Por Víctor Mendoza
Número
47
Comenzaré
presentando el tema de esta conferencia titulada
“La opción ética frente al
valor pervertido de la moral en el mundo globalizado”,
dentro del objetivo de este encuentro donde se
persigue la búsqueda de la compresión
de la psique del mexicano desde el punto de vista
psicoanalítico, filosófico, antropológico
y social, tomando en cuenta la historia que ha
dado fundamento a lo que somos en el presente.
Desde la relación
entre el tema propuesto y el objetivo que nos
viene convocando durante estos dos días
de trabajo, desprendo el eje tematizador de nuestra
conferencia que lo podemos traducir en la siguiente
pregunta: ¿Cómo generar una opción
ética dentro del marco de la responsabilidad
solidaria por la vida de toda humanidad, que
manteniendo la problematización por la
compresión del sentido de lo mexicano,
de-construya el valor pervertido de la moral
en el mundo globlalizador?
La metodología
para el cuestionamiento por los fundamentos éticos
utilizada en esta conferencia, se sustenta en
el método de la de-construcción
de la moral del mundo globalizador para revelar
su éthos nomológico. Al hablar
de éthos monológico, me estoy refiriendo
a uno de los principios básicos que sustentan
el sentido del proyecto globalizador, es decir,
estamos de un sentido que se asume en términos
de ser el único tiempo posible para toda
la humanidad.
Con los elementos
anteriores la pregunta podría quedar en
los siguientes términos: ¿Cómo
desde la realidad mexicana, podemos generar un
puente de diálogo con la opción
ética de un mundo de vida plena para toda
la humanidad, frente al valor perverso de la
moral en el mundo globalizador?
Esta pregunta
tiene un amplio espectro de trabajo, por lo que
resulta necesario resignificarla a partir del
acercamiento al tema en sus grados de especificidad.
En principio
conviene destacar el sentido de la palabra “opción”.
Ésta nace en el mundo latino y refiere
a la libertad o facultad de elegir. Nos refiere
también al derecho que tiene el individuo
a elegir con dignidad y en términos jurídicos
desde la realidad comunicativa, nos remite al
acuerdo sobre las condiciones en las cuales un
individuo elige una cosa. Simplificando, la opción
es una acción racional frente a una disyuntiva,
si lo ponemos en sentido metafórico diríamos
que es la “Y” que nos encontramos
en el camino. Así entonces estaríamos
hablando de una acción racional que nos
compromete por sus consecuencias y efectos intencionales
y no intencionales.
Otro nivel de
especificidad en torno al problema se da cuando
estamos hablamos de la opción como una
elección racional, esto quiere decir que
la palabra “opción” puede
se incluida dentro del contexto de la ética,
situación que nos obliga a realizar un
análisis diacrónico sobre el significado
del concepto de ética y reconocer en ella
su carácter de equivocidad, nos plantea
la exigencia de su recorrido semántico.
La palabra ética con acento grave refiere
al éthos, es decir al modo de habitar
en el mundo. Esta categorización le daría
el equivalente a la palabra latina moral como
sinónimo de un modo de habitar en el mundo.
Sin embargo, si la consideramos desde su acentuación
circunfleja significaría crítica,
por lo tanto opción ética significaría
la versión de-constructiva del modo de
habitar en el mundo. Así entonces la elección
racional puede ser el mantenimiento de un orden
o la puesta en crisis (separación) de
un éthos.
En su carácter
sincrónico la ética hace referencia
a los niveles de la opción que la subjetividad
adquiere en su elección racional; en primer
término a través de la conciencia
individual, en segundo término por medio
de la responsabilidad como consecuencia de las
acciones, en tercer término por el ejercicio
de la pragmática universal y finalmente
como responsabilidad solidaria por la vida presente
y futura de toda la humanidad, subrayando que
los niveles anteriores no necesariamente se desarrollan
de manera lineal, ya que en el terreno de la
praxis, esto se presentan mezclados. Asimismo
es necesario considerar que éstos no son
mutuamente excluyentes, es decir que se pueden
comprender bajo el principio lógico de
la necesariedad y suficiencia.
