato; no lo insertan en la dinámica del eje del deseo
(que Barthes ha llamado en otro lugar “código simbólico”.
Pero al cerrar el relato lo tensa más porque lo inserta en
otros códigos, lo religioso es todo y nada: impotencia y
dolor, pobreza y duda, testimonio e inasibilidad. Los rostros de
los muertos se reconstituyen como imágenes de su puro significado,
no hay rostro, o mejor dicho lo tenemos reconstituido con otros
valores, desde otros actores. El punctum de la segunda
imagen de R (los ataúdes en la fosa común), es la
tierra que sirve como marco visual, distingue un “dentro”
y “un fuera” es el cronotopo de la agresión,
la serranía, el lugar accidentado. Lo religioso (muerte o
como se pueda llamar) se presenta aspectualizado desde un eje que
podemos reconocer: movilidad / inmovilidad. Una contrapicada y la
otra picada son también dos formas de mirar y reconocer.
El “alto” y “bajo” son lugares de referencia
simbólica. Resendiz (1997) ha señalado a propósito
de la diferencia retrato-instantánea en cuanto el
nivel de previsibilidad y control de las condiciones de producción
de la fotografía ; estas dos imágenes de R son previsibles;
el punctum también puede ser el lugar de su control
cuando, aun tenemos al fotógrafo dueño y destino de
esas condiciones que curiosamente no facilitan su trabajo, lo hacen
más complejo porque restan a la fotografía periodística
su estética fugaz, su pura imprevisibilidad. Justamente en
ese sentido la fotografía se define por oportunidad, y ésta
es algo más que te asalta y menos que se busca. La mirada
periodística (que puede aplicarse a la fotografía),
es fruto del azar y la suerte.
6.2
Nota sobre el agresor
Nuestra investigación previa nos ha mostrado que un rasgo
de este actante en el MR es su volatilidad. No aparece citado ni
retratado, no sabemos quién es a menos que aceptemos la versión
oficial (y las fotos oficiales) que muestran con plena alevosía
rostros y formas; o bien que si reconocemos la hipótesis
que “Paz y Justicia” es un grupo paramilitar con grado
de responsabilidad en la matanza, la fotos de sus líderes
en entrevistas a algunos diarios, pueda ser ese índice. El
gran ausente del relato escrito y gráfico es el agresor identifica
y asumido como tal. Como el mal mismo, su rostro se oculta, se pierde
en la presuposición. En la Imagen 6 (y
7, que es un acercamiento de la anterior) y de Jesús
Araujo (J27/12,1) cuatro hombres formados en fila son guiados por
un policía vestido de civil. Dos ellos parece que ríen,
no responden a la enunciación, sino al enunciado de la fotografía
en sí; saberse duplicados por el interruptor del fotógrafo
del cual tenemos una huella en el halo de luz que se observa alrededor
de las figuras. De cualquier caso, la prensa en su afán de
informar en su competición también por el imperio
de la credibilidad, busca construir una visibilización del
agresor. Verlo es otra forma de certificar y comprobar las hipótesis
que los mediadores hacen sobre los hechos, como tenemos en la imagen
de Araujo.
Imagen 6
Imagen 7
Esta
no es una foto que muestra a la autoridad como sujeto del control
o bien no es mostrada predominante (si queremos aceptar en la linealita
de las figura, la fila que hacen los actantes, una modalidad de
control); de hecho no contamos con elementos que muestren contundentemente
a la autoridad (el gafete, la mano…), pero éste se
rompe. La sonrisa transgrede, aun cuando los actantes lo hagan desde
un plano y el contexto permita al spectator otra lectura:
la risa es el rompimiento del contacto, la evidencia de cómo
toda fotografía puede ser simulacro. La risa puede tener
una valor grotesco y provocar la sanción expresiva del agresor;
en la “risa” (da lo mismo si es intencional o no) se
cifraría el valor perlocutivo de la imagen. De acuerdo al
esquema de Jakobson señalado arriba, tenemos que la fotografía
puede funcionar desde varios componentes del proceso comunicativo
en el cual se inscribe; dos de ellos nos parecen interesante: el
referencial (¿la imagen denotada de Barthes?)
y la dimensión expresiva. Con mucha frecuencia en al prensa
estos dos niveles chocan, y al hacerlo cifran el puntcum,
la ruptura que puede lo mismo atraer o repeler la mirada.
