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Por Bernardo Gómez
y Francisco Paniagua
Número
47
Introducción
El sector de la prensa digital constituye, a
día de hoy, la línea de penetración
más vigorosa con que cuentan los diarios
españoles en su empeño por ganar
audiencia. La paulatina generalización
del acceso a la red, todavía no universal
pero sí extendida ya a capas significativas
de la población, ha obligado a la mayoría
de los diarios, no importa de qué talla
o agenda, a incorporar la telemática a
su estrategia empresarial de manera decidida
(Díaz Nosty et al., 2004: 175),
con lo que ésta ha dejado de ser una apuesta
de futuro, como resultaba hace apenas un lustro,
para convertirse en presente pujante y decidido,
representando ya para las empresas una fuente
de lectores e ingresos adicionales nada desdeñable.
Buena prueba
de ello es que, de los 137 periódicos
que actualmente se editan en España, 126
disponen de página web propia,
lo cual equivale a un 92,0 por ciento del total1.
Además, 48 cabeceras digitales están
sometidas ya al control de la Oficina de Justificación
de la Difusión Interactiva, para certificar
el número de visitas que reciben de cara
al cada vez más pujante mercado publicitario
en Internet2.
El crecimiento
del sector de la prensa on line en España
viene siendo exponencial desde hace una década,
tanto en términos cuantitativos como cualitativos.
Los rotativos presentan soluciones informativas
enriquecedoras e imaginativas, e incluyen de
forma cada vez más extendida servicios
de valor añadido como vía de fidelización
del lector. Cierto que aún no se han delimitado
de manera concluyente las propiedades diferenciales
del periódico on line frente
al tradicional en soporte papel, más allá
de la inmediatez de la información y la
interactividad, dos características no
por obvias menos demandadas, pero lo cierto es
que cada vez existen más cabeceras que
no se limitan a volcar en la Red su edición
del día, sino que complementan su oferta
de contenidos apoyándose en las múltiples
posibilidades de la telemática.
Once
años de historia
1994 marca el comienzo de la edición digital
en España. Ese año, una revista
valenciana, El Temps, inaugura su versión
electrónica, adelantándose al centenar
largo de periódicos que se publican por
todo el país y que aún desconfían
de las posibilidades de Internet. Poco tiempo
después, el Boletín Oficial
del Estado se introduce en la Red, ofreciendo
íntegros sus contenidos bajo la modalidad
de suscripción; y en el mes de noviembre,
El Periódico de Catalunya estrena
web site, convirtiéndose en el
primer diario español con versión
electrónica.
Al año
siguiente, la prensa en catalán aterriza
también en la Red, con Avui;
La Vanguardia, de Barcelona, estrena
su edición digital en junio, y poco después
lo hace el Diario Vasco de San Sebastián,
con una versión semanal que en noviembre
pasa a ser diaria.
Más tarde
aparecerán La Gaceta de los Negocios
digital y Abc-e –perteneciente al
grupo Vocento–, hasta que por fin surge
la primera publicación on line española
sin referente papel, Hispanidad (marzo
de 1996), al tiempo que arranca El Mundo.es,
actualmente el periódico digital con mayor
promedio de visitas de todos los que se confeccionan
en España. Ese mismo año, y coincidiendo
con su vigésimo aniversario, El País
pone en marcha una edición electrónica
que pronto será la preferida de los internautas
(Armañanzas et al., 1996).
También
en 1996 inauguran versión digital Mundo
Deportivo y Expansión. Este
último, propiedad del grupo Recoletos,
es el pionero en la venta de productos on
line, ya que desde 1997 comercializa gráficas
de bolsa, que cobra por unidad o a través
de abonos.
En marzo de
1998 comienza su andadura digital Cinco Días
(grupo Prisa), y poco tiempo después,
El Día del Mundo (Palma de Mallorca),
primera edición regional de un diario
de Madrid disponible en la Red. También
arranca ese año la difusión electrónica
de los suplementos; así, Abc introduce
en la web sus semanarios de cultura
e informática, Ariadna y Abc
Cultural, al que suma con posterioridad
el dominical Blanco y Negro. En 1999,
El País Digital sigue la misma senda e
incluye entre su oferta Ciberp@ís.
Dos años
después, son ya 81 los periódicos
con doble edición; en junio de 2005, como
señalábamos al principio, superan
holgadamente el centenar.
Como es lógico,
las estrategias de las distintas cabeceras han
ido evolucionando a lo largo de esta década
frenética. Las ediciones, que hoy son
continuas, en un principio se espaciaban con
frecuencia doce y hasta veinticuatro horas. La
dotación de personal de las secciones
on line era exigua, y bastaba en muchos
casos con disponer de algún redactor que
volcara sin más en la Red los contenidos
de la edición del día (Armentia
et al., 2000). A medida que fue creciendo
el peso de las versiones electrónicas,
se hizo factible la posibilidad de actualizar
sus contenidos con regularidad (Díaz Noci
y Salaverría, 2004).