Realizado el
recorrido por los niveles de la especificidad
del problema, ahora estamos en condiciones de
cuestionarnos: ¿Cuál es el valor
pervertido del mundo globalizado? Cabe destacar
que el sentido de la palabra pervertido en esta
conferencia, no asume en su totalidad el componente
valoral de negatividad que se le asigna a dicha
palabra, en tanto medio para justificar el hecho
por el cual una situación perversa sería
aquella que implica una ruptura total con el
mundo de los valores de la tradición
Más
bien, nuestra propuesta mantiene su interés
por analizar el sentido de la perversión
desde una metodología de-constructivista,
ya que nos interesa destacar cómo el proyecto
globalizador en su versión unilineal,
se convierte en un hecho con sentido perverso
cuando pone a todo la humanidad en una situación
límite de vida o muerte, es decir que
el proyecto globalizador adquiere su carácter
de perversión por impedir cualquier posibilidad
de otra opción distinta. Sin embargo,
si ejercemos la de-construcción. Es en
este contexto que es importante destacar que
el sentido equívoco de la palabra perversión,
mantiene el sentido ético del sujeto que
asume otra versión distinta, de tal manera
que el perverso es aquel que rompe con un ethos
y toma otra opción diferente a la propuesta
por la nomología. Para la nomología
el perverso es “mal” que hay que
destruir, porque se niega a aceptar un solo orden.
En otras palabras,
la perversión puede ser la vía
de la de-construcción desde donde podemos
asumir nuevas formas de racionalidad utopía
en el ejercicio de la compresión sobre
el problema vida-muerte de toda la humanidad.
Ahora bien,
debemos reconocer que históricamente estamos
en el umbral de una nueva época: La era
de la globalización. Esta afirmación
nos remite de la misma manera al problema de
la moralidad en términos de lo que significa
la manera de morar-habitar en esta época:
¿Qué significa “morar”
en la época de la globlalización?
Morar no solamente, como decíamos anteriormente,
es vivir un ethos, es también asumir éticamente
la responsabilidad por nuestras acciones.
Una primera
forma operacional de connotar la época
de la globalización consiste en categorizarla
como una forma temporal que tiene pretensiones
de unificación de su ethos por la vía
de tendencias tales como la tecnológia,
el mercado, la militarización, la debacle
ecológica y el la versión radical
de la racionalidad instrumental como el único
fundamento de la sociedad moderna. Esta situación
precipita a la humanidad y a la naturaleza a
la situación límite del problema
vida muerte, por el incremento cuantitativo y
cualitativo de la exclusión y victimación
de las grandes mayorías.
El panorama
de utopía que ofrece la globalización
en su versión unilineal es una realidad
virtualizada que se niega a escuchar sus consecuencias,
es decir se presenta sorda a los efectos intencionales
y sobre todo a los no intencionales en el fundamento
sobre la puesta en riesgo de la vida de toda
la humanidad. Dicho en términos de una
realidad fáctica, asistimos en esta época
de situaciones de irracionalidad o falta de implicación
ética frente al dolor, el hambre y la
violencia que se está ejerciendo sobre
la humanidad.
Un recuento
sucinto de lo que sucede en el presente nos ubicaría
en una sintomatología no prevista y cuya
racionalidad (ser/pensar/actuar), nos vincula
como humanidad con problemáticas aún
no resueltas en términos de las siguientes
tendencias:
1.- En el nivel
de los referentes ideológicos la globalización
nos expone a los diálogos necesarios sobre
la tradición, la modernidad y la postmodernidad
2.- A nivel
histórico, el problema en torno al fin
o el recomienzo de la historia y las implicaciones
éticas que esta problemática conlleva.
En este contexto,
la globalización provoca una situación
de aparente desorden absoluto respecto de las
sociedades que se encuentran en el límite
entre la tradición y la modernidad. Esta
situación se ve representada en las categorías
que propone la filosofía de la liberación
de Latinoamérica como totalidad-frente
a la exterioridad y sus acciones de exclusión.
En el campo
de este diálogo no resueltos dentro del
contexto de la globalización, está
la problemática entre la categoría
de mundo y globo. Este cuestionamiento lo podemos
traducir al siguiente cuadro explicativo.
Mundo
|
Globo |
En su sentido
tradicional como el
simbolismo del mundo se asumía
con tres niveles, el celeste,
el terrenal y el infernal.
Mundo como el diálogo entre el
tiempo lineal y el tiempo circular.
El sujeto delimitado por el tiempo
y el espacio finito.
|
Simboliza
la totalidad del
poder absoluto.
La imagen de la uniformalización
de los estilos de vida.
