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Abril - Mayo
2004

 

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Los Retos de Comunicación para las Elecciones Presidenciales de 2006 (2ª parte)
El PRI o el dinosaurio sigue ahí
 

Por Octavio Rojas
Número 38

En la primera parte de este ensayo se presentó una rápida visión de la situación actual de México, de cara a establecer cuáles son los principales retos de comunicación de cara a la elecciones presidenciales de 2006.

La intención de esta parte y de las subsecuentes es identificar las dificultades y oportunidades que los tres grandes partidos están enfrentando y tendrán que solventar para alzarse con la victoria en dicha justa electoral.

Comenzaremos con el Partido Revolucionario Institucional, seguiremos con el Partido de la Revolución Democrática y el Partido Acción Nacional, para terminar con una reflexión de otros actores que determinarán en buena medida la evolución de las campañas políticas y del resultado final que llevará a una persona, y sólo a una, a la presidencia de la México en el 2006.

Mi intención es presentar una voz neutral, desde un punto de vista puramente profesional, para documentar el devenir de algunos acontecimientos que han ocurrido y pueden ocurrir en el ámbito de la comunicación en los próximos tres años.

No comparto el desprecio de algunos por el “marketing político”, sino que reinvindico la necesidad de la sociedad de establecer espacios comunes con los partidos políticos, espacios que se den de manera fundamental a través de la comunicación.

Además, después de los escándalos ocurridos recientemente en el país, es importante intentar determinar la influencia que tendrán sobre el trascurrir de la actividad política del país, y de manera especial, con miras a la elección presidencial de 2006.

Por el momento, el estudio Omnibús Parametría más reciente1 indica una mejora de la preferencia electoral para el PRI y su personaje más conocido (Roberto Madrazo), mientras que su adversario mejor posicionado sufre un serio bajón (Andrés Manuel López Obrador – PRD) y el candidato del partido en el poder, aunque sube un poco, no logra despegar (Santiago Creel – PAN).

Candidato
Noviembre 2003
Marzo 2004
Diferencia
Andrés Manuel López Obrador - PRD
45%
33%
Baja 12%
Roberto Madrazo - PRI
28%
37%
Sube 9%
Santiago Creel - PAN
27%
30%
Sube 3%

Partido
Noviembre 2003
Marzo 2004
Diferencia
PRD
29%
24%
Baja 5%
PRI
32%
40%
Sube 8%
PAN
34%
31%
Baja 3%

Los datos aquí mostrados son respuestas efectivas de dicho estudio, es decir, eliminando las no respuestas. Aunque también hay que estimar que aún existe un 14 por ciento de indecisos, con un nivel de confianza estadística del 95%.

Además, tal y como ha sucedido en los últimos meses, hay tantos eventos que aún pueden suceder que se antoja prematura tomar estos datos como concluyentes, aunque sí reflejan un cambio de tendencia con respecto a lo que se venía midiendo en encuestas pasadas.

Introducción
Cuando el PRI perdió las elecciones presidenciales del 2000, los partidos de la hasta entonces oposición lanzaron las campanas al vuelo, anticipando una rápida descomposición del “régimen” que había gobernado al país durante más de 70 años.

A tres años de aquel acontecimiento, el tricolor –como se le conoce a este partido en México por tener los tres colores de la bandera mexicana en su logotipo- no sólo no se ha desintegrado, sino que tiene posibilidades reales de volver a obtener la Presidencia de la República.

Si bien aún quedan algunas regiones dominadas por auténticos caciques que someten con mano de hierro su territorio, el PRI se está acostumbrando -de manera extraordinariamente rápida para un partido de sus características- al juego democrático.

La actuación de un organismo independiente encargado de la organización de los procesos electorales de primer orden, reconocido como garante de elecciones limpias y con una capacidad sancionadora demostrada, así como un entramado legal desarrollado a lo largo de décadas y una mayor conciencia de los medios de comunicación y de la sociedad en su conjunto, han ido poniendo límites a actuaciones indeseables que protagonizaban algunos elementos del gobierno emanado de las filas priístas.

En su momento se comparó al PRI con los regímenes políticos de Europa del Este. También por este motivo se esperaba que, una vez fuera del poder, desapareciera, como ocurrió con los partidos comunistas de varios países al caerse el muro de Berlín.Pero México no está en Europa del Este, ni el PRI vivió una debacle que lo borró del mapa electoral.

Si bien la tendencia de votos obtenidos por este partido ha ido en franco descenso en las elecciones de la última década, sigue manteniendo altas expectativas en algunas regiones de importancia en número de sufragios e influencia regional.

