Por Marta de Arévalo
Número
46
“
Esto es la creación.
Agua y fuego de recóndita fuente
que da forma y contenido
a ese trozo de lo inefable
que llamamos poema.”
(M. de A.)
Todo artista
(y todo hombre) está impulsado por motivos
conscientes y por motivos inconscientes. Es afectado
por necesidades físicas y por pasiones
del ánimo, nobles e innobles: influencias
de su ámbito cultural, de sus ideales,
de su religiosidad o su ateísmo; razones
de odio, de amor o de afinidad; búsqueda
de aventura, gloria o emoción… En
el hombre común estas influencias se manifiestan
de mil maneras en su profesión o en su
vida cotidiana, dando testimonio de una forma
de ser, de una actitud para vivir. Como no destacan
de la forma común de las demás
gentes, pasan inadvertidas.
En el artista
(y aquí nos referimos al artista literario)
estas motivaciones, con rotunda fuerza de expresión
que las hace notorias, se manifiestan abiertamente
por medio del lenguaje, por la palabra escrita
combinada en una urdimbre sutil donde vibraciones
comunes inherentes a todos los seres humanos,
se transforman en vibración mágica
de belleza. Aquí la belleza, como cualidad
intangible, como representación de la
Idea platónica, se realiza por medio de
esa forma de ser de un individuo, dotado de capacidades
creadoras. Es su forma de vivir las sensaciones
vitales más trascendentes, y se realiza
en la palabra viva forjando un estilo peculiar.
El estilo personal de un artista. Su razón
psíquica, su manera cabal, su pensamiento
más hondo y escondido. La armonía
de su espíritu ( el Yo profundo) con el
cosmos, representado en su entorno general y
su circunstancia particular.
Un hombre, una
mujer, realizando en el lenguaje una transmutación
esencial que consiste en: partir de una conmoción
estética, frente al descubrimiento instantáneo
de valores de belleza en ciertas emociones o
en ciertas cosas materiales, para comprometer
su inteligencia y su psiquismo en la conquista,
posesión y manifestación de esos
Valores Superiores encontrados por una mente
intuitiva, clara y generosa.
Porque toda
manifestación de Lo Superior (que es la
Perfección entrevista) significa una generosidad
de quien la manifiesta. Una dación, una
entrega gozosa ya que Belleza O Bondad manifestada,
son Belleza o Bondad compartida. Aquel que como
lector, oyente o contemplador, recibe el Valor,
comparte el bien implícito en él.
Que es ley fundamental que los Valores Superiores
a nadie pertenezcan y de todos sean poseídos,
no bien el individuo logre percibirlos.
El artista posee
dones para todos y organiza sus facultades con
la tendencia expansiva, hacia la demostración
pública de sus descubrimientos estéticos
(que conllevan implícito lo ético),
desarrollados en soledad fecunda, para compartir
desde ellos la admiración colectiva. No,
hacia su persona humana común, sino hacia
la obra creada – original- y hacia la personalidad
creadora, que hasta el momento de la entrega
artística permanecía secreta.
El creador busca
la armonía, la unidad mística en
un todo concretado en el texto, desde la pluralidad
de sus sentires intelectuales y sensibles. Una
infinita gama de la emoción y del entendimiento
(el razonado y el intuido) lo pone en contacto
con otra dimensión que desde su interioridad
lo transporta a mundos nuevos descubiertos en
el acto mismo de la creación. Es una suerte
de magia donde actúan la imaginación,
la fantasía, y toda un abanico de emociones
(angustia, alegría, frustraciones, entusiasmo…)
para converger en una necesidad ineludible de
mostrarse, en determinada y
exigida personalidad. Y sólo cuando esa
personalidad es totalmente respetada, rescatada
y transferida auténticamente a la creación,
podemos decir que estamos frente a un estilo
concreto, definido y propio.
La creación
artística es un gozo. Y cada creador siente
ese gozo, magia o deslumbramiento en forma diferente.
Muchos artistas lo han expresado a través
de la escritura. Así han nacido poemas,
ars poéticas y textos como el presente,
que sólo pretende mostrar una faz de este
misterio.
Pero nadie ha
podido, y seguramente nadie ha de poder con palabra
humana, explicar lo inexplicable- Ese ardor del
entusiasmo; esa admirable facultad de hacer real
lo no existente. Esa posesión del ser,
por un yo mismo, superior y hondo que late
en mí, como demiurgo potente y soberano.
Esencia real
pero intangible, que sobre algunos seres vierte
su luz a manos llenas, mientras niega a los más
el secreto de su esplendor.