La pretensión de infinitud,
ubicuidad, omnisciencia y
omnipotencia del sujeto.
El tiempo plegado. |
3.-En el terreno
de lo social: la modificación creciente
de los modos de vida. Las migraciones provocadas
por la situación económica, la
guerra o la debacle de la naturaleza, están
produciendo como consecuencia la pérdida
de la identidad pero al mismo tiempo, crean también
nuevas identidades y diferentes formas de mestizaje
.
4.- En términos
económicos: la diseminación del
capitalismo neoliberal que en su versión
radicalizada se impone de manera global.
5.- En el sentido
cultural: la producción de un pensamiento
de pantalla plana impuesto a través de
la mayoría de los medios de información
que se adscriben a la postura acrítica
de las dimensiones de victimación de la
realidad; el predominio del modo de vida de las
ciudades globales por encima de lo regional o
local y la puesta en situación límite
de los conflictos étnicos.
También
dentro del sentido cultural tenemos una “sobrexitación”
de los sentidos dentro de la realidad como espectáculo.
Una cultura que propone un sentido expansivo
a nivel horizontal siguiendo del modelo del “big-bang”.
La apropiación de este modelo está
generando una pluralización de las culturas
en su carácter de producción, reproducción,
desarrollo, comunicación y evaluación
de las acciones al interior de lo global, regional
o local.
5.-La globalización
de la guerra de alta y baja intensidad cuyos
indicadores hacen aparecer al fantasma de la
época de la “guerra fría”
sobre la amenaza de la destrucción total
de la vida humana. De igual forma aparece de
manera radicalizada la violencia cotidiana, intrafamiliar,
callejera e institucional.
A nivel de
política el “ocaso de los Estados
Nacionales”, los proceso de integración
de lo estados supranacionales y la mercadologización
de la política formal. Dentro del contexto
político conviene subrayar la presencia
cada vez más activa como forma dominante
del “narco-poder”.
6.- En términos
filosóficos: un cuestionamiento sobre
la vigencia de las certezas fundamentales sobre
el ser. Al mismo tiempo un interdiálogo
entre los modelos éticos contractualistas,
utilitaristas, de racionalidad comunicativa,
materialista y de liberación, a través
del cuestionamiento sobre la posibilidad de una
ética universal y cuales serían
las condiciones de su alcance. También
una fuerte tendencia a recuperar el sentido de
la pregunta: ¿Qué significa pensar
filosóficamente?
Este conjunto
de tendencias abren el diálogo con la
opción ética desde la conciencia
por la utopía de un proyecto de vida para
toda la humanidad frente a las múltiples
formas de exclusión y opresión.
Se trata de establecer la permanente intencionalidad
de dialogar a través de formas de vida
que recuperen la integralidad entre sentir y
el pensar.
Conclusión
Haciendo
un ejercicio de-constructivo de la versión
acrítica de la globalización que
mantiene la afirmación sobre el carácter
privilegiado de la versión del mercado,
la racionalidad radicalizada, el final de los
tiempos, en el presente como el mejor de los
tiempos posibles y el eurocentrismo occidental
como la única versión posible.
De-construyendo
la versión de la globalización
que pone a la humanidad en situación de
sobrevivencia como éthos de vida normal.
Proponemos en esta última parte de la
conferencia introducir en el horizonte del diálogo
la categoría de “mexicanidad”
como un referente de caos en la versión
del orden totalitario de globalización.
Esto en el sentido de la ley del caos que dice:
“el aleteo de una mariposa en Honk Kong
produce una tormenta en New York.
Esta situación
nos coloca en la opción ética de
dialogar con el tema de este foro en torno al
problema de la mexicanidad, lo cual significa
abrir la líneas del foro y dejar de reconocer
los riesgos que este tema conlleva en tanto la
aparición de los nacionalismos etnocentristas.
Se trata entonces
de ejercer un proceso de racionalización
crítica que de forma tras-pluri y multidisciplinaria
problematice sobre la concientización,
la vinculación entre la mexicanidad y
el ejercicio racional de una ética de
vida plena para la toda la humanidad.
En este sentido,
los cuestionamientos mantienen su vigencia sobre
el ser de la mexicanidad. ¿Tiene ésta
actualidad o estamos en la época posnacional?
¿Es la mexicanidad un “estado ya
cristalizado” o ¿Este fenómeno
se encuentra dándose en sus procesos de
hibridación y mestizaje? ¿Qué
significa la mexicanidad en un tiempo de globalización?