Además, aún se mantienen algunas estructuras territoriales que hacen que pueda tener presencia en todo el país, frente a una débil representación del PAN y el PRD en algunas zonas de vital importancia electoral.

Esto lleva a pensar que, bajo ciertas condiciones, el PRI puede dar una sorpresa en los próximos comicios a nivel federal.

Posicionamiento
Antes de la derrota del 2000, el PRI y el gobierno emanado de sus filas intentaron reposicionarse frente a la opinión pública mexicana a través de diversas campañas de comunicación sobre temas que influían negativamente en su imagen como jefes de estado y partido gobernante.

Sin embargo, estos esfuerzos propagandísticos fueron fuertemente contestadas por los partidos de oposición y por la sociedad en su conjunto, diluyendo su efecto y afectando, sino que inhibiendo, de forma definitiva la aceptación de los mensajes que pretendían lanzarse.

Al mismo tiempo que se difundían estas grandes campañas por los medios, diversos acontecimientos iban minando la posición y credibilidad del entonces “partido en el poder”. Crisis económicas recurrentes, el surgimiento de grupos armados en el sur del país, el asesinato de un candidato presidencial de su partido, una inseguridad ciudadana galopante, luchas constantes entre sus filas, así como todo tipo de escándalos por corrupción que se quedaban sin resolver, disfrutando sus responsables de total impunidad ante los ojos coléricos de la población.

Todo esto fue lastrando el camino del PRI hasta llegar a la designación del candidato que contendería en las elecciones del 2000, frente a dos adversarios de la oposición conocidos y bien valorados por extensas capas del electorado.

En un intento por retomar la agenda mediática y lanzar al que fuera designado su aspirante, combatiendo la imagen de falta de democracia interna -uno de los aspectos más negativos del partido-, el PRI organizó una elección interna en la que participaron personajes de larga y reconocida trayectoria.

Si bien dicho proceso fue denunciado como un “montaje” por los partidos contrincantes, logró el importante objetivo de proyectar al electorado una imagen de un partido que “estaba cambiando”.

Sin embargo, Francisco Labastida Ochoa y su equipo no pudieron ni supieron mantener y, sobre todo, aumentar y transformar en adhesiones, la atención mediática y la simpatía que el partido había obtenido con la organización del proceso de elección interna.

El resultado, ya todos lo conocemos: Vicente Fox ganó, sacando al PRI, después de más de 70 años, del poder presidencial, pero conservando una mayoría en la Cámara de Diputados, lo que obligaba al nuevo gobierno a la negociación de acuerdos para sacar adelante sus propuestas de gobierno.

Ahora, después de tres años fuera de Los Pinos, el PRI está gestionando sus mensajes como lo que es: uno de los principales partidos en la oposición.

Los ejes argumentales que articulan el discurso priísta son2:

• Primero la justicia social
• Educación para la justicia social
• Economía para todos
• Decisiones a tu alcance
• Nuestra participación en la vida internacional
• Los recursos del mañana
• Por un gobierno que funcione
• Una mirada hacia adelante

La primera prueba de este nuevo posicionamiento fueron las elecciones federales de 2003, en la que el PRI refrendó su mayoría en la cámara de diputados e incluso recuperó votos que en el 2000 se habían decidido por otra opción política. En este sentido, se puede decir que el partido ha acertado en su nuevo posicionamiento.

Pero el PRI no puede olvidar que una elección intermedia como la del 2003 se ve influenciada no sólo por la propia oferta de un partido, sino también por:

• Desgaste del partido en el poder (el PAN, en este caso)
• Desmovilización / Abstencionismo del electorado ante una elección a la que considera menos importante

Aún no se puede decir que el electorado responderá positivamente a sus tradicionales propuestas (las mismas que cuando estaba en el poder no fueron cumplidas), pero quizás su reclamo de tener un “gobierno que funcione”, aunado a una invitación para “mirar hacia delante” pudieron haber influido según sus previsiones.

Además, no puede menospreciar el hecho de que su alianza con el PVEM le funcionó extraordinariamente en los estados de México, Chihuahua, Nuevo León, Sonora y San Luis Potosí.

Ahora, esa alianza puede volverse en contra suya, pero eso lo veremos más adelante en este artículo en un apartado especial.

Proyecciones electorales
Si bien el número absoluto de votantes del PRI en los últimos comicios federales, solo o en coalición, fue menor con respecto al de 2000, en el marco del modelo electoral vigente en nuestro país, con los resultados de la votación de 2003 el PRI hubiera ganado la elección presidencial si ésta posición hubiera estado en juego en esta contienda.