A
lo largo de todo el MR encontramos (sobre todo a partir de la invasión
al poblado de “La Realidad”) muchas fotografías
que nos muestran el ejército en su modalización de
control y poder: el ejército atacando, recorriendo poblados;
tanquetas o soldados caminando o patrullando. El Ejército
en nuestra caracterización teórica lo hemos ubicado
como actantes en el eje del poder, no de la agresión (o del
deseo / querer). No es un agresor directo del nivel actancial básico
en el MR, se impone como un factor ambivalente (sobre todo si consideramos
el caso Chiapas como un mega-texto mucho más extenso
y complejo que es escribe en varios capítulos periodísticos
y en muchos niveles de análisis), ya que —como han
descrito los analistas políticos15—
su presencia azuza las tensiones en la comunidades y dificulta su
cotidianidad, pero al mismo tiempo puede ser un factor que inhibe
a los grupos que operan impunemente (grupos paramilitares, guardias
blancas de caciques, sectores radicales del priísmo en Chiapas).
6.3
Adyuvancia y discurso visual
Uno de los tópicos de más importancia en el MR informativo
de DH es el de las manifestaciones. Estas son el índice más
evidente (no el único) de la movilización, el impacto
social; es un índice de lo que hemos llamado mediación
cognitiva, o la autorreflexión que algunos sectores sociales
realizan. Desde los primeros días la adyuvancia a través
de un repertorio amplio de fotografías forma una de las estructuras
más constante en el discurso visual y un componente indisoluble
a la propia matanza.
La
macro estructura ‘manifestación’ es un aglutinador
de un conjunto disperso de expresiones tanto en su referencialidad
física (‘manifestantes en una plaza’) como simbólica
(‘ataudes’, ‘siluetas dibujadas”…).
El principal campo de condensación de este actante lo hemos
visto en la campaña nacional / internacional de manifestaciones
que aparecen registradas en la prensa el 13 de enero de 1998: habían
pasado más de 15 de la matanza; el día 4 de ese mes
se había presentado un incidente muy desafortunado que había
ocasionado la muerte de una manifestante en Chiapas. La manifestación
de la noche del 12 de enero 1998 registrada en los diarios la mañana
siguientes es una de estas expresiones masiva en el Zócalo
de la ciudad de México. Podemos dividir estas fotografías
por dos grandes orientaciones: la foto extensión,
de grande planos, figuras poco diferenciadas y la foto-personaje
público en la que vemos personajes públicos.
Ambas forma parte de una sinécdoque. Estas dos modalidades
de imagen (ver Imagen 8 e Imagen 9)
son interpretaciones de la propia marcha; en realidad se trata de
dos relatos que remiten a distintos niveles de significación;
lo conocido como tal, puede valer por sí mismo; significan
la marchan pero son autónomos; en cambio la multitud necesita
una justificación.
Imagen 8
Imagen 9
Sobre
estas variantes encontramos secuencias, series, repeticiones que
se aglutinan en torno a lo anónimo como valor, un modo de
solidaridad que evoca los niveles profundos del MR: la indignación
como disparador del “eje del poder” (a diferencia de
la agresión en el “eje del querer”). El anonimato
no tiene que ver con la masificación e indiferenciación
del rostro; por ejemplo en una fotografía en R (13/1/98,
p.6Ac) hallamos dos participantes en primer plano, muy claramente
distinguiles en su rostros y acciones (una aplaude emotiva, la otra
mira de frente de la cámara). A diferencia de la Imagen
9 estos rostros “anónimos” muestran
dos actitudes distintas y particulares; dos formas de encarnar la
indignación. Los rostros no se representan a sí mismos,
parafrasean e interpelan. El studium de esta imagen de
Reforma están en la repetición de esa figura
circular (el haz de la veladora sobre los rostros, la imagen lejana
de las luces en la plaza o los reflectores); esta es una foto intermedia,
remite a la celebridad a la dimensión pública del
rostro y su valor anónimo; se abre por el contraste y justamente
esos focos o “círculos de luz” nos recuerdan
también que estos rostro son anónimos.
