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Abril - Mayo
2004

 

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Introducción
 

Por Susana Arroyo y Charo Lacalle
Número 38

Hace varios meses recibimos una invitación de Alejandro Ocampo, Director de la Razón y Palabra, para coordinar un número extraordinario, en el cual desarrolláramos algún tema de interés para nuestros colegas semiólogos y para el público lector de la Revista. Nuestra primera colaboración conjunta con la revista se había producido a raíz de la publicación de un informe que resumía nuestra aportación a un proyecto de indexación semántica para vídeo digital , desarrollado junto con un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, y pensamos que la vinculación entre la Semiótica y la Informática constituiría una perspectiva adecuada abordar un tópico acorde a la modernidad globalizada y relativamente poco explorado por la Semiótica.

Con la definición del tema surgió, de manera consecuente, la invitación a estudiosos que contemplaran la concatenación de estas áreas como una parte de su campo de investigación. La respuesta a nuestra llamada fue extraordinaria y tanto el interés de los temas tratados como la calidad de las diferentes aportaciones convierten este monográfico de Razón y palabra en el marco privilegiado de una profunda y vigorosa reflexión sobre el tema.

A diferencia de la impresión en papel, que limita la circulación de las revistas científicas y determina modalidades de consumo parecidas a las de los libros tradicionales, la edición electrónica permite una doble articulación entre contenidos y recepción que permite a los lectores-internautas acceder indistintamente a las diferentes aportaciones a través de los especialistas o desde los temas tratados. Pero, qué duda cabe que las innegables ventajas de la revista electrónica conviven y compiten, a fecha de hoy, con las arraigadas formas de fruición de las revistas impresas en papel, depositarias de esa aura que desprende la acumulación del saber en los estantes de las bibliotecas o en el estudio del propio investigador, por lo que nuestro agradecimiento y nuestra deuda con la desinteresada y excelente colaboración de los semiólogos implicados en la construcción de este link entre Semiótica de Informática es, si cabe, mayor.

Hemos conjuntado el pensamiento de profesores e investigadores de universidades pertenecientes a nueve países diferentes: Argentina, Austria, Bélgica, España, Francia, Italia, México, Suecia y Suiza, con la intención de examinar el tema elegido desde diferentes perspectivas culturales e intelectuales y movidas por el deseo de contribuir a una difusión del conocimiento más ágil y, sobre todo, más accesible. A pesar de lo específico del tópico elegido como hilo conductor del monográfico, el lector encontrará una gran variedad de enfoques y de matices que forman parte de la riqueza de esta publicación.

El objetivo último de estas páginas es construir un índice de lectura para todos aquellos que accedan a los textos a través del portal de Razón y palabra, en el que se ofrece el tema tratado por cada uno de los autores que integran este número especial de la revista.

Michel Constantini (Universidad Paris 8), explica los problemas teóricos de las seis funciones del lenguaje de Jackobson. Discute la función poética (estética) desde las ideas de Bühler y atiende las diferencias entre factores y funciones, así como las distintas variaciones terminológicas enmarcadas en conceptos clave como: función, discurso, vinculación, focalización, ratio essendi y ratio cognoscendi. Discute la eficacia, la ejemplaridad, la jerarquía y la gradación de las funciones jackobsonianas, hasta distinguir el texto metasemiótico como fenómeno de comunicación.

El artículo de Roberto Pellerey (Universidad de Génova) constituye, en cierto modo, una introducción al tema de referencia. La influencia de Norbert Wiener en autores como Jakobson o Eco le sirven de referencia al autor para confrontar las relaciones entre la lingüística semiótica y la inteligencia artificial, principalmente entre los años cincuenta y setenta. Pellerey pone de manifiesto la proficua relación entre ambas y la importancia que tienen en la historia de la Semiótica tanto los éxitos como los numerosos intentos fallidos que jalonan su interrelación.

En esta misma línea, pero a partir de una investigación empírica, la reflexión sobre la indexación digital de las imágenes informativas de la televisión que llevan a cabo Susana Arroyo (Instituto Tecnológico de Monterrey-Campus Estado de México) y Charo Lacalle (Universidad Autónoma de Barcelona) pone de relieve los numerosos problemas que plantea la automatización de los procesos de archivo y recuperación de imágenes. Los programas informáticos de indexación basados en criterios puramente formales, como la intensidad de la luz o el color, son incapaces afrontar la complejidad de la interpretación intertextual y contextual que realiza la mente humana.

La aportación de Sabrina Mazzali-Lurati y Peter Schulz (Universidad de Lugano) sintetiza también los resultados de una investigación, en este caso sobre el uso de un tipo particular de aplicaciones hipermediales en los estudios de literatura y sobre las condiciones de su efectividad. Ambos autores analizan los procesos de interpretación y comprensión de las transposiciones hipertextuales, a partir de la incidencia de la forma de dichas transposiciones hipertextuales en los procesos de lectura.

