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Abril - Mayo
2005

 

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La Necesidad de una Aproximación Epistemológica a la Cultura del Abstract
 

Por Jorge Oropeza
Número 44

Según la última Encuesta sobre Disponibilidad y Uso de Tecnología de Información en los Hogares (EDUTIH) realizada hace dos años, en México existen 10 764 715 usuarios de Internet, de los cuales el 26.5% ingresa a la red con fines educativos (INEGI 2002). Habría que analizar el tipo de educación a la que se está teniendo acceso a través de este medio, sobre todo en países como el nuestro en donde emporios de la imagen, como la hegemónica Televisa, imperan (Gómez Mont, 1992, pp.38-43). Por ejemplo en un país como México, en donde su nivel de desarrollo, incluyendo el rubro educativo, se refleja en el lugar 53 ocupado en el actual Índice de Desarrollo Humano1 (2004), a pesar de tener la posibilidad que le da la modernización para que algunos de sus habitantes utilicen Internet, en muy pocos casos la aprovecha en todas sus dimensiones. Aquí radica el principal problema clasista: el ser o no ser digital.

Asimismo, las tecnologías de la información y de la comunicación determinan enormes brechas entre países (Gómez Mont, 2004). ¿Qué podemos esperar cuando en Estados Unidos un 54.3% de la población es usuario de Internet y en América Latina y el Caribe solamente un 3.2%? De hecho, un tercio de la población mundial ni siquiera tiene acceso a la electricidad (IDH 2001).

La educación debe intimar con las nuevas tecnologías basándose en el principio de lectura de la realidad presente en educadores como Freinet, Freire y Kaplún. Sin embargo, nosotros mismos podemos ver que esta hibridación cuando se da entre modernidad y sociedades tercermundistas está cediéndole el protagonismo a las tecnologías electrónicas por encima de lo educativo (García Canclini, 2002, p.269). Porque la ciencia se está limitando al resumen, al párrafo, al juego dinámico del hipertexto, al abstract, principalmente en los jóvenes. La razón: la desarrollada cultura de la imagen que hace del estudiante, esencialmente, un buscador eterno de la síntesis; situación que evita un desarrollo cognitivo en búsqueda del ‘‘pensamiento complejo’’ (Morin, 2004).

La Internet, al ser un medio visual basado en íconos, símbolos e imágenes, presenta mayor interactividad y dinamismo en su manejo y consulta que el texto convencional, es decir, el libro. Es por eso que, aunado al bajo nivel de lectura en el país, 2 848 714 mexicanos utilizan esta herramienta como medio educativo (INEGI 2002), seguramente, por encima del texto escrito.

Un mass media cuya naturaleza implica a la imagen, también involucra al fragmento, al dinamismo, al abstract. Roland Barthes (1976, p.127) decía que la imagen, del latín imitare, es una analogía de un objeto real que permite una posibilidad de mayor sensibilización que el texto lingüístico, pero no así una claridad como este último. Precisamente, esa imitación parte de la vista, un sentido unilateral, es decir, sin posibilidad de interacción directa con otro. Por lo tanto, los rasgos pertinentes de la mirada definen las características de la imagen. ‘‘La visión es rápida, perspicaz, simultáneamente analítica y sintética. Requiere de tan poca energía para funcionar, tal como lo hace, a la velocidad de la luz, que permite a nuestra mente recibir y retener un número infinito de piezas de información en una fracción de segundo’’ (Gattegno, 1979, p.16). Además, la imagen es imperialista porque no da la opción de elegirla una vez que se ha visto y, asimismo, su fugacidad no da tiempo de juzgarla, principalmente en los mass media (Fulchignoni, 1991, p.47).

La Internet es, entonces, un apoyo tecnológico para la educación, sin embargo, también resulta un factor de subinformación y desinformación, sobre todo cuando, en esta ‘‘era de la información’’ (Castells, 2000) con un enorme background de datos, cifras y documentos, no se recurre a otro medio como apoyo a una información mutilada.

Una de las características de la cultura contemporánea es la existencia de la ‘subinformación’, del fragmento, es decir, del abstract. Pero... ¿cómo es esta cultura contemporánea?, ¿es simplemente una cultura de la imagen, o hemos acuñado una cultura del abstract?

La cultura es el sedimento de las sociedades. Las costumbres, tradiciones, acciones, leyes, ideas, imaginarios y demás resultados de la acción social conforman este sustrato social (Blauberg, 1978, p.64). El hombre es un formador de culturas más que un simple producto de éstas, por lo que, podemos partir de que la ‘cultura de la imagen’ que poseemos ha sido formada por el hombre mismo mediante un proceso dialéctico (Gattegno, 1979, p.64). Nuestra civilización tiene, entre otras características, la de proponerse como una civilización de la imagen. El hecho es que la imagen ha tomado posesión de nuestra sensibilidad, de nuestra inteligencia: nos ha impuestoactitudes, reacciones y conductas, se ha convertido en un elemento esencial de nuestro modo de existencia…(Fulchignoni, 1991, p.269).

El problema de la cultura de la imagen no es el lenguaje visual per se, sino lo fragmentado de éste, su naturaleza subinformativa, la ‘cultura del abstract’ que se ha acuñado.