Elecciones Federales
PRI
2000 13.707.778
2003 9.804.043
Fuente: IFE.org.mx

Con este marco de referencia, se puede decir que una baja participación de los electores en los comicios de 2006 puede allanarle el camino al PRI para reconquistar la primera magistratura del país.

A menos de tres años de que se celebre dicha justa electoral, es difícil establecer porcentajes que representen los diversos escenarios posibles, pero se estima que una participación menor del 60% harán muy probable la victoria priísta.

Estados clave
Como se explicó en la primera parte de este ensayo3, 7 estados de la República Mexicana representan más del 50% del electorado. Es innegable que los partidos que estén gobernando dichas entidades tendrán una ventaja estratégica para refrendar su triunfo en las elecciones de 2006.

Para el PRI, los casos de 3 de estas 7 entidades (nos referimos a los estados de México, Nuevo León y Distrito Federal) han sido ejemplares. El primero, por haber conservado la gobernatura en un ambiente adverso; el segundo, por haberlo recuperado de manos del PAN, y el tercero, por prácticamente haber desaparecido del mapa electoral frente al PRD.

El Estado de México

• 125 municipios
• 45 Distritos Electorales Locales
• Existen 5,930 secciones electorales

El Estado de México está dividido en tres grandes áreas: Oriente, conformada por los municipios más poblados: Ecatepec y Nezahualcóyotl; Norponiente, integrado por los municipios más industrializados: Naucalpan, Atizapán y Tlalnepantla, y el valle de Toluca, que reúne a la zona rural del poniente mexiquense.

Las preferencias electorales se reparten entre los tres partidos mayoritarios, pero no hay duda que la zona más amplia del estado, la zona rural, ha sido y es de predominio priísta, mientras que los municipios claramente de clases medias urbanas, como Naucalpan, Atizapán, Tlalnepantla, entre otros, son panistas, y algunas de las zonas más populares como Chalco, Chimalhuacán, entre otros, son perredistas.

El PRI ha buscado recientemente el reposicionamiento de su imagen a partir de situaciones que, no siendo estructurales a su funcionamiento y organicidad, den idea de cambio. El proceso estudiado, que se hizo aparecer ante la opinión pública como inhibitorio del tradicional dedazo, significó, ante algunos segmentos electorales, un síntoma de reforma de los procedimientos políticos4.

La elección interna para determinar el candidato a gobernador del Estado de México del partido en las elecciones de 1999 fue más que un “lavado de cara”, y marcó un sonoro éxito que hizo albergar esperanzas a los propios priístas sobre sus posibilidades en la carrera presidencial.

Frente a dos candidatos de la oposición que fueron considerados cartas fuertes por sus partidos, el gran reto del PRI en la elección para gobernador del Estado de México era lograr notoriedad para su candidato, poco conocido en aquel momento por el gran electorado.

El lanzamiento del anuncio con el slogan “Los derechos humanos son de los humanos, no de las ratas” causó inmediata polémica, ya que llegaba de manera directa a una de las mayores preocupaciones de los mexiquenses y puso en el mapa de la noche a la mañana a un desconocido Arturo Montiel.

A pesar de las acusaciones de irregularidades en el mismo proceso interno y en el día de la elección, el triunfo del priísta abrió un camino que podría ser tomado como base para el partido en futuras contiendas electorales.

De hecho, la estrategia de dureza para la delincuencia del priísmo mexiquense se mantuvo en el proceso electoral de 2003 con buenos resultados para el partido, en esta ocasión en alianza con el PVEM, institución que añadía un elemento “ecologísta” más amable a la propuesta del tricolor5.

Esto a pesar de que en la plataforma electoral nacional no se destacó el tema de la inseguridad y el endurecimiento de las condenas (incluida la pena de muerte).

Si bien el Estado de México no es un espejo totalmente fiel de lo que acontece en el resto del país, sí se ha establecido como un gran reducto de votos para el PRI y en un espacio de pruebas para algunas estrategias que el partido quiere implementar a nivel nacional.

El tricolor puede cometer un gran error en el Estado de México si sus luchas internas se agudizan en pos de la candidatura a gobernador, como parecen presagiar los movimientos para nominar a Carlos Hank Rhon, frente a Isidro Pastor6 .

Además, la influencia de un Distrito Federal bajo dominio del PRD no se concretó en 2003 como se pudo haber esperado, dada la alta popularidad de Andrés Manuel López Obrador, pero eso no quiere decir que en 2005 y 2006, cuando ya se perfilen seriamente los candidatos a la presidencia, dicho influjo no se dé.