El concepto de lectura, para Bernard Lamizet (Institut d'Études Politiques, Lyon), se encuentra en la articulación de la semiótica y la informática, considerada esta unión como el conjunto de procesos por los cuales la información se inscribe en una lógica interpretable. Para el autor, la lectura se convierte en una mediación semiótica a partir del momento en el que no se refiere más que a una sola actividad, pero designa muchos modos de uso simbólico del espacio público. Es la memoria la que, en semiótica como en informática, permite reconocer la información operatoria por conservarse y la información inútil (el “ruido”).

El hipertexto es el nombre común por excelencia en nuestra publicación. En esta ocasión es observado desde la puesta en CD-ROM del Museo del Louvre, mediante una crítica puntual realizada por Odile Le Guern (Universidad de Lyon) quien ha desarrollado toda una gama de interrelaciones solamente posibles gracias a la indexación digital y la arborescencia hasta la descripción literaria de las obras pictóricas.

Hipertexto y Semiótica comparten el aquí y ahora en el trabajo de Moritz Neümuller (Madrid/Viena), quien descubre espacios virtuales en la intertextualidad, así como el manejo de elementos de navegación y el análisis del estado del World Wide Web, la interacción hombre-máquina y los modelos de Web browsers.

Daniel Martí (Universidad de Vigo) aborda su reflexión sobre el concepto de “hipertexto” en torno a los planteamientos semánticos del mismo. Tras examinar las diferentes definiciones de “hipertexto”, el autor evalúa la influencia de los usos informáticos en las propias nociones de la semiótica, su ejercicio y su aprendizaje.

Usando la Semiótica peirceana y en particular el reticulado para las diez categorías de los signos, Robert Marty (Universidad de Perpignan) demuestra que la cognición es semióticamente "foliada", por lo cual es posible plantear las condiciones semióticas para un conocimiento racional. El problema es, para Robert Marty, estudiar, describir y formalizar la aglutinación del pensamiento individual en el pensamiento colectivo considerando la red de relaciones entre los individuos, las entidades colectivas, y el hecho de que los objetos del conocimiento sean mediatizados por las muestras que capturamos de los conceptos.

En el trabajo de Jean-Marie Klinkenberg, de la Universidad de Liège (Bélgica), el autor nos habla de un “discurso sincrético” y los pluricódigos en las nuevas tecnologías; efectúa una radiografía del hipertexto remontándonos a la era de la escritura tanto manual como en máquinas de escribir manuales y eléctricas hasta llegar al hipertexto y su tratamiento.

Juan Magariños, de la Universidad de Jujuy, Argentina, se refiere también del sincretismo pero, en este caso, condensa algunas ideas clave de las semióticas saussureana y peirceana desde los planos de producción de significado, además de contemplar, desde el interpretante del signo, la creación de programas computacionales operativos.

La frecuente confusión entre información y comunicación en una buena parte de los estudios sobre las nuevas tecnologías de la información y la comunicación lleva a Mario Pérez-Montoro (Universidad Abierta de Catalunya) a articular su reflexión en torno a la especificidad de ambos conceptos, examinados a partir de las relaciones que configuran con sus respectivos entornos virtuales.

Daniele Barbieri (Universidad de Urbino) articula su reflexión en torno al concepto de interface, cuyos límites intenta explorar a partir de su aplicación dentro y fuera de la informática a la luz de sus relaciones con otros conceptos semióticos más tradicionales. La primera estrofa de The Tyger (William Blake, 1794) constituye el punto de partida por un itinerario constelado de usos y aplicaciones impropios del término que el autor se propone determinar y criticar.

Elementos poco estudiados, inaugurando una perspectiva audaz de estudio semiótico, Nicole Pignier (Universidad de Limoges, Francia), analiza al internauta y su interacción con los banners publicitarios, adaptando el esquema narrativo al comportamiento polisensorial de los actantes. Considera que la web parece hacer evolucionar no sólo la forma, sino el contenido de los enunciados publicitarios.

En otra perspectiva, Göran Sonesson (Universidad de Lund, Suecia), explica cómo la imagen pasa de la simple reproducción mecánica a la producción digital en las imágenes virtuales, enfrentándose a una cierta pérdida en cuanto a su calidad de ser signo. Analiza el holograma y la llamada “realidad virtual” dentro de lo que considera imágenes sintéticas para destacar, posteriormente, la imagen televisiva como cadena de espejos.

Finalmente, y no por ello menos importante, el autor de Con el afán de la página, Raúl Dorra (Argentina/México) expresa sus ideas en una entrevista realizada sobre la vinculación entre semiótica e informática y, al responder, escinde las áreas en donde la informática como tecnología se define como cambio y hasta vértigo, y el mundo creado por la informática como creación de un mundo enigmático por lo que tiene características imprecisas y al que por afán de simplificación solemos llamar virtual. En relación con la retórica de la tecnología informática concede, entre otras posibilidades, la resemantización de las palabras, así encontramos “sitios”, “navegación” y otros muchos. Señala, de manera elocuente que “la pantalla es espacio sin tiempo, diría incluso sin presente: está ahí, no transcurre”.


Dra. Susana Arroyo
Dra. Charo Lacalle