Por lo que respecta
al diseño, durante la década de
los noventa abundaban las composiciones rudimentarias,
pero pronto fueron mejorando. Lo que las empresas
ofrecían al principio eran burdos calcos
de los diarios en papel, con una explotación
mínima del hipertexto y nula del hipermedia;
el predominio de la palabra escrita era abrumador,
y las soluciones dinámicas ni siquiera
se concebían. El paulatino crecimiento
de la audiencia animó a las editoras a
cuidar cada vez más el diseño de
sus productos electrónicos (algunas cabeceras,
como Marca o El Mundo, mostraron
siempre especial interés por esta vertiente
del trabajo on line), hasta alcanzar
la riqueza y variedad actual (Edo, 2002).
En este sentido,
la presentación de los diarios en la Red
parece responder a tres modelos sucesivos en
lo temporal: la primitiva reproducción
facsimilar del periódico papel, el periódico
adaptado y el periódico propiamente digital,
que es el mayoritario hoy. Los grupos editores,
además, se han ocupado de homogeneizar
el formato de sus distintas ediciones electrónicas,
que al principio se desarrollaban de manera independiente
y poco coordinada; así lo han hecho Zeta
–El Periódico– y
Vocento.
Las empresas
también se han lanzado a aventuras electrónicas
que trascienden la mera publicación de
diarios. Así, en 1999, Marca presentó
una versión personalizada del periódico
por la que el lector accedía sólo
a las noticias vinculadas a su ciudad, deporte
o club favorito; y Grupo Correo y La Vanguardia
fundaron la guía interactiva de
ocio Tuciudad.com, luego denominada Viápolis.
Al año siguiente, Prisa se introdujo en
el mercado de los portales con Inicia, al que
seguirían Mundofree (de El Mundo)
y Estarguapa.com (de Recoletos). La vigencia
temporal de estas iniciativas, sin embargo, se
ha demostrado escasa, y todos los portales han
sido ya desmantelados o vendidos a corporaciones
extranjeras.
Pero el cambio
más relevante tiene que ver con el cobro
de los contenidos digitales. Al principio, éstos
se ofrecían de forma gratuita, cuando
la world wide web carecía de
peso económico y era, ante todo, un reclamo
para posibles lectores adicionales, manteniéndose
la mayor parte de ellos fieles al formato papel.
Seguía, en este sentido, un modelo muy
cercano al del medio televisivo, en el que los
espacios son gratuitos y el público paga
tan sólo por la electricidad consumida
y el aparato receptor que ha de adquirir.
Las ediciones
digitales tardaron en ser contempladas como un
vector lucrativo del negocio informativo; la
posibilidad de convertirlas en sitios de pago,
sin embargo, fue cundiendo, sobre todo entre
los diarios de mayor tirada, a medida que las
empresas destinaban más recursos al mantenimiento
de las versiones on line. El resultado
fue que en 2002 El Mundo.es comenzó a
cobrar por los contenidos que también
se ofrecían en la versión papel
y, poco después, El País –con
quien estaba pugnando por obtener el liderazgo
de la audiencia de los diarios electrónicos
nacionales– se convirtió en el primer
periódico español que imponía
el pago para todas sus secciones. También
Abc cobra ya por la descarga del periódico
del día en formato pdf.
Sin embargo,
desde junio de 2005, el diario de Prisa ha vuelto
a ofrecer todos los contenidos informativos de
su web de forma gratuita, reservando
para los abonados –unos 45.000, según
la propia empresa editora– algunos servicios
adicionales (acceso completo a la hemeroteca,
conexión con CNN+, etcétera). Esto
constituye una rectificación estratégica
de hondo calado, que arroja serias dudas sobre
la capacidad real de autofinanciación
de las ediciones electrónicas, más
allá de los ingresos que genera la publicidad.
Incremento
sostenido de las visitas
El consumo de la prensa española a través
de la Red viene creciendo durante los últimos
años con una vitalidad insospechada, sobre
todo por lo que respecta a los títulos
de trayectoria más longeva.
La justificación
de la difusión de los diarios digitales
arranca en España en 1997, y a ella se
acogen la mayoría de las escasas cabeceras
que ya están funcionando en ese momento
(Díaz Nosty, 2001). Desde el principio,
la distancia que separa a los periódicos
nacionales de los regionales y provinciales es
acusada, siendo El Mundo.es la web con
mayor número de visitas diarias.