Aunque, a la luz de los acontecimientos recientes y si las tendencias negativas para el perredismo se mantienen, dicha influencia puede ser positiva para el tricolor.

Nuevo León

• 51 municipios
• 11 Distritos electorales locales
• Existen 2.114 secciones electorales

El caso de Nuevo León refleja la hipótesis planteada en cuanto a que una baja participación del electorado y una buena organización del partido le devuelven al PRI una plaza perdida.

Así, mientras que en la elección de 1997, que ganó el PAN con una participación del 64%, en la de 2003, el tricolor recuperó la gobernatura en el marco de una alta abstención, ya que sólo fuero a votar el 54% de la lista nominal7.

Mauricio Fernández Garza (PAN) fue derrotado por José Natividad González Paras (Alianza Ciudadana, formado por PRI, PVEM, Fuerza Ciudadana y PLM) con una ventaja de más de 20 puntos porcentuales.

Para el triunfo de González Parás fueron clave:
• La unidad del PRI
• La debilidad de su principal contendiente causada por la división del PAN
• Una campaña de bajo perfil político, más centrada en acusaciones personales
• La discutida gestión del gobernador Fernando Canales Clariond
• La baja participación del electorado neoleonés

Sobre el primer punto, vale recordar que la contienda interna para la selección del candidato a gobernador no resultó en división del PRI, sino en un cierre de filas en torno a Gonzáles Paras. Así, sus contrincantes encontraron espacios destacados en Nuevo León: Ricardo Canavatti Tafich, acabó ganando la alcaldía de la capital del estado: Monterrey; Abel Guerra Garza y Eloy Cantú Segovia fueron nombrados Secretarios de Obras Públicas y de Desarrollo Económico, respectivamente, mientras que Romeo Flores Caballero es Coordinador Ejecutivo del Programa de Vinculación Estratégica Regional del Noreste y con Texas.

La debilidad de la candidatura de Mauricio Fernández Garza se debió en gran medida a la división del partido debido a las antiguas discusiones nunca solucionadas en el interior del PAN de Nuevo León.

Además el electorado neoleonés no vio con buenos ojos que las pugnas del partido se confundieran con pleitos familiares, ya que Mauricio Fernández llego incluso a enfrentarse a su hermana Alejandra8, antigua dirigente estatal, y a sostener un litigio en plena campaña electoral con su primo Alberto Garza Santos9 .

A todo lo anterior hay que sumarle las polémicas opiniones del propio Fernández Garza en torno a la legalización de la droga y otros temas que causaron controversia.

En el marco de una posición de franca ventaja del candidato priísta, la estrategia en términos de comunicación para gestionar su ventaja fue la idónea.

• Reactiva, ante los ataques del adversario. Restándole importancia a las arremetidas del candidato panista y evitando un debate a dos en el que se exponía innecesariamente.
• De reforzamiento a su percepción de político con trayectoria. Promoviendo un mayor acercamiento al vecino estado de Texas y con la propuesta de la creación de una nueva secretaría dedicada a la seguridad.

Además, presentarse como candidato de la “Coalición Alianza Ciudadana”, diluyó la presencia del PRI y benefició al perfil del candidato.

Para fortuna del candidato priísta, la campaña en medios de comunicación tuvo un bajo nivel de contenidos políticos, centrándose más en descalificaciones personales que contribuyeron no sólo a reforzar su posición, sino a desmovilizar a los votantes panistas, quienes, presos del desencanto, no asistieron a las urnas a refrendar su apoyo a Acción Nacional.

Todo lo anterior hay que situarlo en el marco de una discutida gestión del gobernador Fernando Canales Clariond, cuya administración fue severamente criticada por su ineficiencia, pero sobretodo por su pasividad ante un incremento en la violencia y los asesinatos asociados al narcotráfico.

La salida de Canales Clariond para ocupar la Secretaría de Economía del gobierno de Vicente Fox, en lugar de ayudar al PAN, desbrozaron el camino al triunfo de la Alianza Ciudadana, ya que este cambio fue percibido como un abandono del estado por parte del gobernador.

En suma, la conjunción de aciertos por parte del PRI y de errores por parte del gobierno neoleonés y del PAN de aquel estado, resultaron en la recuperación para el partido tricolor de uno de las entidades federativas más importantes del país, con repercusiones que irán más allá del ámbito regional, alcanzando un influencia en todo el país.