Una
de las más celebres fotografías del MR visual
con las realizadas por Pedro Valtierra. La popularización
de los hechos de Acteal hicieron que esta fuera una de las fotografías
más difundidas (ver primer página J,4/1/98 y la p.9,
Imagen 10 de este texto).
Imagen 10
¿Dónde
está el punctum? ¿Desde donde leer su materialidad?
El primer rasgo que tienen es su pesadez, el intento de su hondura
amplificada por el diseño del diario que dice “éstas
son las fotografías” y las eleva a rasgo de centralidad
para juzgar y evaluar todo el MR. Las dos aparecen el mismo día.
Nuevamente el fotógrafo quiere mostrarnos también
su cercanía, el “estar ahí” como condición
del contrato comunicativo. ¿Asistimos a un retrato
de acuerdo a lo señalado por Resendiz? La pesadez temática
y lo grave de los hechos nos impiden verlo así, pero la contundencia
nos hace pensarlo. La fotografía de la primera pagina traduce
la asimetría actancial (como ya señalamos estas imágenes
se ubicarían en el eje del poder MR Acteal. Su valor
periodístico cede a su inmediatez. Podríamos buscar
el punctum en los castos, la camisa deshilachada; pero
una y otra vez se nos arroja la diferencia, la contraposición,
el simulacro de esta lucha. El elemento semántico es la diferencia
de plano. El studium nos envía a los brazos a la
redención que es también la evidencia de impotencia.
¿Es esta una fotografía que denuncia? No lo creemos;
el fotógrafo se ve a sí mismo, la foto reclama su
autonomía y como en pocas ocasiones el diario todo el SE
cede a su imperio y dominio, la materialidad se vuelca más
allá del contrato, de lo que un spectator pide y
demanda a la información fotográfica. Al verse el
fotógrafo a sí mismo, el spectator se encuentra,
se confunde y no sabe si detener la mirada y arrojarla; si ser seducido
y admitir las condiciones del sujeto de la enunciación o
renunciar y denunciar (esta vez él) la indecible manipulación
(en el sentido etimológico…como quien mueve algo).
Tenemos una segunda fotografía (Imagen 11)
que igualmente se encuentra en el vértice del MR, lo abren
y lo cierren, o mejor dicho lo fracturan. Si alguien se hubiera
perdido en ese alud que puebla el confundido clima de fin de año,
las fotos pueden devolver. Como los actantes, el lector al verla
tiene que dirimir y enfrentarse, descodificar los silencios expresivos,
tomar una postura. Su expresividad no se encuentra en ella, sino
fuera; su poder perlocutivo es alto, es ahí donde el código
se cifra y adquiere la posible dimensión que nos dificulta
dejar de verla.
Imagen 11
Estas
fotografías de Pedro Valtierra tienen otra posible entrada;
aun cuando su poder comunicativo está en el destinatario,
son fotos donde el fotógrafo se ve a sí mismo. Es
una foto sobre la fotografía: en foco, centrada; la imagen
transpira la oportunidad (tan importante en periodismo), por ello
el operador no dejar escapar y parece atraer todo el espacio
y la luz; el resultado es la voluminosidad de los cuerpos que se
han arrojado al fotógrafo y ante su imposibilidad de sostenerlo,
nos los lanza.
