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Junio - Julio
2004

 

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Colección de Cuentos Cortos
 

Por Marisa Avogadro
Número 39

Corazón de Chocolate

Le di un beso: ¡chuic! Y di un saltito para atrás. Me miró fijo a los ojos con sus ojitos color miel y muy brillantes. Los míos no los veía, mas imaginaba que brillaban igual.

Llegaba a sentir la suavidad de su pelo gris u su olor a hierbas silvestres. Todo el paisaje hoy me parecía diferente. Los colores más fuertes, los aromas más penetrantes.

Los colibríes, verdes, azules noche, picoteaban en pareja de flor en flor. Las mariposas movían rítmicamente sus alas al compás de la brisa y los sauces también mecían su larga cabellera con el viento. Los pajaritos cantaban por todos lados. Las liebres y las ardillas saltaban de un árbol a otro. Las lentas tortugas caminaban de aquí para allá.

Y yo, enamorado, con una zanahoria en una mano y un corazón de chocolate en la otra, esperaba a Conejola para dárselo. No era extraño, en San Valentín, todos festejamos el día del Amor, hasta los conejos.

Lucas y Jacky

Sus ojos marrones, vivaces y penetrantes me observan desde que llego a la casa. Mueve Lucas su larga y peinada cola marrón y negra, mientras Jacky, blanca como un pompón, permanece sentada.

Los acaricio y mis dedos resbalan por su pelaje suave y brillante. Como osito de peluche, Jacky, refinada, intensamente blanca con algunas manchitas negras, estira y cruza sus patas sentada a mis pies.

Lucas, de orejas alertas, mueve su hocico en busca de ternura. A veces llego a sentir que sus ojos me hablan. Sus ojos marrones, marrones miel con una mirada profunda y al mismo tiempo tan suave, siguen cada uno de mis pasos.

Arriba, vamos al patio y caminamos los tres a la par. Sus gestos, sus ladridos, sus movimientos, todo en ellos es un lenguaje.

Se siente el crujido de la bolsa del alimento y ya están preparados juntos a sus tazones, cada uno en su lugar.

Ahora, estamos listos, el agua fresca nos espera en el jardín y jugamos entre las plantas. Me acerco y corto un jazmín y ya está Lucas oliendo las flores.

Cuánta ternura, tanta lealtad, tanto afecto. Mundo animal para algunos, para otros, tan sólo mundo nuestro.


Mtra. Marina González Martínez
Catedrática del Departamento de Humanidades del ITESM Campus Estado de México, México.