Distrito Federal

• 16 Delegaciones Políticas (en el D.F. no hay municipios)
• 40 Distritos electorales locales
• Existen 5,534 secciones electorales

Para el PRI, el Distrito Federal se ha convertido en su mayor desafío en términos político-electorales. Tras haber perdido la elección de 1997 a manos de Cuauhtémoc Cárdenas, el partido ha entrado en caída libre de las preferencias ciudadanas despareciendo de posiciones importantes en el gobierno de la ciudad, quedándose sin delegados y convirtiéndose en la tercera fuerza política dentro de la Asamblea del DF tras las elecciones de 2003.

El Distrito Federal es vital para el PRI y para el resto de los partidos políticos, porque es el centro neurálgico del país: donde vive el presidente de la República, donde están las sedes del Congreso y el Senado, así como del poder judicial, de los partidos políticos y de los principales medios de comunicación. Por este motivo, lo que ocurre en la capital del país tiene notoriedad y repercusión a nivel nacional.

Desde un punto de vista electoral, es la segunda fuente de votos, tan sólo por detrás del Estado de México, con cerca del 12 por ciento del total del censo.

La derrota de Alfredo del Mazo en 1997, auténtico peso pesado del partido durante dos décadas, significaron un avance de lo que sería la derrota del PRI en la carrera presidencial de 2000.

Más aún, la debacle protagonizada por Jesús Silva Herzog en 2000, que llevó al PRI del segundo al tercer puesto en el Distrito Federal, se ha profundizado aún más durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador, retrocediendo a un raquítico 11,77 por ciento.

¿Qué ha sucedido para que el PRI perdiera una plaza tan importante como el Distrito Federal? Y, más aún, ¿qué sigue ocurriendo para que no levante cabeza?

En el caso de Alfredo del Mazo, lo que produjo su derrota fue:

• Cuauhtémoc Cárdenas. El candidato perredista aceptó la candidatura de uno de los estados en los que era más conocido, cambió de talante y comenzó a lanzar propuestas muy ambiciosas.
• El desgaste del gobierno y del PRI acentuado fundamentalmente a partir de la aparición del EZLN, el asesinato de Colosio y la gran crisis económica ocurrida en 1994.
• La actuación de Ernesto Zedillo. El Distrito Federal sufrió como ningún otro estado el vacío de liderazgo que antes ejercía el presidente en turno en el seno del PRI y al que Zedillo renunció a nivel nacional.
• El propio candidato y su campaña. Del Mazo llegó con un déficit de credibilidad que no pudo contrarrestar con una campaña millonaria en medios que nunca llegó a calar entre la población defeña.
• La organización del PRD. Si hay algún estado en donde se haya organizado una fuerza política-electoral para apoyar a los candidatos del sol azteca, ese ha sido el DF, en donde nacieron las “Brigadas del Sol” propuestas por el hoy jefe de gobierno de la ciudad, Andrés Manuel López Obrador.

Mientras tanto, Jesús Silva Hérzog llevó al PRI a una posición marginal debido a varios factores:

• La división del PRI. Surgido de un proceso de selección interno que fue impugnado dentro del propio partido, la credibilidad de Silva fue languideciendo a la par que su lugar en las encuestas.
• El efecto Fox. La enorme movilización que provocó las elecciones presidenciales a favor del PAN hizo que este partido acabara superando al PRI, desbancándolo del segundo lugar en el DF.
• Las figuras de Rosario Robles y Andrés Manuel López Obrador. La correcta gestión de ambos líderes del PRD, una en el gobierno del DF y el segundo en la presidencia nacional del partido, ayudaron a mantener la plaza para el partido del sol azteca.

Los grandes retos para el PRI en el DF son reconstruir una base de electores que se alejaron del partido por diversos motivos, mantener la unidad interna y la designación de candidatos que sean vistos con buenos ojos por la población de la capital del país.

Aunque esto puede parecer evidente, no lo ha sido para el partido, provocando que sus constantes errores lo hayan sumado en la insignificancia política en el DF.

Para lograr salir de este marasmo, es necesario la renovación de un discurso político proveniente de figuras con credibilidad y trayectoria, que logren contener los impulsos internos del partido. La estrategia a nivel local para el partido de cara al próximo encuentro electoral tiene que pasar por la supervivencia, la consolidación y el relanzamiento de sus opciones.

Una previsión errada puede costarle muy caro al PRI en una plaza que puede definir no sólo su persistencia en las últimas filas del plano político defeño, sino la ambición de recuperar la presidencia de la República en 2006.

El cambio de las tendencias electorales en el Distrito Federal debe de tomarse con cautela por el PRI, quien debe hacer un trabajo político y de comunicación de fondo, centrado más en trasmitir sus propias propuestas, antes que en la descalificación personal del adversario.

