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2005

 

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La Opción Etica frente al Valor Pervertido de la Moral en el Mundo Globalizado*
 

Por Víctor Mendoza
Número 47

Comenzaré presentando el tema de esta conferencia titulada “La opción ética frente al valor pervertido de la moral en el mundo globalizado”, dentro del objetivo de este encuentro donde se persigue la búsqueda de la compresión de la psique del mexicano desde el punto de vista psicoanalítico, filosófico, antropológico y social, tomando en cuenta la historia que ha dado fundamento a lo que somos en el presente.

Desde la relación entre el tema propuesto y el objetivo que nos viene convocando durante estos dos días de trabajo, desprendo el eje tematizador de nuestra conferencia que lo podemos traducir en la siguiente pregunta: ¿Cómo generar una opción ética dentro del marco de la responsabilidad solidaria por la vida de toda humanidad, que manteniendo la problematización por la compresión del sentido de lo mexicano, de-construya el valor pervertido de la moral en el mundo globlalizador?

La metodología para el cuestionamiento por los fundamentos éticos utilizada en esta conferencia, se sustenta en el método de la de-construcción de la moral del mundo globalizador para revelar su éthos nomológico. Al hablar de éthos monológico, me estoy refiriendo a uno de los principios básicos que sustentan el sentido del proyecto globalizador, es decir, estamos de un sentido que se asume en términos de ser el único tiempo posible para toda la humanidad.

Con los elementos anteriores la pregunta podría quedar en los siguientes términos: ¿Cómo desde la realidad mexicana, podemos generar un puente de diálogo con la opción ética de un mundo de vida plena para toda la humanidad, frente al valor perverso de la moral en el mundo globalizador?

Esta pregunta tiene un amplio espectro de trabajo, por lo que resulta necesario resignificarla a partir del acercamiento al tema en sus grados de especificidad.

En principio conviene destacar el sentido de la palabra “opción”. Ésta nace en el mundo latino y refiere a la libertad o facultad de elegir. Nos refiere también al derecho que tiene el individuo a elegir con dignidad y en términos jurídicos desde la realidad comunicativa, nos remite al acuerdo sobre las condiciones en las cuales un individuo elige una cosa. Simplificando, la opción es una acción racional frente a una disyuntiva, si lo ponemos en sentido metafórico diríamos que es la “Y” que nos encontramos en el camino. Así entonces estaríamos hablando de una acción racional que nos compromete por sus consecuencias y efectos intencionales y no intencionales.

Otro nivel de especificidad en torno al problema se da cuando estamos hablamos de la opción como una elección racional, esto quiere decir que la palabra “opción” puede se incluida dentro del contexto de la ética, situación que nos obliga a realizar un análisis diacrónico sobre el significado del concepto de ética y reconocer en ella su carácter de equivocidad, nos plantea la exigencia de su recorrido semántico. La palabra ética con acento grave refiere al éthos, es decir al modo de habitar en el mundo. Esta categorización le daría el equivalente a la palabra latina moral como sinónimo de un modo de habitar en el mundo. Sin embargo, si la consideramos desde su acentuación circunfleja significaría crítica, por lo tanto opción ética significaría la versión de-constructiva del modo de habitar en el mundo. Así entonces la elección racional puede ser el mantenimiento de un orden o la puesta en crisis (separación) de un éthos.

En su carácter sincrónico la ética hace referencia a los niveles de la opción que la subjetividad adquiere en su elección racional; en primer término a través de la conciencia individual, en segundo término por medio de la responsabilidad como consecuencia de las acciones, en tercer término por el ejercicio de la pragmática universal y finalmente como responsabilidad solidaria por la vida presente y futura de toda la humanidad, subrayando que los niveles anteriores no necesariamente se desarrollan de manera lineal, ya que en el terreno de la praxis, esto se presentan mezclados. Asimismo es necesario considerar que éstos no son mutuamente excluyentes, es decir que se pueden comprender bajo el principio lógico de la necesariedad y suficiencia.

