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2004

 

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Arco: una Feria "Made in Spain" con Sabor Internacional
 

Por Iñigo Sarriugarte
Número 37

Junto a la Feria de Colonia, Basilea, Chicago y FIAC de París, encontramos una cita obligada en ARCO de Madrid. Esta feria de arte contemporáneo se ha convertido desde mediados de los años 80 en un punto de encuentro no sólo para especialistas del arte, sino también para un público de todo tipo de edades y condiciones. Los datos numéricos con los que se presenta esta última edición son espectaculares, por ejemplo, participan más de 4.000 artistas, con 273 galerías (182 extranjeras y 91 españolas) representando a más de 30 países. La afluencia de público cada vez resulta más significativa, de hecho, se trata de un público que acude para descubrir un verdadero maremagno de esculturas, cuadros, instalaciones, proyectos de video-arte y todo tipo de propuestas experimentales, como arte electrónico, arte sonoro, virtual, etc. Podríamos decir que Arco se ha convertido en una visita cultural imprescindible para muchos españoles.

Creada en el año 1981 por la iniciativa de Juana de Aizpuru, una de las galeristas españolas más representativas, ha tenido una breve etapa de evolución con altibajos y serios momentos de crisis, pero, en la actualidad, a pesar de las críticas que todos los años recibe, se va estabilizando internacionalmente. Nació con el deseo de impulsar el mercado nacional de arte contemporáneo y de conseguir para los galeristas, coleccionistas y artistas españoles una proyección internacional. A diferencia de FIAC de París y la Feria de Basilea, esta tiene un carácter más cultural y social, con ciclos de conferencias, conciertos y mesas redondas. Esto genera un éxito de público, rebasando los límites puramente comerciales. Sirvan estas cifras: en 1982 la visitaron 25.000 personas y en la última edición se ha superado con creces la barrera de las 200.000 personas, de hecho, se puede decir que es una de las más visitadas del mundo. La feria nació con una explicita vocación internacional y esto se puede observar en el número de galerías extranjeras que han ido participando, desde el escaso porcentaje de 1982 hasta llegar al 60% de la anterior edición.

Arco nace con el propósito de superar una coyuntura muy delicada dentro de la historia de las artes plásticas en España. En este sentido, nos debemos remontar a la política oficial franquista, que desde su inicio en ningún momento puso en marcha una verdadera política de apertura y acercamiento hacia el arte contemporáneo internacional. Esto generó un notable retraso cultural y artístico en el mercado y en el panorama español, así como una falta de relación histórica del arte español contemporáneo con las pautas internacionales. Los últimos coletazos de la política del dictador Franco se dejaban de producir con la caída del régimen y su fallecimiento a mediados de los 701. Con la democracia, los respectivos gobiernos, bien conservadores o socialdemócratas, tuvieron la difícil tarea de aplicar una política que diera grandes resultados en un breve espacio de tiempo. Tarea que se llegó a completar en buena medida en la década de los 80, a través de la implantación en nuestro país de un mercado artístico multinacional, que no ha dejado de perfeccionarse a lo largo de los años. Para ello, se pone en marcha a comienzos de los años 80 una política oficial dirigida a fomentar el arte contemporáneo.

Con esta puesta en marcha, la orientación cultural viene marcada por el surgimiento de una conciencia europeísta, motivada por el ingreso de España en 1985 en la CEE. Durante estos años se vive una etapa de euforia espectacular marcada por la organización de numerosas exposiciones temporales de arte contemporáneo, normalizando socialmente su existencia, lo que significa muchas cosas, como que el público español abandone progresivamente su tradicional recelo respecto a la creación actual y comience a involucrarse en el mercado. Por otra parte, los museos, galerías y fundaciones contribuyen con su labor a popularizar el arte contemporáneo. Primero el Estado y luego las instituciones privadas, con grandes recursos económicos, desarrollan un importante programa de exposiciones sobre últimas tendencias. Este giro cultural acerca a un público no especializado las tendencias más actuales. Se puede decir que se produce una popularización del arte contemporáneo en la década de los 80. Es en este ambiente de cambio y apuesta cuando nace Arco.

No obstante, no todo son laureles, ya que todo tiene su lado crítico. Respecto a la cuestión económica, el panorama cambia si lo comparamos con el resto de ferias europeas. En Arco, se estipula que el negocio generado en las últimas ediciones puede sobrepasar los 9.500 millones de pesetas2, una cifra claramente inferior respecto al resto de sus compañeras.