6.4
Oposición
La
instancia opositora es amplia y sinuosa. Nadie directamente en el
MR de información se asume o acepta remotamente cualquier
responsabilidad; por tanto esa oposición tiene que construirse
desde el conjunto de causas estructurales que han permitido (cuando
no solapado) la desgracia y el asesinato. La primera y más
evidente es la foto de la detención del ex alcalde de Chenalhó
(R28/12, 1A)16,. ¿Custodiar,
acompañar, guiar? Los rostros, como en muchos casos narran
otro relato. Todos los rostros tienen una dirección propia
como si demandaran su autonomía. El cronotopo vuelve
a ser la noche (como el agresor); aun cuando el pie señala
que la aprehensión de Arias fue e la capital de la provincia
chiapaneca, la oscuridad puede emparentar este espacio con la serranía,
el lugar inhóspito y alejado. En esta gráfica que
solo describimos no tenemos huellas que nos permitan atribuir rasgos
de institucionalidad a los actantes; identificamos de hecho a Arias
por el centro, “el flanqueado”, pero no hay rastros
distintivos de quienes lo acompañan. El puntum puede
ser la diversidad de rostro, o como quizá musitaría
Barthes, el perfil que se distingue tras Arias, el hombre que se
esconde que habla del grupo, el cuidado. El sema principal
que ajusta a todos los actantes es la oscuridad, lo oculta. Así
como existe la poca certidumbre del responsable, no sabemos de las
identidades de los actantes, por eso el rostro semi-oculto es la
síntesis del juego visible / no visible que se pone en funcionamiento
en la fotografía.
Otra
modalidad diferente a la anterior es la autoridad en su figurativización
visual del control (Imagen 12). El secretario de
gobernación entrante y saliente se dan la mano (J4/1, 13);
en medio del presidente Zedillo sonríe. Todo en esta fotografía
es simulacro. A diferencia de las otras miradas que se pierden,
esta tiene una dirección, una intención. Como actores
que representan el papel. En esta fotografía los individuos
adquieren un mayor anonimato que la anterior del cual le igualdad
del atuendo es un signo. Como en la anterior fotografía tenemos
básicamente cuatro actantes, uno de ellos encubierto, en
este caso es un cuadro que se pierde como escenario. ¿Será
posible el cero grado de puntum?, ¿un lugar donde
no hay fractura ni rompimiento, donde no existe la posibilidad de
la dubitación? No es posible encontrarla por más que
el ojo la busque o la inventa; ahora bien, todo es invención
y artificialidad quien “sale / entra” que son formas
de decir lo mismo. El fotógrafo no está comprometido
en esta foto; todos “posan” en el sentido de lo que
literalmente Resendiz ha llamado un “retrato”, con un
espacio para colocarse, para disparar el interruptor y para ver
una información simulada en su orden y el rigor. La fotografía
remite a un elemento del relato: los cambios autoridades que se
viene como naipes tras la agudización del caso Chiapas que
ha tomado ya varios días de la prensa. De hecho esta foto
forma parte de un grupo que tendremos donde la autoridad se prensa
en su representación como sujeto del control y del poder.
En esta fotografía se confirman una serie de instrucciones
que rebotan: conferir y recibir el mando; aceptar la renuncia (la
de Labastida quien apela a las sabidas “razones personales”),
una transita; movimiento en la inmediatez, virajes institucionales.
Esta foto pasiva casi inerme, es la “celebración”
de esas gestiones, de esos movimientos. La autoridad en pleno: el
poder de nombrar, de “entrar”, “salir” sin
que signifique más allá del escenario mismo.
Imagen 12
7.
A manera de conclusión
El caso Acteal fue la matanza de civiles más importantes
(por el número de muertos) en su cantidad por el número
de personas muertas en un solo lugar. Este fotografías son
el testimonio gráfico de un hecho que ha expandido la dimensión
espacial; los hechos superan su inmediatez local; abundan en la
prensa descripciones y nombres que tal vez es la primera vez que
aparecen y fundan una especialidad o amplían la existente,
la diversifican; vocablos extraños en tzotzil, nombres (o
sobre nombres) lo mismo de individuos como de colectivos u organizaciones.
