Por Carlos Fara
Número 39
La baja en la popularidad
del presidente Kirchner lo puso ya fuera del templo de los intocables.
Pero algo de esto ya se había anticipado en diciembre.
La Falla Geológica
Así denominamos la
columna que salió publicada por este medio en enero, con
motivo de los resultados de nuestra medición de opinión
pública de diciembre. Allí explicábamos que
si bien los indicadores globales de imagen del presidente eran muy
buenos, se podía avizorar una falla en las profundidades
que tarde o temprano se iba a reflejar en la superficie.
¿Qué se observa hoy
luego de un año de gestión?
- Una caída de la imagen
positiva del presidente de 18 puntos respecto a diciembre (pasó
de 64 a 46 %);
- Un descenso de la imagen positiva
de la gestión de gobierno de 21 puntos en el mismo lapso
de tiempo (cayó de 61 a 40 %);
- Una baja profunda en la aprobación
de la política económica (de 40 a 24 %);
- Varios aspectos de la administración
negativamente evaluados: derechos humanos, negociación
de la deuda externa, inflación, crisis energética
y seguridad;
- El 68 % piensa que el presidente
puede hacer más de lo que hace;
- El 42 % está de acuerdo
en que Kirchner pierde demasiado tiempo peleándose;
- El 60 % cree que el conflicto
con sectores del justicialismo le puede traer problemas para gobernar;
y
- Por primera vez desde que asumió
Kirchner, los que son pesimistas superan a los optimistas.
¿Qué está
pasando?
Los problemas se
desataron el 24 de marzo con el acto de la ESMA, siguieron con el
conflicto del PJ, luego vino la marcha Blumberg, la crisis energética
fue inocultable, la producción industrial se estancó
y apareció la inflación. En por lo menos dos de estos
temas el gobierno tuvo que salir a anunciar megaplanes para mostrar
que estaba haciendo algo: seguridad y crisis energética.
En otros tuvo que reconocer errores (la ESMA).
Hasta el acto el presidente manejaba
la agenda política a su antojo. Pero era lógico que
en la medida que aparecieran problemas, y se viera al gobierno reaccionando
a los mismos, yendo detrás de ellos, el liderazgo político
se iba comenzar a deslucir. Es decir: Kirchner ya no es tan rubio,
tan alto, ni tiene los ojos tan celestes.
Pero hay un factor más. El
santacruceño llegó con dos grandes mandatos: cambiar
el modelo económico de los ´90 (en realidad, superar
sus deficiencias) y asegurar la gobernabilidad. Y lo cierto es que
el estilo conflictivo del presidente empezó a tener sus efectos
no queridos: su enfrentamiento con el duhaldismo y algunos gobernadores
no le caen simpáticos a la gente, en la medida que eso no
es lo esencial. Todo el mundo sabe que Kirchner hoy maneja “la
lapicera”, pero no conduce los bloques de legisladores nacionales,
ni encolumna fácilmente al conjunto del peronismo.
Cómo funciona la opinión
pública en este punto? Cuando todo andaba sobre ruedas, el
conflicto partidario le hubiera traído réditos. Pero
cuando hay cortocircuitos sociales, la reflexión popular
es: “por qué no se dedica a gobernar y se deja de perder
tiempo en politiquerías?” (aún cuando él
esté en el bando de “los buenos” y sus adversarios
sean efectivamente “los malos”).
Cambio de clima
Si uno dice que el presidente
llega en este nivel al primer año de su gobierno, la evaluación
debería ser aceptable. Lo llamativo no es eso, sino que haya
dilapidado 20 puntos en sólo 2 meses (porque hasta marzo
el clima era de fiesta). Algo se quebró y ahora el gobierno
enfrentará una nueva meseta en un nivel más bajo.
Lo preocupante es que el presidente
baja ... pero nadie sube. Solo Macri se mantuvo, pero Kirchner y
su esposa siguen siendo los únicos dos dirigentes con más
imagen positiva que negativa. El resto, incluida Carrió,
tienen balance deficitario. O sea que el primer mandatario significa
un techo para la clase política, y donde baja él,
bajan todos. Es decir: no hay liderazgo alternativo, y así
como se está desempeñando la oposición difícilmente
lo haya por mucho tiempo.
En forma espontánea, el presidente
sería por lejos el más votado para el sillón
de Rivadavia (26.9 %), siguiendo muy atrás López Murphy
(3.8 %). Si hubiese que elegir entre los mismos candidatos del 27
de abril de 2003, Kirchner obtiene el 37.2 %, contra el 9.1 % de
Carrió, el 8.2 % de Menem, el 6.8 del líder de Recrear
y el escaso 1.5 % del puntano.
Kirchner no anda tan bien, pero
el resto ...
Carlos
Fara
Director Ejecutivo de Fara
& Asociados, Argentina |