Las críticas que continuamente se escuchan son la escasa presencia de galerías fuertes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Suiza y Alemania; escasez de coleccionistas privados extranjeros, ya que la mayoría son españoles (casi un 80% de las compras son hechas por coleccionistas españoles de nivel medio); y falta de coleccionistas de mayor poder adquisitivo de ambos lados del Atlántico. Como afirmaba Juana de Aizpuru en torno a esta problemática:

El gran problema es que los coleccionistas nacionales no compran arte internacional. Es un pez que se muerde la cola. Los galeristas pagan entre uno y cuatro millones de pesetas para acudir a Arco y, con suerte, consiguen cubrir gastos. A los extranjeros no les interesa realizar esta inversión porque no hay un coleccionismo interesado; a los coleccionistas extranjeros no les interesa venir si no hay una oferta internacional; y a los galeristas nacionales les interesa poder contrastar su trabajo con el de los extranjeros, pero no todos están dispuestos a subvencionarlos3.

También, se han vertido críticas en torno a la propia gestión realizada a principios de los años 90, debido a la falta de profesionalidad en la gestión de los números y el problema de la escasez de espacios expositivos. Evidentemente, todo esto ha ido cambiando y con los años se ha presentado esta feria bajo unas pautas más serias y profesionales.

Sin embargo, uno de los principales problemas es el tema del coleccionismo. No podemos comparar el coleccionismo español con el existente en los países anglosajones. Por otro lado, el coleccionismo particular todavía sigue siendo una de las cuentas pendientes, aunque ha ido aumentando con la entrada de un sector de nuevos coleccionistas de profesiones liberales entre 30 y 45 años. En cualquier caso, hoy en día, la implicación de otros sectores ajenos al mundo del arte ha generado un cambio y una mejora en el panorama. Evidentemente, los diferentes gobiernos, que han pasado por el Palacio de la Moncloa, han tenido que plantear leyes a favor del coleccionismo con ventajas en asuntos de desgravación y de reducción de impuestos fiscales.

Con el propósito de cubrir este vacío se crea junto a la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, la Fundación Arco en 1987. Entre algunos de sus objetivos encontramos la creación de la actual Colección de la Fundación Arco, colección dedicada al arte contemporáneo internacional y en la que se encuentran representados artistas de distintas nacionalidades y tendencias artísticas.

Otra labor que ha desarrollado esta Fundación ha sido la de animar a las empresas a que compraran en las diferentes ediciones de ARCO y, aunque estas obras quedaban en propiedad de dichas entidades, también se solían prestar estas con el propósito de realizar diversas exposiciones con la Colección de la Fundación. Esta iniciativa la recogieron principalmente, entre otros, la Fundación Coca-cola y la Cámara de Comercio e Industria de Madrid.

La base continúa de Arco ha sido siempre la oferta realizada por las propias galerías españolas y su apuesta por el segmento más joven. No obstante, se ha fomentado en numerosas ocasiones la presencia de galerías extranjeras, siendo especialmente significativo la representación europea y en segundo lugar americana4. Para fomentar esta tendencia, se propuso desde 1994 invitar a un país determinado, siendo representado a través de sus galerías y con el apoyo económico de sus patrocinadores. De esta manera, se abre una apertura a nuevos mercados y se aprecia una exposición monográfica sobre la creación en un país concreto. De ahí que hayan pasado por Arco países como Estados Unidos, Alemania, Portugal, Gran Bretaña y Australia, entre otros. Por otra parte, la invitación de ciertos países, como Alemania, ha conllevado diferencias con la organización, lo que demuestra que en ocasiones la gestión española dista mucho de las grandes potencias museísticas y coleccionistas del arte contemporáneo. También, la crisis internacional a principios de los años 90 en el sector conllevó la dificultad de una mayor presencia de galerías extranjeras, pero en general podemos afirmar que durante todos estos últimos años el nivel ha sido siempre muy elevado.

La propia representación hispanoamericana ha estado continuamente en el candelero, participando países como Argentina, Chile, Colombia, Venezuela y México, entre otros. Esta representación empezó a tomar un auge inusitado a partir de la edición de 1997, con la presencia de 34 galerías en la exposición “Latinoamérica”.

La feria ha sido en todo momento un claro espejo del panorama artístico internacional, moviéndose entre las modas reinantes de algunos años y posturas sin dirección de otros. En este sentido, si existe un elemento que identifique a todos los años es el “eclecticismo” reinante en las propuestas y tendencias artísticas. España no ha ido en un rumbo diferente al sentir y a las pautas dominantes de la escena internacional. La moda de los mercados artísticos ha conllevado que en este país se asuma con rotundidad, para bien o para mal, los dictámenes de la moda de los mercados internacionales, especialmente el norteamericano y alemán. Son muchos los críticos que plantean una andadura propia del arte español, sin tantas influencias ajenas, pero esto resulta muy difícil de llevar a cabo si los artistas españoles continúan con su intento de penetrar en otros mercados internacionales.