De todo lo anterior se deriva un fenómeno que atañe directamente a la capacidad cognitiva humana. En el pasado un individuo aprendía a hablar y luego a escribir. Actualmente con el desarrollo de las nuevas tecnologías y de la imagen misma, el hombre aprende la oralidad, luego a ver la televisión y finalmente a escribir. Existe un brinco en el desarrollo humano, estamos pasando del homo sapiens al homo videns (Sartori, 2000, p.48), es decir, ya no somos los hombres pensantes sino los hombres que ven.

El abstract detiene la posibilidad de un ‘‘pensamiento complejo’’ (Morin, 2004), es decir, holístico mas no desordenado, esto es, con un orden y un objeto, pero expandido por el universo de exploración. El ‘pensamiento complejo’ no resuelve con la linealidad del pensamiento ordinario, sino plantea, cuestiona, cimienta estrategias. Este modo de estructurar nuestra mente propone una acción constante, una indagación, un inquiry2Éste no es el resumen, ni la simplicidad. El pensamiento complejo no se puede reducir al término ‘complejidad’ porque está en contra del fragmento, del abstracto, es decir, del abstract.

La ‘cultura del abstract’ moldea subjetividades lineales e incompletas. Además, fomenta la ‘ley del mínimo esfuerzo’, la alimenta. Es decir que el fragmento abstracto favorece a una ley que busca minimizar, por mera comodidad, el esfuerzo que requiere una acción. Existen dos dimensiones en este fenómeno: la fisiológica, cuestión de articulación, y la psicológica, cuestión de atención (Saussure, 1968, p.244). La primera evoca a la pereza del cuerpo, al cansancio. La segunda, que es la que predomina en los seres culturizados por la imagen, es mental. El cerebro acostumbrado a la velocidad y a la subinformación no está dispuesto a realizar un esfuerzo mayor al efectuado con la iconicidad del lenguaje visual. El homo ludens ya no se esfuerza en leer, sólo busca diversión y ludismo (Sartori, 2000, p.42).

La educación no se puede basar en la fragmentación. No se tiene que sustituir una obra completa por un fragmento que puede ser un texto arbitrado o no. No se puede aspirar al conocimiento del ‘todo’ partiendo de un abstract, y mucho menos en un nivel superior académico que implica, aunque sea, una mínima ‘‘curiosidad epistemológica’’ (Freire, 2003, p.31). De ahí la preocupación de explorar la relación problemática existente entre la cultura de la imagen que poseen los jóvenes universitarios y el uso que éstos le dan a la Internet como medio educativo.

La necesidad de una aproximación epistemológica a la ‘cultura del abstract’ existe, el universo de investigación es amplio, las preguntas son muchas. Las respuestas aún no se han trabajado, lo que es un hecho es que debemos partir del conocimiento de esta culturización del fragmento. Se tienen que considerar qué sitios en Internet son los más frecuentados con fines educativos, qué tipo de artículos son los que se revisan, quiénes son los autores, cuáles son las características de la cultura de la imagen predominante, por qué la Internet es el medio educativo más socorrido, por qué se prefiere la Internet al libro, qué relación existe entre la cultura de la imagen y el uso de la Internet como medio educativo y todas las preguntas que guíen la búsqueda epistemológica de una ‘cultura del abstract’.

Entonces para iniciar por este periplo epistemológico, tendríamos que hacernos este cuestionamiento: ¿la naturaleza de la imagen per se (el dinamismo, la fácil comprensión, la concisión, etc.) provoca una cultura en la que el fragmento sintético evita el desarrollo del diálogo, es decir que, reduce el proceso dialéctico sólo a la síntesis, nulificando ‘la contradicción de la contradicción’ que evoca la disertación intelectual entre una tesis y una antítesis, es decir, existe la acuñación de tal ‘cultura del abstract’?...  Probablemente.


Notas:

1 El IDH mide los logros en términos de esperanza de vida, educación e ingresos reales ajustados.
2 El anglicismo inquiry peirciano evoca a la indagación, al amor a la investigación, es decir, a la filosofía desde el romanticismo.


Referencias bibliográficas:

BARTHES, Roland (1976). La semiología. Editorial Tiempo contemporáneo.
BLAUBERG, I. (1978). Diccionario de filosofía marxista. Ediciones de cultura popular.
CASTELLS, Manuel (2000). La era de la información, Editorial Siglo veintiuno.
FREIRE, Paulo (2003). Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. Editorial Siglo veintiuno.
FULCHIGNONI, Enrico (1991). La imagen en la era cósmica. Editorial Trillas.
GARCÍA CANCLINI, Néstor (2002). Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, Editorial Grijalbo.  
GATTEGNO, Caleb (1979). Hacia una cultura visual. Editorial Diana.
GÓMEZ MONT, Carmen (1992). El desafío de los nuevos medios de comunicación en México. Editorial Diana.
MORIN, Edgar (2004). Introducción al pensamiento complejo. Editorial Gedisa.
SARTORI, Giovanni (2000). Homo videns. La sociedad teledirigida. Editorial Taurus.
SAUSSURE, Ferdinand de (1968). Curso de lingüística general. Editorial Losada.

Documentos y revistas:

Gómez Mont, Carmen (2004, agosto-septiembre). La insalvable sociedad de la información. Revista mexicana de la comunicación. Recuperado el 12 de noviembre de 2004 de http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/RMC/rmc85/tecnologia.html
Encuesta sobre Disponibilidad y Uso de Tecnología de la Información en los Hogares. 2002
Informe sobre el Desarrollo Humano (2001). Alianzas contra la pobreza. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Informe sobre el Desarrollo Humano (2004). La libertad cultural en el mundo diverso de hoy. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).


Jorge Oropeza