Estas imágenes amplían lo que hemos llamado la mediación
cognitiva, la imagen de nosotros mismos, la confrontación
con quienes creemos que somos, las nuevas fronteras de la contemporaneidad;
de igual forma reorganización la mediación espacial:
la idea que tenemos del espacio y sobre todos las relaciones interioridad
/ exterioridad como dos entidades fenoménicas en la formación
política mexicana.
Los
rostros visibles (que pueden ser los de cualquiera) y los multitudinarios
que verifican la idea de indignación. El relato de DH tiene
como motor la noticia sobre grupos que buscan una vida digna;
es un relato que parte desde la in-dignación, cuyo
motor es la muerte —en este caso de indígenas, mujeres
y niño—; es un relato no sobre quien sufre sino sobre
el otro.
no hay nadie, no eres nadie,
un montón de ceniza y una escoba,
un cuchillo mellado y un plumero
un pellejo colgado, de unos huecos
un racimo ya seco, un hoyo negro
[...]
miradas
enterradas en un pozo,
miradas que nos ven desde el principio,
mirada niña de la madre vieja
que ve en el hijo grande un padre joven,
mirada madre de la niña sola
que ve en el padre grande un hijo niño,
miradas que nos miran desde el fondo
de la vida y son trampas de la muerte
—¿o es al revés: caer en esos ojos
es volver a la vida verdadera?,
¡caer, volver, soñarme y que me sueñen
otros ojos futuros, otra vida,
otras nubes, morirme de otra muerte!
[...]
Octavio Paz Piedra del sol, 1957
Notas:
1
En nuestra investigación inicial tomamos los diarios El
Universal, La Jornada y Reforma. Consideraremos para este trabajo
solamente los dos últimos. Por “referencia dominante”
señalamos las siguientes características: (a) un determinado
modo de tematización; (b) Representación de sectores
importantes de la opinión pública; (c) Mayor apertura
a la oferta informativa; (d) Desubjetivación y multiplicidad;
(e)Interés por lo político y las instituciones sociales
de importancia; (f) Socialización de los conflictos y ser
un (g) Aglutinador intelectual
2 Nos
referimos al texto del autor uruguayo El libro de los abrazos,
México, siglo XXI.
3 No
tenemos espacio para polemizar, así que por “objetividad
en imagen periodística” queremos decir que el resultado
de un proceso (la foto que aparece en el diario) no polemiza sobre
la referencia denotativa que dicha foto pretende evocar. Una imagen
del presidente Zedillo no es una paráfrasis en primer lugar,
sino que tiende a evocar la imagen del presidente y que el receptor
en principio decodifica esa referencia (al margen que esto pueda
suponer la posterior incorporación de una serie de atributos)
4 Es
evidente el caso de los DH; por mucho tiempo hubo violaciones a
los DH sin que éstos formaran parte de la prensa. Eran reales,
pero no eran “actuales”.
5 Esto
insistimos, no puede ser visto como un absoluto. Diario que poco
invierten en su presentación visual (v. g. Wall Street
Journal) tienen grande tirajes y aceptación, básicamente
por el tipo de información que incluye, que viene siendo
el insumo primario (no único) de la selección en la
lectura.
6 Nos
parece que la utilización de este modelo sigue siendo pertinente,
aun cuando se hayan producido desde entonces otras modalidades.
Este modelo canónico está presente en los usos del
lenguaje, incluidos los que efectúan los medios masivos.
Estas funciones rebasan en terreno estrictamente lingüístico,
se refieren a esferas de acción comprometidas en cualquier
práctica comunicativa (Abril,1997: 267)
7 Extendemos
la noción de Van Dijk (1990) sobre las macro-estructuras
semánticas.
8 Por
ejemplo en el caso de los hechos de Acteal, en los primeros días
aparecen heridos que forman la imagen concreta del dolor; algunos
diarios como Reforma recuperaran las imágenes de
los heridos en la rememoración de los hechos, un mes después.
Así mismo, al remitirse al agredido, el lector recurrente
de este diario puede recordar como índice de representación
los primeros heridos (básicamente niños los fotografiados)
y a partir de ahí reconstruir su imagen de enunciador icónico
herido en otras fotos.