En cualquier caso, a pesar de los altibajos económicos y los continuos problemas surgidos en esta feria internacional durante los años 90, podemos afirmar con claridad que resulta un lugar obligado de encuentro para el análisis del arte español e internacional. Sin dudarlo en ningún momento es la feria más importante de España y en un breve recorrido histórico ha ocupado con dignidad un lugar destacable en el escenario artístico, resultando una de las más relevantes del panorama internacional. Pero quizás lo más destacado sea el peso social y la atracción cultural que va ejerciendo sobre un importante sector de la población española.

En la cita de este año, del 12 al 16 de febrero, se quiere hablar en términos de éxito y objetivos cumplidos, por lo menos según Rosina Gómez-Baeza (directora de ARCO) y los distintos comisarios que van a participar en las numerosas muestras. Dentro del fastuoso mecanismo de la feria, colaboran más de una veintena de comisarios internacionales, ofreciendo propuestas para las Secciones temáticas de Arco. Igualmente, se reunirán unas 200 personalidades del mundo del arte en el Foro Internacional de Expertos de Arte Contemporáneo, desde grandes coleccionistas, directores y gestores de los principales museos y centros del arte, junto a prestigiosos críticos de arte, que van a tomar parte en las Mesas de Debate de ARCO.

Los programas presentados este año se caracterizan bajo los planteamientos de la madurez y la profesionalidad. Junto al país invitado, Grecia5, encontramos otros dos programas experimentales, “Project Rooms” y la sección de vanguardia “Futuribles”, así como la primera edición de “Madrid Abierto”, una iniciativa artística que se lleva a las calles de Madrid y que surge a raíz de un programa anterior conocido como “Open Spaces”, donde se planteaba una nueva acepción del arte, asumido como objeto artístico-funcional para el espacio urbano. En “Project Rooms” (sexta edición), se abordan 15 proyectos individuales, marcados por una estricta selección internacional de artistas jóvenes. Mientras que en “Futuribles” se da paso a diversas muestras caracterizadas bajo el nexo de “Arte Emergente”, donde se podrán observar colectivas como “Une Afrique Múltiple”, “Crossroads”, “Asian Party, Global Game (III)”, “Las Américas” y “Países Nórdicos”.

Por otra parte, debemos resaltar su traducción virtual, en lo que ha venido a denominarse la “feria virtual”6, cumpliendo dos años de servicio a la comunidad artística internacional. Mediante esta web, el evento temporal de la feria se prolonga en el tiempo y se potencia el desarrollo del mercado del arte.

Desde los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, la situación del sector del mercado del arte se ha situado en una posición privilegiada, a pesar de los vaivenes de las bolsas internacionales. Parece ser que el mercado del arte ha atraído a nuevos inversores como alternativa sólida, emergiendo el arte como un destino inversor que ofrece mayor seguridad. De hecho, desde las casas de subastas se han realizado buenas transacciones en Europa y Estados Unidos.

En general, se observa una clara orientación de las inversiones hacia valores seguros, es decir, hacia artistas consagrados y obra muy selecta. Los precios del mercado del arte han alcanzado cotas muy altas, igualando casi los records conseguidos antes de la Guerra del Golfo. Según las propias fuentes de Arco, esta tendencia también se ha dejado sentir en la feria de una manera positiva, aumentando el número de obra vendida.

Notas:

1 1-Para más información, véase “Mercado del Arte y Coleccionismo en España (1980-1995)”. VV.AA. Cuadernos ICO. Agencia Financiera del Estado & Banco de Desarrollo. Madrid. 1996.
2 Se trata de cifras de difícil comprobación, ya que la organización ha decidido reservarse este tipo de información. Esta actitud ha generado fuertes críticas desde diversos sectores, por la poca transparencia de las cifras económicas.
3 “Las galerías quieren más ventas y menos cultura”. Catalina Serra. “El País”, sábado 10 de febrero de 1996, p. 34.
4 Este año se presentan 212 galerías europeas, 51 americanas, 7 asiáticas, dos africanas y una de Oceanía.
5 El arte contemporáneo griego viene representado por 15 galerías de este país, que traen obra de más de 100 artistas. Las comisarias del programa Grecia en ARCO'04 han sido Katerina Gregos y Sania Papa. De manera paralela a esta muestra, se presentan en diferentes espacios expositivos repartidos por todo Madrid otras muestras relacionadas con el arte último griego, por ejemplo, “Ruptura. Grecia 2004: Perspectivas contemporáneas en las artes plásticas”, en la Sala Alcalá; “La conciencia individual. Fotografía griega contemporánea” en el Canal de Isabel II; así como exposiciones individuales de artistas griegos.
6 La web de la feria virtual es <www.arco-online.ua.es>. Hasta el momento ha recibido más de unas 500.000 visitas.


Iñigo Sarriugarte
Profesor Asociado en el Depto. de Historia del Arte, Universidad del País Vasco, España y Profesor Colaborador en el Instituto de Estudios del Ocio de la Universidad de Deusto , España