Realizado el recorrido por los niveles de la especificidad del problema, ahora estamos en condiciones de cuestionarnos: ¿Cuál es el valor pervertido del mundo globalizado? Cabe destacar que el sentido de la palabra pervertido en esta conferencia, no asume en su totalidad el componente valoral de negatividad que se le asigna a dicha palabra, en tanto medio para justificar el hecho por el cual una situación perversa sería aquella que implica una ruptura total con el mundo de los valores de la tradición

Más bien, nuestra propuesta mantiene su interés por analizar el sentido de la perversión desde una metodología de-constructivista, ya que nos interesa destacar cómo el proyecto globalizador en su versión unilineal, se convierte en un hecho con sentido perverso cuando pone a todo la humanidad en una situación límite de vida o muerte, es decir que el proyecto globalizador adquiere su carácter de perversión por impedir cualquier posibilidad de otra opción distinta. Sin embargo, si ejercemos la de-construcción. Es en este contexto que es importante destacar que el sentido equívoco de la palabra perversión, mantiene el sentido ético del sujeto que asume otra versión distinta, de tal manera que el perverso es aquel que rompe con un ethos y toma otra opción diferente a la propuesta por la nomología. Para la nomología el perverso es “mal” que hay que destruir, porque se niega a aceptar un solo orden.

En otras palabras, la perversión puede ser la vía de la de-construcción desde donde podemos asumir nuevas formas de racionalidad utopía en el ejercicio de la compresión sobre el problema vida-muerte de toda la humanidad.

Ahora bien, debemos reconocer que históricamente estamos en el umbral de una nueva época: La era de la globalización. Esta afirmación nos remite de la misma manera al problema de la moralidad en términos de lo que significa la manera de morar-habitar en esta época: ¿Qué significa “morar” en la época de la globlalización? Morar no solamente, como decíamos anteriormente, es vivir un ethos, es también asumir éticamente la responsabilidad por nuestras acciones.

Una primera forma operacional de connotar la época de la globalización consiste en categorizarla como una forma temporal que tiene pretensiones de unificación de su ethos por la vía de tendencias tales como la tecnológia, el mercado, la militarización, la debacle ecológica y el la versión radical de la racionalidad instrumental como el único fundamento de la sociedad moderna. Esta situación precipita a la humanidad y a la naturaleza a la situación límite del problema vida muerte, por el incremento cuantitativo y cualitativo de la exclusión y victimación de las grandes mayorías.

El panorama de utopía que ofrece la globalización en su versión unilineal es una realidad virtualizada que se niega a escuchar sus consecuencias, es decir se presenta sorda a los efectos intencionales y sobre todo a los no intencionales en el fundamento sobre la puesta en riesgo de la vida de toda la humanidad. Dicho en términos de una realidad fáctica, asistimos en esta época de situaciones de irracionalidad o falta de implicación ética frente al dolor, el hambre y la violencia que se está ejerciendo sobre la humanidad.

Un recuento sucinto de lo que sucede en el presente nos ubicaría en una sintomatología no prevista y cuya racionalidad (ser/pensar/actuar), nos vincula como humanidad con problemáticas aún no resueltas en términos de las siguientes tendencias:

1.- En el nivel de los referentes ideológicos la globalización nos expone a los diálogos necesarios sobre la tradición, la modernidad y la postmodernidad

2.- A nivel histórico, el problema en torno al fin o el recomienzo de la historia y las implicaciones éticas que esta problemática conlleva.

En este contexto, la globalización provoca una situación de aparente desorden absoluto respecto de las sociedades que se encuentran en el límite entre la tradición y la modernidad. Esta situación se ve representada en las categorías que propone la filosofía de la liberación de Latinoamérica como totalidad-frente a la exterioridad y sus acciones de exclusión.

En el campo de este diálogo no resueltos dentro del contexto de la globalización, está la problemática entre la categoría de mundo y globo. Este cuestionamiento lo podemos traducir al siguiente cuadro explicativo.

Mundo
Globo
En su sentido tradicional como el
simbolismo del mundo se asumía
con tres niveles, el celeste,
el terrenal y el infernal.
Mundo como el diálogo entre el
tiempo lineal y el tiempo circular.
El sujeto delimitado por el tiempo
y el espacio finito.
Simboliza la totalidad del
poder absoluto.
La imagen de la uniformalización
de los estilos de vida.
La pretensión de infinitud,
ubicuidad, omnisciencia y
omnipotencia del sujeto.
El tiempo plegado.

