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2004

 

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El estilo "K" de Negociar la Deuda en Default
 

Por Carlos Fara
Número 37

Bajo este título el diario El Cronista de hoy, martes 10 de febrero, publica el artículo de Carlos Fara que a continuación se adjunta.

"La década del ´90 se caracterizó en América Latina por lograr algo que parecía una quimera en los ´80: programas de reformas de libre mercado que contaran con apoyo popular. Menem, Fujimori, Salinas, Cardoso, Fernández, entre otros. Por supuesto, esa racha se cortó en el momento que los primeros éxitos de estabilidad y consumo se esfumaron.

Luego pasamos básicamente de gobiernos de centro derecha que hicieron las reformas, a gobiernos de centro izquierda prometiendo no volver atrás con todas las reformas, sino buscando equidad social con responsabilidad fiscal. Ahí están lidiando Kirchner, Lula, Duarte, Toledo, Gutiérrez, quizá Vázquez. Y por supuesto, Chile.

El presidente Kirchner se encuentra en la clásica encrucijada en estos momentos: cómo articular la demanda de crecimiento y equidad interna con el reclamo de los mercados financieros. Lo peor que le puede pasar a un líder en estas situaciones es quedar mal con las dos partes. En cuanto eso sucede, poco es el tiempo que pasa hasta que es eyectado del sillón de Rivadavia. En Argentina ya salieron dos por la puerta de atrás. Kirchner sabe todo esto y se recuesta en uno de los lados.

Pero la batalla será larga y compleja. Para esta pelea, el presidente necesita que la sociedad, tranquila, optimista, de vacaciones y consumiendo, se despierte un poco y esté alerta. Por eso, la semana pasada empezó un trabajo discursivo de convertir esta lid en una “causa nacional”, llamando a los empresarios a integrarse a este frente de lucha.

El colega americano Dick Morris, en su libro “Juegos de Poder”, trae a la memoria una serie de lecciones de la historia, en función de crisis que atravesaron líderes como Roosevelt o Churchill. Da 8 recomendaciones:

1- Señalar lo atípico de la situación: el presidente Kirchner lo está tratando de hacer en la medida que llama a convertir la quita del 75 % en la madre de todas las batallas, una especie de “no pasarán”.

2- Enfatizar la dificultad de la tarea: esto hace Kirchner cuando dice que estamos mejor pero seguimos en el infierno, como para que nadie crea que con el crecimiento del 8 % de 2003 está todo arreglado.

3- Reducir el optimismo facilista: aún cuando está en la misma línea del punto anterior, quizá el gobierno descuida un poco a veces las advertencias sobre el futuro, y cuando la crisis se agrava, como ahora, necesita ponerle un poco de atenuante al optimismo.

4- Granjearse la confianza del Congreso, atrayendo a la oposición: en este ítem el gobierno se corta más bien solo. Si bien es cierto que no hay oposición muy clara, ni sólida en la Argentina, el presidente no puede quedarse solo en el escenario. El radicalismo le pide participación, y aunque la UCR no es una marca prestigiada, se trata de la segunda fuerza a nivel nacional.

5- No mentir: el gobierno no cae en el error de Malvinas (“vamos ganando”), aunque algunos analistas creen que sí lo hace. Este punto es fundamental para que luego no se produzcan desilusiones insalvables.

6- Suspender las prioridades internas durante la guerra: este tópico no se aplica, precisamente porque las prioridades internas son parte de la batalla.

7- No atacar a los adversarios internos: el gobierno ha decidido emparentar a los fondos buitres con los responsables políticos y económicos de la década del ´90. En términos de opinión pública eso funciona bien. Sin embargo, el tono utilizado con los sectores que quiere sumar no es para nada conciliador. La invitación a los empresarios a sumarse al “modelo nacional” es imperativa (“… se tienen que sentir parte … es hora de que los empresarios asuman …”).

8- No engañarse a sí mismo, pensando que la tarea es simple: en los últimos días, todos los integrantes del gobierno salieron a advertir que habrá que acostumbrarse a convivir con la incertidumbre. El oficialismo se mueve con rapidez, lo que demuestra que no está dormido.

Pero claro, una guerra no es la crisis del default, donde siempre surge el debate respecto de quién es el responsable de la situación: si el que lo declaró, o el que se endeudó de más.
Es malo quedar en el medio de dos frentes de combate, pero peor aún es ir a la guerra y perderla. Por eso muchos análisis advierten que la actitud del gobierno para consumo interno está bien, pero el mundo se maneja de otra forma. La “buena fe” es, en parte, una construcción de expectativas. La administración Kirchner no tendrá grandes problemas políticos en sus 4 años, sino que su gran tema será cómo regular las expectativas populares."


Carlos Fara
Director Ejecutivo de Fara & Asociados, Buenos Aires, Argentina