Otros retos, peligros y oportunidades
Las alianzas con el PVEM

Como ya hemos visto a lo largo de este artículo, la alianza del PRI con el Partido Verde Ecologista de México en varias elecciones a nivel local les redituó a ambos enormes beneficios electorales.

Después de haber apoyado en el triunfo de Vicente Fox, el PVEM se deslindó del partido blanquiazul y comenzó a apoyar algunas candidaturas del PRI aportando sus dos principales características: ecologismo y una nueva generación de políticos que no habían sido asociados con los males del pasado.

Sin embargo, la trasmisión de un video en el que se ve al presidente del PVEM, Jorge Emilio González Martínez, negociando 2 millones de dólares en una presunta gestión los permisos de un desarrollo turístico en Cancún, ha venido a trastocar el escenario en el que la alianza entre ambos partidos podía ser oportuna para el PRI.

Aunque Roberto Madrazo, actual presidente del partido, ha optado en un primer momento en mantener esta alianza, pensando en las inminentes elecciones para gobernadores de varios e importantes estado, el PRI podría tomar otra decisión al ver los resultados de estas contiendas electorales.

Además, durante el desarrollo de las acciones emprendidas por la PGR y el IFE, se promoverá una imagen de corrupción que el tricolor aún lucha por quitarse de encima.

La decisión adoptada podrá causar más daños que beneficios para el PRI y su estrategia de comunicación podrá ser insuficiente para contrarrestar el costo político que su asociación puede provocarle.

Pemexgate
Al igual que con el caso anterior, la gestión del escándalo del Pemexgate por desvíos de la paraestatal del petróleo hacia el PRI, en el que la opinión pública ha percibido que se ha mantenido impune, seguirá trayendo consecuencias graves para la imagen del tricolor.

La descalificación de las instancias que juzgaron el ilícito, la presentación del caso como producto de una conspiración y la incapacidad para reconocer con claridad el problema y tomar una decisión definitiva, han ocasionado que se continúe asociando al partido con la corrupción y la impunidad.

Uno de los objetivos inaplazables para el PRI y para todos los partidos políticos mexicanos debe ser el combate a estas dos lacras para el país, no sólo por cuestiones meramente electorales, sino por una ética política que se tendría que configurar no sólamente por la posibilidad de la posibilidad de un escándalo ante los medios de comunicación, sino como una práctica cotidiana en el interior de los institutos políticos y con un estricto seguimiento por parte de organismos reguladores independientes y con funciones claras, ajenas a cualquier revanchismo político.

Atentado del gobernador de Oaxaca, José Murat
Si hay un caso que puede poner como ejemplo cómo una mala gestión de la comunicación puede hacer daño al PRI –eso sin mencionar la preocupación que genera entre la sociedad-, es la forma en cómo el gobierno priísta de Oaxaca se enfrentó a los medios ante el condenable atentado sufrido por el gobernador de la entidad, José Murat.

La notable incapacidad de su equipo para dar una información rápida y coherente a los medios oaxaqueños y a la sociedad mexicana no han hecho sino crear un estado no deseable de enrarecimiento, no sólo del ambiente político, sino de las condiciones en las que las autoridades tienen que trabajar para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

La manifiesta ineptitud de Carlos Velasco, responsable de comunicación social del gobierno oaxaqueño, quien debería ser el primero en solicitar mesura a los medios hasta que las investigaciones arrojaran sus primeros resultados oficiales, llegó a un grado sorprendente al decir: "Un atentado a un político, donde se debe investigar es en el ambiente político".

Si bien en los primeros momentos reinó la confusión sobre si el gobernador había sido alcanzado o no por las balas -afirmándolo en un segundo y desmintiéndolo en otro- esto no es motivo para comenzar a lanzar hipótesis que no fueran líneas de investigación oficiales, y, aún así, las averiguaciones deberían mantenerse con reserva por lo reciente de los hechos, sino incluso bajo secreto de sumario para no entorpecerlas ni forzarlas en ningún sentido.

Se ha visto que en las primeras horas posteriores al atentado, ya se daba por hecho de que se trataba de un “crimen de estado”, comparándosele con los casos de Colosio y Posadas. Incluso se ha llegado a acusar al gobernador de preparar un autoatentado por no se sabe qué intereses políticos de cara a la elección local que se realizará durante este año.

Esta última acusación se hace sabiendo que hay dos escoltas del gobernador heridos por el atentado, uno de ellos muy grave.

La mala gestión de la comunicación ha podido agrandar una crisis que a las pocas horas ya estaría bajo control. Sin embargo, a partir de ahora y hasta la celebración de las elecciones, la gestión del gobernador y la de su equipo de gobierno será puesta en duda.