¿Cuáles son los aspectos centrales
de la construcción de la identidad de
la nacionalidad mexicana?
Por otra parte
la globalización ha puesto nuevamente
en el centro del debate la historia interminable
de la cultura de la nacional mexicana y su infinito
debate entre lo occidental y lo indígena.
De este debate se mantiene la opción ética
de ser Otro en la categoría de distinción.
Es decir que no basta con poner nombres a la
cultura mexicana en la época de la globalización,
se requiere de su resignificación desde
los propios procesos endógenos de la sociedad.
Dicho en otros términos, un plausible
pensar en términos de que la de-construcción
de la globalización cambia también
las percepciones, reelabora las costumbres, los
proyectos y el significado de la categoría
de mexicanidad.
Dicha de-construcción
ha generado de manera privilegiada la actualización
de la tesis del mestizaje cultural, la cual sostiene
que la identidad de la mexicanidad se da a partir
de sus diferencias particulares en cada región.
Esta situación implicarían una
síntesis de distintos elementos culturales
provenientes de las tres fuentes básicas
de la mexicanidad: la cultura indígena,
la cultura europea y la cultura africana.
En encuentro
interdialógico frente a un proyecto de
unidireccional de la globalización en
su versión de modernidad, sustentada en
la radicalización de la racionalidad instrumental
y su ejercicio acrítico, se localiza el
mestizaje que supone un proyecto de nueva cultura.
Ésta es una opción ética
válida si mantiene su matiz y carácter
de permanentemente problemático.
¿Qué significa que mantengan su
carácter de problemático? Significa
que la tesis del mestizaje no necesariamente
es asumida por todos los mexicanos.
En este sentido,
al mantener siempre en la posibilidad la de-construcción
de la identidad como categoría civilizatoria,
será importante de-construir la versión
totalitaria que de esta filosofía ha generado
la ubicación de ciertos grupos en el poder.
Esto no significa que mediante el ejercicio del
diálogo se evite, como lo propone el mestizaje,
una asimilación parcial y selectiva de
elementos culturales entre las diferentes identidades,
inclusive ciertos acuerdos provisionales que
de manera explícita implícita y
siguiendo los principios de la racionalidad comunicativa
y la ética de la vida plena para toda
la humanidad, permitan una comunión relativa
entre ellas, hasta el punto donde se produzcan
alianzas entre los actores sociales para la generación
de proyectos de producción, reproducción
y desarrollo de la vida de toda la humanidad.
La opción
de la yuxtaposición frente al unilateralismo
de globalización, afirma que no hay un
solo nivel por el contrario, existe una trama
de niveles que conforman la manera a través
de la cual nos co-implicamos con la realidad.
En esta línea, la identidad mexicana siempre
sería desestructurada por el caos en varias
líneas y sub-identidades en conflicto.
Es decir nos caracterizaríamos por la
incompletud, la fragmentación y la diversidad.
Lo anterior
concuerda en cierta manera con las tesis de la
hibridación que buscan abarcar las diversas
mezclas interculturales. El mestizaje interclasista
derivaría en la generación de formas
híbridas en todas las dimensiones de la
realidad, la coexistencia de culturas étnicas
con nuevas tecnologías, la complementación
de formas de producción artesanal con
industrial, la simultaneidad del tiempo circular
con el tiempo lineal y con el tiempo plegado.
Esto nos obligaría a la permanente de-construcción
y resignificación acerca del sentido de
nosotros mismos y nuestros grupos sociales.
Evidentemente
el grado complejidad que esta situación
presenta es infinito, en virtud de que existen
en la realidad mexicana infinitas formas y manifestaciones
traducidas a situaciones vitales, procesos y
configuraciones fenoménicas. De allí
la dificultad para generar una opción
ética que escuche al Otro privilegiadamente,
al Otro en condiciones de victimación.
Por último
deseo destacar que esta situación no es
una limitación, por el contrario, se traduce
en una opción ética cuando toda
corporalidad sentiente, lingüística,
con racionalidad instrumental y cognitiva posea
la misma dignidad y el mismo valor.
Notas:
*
Conferencia dictada en Hospital Juárez
de la Cuidad de México el 10 de septiembre
de 2005.
Dr.
Víctor Manuel Mendoza Martínez
Catedrático del Centro
Cultural UniversitarioJusto Sierra, México,
DF, México. |