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Febrero - Marzo
2005

 

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Santa Klaus (con K)
 

Por Carlos Fara
Número 43

El plan Feliz Navidad dio resultados: la gente rebosa de optimismo y el gobierno es el principal beneficiado. El gorro rojo descansa en la Rosada.

A todo K
En nuestra última encuesta del año en Capital y GBA encontramos que:

  • la imagen positiva del gobierno subió 16 puntos respecto a septiembre: ahora está en 58 %;
  • la aprobación de la política económica pasó del 31 al 42 %, siendo el segundo mejor registro desde que asumió Kirchner;
  • casi todas las áreas medidas están en su mejor momento de evaluación en los últimos 12 meses;
  • la mayoría está en desacuerdo con los que dicen que el gobierno hace mucho gestos, pero en lo concreto no avanzó en nada;
  • el 57 % piensa que es temprano para hacer un balance de la gestión (en septiembre era el 53 %) y el 22 % estima que es mejor de lo que esperaba (se duplicó respecto a tres meses atrás);
  • el 56 % dice que K puede hacer más de lo que hace, pero en septiembre pensaba así el 70 %; los que creen que hace todo lo que puede pasan del 27 al 42 %.
  • el 70 % opina que el gobierno efectivamente quiere salir del default;
  • respecto a la falta de puntualidad del presidente Kirchner, su ausencia en actos protocolares con otros presidentes, el no atender a empresarios extranjeros, etc. el 40 % piensa que “es sincero, se muestra tal cual es”; un tercio cree que “no está bien, pero tampoco es grave”, y sólo el 12 % dijo que “en el fondo es un adolescente”;
  • se quebró la tendencia respecto a las perspectivas futuras: ahora el optimismo supera al pesimismo, tanto en lo personal como a nivel país;
  • todos los dirigentes, ya sean oficialistas u opositores, elevaron su imagen positiva (hasta Menem, que la duplicó de 5 a 11 %);
  • por lógica, todos los ministros mejoraron su aprobación, sobre todo Lavagna que mejoró 20 puntos y hoy es el ministro estrella;
  • como corolario, el presidente eleva su intención de voto al punto de un año atrás, y hasta Cristina podría ganarle a Carrió en Capital el 2005.

Plata dulce
Qué marca la diferencia? Las fantásticas expectativas económicas que se encendieron a partir de dos cuestiones: a) las medidas que tomó el gobierno para que la gente termine el año con más dinero en el bolsillo; y b) los aumentos de salarios que se han comenzado producir en varias actividades.

Desde el punto de vista social, podríamos estar frente al inicio de un período ´91 - ´94, en el cual la gente consumía confiada en la estabilidad y cierto acceso al crédito (mucho menor en la actual circunstancia). El grueso de la sociedad –si bien con diferencias entre los distintos niveles socioeconómicos- sale a gastar luego de una gran sequía, casi como revancha por la malaria prolongada. Luego? Dios dirá

Kirchner, eximio manejador de finanzas, sabe al dedillo cómo motivar a la sociedad y dejarla tranquila en un momento del año donde las emotividades afloran. En el fondo, intenta lo mismo que hizo Menem durante mucho tiempo: fomentar el consumo cotidiano y así anestesiar cualquier duda o crítica. En el medio de la fiebre consumista no hay traspié con el canje de bonos, conflicto con el ministro de economía, error de política exterior, ni supuesto pacto con el menemismo que pueda desviar a los argentinos de las vidrieras y las góndolas.

También como Menem, su suerte empieza a estar atada fuertemente al humor producto del acto de consumir, y no tanto de los cambios que efectivamente implemente (aunque en algún momento pudiesen suceder). Una diferencia fundamental es que a Kirchner parece preocuparle la inequidad social fruto de la concentración de la riqueza, más allá de que sepa solucionarla o no. Sabe que tarde o temprano deberá responder a algunas exigencias en materia social, que al riojano nadie le terminó exigiendo (algo así como no pedirle peras al olmo).


El aprendizaje de Kirchner
Hoy, luego de 19 meses de gobierno, se puede decir que el presidente aprendió de sus propios errores, cuando entre el 24 de marzo y fines de agosto se encandiló con la confrontación permanente. Kirchner comienza el año en el mismo punto que al inicio, pero con la ventaja de estar más curtido. Hace mucha diferencia el mantenerse siempre en el mismo nivel, comparado con el haber bajado y vuelto a subir. A partir de ahora encarará los desafíos de otra manera, ya que supo remontar una cuesta. De esta manera hemos podido apreciar tres etapas del gobierno nacional: luna de miel – caída – resurgimiento.

La sociedad quiere darle tiempo al primer mandatario, comprenderlo y disculparlo. Lo quiere proteger de alguna manera. No será fácil el trabajo de la oposición con este contexto. Sus subidas y bajadas no están tan asociadas al éxito o fracaso de sus estrategias políticas, sino a los cambios de humor de la gente, que ensalza o agria todo, según la ocasión.

Felices fiestas, Sr. Presidente.


Carlos Fara
Director general de Carlos Fara y Asociados, Argentina