A todo esto hay que aunarle una percepción con la que cargará el gobernador, y hasta cierto punto el PRI, más allá del momento en el que se conozca la verdad sobre la autoría del atentado: la incapacidad de gestión propia y de sus colaboradores, presos del nerviosismo y el miedo.

Un responsable de su nivel no puede caer preso del descontrol, debiendo trasmitir en todo momento el dominio sobre su persona para ser solvente frente a la ciudadanía que le ha dado su confianza y cuyas decisiones sobre su seguridad y otros ámbitos de su vida les afecta directamente.

Si él y su equipo no pueden controlar una situación desgraciada, pero abarcable por su alcance, poco se puede esperar de su reacción cuando suceda un problema de mayor magnitud.

Los ”videoescándalos”
Hay que tener en cuenta la posibilidad de que en los meses venideros nuevos videos mostraran las miserias de algunos políticos -algunos de ellos priístas- en las pantallas de los hogares de los mexicanos.

Ante esta amenaza real, el primer compromiso que tendría que adquirir el PRI frente a la sociedad sería una lucha seria en contra de la impunidad y adelantarse a separar del partido a cualquier persona implicada en actos ilegales.

Quizás éste sería el trago más amargo que tendría que pasar el partido, ya que hay indicios de que un gran número de sus líderes tienen un pasado de señalamientos y acusaciones por actos de corrupción y otros delitos. Pero no hacerlo es extender la pésima percepción que amplias capas de la población continúan teniendo del PRI y, por encima de todo, colaborar efectivamente en la perpetuación de la impunidad.

Un correctivo a tiempo podrá fortalecer la opción priísta, ante la posibilidad de que nuevos escándalos irrumpan en el peor momento para el partido, incluso en medio de la campaña presidencial, una vez elegido al candidato y sin capacidad de reacción posible.

Este es un escenario posible y no tomar cartas en el asunto sería un verdadero suicidio político para un partido que quiere recuperar el poder en el 2006 y que, de no lograrlo, vería peligrar seriamente su viabilidad como agrupación política en los próximos años.

El papel de los jóvenes y los mayores10
El PRI tendrá que incidir activamente en aquellos jóvenes que irán por primera vez a sufragar y que no han vivido su juventud con un presidente emanado de las filas del tricolor. Aproximadamente, más de 9 millones de personas votarán por primera vez en la elección presidencial de 2006. Su participación será determinante para definir la victoria de uno u otro candidato.

De la misma manera, habrá más de 4 millones de mexicanos mayores de 60 años, quienes están siendo cortejados políticamente por los líderes de otros partidos y que, ante el envejecimiento de la población y del aumento de la esperanza de vida, se convertirán en un nicho de votos nada desdeñable para los fines electorales de todos los partidos.

Utilización de los símbolos mexicanos
Aunque ha sido un tema promovido por los partidos políticos opuestos al PRI desde hace años, el partido tricolor puede esperar una nueva demanda para que deje de utilizar los tres colores (verde, blanco y rojo) de su logotipo.

Si esta iniciativa cobrara fuerza y al final se viera obligado a cambiar su imagen, este partido tendría ante sí otro enorme reto para recuperar el reconocimiento de su “marca” entre una población que desde hace más de 70 años asocia su logo con los tres colores de la bandera, con las connotaciones positivas que esto conlleva: nacionalismo y patriotismo.

“Balcanización” del PRI
Quizás una de las principales amenazas del PRI es una posible “balcanización”, es decir, una disgregación de grupo orientados por intereses diversos que no se mantengan cohesionados en el seno del partido.

Si ha sido evidente que la unidad del tricolor ha sido uno de los pilares fundamentales en sus victorias recientes, la división sólo vendrá a disminuir sus posibilidades de éxito en las inminentes citas electorales, pero muy especialmente en la campaña electoral del 2006.

En este marco, la defenestración de Elba Esther Gordillo y de su grupo como líderes del grupo priísta en el Cámara de Diputados, y la reacción de importantes figuras del partido solicitando su expulsión puede ser la antesala de dicha balcanización.

Colofón
Roberto Madrazo, Beatriz Paredes, Elba Esther Gordillo, Arturo Montiel Rojas, Miguel Alemán Velasco, Manuel Angel Núñez Soto, Tomás Yarrington Ruvalcaba, Juan Millán Lizárraga, Patricio Martínez García y Enrique Jackson han sido mencionados para ocupar la candidatura para las elecciones para presidenciales de 2006.