3.-En el terreno de lo social: la modificación creciente de los modos de vida. Las migraciones provocadas por la situación económica, la guerra o la debacle de la naturaleza, están produciendo como consecuencia la pérdida de la identidad pero al mismo tiempo, crean también nuevas identidades y diferentes formas de mestizaje .

4.- En términos económicos: la diseminación del capitalismo neoliberal que en su versión radicalizada se impone de manera global.

5.- En el sentido cultural: la producción de un pensamiento de pantalla plana impuesto a través de la mayoría de los medios de información que se adscriben a la postura acrítica de las dimensiones de victimación de la realidad; el predominio del modo de vida de las ciudades globales por encima de lo regional o local y la puesta en situación límite de los conflictos étnicos.

También dentro del sentido cultural tenemos una “sobrexitación” de los sentidos dentro de la realidad como espectáculo. Una cultura que propone un sentido expansivo a nivel horizontal siguiendo del modelo del “big-bang”. La apropiación de este modelo está generando una pluralización de las culturas en su carácter de producción, reproducción, desarrollo, comunicación y evaluación de las acciones al interior de lo global, regional o local.

5.-La globalización de la guerra de alta y baja intensidad cuyos indicadores hacen aparecer al fantasma de la época de la “guerra fría” sobre la amenaza de la destrucción total de la vida humana. De igual forma aparece de manera radicalizada la violencia cotidiana, intrafamiliar, callejera e institucional.

A nivel de política el “ocaso de los Estados Nacionales”, los proceso de integración de lo estados supranacionales y la mercadologización de la política formal. Dentro del contexto político conviene subrayar la presencia cada vez más activa como forma dominante del “narco-poder”.

6.- En términos filosóficos: un cuestionamiento sobre la vigencia de las certezas fundamentales sobre el ser. Al mismo tiempo un interdiálogo entre los modelos éticos contractualistas, utilitaristas, de racionalidad comunicativa, materialista y de liberación, a través del cuestionamiento sobre la posibilidad de una ética universal y cuales serían las condiciones de su alcance. También una fuerte tendencia a recuperar el sentido de la pregunta: ¿Qué significa pensar filosóficamente?

Este conjunto de tendencias abren el diálogo con la opción ética desde la conciencia por la utopía de un proyecto de vida para toda la humanidad frente a las múltiples formas de exclusión y opresión. Se trata de establecer la permanente intencionalidad de dialogar a través de formas de vida que recuperen la integralidad entre sentir y el pensar.

Conclusión
Haciendo un ejercicio de-constructivo de la versión acrítica de la globalización que mantiene la afirmación sobre el carácter privilegiado de la versión del mercado, la racionalidad radicalizada, el final de los tiempos, en el presente como el mejor de los tiempos posibles y el eurocentrismo occidental como la única versión posible.

De-construyendo la versión de la globalización que pone a la humanidad en situación de sobrevivencia como éthos de vida normal. Proponemos en esta última parte de la conferencia introducir en el horizonte del diálogo la categoría de “mexicanidad” como un referente de caos en la versión del orden totalitario de globalización. Esto en el sentido de la ley del caos que dice: “el aleteo de una mariposa en Honk Kong produce una tormenta en New York.

Esta situación nos coloca en la opción ética de dialogar con el tema de este foro en torno al problema de la mexicanidad, lo cual significa abrir la líneas del foro y dejar de reconocer los riesgos que este tema conlleva en tanto la aparición de los nacionalismos etnocentristas.

Se trata entonces de ejercer un proceso de racionalización crítica que de forma tras-pluri y multidisciplinaria problematice sobre la concientización, la vinculación entre la mexicanidad y el ejercicio racional de una ética de vida plena para la toda la humanidad.

En este sentido, los cuestionamientos mantienen su vigencia sobre el ser de la mexicanidad. ¿Tiene ésta actualidad o estamos en la época posnacional? ¿Es la mexicanidad un “estado ya cristalizado” o ¿Este fenómeno se encuentra dándose en sus procesos de hibridación y mestizaje? ¿Qué significa la mexicanidad en un tiempo de globalización? ¿Cuáles son los aspectos centrales de la construcción de la identidad de la nacionalidad mexicana?