Pronto, sin
embargo, es superada por El País Digital,
que del mismo modo que encabeza el ranking de
ventas en formato papel, ocupa el primer puesto
entre los diarios on line. Así va a ser
hasta que en 2003, movido por el cambio de estrategia
económica, decida darse de baja del servicio
de justificación de la difusión
que presta OJD. (Sólo en 2001 consiguió
El Mundo.es arrebatarle la primera plaza al diario
de Prisa.) Por lo que respecta a Abc-e, ocupa,
desde su aparición, un discreto tercer
puesto entre los diarios nacionales disponibles
vía telemática.
Del promedio
de visitas al resto de periódicos, destaca
a lo largo de los últimos años
el exhibido por la prensa deportiva, con los
madrileños Marca y As a
la cabeza; los radicados en Barcelona siempre
han ido a la zaga, tanto en versión digital
como en papel, por lo que a número de
lectores se refiere. Marca es el primero
en seguir la senda digital, y somete su difusión
electrónica a control desde 1998; As comenzará
a hacerlo dos años después.
Llama, en cualquier
caso, la atención el hecho de que las
cifras arrojadas por la prensa deportiva en Internet
sean, si se las compara con el índice
de audiencia que cosechan en formato papel, relativamente
bajas. No se da entre las distintas versiones
el incremento de lectores apreciado en otras
cabeceras, y ello responde con toda probabilidad
a razones de índole socio-económica:
el público objetivo de los diarios deportivos
pertenece a un estrato social bajo o medio-bajo,
sujetos cuyo acceso a Internet está limitado
por la escasez de recursos económicos.
Frente a este
hecho, se aprecia cómo los rotativos económicos
Expansión y Cinco Días,
de circulación tan restringida en los
quioscos, figuran entre los más visitados
por los internautas españoles, situándose
al nivel de la gran prensa regional. Esto encuentra
su explicación en el perfil de los usuarios
de la world wide web, de extracción
social media-alta y con un elevado nivel de estudios3.
Por lo que respecta
a los diarios regionales on line de
mayor implantación, sus niveles de consumo
desde 1997 son correlato fiel de la circulación
que alcanzan en los quioscos. Así, cabeceras
como El Correo Español, La
Voz de Galicia o Diario de Navarra –no
en vano, líderes en sus respectivos ámbitos
de difusión–, cuentan con un nutrido
grupo de lectores a través de Internet.
En todos los
casos, además, las cifras experimentan
incrementos interanuales sobresalientes. Con
frecuencia se dobla de un ejercicio a otro el
promedio de visitas (es el caso de El País
entre 2000 y 2002; de As y Sport,
entre 2003 y 2004; o de El Periódico
de Catalunya durante los dos últimos
años), a veces se triplica (como Marca
entre 2000 y 2001) y otras llega a quintuplicarse
en el lapso de 12 meses (es lo que le ocurrió
a El Mundo hace cuatro años).
Durante 2004,
el 95 por ciento de las cabeceras digitales españolas
sometidas a control de difusión ganó
audiencia. De nuevo El Mundo ocupó
la primera posición, con una media de
904.865 visitas diarias; se trata de la primera
versión electrónica que alcanza,
en algunos promedios mensuales, el millón
de lectores. Le siguieron los deportivos Marca,
As (Madrid) y Sport (Barcelona),
el veterano Abc (Madrid), Mundo
Deportivo y El Periódico (ambas
de Barcelona).
Al margen de
las anomalías reseñadas sobre la
prensa deportiva y económica, el esquema
de difusión que ofrecen los periódicos
digitales es similar al registrado en formato
papel: prensa central en primer lugar, a continuación
los diarios deportivos, luego los rotativos catalanes
y, por último, las cabeceras regionales
y locales.
Un aspecto significativo
en relación con los diarios electrónicos
es la desigual distribución geográfica
de su consumo. Ya vimos cómo la prensa
on line penetra en España a través
de Cataluña, en el extremo nordeste del
país; y, mientras que las cabeceras centrales
y septentrionales comienzan en poco tiempo su
andadura digital, los diarios de las comunidades
del sur de la Península tardan en sumarse
al fenómeno electrónico (el primero
será La Voz de Almería,
en 1996).
Este hecho tiene
su correlato en el consumo de prensa a través
de Internet registrado en 2004. Si nos atenemos
al ranking de visitas, los 11 primeros
títulos, algunos de carácter regional
o provincial, tienen su sede física en
la mitad norte del país (además
de en Madrid y Cataluña, en Galicia y
País Vasco). Y entre los 25 con más
audiencia, sólo 3 se editan en provincias
meridionales: La Verdad, de Murcia;
Ideal, de Granada; y Sur, de
Málaga. Parece ser que la brecha entre
unas comunidades y otras, por lo que a usuarios
de la Red se refiere, continúa influyendo
en el promedio de visitas de los diarios, pese
a que las diferencias interterritoriales son
cada vez más reducidas.