Oigamos algunas
de la voces que expresaron una parte de este
todo universal y magnífico que es el sentimiento
creador:
Sacudimiento
extraño/ que agita las ideas/ como huracán
que empuja/ las olas en tropel./ Murmullo que
en el alma / se eleva y va creciendo,/ como
volcán que sordo/anuncia que va a arder./
Gigante voz que el caos / ordena en el cerebro
(y entre las sombra hace / las luz aparecer…
Gustavo A. Bécquer (España)
Bien sé
que soy mortal / y mi existencia es breve, /
pero al ver la turbulenta región de los
astros / ya no piso la tierra/ y al festín
me elevo / para gustar con Dios/ el pan de los
inmortales.
Claudio Tolomeo (Alejandría, siglo II)
¿Qué
ráfaga llegó de la región
/ desconocida de los astros/ a empujar en mi
frente/ sus relámpagos? /
(…) una lámina azul borró
de pronto / la memoria./ Era el sueño,
era el sueño. / Pero a través
del sueño yo vivía/ toda la eternidad
/ que me rozaba con su ala.
Gloria Vega de Alba (Uruguay)
… y
yo, mínimo ser,/ ebrio del gran vacío/
constelado / a semejanza, a imagen / del misterio,/
me sentí parte pura/ del abismo,/ rodé
con las estrellas, / mi corazón se desató
en el viento.
Pablo Neruda (Chile)
…¡Ah,
la alegría que se siente creando fue
lo que más apreciaron los sabios de otros
tiempos!. El autor escruta el vacío y
la nada y encuentra la existencia, exa,mina
el silencio y le arranca sonidos. Hace caber
la inmensidad en una hoja y brotar la perfección
universal de un corazón que sólo
mide un puño. Amplía la palabra
que se torna colmada y vasta, la ordena y la
vuelve aún más profunda. Es como
un viento que sopla en torbellino…
Lu Ki (China, siglo III)
Vagan, en el
dominio onírico, respirando su mundo.
/ Son palabras de un secreto extrahumano / que
se pierden, en la frontera de una sabana inútil./
Palabras con piel de sombras (…) / Palabras
con sus fiebres nocturnas y difusas imágenes/
que se sueñan a sí mismas, en
el aire monacal del alba…/ Distraídas
del aire más allá de sí
mismas.
Juan Ilaria (Uruguay)
Que el verso
sea como una llave/ que abra mil puertas / (…)
y el alma del oyente quede temblando./ ¿Por
qué cantáis la rosa, Poetas!./
Hacedla florecer en el poema. / Sólo
para nosotros / viven todas las cosas. El poeta
es un pequeño Dios.
Vicente Huidobro (Chile)
Tú ,
poesía, / sombra más misteriosa
/ que la raíz oscura de añosos
árboles/ más del aire escondida/
que las venas secretas de los profundos minerales…/
tú, música engendrada/ al tam-tam
de los pulsos y al cantar de la sangre- / Tú
poesía, / nacida para el hombre y su
lenguaje.
Miguel Otero Silva (Venezuela)
Ver en la muerte
el sueño, en el ocaso/ un triste oro,
tal es la poesía/ que es inmortal y pobre./
(…) A veces en las tardes una cara/ nos
mira desde el fondo de un espejo. /El arte debe
ser como ese espejo/ que nos revela nuestra
propia cara.
Jorge Luis Borges (Argentina)
Espejos no;
marea luminosa, / marea blanca. /Conforme en
todo el movimiento / con que respira el agua./
(…) cómo se vuelve hondura, hondura
/marea baja,. / y más cristal que la
luz, más ojos, /intenta una mirada…
José Gorostiza (México)
Si es real
la luz blanca / de esta lámpara, real
/ la mano que escribe, ¿son reales /
los ojos que miran lo escrito? / De una palabra
a la otra, lo que digo se desvanece. / Yo sé
que estoy vivo/ entre dos paréntesis.
Octavio Paz (México)
Habrás
de oír el canto que te nombra / frente
al Bien o el MAL DE ROSTRO CIEGO./ Habrás
de oír la nota dolorida / o alegre que
el misterio alza en nosotros. / El canto que
te escucha cuando vienes / a situarte en mi
alma antigua y sola. / ¿Quién
lo escribe en el limo de mis sienes? / ¿Quién
lo azuza en el ala o en la ola? / No sé.
/ Pero en la noche en que existimos / rumor
eterno y vago se levanta. / ¿La vida?
Es sólo un cántico que oímos
/ como en sueños./ ¿Tú
sabes quién lo canta?
Emilio Oribe (Uruguay)
Marta
de Arévalo
Escritora, Uruguay. |