Por otra parte la globalización ha puesto nuevamente en el centro del debate la historia interminable de la cultura de la nacional mexicana y su infinito debate entre lo occidental y lo indígena. De este debate se mantiene la opción ética de ser Otro en la categoría de distinción. Es decir que no basta con poner nombres a la cultura mexicana en la época de la globalización, se requiere de su resignificación desde los propios procesos endógenos de la sociedad. Dicho en otros términos, un plausible pensar en términos de que la de-construcción de la globalización cambia también las percepciones, reelabora las costumbres, los proyectos y el significado de la categoría de mexicanidad.

Dicha de-construcción ha generado de manera privilegiada la actualización de la tesis del mestizaje cultural, la cual sostiene que la identidad de la mexicanidad se da a partir de sus diferencias particulares en cada región. Esta situación implicarían una síntesis de distintos elementos culturales provenientes de las tres fuentes básicas de la mexicanidad: la cultura indígena, la cultura europea y la cultura africana.

En encuentro interdialógico frente a un proyecto de unidireccional de la globalización en su versión de modernidad, sustentada en la radicalización de la racionalidad instrumental y su ejercicio acrítico, se localiza el mestizaje que supone un proyecto de nueva cultura. Ésta es una opción ética válida si mantiene su matiz y carácter de permanentemente problemático.

¿Qué significa que mantengan su carácter de problemático? Significa que la tesis del mestizaje no necesariamente es asumida por todos los mexicanos.

En este sentido, al mantener siempre en la posibilidad la de-construcción de la identidad como categoría civilizatoria, será importante de-construir la versión totalitaria que de esta filosofía ha generado la ubicación de ciertos grupos en el poder. Esto no significa que mediante el ejercicio del diálogo se evite, como lo propone el mestizaje, una asimilación parcial y selectiva de elementos culturales entre las diferentes identidades, inclusive ciertos acuerdos provisionales que de manera explícita implícita y siguiendo los principios de la racionalidad comunicativa y la ética de la vida plena para toda la humanidad, permitan una comunión relativa entre ellas, hasta el punto donde se produzcan alianzas entre los actores sociales para la generación de proyectos de producción, reproducción y desarrollo de la vida de toda la humanidad.

La opción de la yuxtaposición frente al unilateralismo de globalización, afirma que no hay un solo nivel por el contrario, existe una trama de niveles que conforman la manera a través de la cual nos co-implicamos con la realidad. En esta línea, la identidad mexicana siempre sería desestructurada por el caos en varias líneas y sub-identidades en conflicto. Es decir nos caracterizaríamos por la incompletud, la fragmentación y la diversidad.

Lo anterior concuerda en cierta manera con las tesis de la hibridación que buscan abarcar las diversas mezclas interculturales. El mestizaje interclasista derivaría en la generación de formas híbridas en todas las dimensiones de la realidad, la coexistencia de culturas étnicas con nuevas tecnologías, la complementación de formas de producción artesanal con industrial, la simultaneidad del tiempo circular con el tiempo lineal y con el tiempo plegado. Esto nos obligaría a la permanente de-construcción y resignificación acerca del sentido de nosotros mismos y nuestros grupos sociales.

Evidentemente el grado complejidad que esta situación presenta es infinito, en virtud de que existen en la realidad mexicana infinitas formas y manifestaciones traducidas a situaciones vitales, procesos y configuraciones fenoménicas. De allí la dificultad para generar una opción ética que escuche al Otro privilegiadamente, al Otro en condiciones de victimación.

Por último deseo destacar que esta situación no es una limitación, por el contrario, se traduce en una opción ética cuando toda corporalidad sentiente, lingüística, con racionalidad instrumental y cognitiva posea la misma dignidad y el mismo valor.


Notas:

* Conferencia dictada en Hospital Juárez de la Cuidad de México el 10 de septiembre de 2005.


Dr. Víctor Manuel Mendoza Martínez
Catedrático del Centro Cultural UniversitarioJusto Sierra, México, DF, México.