La siguiente
tabla recoge las cifras de difusión de
la prensa digital española desde 1997
hasta 2005:
DIFUSIÓN
DE LA PRENSA ESPAÑOLA EN INTERNET
–en número de visitas por día–
[1] El promedio
de 2005 corresponde al intervalo enero-junio.
[2] Desde 2003, causa baja en el control de OJD.
[3] En 2004 causa baja en el control de OJD.
Fuente: OJD Interactiva, 1997-2005. Elaboración
propia.
Las cifras de
OJD Interactiva correspondientes a 2005 no hacen
más que confirmar las tendencias que venimos
apuntando. En el caso de El Mundo, el
promedio enero-junio arroja un saldo muy superior
al millón de visitas diarias, mientras
que las cabeceras deportivas también presentan
incrementos abultados, en especial Marca
y As. Si el consumo certificado
en 2004 para el conjunto de los diarios españoles
con versión on line se cifraba
en 2.607.170 visitas de media, en los seis primeros
meses del año en curso se ha situado ya
en 3.515.522, lo que supone un incremento interanual
del 34,8 por ciento.
No se contemplan
aquí, sin embargo, el número de
usuarios únicos de cada cabecera, pues
se trata de un rango contabilizado sólo
desde hace pocos meses por OJD Interactiva. En
cualquier caso, los promedios ya conocidos demuestran
que el soporte papel aún gana la partida
al formato digital, y sólo la versión
on line de El Mundo supera
los 100.000 lectores diarios.
A tenor de estos
datos, podemos concluir que los periódicos
electrónicos constituyen un vector del
sistema de medios español firmemente consolidado.
Las empresas han apostado por su desarrollo,
pues desde el punto de vista económico
apuntan hacia la rentabilidad a medio plazo.
Asimismo, los contenidos tienen cada vez mayor
autonomía, diferenciándose progresivamente
las ediciones en papel de las on line,
en la medida en que los responsables de estas
últimas han asumido las posibilidades
que el entorno digital ofrece para la presentación
de productos informativos y se ocupan de llevarlas
a la práctica. Todo esto era impensable
hace tan sólo una década.
Notas:
1
Sólo permanecen al margen de la Red pequeñas
cabeceras locales de difusión muy limitada,
radicadas en su mayoría en las comunidades
de la mitad sur de la península: se trata
de Área (Cádiz), Diario
de Alcalá (Madrid), Diario de
Valencia, El Día de Ciudad Real,
El Día de Cuenca, El Día
de Toledo, El Faro de Ceuta, El
Faro de Lorca (Murcia) y La Tribuna
de Toledo.
2 Datos a 30
de septiembre de 2005.
3 Los porcentajes
de acceso a Internet de la población española
han ido incrementándose ininterrumpidamente
desde 1997, de acuerdo con el Estudio General
de Medios. Los correspondientes a los últimos
ejercicios son: 20,4% (acumulado anual febrero-noviembre
de 2001), 22,5% (2002), 26,9% (2003) y 32,4%
(2004). El dato de 2004 equivale a casi 12 millones
de individuos (11.968.000).
Referencias:
AIMC
(2004). Estudio General de Medios. 3ª
oleada 2004 (febrero-noviembre). Madrid,
España.
Armañanzas, E.; Díaz Noci, J.;
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Barcelona, España: Ariel.
Armentia, J. I.; Caminos, J. M.; Elexgaray, J.
y Merchán, I. (2000). La redacción
en la prensa digital: redacción, diseño
y hábitos de lectura. Revista de Estudios
de Comunicación ZER, 8, pp. 183-212.
Díaz Noci, J, y Salaverría, R.
(coords.) (2004). Manual de redacción
ciberperiodística. Barcelona, España:
Ariel.
Díaz Nosty, B. (2001). Informe anual
de la comunicación 2000-2001. Barcelona,
España: Ediciones Tiempo.
Díaz Nosty, B.; Farias Batlle, P; y Gómez
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Gunter, B. (2003). News and the Net.
Mahwah, Estados Unidos: Lawrence Erlbaum Associates.
VV. AA. (2000). Diarios digitales. Apuntes
sobre un nuevo medio. Bilbao, España:
Servicio de Publicaciones de la Universidad del
País Vasco.
Dr.
Bernardo J. Gómez Calderón
P rofesor de Información Periodística
Especializada en la Universidad
de Málaga, España.
Dr.
Francisco Javier Paniagua Rojano
P rofesor asociado de la Universidad
de Málaga, director de comunicación
de la Federación
Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP)
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