9 Encontramos
una marcada diferencia con otro caso que hemos analizado (el de
Aguas Blancas, que junto con Acteal son los hechos más violentos
y represivos contra poblaciones civiles durante el periodo del presidente
Zedillo)
10
J
24/12,1, Dalziel, Elizabeth. Descripción (D): Un hombre lleva
en brazos a un bebé herido.
11 J24/12,5
Cisneros, Carlos. “En san Cristóbal de las casas”.
(D): Un hombre de los heridos se recupera en el Hospital…
12Observamos
dos imágenes en Reforma, la primera, 25/12 4A (tres
cruces frente a un grupo de chozas en la comunidad de Chenalhó),
la fotografía está tomada en contrapicada por lo que
estas cruces aparecen en primer plano, tras las cuales de identifican
las chozas y otros detalles del entorno como árboles; la
segunda, fotografía de Julio Calendaria (R28/12,8 A) en la
que se observan hombres indígenas depositando féretros
en una fosa común). No hemos tenido acceso a estas fotografías
para su impresión digital.
13 En
la distinción Retrato e Instantánea,
los rasgos de la primera categoría son: puesta en escena,
prediseño, ‘pose’ del sujeto, ubicación
del sujeto; versus, para la segunda categoría: flagrancia,
decorado fortuito, sin control de luz, sin control del sujeto, ubicación
circunstancial del objeto.
14 Presentamos
en el texto una doble posición, ya que en la fotografía
accesible en Internet no la ubicamos completa; así que la
copia de la portada de La Jornada en ese día tiene
la ventaja de mostrarla completa. La diferencia es importante por
el actante-autoridad que se alcanza a reconocer.
15
Pensamos en Montemayor, Carlos (1998) Chiapas. La rebelión
indígena de México, 2ª ed. México,
Joaquín Motriz [1ª ed. 1997]
16 En la imagen el ex Alcalde
en primer plano aparece flanqueado por tres hombres, uno de ellos
coloca su mano sobre el hombro izquierdo de Arias, otro camina con
la vista hacia abajo y uno más atrás que a penas de
distingue.
Referencias:
•
Abril, Gonzalo (1997) Teoría General de la Información.
Datos, relatos y ritos. Madrid, Cátedra (Col. Signo
e imagen /Manuales Nº 44)
• APDH, Asociación Pro Derechos Humanos (1999)
La violencia familia. Actitudes y representaciones sociales.
Madrid, Ed. Fundamentos (Col. Ciencia Nº 233)
• Bages, Juanita (2003) “La imagen fotográfica:
¿Representación de la realidad?” en Emagazine.
En línea 5 de mayo 2003. [Disponible en URL.< www.art-industry.com/emagazine/tema/juanita.htm>]
• Barthes, Roland (1989) La cámara lúcida.
Notas sobre fotografía, 8ª ed. Barcelona, Paidos
Comunicación [1ª ed. 1980]
• Eco, Humberto (1970) La estructura ausente. Introducción
a la semiótica, Barcelona, Lumen [1ª ed. 1968]
• Gomis, Lorenzo
(1983) La lectura de la imagen. Prensa, cine y Televisión,
Barcelona, Paidós Comunicación.
(1987) Teoría de la imagen periodística,
Barcelona, Paidós Comunicación.
• Imbert Gérard y José Vidal Beneyto (coord.)
(1986) “El País” o la referencia dominante,
Mitre, Barcelona.
• Jakobson, Roman (1975) Ensayos de lingüística
general, Barcelona, Seix Barral [1ª en inglés,
1960]
• Reséndiz, Rafael (1998) “Hacia una lectura
semiótica y la poética de la fotografía”
en Revista Mexicana de Comunicación N° 51, México,
Fundación Manuel Buendía, pp.32-35
• Van Dijk, Teun (1990) La noticia como discurso. Comprensión,
estructura y producción de la información, Barcelona,
Paidós.
Dr.
Tanius Karam
Academia de Comunicación y Cultura,
Universidad de la Ciudad de México,
México. |