Aunque haya nombres que puedan parecer menores o poco conocidos, ante la serie de acontecimientos que han sorprendido a la sociedad en los meses más recientes, no se puede descartar a ninguno e incluso se podrían sumar más nombres que se irán “autodestapando” en los próximos meses.

Cada precandidato tiene sus propias dificultades, pero también oportunidades que únicamente uno o una puede aprovechar. El PRI, como se le conoce hasta ahora, tiene frente a sí quizás la última oportunidad de volver a la primera magistratura del estado, porque una nueva derrota electoral tendrá que significar un cambio radical del partido... o su desaparición definitiva.

Si el tricolor establece una estrategia de comunicación en línea con una serie de cambios reales y de fondo en algunas de sus más discutidas actuaciones, puede hacer lo que nadie pudo imaginar después de su derrota en el 2000: volver a la Presidencia de la República en el 2006.


Notas:

1 PARAMETRÍA – Omnibus Parametría de encuestas en viviendas – 4 marzo 2004
2 Consejo Político Nacional del PRI - Plataforma electoral. Proyecto nacional con rumbo: Hacia la nueva mayoría legislativa para la defensa de la Constitución y el desarrollo con justicia –– 13 de enero de 2003
3 ROJAS ORDUÑA, Octavio - Los retos de comunicación para las elecciones presidenciales de 2006. 1ª parte– Razón y palabra - Diciembre 2004 / Enero 2004. <http://www.razonypalabra.org.mx /anteriores/n36/orojas.html>
4 LOZANO ROSILES, Andrés – Un nuevo PRI – Política y pensamiento de la Fundación Arturo Rosenblueth – 2000 -
<http://www.rosenblueth.mx/fundacion/ Numero05/politicapensamiento05_PRI.htm>
5 Alianza para todos - Consulta por tu seguridad. Consulta sobre la pena de muerte y la cadena perpetua –– Febrero 2003 - <http://www2.primex.org.mx/fla/r_consulta.swf>
6 Revista Proceso – Edomex: El peso del profesor – Proceso 1423 – 15 de febrero de 2004 -
< http://www.proceso.com.mx/registrado/exclusivas.html?eid=21778>
7
Fuente: Comisión Estatal Electoral del Estado de Nuevo León
<http:// www.cee-nl.org.mx>
8 LA REVISTA PENINSULAR. “El espejo panista”. 21 de Julio de 2000. <http://www.larevista.com.mx/ed561/info2.htm>
9
RIVERA, DORA. “Alberto Garza Santos acude a declarar; lo alegra derrota de Mauricio Fernández”. Milenio diario. 9 de Julio de 2003.
10 Fuentes: Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática <http://www.inegi.gob.mx> y Consejo Nacional de Población <http://www.conapo.gob.mx>


Referencias:

Alianza para todos - Consulta por tu seguridad. Consulta sobre la pena de muerte y la cadena perpetua –– Febrero 2003 - www2.primex.org.mx/fla/r_consulta.swf
Consejo Político Nacional del PRI - Plataforma electoral. Proyecto nacional con rumbo: Hacia la nueva mayoría legislativa para la defensa de la Constitución y el desarrollo con justicia –– 13 de enero de 2003
LOZANO ROSILES, Andrés – Un nuevo PRI – Política y pensamiento de la Fundación Arturo Rosenblueth – 2000 - <http://www.rosenblueth.mx/fundacion
/Numero05/politicapensamiento05_PRI.htm
>
La Revista Peninsular - “El espejo panista”. 21 de Julio de 2000. <http://www.larevista.com.mx/ed561/info2.htm>
Revista Proceso – Edomex: El peso del profesor – Proceso 1423 – 15 de febrero de 2004 - http://www.proceso.com.mx/registrado/exclusivas.html?eid=21778
RIVERA, DORA - “Alberto Garza Santos acude a declarar; lo alegra derrota de Mauricio Fernández”. Milenio diario. 9 de Julio de 2003.
ROJAS ORDUÑA, Octavio - Los retos de comunicación para las elecciones presidenciales de 2006. 1ª parte – Razón y palabra - Diciembre 2004 / Enero 2004. <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n36/orojas.html>

Fuentes de datos electorales
PARAMETRÍA – Omnibus Parametría de encuestas en viviendas – 4 marzo 2004
Instituto Federal Electoral - <http://www.ife.org.mx>
Comisión Estatal Electoral del Estado de Nuevo León - <http://www.cee-nl.org.mx>

Fuentes de datos poblacionales
Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática- <http://www.inegi.gob.mx>
Consejo Nacional de Población - <http://www.conapo.gob.mx>


Octavio Isaac Rojas Orduña
Consultor especialista en Comunicación y Gestión Política,